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EL POBLAMIENTO ABORIGEN
En las extensa llanuras en el este y en el Chaco, La Pampa y en el sur más frío y árido, donde
predomina el paisaje de mesetas, estaban las comunidades que obtenían su alimento de caza, de
la recolección de fruto y de la pesca. No tenían residencia fija, es decir, eran nómades. Se
movilizaban periódicamente en busca de aquellos lugares que pudieran encontrar una oferta de
recursos naturales variada y abundante.
Otras comunidades se habían asentado en forma más permanente y realizaban cultivos, entre los
que se destacaba el maíz. Estas poblaciones agrícolas habitaban en las costas de los ríos
(principalmente en el Pilcomayo, El Bermejo, En el Paraguay, El Paraná, El Dulce y el Salado del
norte), en los valles de la sierras centrales (sierras de Córdoba y San Luis) y en los ríos de cuyo,
al pie de la Cordillera de Los Andes.
Hacia el noreste en los valles y altiplanicies de la zona montañosa, había poblaciones agrícolas,
sedentarias, cuya organización social era mas compleja.
Estos diversos pueblos tenían algunas características comunes. Eran comunidades en las que las
personas compartían la utilización del territorio que ocupaban y el uso de los recursos naturales.
La actividades tenían como objetivo prioritario abastecer a sus miembros, es decir, la
subsistencia.
EL POBLAMIENTO COLONIAL
Buscando riquezas, especialmente minerales, los españoles penetraron en esta parte de América
en tres corrientes colonizadoras (la ruta del plata, otra del oeste y la tercera al noroeste).
Fundaron ciudades y, desde ellas, organizaron las zonas rurales para obtener productos agrícolas
y ganaderos. Gran parte de esa producción estuvo destinada a abastecer a las ciudades; algunos
productos también se exportaban a Europa y a otras ciudades de América.
Los asentamientos se ubicaron preferentemente en los lugares donde podía funcionar un puerto;
por eso los principales asentamientos estaban en el litoral de los grandes ríos navegables, como
el río Paraná y el río de la Plata.
En los asentimientos coloniales, se formó una nueva sociedad. Los aborígenes constituyeron el
sector de trabajadores rurales y los españoles y sus descendientes, el sector de propietario de las
tierras, comerciantes, administrativos y gobernantes, que residían principalmente en las ciudades.
La población española y los aborígenes se fueron mezclando y aumentó así la población mestiza.
Los censos o recuentos directos son relevamientos periódicos que se realizan con la presencia
física del sujeto u objeto que se desea inventariar. Pueden ser nacionales o provinciales.
La entidad encargada de realizar los censos en la República Argentina es el INDEC (Instituto
Nacional de Estadística y Censos). El primer censo data de 1869. El INDEC es un organismo
público que brinda la dirección técnica de todas las estadísticas oficiales del país. Desde 1960, los
censos nacionales se han realizado cada 10 años, a excepción de los censos de 1990 y 2000, que
por razones presupuestarias fueron postergados un año.
El último censo que se realizó en nuestro país, fue en el año 2001. Los resultados más
significativos del mismo son los que vamos a estudiar en este módulo. Cabe destacar que se
actualizarán algunos datos a la fecha actual.
La densidad media de la Argentina, según los datos del censo 2001 es de 13 hab./km2.
Densidad
Provincia Total
hab./km2
Dos de las características demográficas básicas de la población que se registran en el Censo son:
el sexo
la edad
Conocer la distribución de la población según el sexo es fundamental debido a los diferentes roles
o funciones que cumplen los varones y las mujeres en la sociedad.
Según datos del Censo 2001 hay un 48,7% de varones, y un 51,3% de mujeres, siendo el índice
de masculinidad (cantidad de varones por cada 100 mujeres) de 94,9. Históricamente este índice
alcanzó un máximo en 1914 con un valor de 115,5 (53,5% de varones); en 1960 ambas
poblaciones ya estaban equilibradas, habiendo sido el descenso desde el Censo de 1991 de 7
décimas (95,6).
Según estimaciones del INDEC para 2005, la población mayor de 65 años correspondería al
10,1% del total y los mayores de 60 años, al 13,8%, haciendo que la Argentina sea el tercer país
más envejecido de América Latina después de Uruguay y Cuba. A su vez en la región, integra
junto a Chile, Cuba y Uruguay el grupo de países con una transición demográfica avanzada,
caracterizada por poblaciones con natalidad y mortalidad moderada o baja, lo que se traduce en
un crecimiento natural bajo, del orden del 1%.
Pirámides demográficas
Una pirámide de población es un gráfico que brinda información sobre la población de un lugar en
un momento determinado. En ella se representa, básicamente, la composición por edad y sexo de
la población, pero además, se puede inferir otro tipo de información, como migraciones, mortalidad
infantil, guerras, epidemias, políticas vinculadas a la natalidad, otros. Es decir, analizando una
pirámide de población se puede interpretar la dinámica y evolución de una población y, en algunos
casos, ciertos factores que modifican su composición por edad y sexo.
Cabe destacar que cada provincia argentina tiene una pirámide demográfica distinta. Ver en el
libro de Carlevari, Isidro Pág. 148 y 149 las características distintivas de cada región.
Urbanización
En 1869, Argentina tenía al 11% de su población en aglomeraciones urbanas de más de 100.000
habitantes, concentración cinco veces superior al promedio mundial, similar al de los Estados
Unidos y, aproximadamente, el doble de la concentración de la población europea.
En 1914 la población urbana superó por primera vez a la rural. Uno de los principales factores del
rápido crecimiento de las zonas urbanas fue la gran inmigración europea que fue desarrollando los
principales centros urbanos del país como Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
En 1960 quince ciudades tenían una población de más de 100.000 habitantes, en donde vivía el
71% de la población urbana. Entre estas ciudades se destaca Buenos Aires, la única que
superaba los 100.000 habitantes en 1869 y que constituye uno de los ejemplos más destacados
de primacía en la urbanización. Por entonces, las zonas urbanas de Argentina constituían el 59%
de la población, igual que en los Estados Unidos, en forma ligeramente superior a Oceanía (53%)
y por debajo de Inglaterra, país que lideró el porcentaje de conglomeraciones urbanas desde los
inicios del siglo XIX, con 69 por ciento.
En 1970, Argentina alcanzó el 78,5 % en su índice de urbanización y en 1975 llegó al 80,7%. En
1990 el 86,9% de la población vivía en zonas urbanas, proceso impulsado desde los años 1950, al
Migraciones internas
Las migraciones internas son desplazamientos de población dentro del propio país, pueden ser
estacionales, ocasionales o permanentes.
Migraciones estacionales: Responden a la demanda de mano de obra en determinados momentos
de la producción agropecuaria. Este tipo de migración afecta tanto a la población nacional como la
de países limítrofes, teniendo cada una su propia estacionalidad y caudal. Como por ejemplo, la
zafra azucarera produce desplazamientos hacia Tucumán, Salta y Jujuy en el período de Julio a
Octubre. La cosecha de uva que produce desplazamientos hacia Cuyo y Río Negro desde fines
del verano hasta mediados de otoño. La cosecha de granos ha dejado de atraer trabajador debido
a la creciente mecanización, pese que desde el cese de la convertibilidad este sector se ha
reactivado notablemente.
Cabe destacar, que este tipo de migraciones son temporarias, ocasionando inconvenientes en
cuanto a las condiciones de vida y a la vida familiar que prácticamente no existe.
Natalidad
Se llama natalidad absoluta a la cantidad de nacimientos registrados en un país durante un año,
mientras que la tasa de natalidad es la cantidad de nacimientos anuales cada mil habitantes.
Indicadores de la dinámica demográfica y de sus componentes. Total del país. Años 1970-2010
Cabe destacar, que en el curso del siglo pasado, se ha notado una notable disminución en las
tasas de natalidad a nivel mundial. Esto es característico de los países desarrollados. Sin
embargo, la Argentina no es ajena a esta situación.
La tasa de natalidad no es uniforme en todo el país, sino que se registran cantidades más bajas
en los centros urbanos y más altas en las zonas rurales. Esto se debe, en gran proporción, a un
factor socio cultural. En los grandes centros urbanos se da más importancia a la planificación
familiar y la calidad de vida de los miembros familiares, priorizándose entre otras cosas, temas
como la educación, salud y vivienda.
Una tabla que indique índices de natalidad entre distintas zonas de nuestro país mostrará notables
diferencias entre las mismas, formándose básicamente dos grupos. Las tasas más bajas se
registran en Capital Federal, Provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba; mientras que las
más altas se registran en las provincias del norte.
Tasa bruta de natalidad: indica la frecuencia con que ocurren los nacimientos en una población
dada. Da cuenta del crecimiento poblacional debido al aporte de los nacimientos.
Tasa global de fecundidad: es el número de hijos que en promedio tendría una mujer de una
cohorte hipotética de mujeres que durante su vida fértil tuvieran sus hijos de acuerdo a las tasas
de fecundidad por edad del período en estudio y no estuvieran expuestas al riesgo de mortalidad
desde el nacimiento hasta el término de su período fértil.
Tasa neta de reproducción: es el número de hijas que en promedio tendría cada mujer de una
cohorte hipotética de mujeres que durante el período fértil tuvieran sus hijos de acuerdo a las
tasas de fecundidad por edad de la población en estudio y que desde el nacimiento estuvieran
expuestas a los riesgos de mortalidad observados en esa misma población.
Mortalidad
Se llama mortalidad absoluta a la cantidad de muertes registrados en un país durante un año,
mientras que la tasa de mortalidad es la cantidad de muertes anuales cada mil habitantes.
Tasa bruta de mortalidad: indica la frecuencia con que ocurren las defunciones en una población
dada. Da cuenta de la disminución poblacional en función de las muertes acaecidas.
Esperanza de vida: es el número de años que, en promedio, le restan por vivir a las personas de
una edad determinada de no variar la tendencia observada en la mortalidad.
Años de sobrevida femenina: es el número de años que, en promedio, viven las mujeres por
encima de los que viven los hombres.
Tasa de crecimiento total: es las sumas algebraicas de la tasa de crecimiento natural y la tasa
de crecimiento migratorio correspondientes a un determinado período.
Cultura y educación
El nivel cultural de un país puede medirse a través de un conjunto de actividades educativas,
artísticas e informativas que en él se desarrollan. Todas estas manifestaciones están relacionadas
directa o indirectamente, con la proporción de habitantes que saben leer y escribir, pero, sobre
todo, con el nivel de educación. Entre los índices de este tipo, que permiten medir el grado de
Analfabetismo
En primer lugar debemos diferenciar entre:
Analfabetos absolutos: pertenecen aquellos individuos que “nunca pasaron por la escuela”.
Analfabetos funcionales: son aquellos que fueron a la escuela pero abandonaron y se
olvidaron los rudimentos de alfabetización, lo que les impide leer y escribir hasta lo más
simple.
La tasa de analfabetismo absoluto en nuestro país se redujo notablemente en los últimos años,
pasando de un 6% en 1980 a un 2,6 en el 2001.
Debe señalarse que las tasas de analfabetismo no son uniformes en todo el país.
- Las provincias con porcentaje de analfabetismo más alto son Chaco (8%), Corrientes (6,5%),
Misiones (6,2%), Formosa (6%) Y Santiago del Estero (6%).
a) Esperanza de vida al nacer. Es la edad media a la que en teoría puede aspirar cada
habitante en el momento de su nacimiento. Argentina ocupa el tercer lugar en Sudamérica,
detrás de Chile y Uruguay y el séptimo lugar en Latinoamérica, correspondiendo a Costa Rica
el primer lugar. En nuestro país es de 74,5 años promedio.
b) Mortalidad infantil y neonatalidad. Nuestro país ha tenido una disminución a lo largo de los
últimos años respecto de estos problemas. El valor de 2007 fue del 8,0‰, siendo las tres
principales causas de mortalidad por importancia: enfermedades del sistema circulatorio,
tumores malignos y enfermedades del sistema respiratorio. Para el quinquenio 2005-2010, se
estima una tasa de mortalidad del 7,8‰.
Salud en Argentina
Población (al 30 de junio de 2008) 39.745.613
Hombres 19.465.305
Mujeres 20.280.308
Tasa Bruta de Natalidad (2007) 17,8‰
Tasa Bruta de Mortalidad (2007) 8,0‰
Crecimiento Natural (2007) 9,8‰
Tasa de Mortalidad Infantil (2007) 13,3‰
Mortalidad Materna (2007) 4,4‰
Esperanza de Vida (2005-2010 est.) 75,24 años (71,56 hombres - 79,06 mujeres)
Vivienda
En esta etapa del estudio, nos ocuparemos del problema habitacional de nuestro país.
Según el Indec (2001):
El déficit habitacional suele definirse como: la brecha entre la demanda y la oferta de viviendas en
un momento y espacio determinado.
Argentina (2001)
- Déficit Cuantitativo: 1 a 3 M de unidades.
- Déficit Cualitativo: 680 mil viviendas (Encuesta de Condiciones de Vida SIEMPRO-INDEC,
2001).
- El 40% de los hogares que tienen problemas habitacionales los resolverían mediante la
refacción y la adecuación de su vivienda.
- Más del 45% de los hogares deficitarios se encuentra en situaciones irregulares de tenencia.
- El 15% de las viviendas deficitarias se encuentra en villas de emergencia o asentamientos.
- NEA y el NOA: más del 18% de los hogares residen en una vivienda con algún grado de
precariedad (regiones más desfavorecidas).
- La mayor proporción de hogares donde se verifica tenencia irregular de vivienda se encuentra
en el NEA, NOA y Cuyo (Encuesta de Condiciones de Vida SIEMPRO-INDEC, 2001).
Tener en cuenta…
Se presenta a continuación un resumen que tiene como objetivo ofrecer una sucinta
caracterización de la situación actual de la población argentina y la evolución de sus variables
demográficas. Si bien el texto hace referencia a la evolución al nivel nacional y teniendo en cuenta
En el Censo Nacional de Población Hogares y Vivienda del año 2001 (www.indec.gov.ar) se contó
una población de 36.260.130 habitantes.
- “Si observamos los valores de los censos anteriores se ve que el ritmo de crecimiento de la
población total viene bajando en el tiempo. La población crece, pero cada vez mas lentamente.
Entre 1980 y 1991 aumentó a una tasa de crecimiento medio anual de 14.7‰, entre 1991 y
2001 el valor fue 10.1%. Este descenso en el ritmo de crecimiento se reitera en la mayoría de
las jurisdicciones del país.
- Durante las primeras décadas del siglo XX se registraban altos niveles de crecimiento con
importantes fluctuaciones debidas a los cambios en el aporte de las migraciones
internacionales. El componente vegetativo, en cambio, se ha caracterizado por una tendencia
más estable y sostenidamente descendente. A partir de la década del 60 el crecimiento total de
la población depende casi exclusivamente del crecimiento vegetativo.
- Por otro lado, desde comienzos del siglo XX la tasa bruta de mortalidad muestra una evolución
descendente que tiende al estancamiento en las últimas décadas. En el año 2001, el nivel de
la mortalidad general para el total del país era de 7.6 por mil, valor no muy alejado al alcanzado
en décadas anteriores. Esta estabilidad en el nivel de la mortalidad general refleja el proceso
de envejecimiento de la población .Como vimos, este indicador está fuertemente asociado a la
estructura por sexo y edad de la misma.
- La esperanza de vida al nacer, independiente de la composición etárea, refleja más claramente
el nivel de la mortalidad. El incremento de este indicador ha sido constante hasta alcanzar un
promedio de 73,8 años para ambos sexos en el año 2001. La mortalidad infantil en el año
2004 era de 14.4 ‰ habiendo manifestado un descenso importante con respecto al año 1990.
Si bien este descenso se verificó en todas las jurisdicciones siguen presentándose variaciones
importantes en su nivel.
- La natalidad muestra una tendencia secular descendente con excepción del leve incremento
ocurrido en la década del 70. En el año 2001 presentaba valores apenas superiores al 18 por
mil. El descenso de la natalidad refleja la disminución en los niveles de fecundidad que
desciende sostenidamente desde inicios del siglo pasado para alcanzar relativa estabilidad en
las últimas décadas. La tasa global de fecundidad, número medio de hijos por mujer, era de 3.3
en el año 1955 y 2.6 en el año 2001. Aunque las brechas tienden a disminuir, persisten
diferencias en el nivel de la fecundidad entre las jurisdicciones.
- Con referencia al componente migratorio del crecimiento poblacional, es sabido que la
inmigración internacional ha sido uno de los elementos predominantes en la conformación de la
sociedad argentina. La mayoría de los inmigrantes de origen europeo llegó a la Argentina entre
1870 y 1929; la última oleada, menos importante en su magnitud, se produjo entre 1948 y
1952. La incidencia de la inmigración limítrofe, en cambio, se ha mantenido relativamente
estable a lo largo del siglo XX. Sin embargo, a raíz de la disminución de los flujos migratorios
provenientes de otros países, la inmigración de países vecinos ha incrementado su presencia
relativa en el conjunto de extranjeros para constituir en 2001 el 61% de los mismos.
- Debido a la mencionada reducción de los flujos inmigratorios, la migración neta internacional
pasa a tener una escasa incidencia como factor de crecimiento demográfico del país, en
especial en las últimas décadas. En consonancia con esta evolución la proporción de
extranjeros se ha reducido pasando de un máximo del 30% en 1914 al 4.1% en 2001. En
cuanto a las áreas de asentamiento, la ciudad autónoma de Buenos Aires y la provincia de
Buenos Aires concentraba en 2001 el 70% de extranjeros y el 63% de los extranjeros limítrofes,
siendo también importantes como destino de estas migraciones las provincias fronterizas.
Primer período (desde la llegada de los conquistadores, que introdujeron ejemplares de ganado,
hasta la instauración del Virreinato del Río de la Plata):
Se difundió el ganado cimarrón (sin dueño), se mezclaron las razas y los animales se
desarrollaron sin obstáculos.
Surgió el rodeo.
A principios del siglo 17 surgen las primeras vaquerías (expediciones para cazar ganado
cimarrón, autorizadas sólo a los hacendados) y gauderíos (expediciones incontroladas).
Los animales eran carneados sólo por el cuero.
4.2 Ganadería
La participación del sector agropecuario en el PBI para el 2005 fue del 6%.
Bovino 71%.
Ovino 18%.
Caprino 6%.
Porcino 3%.
Equino 2%.
En el Gráfico 1 se detalla la distribución del stock ganadero en las distintas regiones y de los
animales faenados y como resultado de la relación entre ambos parámetros se detallan las tasas
de extracción para dichas regiones.
Cabe destacar…
Producción bovina: nuestro país ocupa uno de los más destacados lugares en el mundo en
cuanto al número de cabezas, después de la India, Brasil, Rusia, Estados Unidos y China. Si la
relación la establecemos respecto del número de habitantes, pasamos al primer lugar.
Número de animales por hectárea (capacidad ganadera): entre 1,2 y 2,2 dependiendo de que
tipo de pradera se trate (artificial o natural).
Cantidad de explotaciones con ganado vacuno: según el Censo nacional Agropecuario 2002,
en el país había 194.000 explotaciones con existencias de ganado vacuno.
Consumo per cápita de carne vacuna: 60 Kg./hab./año. Es el más elevado del mundo.
Exportaciones de carne vacuna: los principales compradores de nuestra carne son Estados
Unidos, Alemania, Reino Unido, Brasil y Chile.
Existen en Argentina 13.000 tambos, localizados principalmente en: Buenos Aires, Santa
Fé, Córdoba, Entre Ríos y la Pampa.
Distribución geográfica del ganado ovino: este tipo de ganado ha sido paulatinamente
desplazado de la provincia de Buenos Aires, donde en 1888 existían las 3/4 partes del total del
país. Actualmente la Patagonia (Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego)
concentra 2/3 del stock.
Producción de lana: nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en el mundo respecto de la
producción de lana.
En 2004/2005 se exportaron unas 43.000 tn de lana. Los principales países fueron: China, Italia y
Alemania.
Producción porcina: según Censo 2002, las existencias son de unos 2,2 millones de cabezas.
Distribución geográfica: Las tres principales provincias productoras son Buenos aires (25%),
Córdoba (21%) y Santa Fé (20%).
Datos de interés…
Período colonial. Desde la ocupación española hasta principios del siglo 17 la llanura pampeana,
que pasaría luego a concentrar el grueso de la actividad económica del país durante muchos
años, era prácticamente un desierto.
Los primeros cultivos de especies importadas por los españoles se efectuaron en el litoral. Hacia
el noroeste, a poco de iniciarse la colonización se insinuaron las nuevas regiones agrícolas de
Tucumán, en las que predominó el algodón y las de Córdoba, con explotaciones
agricologanaderas mixtas y el cultivo de la vid. Siguieron luego Santiago del Estero, con algodón,
frutas y vid, y Mendoza con estos dos últimos cultivos.
La agricultura del litoral avanzaba muy poco y se reducía al consumo interno y local. Sin embargo,
en esta región se desarrolló la ganadería y durante la última parte de este período se
desarrollaron las estancias coloniales, adquiriendo cada vez más importancia la exportación del
cuero y comienza a tomar cuerpo el predominio del puerto de Buenos Aires.
La agricultura no adquirió importancia hasta la segunda mitad del siglo 19.
A continuación se detallan las características más importantes de cada tipo de producción agrícola
argentina:
Localización de los cultivos. Más del 90% del valor de la producción de cereales corresponde a
la región pampeana y, dentro de ella a la provincia de Buenos Aires, seguida por Santa Fé y
Córdoba.
Participación de los cereales en las exportaciones. 10% del valor de nuestras exportaciones.
Trigo
Zonas de producción: La región triguera típica ocupa las provincias de Santa Fe, Entre
Ríos, Buenos Aires, Córdoba y La Pampa.
Maíz
Zonas de producción: La región maicera típica ocupa las provincias de Córdoba, Buenos
aires, Santa Fé, La pampa y Entre Ríos.
Destino de nuestras exportaciones de Maíz en 2005: Malasia (12%), Egipto (10%), Arabia
Saudita (9%), Perú (8%), España (7%), Argelia (7%) y Chile (7%).
Otros cereales de grano grueso que se cultivan en nuestro país, pero de menor importancia
económica son: el sorgo granífero, el mijo y el arroz. (Ver características Pág. 266 y 267 del libro
de Carlevari, I y R.D)
La producción comercial hortícola que abastece los principales centros urbanos del país, se
localiza en regiones que se han desarrollado para cada especie en particular por sus ventajas
agroecológicas (clima y suelo) y sobre la base de beneficios competitivos comerciales basados en
la cercanía al mercado, la infraestructura disponible, la tecnología aplicada y otros factores.
Las provincias más destacadas por su producción hortícola (ordenadas de mayor a menor
superficie, según el Censo Nacional Agropecuario del 2002) son: Buenos Aires, Mendoza,
Córdoba, S. del Estero, Misiones, Santa Fe, Corrientes, Tucumán, Formosa, Salta, Chaco, Jujuy,
San Juan y Río Negro.
Sobresalen por su importancia económica la producción de papa, tomate, cebolla, batata, zapallo,
zanahoria, lechuga y ajo, que representan el 65%; participan con el 20% otras 6 especies (la
acelga, la mandioca, el zapallito, el choclo, la berenjena y el pimiento) y el restante 15% está
cubierto por las demás hortalizas.
Cabe aclarar que en el cuadro anterior, no se han contemplado las hortalizas de hoja (lechuga,
acelga, escarola, espinaca, radicheta, rúcula, entre otros) que se producen en los cinturones
hortícolas que rodean los centros urbanos de todas las regiones mencionadas.
Importancia económica
La evolución de la horticultura en los últimos 10 años, registra una reducción de la
superficie cultivada, mientras que la producción física ha aumentado. Este incremento de
la productividad física global, tiene su fundamento en la incorporación de innovaciones
tecnológicas, fundamentalmente aplicadas al proceso de producción. Se destacan, entre
otras, el uso de variedades mejoradas y la incorporación de híbridos, el mayor empleo de
fertilizantes, el mejoramiento en la tecnología de riego (riego por goteo) y la difusión del
cultivo bajo invernáculo. Esto ha permitido lograr una oferta razonable para atender la
demanda de la población actual del país (unas 37 millones de personas).
Por otra parte, como esta actividad se desarrolla prácticamente en todas las provincias
argentinas, tiene notable importancia desde el punto de vista geopolítico y estratégico y
forma parte destacada de las denominadas “economías regionales”.
Alrededor del 80% de los productos del sector se localizan fuera de la región pampeana; cerca de
un 15% corresponde a la Patagonia (valle del Río Negro) y una proporción algo menor
corresponde a las regiones de Cuyo y el Noroeste.
b) OLEAGINOSAS INDUSTRIALES.
Lino oleaginoso
c) PLANTAS TEXTILES.
Algodón Leer Pág. 270 hasta 281
Fibras largas (Libro de Carlevari)
e) PLANTAS ESTIMULANTES.
Yerba mate.
Té
Café
Tabaco
En conjunto, las forrajeras ocupan la mayor extensión de la superficie implantada con cultivos del
país.
En una proporción importante, son consumidos por los animales en el campo, sin ser cosechados;
una parte menor de la superficie sembrada, se cosecha. Entre las forrajeras pueden mencionarse
algunos cereales (avena, cebada, centeno, entre otros), alfalfa y pasto llorón.
La participación del sector en el PBI es de sólo el 0,11% (2005). Varias son las razones por las
cuales, pese al incremento acusado por la pesca en los últimos años, ésta todavía no guarda
relación, por su importancia, con las demás actividades vinculadas a la explotación de los
recursos naturales. Estos son:
a) Reducido consumo real.
b) Deficiencias en el sistema de distribución y venta de pescado.
c) Falta de puertos adecuados.
d) Lentitud del transporte terrestre.
e) Escasez de población con tradición pesquera.
f) Precariedad de las embarcaciones.
El extenso litoral, la amplia plataforma continental y la acción de las corrientes marinas, posibilitan
la existencia de una variada fauna íctica, cuyo rápido desarrollo extractivo se encuentra frenado
especialmente por los hábitos alimenticios que provocan un escaso consumo interno de pescado,
la falta de comodidades portuarias y de puertos adecuados y la deficiente organización de la
distribución, con carencias de transportes frigoríficos para lugares alejados.
Las zonas pesqueras identificadas en el mar Argentino son: la bonaerense que concentra casi 80
% de la producción total, con predominio de anchoita, caballa, bonito, corvina, besugo y polaca; la
patagónica y la fueguina, donde se obtienen calamares, merluza, castañeta, abadejo o bacalao
argentino, sardina fueguina, centolla y cholgas. Dentro de los tipos de pesca, la de altura
representa el 82 % del total de la producción, obteniéndose entre otros: merluza, abadejo, atún,
bonito, lenguado y calamares, siendo buena parte de los mismos destinados al consumo fresco.
Los principales puertos pesqueros son el de Mar del Plata, que concentra el 37 % de la pesca de
altura y el 88 % de la costera; le siguen en importancia Ushuaia, Madryn, Deseado, Quequén,
Comodoro Rivadavia, Bahía Blanca y San Antonio Oeste, estando su desarrollo relacionado con
los grandes centros de consumo. Sobresalen algunos productos de alto valor comercial, que se
envían a los mercados particularmente asiáticos, como los pulpitos obtenidos en San Antonio
Oeste; los langostinos en Rawson, las centollas y cholgas en Ushuaia y el surumi derivado de la
elaboración de una pasta con especies subexplotadas y su posterior transformación en "kani
kama" con sabor a centolla, langostino, vieyra, entre otros, en modernas plantas de Puerto
Deseado.
Si bien ya hay manifestaciones en Mar del Plata y Necochea, las algas abundan en las costas de
Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego y Malvinas. Su explotación se realiza principalmente en
Chubut (Rawson) y Santa Cruz (Puerto Deseado); comprenden más del 60 % de las
exportaciones de productos de la pesca, cuyo principal rubro son los congelados, en especial los
filetes, seguidos por calamares y langostinos, generando un ingreso de más de 726 millones de
dólares anuales.
De la captura total que los buques autorizados logran en la Zona Económica Exclusiva (ZEE), más
del 75 % es consumido por 40 países, siendo los principales destinos los países de la UE (58%),
del MERCOSUR (9%) y del Nafta (8%). En los últimos años la exportación total de pescado
alcanzó los 800 millones de dólares.
Desde 1986, en que aparecieron los buques factoría, la totalidad de la captura se procesa a
bordo, luego se realiza el traslado de la mercadería hacia los buques frigoríficos, que se encargan
de llevarla a su país, evitando el paso por tierra. Asimismo, la creciente participación de buques
con bandera extranjera, dentro de las 200 millas y con autorización argentina, genera que el
producto elaborado sea desarrollado directamente en los mercados de destino. Para obtener las
939.000 toneladas de especies marinas, operan en su captura alrededor de 850 barcos de
bandera argentina, 400 de ellos son buques factoría, a los que se suman 45 barcos de bandera
extranjera autorizados, tras el pago de un canon de 250.000 dólares. Unos 250 buques
extranjeros pescan en el límite de la ZEE (milla 201), a veces violando la misma, llevándose
productos marinos por un valor superior a los 700 millones de dólares.
La pesca de agua dulce por su parte, reconoce dos áreas, la lacustre y la fluvial. La primera se
practica en lagos, lagunas y embalses, realizándose la mayor explotación en las lagunas de
Buenos Aires como Chascomús, Monte y Flores, por su fácil acceso y cercanía a las zonas más
pobladas del país; pescándose casi exclusivamente pejerrey. La zona de los lagos andino
patagónicos presenta la pesca más intensa en el lago Pellegrini, en la provincia de Río Negro,
obteniéndose percas o truchas criollas, pejerrey y salmones. Además se cuenta con viveros como
los de Mar del Plata, San Carlos de Bariloche, Chascomús, Embalse Río Tercero, Rosario y
Mendoza, donde se preparan crías para repoblar lagunas y ríos.
La pesca fluvial se practica en los ríos Paraná, Uruguay, de la Plata, Paraguay y otros menores,
en los que se obtienen pejerrey, surubí, patí, dorado, boga y especialmente sábalo, cuya
explotación se practica desde época colonial, utilizándolo para la obtención de aceite, guano y
harina.
“ Económicamente nuestros bosques presentan gran densidad y muy baja frecuencia específica
(número de ejemplares de la misma especie por hectárea); debe agregarse que las zonas que
presentan mayor número de especies se encuentran localizadas en áreas fronterizas,
dificultándose su explotación por la distancia a los centros de consumo y la falta de una
infraestructura de transporte eficiente.
Las regiones forestales naturales de mayor importancia por el número de ejemplares, son las de
las selvas misionera y tucumano-salteña y los bosques subantárticos en los Andes patagónicos.
Han sido objeto de gran explotación la selva misionera, los quebrachales de la zona chaqueña y
los algarrobales del monte occidental. Las maderas que prevalecen en nuestros bosques son las
de tipo semiduro, entremezcladas con maderas finas de tipo duro y otras blandas; como la
producción de estas últimas es muy escasa y se utilizan principalmente para la producción de
papel, construcciones y embalajes, deben importarse en gran medida.
La política de forestación y reforestación existente, trata de cubrir las necesidades básicas de este
tipo de maderas, que se inició el 25 de Setiembre de 1948 con el dictado de la Ley Nº 13.273, de
Defensa y Acrecentamiento de la Riqueza Forestal, que da el marco normativo que legisla el
patrimonio forestal del país, define el bosque, prohíbe la devastación de bosques y tierras
forestales y la utilización irracional de los productos forestales, clasifica los bosques y considera
planes de forestación y reforestación.
Esta ley tuvo posteriormente, por el Decreto 4.905/58 y las leyes 20.531/73 y 21.990/79, algunas
modificaciones parciales, que se refieren a la promoción de las industrias forestales, creación de
El 13 de Noviembre de 1995 se lanzó un nuevo plan de desarrollo forestal nacional que prevé un
incremento sostenido de las plantaciones, alcanzando a duplicar para el 2005, la actual superficie
forestada de 800.000 has. para lograr excedentes exportables en madera y papel.
Las áreas y especies forestadas cubren importantes superficies, destacándose las salicáceas
(sauces y álamos) en la zona del Delta del Paraná, los oasis cuyanos y en los valles de los ríos
Colorado y Negro; los eucaliptos en la franja costera del río Uruguay, el litoral marítimo
bonaerense, Jujuy, Salta y Misiones; y las coníferas en Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Córdoba,
Salta y Jujuy.
Pastas y demás materias fibrosas celulósicas: se exportó por US$ 118.542.027 e importó
por US$ 58.735.948.
Papel y cartón: es el rubro que determina el saldo negativo de la balanza comercial. Las
exportaciones fueron US$ 379.123.153, pero el total de importaciones alcanzó US$
Muebles: es otro rubro con histórico saldo negativo, sin embargo a partir de 2001 hubo un
notable incremento de las exportaciones, incluso en 2005 el saldo fue positivo. Si bien
durante 2006 se mantuvo esta tendencia en las exportaciones (US$ 29.027.019), se
incrementaron las importaciones (US$ 35.006.268)” (www.todo-argentina.net).