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UN ENFOQUE DE
ECONOMÍA POLÍTICA SOBRE LAS MIGRACIONES (1880-1914)
Author(s): PABLO GERCHUNOFF and IVÁN TORRE
Source: Desarrollo Económico, Vol. 54, No. 212 (MAYO-AGOSTO 2014), pp. 35-62
Published by: Instituto de Desarrollo Económico Y Social
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/43748243
Accessed: 27-02-2018 16:33 UTC
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(mayo-agosto
1 . Introducción
Esta introducción es, antes que nada, la justificación de un título. Y para que la
justificación sea sintética y en lo posible convincente vamos a recurrir apenas a un
indicador comparativo entre tres países: Argentina, Australia y Canadá. Aproximada-
mente en 1869 (fecha del primer censo de población argentino) el 8% de la población
australiana vivía en colonias relativamente pobres que en el año 2000 iban a explicar el
1 7% del PBI nacional; el 2% de la población canadiense vivía en colonias relativamente
pobres que en el año 2000 iban a explicar el 18% del PBI nacional; pero el 46% de l
población argentina vivía en provincias que en el año 2000 iban a explicar el 13% de
PBI nacional y que iban a ser definitivamente pobres. La diferencia es significativa y
para nada irrelevante a la hora de estudiar las complejidades de la economía política
argentina. En Australia y Canadá, el indicador ilumina lo que cualquier historiador
económico esperaría: en las regiones relativamente pobres y que proyectaban un
futuro de atraso relativo vivía un porcentaje menor de la población total; en Argentina
no fue así, y eso abre la puerta a la pregunta: ¿estaba la población argentina en el
lugar equivocado? Ciertamente la respuesta es negativa, pero lo interesante no e
la respuesta sino el hecho de que la pregunta pueda ser formulada. En los albore
del país independiente y más todavía en la etapa virreinal, la actividad productiva y
la demanda de empleo estaban vinculadas a los corredores mineros, sobre todo a
Potosí, y lo que luego sería la Argentina era primordialmente un proveedor de bienes
y servicios para el Alto Perú y en menor medida para Chile. El norte geográfico er
también el norte económico y por lo tanto el espacio atractivo para el asentamiento
poblacional. En el sur -esto quiere decir en el litoral- se expandía lentamente una
ganadería rústica en un cuasidesierto demográfico, y si algo atractivo había en ese sur
era el puerto en que embarcaban los minerales, desembarcaba el abanico amplio de
productos importados y hacían negocios los comerciantes y los contrabandistas.
No vamos a tratar en este trabajo las causas por las que el centro gravitacional
* Agradecemos los comentarios de dos evaluadores anónimos cuyas observaciones críticas nos
permitieron centrar mejor nuestro argumento.
** UTDT.
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demográfico contrasta con la que se observaba en 1869, fecha del primer censo de
población, cuando el litoral en su versión más restringida concentraba solamente el
41% de la población, y si incluimos a Córdoba -La Pampa aún no estaba poblada
por el hombre blanco-, el porcentaje era del 53,4%. En ese sentido, el panorama de
1914 revelaba lo que después se convertiría en un lugar común de la historiografía:
el motor económico del país funcionaba en la pampa fértil cercana al puerto y no ya
en las provincias mediterráneas del norte.
La segunda característica saliente que surge de los resultados del censo de
1914 es la masiva presencia de extranjeros en la población. Los guarismos indicaron
que vivían en el país 7.885.237 personas, de las cuales 2.357.721 -el 29,9%- eran ex-
tranjeras, el 82% proveniente de ultramar y apenas el 8% de los países limítrofes. Ese
29,9% era por demás alto en comparación con otros países receptores de inmigrantes
aproximadamente en la misma época: 22% en Canadá según el censo de 191 1; 17,7%
en Australia (también 1911) y 14,7% en Estados Unidos (1910). Si vinculamos las dos
características mencionadas -la dinámica de la ocupación poblacional en el territorio y
las migraciones externas- nos encontraremos con una tercera: el 87% de los extranjeros
se instaló en las provincias del litoral, lo que no puede extrañar si es que allí se había
echado a andar el motor económico. Resulta entonces, por caso, que para 1914 el
49,3% de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires eran extranjeros; en la Provincia
de Santa Fe el 35,1% y en la Provincia de Buenos Aires el 34%. Por contraste, en La
Rioja y Catamarca los extranjeros representaban 2% de la población, en Santiago del
Estero el 3% y en Salta el 8%. Solo Mendoza, con 31 % de población extranjera y gracias
a la atracción de la industria vitivinícola, exhibía cifras similares a las del Litoral.
Hay un paso más que dar en el análisis de los insumos que nos provee la de-
mografía. Los números del censo ocultan el hecho de que muchos de los argentinos
nativos eran a su vez hijos de extranjeros. Con algunos supuestos demográficos,
hemos calculado el porcentaje de la población del litoral en 1914 que eran argen-
tinos de primera o segunda generación -hijos de padres o abuelos nacidos fuera
del país- Nuestras estimaciones arrojan resultados que indican una contribución
contundente de la población migrante ultramarina: de los 5 millones de habitantes
del Litoral en 1914, 1,9 millones eran extranjeros y 1,7 millones eran hijos o nietos
de extranjeros. Si sumamos ambas cifras, se verifica que el componente de origen
migratorio ultramarino representaba entonces 72% de la población del litoral, esto es,
casi tres de cuatro habitantes tenían sus orígenes fuera del país. El 28% restante de
la población se componía de 21 % de descendientes de aquellos nativos de la región
que la habitaban en 1869 y 7% de migrantes internos provenientes de otras regiones
de la Argentina y su descendencia1.
Esta descripción de la realidad demográfica del Litoral para 1914 no es sor-
prendente. Sin embargo, hay un punto al que la historiografía le ha prestado escasa
atención: nos referimos a ese magro 7% de contribución poblacional de migrantes
internos. ¿Cómo fue que el motor de la economía exportadora de alimentos se nutrió
casi exclusivamente de trabajadores extranjeros para su funcionamiento?; ¿por qué
1 En este modelo, por cuestiones de simplicidad, dejamos de lado el fenómeno del "mestizaje" (la
combinación de población criolla y población europea). Si bien se trata de una omisión teórica no menor,
el trabajo de Miguez (2003) sobre composición étnica de los hogares en Tandil nos permite suponer que
el grado de "mestizaje" en el Litoral era bastante limitado dadas las altas tasas de endogamia (mayores
al 75%) que había en las comunidades extranjeras de la región a fines del siglo XIX. Ver también Miguez
(1991) al respecto.
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GRÁFICO 1
Perfil demográfico de la población d
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al tiempo que el norte creció relativamente menos. Pero este último dato se puede
matizar, porque ese norte albergaba fuertes disparidades regionales. Santiago del
Estero, por ejemplo, creció a una tasa superior a la de Buenos Aires, mientras que la
provincia de Jujuy tuvo un crecimiento negativo en el mismo período.
La independencia, con su opción siempre en conflicto por el libre comercio,
significó el final de esta trayectoria de crecimiento demográfico relativamente homo-
géneo. La temprana derrota del Ejército del Norte fue letal para el comercio minero,
y la estructura productiva argentina se reorientó a explotar las ventajas que brindaba
la tierra fértil del litoral, en particular la provincia de Buenos Aires. El Océano Atlánti-
co fue la nueva ruta comercial. Primero los cueros y luego la lana protagonizaron un
verdadero boom ganadero bonaerense. En la composición de las exportaciones, el
CUADRO 1
Población y tasas de crecimiento anuales, por provincia, 1778-1869
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3. Tres hipótesis
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CUADRO 2
Población y tasas de crecimiento anuales, por provincia, 1869-1914
Corrientes
Litoral
San Juan
Cuyo
Jujuy
Norte
CUADRO 3
Migrantes internos como porcentaje de la población total
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2 Alan Taylor (1992) argumenta que menores migraciones externas habrían redundado en mayores
tasas de inversión y en un mayor ratio de capital a trabajo, colocando a la Argentina en una mejor posición
después de los años '20, cuando los ingresos de capitales británicos disminuyeron fuertemente y el país
tuvo dificultades en acceder al mercado de capital para financiar su crecimiento.
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ECOMOMÍA POLÍTICA ARGENTINA Y MIGRACIONES (1880-1914) 43
contexto son los productores de los bienes que compiten con las importaciones,
cuya rentabilidad disminuye hasta el punto de que su supervivencia queda amena-
zada3. El tendido del ferrocarril y las mejoras en el transporte marítimo significaron
una gran oportunidad para la agricultura y la ganadería del litoral y un riesgo para la
casi totalidad de los sectores productivos del interior. La clase política resolvió est
desigualdad regional frente al progreso técnico protegiendo a algunas actividade
medianamente viables y muy significativas y beneficiándolas consecuentemente co
la expansión de la demanda interna. Los potenciales perdedores pasaron a ser socio
de los ganadores. En un escenario en el que la mano de obra era completamente
móvil, el dinamismo de los sectores protegidos del interior restó incentivos a las mi-
graciones internas hacia la región en la que se concentraba la producción de biene
exportables y de servicios urbanos.
La tercera hipótesis remite a un diferencial entre las habilidades laborales de la
población nativa y las de la población extranjera. Este diferencial, más que de nive
educativo, habría sido de destrezas adquiridas en el trabajo: la población criolla,
diferencia de los inmigrantes europeos, estaba especializada en la cría del bovino
-veremos que parcialmente- en las economías de plantación, no en el trabajo agríco
de la pampa fértil y menos aún en los servicios urbanos que, dada la productividad de
la tierra, explicaban la mayor parte de la creación de empleo. Así, los pobladores d
norte no emigraron al litoral simplemente porque no había allí una demanda labor
significativa para esas destrezas. Décadas de arrear ganado vacuno en el corredo
minero del Alto Perú y hacia Chile y de aprender las tareas de cultivos no pampeanos
habían especializado a los criollos en actividades productivas que ocupaba un lugar
secundario o nulo en el desarrollo económico del Litoral a fines del siglo XIX y princi-
pios del XX, aunque un lugar estratégico en el naciente arreglo federal.
3 Este fenómeno también se conoce en la literatura económica como "efecto Balassa-Samuelson" y refie-
re al encarecimiento relativo de los bienes y servicios no transables en un contexto de apertura económic
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MAPA 1
Extranjeros y migrantes internos en el Litoral como porcentaje
de la población total, por partido, censo de 1869
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos del Censo de Población de 1869.
CUADRO 4
Correlación con densidad poblacional en el nivel de partido (n=143),
censo de 1 869
(1)
Porcentaje de extranjeros no 0,723 ***
limítrofes sobre el total de la (0,212)
población
Porcentaje de migrantes internos -0,443 ***
sobre el total de la población (0,146)
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MAPA 2
Extranjeros y estructura productiva en el Litoral, por partido, censo de 1914
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos del Censo de Población y Censo Agropecuario
de 1914.
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CUADRO 5
Correlación con estructura productiva en el nivel de partido (n=143),
censo de 1914
Porcentaje de
establecimientos
agropecuarios
agrícolas
Porcentaje de extranjeros no limítrofes
sobre el total de la población 0,242 ***
(0,025)
8 Es razonable asumir que en términos de capital humano los bolivianos y los argentinos de las
provincias de Catamarca, Jujuy y Salta no tenían, al menos en 1869, grandes diferencias. En todo caso,
las políticas educativas de años posteriores en Argentina pueden haber generado una brecha positiva
favorable a los jujeños y sáltenos en relación con sus vecinos bolivianos.
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48 PABLO GERCHUNOFF E IVÁN TORRE
CUADRO 6
Migrantes internos en el Litoral, por provincia de origen, 1869-1914
Bolivianos
Total
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CUADRO 7
Migrantes internos en Tucumán, por provincia de origen, 1869-1914
Bolivianos
Total
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50 PABLO GERCHUNOFF E IVÁN TORRE
6. El caso tucumano
Corresponde una última pregunta: ¿cómo fue, entonces, que los criollos, con una
destreza secular adquirida en la ganadería, pudieron ser empleados en la industria
10 La autora en efecto señala que las autoridades provinciales, tal como se indica en el Reglamento
Oficial de Mendoza de 1884, promovieron una "inmigración selectiva" de europeos con conocimientos de
vitivinicultura.
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azucarera del Tucumán y retenidos en ella?; ¿qué hipótesis, de las dos que queda
en pie, ofrece una explicación más ajustada y certera? Algo avanzamos ya en la
respuesta con nuestra breve inspección al caso mendocino, pero hay que tomar e
cuenta el rasgo distintivo de Tucumán: la mano de obra criolla fue prácticamente
única disponible para la expansión azucarera. Los inmigrantes europeos que lleg
ron a Mendoza no llegaron a Tucumán, entre otras cosas porque no hubo en el ca
tucumano políticas públicas provinciales que los atrajeran11. Balan (1976) argumen
que los hacendados de los ingenios tucumanos se vieron forzados a entrenar a l
criollos en la naciente industria, pero agreguemos desde nuestra perspectiva qu
para hacerlo contaron con los beneficios derivados del proteccionismo. Existe, sin
embargo, otro factor fundamental que puede haber determinado la inserción labor
de los criollos en la industria azucarera y que tiene que ver con las habilidades ad
quiridas en períodos largos (la tercera hipótesis). Bolsi (2000) indica que existía ya
a mediados del siglo XIX en la provincia de Tucumán una proto-industria azucarer
más bien artesanal, como resultado de una tradición agrícola asentada en la regió
desde hacía años; y agrega Bolsi que Tucumán era una de las zonas más densamen
pobladas del país (incluso de América Latina) y que ello había impulsado, durante l
época colonial, el desarrollo gradual de una agricultura de pequeña escala dirigid
a proveer a los núcleos urbanos de bienes comestibles. Entre esos bienes se encon
traba el azúcar, que para 1870 -en las vísperas de la sanción de la Ley de Aduan
de Nicolás Avellaneda- era refinado artesanalmente en al menos medio centenar de
establecimientos. De manera que la población criolla de una zona del interior contaba
con cierta destreza en el cultivo y procesamiento del azúcar que fue de indudable
ventaja al momento de la instauración del régimen proteccionista.
Las dos hipótesis convergen y compiten. Lo que emerge de la evidencia es-
tadística y sociológica permite concluir que se complementan. Parece claro que los
criollos aprendieron las tareas y los oficios vinculados a la explotación del azúcar y
su dependencia de la ganadería vacuna se debilitó con el tiempo. En ese contexto,
¿qué rol tuvo la instauración de un régimen proteccionista? Al permitir un cierto nivel
de progreso económico allí donde hasta ese entonces solo había estancamiento de
la actividad productiva, redujo los incentivos de los criollos a emigrar al Litoral. De no
haber existido proteccionismo, es probable que muchos hubieran efectivamente mi-
grado, pero difícilmente habrían conseguido una inserción satisfactoria en la estructura
productiva, ya que no habían adquirido en sus historias laborales ventajas comparativas
en los sectores que lideraban la generación de empleo. Por ello mismo, esa migración
habría generado problemas tanto para la clase dirigente del Litoral como para las viejas
oligarquías del Interior. En el primer caso, porque el entramado productivo fundado en
la agricultura y los servicios no facilitaba la integración social de esos migrantes; en
el segundo caso, porque los territorios del interior se habrían vaciado de población y
de trabajadores, con el consecuente debilitamiento político de las clases dirigentes
provinciales. Por un lado, entonces, la instauración del proteccionismo otorgó a muchos
criollos la posibilidad de mantener un cierto nivel de vida y una inserción sólida en una
estructura productiva menos atrasada que sus alternativas en la región. Por el otro, el
proteccionismo resolvió el conflicto político que hubiera emergido entre y dentro de las
clases dirigentes del litoral y del interior. Una prueba de la efectividad de la estrategia
11 De acuerdo con el censo de 1914, del total de 12.960 personas que declaraban ser labradores
agrícolas en Tucumán, 12.129 eran argentinos y solamente 831 eran extranjeros.
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CUADRO 8
Migraciones internas: ejercicio contrafáctico
Interior
Total País
Fuente: Elaboración p
GRÁFICO
Perfil demográ
Fuente: Elaboración p
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54 PABLO GERCHUNOFF E IVÁN TORRE
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ECOMOMÍA POLITICA ARGENTINA Y MIGRACIONES (1880-1914) 55
Existe otro interrogante contrafáctico que no hemos mencionado hasta aquí. To-
mando en cuenta las diferencias en las destrezas adquiridas entre criollos y europeos,
¿qué habría sucedido de no imponerse las medidas proteccionistas favorables a las
economías regionales durante el último cuarto del siglo XIX? ¿Cuál habría sido el de-
rrotero de la población del interior del país, y sobre todo del norte? Afortunadamente
en este caso, la respuesta la da la historia. El proteccionismo tuvo un costo económico
no despreciable que fue posible pagar en tanto el litoral prosperó con la exportación de
sus productos agropecuarios de base alimentaria. La crisis de los años treinta puso en
jaque ese patrón de crecimiento. Sin embargo, inicialmente, las economías regional
no padecieron el colapso del sector agroexportador: su producción se vio favorecid
por el cierre de la economía al comercio exterior, por un conjunto amplio de medidas
específicas (sobre todo durante el gobierno de Agustín P. Justo) y por el crecimiento
de un mercado interno que, si bien se había expandido con más vigor hasta la crisis de
1 930, encontraba ahora apuntalamiento en el desarrollo industrial del Área Metropolitan
de Buenos Aires. La primera etapa de la industrialización sustitutiva de importaciones
se nutrió del empleo de la mano de obra desocupada de origen rural pampeano y e
buena medida de los insumos de las provincias interiores, como el algodón, el azúcar,
el té, la yerba mate y la vid. Con respecto a lo primero, cabe destacar que casi cuatro
quintos de la migración interna que se radicó en el área metropolitana entre 1914 y_,
1947 tuvieron su origen en las zonas rurales del Litoral (ver cuadro 9). Si bien hab
migrantes que provenían del interior del país, eran un porcentaje menor respecto
quienes arribaban de aquellas regiones de la Pampa Húmeda que habían padecido la
quiebra de la trayectoria agroexportadora. Con respecto al segundo punto, señalem
el fuerte crecimiento que exhibió la producción de cultivos industriales entre 1929 y
1948 (3,3% anual) y entre 1949 y 1960 (4,1% anual) en contraste con una producció
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CUADRO 9
Migración interna hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires,
por origen 1914-1970
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1914 pasaba no solo por el utópico reentrenamiento de la población criolla sino por la
crisis del arreglo federal, incluidas restricciones migratorias y salarios más altos.
La industrialización sustitutiva de importaciones agotó su etapa trabajo intensiva
a mediados de los años cincuenta, cuando se hicieron evidentes los cuellos de botella
que generaba, sobre todo en el sector externo, la ausencia de una industria de insumos
difundidos, de bienes de consumo durables y de bienes de capital. La nueva etapa de
crecimiento industrial, a diferencia de la etapa anterior, fundada en las manufacturas livia-
nas de bienes de consumo, requería de grandes inversiones de capital para su desarrollo.
La estructura empresarial del país era tal que solo existían dos agentes que podían aportar
ese capital: el Estado y las firmas extranjeras. Ambos ganaron relevancia en el crecimiento
económico del país. La construcción de los primeros hornos siderúrgicos estuvo a cargo
del Estado, mientras que las empresas multinacionales automotrices comenzaron a pro-
ducir localmente a fines de los años cincuenta. En esta fase de industrialización capital
intensiva las necesidades financieras del Estado se hicieron cada vez más acuciantes:
los subsidios e inversiones que requería la continuidad del proceso de industrialización
pusieron en jaque a las arcas públicas. No es casualidad que los primeros programas
de "racionalización" del Estado -como el propuesto por Álvaro Alsogaray en 1959 o
el llamado "Plan Larkin" para el sistema ferroviario en 1961- se llevaran a cabo en esa
época. En este contexto, los regímenes de protección y promoción que daban estímulo
a las economías regionales -en particular, a la producción del azúcar en Tucumán y de
algodón en el Chaco- se tornaron particularmente costosos para un Estado que ahora
tenía menos posibilidades de financiarlos. Fue así que a mediados de los años sesenta
se produjo un rápido desmantelamiento del régimen proteccionista y promocional que
durante casi ochenta años había alimentado el desarrollo de la economía de distintas
provincias del interior. Como resultado, se desató un aluvión migratorio proveniente del
Norte del país en dirección hacia las únicas zonas de crecimiento económico -el Área
Metropolitana de Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
La magnitud de las migraciones internas fue impresionante: entre 1960 y 1970,
las poblaciones de Catamarca, Chaco y La Rioja prácticamente permanecieron inalte-
radas y la de Tucumán incluso se redujo. En cierto modo, lo que sucedió en esos años
fue similar a lo que habría ocurrido casi cien años antes si no se hubiesen aplicado las
medidas proteccionistas al azúcar y al vino que generaron una inserción productiva para
las economías del interior del país. Ese enorme contingente de migrantes no encontró
una contrapartida del lado de la demanda de mano de obra. La explicación es simple:
si a fines del siglo XIX la economía del Litoral no demandaba trabajo criollo porque no se
adaptaba con facilidad a las necesidades del sector agrícola y de los servicios urbanos,
en los años sesenta y setenta del siglo XX la economía de los grandes centros urbanos
del Litoral, que producía los nuevos bienes con técnicas capital-intensivas, solo tenía
una demanda robusta por trabajo altamente calificado. Así, la inserción de los migrantes
internos en la estructura productiva de las grandes ciudades fue bastante precaria: sola-
mente en los servicios de escasa calificación y alta informalidad -el empleo doméstico,
la construcción, la gastronomía- encontraron un empleo medianamente estable16.
Ya superada la primera década del siglo XXI, los descendientes de los migrantes
internos que arribaron a partir de mediados de los años cincuenta explican una parte
16 Se trató, sin embargo, de sectores con una demanda laboral altamente procícllca: eso que hizo que
los migrantes internos y sus descendientes hayan sido las principales víctimas de las crisis macroeconómicas
que golpearon al país en forma repetida a partir de 1975.
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58 PABLO GERCHUNOFF E IVÁN TORRE
APÉNDICE METODOLÓGICO
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Año N L M E M* E*
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60 PABLO GERCHUNOFF E IVÁN TORRE
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ECOMOMIA POLÍTICA ARGENTINA V MIGRACIONES (1880-1914) 61
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62 PABLO GERCHUNOFF E IVÁN TORRE
RESUMEN
Entre fines del siglo XIX y principios alternativos de progreso material en el Norte
del siglo XX Argentina vivió un período de y el Oeste del país, fruto del proteccionismo
rápido cambio demográfico cuyo rasgo másarancelario originado en un compromiso
visible fue el arribo al puerto de Buenos Aires político entre las élites del interior y del Litoral;
de millones de inmigrantes europeos que se 3) la existencia de diferencias cualitativas en
establecieron predominantemente en el Litoral.la productividad de criollos y europeos que
Los movimientos migratorios internos de ladificultaron la inserción de los primeros en la
población preexistente fueron muy reducidos. agricultura y los servicios urbanos. La evidencia
Exploramos tres hipótesis que explican la empírica refuta la primera hipótesis, mientras
razón de estos comportamientos disímiles: 1) que la segunda y la tercera son validadas y
la existencia de regímenes laborales coercitivosarrojan algunas claves sobre el vínculo entre
que limitaban la libertad de movimientos de los migraciones y patrones productivos en los años
trabajadores criollos; 2) el surgimiento de polos que siguieron.
SUMMARY
Between late XlXth century and earlya consequence of protectionism that resulted
XXth century Argentina went through a periodfrom a political compromise between elites in
of rapid demographic change in which millions the interior and the Litoral; 3) the existence
of European immigrants established themselvesof qualitative differences in the productivity
mainly in the Litoral region of the country. of "Criollos" and Europeans that became an
However, internal migration of the préexistentobstacle for a successful labor insertion of
population was very limited. We explore natives in agriculture and urban services. The
three hypothesis that explain this different empirical evidence refutes the first hypothesis
behavior: 1) the existence of labor regimes that while it validates the second and the third ones,
constrained free movement of native workers; giving some clues about the interaction between
2) the emergence of alternative development migrations and development patterns in the years
areas in the North and West of the country as that followed.
REGISTRO BIBLIOGRÁFICO
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