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El Colegio de Michoacán, A. C.

Centro de Estudios en Geografía Humana, CEGH.


Extensión La Piedad

El sentido y el significado de habitar un espacio construido en


Zamora.

Tesis
Que para obtener el grado de
Maestro en Geografía Humana

Presenta
José Manuel Castellanos Martínez

Director de tesis
Dr. Octavio Martín González Santana

Lectores
Dr. J. Luis Seefoó Luján
Mtro. Roberto Briseño Hurtado
A Dios, gracias.
Agradecimientos

En primer lugar debo agradecer al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología


(CONACYT) por el apoyo económico brindado, ya que sin este soporte no habría
sido posible mi total dedicación a esta investigación de tesis de maestría. De igual
manera hago extensiva mi gratitud a El Colegio de Michoacán (El Colmich) por su
abrigo y respaldo institucional al brindarme la oportunidad de ser parte de la
generación 2014-2016 en el Centro de Estudios de Geografía Humana (CEGH).
También es necesario reconocer que sin el apoyo económico de El Colmich en la
etapa final de la tesis no hubiera sido posible su terminación en tiempo y forma.
A todos los investigadores del CEGH, quienes han sido una motivación y un
pilar importante en mi formación dentro de esta tan gratificante área de la
investigación. A quienes impartieron seminarios en las diferentes disciplinas y
enfoques de la geografía humana y a la vez estimularon en mí la crítica y reflexión
a las problemáticas humanas, sus clases fueron un aprendizaje tanto académico
como de vida para mí. Las convivencias y salidas de campo con ellos son ahora
recuerdos muy gratos.
Mi más sincero agradecimiento y admiración de manera especial al Doctor
Octavio M. González S., quien creyó en mí y aceptó la dirección del presente.
Octavio, estoy muy feliz y agradecido por su apoyo otorgado desde el inicio hasta
el fin del programa de maestría, por el apoyo que me brindo en la tesis, sobre todo
cuando no tenía rumbo y pensaba que no podía con ella. Gracias por esa libertad y
confianza brindada para proponer ideas, siempre recordaré este detalle. También
estoy en deuda con el Doctor J. Luis Seefoó y con el Mtro. Roberto Briseño H.,
quienes leyeron con atención este documento y expresaron sus preocupaciones e
inquietudes con sugerencias, correcciones, críticas y aportes valiosos para
enriquecer el nivel académico de este trabajo.
Gracias a mis compañeros de generación, cada uno con su carácter y
formación hicieron mi estancia en el programa, dentro y fuera del aula, una grata
experiencia de convivencia y crecimiento profesional en la investigación. A quienes
aportaron y mejoraron el trabajo con sus comentarios a través de lecturas
concienzudas, Rodrigo H. Chaparro M. y Óscar Rodríguez, gracias.
A los habitantes de los asentamientos de estudio en Zamora, quienes
apoyaron de manera incondicional ésta tesis. Con su tiempo y experiencias
compartidas ahora también habitan en mi memoria. Los que me abrieron las puertas
no solo de su casa, sino de su historia de vida que con largas, pero amenas charlas
me ayudaron a entender y dar a conocer el sentido y significado de habitar un
espacio como la casa. A los habitantes de la colonia Fernando Amilpa, a los del
Fraccionamiento La Luneta y a los del Centro, gracias.
A Kenia, mi esposa, y Adaia, mi hija, gracias por su paciencia y comprensión,
ya que sin los días, tardes y noches que me consumió la tesis apartado de ustedes
tampoco habría sido posible el desarrollo de este trabajo. A mis padres y herman@s
por su preocupación y constante motivación, han sido un pilar importante
motivacional en todas las etapas de mi vida y esta no fue la excepción.
Este proyecto está en deuda con todas aquellas personas que brindaron la
información necesaria a través de bibliografía, experiencias, comentarios, críticas y
apoyo moral. Así mismo a las instituciones de gobierno municipales, quienes me
abrieron las puertas para consultar y revisar la información solicitada.
A todos ustedes ¡MUCHAS GRACIAS!
Índice
Introducción.......................................................................................................................... 5
Contenido de la estructura................................................................................................ 9
Antecedentes......................................................................................................................11
Planteamiento de la problemática y delimitación de estudio.............................................. 21
Objetivo........................................................................................................................... 23
Justificación.....................................................................................................................23
Hipótesis......................................................................................................................... 25
Estrategia Metodológica..................................................................................................26
Estrategias para la recolección de datos..................................................................... 27
Procesamiento de análisis...........................................................................................30
Capítulo uno. Marco teórico conceptual: el habitar, un lugar en la geografía humana..... 33
El habitar y sus principales precursores......................................................................... 36
La doble trialéctica...........................................................................................................41
La trialéctica del espacio y la trialéctica del ser..........................................................42
Habitar el lugar................................................................................................................ 44
Habitar la casa................................................................................................................ 47
Capítulo dos. Contexto sobre la transformación de la casa en Zamora............................ 57
Habitar la casa en Zamora y su contexto histórico......................................................... 59
El periodo colonial e independiente: siglos XVI-XIX....................................................59
Implementaciones en el siglo XX.................................................................................68
Las nuevas formas de apropiarse del espacio............................................................70
Tres tipos de asentamientos: el barrio, la colonia y el fraccionamiento.....................74
Los que ganaron. La invasión de la colonia Fernando Amilpa....................................... 78
El Centro de la ciudad, una tradición arquitectónica....................................................... 85
La construcción de una moderna zona urbana al sur de Zamora. Fraccionamiento
Residencias La Luneta.................................................................................................... 88
Capítulo tres. Habitar el entorno construido. Los espacios de representación y la vida
cotidiana..............................................................................................................................93
Habitar, habitus y cotidianidad, una construcción simultanea.........................................93
Habitar en Los Espinos................................................................................................ 94

1
Habitar en el Centro.................................................................................................. 115
Habitar en La Luneta................................................................................................. 128
La calidad de vida en el entorno, una comparación entre los asentamientos.............. 134
Capítulo cuatro. Habitar la casa: una construcción simbólica y material.........................145
La necesidad nos hizo, la colonia Fernando Amilpa....................................................145
Casa y familia, una transformación simultánea........................................................ 145
La idea de habitar la casa.........................................................................................154
La relación entre habitar el espacio doméstico y el espacio público........................ 157
La autoconstrucción, una forma de vida...................................................................160
La casa un sistema, el habitar una conexión............................................................173
La subsistencia de la familia a través de la casa en el Centro.................................... 175
La construcción familiar al interior de la casa...........................................................175
Habitar la casa en El Centro de la ciudad................................................................ 182
Habitar el espacio doméstico y la percepción de los habitantes..............................185
La construcción material y simbólica de las casas...................................................190
El prestigio de la familia y la casa en Residencias La Luneta....................................... 192
Composición familiar.................................................................................................. 192
La idea de habitar...................................................................................................... 197
El habitante en el espacio doméstico.........................................................................198
La construcción de las casas..................................................................................... 205
Reflexiones finales............................................................................................................209
Bibliografía........................................................................................................................ 217
Fondo documental......................................................................................................... 217
Obras citadas................................................................................................................ 217
Anexos..............................................................................................................................227

Índice de diagramas

Diagrama 1. Resumen de la ruta de análisis...................................................................... 32


Diagrama 2. Trialéctica del espacio, según Lefebvre (1974).............................................43
Diagrama 3. Trialéctica del ser/Tercer espacio, Soja (1966, 1997 y 2008)....................... 44
Diagrama 4. Lefebvre (1974), Soja (1996) y Heidegger (1951)..........................................54

2
Diagrama 5. El habitus, un sistema de necesidades que se cumplen mediante un proceso
repetitivo..............................................................................................................................97

Índice de gráficas

Gráfica 1. Crecimiento Demográfico en la República Mexicana...........................................5


Gráfica 2. Crecimiento demográfico del centro de población de Zamora, Michoacán........ 6

Índice de mapas

Mapa 1. Localización de los asentamientos en la mancha urbana de Zamora (ver anexos).


........................................................................................................................................... 21
Mapa 2. Asentamientos irregulares en Zamora.................................................................. 95
Mapa 3. Áreas sociales en que se dividelacolonia.......................................................... 111

Índice de tablas

Tabla 1. Crecimiento demográfico y el aumento de viviendas en Zamora........................ 70


Tabla 2. Costo por dotación de servicios en la colonia, 1977............................................84
Tabla 3. Comparación sobre la calidad del entorno por asentamiento (porcentajes
cubiertos)........................................................................................................................... 136
Tabla 4. Comparación de la calidad de vida de características generales sobre la vivienda
y población por asentamiento............................................................................................137

Índice de imágenes

Imagen 1. Vista aérea de la Catedral de Zamora en la década de los setenta.................. 57


Imagen 2. Mapa del Valle de Zamora................................................................................. 59
Imagen 3. Calle del Caracol 1982, vista área y vista de oriente a poniente....................... 60
Imagen 4. Huellas de las antiguas huertas en una casa zamorana actual.........................63
Imagen 5. Los corazones de manzana en 1975................................................................. 64
Imagen 6. Espacio de transición entre el zaguán y la puerta de acceso............................ 65
Imagen 7. Vista de casas en la calle Madero norte con aleros y sin aleros....................... 67
Imagen 8. Casas de familias de escasos recursos.............................................................68
Imagen 9. Proyecto de crecimiento de Zamora.................................................................. 70
Imagen 10. Construcción de casas de paracaidistas, invasiones en Zamora, 1982.......... 72
Imagen 11. Choferes de la CTM cuidando la zona federal en 1969...................................81
Imagen 12. Distribución de lotes en la colonia Fernando Amilpa en su fundación.............83
Imagen 13. Transformación de una de las calles del Centro..............................................86
Imagen 14. Manos del gráfico............................................................................................. 94
Imagen 15. Contrato de compra-venta de un lote en la colonia Los Espinos en 1976.....103
Imagen 16. Pequeño grupo de personas de Los Espinos en junta...................................107
Imagen 17. Demolición de "la canchita”............................................................................ 108

3
Imagen 18. Publicación sobre la destrucción de "la canchita” en el periódico ZZamora. 110
Imagen 19. Capilla de La Virgen de Guadalupe................................................................113
Imagen 20. Mercado Hidalgo de Zamora en la década de 1930 y en la actualidad......... 116
Imagen 21. Interior del mercado Morelos, adaptado para cancha de basquetbol, en la
década de los sesenta.......................................................................................................118
Imagen 22. Puente del río Duero en 1947 sobre la actual avenida Madero..................... 121
Imagen 23. Cierre de la calle Suiza.................................................................................. 132
Imagen 24. Entorno en la colonia Fernando Amilpa......................................................... 140
Imagen 25. Entorno del Centro......................................................................................... 141
Imagen 26. Entorno de La Luneta..................................................................................... 142
Imagen 27. Mural revolucionario en lo alto de una casa en la colonia Fernando Amilpa. 154
Imagen 28. Una casa con tintes de autoconstrucción en la colonia................................. 155
magen 29. Apropiación del espacio público para lavado y tendido de ropa en una casa.
.........................................................................................................................................158
magen 30. Entorno de la colonia a finales de los setenta y principios de los ochenta. ... 163
magen 31. Doña Enriqueta y su nieta al interior de su casa........................................... 169
magen 32. Una casa tradicional en el centro de la ciudad..............................................182
Imagen 33.Fuente en patio central de casa en el centro, al fondo se observa un alto
edificio en construcción con materiales prefabricados que daña la vista interior de la casa.
...........................................................................................................................................187
Imagen 34. Hermoso traspatio en una casa, lo que anteriormente fue una huerta......... 190
Imagen 35. Casa enLa Luneta...........................................................................................197
Imagen 36. Una casa moderna en La Luneta.................................................................. 199
Imagen 37. Frentes de casastotalmente cerrados al público............................................ 201
Imagen 38. Casas con diferentes tipos de construcción y estilos distintos, construidas en
diferentes épocas.............................................................................................................. 206

4
Introducción
El análisis de las ciudades, su localización, dinamismo poblacional y el
conocimiento de los sistemas de ciudades son algunos objetos de estudio de la
Geografía Humana en el campo de los procesos urbanos. Entre otros aspectos, no
menos importantes, están los procesos que se dan al interior de éstas, como los
esquemas de usos de suelo, el desarrollo cultural, la dinámica social, el
crecimiento territorial, la construcción de diferentes tipos de asentamientos, entre
otros, resultan importantes para analizar.
A partir de 1930, el país experimentó un significativo crecimiento de la
población, donde el enorme poder de atracción de las áreas urbanas modificó las
formas de vida. Debido al proceso de transformación económica, social y
tecnológica, las zonas urbanas se convirtieron en desordenados desarrollos
habitacionales para la población que iba en aumento de una manera
desenfrenada, sin infraestructura, equipamiento o servicios básicos. Desde
entonces, las ciudades se han convertido en un punto de atención privilegiado por
los estudiosos de la sociedad y los procesos urbanos.

Gráfica 1. Crecimiento Demográfico en la República Mexicana.


120.00
97.48
100.00 112.34
c
cu
5 80.00 66.85
cu 81.25
60.00
"O
34.92
| 40.00 48.23
_o 12.63 15.16 16.55
20.00 25.79
13.61 14.33
1895 1900 1910 1921 1930 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
Año

Fuente. Elaboración propia con datos de INEGI.

La Gráfica 1 muestra en una línea continua el crecimiento de la población que se


desarrolló en la República Mexicana a partir de 1930. En una segunda línea
punteada presenta la tendencia del aumento en infraestructura, equipamiento,
servicios urbanos, casas, comercios y más territorio en las zonas urbanas del país.
5
Aunque se nota un cierto equilibrio en el incremento tanto de población como del
territorio, ésta ocupación, además de acelerada es desordenada en muchas zonas
urbanas del país.
Por este motivo, los urbanistas y geógrafos se han preocupado por el tema
con el fin de realizar una planificación dirigida y metódica, la cual debe acertar en
la distribución física del espacio urbano y en las estrategias de crecimiento y
desarrollo territorial.
Es importante señalar que este crecimiento acelerado no se dio de la
misma manera ni al mismo ritmo en todo el mundo, pues este proceso ya tenía
camino recorrido en los países desarrollados. En México sucedió después del
primer cuarto del siglo XX, y particularmente en la ciudad de Zamora el auge del
crecimiento demográfico en tuvo lugar después de 1960, aunque su despegue fue
en 1950.

Gráfica 2. Crecimiento demográfico del centro de población de Zamora, Michoacán.


200.00

Fuente. PMDUZM (2008-2028)1.

La Gráfica 2 muestra en una línea continua el incremento poblacional desarrollado


en Zamora después de 1950. La línea punteada da cuenta de una tendencia de
crecimiento territorial cada vez mayor. Si comparamos el aumento de población
con el del territorio en la ciudad, es posible observar un desequilibrio que
comienza en 1960 y se hace más notorio después del año 2000, esto debido a los

1 Programa Municipal de Desarrollo Urbano de Zamora, Michoacán (2008-2028).

6
intereses de empresas inmobiliarias que tratan de justificar la construcción de
asentamientos humanos (a partir de aquí tomo como referente los proyectos de
vivienda, la casa) con el argumento del crecimiento de población, el cual
disminuyó de manera considerable después de 1990 a diferencia del territorial.
Lo más importante de estos procesos de cambio es que han sido
construidos con prácticas espaciales, complejos procesos políticos, económicos y
culturales que cada tipo de sociedad desarrolla. Así, se hace presente la
transformación espacial en la imagen urbana y en el territorio y, sobre todo, en los
significados y las valoraciones que la gente asigna a los lugares y espacios que
habita dentro del entorno urbano. De esta manera, la sociedad crea espacios para
habitarlos como una posibilidad de respuesta a sus propias necesidades. En este
sentido, Sara Makowski (2007) plantea que se trata de una ciudad que no es una
sola ciudad, sino múltiples ciudades que coexisten y dialogan entre sí. Por tanto, la
temática del habitar recorre procesos que tienen que ver con la geografía humana,
con el urbanismo y la arquitectura. Ésta alcanza su sentido pleno cuando el
individuo es capaz de crear relaciones afectivas y materiales entre él y el espacio.
La ciudad de Zamora ha tomado un carácter de importancia en el país, ya
que en la actualidad sobresale junto con otras 58 zonas urbanas como sedes de
las 59 zonas metropolitanas existentes en el país, que por su número de
población, ocupa el tercer lugar entre las mayores ciudades del estado de
Michoacán. Debido a su privilegiada ubicación, caracterizada por sus tierras
agrícolas, la zona cerril que la rodea y la cuenca del río Duero que la abastece del
recurso hídrico, la ciudad se erige en el centro de una zona económica de gran
importancia para el estado de Michoacán y otras partes de la República Mexicana.
Quienes han realizado investigaciones de Zamora desde la perspectiva
urbana, afirman que va en deterioro asegurando que cada vez son más los
problemas urbanos. Por un lado, está la urbanización que moviliza grandes
conjuntos inmobiliarios sin una adecuada planeación y, por el otro, el incremento
de asentamientos irregulares que avanza de una manera impresionante sobre
tierras ejidales, privadas y federales. Así, la “planeación” urbana en Zamora se ha
usado como una máscara para llevar a cabo el “ordenamiento territorial” a partir de

7
los intereses políticos y económicos que benefician a la elite capitalista, quien
junto con el gobierno hace a un lado las necesidades más apremiantes de la
población.
En este contexto, tomar la casa y la familia como referentes principales para
llegar al objeto de estudio - el significado y el sentido de habitar - es un punto de
partida para exponer muchos de los problemas urbanos en Zamora, pues la casa
es un lugar de equilibrio entre su interior y su exterior para quienes la habitan.
Además, es también un eje central para desarrollar el sistema urbano y sus
relaciones socioespaciales. Por esto, el crecimiento de la ciudad no debe
entenderse como un conjunto de casas adheridas, de calles, espacios abiertos y
comercio, sino como un proceso en crecimiento ordenado, con un modo singular
de relacionarse y, también, con una manera singular de ser o de habitar.
De acuerdo con Gasca Salas (2007), la ciudad da mucho qué pensar, ésta
ofrece gran cantidad de objetos pensables y teorizables, traducidos en problemas
descriptivos y explicativos, muchos de ellos constituidos en campos de
investigación de las ciencias sociales2, de acuerdo a sus componentes,
estructuras, formas y funcionamientos determinados por su campo epistemológico
(Gasca S., 2007). El habitar no es posible verlo o palparlo, sin embargo se puede
teorizar. Aunque pareciera que no existe, al desarrollar las actividades cotidianas
dentro y fuera de la casa, éste habitar es el centro de atención, se construye con
cada paso que damos, con cada movimiento y con cada situación que da vida a
un espacio. Por lo tanto, el habitar existe con nuestro ser o estar en un lugar y
cobra vida en los espacios y tiempos vividos, deja de ser un objeto para
transformarse en nuestro propio sujeto.
El habitar lo podemos valorar en su plenitud desde dos puntos de vista. El
primero tiene que ver con las valoraciones materiales y económicas determinadas
en el medio urbano, el medio geográfico y el medio arquitectónico. El segundo es
un conjunto de valoraciones que no se ven, pero están presentes; las construimos
a diario pues son valoraciones simbólicas. De esta manera el habitar es una

2 De las edificaciones (la arquitectura), de la edificación (ingeniería: física aplicada a la construcción), de los
grupos sociales (sociología), de la cultura (antropología); del entorno (ecología), de las necesidades y
capacidades de producción, circulación, consumo (economía) etcétera, Gasca S. (2007).

8
entidad fundamental de cada individuo, mediante el cual construye un cuerpo de
valoraciones espaciales en el lugar habitado, la casa, el entorno urbano.

Contenido de la estructura

La presente investigación de tesis está compuesta por cuatro capítulos, un


apartado de introducción y las conclusiones. En la sección introductoria doy a
conocer la pertinencia del tema y la construcción de la problemática de
investigación, desde los antecedentes teóricos y empíricos hasta la propuesta
metodológica.
En el primer capítulo expongo la propuesta y bases teóricas. Parto del
espacio como concepto principal de la geografía para, así, posicionar la casa
como el primer espacio habitado por el hombre durante su vida. Posteriormente se
toman la casa y la familia como referencias principales para discutir los conceptos
del sentido y significado de habitar, todo esto a partir de las representaciones
simbólicas del espacio de Lefebvre (2013 [1974]), las cuales encierran el espacio
percibido, concebido y vivido. Puntualizo principalmente en el tercer espacio, el
vivido (Soja E., 1996).
En el segundo capítulo, y el más extenso, abordo de manera contextual e
histórica la casa zamorana como el elemento urbano más importante que ha
influido en el crecimiento de la ciudad. También se conocerán en la última sección
de este apartado los conceptos de barrio, fraccionamiento y colonia,
correspondientes a cada uno de los asentamientos de estudio. En tres apartados
posteriores, dentro del mismo capítulo hago un recuento histórico de la fundación
y construcción, tanto social como espacial de los tres lugares de interés: la
colonia, Fernando Amilpa; el barrio, Centro; y el fraccionamiento, La Luneta.
En el tercer capítulo doy a conocer los espacios de representación cotidiana
en el entorno, es decir, los espacios vividos en cada uno de los asentamientos
seleccionados. Se conocen las formas espaciales del entorno de cada
asentamiento y sus valoraciones subjetivas y significados obtenidos con el uso
habitual. Es decir, espacios que expresan afecto o sentimientos mediante
recuerdos codificados o simbolizados de la vida familiar y social a lo largo de su

9
propia historia. Este apartado lo desarrollo a partir de los conceptos habitar,
habitus y cotidianidad, como expresiones complementarias, ya que no puede
existir una sin la otra. En un último apartado complementario de este capítulo,
basado en las características del entorno, servicios, infraestructura, vivienda y
población, que presenta INEGI, hago una descripción y comparación de la calidad
de vida en cada asentamiento.
En el cuarto y último capítulo enfatizo en la configuración y transformación
familiar, las formas de la casa, los materiales, procesos de construcción y su
transformación en cada uno de los asentamientos de estudio. También hago una
descripción de las prácticas, expresiones y usos de los espacios interiores de la
casa por parte de sus habitantes, la familia. De esta manera expongo las
representaciones simbólicas del espacio, ligado a lo mental, lo que se codifica, lo
que gana significado, mediante costumbres, cotidianidades y expresiones en la
casa.
Por último, planteo un apartado reflexivo a manera de conclusiones y las
posibles vertientes que pueden dar seguimiento a esta investigación, con mayor
profundidad y particularidad en estos y otros asentamientos. Finalmente expongo
la bibliografía consultada y los anexos.

10
Antecedentes
Después de 1970, el crecimiento y producción del espacio urbano han tenido
mayor valoración por parte del sistema capitalista, lo cual provoca la percepción
del espacio como un bien de consumo; aunque buena parte de las expresiones
sociales, arquitectónicas y urbanas son el resultado de las diferentes valoraciones
simbólicas que el individuo proporciona al espacio a través del habitar3.
El clásico trabajo de Henri Lefebvre de 1974 es una de las bases teóricas
en esta investigación de tesis, pues conceptualiza el habitar como una producción
social. El autor sostiene que es posible conocer la vida social en la morfología
urbana y el espacio en la morfología social. Afirma que "el espacio es a lo vivido,
como lo que al organismo vivo es a su propia forma”. Según Lefebvre cada
elemento espacial es configurado de acuerdo a las experiencias, momentos,
vivencias y el desarrollo de quien lo habita.
En su obra, Lefebvre resalta tres puntos importantes de reflexión teórica y
metodológica. El primero tiene que ver con la particularidad4 de cada espacio,
antes que hacer un análisis a partir del capital, es necesario hacerlo a partir de su
historia. El segundo se refiere a todo tipo de relaciones que el espacio adopta. En
el tercer punto se presenta un espacio conformado por símbolos, códigos, signos y
leguajes a partir de representaciones simbólicas5, las cuales funcionan para
mantener las relaciones sociales en el espacio.
El autor hace la siguiente triada conceptual de las representaciones
simbólicas del espacio como elementos estructuradores del concepto: a) La
práctica espacial, b) Las representaciones del espacio y c) Los espacios de
representación (Lefebvre, 2013 [1974]). Saber leer estas representaciones
simbólicas para dar a conocerlas es uno de los retos del presente. Afirma Lefebvre
que en épocas anteriores era tarea del arquitecto y urbanista, no solo leer códigos

3 Para de Certeau la concepción del habitar es fomentar o restaurar esta narratividad [...]. Hay que despertar
a las historias que duermen en las calles y que yacen a veces en un simple nombre, replegadas en ese dedal
como las sedas del hada [...] (de Certeau, 1999:145 [1994]).
4 Cabe aclarar que cada espacio posee una particularidad especial desde su historia, hasta su función y su
estructura, a pesar que haya espacios similares, ninguno es idéntico, sino cada uno tiene sus rasgos propios.
5 Las representaciones simbólicas sirven para mantener estas relaciones sociales en estado de coexistencia y
de cohesión (Lefebvre, 2013:92 [1974]).

11
espaciales, sino que además estas disciplinas se encargaban de producirlos. En lo
particular creo que no hay nadie mejor que el creador de su propio texto para darlo
a conocer.
A partir del razonamiento anterior, Soja (1997) sostiene que la triada
conceptual de Lefebvre responde a los tres espacios siguientes: a) el espacio
percibido (practica espacial), b) el espacio concebido (representaciones del
espacio) y c) el espacio vivido (los espacios de representación). Esto no quiere
decir que sean diferentes espacios, se trata de un solo espacio construido y leído
desde diferentes enfoques, con fronteras teóricas (pero no empíricas) al tratarse
de un espacio habitado. Para Soja, el tercer espacio abre una infinidad de
posibilidades de estudio, ya que no sólo hace referencia a lo espacial, sino
también a lo temporal y a lo humano, que encierra los tres conceptos que pueden
llevar al estudio de una plena complejidad y otra forma de pensar la geografía6.
Lefebvre y Soja profundizan en el espacio habitado a través de conceptos
como apropiación, habitar, identidad, producción, símbolos, signos, entre otros.
Sin embargo sus planteamientos teóricos no se refieren a un determinado espacio
o a un lugar, sino al espacio en toda su complejidad. Con un contexto conceptual
como el anterior, es posible estudiar y comprender un espacio habitado específico
como la casa y su propio entorno, el cual por naturaleza es el primer espacio
habitado y cargado de significado.
Por otra parte, Bachelard (1957) realiza un estudio sobre la apropiación del
espacio amado por el hombre, la casa; y aunque el autor no lo afirma, ésta es un
espacio vivido, percibido y concebido. Bachelard sostiene que todo espacio
realmente habitado lleva como esencia la noción de casa (Bachelard, 2000:28
[1957]), por lo tanto, el espacio habitado trasciende el espacio geométrico (ibídem,
59). Así, para conocer el sentido del habitar la casa en Zamora, es necesario ir
más allá de los aspectos descriptivos y de las formas espaciales y arquitectónicas
de la casa y su entorno. Lo importante aquí son los hechos, impresiones,

6Soja (1997) plantea que los dualismos limitan la imaginación geográfica, de manera principal en las
disciplinas espaciales como la geografía, la arquitectura y el urbanismo, ya que tieneden a polarizar el
pesamiento espacial en torno a oposiciones tan fuendamentales como objetivo vs subjetivo, real vs
imaginario, entre otros, por lo que es necesario reperensar la bifurcacion lograr los equilibrios del
pensamiento y del analisis espacial.

12
expresiones, vivencias o necesidades que llevan al hombre a adaptar y adoptar un
espacio y habitarlo como un lugar.
Por otro lado, enfocado en el habitar y en la cotidianidad, Michel de Certeau
(1999) realiza un estudio donde ya no es solo la casa la que entra en escena, sino
ahora es también el barrio (el propio entorno de la casa) donde acontece un
escenario de vida cotidiana llena de formas, deberes e intereses, una organización
aglutinante de relatos y aventuras urbanas; donde también se ubica el espacio
privado que pertenece a la familia y a su infinidad de relaciones que dan cuenta
del arte de manipular y disfrutar los alimentos y el espacio de memoria compartida.
El autor se refiere al barrio como el espacio donde se desarrolla una relación con
otro ser social, quien exige un tratamiento especial. Salir de casa, caminar en la
calle, es para empezar, el planteamiento de un acto cultural no arbitrario: inscribe
al habitante en una red de signos sociales cuya existencia es anterior a él
(vecindad, vecindario o configuración de lugares). No puede existir el proceso de
dar significado al barrio sin el sujeto (sujeto-barrio). Al tener en cuenta al barrio
como un dominio del entorno social, la casa pasa a ser el entorno del espacio
íntimo, así los espacios comienzan a ser habitados de forma personal, familiar y
social (de Certeau, 1999 [1994]).
Existe una obra muy interesante de Sara Bak-Geller (2006) titulada "Habitar
una cocina”, donde la cocina es otro espacio doméstico usado de manera
particular por la familia, el cual ha sufrido una transformación considerable por dos
diferentes esposas en un mismo territorio; con ideologías distintas y diferente
distribución espacial. La autora problematiza la cocina a partir de la casa burguesa
del Porfiriato en comparación con la cocina de la casa moderna, construida
después de la primera mitad del siglo XX, cuando la cocina recibe la entrada
poderosa e implacable de la modernidad y con ello se impone a un nuevo modo
de disponer este espacio y de concebir el tiempo que trascurre en él.
Así, la autora forma una discusión sobre los saberes familiares que la
cocina guarda a través de prácticas cotidianas desarrolladas a partir de distintas
épocas; sin dejar de lado su decoración, sus relaciones, su distribución
arquitectónica, incluyendo el planteamiento de la cocina como un laboratorio social

13
en continuos ajustes y negociaciones entre distintos géneros y sujetos que habitan
el lugar y lo recrean en un ambiente familiar.
Bak-Geller (2006) también da a conocer las orientaciones femeninas y
masculinas de los espacios de la casa en comparación con la cocina. En la casa
del Porfiriato, por ejemplo, el despacho se considera un lugar con orientación
masculina y, además, el centro de la casa, mientras la cocina es un lugar con
orientación femenina y la última parte de la casa donde estaban las sirvientas, un
lugar oscuro, feo y descuidado que nadie quería habitar. De esta manera, la
autora contrasta la cocina moderna, que para la familia contemporánea no solo es
un espacio para preparar alimentos y remedios caseros, sino además suele ser un
lugar sin fronteras físicas, donde se consumen los alimentos, un espacio de
reunión familiar, de convivencia; un lugar para hacer las tareas escolares,
eventualmente para recibir visitas, etc. Para la autora, la multifuncionalidad o
inmutabilidad reflejadas por la disposición de los espacios y las prácticas sociales,
configuran una lógica de segregación familiar y fragmentación del espacio o bien
una lógica de constante convivencia y relación familiar en el lugar en dos épocas
distintas.
Otro autor que aborda estos temas es el arquitecto Cuervo C., quien ha
hecho investigaciones sobre el hábitat, la casa, la vivienda, entre otros. Todos en
torno a la teoría del habitar. En uno de sus artículos, titulado "Habitar: el tránsito
de la casa individual a la casa compartida. El inquilinato en Niquitao, Medellín”,
aporta importantes elementos teóricos sobre el habitar en el contexto de los
inquilinatos. El autor plantea que la casa se constituye en el elemento comparativo
a partir del cual se establecen las transformaciones del habitar, las expresiones
estéticas, el cuerpo, la relación con el espacio, los enseres y su condición afectiva,
las cotidianidades y la relación con el vecindario, entre otras (Cuervo, 2009:47).
Aquí el autor logra dar a conocer las representaciones simbólicas del espacio de
las que habla Lefebvre, ya que es un trabajo que trasciende lo físico, lo estético o
lo visible. De esta manera, puntualiza en las actividades cotidianas que el usuario
realiza en una vivienda, la cual guarda la subjetividad en su forma, en las familias
y en el entorno.

14
Sánchez E. (2013) realiza una interesante discusión teórica-metodológica
en su investigación, “La significación de la casa y del habitar en dos grupos
sociales en la ciudad de México”. Su objetivo principal es conocer el significado
que sujetos de grupos sociales diferentes otorgan a la casa que habitan, que
miran, conocen y comparan con la suya, junto con una posible casa ideal, todo ello
en un marco de construcciones urbanas y condiciones socioculturales específicas,
ubicadas en un contexto en la Ciudad de México. La autora afirma que la casa ha
sido estudiada desde lo económico, antropológico, demográfico, etcétera, pero lo
que le interesa destacar son los sentidos culturales, las diferencias en los
aspectos formales, tipos de construcción, ubicación o decoración, o incluso
aquellos menos visibles como los usos de una casa y los roles de los habitantes7.
Así mismo, Randle (2008) presenta en términos teóricos y empíricos cuatro
modos de habitar. Sostiene que la condición espacial del hombre está delimitada
por sus extremidades, según él, esta condición se refleja en cuatro espacios
palpables: el propio cuerpo, el asentamiento, el espacio urbano y la casa. Al hablar
Randle de las extremidades del cuerpo, pretende dar a conocer que las manos y
pies permiten al hombre delimitar sus espacios, caminar, cocinar y trascender
físicamente a otros lugares dentro de su propio entorno. Aunque la expresión
queda limitada hasta cierto punto, se entiende que las necesidades del hombre
son las que condicionarán el espacio en el que habita y de acuerdo a estas
necesidades delimita su espacio habitable. Así, para abordar este tipo de
investigaciones Randle propone estudiar y comprender lo cotidiano como un pilar
importante entre la arquitectura y el hombre. En este sentido, sostiene que la
arquitectura llega a la madurez a través de su más alta expresión humana, cuando
el hombre cubre casi todas sus necesidades, cuando llega realmente a habitar la
casa, cuando la arquitectura se torna madura. En lo particular, puede ser una
afirmación confusa, ya que el habitar es real y maduro desde que se comienza a
vivir en el mundo, desde la concepción del ser.

7 El análisis de la significación de la casa en diferentes grupos sociales permite estudiar la permanencia o


movilidad de los sujetos en sus espacios habitacionales, la capacidad de realizar grandes esfuerzos para
obtener una casa, las diferencias en las conductas de las clases sociales con respecto a los espacios públicos
y privados, por mencionar sólo algunos. (Sánchez E., 2013:78).

15
Por otro lado, Rapaport (1972:98-99) afirma que el espacio, las viviendas,
los asentamientos y el paisaje es producto de un mismo sistema cultural. Al
analizar la casa y su entorno en un área geográfica específica, pareciera que los
horizontes entre los arquitectos y los geógrafos son totalmente opuestos, ya que
los primeros se enfocan más al diseño, proyección, habilidad para considerar las
prácticas sociales en los proyectos arquitectónicos. Mientras que los segundos, los
geógrafos, están centrados en mayor medida en la investigación del medio físico,
entre el espacio y las humanidades. De esta manera ambas disciplinas se enfocan
en la relación hombre-espacio con distintas formas de expresarlo; los arquitectos
como un ser artístico abrigado por un espacio delimitado, confortable y funcional; y
los geógrafos como un territorio físico y social; no obstante uno y otro apuntan a
un espacio-tiempo cada vez con un mayor grado de precisión.
Al respecto, afirma Ortiz (1984) que la casa, como un cuerpo de imágenes,
no sólo refleja un orden, sino que es ella misma concepción del mundo, es una
coraza mediante la cual el individuo o una familia logra habitar un espacio.
También, Bachelard (2000 [1957]) afirma que la casa es nuestro rincón del mundo,
siempre y cuando exista un arraigo con ella misma y sólo para quien de verdad la
habita o, mejor dicho, hace uso total de la casa. Ortiz realiza un trabajo en el sur
de la ciudad de México, específicamente con un grupo de familias del Pedregal de
Santa Úrsula procedentes del campo. El autor presenta la casa como un espacio
de la vida cotidiana, como una institución y además expresa lo que sus formas
significan, representan o reflejan en un entorno habitado y construido (Ortiz, 1984).
Así, elegir la casa como un referente del objeto de estudio es la diferencia última y
a la vez el punto de partida que se podría tomar en cuenta como una forma de
vida entre miles dentro de un entorno urbano. Por otro lado, en su investigación
efectuada en la ciudad de Zamora, el autor muestra la urgencia de buscar
alternativas urbanas para detener el deterioro que experimentan las ciudades
mexicanas en la calidad de vida y en la calidad del entorno construido. Ortiz
(1990) toma consideraciones culturales principalmente para demostrar la
trascendencia material-simbólica de un asentamiento en la ciudad. También
enfatiza en la constante y reprobatoria demolición de edificios importantes y

16
elementos arquitectónicos cargados de significado histórico; los cambios de
movilidad que hacen casi imposible los desplazamientos a pie en una ciudad tan
relativamente pequeña. Todo ello abordado desde los aspectos cotidianos y
costumbres del Barrio de Madrigal.
Entre los estudios mencionados de este apartado es posible recabar
aportes teóricos, metodológicos, conceptuales y el conocimiento sobre el uso,
análisis y la obtención de datos importantes. Sin lugar a dudas ofrecen una
fundamentación teórico-práctica que facilita la delimitación de conceptos y
variables; y las herramientas para el desarrollo metodológico.
Al respecto, también se pueden mencionar a autores como Jean Robert
(1995), Licona Valencia (2007), Heidegger (1951), Stroeter (2007), Sarquis (2006),
entre otros, quienes han discutido los conceptos del habitar, la casa y sus
significados. Así mismo, expresan la afinidad entre la arquitectura, la geografía y la
antropología, como disciplinas con un fin social.
Así también, la familia es una dimensión esencial examinada, en este
trabajo, a través de los cambios materiales de la casa. Es también el grupo
humano con estrechos lazos de relación y comunicación que habita el interior de
la casa, la construye mediante la constante relación entre los integrantes y sus
lugares privados y públicos.
Existe un incontable número de investigaciones teóricas y empíricas sobre
la familia en el mundo y en México. Diferentes enfoques y tipos de familia, en
tiempos y espacios distintos, donde en cada uno de ellos se perciben ciertas
particularidades en diferentes dimensiones, lo que demuestra que la familia se
puede ver como una red de procesos en constante construcción e involucra
grandes unidades de análisis, espacio-tiempo-familia. Se puede analizar a la
familia en el ámbito cultural, académico, en el proceso de socialización, la salud,
como un proceso de construcción histórica, como un fenómeno económico y
político que tiene influencia en una sociedad determinada; Todo ello conformado
por una red en conexión y dinamismo constante que la provee de carácter y cierta
particularidad.

17
Desde una perspectiva sociológica, Pastor R. (1988) discute la dinámica
interpersonal que se desarrolla en el espacio doméstico (motivaciones, afectividad
y cognición) a partir de distintas teorías y metodologías. Discute la versatilidad de
la familia y sostiene que es difícil delimitarla como objeto de estudio, porque la
historia cambia de una familia a otra, es diferente según las clases sociales, el
espacio y la región, el tiempo al que pertenece, la ideología, sistemas políticos y
económicos impuestos, entre otros. De esta manera, al final de su obra reflexiona
sobre la amplia interacción en la familia, su organización estructurada a partir del
estatus de cada integrante y de los roles según el sexo. Aquí, el estatus hace
referencia a la importancia que tiene cada integrante de la familia en términos de
liderazgo, poder, autoridad, privilegio y prestigio. El rol, por otro lado, se refiere a
las funciones desempeñadas por los integrantes de acuerdo al comportamiento de
cada uno según el sexo, así como a la capacidad o facilidad de realizar ciertos
deberes y conductas (Pastor R., 1988).
En su obra "La Sociología de la familia”, Anderson (1970) realiza una
compilación de investigaciones que hacen hincapié en los sistemas familiares de
la sociedad industrial de Occidente y en los problemas que implican estos
estudios. Aquí se plantea que la familia ha sido un elemento importante en la
estructura social, ya que sus integrantes tienen la responsabilidad de la
concepción, el sostenimiento y la primera socialización. Se expresa la diversidad
en los sistemas familiares a partir de la historia social donde convergen las
familias y sus subjetividades; normas, jerarquías, limites, roles, la comunicación,
los afectos entre hermanos, padres y el resto de los familiares; la autoridad, los
nuevos integrantes y los que se van; los pequeños y los que crecen; entre una
infinidad de características que diferencian a cada familia, pero generalizan el
patrón de cambio constante (Anderson, 1980). Así, la familia se convierte en un
factor importante en la formación socioespacial de una casa, plasma el carácter y
la personalidad de ser de cada lugar y cada individuo, constituye un refugio para él
y sus miembros. En este sentido, la sala, el patio central, la cocina o el despacho
pueden ser el corazón de una casa, por ser lugares centrales con mayor jerarquía
o por las actividades que se realizan en determinado lugar. De la misma manera la

18
familia es el corazón de la sociedad, tanto en el pasado como en el presente y,
quizá, en el futuro.
Respecto a la relación entre la casa y la familia, Schteingart y Solís (1994)
analizan la situación de la vivienda en México a partir de los datos del Censo de
1990, esto con el fin de brindar una visión general de la problemática habitacional.
Aunque la investigación tiene un carácter descriptivo, es posible vincular la
situación de las viviendas con las características de las familias que las habitan.
Lo trascendente para ésta investigación de tesis está en el capítulo cuarto, donde
las autoras dan a conocer el hábitat y la familia, la calidad de la vivienda y sus
servicios, así como el tipo de tenencia y las características sociodemográficas y
socioeconómicas de las familias que la habitan, con el fin de poner en evidencia la
relación familia-vivienda y la relación vivienda-hogares. Se conoce el tamaño y tipo
de familia, condición migratoria, edad, sexo y ocupación del jefe de hogar y el
ingreso per cápita en la vivienda como variables principales. Así, las autoras
logran describir las características sociodemográficas y socioeconómicas de la
familia en su posible relación con la vivienda (Schteingart, 1994). Ésta es otra
clara manera de dar a conocer la relación entre la transformación familiar y la
trasformación de la casa, a partir del habitar, lo cual es una aproximación al objeto
de estudio.
Es necesario mencionar un último trabajo sobre la familia en Zamora
realizado por Lizama (2000). Con el objetivo de comprender la particularidad
económica de la región antes, durante y después de una etapa revolucionaria en
torno al estudio de las familias burguesas de Zamora en la época porfirista, la
autora hace un estudio de las familias a partir de su capital, como una manera de
entender la formación y dinámica social, política, económica y cultural de las
familias con poder económico y su modo de vida en Zamora.
Es una investigación desarrollada a través de las consultas de archivos, en
fuentes primarias y hemerotecas, que sin embargo no permite conocer un sentido
amplio del habitar por parte de las familias burguesas, aunque si es posible
identificar un estilo de vida al conocer las posiciones, las propiedades, el capital y
el medio de dónde provenía todo ello para que estuviera en manos de estas

19
familias zamoranas. Afirma Lizama (2000) que la economía del bajío zamorano
experimentó un crecimiento espectacular durante el Porfiriato y la historia de las
fortunas familiares tiende a evidenciar la historia de la elite económica zamorana,
donde el crecimiento de la riqueza tuvo que ver, y mucho, con la participación de
los hijos, hermanos, cuñados, tíos y, en general la red familiar tejida a través de
los vínculos consanguíneos y matrimoniales. También fueron importantes las
relaciones que ésta creó en el entorno social y político. Finalmente, la autora habla
sobre la estructura y la composición de las casas y los materiales de construcción,
además da a conocer quiénes eran los grupos familiares que estaban inmersos en
el mercado de la propiedad urbana. Todo esto da cuenta de una forma de
organización familiar a partir de la economía y los intereses en los espacios dentro
y fuera de la ciudad.
De esta manera, se sabe que el sentido y el significado de habitar es
consecuencia de la transformación de la familia y la casa, y viceversa. Así como la
familia y sus expresiones políticas, culturales, económicas y sociales son
determinadas por medio de la construcción de las expresiones materiales de la
casa, ésta última también es construida por los cambios ocurridos en la familia. Es
una doble interacción porque no puede ser la una sin la otra, casa y familia se
construyen a la par.

20
Planteamiento de la problemática y delimitación de estudio
¿Qué sentido y significado tiene para los zamoranos habitar - un espacio
construido - la casa y su entorno?
En un contexto de expansión de la mancha urbana de Zamora
caracterizada por la segregación y la falta de planeación, la ejecución del presente
trabajo consistió en realizar una aproximación a habitantes y familias de tres
asentamientos humanos en Zamora para conocer su propio sentido y significado
al habitar un espacio construido como la casa y su entorno urbano. De esta
manera se conoce el proceso de apropiación espacial en un barrio, una colonia y
un fraccionamiento al interior de la ciudad. Para esto fue necesario conocer las
expresiones que confluyen en el habitar, como la cotidianidad, costumbres,
vivencias, los significados, símbolos y valoraciones que tiene la casa para quienes
la habitan, las relaciones y trasformaciones familiares y espaciales, entre otras.
Para dar cuenta de esto, se tomó la casa y la familia como referentes principales
en tres tipos de asentamientos con características formales físicas, sociales,
económicas culturales y urbanas diferentes; entornos construidos, habitados y
desarrollados de forma casi contrastante. Dichos asentamientos fueron: la colonia
irregular Fernando Amilpa, el fraccionamiento Residencias La Luneta y el Centro
de la ciudad percibido y concebido como un barrio.

Mapa 1. Localización de los asentamientos en la mancha urbana de Zamora (ver anexos).

Fuente. Elaboración propia datos de INEGI.

21
A través de un análisis histórico se conoce la evolución que han tenido los
asentamientos mencionados, referente la apropiación del suelo, la trasformación
de la familia, los cambios físicos, habituales y prácticos en los espacios de la casa
(espacio privado) y la calle (espacio público), así como las relaciones entre estas
dimensiones de estudio. De esta manera, se puede tener una idea clara sobre
cómo se ha desarrollado el sentido del habitar y la valoración que tiene el individuo
sobre su casa y su propio entorno.
Aquí la casa es concebida con un doble significado para sus habitantes. Por
un lado, me refiero a la distribución y organización arquitectónica en su función de
dar cobijo. Por el otro, se concibe a partir de un sentido de construcción simbólica,
de significados, costumbres y valoraciones.
En este sentido, la investigación resulta importante desde tres puntos de
vista. El primero tiene que ver con la forma de apropiación de un espacio
construido, por parte de una familia, bajo determinados “lineamientos”, que no
necesariamente obedecen a normas de planeación, sino a diferentes manera de
percibir, concebir y vivir un espacio; es decir, una forma de hacerlo propio a través
de las practicas no solo espaciales, sino también sociales y hasta apropiarse de
un espacio por los argumentos de un ideal preconstruido. El segundo hace
referencia a la calidad de vida que puede tener un grupo social o una familia que
habita determinado tipo de asentamiento. Este término tiene una relación directa
con el desarrollo social y territorial de un lugar, ya que determina un cierto grado
de satisfacción de las necesidades del hombre, ya sean éstas espaciales,
ambientales, identitarias, económicas o cualquiera que tenga que ver con el
desarrollo humano. El tercero se refiere a la capacidad de organización colectiva,
referido a la familia y al vecindario como un grupo social. En este sentido los
habitantes de un entorno urbano se convierten en sus propios actores al
desarrollar una cotidianidad en el mismo, son ellos quienes hacen uso del espacio
y, además, son capaces de producir modificaciones tanto colectivas como
individuales. Según las necesidades de apropiación de un espacio y de calidad de
vida se acciona un hacer colectivo. Es importante aclarar que estos tres tópicos
conforman un sentido y significado de habitar la casa en cada asentamiento,

22
dándose a conocer a través de las vivencias, cotidianidades, costumbres hábitos,
experiencias y espacios vividos de los habitantes entrevistados.

Objetivo

El objetivo general de la investigación de tesis es conocer desde una perspectiva


geográfico-arquitectónica cuál es el sentido y significado del habitar un espacio
construido como la casa y su entorno para habitantes de tres asentamientos
diferentes en Zamora a través de un análisis histórico de lo cotidiano, las
costumbres, espacios vividos y expresiones visibles (materiales) e invisibles
(simbólicas) que conforman el habitar.
Para llevar a cabo este objetivo general se cumplieron los siguientes
objetivos particulares:
• Conocer la realidad cotidiana del habitante dentro y fuera de la casa.
• Comprender los significados que la casa y el entorno tiene para el
habitante.
• Mostrar que la interacción casa-familia y su trasformación a través del
tiempo determina el sentido y significado de habitar.

Justificación

Los resultados obtenidos en esta investigación de tesis expresan el sentido y


significado de habitar en el espacio urbano, arquitectónico, social y geográfico más
importante de Zamora, la casa. Un espacio que ha crecido sin orden, el cual
merece ser proyectado, reconocido y planeado como una forma de vida. Se
trasciende su apariencia física, ya que de esta manera es posible revelar muchos
problemas sociales que ha provocado el crecimiento desordenado en la ciudad.
De los 117 asentamientos de origen irregular en la ciudad, la colonia
Fernando Amilpa es el único con las siguientes características: a) se visualizan
altos niveles de segregación social y fragmentación espacial al colindar en toda su
extensión con cuatro fraccionamientos residenciales; b) a pesar de ser un
asentamiento informal y estar ubicado más allá de la periferia de Zamora hace
casi medio siglo, hoy tiene acceso directo al Centro de la ciudad con flujos

23
vehiculares y peatonales libres de congestionamiento; c) está ubicada sobre el
viejo cauce del río Duero, cuya desecación tuvo origen con la invasión de
paracaidistas en esta zona federal; d) es importante tener en cuenta que en este
asentamiento vive la persona que organizó a los habitantes de toda la zona federal
(los asentamientos irregulares: Fernando Amilpa, La Lima, La Antorcha
Campesina y la Jacinto López) para la obtención de escrituras y la gestión de los
servicios públicos, además es el sucesor del líder que comenzó la invasión de la
zona federal y es contacto directo para el acercamiento a las familias del lugar. A
pesar de ser una colonia informal de apenas cuatro décadas y media de
formación, ya tiene tintes de barrio, un concepto -en el que influyen factores
culturales, históricos y espaciales-, ganado a través de una corta historia en la
ciudad y una fuerte relación y comunicación entre los habitantes.
Explorar la casa y su entorno en el Centro de Zamora, es conocer un lugar
que conserva una particularidad histórica, cultural y social de la ciudad. Se trata de
un área culturalmente diferenciada del resto de la ciudad, no hay dos
asentamientos iguales al Centro en ningún aspecto, ya que las acciones en los
inmuebles civiles, religiosos, calles, la plaza y casas viejas, deben realizarse de
acuerdo a reglamentos específicos orientados a proteger, restaurar, conservar y
recuperar los aspectos socioespaciales, culturales, arquitectónicos e históricos, sin
perder sus características. Por lo tanto, se percibe una forma particular de habitar
la casa.
Finalmente, el fraccionamiento Residencias La Luneta fue autorizado en
1966 y construido a partir de 1970 a causa de la bonanza agrícola. Este
asentamiento ha tenido un alto prestigio social, ya que siempre ha sido promovido
como un lugar "ideal” para habitar. Fue el primer fraccionamiento de tipo
residencial construido hacia el sur - donde estaban las tierras más productivas del
Valle - y uno de los elementos de especulación para atraer el crecimiento de la
ciudad hacia esta zona y llenarla de servicios. La autorización y construcción de
dicho fraccionamiento es un símbolo de la modernidad que comenzaba en la
ciudad después de 1960. Es una manera de dar a conocer la forma en que se ha
llevado a cabo la especulación de tierras agrícolas para un futuro crecimiento

24
urbano a partir de un polo de atracción, en este caso el asentamiento humano.
Además parece ser que la construcción de dichos fraccionamientos es un requisito
para posibles invasiones paracaidistas cercanas a estos.
Resultó fructuoso - con una visión de arquitecto, no de antropólogo ni de
historiador - llevar la investigación de tesis a un estudio del habitar que relaciona a
su vez la geografía y la arquitectura. De esta manera, se conoce la urgencia de
buscar y encontrar nuevas alternativas para lo que sucede hoy en día con la casa
y el asentamiento en Zamora como un lugar importante del crecimiento urbano.
Con base a la pregunta principal y a las siguientes preguntas orientadoras
se desarrolló la investigación:
1. ¿Qué significado tiene para los habitantes de cada asentamiento vivir en
esa zona?
2. ¿Qué relación existe entre el habitar la casa y habitar el asentamiento?
3. ¿Cuándo un espacio es realmente habitado?
4. ¿Cómo ha sido la transformación de las casas y el asentamiento,
considerando cambios de materiales, procedimientos de construcción y
sobre todo la transformación familiar?

Hipótesis

¿Qué sentido y significado tiene para los zamoranos habitar - un espacio


construido - la casa y su entorno?
El sentido y significado del habitar parte de una conexión que reúne e
interrelaciona las expresiones cotidianas, domésticas, hábitos, dimensiones
simbólicas, materiales y valoraciones experimentadas por el individuo en un
espacio determinado -la casa, el asentamiento o la ciudad misma-, el cual se
transforma en un lugar a través del tiempo, es decir, el habitar se construye en
espacio vivido, mediante prácticas espaciales, representaciones del espacio y los
espacios de representación. Existen tantas formas y sentidos de habitar como
seres humanos. Así, es posible hacer del habitar un sujeto que toma presencia a
través de las representaciones simbólicas del espacio.

25
De esta manera el habitar interrelaciona un sistema complejo de lugares y
objetos a partir del sujeto, quien expresa dimensiones simbólicas y materiales que
corresponden al espacio que habita.

Estrategia Metodológica

Lefebvre (2013 [1974]) afirma que la construcción del espacio social, es una
manera de construir el habitar consiste en representaciones simbólicas, las cuales
sirven para mantener un estado de coexistencia y de cohesión. En este sentido,
abordo la casa y su entorno a partir de la triada conceptual y metodológica de
Lefebvre para conocer las representaciones simbólicas del espacio en cada uno
de los asentamientos. Las prácticas espaciales, las representaciones del espacio y
los espacios de representación.
En las prácticas espaciales se conoce lo percibido del espacio, el cual es
producido, descifrado, disfrutado y apropiado por una sociedad con condiciones
culturales similares desde una realidad cotidiana y urbana. El espacio percibido
sería el experimentado subjetivamente, el que se materializa solo a través de las
representaciones.
Las representaciones del espacio se distinguen de diferentes maneras, ya
sea a través de signos o elementos materiales. Es el mundo objetivo, lo que se
mide, se cuantifica y se concibe a través de una cartografía.
Los espacios de representación se conocen, en su forma espacial, a través
de su valoración y su significado durante el tiempo. Son espacios que expresan
afecto o sentimientos mediante recuerdos de la vida familiar y social a partir de su
propia historia. Es el espacio vivido.
La utilización de los conceptos metodológicos anteriormente mencionados
pudo verse complicada en un inicio, porque ninguno de los tres espacios en sus
tres dimensiones espaciales se puede comprender de forma aislada, pero la
identificación y el conocimiento de estos espacios teóricos, en torno a la casa y en
el contexto de los asentamientos, significó la comprensión de una realidad
multidimensional compleja. Aquí es donde se abordó la casa como un sistema
complejo construido por diferentes lugares, objetos y sujetos relacionados entre sí.

26
Estrategias para la recolección de datos

La obtención de información se desarrolló primordialmente con técnicas


cualitativas, además de sistematización cartográfica. Con base en la historia social
y el apoyo de la historia oral e historias de vida de algunos habitantes y familias de
los asentamientos, fue posible comprender las transformaciones en el grupo social
y su espacio, sus formas de expresión y hábitos, las expresiones y usos cotidianos
en la casa.
Se identificaron tres procesos básicos en la composición familiar al interior
de la casa con el objetivo de presentar una descripción interna de las familias para
establecer la relación y el dinamismo que existe entre el habitante y la casa. El
primero es la re-configuración familiar, que tiene que ver con la necesidad de
existir y adaptarse al entorno. Abarca aspectos que van más allá de la
reproducción biológica, el trabajo, el jefe o jefes del grupo familiar, los integrantes
de familia, el género, la generación, las edades y los núcleos familiares que hay
dentro de una casa. Además, esto se vincula directamente con lo cotidiano, los
valores, las prácticas culturales entre otros aspectos que penetran en la estructura
social de la familia. En segundo lugar está la reproducción social de la familia en el
entorno, que abarca también la re-configuración de la vida familiar y, además, la
forma de conocerse y verse entre familias, lo cual muchas veces tiene que ver con
el status y clase social. Así, la re-configuración familiar es un determinante para
desarrollar la reproducción de la familia en el entorno. El tercer elemento es el
resguardo familiar: la casa. Es el espacio construido por la familia, los que la
habitan, la imaginan, la perciben y la representan, es el lugar de refugio seguro, de
estabilidad, seguridad patrimonial e incluso el lugar amado. Así también está
conectado tanto a la reproducción social de la familia en el entorno como a la re­
configuración familiar. Son aspectos posibles de clasificar y separar para la
obtención de información, pero de manera conceptual y teórica es necesario que
formen un solo argumento.
Para obtener la historia social de los asentamientos me base en las
siguientes técnicas de carácter cualitativo:

27
La observación se realizó de forma directa para conocer el entorno, las
casas, conductas sociales, formas materiales, el medio social, actividades
cotidianas en el espacio público en la actualidad.
La historia oral se utilizó como un sistema extractor de recuerdos, ideas,
hechos y memorias que contribuyen a formular la historia social en el
asentamiento. Se recogieron datos históricos sobre los inicios del asentamiento
hasta la actualidad para conformar un recuento histórico social del espacio
geográfico y arquitectónico. El objetivo de la historia oral fue obtener información
sobre la invasión o fundación de los asentamientos, características de
trasformación física, rasgos particulares del lugar, la transformación de la
organización vecinal, unión o división social, actividades colectivas, festejos,
actores sobresalientes, entre otros. En Los Espinos se aplicó a personas que
integraron el grupo de paracaidistas que invadieron la zona federal, quienes han
habitado en el lugar desde entonces, este tipo de personas son mayores de 65
años. En La Luneta se aplicó a familiares de los dueños originales de las tierras
donde se asentó el fraccionamiento residencial, de manera específica a los hijos
mayores de 60 años. Y finalmente en el Centro entrevisté a personas mayores de
65 años, quienes tienen toda una vida en el lugar y dan cuenta de las
representaciones simbólicas del espacio.
Realice una serie de entrevistas semiestructuradas con el fin de conocer las
particularidades familiares, las prácticas cotidianas dentro y fuera de la casa, los
cambios y relaciones en la familia, la transformación de la casa, los hábitos, entre
otros aspectos que me llevaron a madurar la concepción y percepción del habitar
la casa y su entorno. La entrevista se aplicó a uno o varios integrantes de familias
o jefes de familia que han habitado cada uno de los asentamientos durante
determinado tiempo:
• En la colonia Fernando Amilpa entrevisté a personas mayores de 65
años, quienes han habitado en el lugar entre 40 y 47 años.
• En el Centro se aplicaron entrevistas a personas mayores de 65,
quienes han vivido ahí toda su vida.

28
• En el fraccionamiento La Luneta, las personas entrevistadas han
vivido entre 30 y 40 años en el fraccionamiento, son mayores de 60
años y, algunos de ellos vivieron gran parte de su vida en el Centro.
Mediante el uso de fotografías se exploraron fenómenos sociales,
temporales y espaciales para precisar y comparar evoluciones, hechos,
personajes o actividades, que son parte del entorno del asentamiento.
Fue de gran apoyo redactar notas de campo sobre asuntos relevantes para
la investigación, además de reflexiones, dificultades, contratiempos y logros. Esto
fue un lenguaje escrito cotidiano con notas metodológicas, personales y teóricas.
El número de entrevistas fue determinado durante el proceso de
recopilación de datos, donde se orientaron las preguntas principalmente a los jefes
de la familia, ya que fue imposible lograr reunir a toda la familia al momento de la
entrevista, aunque hubo casas donde sí se entrevistó a la mayoría de los
integrantes de la familia. El proceso de selección utilizado fue el muestreo de
conveniencia, también conocido como selección intencionada8.
Los filtros fueron los siguientes:
1. Se consideró el tiempo que han vivido en cada asentamiento, ya
sean primeras o segundas generaciones que llegaron al lugar.
2. La entrevista se aplicó a habitantes de casa propia, no arrendatarios.
3. La diferenciación de clases no fue un filtro, ya que en los tres
asentamientos se realizaron entrevistas a personas de distinta
posición social y de cierta edad en cada asentamiento como lo
menciono en la página anterior.
Se entrevistaron a otras personas directamente relacionados con el tema,
con el lugar o con la gente y la historia del asentamiento, por ejemplo: Jesús
Álvarez del Toro, Eduardo Vargas (propietario de la hacienda de los espinos), Don

8 Sostiene Mayan (2001) que la indagación cualitativa trabaja sobre muestras seleccionadas
intencionalmente. El investigador elige individuos y contextos al preguntarse: ¿Quién puede darme la mayor
y mejor información acerca de mi tópico?, ¿en qué contextos seré capaz de reunir la mayor y mejor
información [...]? Entonces se seleccionan los individuos y contextos desde los cuales puede aprenderse
mucho acerca del fenómeno. Es una forma de elección de las personas entrevistadas por medio de filtros.
Debido a que no se pretenden medir datos ni generalizar hallazgos, sino conocer y comprender el proceso
de construcción del habitar, determina un número representativo de la población de estudio. Aquí, lo que
hace que tenga objetividad la muestra de conveniencia, es el perfil de las personas entrevistadas.

29
Francisco García Pacheco (Jefe de la Asociación de Productores Agrícolas del
Río Nuevo A.C., Modulo de riego III, CONAGUA), quienes aportaron datos y
opiniones de mucha importancia.
Finalmente, es importante comunicar que se realizaron 18 entrevistas a
habitantes de Los Espinos, además de dos entrevistas grupales con el jefe de
colonia y las personas ancianas del lugar; 22 entrevistas entre los habitantes del
Centro, dentro y fuera del primer cuadro; y 20 entrevistas en La Luneta. Cabe
aclarar que el número no tiene que ver con el tamaño de población, ni mucho
menos con la superficie de los asentamientos. Se optó por detener la aplicación de
entrevistas en un número similar en los tres asentamientos por dos motivos. El
primero, porque fue imposible entrevistar a cada una de las familias en un periodo
de tiempo limitado. El segundo motivo fue la saturación de datos9 (Mayan, 2001).
La investigación también se apoyó en la consulta de archivo para la
recolección de datos, donde se consultaron las siguientes fuentes:
• Elaboración y consulta de cartografía de Zamora
• Fotografías
• Archivo municipal
• Archivo de biblioteca de El Colegio de Michoacán
Es importante aclarar que la recopilación de archivo me permitió tener
antecedentes escritos para realizar el trabajo de campo, así como respaldar el
trabajo empírico con documentos. La elaboración cartográfica fue resultado de la
revisión de archivo y trabajo de campo.

Procesamiento de análisis

Como sucede con cualquier metodología y proceso de análisis en la investigación,


sobre todo en la cualitativa, no existe forma única para desarrollarlos. Mayan

9 Según Mayan (2001:10-11) el muestreo ocurre hasta que la saturación de datos es alcanzada [...]. La
recolección de datos se debe detener cuando las categorías de datos han sido saturadas [...] Esto ocurre
cuando ningún dato nuevo o relevante emerge, cuando todos los caminos o salidas han sido seguidos, y
cuando la historia o teoría es completa [...] Cuando el desarrollo de categorías es denso.

30
(2001) indica dos formas de análisis cualitativo: análisis de datos10 y análisis de
contenido11. En la presente, se optó por el análisis de contenido.
Según Mayan, este tipo de análisis se caracteriza por un proceso detallado,
en el que se identifican palabras, frases, temas o conceptos dentro de los datos,
de tal forma que los esquemas inferiores se puedan identificar y analizar de
manera fácil. Esto obedece a una primera etapa de codificación. En el presente
proyecto basado en el proceso de análisis que plantea Mayan (2001), se incluyen
puntos generales en una primera lectura de los datos, se anexan comentarios con
temas de interés, formas de trabajar con los datos, etc. Posteriormente se pasó a
la categorización de datos, agrupados los códigos en categorías para facilitar la
sistematización. Las categorías de análisis del espacio fueron las siguientes:
• La familia
• La casa
• El entorno socio-espacial12
• El tiempo
El objetivo de las categorías de análisis fue reducir los datos de la
investigación con el fin de expresarlos de forma escrita, de tal manera que se

10 Según Mayan (2001) es el proceso de observar patrones en los datos, hacer preguntas sobre esos
patrones, construir conjeturas, deliberadamente recolectar de individuos específicamente seleccionados
sobre tópicos buscados, confirmar o refutar esas conjeturas, luego, continuar el análisis mediante el
clasificar, cuestionar, pensar, construir y probar conjeturas, y así sucesivamente [...] este proceso circular, sin
embargo, no aplica al análisis de datos de entrevista semiestructurada o de grupo focal [...].
11 Se divide en dos. En el análisis de contenido manifiesto, el investigador busca palabras específicas o ideas
expresadas, las cuales son registradas y usadas para generar estadísticas sobre el contenido de los datos. Por
otro lado, el análisis de contenido latente es el proceso de identificar, codificar y categorizar patrones
primarios en los datos [...] el investigador examinará el significado de pasajes o parágrafos específicos dentro
de los datos y determinara una categoría apropiada, Mayan (2001).
12 Para trabajar metodológicamente la "escenificación de la vida cotidiana" que propone Certeau (1999
[1994]), la cual se explicó anteriormente propongo abordar estas cuatro categorías de análisis. Ya que para
todo habitante, o para casi todos los que habitan una casa, es el lugar donde se nace en algunas ocasiones,
en otras el primer lugar que pisa uno como ser humano y escenario donde se desarrolla toda una vida. La
casa acoge nuestra condición terrestre, nos entrega un lugar de confianza donde permanecemos a salvo de
la intemperie, y nos atrae hacia ella como a un centro, donde el ser humano tiende a sustraerse hacia sí
mismo, lo deja bajo cobijo, lo alimenta y lo sostiene. Este ámbito congrega lo que se tiene de más preciado,
la familia, la intimidad, los anhelos y sueños. Cuando este espacio se le da sin contradicciones al ser humano,
le permite morar, hundir sus raíces, reunir a los seres más cercanos, fundar lugar y memoria: hacer casa. En
tal sentido la casa y el ser humano se afirman como dualidad. De ahí que la arquitectura de la casa no puede
separarse del cuerpo humano, pues se concibe como una extensión del propio cuerpo, Uzcátegui (2011).

31
pudieran organizar de forma conceptual y facilitar la clasificación y codificación de
los datos registrados.
En este sentido, las categorías son etiquetas que usan el mismo lenguaje
que los datos y forman la percepción de una imagen en la primera impresión. El
siguiente mapa muestra la ruta del análisis de la información en esta investigación,
el cual está basado en el análisis de contenido latente, con el conteo de palabras -
realizado en el software Maxqda para jerarquizar los conceptos más
sobresalientes -, y el de manifiesto con la codificación y categorización de los
datos (Mayan, 2001).

Diagrama 1. Resumen de la ruta de análisis.

Fuente. Elaboración propia a través del MAXQDA, software para el análisis de datos
cualitativos.

32
Capítulo uno. Marco teórico conceptual: el habitar, un lugar
en la geografía humana
La intención de este apartado es contextualizar las dimensiones geográficas y
espaciales de las cuales se desprende el tema en cuestión. Veo pertinente
prevenir al lector sobre dos aspectos importantes en este apartado y de todo el
trabajo. El primero de ellos es que, a pesar de estar seccionado en varios
capítulos y apartados se debe descartar su fragmentación, ya que sigue un solo
eje de referencia desarrollado y seccionado en todo el capítulo, el cual forma parte
de un argumento de conjunto. El segundo, es referente a la postura teórica y
conceptual, pues aunque los autores mencionados en el presente, tienen posturas
teóricas diferentes, fueron seleccionados según una búsqueda bibliográfica
sucinta con el objeto de llegar a un fin complementario. Por ejemplo, Bachelard
desde un paradigma fenomenológico construye de manera especial el concepto
de la casa a partir de la imaginación material, de la cual surge con mayor
importancia el fenómeno simbólico. También está Heidegger, quien expone en sus
conceptos y teorías, a partir de la preocupación por el ser y el tiempo, algo
trascendental al hombre. Se puede encontrar cierta familiaridad, mas no
semejanza entre la fenomenología y el existencialismo, pero no así en el
estructuralismo, materialismo dialectico y la sociología urbana con las que puedo
identificar a Lefebvre, quien ha sido inspiración para muchos geógrafos
posmodernos, como David Harvey, Manuel Castells o Edward Soja. Además de
mencionar a Yi-Fu Tuan con su geografía humanística y otros.
Una postura, un enfoque o modelo de investigación, no solo es una opción
o un modo sistemático de investigar, ya que también expresa una manera de ver
el mundo, el conocimiento humano y sus procesos de construcción. Si se entiende
así, estos deberían ser complementarios y no excluyentes, lo cual permite
aprender la realidad con mayores posibilidades de objetividad visualizando lo real
desde distintas perspectivas.

33
La expresión, "espacialidad explosiva”13 -también conocida como el giro
cultural o el giro espacial- ha sido discutida de manera amplia en la disciplina
geográfica durante el siglo XXI. Es una muestra de la transdisciplinariedad14 entre
las ciencias sociales y la geografía humana, lo que hace posible comprender la
complejidad actual del mundo y la necesidad de nuevos aportes teóricos y
metodológicos (Lindón & Hiernaux, 2006). En este sentido, tanto la geografía
como la arquitectura se han insertado en muchos campos de las ciencias sociales
y viceversa. Según Muntañola (2008), geógrafos y arquitectos han usado métodos
comunes y colaboraciones interdisciplinares15 de diversas maneras, en las cuales
es posible representar un mismo territorio, una misma región, espacios iguales,
incluso el mismo paisaje y lugar desde perspectivas y complejidades teóricas
distintas.
Según Ortega V. (2000), el término geografía es polisémico, aunque esto no
aplica solo al concepto en sí mismo, sino también al amplio campo de estudio que
abarca la disciplina geográfica, es decir, al ámbito empírico. Si hablamos de
geografía humana y sus diferentes dimensiones de estudio, también podríamos
referirnos a un término polisémico, tanto en la teoría como en la praxis, pero sin
descartar la participación o intervención del hombre. En este sentido, tratar de
comprender los fenómenos sociales y naturales e intentar explicar sus
interrelaciones e interrupciones en la organización espacial, ha sido un desafío
para geografía humana, tanto para su definición conceptual como metodológica
(Cartaya R., 2014).
Es posible posicionar la presente investigación de tesis en el ámbito de la
geografía cultural del medio urbano. Algunos investigadores retoman la geografía
cultural como sinónimo de la geografía humana y otros como una variante, pero
Fernández C. (2006) sostiene que geografía cultural es una manera de estudiar el

13 Hace referencia a la ampliación de fronteras de los conceptos teóricos sobre el espacio y su


redescubrimiento del espacio y el territorio en las diversas ciencias sociales y humanidades (Lindón &
Hiernaux, 2006).
14 Hace referencia la investigación transdisciplinaria, constituida por una integración teórica y empírica,
donde los científicos sociales transcienden sus propias disciplinas inmiscuyéndose en otras, de esta manera
se llega a compartir un marco de conocimiento amplio y una particular metodología, en la cual se integran,
de manera conceptual, diferentes orientaciones analíticas desde distintas disciplinas.
15 Se refiere a la integración teórica, conceptual y metodológica de la investigación científica.

34
espacio y no una rama de las ciencias geográficas [...] y, no hay peor atentando
para la geografía cultural que dividirla en geografía física y en geografía humana
para orientarlas a hacia objetivos separados. No obstante, es cierto que la
geografía cultural no tiene una determinada definición, como tampoco hay una
distinción específica con la geografía humana o con otras especialidades afines.
Según Rucinque (1990), al propio Sauer (1889-1975) -fundador de la geografía
cultural-, lo tenían sin cuidado las demarcaciones estrictas en todas las
dimensiones de la geografía. Sin embargo, resulta fructuoso, en la búsqueda de
sus objetivos de estudio, encontrar algunas características que identifican a la
geografía cultural, la cual se caracteriza por:

1) una orientación histórica, 2) un énfasis sobre el papel del hombre como agente
de transformación ambiental, 3) una preocupación por la cultura material, 4) un
sesgo en favor de la investigación sobre áreas rurales en Norteamérica y sobre
sociedades no occidentales o preindustriales en otras regiones del mundo, 5) una
tendencia hacia la búsqueda de apoyo en la antropología, 6) una inclinación hacia
la investigación sustantiva y por tanto una actitud de extremo individualismo y, 7)
una preferencia por el trabajo de campo en vez de la geografía de sillón16.

Entre las diversas ciencias sociales, la geografía es quizá aquella que de forma
más clara ha adoptado el giro posmoderno - mencionado al inicio de este capítulo
-, hasta el punto que los sociólogos, etnólogos y también arquitectos e
historiadores, hacen referencia a la obra de geógrafos cuando hablan del
posmodernismo (Nogué & Albet, 2004). Esto ha llamado la atención de muchos
geógrafos, como: D. Harvey (1990), E. Soja (1996, 1997), D. Massey (1994), Yi-Fu
Tuan (1997) y H. Lefebvre (1972, 2013 [1974]). Son estos autores, entre otros,
quienes han profundizado en diversas variantes de la geografía cultural, por
ejemplo: en la geografía de la percepción; en las representaciones simbólicas del
espacio; las relaciones y diferencias entre espacio y lugar; también está presente
la geografía analizada a través del espacio vivido; etcétera.

16 Rucinque (1990) cita a Mikesell (1978) quien da a conocer las preferencias que definen la personalidad de
la geografía cultural.

35
paso a la dimensión cultural basada en la conducta de los miembros de un grupo
social.
Con base en Lefebvre, Martínez G. (2013) sostiene que para tener
conocimiento de la producción del espacio es necesario tener en cuenta las
siguientes características:

a) la forma en que cada sociedad genera y modela el espacio que ocupa a lo largo
de la historia; b) la forma en que el neocapitalismo modifica las relaciones de
producción para perpetuarse [...]. Pero el espacio no es sólo un continente inerte,
sino que a través de él se realiza la reproducción de las relaciones de producción
[■■■].

Por otro lado, Heidegger (1994 [1951]) sostiene que, sólo se llega a habitar por
medio de un construir. Así, el habitar es la meta del construir. En este sentido, el
construir en Heidegger y la producción en Lefebvre, no pueden ser sinónimos del
habitar, son expresiones diferentes, pero no separadas, ya que el habitar sería, en
cada caso, el fin que persigue todo proceso de construcción (ídem) y producción.
Desde esta óptica, el habitar podría identificarse con el hecho de estar, ya
que este último tiene carácter de libertad, es la manera según la cual los hombres
somos en la tierra, esto también es el habitar (Heidegger, 1994 [1951]). Estar,
entonces, permite al individuo construir un espacio, un recuerdo y una meta. El
recuerdo viene de su historia, de su pertenencia a una familia o a un grupo social,
donde asigna y gana sentido, valoración y significado. La meta comienza en sus
sueños, así se proyecta una determinada condición cultural dentro de un espacio.
Desde la perspectiva existencial de Heidegger es posible concebir el habitar
como una terminología estructurada, donde, si este se posiciona como el centro
de la existencia del hombre, el construir y el pensar nunca dejarían de estar
presentes mientras exista el ser. Siguiendo este razonamiento, Lefebvre (2013
[1974]) no deja de lado la concepción existencial donde afirma que por el habitar
se accedería al ser, a la sociabilidad, por lo tanto, el habitar es posible
considerarlo como una acción necesaria para el desarrollo social, cultural e
individual del hombre (Cuervo C., 2009). En este sentido, no solo queda dentro del
habitar la dimensión existencial, sino también la dimensión antropológica, en la
37
cual Doberti expone explicaciones fundamentales del porqué habitar es una
condición exclusivamente humana:

En primer lugar, el habitar apunta hacia algo que es inevitable para el hombre. No
hay en el universo ser humano que no habite ni momento alguno que deje de
hacerlo. En segundo lugar, al ser una condición necesaria para el sujeto, el
habitar, se puede construir de diversas maneras, tantas como sean posibles.
Finalmente, la existencia ineludible del ser [y de la que el hombre no se da cuenta
por ser invisible], tiene siempre presente al habitar como objeto, sujeto o concepto
que requiera interés teórico (Doberti, 2011).

Este autor sostiene de manera atinada, que el habitar es algo inevitable para el
hombre. También Lefebvre (2013 [1974]) realiza una serie de observaciones para
demostrar la posición del habitar en una cotidianidad concebida como la creación
del espacio y de la vida social, en consecuencia, es posible sostener que la
cotidianidad es otra dimensión, parte del habitar, ineludible en el ser humano.
En uno de sus escritos más ricos en contenido con respecto a esta
temática, Heidegger manifiesta los conceptos, expresiones o prácticas
fundamentales que intervienen en la construcción del habitar, siguiendo la idea de
Lefebvre y Doberti como una expresión inevitable del hombre:

El construir como el habitar -es decir, estar en la tierra, para la experiencia


cotidiana del ser humano- es desde siempre, como lo dice tan bellamente la
lengua, lo habitual (Heidegger, 1994 [1951]).

Para quienes abordan el concepto de habitar, es inevitable hacer énfasis en la


vida cotidiana, discutida por Lefebvre, Heidegger, de Certeau, y en menor medida,
por Bachelard y P. Bourdieu, quien más que debatir lo cotidiano, profundiza en el
habitus, conceptos y praxis íntimamente relacionados.
La cotidianidad resulta ser una expresión tan esencial y natural en el
proceso del habitar, que apenas y nos damos cuenta de lo cotidianos que somos
en nuestras manifestaciones como sujetos. Fue en el trascurso del siglo XX,
cuando Alfred Schütz Husserl abordó las experiencias que guardan significados y
las interrelaciones subjetivas de la vida cotidiana. A partir de estas experiencias

38
subjetivas de Certeau (2000 [1990]), definió lo cotidiano como las artes de hacer,
el pensamiento que no se piensa. El autor centra su atención en la lectura de las
prácticas sociales en el espacio. En un segundo tomo de su obra lleva lo cotidiano
a un espacio concreto, un lugar, y de ahí a conocer la maneras de habitar un
barrio y el rito cotidiano de cocinar en casa.

Estas maneras de hacer constituyen las mil prácticas a través de las cuales los
usuarios se reapropian del espacio organizado por los técnicos de la producción
sociocultural [...] mediante una multitud de tácticas articuladas con base en los
detalles de lo cotidiano (de Certeau, (2000 [1990]).

Para Lefebvre la vida cotidiana es un tema central en su obra, tanto, que dedica
tres volúmenes a la crítica de la vida cotidiana. En una reseña de esta obra,
Lindón (2004) hace un análisis sobre la concepción de lo cotidiano en Lefebvre,
quien construye un enorme dilema entre lo micro y lo macro en la cotidianidad de
la trama de un día -u n a célebre narración de las 24 horas del 16 de junio de 1904
en Dublín-, el cual contiene fragmentos de la historia del mundo o de la sociedad.
A través de ello el autor especula en la presencia y emergencia de los
componentes de la vida cotidiana, estos son el espacio, las pluralidades de
sentido, lo simbólico, el tiempo y la praxis:

A) El espacio se constituye de un tejido más o menos denso de redes y


ramificaciones. Es importante destacar que el espacio de la vida cotidiana que nos
presenta el autor, es el de las prácticas de los actores, está cargado de
significados y también es delimitado. B) En las pluralidades de sentido Lefebvre
incluye los sentidos como parte de la vida cotidiana, pero lo hace en términos de
pluralidad, sentidos que coexisten como polifonía, polisemia, polivalencia. C) El
autor concibe lo cotidiano a partir de conjuntos simbólicos. Los símbolos forman
agrupaciones o constelaciones, aunque no acepta hablar de sistemas simbólicos,
ya que reserva este concepto para las representaciones formalizadas y
verbalizadas. D) Para Lefebvre, el tiempo social es la permanente intersección de
tiempos lineales y tiempos cíclicos [...]. Hay un tiempo vivido o cotidiano (el ciclo
de las 24 horas), es el tiempo de las prácticas de los individuos, el del transcurrir
constante. Ese tiempo cotidiano que lleva consigo lo cíclico de la repetición, la

39
evocación y la resurrección, también está imbricado en un tiempo cósmico, que
proviene de los ritmos de la naturaleza. Simultáneamente, este tiempo cotidiano
está dentro de un cierto tiempo histórico, que a su vez está inserto en un devenir
histórico. E) Las prácticas sociales como praxis son concebidas como totalidad
social. El autor hace muchas distinciones entre tipos de praxis, pero una de las
más relevantes es entre praxis repetitiva y praxis inventiva o creativa (Lindón V.,
2004).

Con esta lista de componentes es posible ver lo cotidiano como parte del habitar,
el cual no se reduce a la suma de la practicas de la vida cotidiana (Lindón V.,
2004), sino que es parte de un sistema que relaciona los componentes de un todo.
Este sistema de relaciones, es conocido como encadenamientos, los cuales están
presentes en un espacio vivido que, con palabras de Lefebvre, va ligado a lo
mental, a lo cultural, a lo social y a lo histórico.
Al igual que en Lefebvre, en de Certeau y en Heidegger, la teoría
sociológica de Bourdieu sostiene que el mundo social no solo se compone de
estructuras objetivas, sino también de representaciones, percepciones y visiones,
sistemas simbólicos que dotan de sentido a un espacio. Las categorías de
percepción del mundo social son, en lo esencial, el producto de la incorporación
de las estructuras objetivas del espacio social (Bourdieu, 1996). Según Bourdieu,
esta correspondencia entre las estructuras sociales y mentales, tiene su
justificación en el interior del cuerpo, donde se desarrollan los esquemas del
habitus.

Producto de la historia, el habitus origina prácticas individuales y colectivas y, por


ende, historia, asegura la presencia activa de las experiencias pasadas registradas
en cada organismo bajo la forma de esquemas de percepción, de pensamientos y
de acción. Éstas tienden, con más seguridad que todas las reglas formales y todas
las normas explícitas, a garantizar la conformidad de las prácticas y su constancia
a través del tiempo. (Bourdieu, 2007:88-89).

Por lo tanto, el habitus también origina prácticas cíclicas individuales o colectivas,


y adquiere la noción de una repetición de actos o hechos de la misma especie,

40
habilidad que se logra con la práctica y la costumbre20. En este sentido, lo
cotidiano, el habitus, la costumbre, construcción y producción recaen en el habitar.
Así como se construye y produce a diario el espacio social, en la dimensión
material y simbólica, lo cotidiano y el habitus es lo que pasa todos los días en
forma sistemática estructurante.
Ahora bien, si el habitar no es la suma de todas las actividades de cada una
de las dimensiones, como lo aclara Lefebvre, entonces funciona como una
categoría de conexión entre todos estos conceptos que han sido tomados de la
praxis humana, razón por la cual habitar un espacio no se reduce a una práctica o
un conjunto de prácticas cotidianas o habituales, construidas o producidas por un
individuo o una colectividad, habitar es la forma de hacer y estar en el mundo
desde que nace el hombre hasta que muere, es lo que nos sucede a lo largo de
nuestra vida. Es por ello que el habitar toma vida y personalidad en el sujeto
interiorizado que expresa sin darse cuenta, desde las más duras hasta sus más
sensibles manifestaciones en el espacio. En resumen solo el habitar es capaz de
articular todas las expresiones cotidianas, habituales, sentimentales y materiales.

La doble trialéctica.

Lefebvre sostiene que habitar es apropiarse del espacio; y apropiarse del espacio
consistiría en convertir el espacio (vivido) en lugar a través de acciones como
adaptarse a él, usarlo, transformarlo y verter sobre él la afectividad del individuo
mediante su imaginación.

[...] lo vivido tenía ya su racionalidad interna; la experiencia vivida estaba


producida mucho antes que el espacio pensado y el pensamiento del espacio
comenzaran a representar la proyección, la explosión, la imagen y la orientación
del cuerpo. Mucho antes del espacio percibido [...]. Antes de la inteligencia
analítica, que separa el intelecto y mucho antes que el conocimiento formal, hubo
una inteligencia del cuerpo (Lefebvre, 2013 [1974]).

20 Costumbre: habito adquirido por la repetición de actos de la misma especie (José M. Gutiérrez de Alba).
Practica mu usada y recibida que ha adquirido fuerza de ley. Lo que genio o propensión se hace más
comúnmente (José Selgas). Conjunto de calidades o inclinaciones que forman el carácter distintivo de una
nación o persona (Tomás de Iriarte), De Pagés (1902-1932).

41
De esta manera, lo vivido ayuda al autor a categorizar el espacio en una triada
conceptual, la cual Soja (1996) retoma, ya no a partir del espacio, sino a partir del
ser.

La trialéctica del espacio y la trialéctica del ser

Para comprender la concepción del espacio vivido como construcción social, es


necesario fijar las bases en Lefebvre (1974), quien distingue las representaciones
simbólicas del espacio social en tres dimensiones: un espacio percibido, el
concebido y el vivido; todos interrelacionados, no divididos. Así pues, puede
decirse que el espacio contiene múltiples entrecruzamientos en lugares asignados.

(a) La práctica espacial es el espacio percibido donde de una sociedad secreta su


espacio; lo postula y lo supone en una interacción dialéctica; lo produce lenta y
serenamente dominándolo y apropiándose de él. Desde el punto de vista analítico,
la práctica espacial de una sociedad se descubre al descifrar su espacio [...].
Expresa una estrecha asociación en el espacio percibido entre la realidad
cotidiana (el uso del tiempo) y la realidad urbana (las rutas y redes que se ligan a
los lugares de trabajo, de vida «privada», de ocio). Sin duda, esta asociación es
sorprendente pues incluye la separación más extrema entre los lugares que
vincula.
(b) El espacio concebido está presente en las representaciones del espacio, el
espacio de los científicos, planificadores, urbanistas, tecnócratas fragmentadores,
ingenieros sociales y hasta el de cierto tipo de artistas próximos a la cientificidad,
todos los cuales identifican lo vivido y lo percibido con lo concebido. Es el espacio
dominante en cualquier sociedad (o modo de producción).
(c) Los espacios de representación, lo vivido a través de las imágenes y los
símbolos que lo acompañan, y de ahí, pues, el espacio de los «habitantes», de los
«usuarios», pero también el de ciertos artistas y quizá de aquellos novelistas y
filósofos que describen y sólo aspiran a describir. Se trata del espacio dominado.
Recubre el espacio físico utilizando simbólicamente sus objetos. Por consiguiente,
esos espacios de representación mostrarían una tendencia (de nuevo con las
excepciones precedentes) hacia sistemas más o menos coherentes de símbolos y
signos no verbales (Lefebvre, 2013 [1974]).

42
A pesar de ser este apartado uno de los más productivos en la obra que desarrolla
Lefebvre (1974), no lo retoma después de darlo a conocer, sólo encontrándose
especialmente abordado por la perspectiva crítica que maneja Soja (1996).

Diagrama 2. Trialéctica del espacio, según Lefebvre (1974).

Fuente. Elaboración propia.

En este plano se consideraron las contribuciones de Soja (1996, 1997), con


respecto al espacio vivido o los espacios de representación, quien los define como
un tercer espacio; el cual, siendo puramente vivido, abre paso a las prácticas
espaciales y a la representación del espacio; es decir, a lo real y a lo imaginario.
Según Soja, la noción de lo vivido tiene que ver directamente con la cotidianidad,
donde entran las dimensiones espaciales, históricas y sociales.

[...] se piensa en un espacio alternativo a los dos existentes, percibido y


concebido, y a su relación dialéctica. Un espacio más profundo, integrado y
complejo en que se articulan todas las variables reales y subjetivas, en el que se
manifiesta la trialéctica d el ser, a través del equilibrio de la historicidad (historia,
biografía o dimensión temporal de cada individuo); de la espacialidad (o vínculo

43
relacional con el espacio); y de la socialidad (o relaciones interpersonales) [...]
Soja (1996, 1997).

Diagrama 3. Trialéctica del ser/Tercer espacio, Soja (1966, 1997 y 2008).

Fuente. Elaboración propia.

En este sentido, el espacio vivido queda enmarcado en los estudios de la vida


cotidiana, en una subjetividad espacial donde las practicas designan significados a
los lugares, en un espacio expehencial, donde no solo lo imaginado trasciende.
Es un concepto demasiado amplio, ya que está ligado con la historia, por lo tanto
el espacio vivido es el equivalente a un tiempo vivido y a un sujeto vivido. Soja
habla sobre un re-equilibrio en la importancia que tienen las dimensiones del ser
(.being): el espacio, el tiempo y la sociedad. Así, el autor logra concretizarlos en un
nivel de la vida cotidiana a través de la historia del sujeto en el espacio. En este
sentido, el espacio vivido, el tercer espacio, modela una nueva forma de
subjetivizar el espacio (Soja E., 1997).

Habitar el lugar

El lugar es uno de los conceptos geográficos que cobra vida en el espacio siendo
debatido entre otros muchos, por Doreen Massey, que lo relaciona con la noción

44
de género y lo global; Yi-fu Tuan, quien conceptualiza el lugar desde el termino
topofilia, una manera muy interesante de conocer el sentido de apropiación; E.
Soja que con el concepto del tercer espacio da vida al lugar, retomado del espacio
vivido de la obra de Lefebvre (1974); y finalmente, Marc Augé (2000 [1992]) como
un complemento perfecto con el lugar antropológico, presentando de una manera
original el lugar a partir de los no lugares producidos por la sobremodernidad. Con
relación al desarrollo conceptual de los autores se irá dando a conocer la
diferencia que existe entre habitar un espacio y habitar un lugar.
El lugar, una dimensión conceptual y empírica, resulta ser una realidad
subjetiva, ya que está acotado al ámbito de la vida cotidiana y permeado por la
identidad de un individuo o una comunidad. La cultura, provista de sentido, se
considera en el lugar, un elemento fundamental en las relaciones sociales de los
individuos y los grupos; que refiere a una apropiación simbólica del espacio
geográfico como elemento de identidad. Lo cotidiano es el lugar donde se
desarrolla la socialidad del ser (Lindón V., 2000).
A través de descripciones y no de concepciones, Yi-Fu Tuan (1977) expone
una diferencia clara entre el lugar y el espacio. Según el autor, el espacio tiene un
sentido de libertad y el lugar de seguridad. Así que estamos ligados al lugar
mientras buscamos el espacio. Pone de manifiesto dos términos que podrían dar
una definición por si solos a cada una de estas dimensiones -lugar y espacio-, el
de experiencia y el de perspectiva. De esta manera es posible afirmar que el lugar
es la experiencia en el espacio y el propio espacio es una perspectiva que puede
tener un sujeto del lugar.
La diferenciación entre espacio y lugar, consiste en el tipo de relaciones,
comunicación y vínculos establecidos entre el sujeto y el espacio. Este fenómeno
ha sido explicado a través de conceptos como apropiación del espacio, apego al
lugar, identidad del lugar, etcétera, pero hasta ahora no se ha profundizado del
todo en la relación habitar el lugar. El lugar, es donde se construye el sentido de
habitar, la experiencia y el sentido humano.
El habitar como el lugar, devienen de lo vivido, es lo que refleja la historia y
la experiencia. A partir del lugar se comienza a dar la existencia del ser, el estar,

45
es decir, al habitar, por lo tanto conforme se transforma el espacio en lugar, el
habitar es construido. Debido a la íntima relación y similitud entre conceptos, se
corre el riesgo de abordarlos como sinónimos, sin embargo, existe una pequeña y
gran diferencia; el lugar se construye en un punto del espacio, pero no es espacio;
y el habitar se construye en el espacio. Durante la existencia de un individuo es
posible que este habite más de un lugar, pero el habitar no es cuantificable ni
medible, el habitar existe a través del ser.
En este sentido, Marc Augé (2000 [1992]) sostiene que los lugares
antropológicos tienen por lo menos los siguientes tres rasgos comunes:
identificatorios, relaciónales e históricos. Si un lugar puede definirse como lugar de
identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como
espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar.

El espacio del no lugar no crea ni identidad singular ni relación, sino soledad y


similitud. Tampoco le da lugar a la historia, eventualmente transformada en
elemento de espectáculo [...] los no lugares se recorren, se miden en unidades de
tiempo. Se viven en el presente [...]. Así podemos oponer las realidades del
tránsito (los campos de tránsito o los pasajeros en tránsito) a las de la residencia o
la vivienda, las intersecciones de distintos niveles (donde no se cruza) a los cruces
de ruta (donde se cruza), el pasajero (que define su destino) al viajero (que vaga
por el camino), el complejo (grupo de casas habitación nuevas), donde no se vive
juntos y que no se sitúa nunca en el centro de nada (grandes complejos: símbolo
de zonas llamadas periféricas) al monumento, donde se comparte y se
conmemora; la comunicación (sus códigos, sus imágenes, sus estrategias) a la
lengua (que se habla) (Augé, 2000 [1992]).

En este sentido, los no lugares son aquellos que muestran los orígenes de una
ciudad, de un asentamiento o de algún espacio que representa a una sociedad o
bien a un grupo social; es decir los no lugares representan colectividades con un
solo interés en común, el consumo en todos sus sentidos. Estos espacios sociales
sistematizan en una red a una colectividad, cuyos ejemplo pueden ser:
aeropuertos, centros comerciales, avenidas con mucho tránsito, metros,
autopistas, plazas, viaductos, parques urbanos, centrales de autobuses, etcétera.

46
Por otro lado, los lugares son las particularidades dentro de esta gran red de
transición, experiencias subjetivas que están y dan sentido al primer espacio
habitado de las personas, el espacio vivido.
Soja (1996, 1997, 2008) realiza la reconstrucción teórica del espacio vivido
-co n base en las contribuciones de Lefebvre (1974) - como un sinónimo de lugar,
el cual se torna real e imaginario, actual y virtual, lugar de experiencia y agencia
estructuradas, individuales y colectivas. A partir de lo establecido, la noción de
espacio vivido o el lugar se enmarca dentro de la vida cotidiana, el habitar, los
h a b itu s y la geografía cultural, en el área de la subjetividad del espacio.

Comprender el espacio vivido puede ser comparado a escribir una biografía, una
interpretación del tiempo vivido de un individuo, o en términos más generales a la
historiografía, es decir, al intento de describir y entender el tiempo vivido de las
colectividades o las sociedades humanas (Soja E., 2008).

Así, el habitar confluye en el lugar, ya que en el espacio se conforman lugares con


características puras sobre el habitar. A partir de la perspectiva fenomenológica de
Bachelard (2000 [1957]), al habitar un espacio, este se convierte en -u n lugar- un
refugio, una construcción simbólica, que en la expresión material se llama casa,
rincón del mundo, choza, nuestro primer universo, etcétera, donde están la
experiencias, recuerdos, significados, h a b itu s , cotidianidades y todo lo que implica
el sentido de habitar.
Bachelard sostiene que agazapar pertenece a la fenomenología del verbo
habitar, sistematizado en la casa como sinónimo de dar cobijo y refugio al
habitante. Por otro lado, Yi-Fu Tuan sostiene que un lugar brinda seguridad
mientras un espacio libertad. Los dos autores sugieren una característica principal
que asemeja sus conceptos y realidades al mismo tiempo, en este sentido, es
posible afirmar que la casa es un lugar ideal para habitar, el cual proporciona
seguridad y resguardo al habitante.

Habitar la casa

Al analizar la casa a partir de la doble trialéctica -d e l espacio y del ser-, pretendo


dar a conocer su concepción, no solo en su forma espacial, sino como un ser

47
privilegiado considerado a la vez una complejidad unida y fragmentada, es decir,
aunque está compuesta por diversos sistemas simbólicos y materiales, es solo
una estructura que encadena los diferentes sistemas. En el contexto de esta
complejidad, la casa nos brinda a un tiempo imágenes dispersas y un cuerpo de
imágenes; en este sentido, no muestra sólo los aspectos pintorescos, confortables
y físicos, sino que trata de ir más allá de una simple descripción, logrando la
narración de hechos o impresiones para llegar a la máxima virtud de la casa, la
función de habitar (Bachelard, 2000 [1957]).
A partir de este paradigma fenomenológico de Bachelard, se asume que la
casa tiene un vínculo directo con el habitante. Éste es establecido a partir de los
límites materiales, pero lo más importante, no son los muros que limitan el
espacio, son las vivencias, experiencias, hechos y relaciones entre el individuo y el
lugar. La conexión y relación de dichas circunstancias y experiencias dentro de la
casa es lo que da vida al habitar, no la suma de cada una de éstas. El autor
conceptualiza la casa como un espacio puramente destinado al habitar, término
referente al sujeto, quien construye su lugar, su ser y su hacer a través de
expresiones vividas. A pesar de ser la casa un lugar para habitar, no puede ser
construida simbólicamente de manera aislada -quizá en su forma material sí, pero
no en el resto de las expresiones-, ya que está dentro de una ciudad y dentro de
un entorno espacial y social: el asentamiento.
Amerlink y Bontempo (1994) destacan una cita de Lawrence y Low (1990),
para quienes las formas construidas también incluyen espacios definidos y
delimitados, pero no necesariamente encerrados, como las áreas al descubierto
de un núcleo de casas, una plaza o una calle. Pueden incluir también sitios
significativos o lugares como un adoratorio, donde no necesariamente se cobija o
cubre la actividad.

El entorno construido es un concepto abstracto, empleado aquí y en otra literatura


para describir los productos de la actividad constructora humana. En un sentido
más amplio se refiere a cualquier alteración física del entorno natural por la
construcción humana: desde hacer fogatas hasta ciudades. Incluye formas
construidas que son definidas como tipos de construcción (casas, templos,

48
salones, etcétera) creados por el ser humano para cobijar, definir y proteger
actividades (Lawrence & Low, 1990).

Con nuestro enfoque el término arquitectura se refiere a algo más que el mero
diseño y decoración de construcciones. Abarca lo que sucede cada que el
pensamiento y la acción humana imparten orden o significado a cualquier espacio:
nombrar lugares [...], planear y construir edificaciones y ordenar los espacios que
las ordenan y las unen. Finalmente incluye los significados sociales y religiosos
codificados en las construcciones y ámbitos espaciales (Nabokov & Easton, 1988).

Por esto, Rapaport sostiene, en Amerlink & Bontempo (1994), que los estudios de
los paisajes culturales y los entornos construidos requieren una documentación
que vaya más allá de los atributos visibles del entorno físico, como las fotografías
sin lectura, planos, diagramas e inventarios, es decir, se requiere documentar la
forma, la organización espacial y los ámbitos subyacentes. Aún más importante,
que la documentación incluya a la gente y su comportamiento, actividades,
valores, esquemas cognoscitivos, visión del mundo, significados y símbolos
usados, imágenes, reglas, respuesta afectiva de la gente ante los entornos y cómo
los percibe21; en fin es un estudio tan completo que abarca desde lo físico u
objetivo hasta lo más subjetivo de un entorno construido.
Al momento de sensibilizar de esta manera la casa, una casa o un conjunto
de casas, es posible comprender que ésta ha sido construida a la par con su
entorno, tanto en lo espacial como en lo social. Un proceso de construcción-
producción-apropiación entre la casa y el entrono construido y todo lo que estos
lugares conllevan. Así, es posible utilizar el método científico para describir y
representar el habitar a partir de la casa, donde la relación interior-exterior

21 Para aclarar el concepto de los paisajes culturales hago alusión a Nogué, quien a lo largo de su libro La
construcción social del paisaje, asume que el paisaje es el resultado de una transformación colectiva de la
naturaleza, es un producto social. Los paisajes reflejan una determinada forma de organizar y experimentar
el territorio y se construyen socialmente en el marco de unas complejas y cambiantes relaciones de género,
de clase, de etnia, de poder, entre otros [...]. En realidad, sólo vemos los paisajes que deseamos ver, es decir,
aquellos que no cuestionan nuestra idea de paisaje construida socialmente, producto, a su vez, de una
determinada forma de aprehensión y apropiación del espacio geográfico (Nogué, 2007). Es decir todo
paisaje socialmente construido o transformado es un paisaje cultural, ya que a este le es asignada la cultura
y constumbres de la sociedad que lo modifica (Amerlink & Bontempo, 1994).

49
constituye el centro de reflexión para la configuración de un nuevo conocimiento
(Sañudo, 2013).
Siguiendo el razonamiento anterior, el habitar se presenta a través de
interrelaciones familiares y vecinales que expresan creencias, habitus,
costumbres, tradiciones y cotidianidades, las cuales se materializan en casas,
calles, parques o cualquier forma arquitectónica que identifica al lugar.
Para Heidegger no existe una relación especifica entre habitar y construir,
ya que son dos expresiones unidas por completo, porque al separar construir y
habitar, se desfiguran las relaciones esenciales: Construir no es solo medio y
camino para el habitar, el construir es en sí mismo ya el habitar (Heidegger, 1994
[1951]). La dialéctica de Heidegger va más allá de construir y habitar, alcanzar el
ser mismo, ya que por ejemplo, trabajar es ya una forma de habitar. Habitamos
desde nuestra profesión, habitamos cuando hacemos negocios o viajamos, incluso
al caminar habitamos. Es lo que hacemos y lo que somos, el ser y el hacer se
construye con el habitar.

[...] ya que el construir como el habitar, es un estar en la tierra, es vivir lo habitual,


(el habitus, las costumbres, lo cotidiano). El habitar así, está detrás de las
actividades del cuidar y edificar, son actividades que reivindican el nombre de
construir (Heidegger, 1994 [1951]).

Tanto Bachelard como Heidegger relacionan el concepto habitar con la casa y no


con la vivienda. Por un lado, la casa es un rincón del mundo, un refugio; y por el
otro un cobijo que provee resguardo al habitar del hombre. Se dice dan casa, no
son casa, porque la casa misma evoca la impresión de un espacio privilegiado,
casi sagrado, casi religioso, próximo al espacio absoluto de que habla Lefebvre:

[El espacio absoluto] Es un espacio «vivido», no concebido, espacio de


representación más que representación del espacio [...]. Este espacio absoluto
posee dimensiones, aunque ellas no coincidan con las del espacio abstracto
(euclidiano). Las direcciones toman valores simbólicos: izquierda, derecha, pero
sobre todo alto y bajo. Ya sabemos que existen tres niveles: la superficie, la altura
y la profundidad. Dicho de otro modo, la tierra, donde trabajan y gobiernan los

50
hombres; las cumbres, las altitudes; y los abismos, las simas. Esos niveles afectan
al espacio absoluto de distintos modos. La altura, la verticalidad, recibe un sentido
privilegiado, a veces total (saber, poder, deber), pero su sentido varía según las
sociedades y las «culturas». En el conjunto, sin embargo, el espacio horizontal
simboliza la sumisión; el espacio vertical, la potencia; y el espacio subterráneo, la
muerte [...].Pero incluso atenuado en su sentido, el espacio absoluto conserva sus
rasgos esenciales. Para los que lo rodean, es el espacio verdadero, el espacio de
la verdad, de sus bruscas apariciones (que destruyen las apariencias, a saber, los
otros tiempos y los otros espacios) (Lefebvre, 2013 [1974]).

Sin embargo, Lefebvre afirma que el espacio absoluto no tiene lugar, ya que reúne
en sí mismo todos los lugares y posee una existencia simbólica, por esto la casa
no es espacio, pero el habitar, el ser, el estar en el mundo puede asemejarse a un
espacio absoluto. El sujeto puede habitar todos sus lugares y en sí mismo, en el
ser interiorizado que conserva sus rasgos esenciales, donde está la verdad y no
hay apariencias.
En este sentido, es necesario marcar diferencias entre la casa, la vivienda,
hogar e incluso del propio entorno familiar y doméstico.

Al preguntamos qué es el hábitat y qué relación tiene con el habitar, generalmente


encontramos la equívoca manera de comprenderlo (o restringirlo) como una simple
ocupación del espacio, como el medio geográfico o un territorio que reúnen las
condiciones óptimas para la vida humana, de una especie animal o vegetal. De
esta manera, se evidencian la común desconexión del hábitat con el sentido
profundo del hombre y el desconocimiento de su naturaleza como ser social,
cultural y espiritual. Esto evidencia además un gran vacío frente a la concepción
de habitar (Cuervo C., 2010).

Si bien, el habitar es un ser o estar en el mundo y la casa es nuestro rincón del


mundo, entonces la casa es un lugar destinado para el ser o estar del hombre.
Cuervo (2010) cita a Illich (1988) para reafirmar que el habitar es el resultado de
una interacción entre el lugar y el hombre, quien impregna un espacio con su ser,
con su vida, es decir, con su habitar. De acuerdo con la relación que hace Cuervo

51
entre habitar y vivir y, con lo establecido anteriormente por los demás autores,
podríamos afirmar que el habitar es en sí mismo la vida del hombre.

[...] la casa, pues, es una extensión de la persona, una especie de segunda piel,
un abrigo o caparazón, que exhibe y despliega tanto como esconde y protege.
Casa, cuerpo y mente se encuentran en una continua interacción; la estructura
física, el mobiliario, las convenciones sociales y las imágenes de la casa permiten,
moldean, informan y reprimen al mismo tiempo las actividades y las ideas que se
desarrollan dentro de sus paredes, un entorno creado y decorado como escenario
de la habitabilidad. La casa y la habitación se convierten así en un agente de
pensamiento y en un primer agente socializador, que moldea el carácter de los
hijos, a partir de las primeras impresiones de la mirada [...]. Con las costumbres y
la habitación, cada cual construye un dominio práctico de los esquemas
fundamentales de su forma de vida. No habitamos porque hemos construido, sino
que construimos y hemos construido en la medida que habitamos, es decir, en
cuanto que somos los que habitan. La esencia del construir es el dejar habitar
(Vásquez R., 2005).

La casa es una expresión de la vida del hombre en el mundo, de su existencia,


sus acontecimientos; por lo que existe una cercana relación entre lo de adentro y
lo de afuera de la casa, ya que a partir de ella se tiene una referencia espacial y
social, es decir se puede controlar el habitar en todas sus expresiones.
Para que la casa garantice el habitar, se precisa de un espacio más allá de
sus umbrales, un espacio donde el hombre pueda moverse hacia el exterior
(Bollnow O., 1993). Para lograr esta extensión alrededor de la casa, ésta debe
involucrarse y comprometerse con el entorno, tal y como lo llama Illich (1988:30),
"el arte de habitar”, o en palabras de Heidegger, "salir al encuentro” (Cuervo C.,
2010).
De esta manera, la familia siempre está involucrada y dispuesta en la
construcción de un espacio. En un entorno que por sí solo da a conocer la
presencia y persistencia, pasada, presente y futura del hombre. Así, la casa es
también un espacio que permite lo familiar y lo privado, lo individual y lo íntimo.
Ámbitos que con el tiempo hacen que la casa se convierta en un lugar con alto

52
contenido simbólico, acumulador de sentidos. Por lo tanto, es uno de los espacios
donde se puede tener plena conciencia del ser y además un lugar donde es
posible controlar el mundo desde el habitar personal o familiar.
En contraposición a Bachelard, quien afirma que la casa es el primero y
último refugio en la vida del hombre, es posible dar a conocer a la familia como
este refugio, ya que el individuo se refugia en la familia, donde su vida se
concentra, se prepara y se transforma, donde encuentra sus raíces. Es un refugio
casi animal, de gran seguridad; por lo que la familia no es sólo el espacio de
convivencia íntima, lugar de expresión de la llamada cultura privada; es también
una manera de presentarse ante la sociedad mayor (comunitaria o urbana). Según
Baudrillard (1969 [1968]) el acomodo de muebles, espacios y tipo en una casa es
un reflejo de la organización familiar, cada objeto tiene un fin en la familia. Por esta
razón, el habitar no sería posible en una casa vacía, sin sujeto ni objeto. Los
muebles, junto con los accesorios y los elementos decorativos, se convierten en
una expresión de las personas, quienes viven la casa. Por lo tanto, la casa es el
escenario ideal para representar nuestra estética y cotidianidad.
En De Pagés (1902-1932), se marca una gran diferencia entre el concepto
de casa y el de hogar, donde se conceptualiza en el hogar un devenir de la
palabra hoguera, focus, fuego o fogón, es el sitio donde se coloca la lumbre en las
cocinas, chimeneas, hornos. Ahora bien, la palabra hogar se usa a partir de la
metáfora familiar, el hogar está en la familia, en el núcleo familiar, es el ambiente
más cálido. El hogar ya no hace referencia al espacio material, sino al espacio
social. En una vivienda pueden existir diferentes hogares, diferentes ambientes
familiares, diferentes espacios familiares o bien diferentes núcleos familiares,
incluso diferentes casas y sentidos de habitar. Cuervo C. cita a Silverstone (1994),
quien entiende el hogar como "un constructo” que no necesariamente requiere de
un espacio en particular, "es un lugar, no un espacio” y su sentido no se restringe
a lo que comúnmente entendemos por casa. Sin embargo, la construcción del
hogar si requiere de la casa y la familia donde se mantiene una relación estrecha
para que esta sea posible. En otras palabras, el calor de hogar no se limita a la

53
calidez de una estancia, sino de manera figurada, a un grupo de personas casi
siempre emparentadas (Cuervo C., 2010).
Por otro lado, la vivienda se refiere a las características funcionales de un
espacio; además, no es una sola, sino debe ser un conjunto de viviendas, formas
de construcción, materiales y espacios semejantes (De Pagés, 1902-1932). Un
ejemplo práctico de viviendas lo podemos ver en los conjuntos habitacionales con
casas construidas en serie destinadas a guardar a un grupo social o un individuo,
es decir, un solo tipo de vivienda para diferentes tipos de familias con diferentes
rasgos sociales. Es un espacio físico “pre-construido”.
En este sentido, Bachelard, Heidegger e incluso Rapaport confluyen con
planteamientos teóricos sobre el habitar, en el término topofilia de Yi-Fu Tuan y en
las representaciones simbólicas del espacio social de Lefebvre; donde estas
últimas a su vez trascienden a la trialéctica del espacio y del ser en ese espacio
íntimo y absoluto. El espacio concebido, el percibido y vivido representa para
Heidegger el prototipo del humano.
Al observar la triada de Lefebvre, Soja y Heidegger, queda claro que se
basan en la misma construcción teórica conceptual. Pensar este esquema referido
a la casa, me lleva a tener una visión conjunta de las trialécticas, pero sin dejar de
ver las diferentes dimensiones que componen cada categoría, ya que finalmente
estos tres hilos confluyen en lo vivido, lo histórico y el habitar.

Diagrama 4. Lefebvre (1974), Soja (1996) y Heidegger (1951).

Espacio pecibido Socialidad Se construye


Espacio ooncebio Espacialidad Se piensa
Espacio vivido Hitorlcidad Se habita
Fuente. Elaboración propia22.

El habitar se conceptualiza en el hacer (construir) y ser/estar, dicho concepto, se


dice que es la sensación de estar en casa, de sentirse como en casa, el cual se

22 Conceptos y realidades que confluyen en el habitar en los planteamientos teóricos de Lefebvre (1974),
Soja (1996) y Heidegger (1951).

54
asocia la palabra vivir o construir que para Heidegger significa habitar (Cuervo C.,
2010).

Por otro lado, Michel de Certeau (1999 [1994]) hace una descripción y análisis
sobre el habitar cotidiano. En uno de los apartados de su obra, sostiene que no
necesariamente se tiene que descubrir el placer de comer buenos platos, sino el
placer de manipular materias primas, organizar, combinar, modificar, inventar, es
decir, el arte de hacer, tal y como el autor llama al habitar. Precisamente ahí está
en juego una fidelidad material más profunda y más pesada, una manera de estar
en el mundo y de hacer aquí su morada. Con el arte de hacer se aborda el
concepto de lo cotidiano, es lo que se nos da cada día, lo que nos preocupa cada
día y hasta nos oprime (de Certeau, 1999 [1994]), pero si se agrega el arte en lo
cotidiano se transforma en el estar cotidiano.
Al respecto, es interesante como de Certeau asemeja los conceptos, artes
de hacer, maneras de habitar y lo cotidiano. El autor toma estos conceptos para
explicar las prácticas culturales de los usuarios de la ciudad en el espacio de un
barrio a partir de la sociología urbana del barrio y del análisis socio etnográfico de
la vida cotidiana. Así, de Certeau afirma una vez más que mediante la cotidianidad
se desarrolla el habitar, ya que se registran los comportamientos en el espacio
social y los beneficios simbólicos esperados por la manera de "hallarse” en el
barrio, es decir, una manera de tener en el barrio un lugar.
La historia es un pilar importante aquí, no se puede conocer el proceso de
adaptación de una familia a la casa o la domesticación del espacio si no se conoce
la historia del lugar, el proceso de construcción y la evolución del entorno en el
cual está situada la casa; ya que no es solo ver el espacio físico, sino comprender
la relaciones entre el espacio y la gente que lo habita.
Hasta aquí se ha hablado de la casa, del entorno construido, del
asentamiento, de los símbolos, del significado de la casa y como la familia influye
en todo esto, pero poco se ha discutido acerca del sentido -de habitar-. Este
sentido tiene muchos significados, pero aquí el sentido asociado al habitar remite
a una particular expresión teórica y práctica. Heidegger aclara que el sentido está
estrechamente ligado con el concepto de significado, sin embargo el sentido es

55
mucho más profundo: es en el propio habitar donde se percibe el sentido de este
espacio (Heidegger, 1994 [1951]). De esta manera, el sentido tiene que ver con
una noción de sentimiento entre el espacio y el ser.
Sostiene Tuan (2007 [1974]) que los modos en que las personas perciben,
valoran y dan sentido a un entorno son variados, pues no hay dos personas que
perciban de la misma manera una realidad ni dos grupos sociales que tengan
exactamente el mismo sentido de valoración de su medio. Si asociamos la
concepción de Tuan con la de Heidegger el sentido va ligado a un sentimiento,
una percepción y valoración por el espacio a través de diferentes formas, ya sean
visuales, táctiles, auditivas, entre otras. Este sentido está ligado a una gama de
significados que enraízan al ser a un lugar.
Por otro lado, el habitar no podría resumirse en una limitada definición, ya
que no sólo es un concepto, sino también es una realidad a la mirada vacía, algo
real que no se ve, sin embargo, está presente en cada segundo de nuestra vida.
La historia, el espacio vivido o el construir constante son dimensiones
infalibles para la comprensión del habitar, están compuestas por un conjunto de
hechos, expresiones o situaciones interconectadas o encadenadas a la vida del
hombre. Por ejemplo, la cotidianidad y el habitus son expresiones integradas por
un conjunto de hechos o situaciones que por sí solas son simples prácticas, pero
si lo percibimos como encadenamientos forman un conjunto de expresiones
cotidianas o habituales que llevan a la comprensión del habitar.
Si el habitar parte de las necesidades primordiales del ser humano, y
además es una construcción histórica, entonces el habitar es el propio ser, el
sujeto, quien articula y conecta todas sus expresiones, hechos, relatos, prácticas y
situaciones vividas, las cuales forman un todo; es por esto que el habitar también
puede verse como una categoría de conexión.

56
Capítulo dos. Contexto sobre la transformación de la casa en
Zamora.2 3
Imagen 1. Vista aérea de la Catedral de Zamora en la década de los setenta.

Fuente. Consulta, Archivo del Museo de Zamora23, 24/02/16.

23Las Fotografías consultadas en el Archivo del Museo de Zamora fueron proporcionadas por Jesús Álvarez
del Toro.

57
La casa en el medio urbano de Zamora es un elemento de cambios que abre una
infinidad de temáticas tangibles e intangibles, uno de los espacios geográficos que
ha marcado diferentes épocas con las formas de construir y acrecentar el entorno
urbano, con los diferentes estilos y maneras de habitar la ciudad. Así, la casa se
considera como el espacio que tiene la función de cubrir las necesidades básicas
de los habitantes, además de ser percibida como el principal factor de
organización en la ciudad. No obstante, la mala de planeación en la estructura
urbana se ha hecho presente a partir de la segunda mitad del siglo XX, donde
muchas familias han logrado construir y vivir su casa a costa del desorden urbano.
Autores zamoranos han destacado la transformación que sufre el espacio
urbano en Zamora; por ejemplo Ortiz (1988) sitúa a Zamora en una crítica
contextual, donde habla metafóricamente de las enfermedades o patologías24 que
adolece la ciudad. Por su parte Luis González (1984) pone en la mesa la discusión
de los hondos contrastes25 que se viven en el entorno urbano, mientras que
Gustavo Verduzco (1992) discute la urbanización como una honda
transformación26. A fin de cuentas, este concepto gira en torno a una metamorfosis
del espacio urbano, carente de sentido, orden y función.
Por esto resulta importante hablar sobre las modificaciones que ha tenido la
casa en Zamora a lo largo de su historia, principalmente las actividades dentro de
ésta y en su entorno, los aspectos cotidianos y por supuesto, las actividades
productivas y procesos migratorios que han influido de forma directa en el habitar
y en el aumento de casas en la ciudad.

24 Que de desastre hablaremos, para tratar de explicar las variables que han hecho de Zamora, en 1988, no
sólo una ciudad de una fealdad esplendorosa sino, sobre todo, una ciudad en la que se ha deteriorado en un
grado importante la calidad de la vida (Ortiz, 1988).
25 No tiene un cinturón de miseria porque aquí los habitantes apretujados en casuchas de mala muerte no
circunvalan el resto de la ciudad, no forman cinto, hacen brazos [...] en la misma ciudad donde crecen tales
tentáculos de mugre y miseria, se inauguran frecuentemente colonias bien arboladas con calles de firmes de
concreto, con servicios de agua, luz y drenaje y con habitaciones furibundamente modernas en términos de
arquitectura y en términos de muebles y decoración. Por lo demás no pasa un mes sin el derrumbe de
alguna de las casas típicas [...] (González, 1984:185-186).
26 El fenómeno de urbanización ha sido importante porque implica una honda transformación de la
estructura de producción, la cual se manifiesta, entre otras reacciones, a través de la existencia de nuevas
demandas laborales, de las migraciones rural-urbanas y de la inserción de la población campesina en un
marco de actividades no agrícolas.

58
Habitar la casa en Zamora y su contexto histórico

El periodo colonial e independiente: siglos XVI-XIX

En el Valle de Tzirondaro del siglo XVI -posteriormente conocido como el pueblo


de San Martín Zamora y ahora nombrado Zamora de Hidalgo- se asentó un grupo
de población de origen español, cuya lógica respondió a un fuerte de protección
contra los chichimecas. Tal asentamiento Se ubicó entre los márgenes del viejo río
Duero y la acequia del calvario, motivo por el cual es presumible un entorno
lodoso y en parte peligroso por las inundaciones del valle.

Imagen 2. Mapa del Valle de Zamora27.

Fuente. Rodríguez Z., (1952).

27 Mapa del Valle de Zamora en poder del señor Manuel Jasso. No tiene la fecha ni el nombre de quien lo
haya levantado (Rodríguez Z., 1952:14).

59
En 1574 por órdenes de Enríquez de Almanza, segundo virrey de la Nueva
España, se fundó la Villa de Zamora. El cruce entre la acequia del calvario y la
acequia que pasaba a un costado del viejo río Duero, fue el punto de partida para
el trazo de la ciudad, ángulo donde se construyó el primer templo con orientación
oriente-poniente (Rodríguez Z., 1952). Los primeros pobladores construyeron los
drenes necesarios en las partes más bajas y alinearon las casas por lo más alto
del terreno, dejando las partes más anchas y curvadas de las calles en lo bajo,
donde se acumulaba el agua, marcando de esta manera las corrientes del
desagüe.

Imagen 3. Calle del Caracol 1982, vista área y vista de oriente a poniente.

Fuente. Consulta en fototeca de El Colmich, 27/10/1528.

La calle de San Bernardo, hoy Aquiles Serdán, ubicada entre Corregidora y


Ocampo, fue la primera que se posicionó en la trama de la villa. Después la del
Caracol, llamada así por su forma curvada, rasgo intencional cuyo propósito tenía
que ver con la defensa militar, debido a que era una entrada a la villa. Los2
8

28 Fototeca de El Colegio de Michoacán. Luis Luna (1982).

60
recodos29 servían para defenderse de la irrupción de los indios chichimecas, pues
así podían atacarlos a dos fuegos (García U., 1971). Desde sus inicios, Zamora se
ha caracterizado por tener calles trazadas de manera irregular, con recodos y
calles angostas especialmente para peatones, particularidad que no se ha
aprovechado arquitectónicamente, ya que una calle angosta y con un trazo
irregular resulta ser visualmente más atractiva que una recta amplia.
Para finales del siglo XVI ya se había concretado un nuevo asentamiento.
La población establecida alrededor de lo que ahora es la plaza principal, con
casas de adobe, marcó su estilo de vida mediante una ardua forma de trabajo. Al
interior de sus casas desarrollaban las actividades productivas, que finalmente se
convirtieron en actividades cotidianas y fueron parte del habitar, así, éstas cubrían
todas las necesidades domésticas, sin dejar de lado aquellos grandes espacios
para los animales y las herramientas. Por su parte, la cocina era uno de los
lugares más grandes (Sigaut, 1991:25), tenía una fuerte importancia por ser uno
de los más acogedores de la casa; ya que además de cocinar, se hablaba de la
jornada de trabajo, de los problemas domésticos, donde solían comer y reunir a la
familia. La cocina siempre ha sido el resultado de una íntima relación cotidiana
entre los integrantes de la familia, aspecto que hace manifiesto de Certeau (2000:
XXIX [1990]): [...] escogí la cocina por su necesidad primordial, por su capacidad
para atravesar todas las discrepancias y por su relación intrínseca con la ocasión y
la circunstancia.
A finales del siglo XVI y durante el siglo XVII, con lazos de solidaridad los
zamoranos caminaban en esta nueva tierra, donde se habían repartido varias
hectáreas a cada familia, el amor que le tenían a sus posesiones siempre fue un
impulso para su fuerza de trabajo (García U., 1971).
Unos se hacían de más propiedades mientras otros las descuidaban. El que
tuvo tierras y era mediero, sería mediero toda su vida y el que siempre tuvo
propiedades cada vez se hacía más rico. De esta manera se fueron distinguiendo
la burguesía y el proletariado en Zamora. Por un lado, los que utilizaban sus

29 Es la curva o ángulo que forma una calle, camino o río al cambiar de forma brusca su dirección.

61
manos y trabajaban con su fuerza, como los medieros30 y arrendatarios31, se
ubicaban en la clase proletaria, que al no tener propiedades vivían en la pobreza.
Por el otro lado, estaban los propietarios, quienes amaban un estilo de vida lujoso
y sostenían su prestigio con la construcción de grandes casas rodeadas de
amenos jardines y grandes huertas con todo género de frutas (González,
1984:80).
Para el siglo XVIII, había sobre trescientas casas agrupadas en un pequeño
entorno, construidas con muros de adobe y techos madera y teja, llenaban sus
corrales de plantas y macetas sobre apoyos provisorios con tablas de madera, se
formaban corredores encerrados y cuartos muy oscuros (Ortiz, 1988). Los
espacios abiertos, como los corrales y los patios, eran utilizados para realizar su
trabajo cotidiano, ahí estaban sus granjas y huertas, incluso la construcción de la
casa se realizaba en torno a los patios. Así, intentaban edificar sus casas con
buenos soportes y con el mayor esmero posible.
Existieron épocas en las que el aumento demográfico fue el factor principal
para justificar gran cantidad de construcción de casas. Éste era resultado de la
migración a Zamora debido a la demanda de mano de obra en las actividades
productivas, primero agropecuarias y después comerciales.
Según González (1984:66) en el siglo XVIII Zamora recibió su primer golpe
de crecimiento demográfico acelerado. De 577 habitantes en 1750, para 1792 ya
contaba con 1473 vecinos. Después el crecimiento se aceleró todavía más, pues
de 2300 habitantes aumentó a 6000 en 1822 y a 10 000 a finales del siglo XIX.
Dicho crecimiento demográfico, fue el resultado de altas tasas de fertilidad de la
población zamorana, cada vez más joven.
La consecuencia de este aumento demográfico fue el incremento de casas,
servicios, comercio, entre otros. Para finales del siglo XIX, las autoridades en
actividad ya habían adquirido terrenos hacia el norte, sobre la acequia del calvario,
hasta la estación del ferrocarril con el fin de prolongar hasta ese punto la calle de
Madrigal, ahora Pino Suarez (Sigaut, 1991:30). Esto, con el objetivo de abastecer

30 El agricultor que trabaja la propiedad otro con sus propias fuerzas y recursos a fin de obtener una
ganancia, pero la administración se reparte en partes iguales, es decir "se van a medias".
31 El agricultor que paga renta por trabajar determinada propiedad.

62
la necesidad de espacio dentro de la ciudad a la población excedente. Así fue
como Zamora dio su primer salto físico fuera de sus límites originales a raíz de un
aumento de población.
A partir de ese momento se comenzó un proceso de trasformación en la
forma de habitar la ciudad y la casa. Aparecieron novedosos programas
arquitectónicos, con espacios no tan comunes en esa época, los cuales
resolvieron muchas de las necesidades que surgían en la ciudad.
Las casas eran adaptadas a las necesidades humanas cambiantes y a sus
acciones domésticas de trabajo, salud, educación y recreación. De esta manera
nacieron nuevos espacios con el poder de cambiar la imagen y la percepción de la
ciudad. Desde entonces surgió una nueva arquitectura en Zamora, caracterizada
por la mezcla de estilos con elementos y formas arquitectónicas de diferentes
épocas y tendencias escogidas por los habitantes, enmarcando un eclecticismo o
arquitectura ecléctica. Hasta esa época, aún dejaban espacios para realizar
labores de trabajo al interior de las casas.

Imagen 4. Huellas de las antiguas huertas en una casa zamorana actual32.

Fuente. Trabajo de campo, 15/02/16.

El uso de nuevos materiales de acuerdo a los espacios construidos perfiló una


tipología de estos. Por sus amplios patios rodeados por columnas de fierro para
soportar la techumbre de vigas con tejamanil y teja, la casa tradicional tenía el
aspecto de un corazón de manzana, en su mayoría, estas columnas eran de3
2

32 Patio central y traspatio con árboles frutales (huellas de las antiguas huertas). El interior de una casa
tradicional zamorana y escuela para señoritas en la calle Hidalgo a un costado del Antiguo Palacio Episcopal.

63
madera o acero hueco para usarlas como bajantes de agua pluvial, posteriormente
fueron sustituidas por materiales nuevos como la cantera o el concreto (Sigaut,
1991:32).
Los materiales utilizados en elementos arquitectónicos comunes como
cimientos, muros y techos en las casas, siempre fueron los mismos hasta la
primera mitad del siglo XX. Así, se identifica la piedra, adobe, tabique, madera y
teja, pues solo variaban en la ornamentación. El ancho de los muros era de 40 a
60 centímetros. El claro de los vanos en puertas y ventanas se libraba con vigas
de madera. Los techos eran un entramado de vigas y duelas, mejor conocidas
como costillas de madera, sobre las que se ponía la teja. El espacio que quedaba
entre el entarimado del techo y la trama de madera que sostiene las tejas, se
llama tapanco y sirvió para bodega, refrescando las casas con el aire que pasaba
por los extremos (ídem). García Urbizu (1971) afirma, que las casas eran amplias,
con un frente de treinta pasos por cien de fondo, motivo por el cual se creaban sus
traspatios, huertos y corrales. Eran grandes corazones de manzana.3

Imagen 5. Los corazones de manzana en 197533.

Fuente. Consulta, Archivo del Museo de Zamora34, 24/02/16.

33 Vista aérea de la ciudad de Zamora de Oriente a Poniente sobre la calle Cazares, a la izquierda sobresale la
Catedral y a la derecha la torre del Templo de San Francisco. Se observan los grandes corazones de manzana
que formaban los patios y traspatios de las casas en 1975.

64
La palabra manzana proviene de la castellanización del catalán "mansana", cuyo
origen es el "manso”, derivado del latín "mansio, mansum”, a su vez derivado de la
forma verbal manere, que significa habitar una casa. Por esta razón, se conoce
como manzana a un conjunto de casas. El término corazón de manzana, parte del
espacio más importante del conjunto de casas, el patio central. A partir de éste, los
espacios de la casa y las familias eran organizados para cuidar la funcionalidad,
su modo de vida y simbolizar las actividades productivas en un solo núcleo
familiar.
Es interesante ver que los límites de los espacios estaban visualmente
disimulados por su estética y la sensación de cobijo que daba el patio central. El
recorrido de la estructura de la casa comenzaba con la puerta de la calle, la cual
conducía a un zaguán traslucido, cuya función principal no fue la seguridad de la
casa, sino delimitar el ámbito privado del público mediante el espacio de transición
resultante entre la puerta y el zaguán. El patio central y los corredores estaban
rodeados de las habitaciones, cocina, comedor y sala.

Imagen 6. Espacio de transición entre el zaguán y la puerta de acceso35.

Fuente. Trabajo de campo, 09/12/15.

34Las Fotografías consultadas en el Archivo del Museo de Zamora fueron proporcionadas por Jesús Álvarez
del Toro.
35 Espacio de transición entre el zaguán y la puerta de acceso en la casa Ramos que data desde el siglo XIX
ubicada sobre la calle Amado Nervo.

65
Conforme crecía la ciudad, se producían grandes transformaciones a partir de
elementos tan sencillos como el techo inclinado. Estos cambios influyeron en la
casa, en el entorno, en las expresiones cotidianas y en el habitar. Con la
modificación de los aleros en el techo inclinado, cambió totalmente la imagen de
Zamora y la forma de percibirla.
Para finales del siglo XIX, el techo inclinado se prolongaba hasta la calle,
conociendo dicha prolongación como alero; elemento que suscitó intereses
colectivos, tanto económicos como visuales. Con esto las autoridades
determinaron que la casa que tuviera aleros hacia la calle tendría que pagar
impuesto o, de lo contrario, deberían quitar los aleros. Sin duda, tal
reglamentación evidenció el interés económico para la obtención de recursos en
la ciudad a corto plazo, además de erigirse en un criterio de mejoramiento de la
imagen de la ciudad.
Las razones que tuvo el ayuntamiento para prohibir los aleros fueron las
siguientes:

Por objeto el ornato y mejora material tanto de las calles de esta ciudad, como de
cada una de sus casas. Éstas, sin los canes y en vez de ellos presentan una vista
más despejada que la que hoy ofrecen con pestañas; sin éstas la luz refleja con
más facilidad y además de que el día parece más brillante, el alumbrado produce
todo el efecto que se desea porque su luz no se absorberá en las llamadas
pestañas. Las calles se verán menos feas que ahora, porque las cornisas las
hermosearan y los marcos y ventanas de los edificios lucirán su arquitectura
(Sigaut, 1991:32).

Bueno o malo, este hecho definió la particular imagen urbana en el Centro


de la ciudad, aunque también provocó conflictos entre los vecinos y el
ayuntamiento debido a que era un impuesto considerado anticonstitucional. Con
esta situación se terminan los aleros tradicionales de la arquitectura puramente
mexicana, dando lugar a la tradición de las molduras, cornisas, jambas, repisones
y cielos rasos. Buscaban parecerse a los órdenes clásicos y a toda una gama de
eclecticismos.

66
Imagen 7. Vista de casas en la calle Madero norte con aleros y sin aleros.

Fuente. Consulta, Archivo del Museo de Zamora36, 24/02/16.

Argumenta Ortiz (1988), que solo se trataba de una nueva cara rasurada, porque
el esquema compositivo de la casa fue el mismo, no obstante la imagen del
entorno cambió y con ella la percepción de los habitantes. Éste hecho trasciende
la estructura de la casa con una nueva imagen de la ciudad. Esos aleros que
protegían de las inclemencias del tiempo a la población andante, ya no estaban,
había entonces que caminar bajo la lluvia o bajo el sol que ardía sobre las calles.
Es indiscutible que las personas ya no sentían igual el espacio público.
A pesar de las trasformaciones de la casa, obligadas por las autoridades
municipales y otras debido a las necesidades familiares, su estructura y función no
se modificó, continuaba su patio central y su traspatio con áreas de servicio para
los instrumentos de trabajo o materiales, los corrales y las hermosas atarjeas3
37.
6
Por otro lado, las familias de escasos recursos, quienes vivían en casas
pobres que parecían chozas, difícilmente podían modificar sus fachadas, mucho
menos aumentar o quitar espacios, ya que sobrevivían a duras penas con el
sustento diario. Sin embargo, seguían el propósito del ayuntamiento de modificar
el entorno visualmente, lo cual no se comparaba con lo que se hacía en la
residencia burguesa. Después del año 1900, los nuevos proyectos y
remodelaciones de las casas respetaron la "norma” de unificar el entorno sin
aleros

36Las Fotografías consultadas en el Archivo del Museo de Zamora fueron proporcionadas por Jesús Álvarez
del Toro.
37 Es un canal pequeño de mampostería de ladrillo de barro al nivel del suelo sobre arcos, el cual funciona
para conducir agua o drenes sanitarios, utilizados en el siglo XIX.

67
Imagen 8. Casas de familias de escasos recursos38.

Fuente. Consulta, Archivo del Museo de Zamora39, 24/02/16.

Implementaciones en el siglo XX

Otro cambio trascendental de las casas sucedió a finales del siglo XIX y durante el
XX. La división de casas fue autorizada por las autoridades a partir de las
herencias y su venta por partes para obtener mayores ganancias. Otra estrategia
fue adquirir propiedades entre dos o más personas, quienes después las dividían
respectivamente. En la actualidad, esta situación es un problema para la imagen
urbana, pues los cambios de uso de suelo y la dosificación del comercio sobre las
casas en el Centro de la ciudad, entre otras situaciones, causan conflictos para la
regulación de la planeación urbana.
Es importante señalar la ausencia de ingenieros o arquitectos hasta la
primera mitad del siglo XX. Las obras eran dirigidas y construidas por maestros de
obra. Después de 1940, llegaron los primeros arquitectos de la ciudad de México,3
9
8

38 Casas de familias con escasos recursos y la vista de mejoramiento sin aleros en la parte Sur del Centro.
Fotografía s/f.
39Las Fotografías consultadas en el Archivo del Museo de Zamora fueron proporcionadas por Jesús Álvarez
del Toro.

68
provenientes de la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde entonces,
se comenzó a destruir una buena cantidad de las mejores construcciones que se
realizaron en el siglo XIX, el periodo de mayor productividad arquitectónica y
urbana.
A partir de entonces el crecimiento de Zamora ha sido constante, y en
ocasiones acelerado. Así, la ciudad se llenó de servicios, surgieron los elegantes
hoteles Fénix, Mendoza y Ramval, junto a los tradicionales y muy queridos Hoteles
Colón y México; también surgieron plazuelas sobre las calles cada vez más
alargadas. Desde luego no podían faltar escuelas y un gran número de casas con
materiales nuevos, como el cemento Portland. Aparecieron los nuevos
asentamientos humanos a partir de 1945. Nacieron también despachos de
materiales para la construcción de una ciudad que evidentemente se vestía a la
moda.
En dicha época, el crecimiento de la traza urbana se daba hacia el oriente
y, con esto, se concretaba el proyecto eclesial propuesto por el Obispo Cazares
con la ubicación de la nueva Catedral (ahora el Santuario Guadalupano), así se
conservaban las mejores tierras productivas del sur. Sin embargo, el cambio de
uso de suelo y la gran especulación sobre el mismo, ha llevado a ocupar tierras de
cultivo del sur, del norte y hasta del poniente.
Es interesante ver la manera en que las actividades productivas agrícolas
influyeron de manera total en el crecimiento urbano de Zamora. Afirma Álvarez del
Toro (1985:42) que el crecimiento de la población fue el resultado de las
tendencias históricas, las cuales conjugaban los factores económicos, sociales y
culturales que promovieron el desarrollo de la región zamorana. Gustavo Verduzco
(1992:112) sostiene que el crecimiento urbano de Zamora se desarrolló debido a
que las actividades agrícolas se libraron de problemas pro y anti-agraristas, la
apertura de la carretera México-Guadalajara y a la especialización de Zamora en
productos agrícolas.

69
Imagen 9. Proyecto de crecimiento de Zamora40.

Fuente. Sigaut, 1991.

Las nuevas formas de apropiarse del espacio

El crecimiento demográfico se cuadriplicó entre 1950 y 1990, y como resultado de


esto la multiplicación desordenada de viviendas desarrolló caos urbano. Desde
1960, la justificación para la construcción de viviendas ha sido solucionar su
"fuerte demanda” debido al aumento demográfico. Pero a partir del 1990 el ritmo
de crecimiento de la población disminuyó y el aumento de casas, mantuvo el ritmo
de crecimiento.4
0

Tabla 1. Crecimiento demográfico y el aumento de viviendas en Zamora.


Año Población Aumento Viviendas Aumento

2010 186 102 24 184 47 707 7 043

40 Plano regulador de crecimiento de Zamora hacia el oriente, proyecto de la iglesia propuesto por el Obispo
J. María Cazares (Sigaut, 1991:25).

70
2000 161 918 17 019 35 704 7 761

1990 144 899 31 425 27 943 7 202

1980 113 474 30 531 20 741 7 448

1970 82 943 28 975 13 293

1960 53 968 16 292

1950 37 676

Fuente. Elaboración propia con datos de los Censos 1950-2010, INEGI.

La construcción de nuevos asentamientos humanos ha sido a partir de dos tipos


de apropiación del suelo. Por un lado, la construcción de fraccionamientos con la
subdivisión de terrenos ejidales y de propiedad privada como consecuencia a
largo plazo del reparto agrario con el Presidente Lázaro Cárdenas. Por otro lado,
mediante un grupo de personas lideradas por alguien que con experiencia
propiciaba la invasión de terrenos federales, ejidales e incluso porciones de
pequeñas propiedades. De acuerdo con Briseño (2005), el proceso anárquico de
crecimiento de la mancha urbana y construcción de casas ha representado un
factor de deterioro en la ciudad, en la planeación y en el suelo.
A diferencia de los fraccionamientos, en las colonias de asentamientos
informales y periferias de la ciudad, las casas son construidas sobre un terreno
pedregoso y lleno de matorrales, en condiciones precarias, con más pendiente de
la permitida para uso habitacional, sobre drenes de aguas negras o aguas de
riego, donde abundan los moscos y todo tipo de insectos, siendo poco aptas para
la construcción en general. Estas son construidas por sus propios habitantes, con
desechos de materiales, tablas, palos, hules, lonas, láminas, lazos, etcétera. Sin
embargo, con el tiempo mejoran la calidad de su casa con materiales tradicionales
como tabique, piedra, madera, lámina, teja, incluso cementos, morteros, entre
otros.
En este tipo de asentamientos, el arquitecto o ingeniero "no son
necesarios”. La casa es construida por etapas, aunque siempre se ha dicho: ahí la

71
hemos ido construyendo y todavía no la terminamos. Es decir, nunca terminan de
construir su casa, por tanto, este tipo de familias se mantienen en constante
construcción simbólica y material.

Imagen 10. Construcción de casas de paracaidistas, invasiones en Zamora, 1982.

Fuente. Consulta en fototeca de El Colmich, 27/10/1541.

En la misma época, también dejaron de existir muchas costumbres de la vida


cotidiana en Zamora, tanto en la forma de construir como en la forma de habitar.
Las calles y casas han sido transformadas y hacen honores a la modernidad,
introduciendo con ello nuevas prácticas sociales y económicas. Inventos como la
radio, la televisión, las comunicaciones, los sistemas de trasporte, entre muchos
otros acontecimientos tecnológicos y culturales, ponen en cuestión la cotidianidad,
desde siempre sometida a los estrechos márgenes de la vida eclesial. La gente se
enfrentó a nuevos paradigmas, las ideas modernas irrumpen en los modos de
vida, las familias, las costumbres y la vida cotidiana. Las nuevas realidades
comenzaron a desequilibrar los "sólidos soportes de la sociedad tradicional”.

El obispo Cázares fue un diligente promotor de algunas costumbres tradicionales,


pero enemigo de cualquier modernidad, paseos en canoas en el valle inundado,
días de campo, mañanitas y charreadas (González, 1984:125).

Sin criticar la innovación de los materiales y nuevos sistemas constructivos, es


evidente su uso indiscriminado, sobre todo en zonas como el Centro de la ciudad.4
1

41 Fototeca de El Colegio de Michoacán. Luis Luna (1982).

72
Otra desventaja es que este tipo de construcción innovadora es inaccesible para el
sector de la clase obrera.

Recordemos que para Heidegger la tecnología es tanto una promesa como un


peligro, ya que la esencia de la tecnología no se presenta en la reflexión de este
autor sólo como una inocente fabricación de herramientas que faciliten nuestra
vida práctica, sino como la máxima consumación [...]. La técnica se nos presenta
como el resultado de una época, la modernidad, que asumió a la realidad desde la
representatividad del ente y el principio de razón suficiente (Castro M., 2008).

Lo cotidiano en el habitar de la vida actual lo podemos ver desde tres puntos de


vista. Primero el territorio, pues a partir de 1960 el crecimiento territorial de la
mancha urbana de Zamora ha sido desenfrenado, desordenado y muy bien
"planeado” desde la perspectiva de la especulación, mas no a partir de la
normatividad de desarrollo urbano. Así han surgido nuevos asentamientos
formales e informales, la mayoría carentes de servicios públicos, que marcaron
paulatinamente la segregación social y la segmentación territorial debido al
surgimiento de los nuevos fraccionamientos y las invasiones informales. Se ha
hecho a un lado la tradición barrial de recreación social y costumbres solidarias
con las que inició Zamora.
El segundo punto recae en la inmobiliaria. La construcción excesiva de
fraccionamientos con viviendas en serie y la venta de terrenos en suelos no aptos
para la construcción trae graves problemas a la ciudad, pues buena parte de las
viviendas son de baja calidad, con tamaños reducidos y sin espacios públicos para
el esparcimiento. La oferta de vivienda es exagerada, hasta el punto de percibirla
como actividad cotidiana, costumbre caracterizada por "construir casas de a
montón” a partir del auge del negocio inmobiliario y las constructoras, ocurrido
después de 1980.
El tercero y último tiene que ver con la población en general, cada vez con
una cultura más cambiante y orientada hacia la modernidad. Por ejemplo, las
mujeres están completamente introducidas en la actividad laboral y se elevan los
índices de divorcio, esto ha llevado a tener una nueva organización familiar y
social, donde las mujeres se convierten en jefes de hogar, a diferencia de la

73
tradicional mujer zamorana, quien se encargaba de los quehaceres de la casa y
los hijos.
El consumismo es otro de los aspectos dominantes sobre la sociedad. La
desigualdad y la segregación urbana se hacen más visibles. Aumenta la violencia.
La creación de asentamientos humanos -de diferentes tipos- lleva a la falta de
cultura y al aumento de inseguridad, porque desaparecen los vínculos sociales.
Los fraccionamientos privados van en aumento acelerado y rompen toda relación
(espacial, cultural, histórica y sobre todo social) con la ciudad.
La separación actual de la ciudad figura una paradoja. Las franjas norte-sur
y oriente-poniente suponen un reflejo de las condiciones sociales y económicas de
sus habitantes. La franja sur, cubierta en su mayoría por fraccionamientos
residenciales como Jardinadas, La Luneta, Río Nuevo, Patria, Los Laureles, entre
otros. La franja Norte, también ocupada por fraccionamientos residenciales
abiertos y cerrados, caso de Lagos del Bosque, Paraíso Azul, Santa Catalina, La
Floresta, La Florida, Jardines de San Joaquín, entre otros: Concentrando familias
de clase media y alta, Por ello, se vive con la idea de una ciudad con límites
intrínsecos, donde la exclusión es una forma de estar fuera de ésta.
Finalmente, todas las colonias ubicadas en la franja oriente-poniente y, los
tentáculos de crecimiento que éstas conllevan, son áreas deficientes en servicios y
equipamiento, donde la pobreza, inseguridad y miseria abunda. Así, el ambiente
del entorno físico influye de forma determinante en la gente: el cómo se siente,
cómo piensa, qué hace.
Resultaría complejo hacer una descripción general sobre el habitar la casa
en Zamora debido a la heterogeneidad y el anarquismo urbano en la ciudad; sin
embargo, con todo lo anterior es posible tener una visión general sobre los
cambios en la casa, el entorno urbano y su habitar.

Tres tipos de asentamientos: el barrio, la colonia y el fraccionamiento

Previo a la interpretación del sentido de valoración del habitar, es conveniente


conocer el entorno del espacio vivido como escenario en el que por excelencia la
familia o el individuo construye sus relaciones sociales, espacializa sus rasgos

74
culturales y costumbres. Aquí, el entorno se refiere al asentamiento, ya sea barrio,
colonia o fraccionamiento, que son espacios que ganan su concepto a través de
vivencias, experiencias o formas de apropiación del suelo de parte de la sociedad
que los habita.
En la actualidad, Zamora está dividida en 202 asentamientos, donde sólo 9
de ellos son barrios, según el PMDUZM (2008-2028). Así, el Centro de la ciudad,
El Calvario, El Carmen, El Teco, Emiliano Zapata, Los Dolores, Madrigal, La
Medallita y San Juan corresponden a los barrios que dicho programa reconoce,
desarrolla la esencia del término barrio, aspecto que es necesario abordar.
Al respecto, Ortiz (1990) aclara que la tradición de barrio en Zamora, tiene
que ver con aspectos de formación histórica. Afirmar que un asentamiento es un
barrio, no implica solo la apropiación de un espacio o un territorio, sino va más
allá, trasciende a una construcción del espacio basada en una relación de
aspectos geográficos, culturales y sociales; por lo que es una construcción social
con abundante relación vecinal, familiar y socioespacial.
El barrio es una palabra que proviene del árabe bárri (exterior, salvaje,
campo)42 que designa la oposición a la ciudad; y hace referencia al asentamiento
que estaba fuera de las murallas de la ciudad, a una configuración territorial
tradicional, donde se conjuntaban las actividades propias de la vivienda con las del
trabajo, aspecto constatado en los barrios antes mencionados.
Los barrios en la actualidad son más que calles, son referentes que remiten
a que el concepto vaya más allá de los edificios y casas, pues ha sido configurado
por la gente que ahí habita, incluyendo sus sonidos, ritmos y costumbres. En
síntesis, es una identidad, una práctica, un estilo de vida, una forma y valoración
del sentido de habitar.
Se puede percibir al barrio como una construcción social del espacio en su
sentido más amplio. Entre los barrios conocidos en Zamora, el Teco es el más
antiguo, incluso más antiguo que el propio asentamiento español del siglo XVI, el
cual se mantuvo independiente hasta la primera mitad del siglo XVIII, cuando se
unió a la ciudad. En contraste, el barrio más joven en Zamora es el Emiliano

42 Diccionario de la Real Academia Española (2016)

75
Zapata, surgido en 1950. Los asentamientos construidos después de esa fecha
han sido reconocidos como fraccionamientos, colonias, conjuntos habitacionales e
invasiones; constructos sociales diferentes al barrio, pues son territorios
preconstruidos a partir de un argumento, una idea o una visión.
Es importante mencionar que la cuestión religiosa es un elemento
primordial para construir el barrio, el aspecto cuasi fundacional de éstos lo
constituye la parroquia. En la primera mitad del siglo XX, Zamora estaba
conformada por barrios pequeños, los cuales se distribuían según los templos
existentes, donde para entonces había casi una docena de iglesias, por lo que
donde se construía un templo, casi siempre surgía un barrio. Uno de los más
tradicionales era el barrio de San Bernardo, ubicado en los alrededores del templo
de San francisco. Otro fue la Medallita, también nacido a partir del templo con el
mismo nombre. También está el barrio de Los Dolores, que rodea al templo
llamado Los Dolores, entre otros. Con las nuevas generaciones y la entrada de la
espacialidad propia de la modernidad, los pequeños barrios en el Centro
desparecieron para formar uno solo, el cual no tuvo fuerza suficiente para subsistir
hasta la actualidad.
Debido al crecimiento natural de la ciudad y los sistemas económicos de
producción, después de 1950, llegaron nuevos habitantes y productos comerciales
a Zamora, abriendo paso a la conformación de las colonias; caracterizadas casi
siempre por alojar una masa poblacional con características de empleo y origen
homogéneas, similar a la configuración barrial; no obstante en las colonias no se
mezclan los espacios para la vivienda con los del empleo, caso de los barrios.
Justamente, el concepto colonia se construye de acuerdo a las personas
que habitan el asentamiento. La colonia es un "conjunto de personas que,
procedentes de un territorio, se establecen en otro”, o bien, se refiere a un "grupo
de viviendas semejantes o construidas con una idea urbanística de conjunto”43. Es
decir, existe un factor determinante que caracteriza una colonia en la ciudad de
Zamora, la cual puede ser la forma de apropiación del suelo, la población de
características similares (empleo, origen, etc.) y/o la similitud de las casas. Los

43 Diccionario de la Real Academia Española (2016)

76
dos últimos suelen variar con el paso del tiempo y con la aparición de las nuevas
generaciones en las familias.
Por lo anterior, los tres factores anteriores están relacionados entre sí, pero
existen dos inseparables: la apropiación del terreno y cierta homogeneidad de la
población. Normalmente son grupos de personas que, si no cuentan con un mismo
tipo de empleo, por lo menos están inmersos en un mismo sector de la actividad
económica o bien, son provenientes de un lugar específico, quienes invaden -con
permiso o no- un terreno ejidal, federal o privado, guiados por un líder. Hacen
referencia al término de colonizar o invadir otro lugar que no es su origen. El tercer
factor es la construcción de las casas. El sistema constructivo suele ser muy
peculiar, es notoria su transformación a través del tiempo. La gente normalmente
comienza a habitar en casas que no son dignas ni decorosas, pero el afán de
prosperar y vivir dignamente dirige a las personas a construir sus casas de
acuerdo a sus recursos. Pasan de un estado de miseria a un estado de cierta
plenitud, hasta tener al menos los servicios públicos y el equipamiento necesario.
Así pues, en Zamora sólo 10 asentamientos son reconocidos como colonia
en el PMDUZM (2008-2028); que en la actualidad han pasado por un proceso de
regularización del suelo, como la colonia Fernando Amilpa.
Por último lugar, el concepto de fraccionamiento responde a la actividad de
subdividir o fraccionar un terreno en partes pequeñas, ya sea para vender lotes o
casas; y precisamente esta aparente acción individual, la espacialidad de la
modernidad en países como México la catapultó como mecanismo segregador
bajo la idea que el fraccionamiento es un asentamiento para grupos sociales
superiores, un componente que en la ciudad aparentemente garantiza distinción,
no sólo económica sino social. Este tipo de asentamientos, normalmente tienen
todos los servicios, infraestructura, equipamiento, calles pavimentadas y, en
algunos casos, arboladas. Aquí se apuesta por una buena comunicación vial y
redes de abasto comercial y de servicios, por lo que casi siempre, solo las familias
de mejor posición económica pueden adquirir predios en los fraccionamientos.
Aquí la población ya no obedece a cierta homogeneidad social, sino a sus
características o necesidades de mercado o bien, posibilidad de adquisición.

77
Debido a la forma de apropiación del suelo, los habitantes de cada
asentamiento expresan diferentes percepciones, concepciones, vivencias y
valoraciones al habitarlos. Por ejemplo, reflejan un estilo de vida, una clase social,
culturas, ideologías, entre otros. De ésta manera los fraccionamientos son
concebidos como asentamientos preconstruidos a partir de argumentos de
bienestar económico, social, territorial, cultural y ambiental. Por ello, resulta
importante exponer la formación de los asentamientos siguientes: colonia
Fernando Amilpa/Los Espinos, fraccionamiento Residencias La Luneta y
finalmente El Centro concebido como un barrio (ver Mapa 1).

Los que ganaron. La invasión de la colonia Fernando Amilpa

De acuerdo con Briseño (2005), a partir de la década de los cincuenta Zamora


empezó a registrar un crecimiento de población y expansión urbana acelerada,
dinamizando primero la zona poniente y después hacia el sur de la ciudad. Así,
hacia finales de los años sesenta ya habían sido proyectados los terrenos de
Residencias La Luneta y Jardinadas, por el sur de la ciudad, mientras que al final
de 1968 se ocupó la última parte de la zona federal en el cauce del viejo río Duero.
Por su parte, la colonia irregular Fernando Amilpa44, mejor conocida como
Los Espinos, se ubicó al surponiente de la ciudad, colindando al oriente con los
fraccionamientos Patria, La Medallita, Los Laureles y Residencias La Luneta; al
poniente con lo que quedó de la hacienda Los Espinos; al sur con La Nueva
Luneta y al norte con la antigua zona de tolerancia, que ahora es parte del Centro.
La colonia se sitúa exactamente sobre el cauce del viejo río Duero y se extiende a
la hacienda de Los Espinos (ver Mapa1).
El asentamiento Fernando Amilpa se extendió en una longitud de
aproximadamente 1,000 metros siendo una invasión de paracaidistas en ambos
márgenes del río, el cual desembocaba sobre el dren de Los Pozos. Comenzó
como una pequeña invasión de unas 10 personas, quienes se dedicaban a cuidar

44 Fernando Amilpa fue un líder obrero y fundador de la CTM (Confederación de Trabajadores de México);
destacando por sus actuaciones en favor del movimiento obrero y del sindicalismo en México. Es recordado
como un luchador fanático y perseverante a favor de las mejores causas de los trabajadores; y justamente.
Éste asentamiento lleva su nombre por ser una colonia construida para trabajadores del sindicato de la CTM
en Zamora, donde su hito urbano primordial es su calle principal, Los Espinos.

78
esas tierras para evitar que alguien más las ocupara. Después llegaron sus
familias. Figuran como primeros pobladores Don Francisco Zamora, Ramón
Alonzo, Pedro C., Mercedes Ruiz, Benjamín Vega F., Francisco Vivanco, Ramón
Quintero, Javier Escobar, Carmen Zamora, Guadalupe Navarrete, entre otros.
Todos ellos liderados y asesorados por Cipriano Ramírez Villaseñor.
Don Cipriano fue un líder muy importante para las familias que llegaron al
lugar en calidad de paracaidistas. Él ofreció a los choferes sindicalizados de la
ciudad los terrenos de esta zona para construir sus casas. Propuso asociarse para
obtener, con mayor facilidad, la autorización federal para ocupar el terreno de los
márgenes del río; como el sindicato de la CTM era una extensión fuerte a nivel
federal, sería más fácil obtener la autorización de nombrarse dueños de los
terrenos. El único requisito que don Cipriano estableció a los trabajadores
sindicalizados fue el pago de cuotas para sus viajes a México, por su parte el
deber del líder era entregar la documentación necesaria a la federación.
Así, fijaron sus objetivos en la obtención del terreno federal que ya estaba
siendo devorando por la mancha urbana. Sin tener formación académica de
abogado, don Cipriano realizó toda la documentación que entregaba y recibía. El
Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje45 ubicado en la ciudad de México, fue
el organismo que amparó al sindicato de choferes y canalizó los acuerdos con la
Secretaría de Patrimonio Natural, que posteriormente autorizó la invasión del
terreno con la desincorporación federal del viejo río Duero.
Además de apoyarse con el Sindicato Nacional de Trabajadores de
Autotransportes y Conexos Fernando Amilpa, CTM, Don Cipriano también se
acercó a otros sindicatos de menor peso institucional, entre los que estaban el de
los periodistas, obreros y campesinos.
Todo esto no eximió de pleitos legales a las familias que invadieron ésta
zona y, mucho menos a su líder. Según testimonios de los habitantes que vivieron
éste proceso de apropiación del espacio, dicha zona federal tenía ya supuestos
dueños, personas adineradas y con poder político, no obstante los múltiples

45 El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, es el órgano encargado de dirimir las controversias y


conflictos que existen entre las dependencias del gobierno federal mexicano y del Distrito Federal y los
trabajadores de estos y sus sindicatos.

79
intereses, muchos querían apropiarse del terreno. Los casos de don Luis H.
Ramírez, propietario del actual fraccionamiento Los Laureles, quien afirma que
una parte de la colonia fue de su padre; y de don Pascual Magaña, propietario de
la hacienda de Los Espinos, constituyen un claro ejemplo.
En la actualidad uno de los dueños es el señor Eduardo Vargas, nieto de
don Pascual Magaña, y quien tiene las escrituras de una buena parte de terreno
donde están construidas las casas la colonia Fernando Amilpa. Eduardo Vargas
asegura que cuando se establecieron las familias en calidad de paracaidistas
tomaron parte de las tierras de la hacienda, hasta tener el canal de riego dentro de
sus propias casas, por tal motivo lo reconstruyeron. Al respecto, El señor Vargas
recuerda:

Mi abuelo se llamó Pascual Magaña Cerda. Bueno, lo primero fue cuando él


estaba joven le tocó el robo del reparto agrario y lo segundo fue la invasión, que
fue lo que le causó la muerte [Zamora, Michoacán, 20/11/15. Entrevista con el
señor Eduardo Vargas, copropietario actual de la hacienda Los Espinos].

Afirma Eduardo Vargas, que fueron casi 2.5 hectáreas de invasión por parte de los
vecinos de la colonia, motivo por el cual han tenido problemas legales, no obstante
el pleito nunca ha trascendido a instancias de peso. La escrituración de la colonia
ahora está en forma, quienes han regularizado su predio solo tienen 7, 10, 11 o
hasta 12 metros de fondo escriturados, aunque la mayoría de las familias tienen
su casa construida de 20, 16 o 18 metros de fondo, con esto se puede confirmar la
invasión de una parte de la hacienda por parte de algunas familias.
Otros reclamantes son Alfonso Méndez Ramírez, quien fue diputado federal
por el PAN en el Distrito de Zamora (1988-1991) y el Padre Alfonso Barragán,
dueños del fraccionamiento Residencias La Luneta, segunda sección o lado
poniente. Justamente con ellos Don Cipriano rivalizó fuertemente, llegando a ver
amenazada su integridad por parte de algunas elites de la ciudad.
Según vecinos de la colonia, estos señores burgueses reclamaban el
terreno como propio, el cual por tener supuestas líneas de teléfono subterráneas,
asumían como urbanizable, y por ende como sujeto a reclamación. Cuentan los
propios vecinos que hubo amenazas hacia ellos mismos:
80
Por cierto este señor tenía problemas con nosotros, nos echaba a cada rato el
ejército, la policía, la judicial y nos quería echar a cada rato pa’ afuera, pero nunca
pudo, él no quería que se hiciera esto por la imagen de su fraccionamiento. Pero a
nosotros, de medio río para ambos lados nos dieron 25 metros [...]. Pero al que ya
traían, era a don Cipriano, la judicial lo iba a buscar hasta México, pero él se
registraba en los Hoteles con el nombre de su chofer, Eduardo Acosta, y lo
escondimos unos días. Su familia le dijo a la gente, si vienen a buscarlo díganles
que no saben [Los Espinos, 15/02/16. Entrevista con integrantes de la familia
Vivanco, habitantes de la colonia Fernando Amilpa].

Imagen 11. Choferes de la CTM cuidando la zona federal en 196946.

Fuente. Trabajo de campo, 16/03/16, Juana Vivanco.

A pesar de las malas condiciones, por órdenes de don Cipriano, el señor


Francisco Vivanco y otras personas vivían sobre el río, cuidando que el predio
fuera invadido por alguien más. Durante el día vigilaban hacia el poniente por ser
la única entrada en vehículo al lugar, ya que incluso la policía y militares más de4
6

46 Choferes de la CTM y posteriormente habitantes en Los Espinos. Fotografía de 1969, cuando varios
señores cuidaban la zona federal para que no fuera invadida por alguien más. El cauce del río queda a
espaldas de las personas, quienes observaban al oriente.

81
una vez los quisieron desalojar. Por la noche encendían fogatas a lo largo del río
para evitar que alguien se acercara.
Mientras tanto, con la experiencia de don Cipriano le "hacía de licenciado”
en menesteres legales, logró iniciar los trámites necesarios ante la Secretaría de
Patrimonio Natural, y con el apoyo del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje
gestionó el terreno y logró la desincorporación federal del viejo río Duero, allá en
las postrimerías de la administración de Díaz Ordaz.
Para entonces, don Francisco Vivanco, su hijo y otra persona, ya tenían
lotificado el terreno por partes casi iguales, sorteando las dificultades que ofrecían
las formas caprichosas y curvadas de los terrenos de 6.00 X 12.00 metros en
promedio; subdividiendo los márgenes del río de la siguiente manera: de donde
termina la calle Los Espinos y comienza Circunvalación, hasta donde es ahora el
Centro escolar Juana de Asbaje, correspondió a los trabajadores de Transportes
el Duero (servicio urbano); después, del Centro Escolar Juana de Asbaje, hasta
donde cierran las calles Calcuta y Holanda por el lado de Residencias La Luneta,
fue para los choferes del servicio público federal. El tercer tramo hasta llegar casi
al dren de Los Pozos, fue para la gente de don Cipriano (los obreros y
campesinos); y finalmente, desde Pino Suarez hasta el cruce de las calles
Circunvalación y Los Espinos estaba destinado a periodistas.
Ante tales medidas, que socialmente legitimaban el acto de ocupación, uno
de los reclamantes, Alfonso Méndez Ramírez, no tuvo otra opción más que llegar
a un acuerdo con los habitantes de la colonia para cuidar la imagen de su
fraccionamiento. De esta manera, Solicitó a los vecinos, le cedieran 4 metros para
completar la última calle de su fraccionamiento, la cual colinda directamente con la
colonia, ofreciendo pavimentarla sin costo alguno. También acordó con los vecinos
de la franja oriente de la colonia, el arreglo de sus fachadas "lo mejor que
pudiesen”, cuidando la imagen de su fraccionamiento. De esta manera se
consiguió pactar con uno de los más incómodos reclamantes de los terrenos.

82
Imagen 12. Distribución de lotes en la colonia Fernando Amilpa en su fundación.

Cabe destacar que la acción de ocupación no siempre describió una organización


armónica y plenamente consciente de sus sacrificios; pues no a todos los
sindicalizados les agradaba la idea de vivir en situación de inseguridad y a la
intemperie; y aún con la obtención de la meta propuesta de obtener sus terrenos,
algunos los vendieron en mil, dos mil o hasta cinco mil pesos, justificando una
venta legalmente imposible, con un traspaso a supuestos familiares que cuidarían
su lote.
Años después, don Cipriano le dio posesión a don Luis León, líder actual de
la Colonia, quien recuerda que llegó al lugar en 1973, convencido que se quedaría
por solo 3 meses debido a las condiciones tan desagradables del entorno. Sin
embargo, hasta la actualidad él continúa habitando en Los Espinos. Don Cipriano
falleció en agosto de 1986 y cuando se habla de él en la colonia, hacen honor a su
persona con un desfile de palabras halagadoras.
Con el liderazgo de don Luis comenzaba otra ardua etapa de crecimiento y
desarrollo en el asentamiento. Él despertó la inquietud en los vecinos para solicitar
los servicios públicos, los cuales abrían las puertas a una futura legalización.

83
Después de los años setenta, la invasión se extendió de manera rápida en
todo el cauce del río, no solo en la colonia Fernando Amilpa, sino del oriente al
poniente de la ciudad, dando un giro a la imagen urbana de Zamora.
Las familias que habitaban en Los Espinos en las décadas de 1970-1980,
después de construir sus casas con láminas, hules, troncos, árboles y varas,
comenzaron a construir sus viviendas con materiales firmes como el tabique,
concreto, morteros y demás. Conforme aumentó el número de casas, también
aumentó el número de salidas de drenajes que evacuaban hacia el río, foco de las
más precarias, inseguras e insalubres condiciones; situación que se vio atendida
por las mismas autoridades municipales, que con el apoyo de la comunidad
agraria, instalaron tuberías de agua y drenaje; signando la desaparición total del
río, que a partir de ese entonces fue usado como una línea de drenaje más en la
ciudad. Los malos trabajos de compactación y entubado del viejo cauce se
notaron un par de años después al fallar las tuberías; aspecto que al parecer no
influyó en la atracción que el lugar ofrecía a numerosa población que acudía cada
vez con mayor rapidez. Después nadie pudo poner un alto y finalmente se
reconstruyó el drenaje, el servicio de agua potable y la pavimentación, así como la
dotación de energía eléctrica. Para la primera mitad de los años ochenta, el
asentamiento ya contaba con todos los servicios e infraestructura.4
7

Tabla 2. Costo por dotación de servicios en la colonia, 1977.


Costo por servicios
Servicio Precio en pesos
Energía eléctrica $ 952.00
Tomas de agua $ 750.00
Agua potable $ 952.00
Drenaje $ 762.00
Pavimento $1,714.00
Fuente. Consulta de archivo, AMZ, y campo, 16/10/1547.

47 Archivo Municipal de Zamora.

84
Después de tener respuesta por parte del ayuntamiento, don Luis no dio marcha
atrás y continuó con la escrituración de la colonia.

En lo antes mencionado deben quedar éstos datos importantes. Una vez dada la
desincorporación del río por el presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, el
diputado federal don Rodolfo Paniagua (1985-1988) le dio seguimiento a lo que
estaba en frente (las escrituras), acompañado del licenciado Martín Samaguey,
quien puso todo su apoyo en ayuda de estas colonias que formaron parte del
cauce del Viejo Río Duero. Un par de años después, una vez reunida toda la
documentación se acudió al presidente municipal en terreno el licenciado Samuel
Arturo Navarro (1999-2001), quien se oponía a dar la firma del cambio de uso de
suelo, pero finalmente lo hizo [...]. Después de amenazas de tomar oficinas en
Morelia y solicitudes a directivos de gobernación, el cumplimiento de la
documentación formal se logró en el 2001 con la consigna previa federal que se
cobraran $18.00/m2, pero finalmente el "arreglo” quedó en $10.00/m2 [...] y nos
entregaron el contrato de compra-venta por parte del Gobierno del estado el día 26
de enero del 2001 en el teatro Don Bosco de esta ciudad, después fue la entrega
de escrituras el día 29 de octubre del mismo año [...]. Que queden todos los datos
escritos en el libro de la historia de nuestra colonia [Escrito proporcionado por don
Luis León, líder y jefe de la colonia Fernando Amilpa, 30/11/15].

El Centro de la ciudad, una tradición arquitectónica

La situación del Centro de Zamora como asentamiento humano difiere de todos


los lugares de la ciudad, principalmente por el papel cultural, socioespacial e
histórico del entorno. Si hacemos una comparativa del plano de la ciudad de
Zamora de 1903 con un plano actualizado, podemos observar que en el Centro la
trama urbana no ha cambiado. Las calles han sido conservadas en su forma y
tamaño, pero las construcciones, casas, edificios civiles y religiosos, incluso la
plaza de armas y otros espacios, han sido transformad@s durante el tiempo. Su
prestigio arquitectónico que algún día los caracterizó ya no existe.
Son pocas las casas que hay en el Centro actualmente y aún menos las
habitadas. Es cuestión de tiempo para que el Centro sea un lugar inhabitado,
convertido en una zona comercial con drásticos e híbridos cambios de diseño

85
arquitectónico, "sin sabor”, donde ni los recuerdos quedan y la belleza de esas
viejas casas lamentablemente se extingue poco a poco. Afirma Don Trino Rizo de
96 años de edad, quien vive sobre la calle Morelos a media cuadra de la plaza de
armas:

Los tiempos van cambiando, y todas las familias que ocuparon esos espacios han
desaparecido, y hablo de familias de arraigo que construyeron fincas muy bonitas
y esos dueños originales ya no están [El Centro, 11/12/15. Entrevista con don
Trino Rizo, habitante del lugar].

Imagen 13. Transformación de una de las calles del Centro48.

Fuente. Revisión de archivo4


49.
8

La movilidad vehicular es otro aspecto importante que ha transformado el entorno


de manera notable en ésta zona, ya que con el auge del transporte público,
priorizó una movilidad motorizada que restringió históricos usos del espacio. El
actual congestionamiento vial provocado por la saturación de todas las líneas de

48 Transformación de la calle Morelos; foto izquierda superior, a principios del siglo XX; foto derecha
superior; segunda mitad del siglo XX; foto de la derecha inferior 1999; foto de la izquierda inferior, 2015.
49 Revisión de archivo en el Museo de Zamora; trabajo de campo, jueves 29 de octubre de 2015; y AMZ,
respectivamente.

86
transporte público que pasan por el centro, crea elevados índices de
contaminación visual, auditiva y por su puesto ambiental. Así, El Centro se
convierte en un lugar donde "todos los coches van y nadie llega”, concentrando la
mayor oferta comercial y de servicios de todo el municipio. Por ende, es una zona
estratégica que hace posible el funcionamiento de otras zonas de la ciudad, donde
sus usos a través del tiempo ha cambiado, desplazando familias ricas y pobres por
el comercio, los servicios y todo lo que conlleva la modernidad como polaridad
espacial en una ciudad.
Al respecto, existen dos factores que han influido en este proceso de
destrucción del Centro como un barrio o vecindario. El primero es el cambio de
uso de suelo permitido por las autoridades municipales, que altera las actividades
cotidianas de los habitantes del lugar, sus costumbres, expresiones y demás
hechos que confluyen en la forma de habitar. A partir del cambio de uso de suelo
surgen las nuevas construcciones y diferentes sistemas constructivos con nuevos
materiales que borran la huella histórica de Zamora en los edificios antiguos.
El segundo factor recae en la cultura de los propietarios contemporáneos,
herederos o compradores, quienes intervienen las casas para convertirlas en
edificios con un sentido capitalista. Aquí el fin es obtener un bien capital y dejar de
lado el bien cultural. Por lo tanto el Centro se transforma en un espacio de
simulación50 o bien, un no lugar, como los nombra Augé (2000[1992]).

Los no lugares son, tanto las instalaciones necesarias para la circulación


acelerada de personas y bienes (vías rápidas, empalmes de rutas, aeropuertos)
como los medios de transporte mismos o los grandes centros comerciales, o
también los campos de tránsito prolongado donde se estacionan los refugiados del
planeta (Augé, 2000 [1992]).

A diferencia de los no lugares, los lugares desarrollan un sentido de unidad


cultural, ya que son espacios concretos bien definidos de forma social y territorial,

50[...] Los lugares donde las sociedades muestran lo propio, donde pretenden cumplir las expectativas del
"otro". Simultáneamente son espacios donde se despliegan novedosas prácticas de apropiación del espacio
simbólico, a la vez que son poderosos referentes de la violencia simbólica desplegada en el espacio urbano
[...] subrayan distinciones sociales, exclusividad y prestigio de los consumidores en estos espacios (Méndez
S., 2002).

87
son percibidos principalmente por la gente que los habita con características
identitarias, relacionales e históricas. Por lo tanto, los no lugares son zonas
efímeras para la población que los recorre, se presentan como lugares de paso,
ahistóricos, porque aparentemente no significan nada, al menos no para las
personas que los visitan provisionalmente. El Centro de Zamora está lleno de
estos espacios, aunque la multiplicidad de pensamientos opuestos y similares, los
pueden percibir como lugares de trabajo y otros como lugares de paso.
Uno de los pocos espacios transformados, ha sido la plaza principal.
Recientemente durante la administración de Eduardo Curiel, se atrevió a cerrar las
calles Amado Nervo, Guerrero y Allende, para hacerlas peatonales en el tramo de
la plaza principal; sin olvidar que retiró las instalaciones aéreas en para dejarlas
subterráneas.

La construcción de una moderna zona urbana al sur de Zamora.


Fraccionamiento Residencias La Luneta.

Residencias La Luneta es el nombre con el cual se presentaron los documentos


ante el ayuntamiento Zamora para la autorización de dicho fraccionamiento.
Ubicar un nuevo fraccionamiento en la zona más tranquila de la ciudad resultó
ideal para hacer un gran negocio con quienes querían vivir fuera del Centro que
cada vez presentaba una mayor densidad de población, tráfico vehicular, ruido,
comercio y contaminación de todo tipo. De esta manera, se ofertó el
fraccionamiento en la década de los años sesenta como una moderna zona
urbana al sur de Zamora, donde se viviría fuera de la cuidad enclaustrada.
Dicho fraccionamiento se desarrolló en dos secciones. Por un lado, las
tierras del oriente, propiedad de don José Gómez; y por otro, las tierras del lado
poniente de don Alfonso Méndez Ramírez y el Pbro. Alfonso Barragán.
Ignacio Cortés fue el propietario original de la sección oriente, propiedad
que obsequió a su hermano menor Rafael Cortés como regalo de bodas, quien
comenzó a sembrar papa y otros cultivos. Tiempo después, el señor Rafael Cortés
vendió una porción de terreno a su sobrino Eduardo Cortes, quien construyó su
casa sin pretender todavía un crecimiento en la zona. Fue esta la primera casa

88
construida en Residencias La Luneta, que actualmente tiene el número 625 sobre
la avenida Madero.
Durante la década de los años sesenta, comenzaron tiempos malos para
los agricultores, pues el mercado de papas se saturó, ya que Toluca, los Mochis y
en ocasiones en Silao tenían una oferta excesiva de papas en el mercado debido
a las abundantes cosechas, por lo que su rendimiento económico era precario
para los agricultores zamoranos, quienes perdían cantidades grandes en dinero y
mercancía. Este fue el motivo principal para que señor Rafael Cortés decidiera
vender sus terrenos e irse a la ciudad de México en el año 1965.
El señor José Gómez Herrera, dueño de una abarrotera importante, fue
quien adquirió las tierras del Rafael Cortés con el objetivo de desarrollar un
fraccionamiento, pero dejó algunos terrenos en propiedad de Rafael para
donación, uno de estos fue el Colegio América, donado a las madres del Colegio
Teresiano, que ha pasado hasta la actualidad por cuatro congregaciones.
Antes de comenzar a construir el fraccionamiento el señor José Gómez hizo
una casa tipo, primera casa de Residencias La Luneta del lado oriente; una casa
agradable, que seguía el estilo de provincia con un tejado a dos aguas tipo
residencial, dando a conocer con ello el tipo de casas que se permitirían construir
en la zona.
Por otro lado, en las tierras del lado poniente había un rancho51 que se
llamaba El Potrero de la Virgen, el cual abarcaba casi desde el hotel Fénix hasta lo
que ahora es el centro comercial Plaza Anna, que al poniente limitaba con el viejo
río Duero. Este rancho fue heredado a cuatro descendientes de la familia Guerra,
y una vez dividido, cada heredero vendió su parte a diferentes personas. Por
ejemplo; lo que es ahora Los Laureles, entre otras porciones de tierra, lo compró
el señor Jesús Ramírez. Las tierras del actual centro comercial Plaza Anna las
compró y desarrolló el señor Cristóbal Ruiz. Finalmente lo que ahora es
Residencias La Luneta poniente, lo compró y desarrolló Alfonso Méndez Ramírez
asociado con el Pbro. Alfonso Barragán. Coordinados los dueños de ambas

51 Aquí la palabra rancho se refiere al estilo de vida y territorio rural, el cual generalmente se ha desarrollado
en una hacienda agrícola y/o ganadera de gran extensión perteneciente a un solo dueño.

89
secciones del fraccionamiento, iniciaron los trámites en conjunto para desarrollar
uno solo, con el mismo argumento que han usado los desarrolladores hasta la
actualidad para justificar la construcción de fraccionamientos: así se dio paso a la
existencia de La Luneta. En primer lugar se remarcó la escasez de vivienda,
enfatizando en que el consumo de materiales de construcción para las casas,
salarios, empleos y sueldos, sería una actividad que vincularía económicamente a
la población principalmente de Zamora y su región, tal y como se muestra en los
motivos de construcción para el desarrollo del fraccionamiento primera y segunda
sección:

Los que suscribimos, mexicanos, mayores de edad, señalando como


domicilio la casa número 55 Sur de la Calle Pino Suarez y designando como
representante común para el trámite al señor Licenciado Juan Gómez Herrera,
respetuosamente exponemos:
Conscientes de la escasez de vivienda de clase media y popular, que sufre
el país, enterados del gran interés que desde hace años ha manifestado el
Gobierno Federal y el Gobierno del Estado, en fomentar la construcción de casas
del tipo mencionado, nos hemos propuesto realizar un fraccionamiento en el predio
que después se menciona, con el propósito de fomentar la construcción de casas,
que vengan a satisfacer las necesidades apremiantes de los habitantes de esta
ciudad.
Es público y notorio que actualmente no hay a la venta lotes o casas en
condiciones urbanísticas adecuadas a disposición de las nuevas familias de esta
población, lo cual ha ocasionado el encarecimiento de la propiedad en la zona
antigua de la ciudad, ocasionando también que personas de escasos recursos
económicos, adquieran lotes de terreno en zonas que carecen totalmente de los
servicios más indispensables, originando dichas zonas los problemas de servicios
más críticos que en la actualidad pesan sobre esa Autoridad Municipal.
Por otra parte, la inversión que llevaremos a cabo, en la urbanización del
terreno y en la construcción de casas, se derramará en la compra de materiales de
la región, sueldos y salarios por la mano de obra que se contrate, con el beneficio
evidente que de ahí se desprende para la población.
De la actividad que nos proponemos y de las construcciones que
posteriormente se edifiquen por los compradores de los terrenos, resultarán

90
cantidades importantes para liquidar a este H. Ayuntamiento [los permisos de
construcción], contribuyendo al incremento de los ingresos municipales [...].
Es absolutamente necesario para la realización de los fines que nos
proponemos, dotar al fraccionamiento con todos los servicios urbanos, cosa que
nos proponemos llevando a cabo la pavimentación de calles, construcción de la
red de drenaje, red eléctrica, red de distribución de agua potable, etcétera,
conforme a las características y especificaciones que se expresan por separado en
planos y memorias técnicas que acompañamos esta promoción.
Por lo anteriormente expuesto, SOLICITAMOS; se extienda autorización
para llevar a cabo la urbanización de los predios mencionados, aprobando el
proyecto de lotificación, así como los proyectos de los diversos servicios.
Se autorice la conexión de los servicios de agua a la red Municipal, y la
descarga del drenaje al dren que se señala en el plano respectivo.
Se señalen los derechos que procedan para su pago [,..]52.

Con respecto a los materiales de construcción y sistemas constructivos en el


entorno cabe destacar que las terracerías fueron construidas de acuerdo con las
rasantes existentes, el material de corte se utilizó para rellenar los terraplenes y el
sobrante fue esparcido sobre las manzanas. La conformación y la compactación
se realizaron con equipo y maquinaria y fueron revisadas con pruebas a la
resistencia en laboratorio. La guarniciones o machuelos se construyeron de
concreto simple, colado en el lugar (no prefabricados), anclados en la sub-base
para confinar la base y las losas53, las juntas de construcción se realizaron a cada
20 metros. Las banquetas y el pavimento al igual que las guarniciones se colaron
de concreto. Para la red de agua potable se utilizaron tubos de asbesto-cemento,
a una profundidad de 1.20 m, para los cruceros se emplearon piezas especiales
de fierro fundido y la toma domiciliaria de fierro galvanizado. Por otro lado, la red
de alcantarillado se construyó con tubería de concreto con pendientes necesarias.
En los pozos de visita se usó material tradicional, piedra para los cimientos,
tabique para el muro y aplanado con mortero, las tapas de concreto armado y con

52Archivo Municipal de Zamora.


53Las losas son elementos estructurales horizontales que reciben directamente la carga de los pesos
verticales en una edificación, aparte de su función estructural cumplen otras funciones como: seguridad y
control ambiental, pavimentos, pisos y techos.

91
sus respectivas bocas de tormenta. Finalmente, para la energía eléctrica visible se
colocó alumbrado con lámparas fluorescentes sostenidas en los postes de
concreto54.
Las anteriores especificaciones pretenden señalar el tipo de proyecto
habitacional que se desarrolló, la visión de ciudad de sus constructores, acorde a
una época concreta para Zamora como los años sesenta Teniendo en cuenta la
construcción del entorno urbano y su arquitectura como los primeros factores que
permiten percibir el cambio de vida de un sistema tradicional a uno moderno. Así,
se ajusta un cambio de estilo de vida para la población, el cual se relaciona con
todos los aspectos de la vida económica, social, cotidiana y privada de las familias
que habitarían en Residencias La Luneta.
Aunque las diferencias en materia de habitar se construyen socialmente, las
familias se forman un concepto de un lugar determinado de acuerdo con la
concepción y percepción que se tiene sobre la construcción o complejidad material
de un entorno, los presupuestos, gustos, preferencias y capacidades entre la
población. Por ejemplo, las familias de un fraccionamiento residencial y las
familias de una zona de paracaidistas, han adquirido una experiencia y un
conocimiento diferentes sobre el entorno que los rodea, las casas, el medio
urbano, incluso los otros asentamientos y además la valoración, costumbres,
actividades y cultura que perciben, otorgándole sentido distinto al lugar.

54 Ibídem

92
Capítulo tres. Habitar el entorno construido. Los espacios de
representación y la vida cotidiana
Habitar, habitus y cotidianidad, una construcción simultanea

El sujeto reconoce su entorno socioespacial como un dominio de cierta porción del


espacio urbano, este es el escenario de la cotidianidad. El barrio, colonia o
fraccionamiento son producidos y organizados socialmente mediante recorridos
diarios, relaciones, divisiones, sensaciones de estar sobre un espacio y transitar a
otro. En este sentido, la vida cotidiana también tiene como objetivo la satisfacción
de las necesidades básicas del hombre. Pero la discusión teórica sobre la
cotidianidad, no es objetivo de este capítulo, sino exponer las expresiones
cotidianas de los habitantes en cada uno de los asentamientos de estudio.
Aquí se abre la posibilidad de relacionar íntimamente la concepción de lo
cotidiano con el habitar. Se insiste en que lo cotidiano no son las prácticas, ni
siquiera las prácticas con sentido, sino los encadenamientos de los actos diarios,
los cuales forman un todo y permiten su reproducción cíclica (Lefebvre, 1981).
Para explicar el concepto anterior, me apoyo en una obra del artista
holandés Maurits Escher, titulada Manos del gráfico. Dicha obra representa la
elaboración de dos manos en una hoja de papel, donde a partir de las muñecas
que permanecen en planos sobre la página, van subiendo en tercera dimensión
dos manos, una frente a la otra en una paradójica escena del acto de dibujarse,
donde su existencia depende una de la otra.
De la misma forma, lo cotidiano, el habitar y el habitus se van dibujando
mutuamente en el espacio social, donde se expresa un comportamiento que
obedece a un tiempo, un espacio y a una praxis social. Es decir, la construcción
no puede ser independiente en ninguno de los tres espacios -percibido, concebido
y vivido- basados en Lefebvre.
Es importante conocer cómo eran las calles que había antes, saber cómo
eran las fachadas, si había espacios de recreación o no, los templos en otros
momentos históricos, entre otras situaciones, pero lo sobresaliente en los espacios
de representación y la vida cotidiana es conocer los usos repetitivos que tiene el

93
espacio, la unión de sus estructuras, sus funciones y la organización. Así, tanto lo
cotidiano como el habitar y el habitus no se reduce a la suma de actividades
separadas, como el comer, beber, vestirse, caminar o cocinar. Es necesario ver el
contexto de estas prácticas, las relaciones sociales en las cuales toman lugar y
sobre todo (de Certeau, 1999 [1994]), porqué su encadenamiento se efectúa en un
espacio social y en un tiempo social (Lefebvre, 1981). Ahora lo veremos en tres
diferentes entornos urbanos construidos y habitados de formas distintas.

Imagen 14. Manos del gráfico.

Autor: Maurits Escher, 1948.

Habitar en Los Espinos

La configuración física de la colonia Fernando Amilpa evidencia que no fue


planeada como un asentamiento humano más del tejido social y espacial en la
ciudad. Fue visualizada -por un grupo de personas dirigidas por un líder- como
una zona donde se construirían casas para personas de escasos recursos y nada
más. La situación económica de las personas que ahí habitarían fue una
determinación para definir el tipo de asentamiento y casas a construir. En la
actualidad, son casas que nunca se han terminado de construir durante años

94
porque no hubo una planeación por parte de las familias, ni de las autoridades
para cubrir la demanda de vivienda que provocó la emigración en la segunda
mitad del siglo XX en Zamora. Al contrario, fue un asentamiento que trajo al lugar
y a la ciudad cuestiones de hacinamiento, mala calidad de construcción debido a
los materiales usados -palos, madera, láminas, hules-, contaminación de
recursos naturales, insalubridad y contaminación al medio urbano, entre otros
factores.
De los 202 asentamientos identificados actualmente en Zamora solo 83 se
encuentran en condiciones formales, el resto son asentamientos irregulares,
asentamientos sin municipalizar y asentamientos en proceso de regularización.5

Mapa 2. Asentamientos irregulares en Zamora55.

Fuente. PMDUZM (2008-2028).

55 Muestra en color naranja la cantidad de asentamientos irregulares en la mancha urbana de Zamora, entre
ellos se encuentra La Fernando Amilpa.

95
Desde la formación del asentamiento, las familias del lugar se han abierto a un
hacer colectivo. Quizá sin dominarlo y sin plantearlo han realizado acciones de
apoyo mutuo, autogestión y participación. De acuerdo con Lefebvre (2013
[1974]:24) estos múltiples, diversos y contradictorios intereses de los ciudadanos
no podrán resolverse sino con una confrontación que exigiría la intervención
constante de dichos interesados, lo cual conduce a una posesión y gestión
colectiva del espacio. Así, se han valido del ejercicio de la participación como un
derecho en sus formas de vida. También es una particularidad, no solo de esta
colonia, sino de todos los asentamientos de este tipo, ver un desorden social,
delincuencia, inseguridad, hacinamiento y además que sean zonas de expulsión
de vandalismo a toda la ciudad.
Narra Alfonso García, quien recuerda a su hermano y el ambiente que el
provocaba en la colonia:

[...] Alejandro García, mi hermano, alias El Cano, ese wey hizo historia aquí en Los
Espinos, fue un hijo de la chingada, aquí cualquier wey que se metía para acá
tenía que toparse con ese wey y era un desmadre, ¡noo! era un cabrón nada más
que ahorita ya está en los cabos. Pero ese wey está medio zafado no creas, lo que
te quiero dar a entender es que era una persona que aquí era líder el wey como
todos los cabrones malditos, ya vez que donde quiera hay gente, no que fulano es
cabrón pa los madrazos y que no sé qué, noo, ese wey del Cano así era [Los
Espinos, 06/11/15. Entrevista con Alfonso García].

En cierta manera, Luis Humberto Ramírez, habitante de La Luneta, coincide con


este tipo de problemas que tiene y expulsa Los Espinos al entorno:

[...] tuvimos problemas [se refiere a problemas que han tenido con los vecinos de
la colonia Los Espinos], toda la vida hemos tenido, y pues todavía, porque
desafortunadamente hay mucha gente ahí que es, este pues, muy agresiva y a
veces causan problemas y se emborrachan ahí y sé que por ahí en alguna parte
venden droga, entonces pues eso no les gusta mucho a los vecinos, pero las
autoridades no pueden hacer nada [La Luneta, 14/12/15. Entrevista con L. H.
Ramírez].

96
Finalmente Eduardo Vargas también menciona que los paracaidistas son gente
problemática, recuerda la forma en que expropiaron parte de sus tierras en la
hacienda Los Espinos.

[...] a mí me robaste, te echas 2.5 hectáreas con una horda de gente problemática
y con un líder que se dedicaba a invadir propiedades [Zamora, Michoacán,
20/11/15. Entrevista con E. Vargas].

Cuando un asentamiento inicia con informalidad, la espontaneidad se convierte en


una cuestión cotidiana, desde su propia organización hasta la realización de cada
hecho: la obtención de la tierra, la construcción de la vivienda y proveer de
servicios e infraestructura al lugar. Además, son procesos que se repetirán las
veces necesarias de forma consciente o inconsciente hasta obtener el objetivo
deseado, que describe sistema de disposiciones duraderas y transmisibles que
funcionan como principios generadores y organizadores, expresiones orientadas a
un objetivo; según el concepto de habitus de Bourdieu.

Diagrama 5. El habitus, un sistema de necesidades que se cumplen mediante un proceso


repetitivo

Fuente: Elaboración propia

A pesar de ser procesos cíclicos y repetitivos, las formas, los usos habituales y
cotidianos en el espacio público de la colonia cambian con el tiempo. Esto se
puede visualizar en el templo, un espacio que fue usado como un campo para el
juego de béisbol, y ahora funciona como un lugar para el rito religioso. En este
sentido, vecinos de la colonia recuerdan las malas condiciones de la calle, por
donde no se podía andar ni a pie, solo sobre vigas y tablas, y que ahora es una

97
vialidad totalmente urbanizada, por la cual pasa el transporte público. Señala don
Luis León:

[...] vinieron de planeación, y no se podía andar aquí más que a pie y me dicen,
oiga usted cómo vive aquí, pues vieron que estaban los tubos descargando al río y
toda la gente que llegaba ahí tenían su tubo, pues pronto pusieron el drenaje, pero
como estaba flojo el terreno por el rio, pues no sirvió, ya fui yo y les dije, todavía fui
a exigir yo y sin escrituras ni nada, que nos cambiaran el drenaje [...] se puso
tubería es un tubo más o menos grandecito, y luego cada quien fue rellenando con
tierra y escombro y después ya andábamos a pie y al rato empezaron andar
camionetas aquí y ya yo solicite que nos dieran agua y me la negaron, como todo,
pero yo empecé animar a la gente y después de insistir si nos pusieron el agua,
del pavimento es tanto, del agua es tanto. Pero todavía no teníamos las escrituras
[Los Espinos, 25/11/15. Entrevista con L. León].

Lo “peorcito” de Zamora, así catalogaban el lugar en su fundación y durante un


tiempo, pero con la esperanza de tener un lugar propio, las familias comenzaron a
vivir en el entonces asentamiento de paracaidistas, donde no se garantizaban
condiciones mínimas para vivir. Los habitantes recuerdan un entorno lodoso, lleno
de hierbas, arboles enormes, principalmente sabinos y sauces surcando el bordo
del rio, donde construyeron las mal llamadas “casas” con palos cubiertos con
hules, lonas o laminas. Las parcelas anegadas rodeaban la zona federal y por si
fuera poco, los drenajes descargaban a la intemperie del rio, creando un foco de
infección para estas familias y hasta para el suelo agrícola, ya que dicha agua se
utilizaba para el riego, principalmente de las tierras de la hacienda Los Espinos. A
pesar de estas condiciones, los habitantes se organizaban según con un criterio
particular para desarrollar la vida diaria. Al respecto, sostiene Rapaport (2003:93)
que la forma de organización espontanea es a menudo mal entendida por
miembros de grupos que la consideran una representación de desorden por ser
alborotada o caótica. Pero esto no tiene sentido, ya que todos los entornos reflejan
la cultura -son paisajes culturales-, y la cultura, siendo un sistema representa un
orden y condiciona las elecciones sistemáticas que contribuyen a conformar los
paisajes culturales.

98
En este contexto, los habitantes de la colonia comenzaron por solucionar el
aspecto más apremiante, el abastecimiento de agua.

Éramos la comidilla de los moscos, un mosquero bárbaro, con el río y el agua toda
sucia. Pues de primero no estaba tan sucia, es más se veía bien el agua, muy
clarita. Ya se empezó a ensuciar cuando empezó a haber mucha gente allá de
aquel lado [refiriéndose hacia el norte] y estaba todo esto horrible, íbamos al agua
hasta el seguro, allá hasta la carretera, ahí estaba una llave, y todavía está, [...]
nos íbamos con una carretita y con botes para traer para fregar, para tomar, para
comida [Los Espinos, 15/02/16. Entrevista con la familia Vivanco].

Resulta interesante como resolvían la situación del agua, ya que el


encadenamiento de situaciones que encierra el sistema cotidiano -del que habla
Lefebvre- responde a la satisfacción de sus necesidades domesticas en las que
se engloba el espacio social colectivo e individual.
Narra doña Queta, vecina de la colonia:

[...] no teníamos agua, íbamos al seguro por el agua, y cada quien tenía pozo en
su casa porque definitivamente el agua del río no servía para nada, y para lavar
nos íbamos acá donde está el Circuito Galeana hay un canal donde está la
banqueta de este lado [...] había unas compuertas, ahí nos metíamos a lavar,
metíamos sillas de fierro para que el agua no se las llevara y nos parábamos arriba
de las sillas, cuando el agua subía mucho había veces que nos daba el agua
abajito de la cintura y ahí lavábamos, nos poníamos tres a lavar [Los Espinos,
12/02/16. Entrevista con doña Enriqueta Díaz].

Algo tan común, como es bañarse, lavar, hidratarse, cocinar, haceres domésticos,
acarrea un sinfín de significados necesarios para desarrollar la vida diaria dentro y
fuera de casa, como parte de un conjunto de redes que forman un todo. Michel de
Certeau (1999 [1994]:13) coincide en que lo cotidiano y la organización del
espacio, parten de la satisfacción de necesidades cotidianas como una forma
colectiva de trayectorias individuales.

[...] entonces yo me robe el agua del seguro con ese señor de la gorra y metimos
manguera por todo el bordo, la metimos en las tardes y le decía yo a un amigo

99
[...], aquí está la toma y no la vamos a chingar en la noche [...]. Mi compadre el
prieto fue y le dijo al ingeniero que estaba en urbanística, oiga pues porque unos
tiene agua y otros no, y dice, no, ahí no les voy a dar agua yo a nadie, porque si
les dan agua me van a cortar el pescuezo, y dice vamos pa’ que vea, y lo paso por
unas vigas y una señora le dijo, si tengo mire, que chorrazo [...] y ese fue el que
nos entregó y pues ya nos quitó el agua [Los Espinos, 05/02/16. Entrevista grupal,
discurso de don Luis León].

Y sólo el agua constituye un referente, dentro de muchos otros que en la


construcción social del habitar permitió moldear cultural y espacialmente el
entorno; tal y como el uso de puentes con palos, vigas y tablas para pasar sobre el
cauce cuando aún era río; factores tan simples, pero de suma importancia, tanto
que si no lo hacían no podían desarrollar su vida fuera del asentamiento, como
salir al trabajo, ir a la escuela, asistencia de salud, abastecer la casa, entre otros
aspectos de la vida diaria. Así, el h a b itu s colectivo e individual, como lo afirma
Bourdieu, marca el ritmo y dinamismo de desarrollo o transformación del lugar,
aun sin tener el dominio de la situación. Conforme fueron creciendo las familias, se
volvió algo cotidiano la contaminación del rio, la gente tiraba basura, animales
muertos, los drenajes descargados hacia el rio, y todo ello debido a los problemas
de la falta de planeación por parte de las autoridades, mas no de organización por
parte de los vecinos. Esto tuvo consecuencias para los agricultores, para los
habitantes de los Espinos y para el ayuntamiento. De esta manera, la cotidianidad
es un elemento de mediación entre el interior del espacio doméstico - y los
miembros que lo conform an- y su exterior, sin contar con que es el punto de
referencia a partir del cual comienza la comunicación en la red socioespacial del
individuo.
A través de la acción sobre el entorno, las personas transforman el espacio
y dejan huella en éste. Mediante señales y marcas simbólicas de interacción social
cada individuo tiene el poder de transformar los procesos afectivos y cognitivos de
una colectividad, aspecto visible en la colonia, donde después de colocar la
tubería para el drenaje se percibía un ambiente solidario y de unión. El ver que se
podían lograr cosas buenas fue motivo de organización y apoyo entre vecinos.

100
Recuerda la señora Enriqueta que después de entubar el río para descargar los
drenajes de las casas a un colector principal, los mismos vecinos comenzaron a
rellenar la calle con materiales y escombros de la pavimentación de otras calles en
la ciudad:

[...] aquí la calle del río se rellenó con el cascajo que sobraba de otras calles, fue
entonces cuando se rellenó el río y nos beneficiamos grandemente [...],
empezaron a acondicionar para meter el primer drenaje [...], un tubo no muy
ancho y metieron mangueras con agua [...], entonces cuando taparon es cuando
trajeron el cascajo de la Juárez y rellenaron aquí. Entonces, por ejemplo nos
juntábamos y decíamos, que le llego el cascajo a doña Luz, y ahí vamos todos y
cada quien como podía, con lo que podía, lo extendíamos porque enseguida
llegaba otro camión y esa vez fue una unión tan bonita que todos nos ayudamos y
así andábamos, a donde llegara el cascajo andábamos todos rápido a regarlo para
que pasara la aplanadora amacizándolo. Después con el tiempo sacaron ese
drenaje y metieron un tubo más grande y muy profundo y volvieron a meter agua,
tubería nueva pero ya en forma, entonces ya volvieron a arreglar bien [...] pero,
seguíamos sin luz [[Los Espinos, 12/02/16. Entrevista con doña Enriqueta].

La construcción de la colonia Fernando Amilpa fue promovida por la necesidad de


vivienda, pero el proceso de construcción fue descuidado y se olvidaron de lo
relativo al entorno; lo que facilitó la presencia de distintos problemas, como la
inseguridad, insalubridad y mala calidad en los espacios; tal y como si el problema
del vivienda se limitase sólo a la dotación de unidades y servicios de
infraestructura. Aquí la espontaneidad es una característica que se refleja en
hechos espaciales y sociales, como apartar un pedazo de tierra o apartar algo
para ganárselo. Es decir, no fue solo ir a vivir por gusto en malas condiciones, sino
la obligación cuidar una propiedad ganada en una lucha. Es claro que en los
primeros años de la fundación de Los Espinos no se trataba de vender lotes, ni de
obtenerlos regalados, sino que existió una apropiación del entorno construida
desde el habitar, que partió de lo más pequeño, como resguardar un pedazo de
tierra, como reflejo de la verdadera necesidad de una casa. En la ocupación del
suelo se empleó cualquier elemento que sirviera para definir el estar ahí o el tener

101
presencia. La simulación de viviendas dispuestas en estas condiciones tenía esta
trascendental función. Los ranchos56 surgen sin responder aparentemente a
ningún orden establecido, pero el cauce del río era su alineamiento y los bordes el
área de lotes, quizá un criterio muy básico, pero suficiente razón para ellos, tanto
como para tener ese alineamiento aún en la actualidad. Un lugar cotidiano que se
fue ganando con expresiones cotidianas hasta lograr domesticarlo y hacerlo
propio, así se desarrolló la espontaneidad.

[...] los primeros que llegamos aquí no éramos familia, éramos los del movimiento
que nos veníamos aquí a prender fuego y a cuidar el lugar, esperando a que nos
obsequiaran todo el terreno [...]. Pasé hambres, desvelos y todo, porque llegaba la
federal o los soldados y pélale, teníamos un árbol ahí que nos pasaba pa’l otro
lado del río, nos agarrábamos de la rama y todos pasábamos pa’quel lado del río,
mientras se iban ¿porque?, porque no teníamos ningún papel, ninguna nada
todavía que avalara que éramos los dueños de aquí [...] llegaban y ni veían nada,
se estaban un ratito y se largaban, lo único que teníamos nosotros eran las
lumbradas que teníamos ahí para que vieran que había alguien y no se acercaran,
pero pues de todos modos llegaban [Los Espinos, 15/02/16. Entrevista con familia
Vivanco, discurso de Francisco, hijo].

Las primeras familias con urgencia y vivacidad, exigieron servicios al gobierno


municipal, se armaron de una fuerte capacidad de agencia. Así, la evolución y
crecimiento del asentamiento se llevó a un ritmo acelerado. Fue un ambiente
colectivo trasladado a lo familiar y lo personal, pues además de la transformación
del entorno, el cuadro de pobreza fue desapareciendo poco a poco, con la
evolución de la vivienda.
Según Tuan (2007 [1974]:136), para vivir, el hombre debe darle algún valor
a su mundo, y los habitantes de esta colonia no son la excepción. La memoria y
plena conciencia de su pasado son elementos importantes que forman un apego y
amor por el lugar. Para este tipo de familias entrevistadas en Los Espinos, vivir en

56 De aquí en adelante el término rancho, ranchos o "ranchito" hace referencia a un tipo de casa o vivienda
provisional construida con pocos recursos (palos, cartón, hule, lámina, tablas, entre otros). Generalmente
sin acceso a los servicios públicos básicos (energía eléctrica, agua entubada y drenaje), lo que hace que las
condiciones de vida sean - precarias - insalubres, inestables e inseguras.

102
el lugar es motivo de orgullo porque de ser un grupo social de escasos recursos,
necesitados de vivienda, sin techo, en busca de una tierra donde poder asentarse
y ver en ella un espacio propio para vivir, levantaron un cuarto de lámina
“multiusos” que funcionó como morada; y con el tiempo edificaron su habitar como
reflejo de una esperanza: ahora viven en buenas condiciones, con todos los
servicios y lo más importante, en su propia casa.

Imagen 15. Contrato de compra-venta de un lote en la colonia Los Espinos en 1976.

Fuente. Trabajo de campo, documento de la señora Enriqueta Díaz.

Existen diferentes razones para justificar la necesidad de la búsqueda de una casa


propia por parte del sujeto-familia, una de ellas se hace evidente en el relato
siguiente, donde el sujeto expresa siempre la necesidad de un cobijo para
protegerse de las inclemencias del tiempo y a su vez satisfacer la necesidad de
definir un lugar y convertirse en el núcleo físico de la familia. Porque la casa es
nuestro rincón del mundo. Es -s e ha dicho con frecuencia- nuestro primer
universo. Es realmente un cosmos. Un cosmos en toda la acepción del término
(Bachelard (2000[1957]:28).

103
[...] lo importante es [...], aquí eran pura casitas de lámina, ver cómo la gente pues
le ha hecho la lucha a tener su casita de material, ahorita ya no hay de lámina, una
que otra para allá, ya la gente ya cuando dijeron ¡ya!, empezaron poco a poco y
fuimos saliendo pa’ adelante, o sea que ya pues es otro estilo de vida, porque
ahorita ya es necesidad el carro y el teléfono, antes eran lujos y ya ahorita pues ya
no, [...] ya en su casita no tan fácilmente pasan frío o en las lluvias ya no se mojan,
y pues eso es importante y es bonito ver como esta colonia ha ido creciendo y
creciendo y haciendo sus casitas y todo eso. Lo más importante y pues es bonito
ver un crecimiento, un desarrollo y eso son las raíces que siente uno pues muy
suyas, y yo tanto año de ver como se fue formando la colonia, pues es bonito
llegar así a algo y empezar desde abajo, pues darle gracias a Dios que de alguna
manera estamos aquí, tenemos donde vivir, ya no pagamos renta, porqué pagar
renta, ni debe uno nada y si a pague y pague y tener que dar y dar y no es nada
de uno. Es muy bonito [...], o sea fuimos la orilla, de lo peor de aquí de Zamora y
ahorita ya estamos céntricos, pues no estamos tan mal, ya hay combis [Los
Espinos, 18/0216. Entrevista con Margarita Sambrano y familia].

Quién sabe por qué se desesperaron y empezaron a vender y vender todos los
lotes, como que veían que no iba a haber nunca nada por aquí [...], pensaban que
no iban a tener ningún porvenir, así como está ahorita, y como eran puros
chiqueros decían, quién va a vivir en esos chiqueros [Los Espinos, 15/02/16.
Entrevista con familia Vivanco, discurso de Juana V.].

La calle es utilizada de distintas maneras, con celebraciones, juegos de


niños, construcción de altares en días de fiesta, pero en mayor medida es utilizada
como estacionamiento, ya que la mayoría de las casas no tienen cochera. De esta
manera, casi ninguna familia planeó en su casa un espacio destinado al coche,
además de lo reducidos que eran los terrenos, lo único que querían era
aprovechar el espacio al máximo. Así, fue creciendo la casa y el asentamiento de
manera espontánea, pocas familias construyeron sus cocheras a tiempo y otras
las adaptaron sacrificando otro espacio de su casa.
Las prácticas, expresiones, formas de comunicarse y relacionarse han sido
transformadas junto con la evolución del asentamiento. La urbanización y los
pasos agigantados con que se desarrollaba fueron aspectos fundamentales para

1 04
cambiar las expresiones cotidianas en el entorno. Aquí podemos mencionar la
construcción del asentamiento desde la perspectiva de Heidegger (1994 [1951]) a
partir de dos dimensiones, como un espacio geográfico y como un lugar. En Los
Espinos, primero se construyó la visión y el ideal de una colonia para trabajadores
sindicalizados, que devino en la construcción de casas de pésima calidad. La
esperanza de tener un mejor lugar para la familia, el sentir aquella aspiración hizo
posible la instalación de los servicios de drenaje, agua, energía eléctrica, y
después hasta el pavimento y finalmente las escrituras; no obstante durante este
proceso, la construcción social y simbólica no fue estática, sino se construyó con
un mayor dinamismo que el propio espacio físico y material. Dicha construcción
dio vida al lugar que hoy es la colonia.

[...] mira lo que te quiero dar a entender es que hay cosas, que pues aquí ha vivido
uno, mira todas estas partes de aquí anteriormente, ¡noo! era otro mundo [...] no
estaba ni el templo, no estaba nada [...], o sea que nosotros vivíamos por aquel
lado [se refiere a que su casa tenia salida por Los Espinos y por la Nueva Luneta,
pero la puerta principal la tenían por la Nueva Luneta], pero haz de cuenta que
nosotros nos rozamos con toda esta raza [hace referencia a las personas que
vivían en la calle Los espinos, en la colonia Fernando Amilpa], o sea somos más
de barrio, más de raza [...], no dejábamos pues que se metieran con nadie de
aquí, nos cuidábamos entre los vecinos [...] nosotros nos íbamos de morrillos a
sacar papas, y dejaban la cebolla y ahí vamos a sacar cebolla, o sea andábamos
en chinga pues; donde hubiera sacábamos lo que hubiera, no hacía falta aquí en
la casa [...] nos íbamos al río Nuevo a comer allá, a pescar, nos íbamos a los
patos aquí cercas [...], te vuelvo a repetir era todo todavía más chingón [...], nos
íbamos a bañar al canal ¡verdad de Dios!, ahorita ni quien chingados se meta a
esa agua, nos metíamos a bañar aquí en la compuerta, haz de cuenta que parecía
un día de fiesta, ¡neta!, los morros ahí bañándose, se metía un cabrón, y hay
vamos todos a bañar [...] si, ¡no, no, no! otro rollo [...] ahorita ya no hay diversión
de algo, no ya no, ahorita ya es puro desmadre, ya no ves nada de eso, ahorita ya
la gente se divierte de otra manera, la Tablet, de ahí no sale uno [Los Espinos,
06/11/15. Entrevista con Alfonso García].

105
De esta manera los habitantes de la colonia se insertaron en la ciudad frente a una
configuración del lugar que poco a poco asimiló y dominó los espacios impuestos
por el urbanismo.
Cabe señalar que no todo se ha llevado a cabo dentro del asentamiento
donde percibían un ambiente fuera de Zamora, una de las actividades cotidianas
de algunos habitantes del lugar, fue ir a la plaza con motivo de distracción, donde
se sentían dentro de la ciudad. Al cambiar de ambiente, su comportamiento y las
formas de expresión eran diferentes. Sin embargo, en la actualidad las distancias,
limites sociales y físicos son demasiado cortos, por lo tanto los habitantes de La
Fernando Amilpa asumen por completo todo lo urbano, incluso para integrar
cualquier comportamiento consumidor.

[...] pues siempre todos le corríamos ahí para la plaza, pues aquí eran puras
parcelas y todo pues no. Mejor nos íbamos pa’ la plaza a dar una vuelta, nos
sentábamos un ratito ahí en la plaza, ya nos desenfadábamos, de hecho como
vivimos unos días nosotros allá todavía mientras se acomodaba aquí el asunto,
allá vendía mi mamá, enchiladas y lo mismo que se vende aquí y nos veníamos de
allá, ya como eso de las 10:00 o 10:30, mi tío en su moto a todas nos traía [Los
Espinos, 15/02/16. Entrevista con familia Vivanco, discurso de Juana V.].

En la actualidad, el interés por la organización vecinal ha recaído en un apatía


total. Los intereses colectivos de la colonia, difieren entre las familias, recaen en
un pequeño grupo de personas lideradas por un jefe de colonia, pero lo
interesante es que todos los integrantes de ese grupo son parte de las familias
que comenzaron a habitar en Los Espinos desde su fundación. No se integra
nadie más, ya que el resto de los vecinos es gente nueva, quien llegó de otros
lugares o hacen parte de nuevas generaciones. Por esto, ya no existe un interés
en la organización colectiva; aunque afirme Bourdieu que todo individuo
socializado tiene algo de colectivo y, el habitus se convierte en la bisagra entre lo
colectivo y lo singular mediante la identidad.

[...] me habló el del ayuntamiento, que iban a venir el jueves, a traer unas cobijas
para la gente y me pidieron una lista de 50 gentes, y aquí se repartieron, aquí

106
afuera de la casa, y yo les avise y vinieron 33, 17 no vinieron y aquí cerquitas, una
cobija regalada no la quisieron [...], también tenía en cuenta a un grupo de 87
gentes para darles despensas y, de las 87, vienen 25 [...], les digo va haber una
reunión, ¿y de que se trata?, no pues que de esto hombre . , nada más tuercen la
boca y se pasan, deberían de quedarse a ver de qué se trata para tomarlos en
cuenta, porque pues nunca vienen [Los Espinos, 30/11/15. Entrevista con L. León].

Imagen 16. Pequeño grupo de personas de Los Espinos en junta.

Fuente. Trabajo de campo, 05/02/16.

Hasta hace poco, existió un punto de reunión común en la colonia, conocido como
"la canchita”. Este era utilizado para recreación deportiva, socialización, entre
otros usos que se le daba, un espacio multipropósito ubicado en la calle Calcuta y
donación para el fraccionamiento Los Laureles. Al no ser usado por los habitantes
de este fraccionamiento, los vecinos de Los Espinos se habían apropiado por
completo de "la canchita”, tanto que fueron los habitantes de la colonia quienes
levantaron la voz cuando se demolió este espacio. La destrucción de la cancha, no

107
hace mucho tiempo, provocó conflictos y desacuerdos entre el ayuntamiento, el
actual propietario y los vecinos de la colonia, porque de ser área de donación,
ahora es propiedad privada.
Narra la señora Yolanda:

[...] le decía a don Luis, don Luis lo que nos hace falta aquí es un SEDECO, ahí en
la canchita, ahora que según quitaron ya la canchita, pues un SEDECO, es lo que
nos hace falta para las que ya estamos viejitas, ir a hacer ejercicio ahí [...]. Rosita
Verduzco detuvo la construcción de la finca, que porque va a hacer un asilo de
ancianos ahí [Los Espinos, 11/02/16. Entrevista con la señora Yolanda].

Imagen 17. Demolición de "la canchita”.

Fuente. Trabajo de campo, 05/02/16.

Es evidente que "la canchita”, como un espacio vivido, era el más importante de
manera colectiva y el que la mayoría de los habitantes identificaban como suyo: no
obstante se perdió debido a las negociaciones de las autoridades corruptas con
particulares. Este espacio de representación, según Lefebvre (2013 [1974]), está
ligado a la experiencia subjetiva de los vecinos a símbolos, por ejemplo,
reuniones, juegos ganados, la distracción o buenos ratos que pasaban en el lugar.

Con entusiasmo platica el joven Cesar Rocha:

1 08
[...] Ahí no la pasábamos jugando. Lo que era para fútbol y básquet, todas las
tardes a partir como de las tres, cuatro de la tarde, ya cuando estaba bajando el
sol, se armaban las retas de fútbol con todos los muchachos y se jugaban que de
cinco pesos para un jugo o que de dos pesos para comprar una coca grande para
todos, o vamos a jugar una reta grande de básquet todos de cuatro o cinco por
pedazo de cancha [...], ahorita andamos que juntando de cinco o diez pesos para
irnos a rentar una cancha allá por el Freinet, la cancha de futbol rápido, o pedimos
permiso aquí a veces a los mormones en la iglesia que está ahí por Wal-Mart, pero
hay veces que si o hay veces que no, o hay veces que andamos jugando aquí en
la calle, pero molestamos a los vecinos, a veces se nos vuelan los balones, que ya
le pegaron al vidrio fulano o que córrele porque ya le llamaron quien sabe a quién
[...], la cosa que ni ellos ni nosotros, y los más perjudicados fuimos nosotros.
Porque desde los más chiquitos se iban ahí [Los Espinos, 18/02/16. Entrevista con
doña Carmen, discurso de su nieto C. Rocha].

Fue un espacio que materialmente los vecinos no construyeron, pero si fue un


producto social y parte integral de la construcción y estructuración de la vida social
de la cual habla Lefebvre en su obra. "La canchita”, fue una cancha gestionada el
Sr. Cura German Cobos y se logró desde hace aproximadamente 30 años, tal y
como recuerda don Luis:

Juan Villegas tenía un terreno para allá para el Vergel, y la gente del Vergel le
estaba pidiendo a Juan Villegas que les diera el terreno para una calle que los
comunicaría con Zamora, porque estaban aislados, y después esta gente fue con
Alfonso Martínez, el entonces presidente, y le dijeron que necesitaban una calle en
el terreno de Juan Villegas precisamente, y Alfonso Martínez negoció con este
señor, la cancha a cambio de ese terreno para la gente del Vergel, después la
cancha fue vendida y ahora demolida, y pues la gente anda alborotada y dijo Rosa
Verduzco (Mamá Rosa), que yo me juntara a la gente para protestar y le dije, no
es que yo vi toda la documentación y está legal, esa cancha tiene dueño, no hay
nada que hacer, y Rosa Verduzco vino a parar la obra y ahí está parada [Los
Espinos, 27/01/16. Entrevista con don L. León].

[...] eso se lo dieron a un líder sindical, ¿por qué cabrones?, pues quién sabe, pero
ya él está construyendo ahí, ya ahorita le metieron una protesta y lo pararon, pero

109
ya el otro ya hizo inversión [...], es decir, las áreas de donación de los
ayuntamientos no se manejan con normatividad [...], la junta de vecinos de tal
colonia debe de estar pendiente de que no sea invadida, de que no sea usada en
otra cosa [...], total te encuentras un desmadre [El Centro, 09/12/16 comenta el
señor J. Ramos, habitante del Centro].

Imagen 18. Publicación sobre la destrucción de “la canchita” en el periódico Z Zamora.


Iodos los jóvenes estamos molestes pomue sin mas nos TODOS IOS JOVENES
ESTAMOS MOLESTOS...
pete asi na

Les ío s tm -rt s

imitaron esa cancha que era la única en el harrio: Bit


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XrortSre te tas jfe*r*s o s u n a ta iu m : í i M n i fe saín « » r a 3il:r.Jífe3 tañarse «i torce ruesYSt ojr^ustza perfee i:e
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Fuente: Periódico Z Zamora.

Esta cancha, fungió también como un límite construido socialmente dentro de la


zonificación de la colonia, dividiendo tres partes de ésta, donde viven personas
con condiciones sociales similares, pero con entornos percibidos como diferentes
en las respectivas áreas; tal y como lo marcan los testimonios como el siguiente:

[...] pues yo pienso que es el tipo de gente que hay ahí, y pues no los critico ni
nada, pero como que es de las mismas familias, porque en ese lado [refiriéndose
al norte de la calle] ha habido familias grandes y completas con hijos y cuñados y
sobrinos y todo, y pues salían mal, se peleaban con otras familias, y por eso
mucha gente se ha ido, y se peleaban feo y agarraban cadenas, palos, cacerolas,
lo que tuvieran, y ya ha habido como tres, cuatro familias se han ido, aunque ya se
está aplacando también, y se tienen que aplacar porque pues ya están viejos,
además de que vienen otros que también responden, antes si era un caos, ahorita
ya se puede decir que está casi normal. Allá la noche se les hacía día, vendían
droga y muchos muchachos muy inmaduros, incluso pasaban por ahí como a las

110
nueve de la noche y a varios llegaban a quitarles bicicletas, dinero o lo que traían,
o sea bien feo que se puso, pero pues ya ha cambiado de hace como algunos 5
años, si ya está más tranquilo [Los Espinos, 18/02/16. Entrevista con Margarita
Sambrano y familia].

Mapa 3. Áreas sociales en que se divide la colonia.

[...] tenemos la parte sur y la parte norte, donde las características de la población
si son muy diferentes, en la parte sur, la mayoría son trabajadores de
dependencias, o jubilados de algún lugar, donde tienen una posición alta o media,
en muchos casos automóvil del año. Sin embargo, lo que es la parte norte todavía
se siente un ambiente más popular, hay demasiados niños, más marginación [...]
como solo es una calle Los Espinos, no hay zona de transición ni nada, así de
repente das el cambio, y nada más en esa zona norte se ve, tanto por la
construcción, que no hay la pintura de las casas, o están descuidadas con grafitis,
se ven bolitas de pandillas [Los Espinos, 22/11/15. Efraín Chávez].

En la parte sur se percibe una diferencia entre los habitantes del oriente y del
poniente y sus casas, ya que en el lado oriente tienen sus fachadas principales y
actividades cotidianas por la calle Calcuta, Holanda y otra calle también llamada
Los Espinos ubicadas en los fraccionamientos los Laureles, La Luneta y La Nueva
Luneta. Este tipo de familias -oriente y poniente- se relacionan aparentemente sin

111
problemas, pero muy distanciados, porque sienten que viven en dos
asentamientos totalmente diferentes. Los del poniente argumentan que viven en la
zona pobre de la colonia y los del oriente creen que viven en el fraccionamiento
vecino.

[...] si este señor fue de los primeros que se vinieron ahí donde están los ricos, en
las casas pegadas a La Luneta [comenta don Luis León], ¡si ahí on’tamos los ricos!
[Los Espinos, 05/02/16. Responde el señor Jesús Álvarez sarcásticamente.
Entrevista grupal].

Así como ve es bien calmado todo esto, pero por aquel lado, ¡aaay! de que no se
pelean en aquella casa ya se pelean enfrente o ya se pelean allá, y al rato ya está
lleno de gente, de policías y todo, y por acá no se ven esos líos, casi todas estas
casas que dan para acá [se refiere a los fraccionamientos residenciales] asisten
cerradas por el lado de Los Espinos, pero que asistan las puertas abiertas como
acá, no [...], de medio día para abajo no pasa nadie [Los Espinos, 15/02/16. J.
Vivanco y familia].

Las relaciones sociales y la convivencia se dan de acuerdo a las edades. Existe


una verdadera comunicación entre las personas que han vivido en el asentamiento
desde sus inicios y otro tipo de relaciones entre las nuevas generaciones que no
es tan cercana o ligada, ni en lo social ni en lo espacial.
Es pertinente mencionar que un espacio de representación ha sido el
kínder, Jardín de Niños José Vasconcelos, el cual comenzó a funcionar en las
mismas condiciones de las primeras casas construidas con materiales
perecederos. El kínder fue administrado por una joven maestra, a quien las
familias del entonces asentamiento de paracaidistas apoyaban. Conforme fue
transformándose el asentamiento, la institución se formalizó y creció; siendo éste
el reflejo de un tipo de vinculación comunitaria cuya expresión insigne por
supuesto recae en las fiestas religiosas, ya que la mayoría de las familias son
creyentes o al menos demuestran serlo. Toman parte en la organización de
actividades que tienen que ver con el festejo del día de la Virgen de Guadalupe,
por ejemplo, cuya capilla lleva tal advocación. Ésta fue una gestión pensada para
la colonia por el anterior párroco de La Medallita, el Sr. Cura German Cobos.

112
La participación en los altares por las calles, las danzas y las celebraciones
que corresponden a ese día son colectivas. El día 11 de diciembre para amanecer
el 12 no hay quien duerma, todos permanecen fuera de sus casas, esperando a la
danza y atentos a bailar en su altar. Es la fiesta que organizan en común, aunque
es cierto, no todos participan, pero la mayoría se une al festejo.

Imagen 19. Capilla de La Virgen de Guadalupe.

Fuente. Trabajo de campo, 28/10/15.

[...] para el día 12 lo que es tradicional es sacar los altares en la calle y cada quien
lo arregla como puede, como quiere [...], se hace danza de guares, danza de los
viejitos y apaches; y el día 11 para amanecer el 12, ni quien duerma, porque la

danza anda que ya va y que ya viene y los chiquillos igual, se hace muy bonito, y
luego ya en la mañana acá es la misa pero somos unos cuantos los que vamos
[Los Espinos, 12/02/16. Doña Enriqueta D.].

[...] nomás cuando los rosarios de la Virgen, es el único festejo que hacen, vamos
casa por casa rezando [Los Espinos, 11/02/16. Entrevista con la señora Yolanda].

Los habitantes de la Luneta especulan que esa capilla se construyó para la gente
de Los Espinos porque no asistían a la medallita, ya que no se sentían a gusto

113
"por obvias razones”. Es esta una clara referencia a una diferencia de clase,
donde por parte y parte unos de otros fundan razones de distinción.

[...] Pues ya hasta ahora que nos hicieron ésta capillita, porque siempre pues
estábamos aquí en la medallita [...]. Y esta era la capilla que se inició aquí para la
colonia, y ahora "los señores de allá” son los que usan la capilla y por eso no van
los de acá porque va pura gente de dinero y óigame no, se quedaron con la capilla
[Los Espinos, 15/02/16. Familia Vivanco].

La capilla como espacio denota también una funcionalidad social muy interesante,
pues siempre es un recuerdo halagador para la comunidad no sólo contar con esta
sino reafirmar la lucha y el sacrificio por su construcción. Así, recuerdan con
mucho cariño las kermeses, que de manera colectiva organizaban con el padre
Cobos para la construcción de su capilla; Kermeses que dejaron de hacer después
de haber logrado su objetivo.

Antes era el puro tecanchito y sus sillitas, nomás un tecanche [el narrador lo
menciona como sinónimo de tejaván] y el altar, la mesa que tenía nomas, pero
luego la gente empezó a ayudar y todo eso y después ya empezaron a juntar su
dinerito, tantito el padre y tantito el apoyo de la gente. Las kermeses que hacia la
gente y pues todo lo que se vendía pues era para la capilla [...], ahorita las
fiestecitas de la capilla, como las que hacíamos antes, que se hacía la kermés, no
ya no [Los Espinos, 15/02/16. F. Vivanco, hijo].

Demostrando que los objetivos planteados y logrados por los vecinos de la colonia
han sido establecidos a partir de cuestiones de necesidad familiar, personal y
colectiva, que llevan a significar aquel ideal de progreso como símbolo de éxito y
superación social.

[...] nosotros aquí vivimos con las ventanas de par en par, la puertas están
abiertas, ya le digo, aquí a las 11 de la noche espantando los moscos y toda la
gente se sale a la calle y los chiquillos jugando, yo nomas entro a esta calle y me
siento que llegué a mi casa. Las posadas que bonito se hacen, el montonal de
chiquillos, el montonal de gente, la gente que organiza la posada el día que le
toca, yo le aseguro que facilito tiene que hacer 200 aguinaldos, ¡porque es de

1 14
gente y chiquillos! y puros del barrio, yo no sé de donde sale tanto, pero un
chiquillerío y mucha gente grande [Los Espinos, 12/02/16. Enriqueta D.].

Así pues, conocer cómo habitan el espacio, cómo lo reclaman con sus
necesidades, la forma en que lo construyen a través de una socialización entre el
sujeto-familia-lugar, constituye una importante forma de registrar las expresiones
sociales en el espacio, que dejan ver la subjetividad y objetividad social; dando
cuenta que para la mayoría de las familias las valoraciones simbólicas tienen más
importancia que las valoraciones materiales.

Habitar en el Centro

Hablar sobre el Centro de la ciudad como un barrio lleno de historia, es hacer


referencia a un lugar único de encuentro. Se trata de un lugar donde confluye la
heterogeneidad cultural y la diversidad socioespacial; una diversidad que ha
construido la historia del lugar como cuna de procesos políticos, eclesiales,
comerciales, sociales, culturales e incluso simbólicos. Como en tiempos pasados,
en la actualidad esta zona de Zamora es el corazón de la ciudad, ya que la
mayoría de los procesos comerciales y servicios, incluidos los políticos,
administrativos y eclesiales, ocurren dentro de sus límites o muy cercanos a éstos,
sin embargo quizás su funcionalidad ha experimentado sendos cambios.
Según el P. Alfonso Verduzco:

[...] antiguamente esta calle [se refiere a la calle Ocampo], eran casas libres de
comercio, eran familias [...], pero con el andar del tiempo, la gente que vivía aquí
se fue a vivir a las colonias nuevas en las periferias y esto lo convirtieron en
oficinas y comercios, por lo tanto se ha convertido en una zona bastante comercial
[El Centro, 09/02/16. P. Alfonso V.].

En la actualidad, el barrio del Centro está dividido en 39 manzanas, una de éstas


alberga la plaza principal y la Catedral de la ciudad, otra resguarda el actual
mercado Morelos, construido entre 1907 y 1913 -tres grandes espacios de
representación-. Con la construcción de dicho mercado, las actividades
comerciales se organizarían y centrarían en un solo núcleo espacial, ya que el
consumo cotidiano de productos domésticos se realizaba a cielo abierto. Sin
115
embargo, hasta la década de los sesenta, éste funcionó como mercado municipal,
ya que tiempo después, y solo durante unos años, se utilizó como cancha de
básquetbol y bodega, para posteriormente tener la función de pasaje comercial. A
partir de esto es posible aludir lo que Tuan (2007 [1974]:27) afirma sobre la
trasformación de los lugares, la cual depende de la cultura: somos perfectamente
conscientes que en diferentes momentos y lugares la gente ha organizado sus
mundos de forma muy distinta; la multiplicidad de culturas es un tema constante
en las ciencias sociales. Así, es necesario ver la cotidianidad en distintos espacios
y situaciones sociales, en diferentes etapas históricas, ya que a partir de esto se
conoce la variación en distintos estilos de vida y formas de habitar un lugar.

Imagen 20. Mercado Hidalgo de Zamora en la década de 1930 y en la actualidad.

Fuente. Consulta de archivo57.

Para la segunda mitad del siglo XX, el Centro tenía dos espacios para recreación
deportiva. El primero era "El Imperial”, también conocido como el centro recreativo.
El segundo fue precisamente el antiguo Mercado Hidalgo, ahora Mercado Morelos.
En estos años el basquetbol fue un deporte cotidiano; y era tanta la afición que
Zamora fue sede de un evento estatal de baloncesto, siendo además, el anfitrión
del equipo estadounidense de los Harlem Globetrotters5
58, quienes únicamente
7
llegaron a la ciudad para una exhibición. El basquetbol terminó su época hasta

57 Museo de Zamora, fotografías proporcionadas por Jesús Álvarez del Toro.


5858 Es un equipo de baloncesto que arma muchas gambetas y jugadas de fantasía, más que hacer juego de
básquetbol, presenta shows.

116
que el equipo de fútbol de Zamora estuvo en la primera división, en la década de
los sesenta.

Antes lo teníamos aquí donde está la farmacia Guadalajara, ahí estaba el club
recreativo, que era una cantinita del señor Cobos, entraban por un lado y atrás
estaban las canchas. Entonces eso era una cosa muy bonita porque no había más
que pura convivencia, aunque con rivales, pero una convivencia sana aquí y
afuera. Ahí en los arcos que están enfrente de la plaza y de la farmacia
Guadalajara, ahí había puestecitos, había aguas frescas, chocom iles, tostadas
[...], entonces salía uno de jugar con los amigos y todo eso, pasábamos a
tomarnos un chocomil, una coca, un agua o lo que fuera y nos quedábamos hasta
las 9:00 o 9:30 y después se quedaba solo. No había antes las desveladas como
ahora, siempre estábamos en nuestras casas temprano [El Centro, 04/02/16.
Entrevista con el señor Leoncio].

Por ende, un cambio en el barrio importante de referir es el desplazamiento de


dichos espacios de recreación deportiva hacia las periferias de la ciudad con
chanchas multiusos, sobre todo de futbol. Al eliminarle al deporte su capacidad de
socialización vecinal y distracción, su importancia en estos despareció, siendo
reemplazado por espacios comerciales. En la actualidad, más que ser un lugar
caracterizado por una fuerte interacción y recreación social, funge como un centro
de consumo, donde existe un dinamismo social, pero no en calidad de vecindario
o barrio, sino como un centro de consumo. Así, los centros urbanos pueden
modificar su representación sensible mediante su valoración simbólica. Los
nuevos visitantes viven en otros lugares, pero consumen el centro antiguo y,
algunas veces, se relacionan con sus habitantes (Bélanger, 2008).

[...] ¿Deportivos? Sí, pero ya no lo hay, antes lo teníamos aquí en la plaza, ahora
ya no hay aquí [...]. Después una experiencia deportiva que yo tuve, fue asociarme
con el doctor Julio Ibarra, dentista; el Señor Miguel Tejeda, de la Ferretera Tejeda,
trajimos un torneo estatal de basquetbol, en donde vinieron de Zitácuaro, de
ciudad Hidalgo, de Morelia, de Pátzcuaro, de Apatzingán, de Lázaro Cárdenas, de
Los Reyes, de Tocumbo, Jiquilpan, Sahuayo, bueno de todo el estado vinieron
aquí, ahora ya se juega por zonas, pero en ese entonces hicimos el torneo a nivel

117
estatal y fue lo más sobresaliente que hice yo aquí en el deporte de basquetbol [El
Centro, 04/02/16. Entrevista con el señor Leoncio].

Imagen 21. Interior del mercado Morelos, adaptado para cancha de basquetbol, en la
década de los sesenta.

Fuente. Consulta de archivo59.

A pesar de la gran cantidad de casas que existían en el centro hacia la década de


los años cincuenta, actualmente se observa que los espacios predominantes son
los comercios. Todos los habitantes entrevistados tienen presente el verdadero
problema que causa la desaparición de la vida de vecindario en el Centro,
conllevando a la falta de interacción social por ausencia de la familia y de la casa,
la herencia. El cambio de uso de suelo de la casa, la venta del inmueble y/o
demolición directa, constituyeron las formas de transformación que abrieron paso
a una nueva funcionalidad marcada por edificios de comercios y servicios. Según
Tuan (2007 [1974]: 130), más permanente, pero menos fácil de expresar, es el
sentir que uno tiene hacia un lugar porque es nuestro hogar, el asiento de
nuestras memorias o el sitio donde nos ganamos la vida. Así, cuando el amor por5
9

59 Museo de Zamora, fotografías proporcionadas por Jesús Álvarez del Toro.

1 18
el lugar es las más fuerte de las emociones humanas, este se percibe como un
símbolo o portador de acontecimientos de gran carga emocional.
El Centro alberga la zona con mayor movilidad vehicular y peatonal. En
cuanto al equipamiento de servicios educativos, podríamos colocarlo como el
asentamiento que más instituciones educativas alberga, desde preescolar, hasta
el nivel superior. Con el comercio sucede lo mismo, pues existe una gran cantidad
de tiendas de ropa, zapaterías, accesorios al menudeo, entre otros. También
abundan los espacios para comidas, tanto restaurantes como fondas. Dentro de la
imagen urbana se perciben los consultorios médicos y de especialidades,
hospitales y laboratorios clínicos; éstos se complementan con una buena cantidad
farmacias. Es impresionante la cantidad de estacionamientos censados en el
Centro, 35 establecimientos para estacionamiento público; lo que da una idea de
la cantidad de vehículos que transitan por el lugar; además de bancos y centros
cambiarios.
Un barrio normalmente es identificado por un templo o capilla. Pero el
Centro no solo tiene un templo principal que es La Catedral, sino cuenta con
muchos espacios cargados de fe católica-cristiana, entre los que están: El Templo
del Sagrado Corazón, El Templo de San Juan Diego, El Santuario, El Templo de
San Francisco, El Templo de La Purísima, La Capilla de la Sagrada Familia y El
Templo de San José. También están los edificios administrativos del municipio o
del estado como las oficinas del Ayuntamiento, la Procuraduría Agraria, la
Comisión Estatal de los Derechos Humanos, oficinas de enlace de la Secretaría
de Relaciones Exteriores, entre muchas más. Alberga agencias de viajes,
instituciones o clubes privados, tiendas de abarrotes, ferreterías, papelerías, entre
otros establecimientos más. Lo relevante aquí es dar a conocer la inexistencia del
vecindario en el Centro y la poca visibilidad de actividad cotidiana que tienen sus
habitantes. Cabe resaltar que cada hecho o situación cotidiana está relacionada
con una sociedad, un espacio y un tiempo específico; situación que aclara
Lefebvre en la trialéctica del espacio, al igual que Soja en el tercer espacio, donde
la socialidad, la temporalidad y la espacialidad, confluyen en el habitar,
íntimamente ligado con lo cotidiano.

119
Según Lefebvre (2013 [1974]:15) el espacio de representación es de la
imaginación, y lo simbólico dentro de una existencia material, es donde se
encuentran los lugares de la pasión y de la acción. Por esto, la plaza principal y los
portales en el Centro -un espacio de representación- son recordados como un
centro natural de reunión, ya que no había cines como los de ahora, ni centros
comerciales o cafés; sin embargo, toda la gente se congregaba en la plaza y
acudían a los portales llenos de puestos de dulces, comida, etcétera. Ahí estaban
las tostadas "El Chema”, las que la gente tanto recuerda con aquel entusiasmo
como si lo estuvieran viviendo en el momento. También había jugos, tacos, estaba
la nevería Hurreca, muy famosa, el billar de Don Albino y el ya mencionado centro
recreativo, que finalmente era el punto de llegada o el espacio de ocio principal.
Recuerda el señor Luis Fernando Alcocer:

[...] entonces al salir a las 7 de tarde todas las personas de trabajar, a donde
acudían era a la plaza o los portales, porque era el centro natural de reunión de
toda la población, porque no había más. Toda la gente venía a dar la vuelta a la
plaza o ya llegaba a sentarse en las bancas a ver pasar a la gente, a comer
cacahuates, a comer cañas, ¿sí? y otros pues a comer de todas las guzgueras,
incluso vendían dulces. Aquí estaba la casa Navarro, una tienda muy elegante, los
billares, una viejita que vendía dulces, luego fruta de horno y acá por la esquina
del portal Morelos había un puesto muy famoso de tacos de cabeza de "el güero" y
era muy famoso porque los tacos eran muy sabrosos y tenía unas hijas muy
guapas unas grandotas güeras, de ojos azules, ¡ojonas! [...], entonces es
interesante antropológicamente como ocurre pues en los lugares chicos, en los
pueblos, que el centro de reunión natural es la plaza, había una nevería Hurreca y
estaba un señor Fernández de los cines Opera que tenía un sistema de perifoneo
y hacía anuncios, como ellos eran los dueños del cine Opera anunciaba las
películas que iban a salir y aparte cobraba por promocionar negocios, entonces
como toda la gente andaba por aquí, pues el agarraba su micrófono y anunciaba a
todos los negocios con los altavoces [El Centro, 28/02/16. L. F. Alcocer].

Puede parecer impresionante que en una sola acera de manzana y en una tarde
pasaran tantas cosas de manera cotidiana, pero resulta más extraordinario que

120
estos hechos se reprodujeran por si solos, sin necesidad de estructurar esta serie
de encadenamientos de los que habla Lefebvre y, que forman una cotidianidad.

Imagen 22. Puente del río Duero en 1947 sobre la actual avenida Madero.

Fuente. Consulta, Archivo del Museo de Zamora60, 24/02/16.

Otro de los espacios reconocidos y recordados con mucha estima es el viejo río
Duero y su puente sobre la calle Madero a un costado del hotel Fénix. Un lugar
con bastantes significados, un espacio de paso entre Zamora y Jacona, un lugar
reconocido para que los campesinos dejaran a sus animales, un recurso que
alimentaba a la población a tal punto de ver la pesca como una actividad cotidiana;
pero sobre todo un elemento que representaba el límite de la ciudad y la puerta de
entrada o salida. En la siguiente fotografía se puede observar el trasfondo de un
paisaje natural totalmente antropizado que refleja cierta homogeneidad a pesar de
combinarse diferentes factores ambientales. Aunque en la actualidad esta zona de
la ciudad ha quedado totalmente urbanizada, la transformación material rara vez
oculta por completo la huella del paisaje natural. En este sentido Tuan (2013
[1974]:112) afirma que el entorno natural y la visión del mundo están tan6
0

60Las Fotografías consultadas en el Archivo del Museo de Zamora fueron proporcionadas por Jesús Álvarez
del Toro.

121
estrechamente relacionados que forman una nueva cosmovisión del lugar,
presentando una evolución y transformación total.
Con los vínculos que las personas establecen en los espacios, se construye
cierta apropiación por el lugar. Esta apropiación se entiende como la
interiorización de las prácticas sobre el entorno, es decir, señales simbólicas con
las cuales el individuo dota al espacio de significado social a través de los
procesos de interacción. Esta es una forma de entender la generación de los
vínculos con los lugares. Un claro ejemplo de esto en el Centro se ve en el templo
de San Francisco y el antiguo Santuario de la Virgen de Guadalupe, estos lugares
son recordados por algunos habitantes con más amor que a la misma Catedral.
Las descripciones de estos templos se centran, no solo en su hermosura, sino en
los actores y las prácticas sociales que ahí concurrían. En la actualidad, el templo
de San Francisco se ha convertido en un punto de convivencia y posible encuentro
para los habitantes de la ciudad, ya que en el atrio hay puestos de comida
tradicional y es escenario de bailes populares, eventos culturales y educativos
para la población zamorana. Para los propios habitantes, esto ha sido una falta de
respeto muy grave, tanto en términos religiosos como históricos, pues molestos
describen el "cochinero” y el "enmantecadero” que dejan los puestos en el atrio y
las personas que llegan a comer. En el momento que reclaman o dan a conocer
ciertos descontentos por los lugares que han habitado toda su vida, demuestran
un respeto y cariño por estos espacios, algo que el resto de la población no lo
hace. La población general los convierte en lugares de transición, de recreación
social, cultural, religiosa y hasta lo ven en términos de mercado sin tener
necesariamente algún cariño por el lugar. Esto permite ejemplificar la noción del
tercer espacio, el espacio vivido (Soja E., 1997), como una construcción social, un
lugar enmarcado en la vida cotidiana y en el área de la subjetividad. Según Lindón
& Hiernaux (2006), el análisis del espacio vivido se centra en los significados
otorgados al espacio. A través de las prácticas los lugares obtienen significados
que se integran en la información espacial.

122
Las tertulias6^ zamoranas también fueron motivo de construcción de lugares
y de la vida de vecindario en el Centro. Una actividad cotidiana que impulsaba la
reunión entre algunos vecinos al interior de sus propias casas con objeto de
convivencia social y recreación cultural. Estas reuniones, por ejemplo en la familia
Castillo, se llevaban a cabo por las tardes cada semana con el propósito de pasar
una tarde de café donde los integrantes declamaban, cantaban, bailaban,
recitaban, o tocaban algún instrumento; expresiones cotidianas muy agradables
para la gente que participaba y hasta para los que solo observaban y escuchaban
por prácticas como esta al interior de las casas, y no solo por su hermosura o
arquitectura tradicional, algunos de los entrevistados las recuerdan con mucho
amor y sentimiento. Así como las tertulias eran una expresión cotidiana en
Zamora, el componer chotis6
62 era lo habitual, sobre todo en las cantinas y
1
espacios de convivencia social. También las serenatas fueron tan cotidianas que
ahorita dicen, "ya pasó de moda”, el romanticismo ya pasó. Existieron muchas
más expresiones cotidianas en el centro de la ciudad, organizadas por los vecinos
del barrio, cada una llevada a cabo en un espacio y tiempo específico. Por ejemplo
entre muchas expresiones por parte de los informante destacan los recuerdos de
aquella vida solidaria y de respeto con un ambiente muy familiar, donde todos se
conocían, todos se saludaban, se veían a diario; evocando un círculo barrial
cerrado y dinámico que, cuando una persona buscaba a un vecino, solo con salir a
la esquina y en cuestión de cinco o diez minutos lo encontraba. O cuando los
sacerdotes fueron muy respetados al hacerles signos de reverencia, se les daba el
paso, les dejaban la banca o incluso estos se dejaban besar la mano. Con
respecto a la inseguridad, los robos en el barrio no eran tan comunes, hubo tanto
respeto y estima entre vecinos, que todo el día se mantenían las puertas de las
casas de par en par. Desde las 6 de la mañana algunos vecinos abrían las puertas
de sus casas, aunque éstas permanecían con el cancel cerrado, pero daban
muestra de que su casa estaba abierta a quien llegara. En las peregrinaciones,

61 Fueron reuniones informales y periódicas, donde se congrega gente interesada en un mismo tema: artes,
literatura, música, poesía, entre otros. El objetivo era promover la amistad y convivencia, reforzar las
relaciones sociales y enriquecer la cultura. Se trata de una costumbre española que fue muy frecuente en
sus colonias independizadas hasta mediados del siglo XX
62 Es una composición bohemia con música y baile.

123
cuando se acercaba el día 12 de diciembre en honor a la Virgen de Guadalupe, lo
común era que la gente se levantara a las seis de la mañana y conforme la
peregrinación pasaba por las calles, todos salían de sus casas y la acompañaban
hasta llegar al Santuario, que actualmente es el templo de San Juan Diego, a un
costado de San Francisco. Estas expresiones fueron hábitos muy particulares de
la región.
Una cuestión importante en el aspecto espacial, es que dichas expresiones
cotidianas siempre se desarrollaron en torno a espacios que han albergado los
tres poderes. El poder económico (comercial) donde confluyen el mercado y los
principales establecimientos de comercio, los hoteles y pequeños comercios; El
poder político, que se espacializa a través de edificios como el palacio de
gobierno, diferentes dependencias públicas, (también estuvieron mucho tiempo en
el Centro la cárcel y la estación de policía), y Finalmente el poder eclesial,
además de una decena de templos. También agregaría un cuarto elemento que
tiene juego en los tres poderes, el cual se hace presente en espacios de
recreación social, como los cafés, restaurantes y espacios para actividades
culturales, sobre todo en la plaza. Esta situación no solo se ve en Zamora, sino en
muchas de las ciudades del país, incluso en las propias comunidades es tan
común tener a los tres poderes representados arquitectónicamente en un espacio
que cuando uno va a otro lugar donde el templo o las oficinas públicas no están en
la plaza, deja mucho que desear, se hace presente una percepción de soledad, de
falta de sociedad o autoridad. Un buen ejemplo es Querétaro en la actualidad, un
domingo en esta ciudad es una fiesta para las personas que van a las plazas, el
mismo gobierno impulsa ese convivir en la gente, ahí convive el arte, la religión, la
política, hay presentaciones culturales y al estar ahí, al mismo tiempo comen, se
divierten, están las iglesias. Todo este encadenamiento de expresiones cotidianas
en la actualidad de Zamora ha ido a menos.
El establecimiento espacial de los tres grandes poderes en la ciudad, no es
mera casualidad. Con respecto a esto sostiene Lefebvre (2013 [1974]), "así pues,
puede decirse que el espacio contiene esos múltiples entrecruzamientos en
lugares asignados”. Las calles del Centro también son recordadas con un gran

1 24
apego, esas calles tranquilas y llenas de piedras que se hermoseaban con las
construcciones y el andar de la gente. Por el periodo de su construcción, sus
dimensiones y condiciones fisiográficas, en el valle se percibe que no estaban
trazadas ni planeadas para la circulación de vehículos, sino para el tránsito de
personas, situación que por mucho tiempo se mantuvo. Sin embargo, en la
actualidad se presenta un caos vial por esta razón. Pero todo cambia, todo
evoluciona y todo se transforma, los estilos de vida, las condiciones económicas,
los poderes políticos y la sociedad, esto es la consecuencia de la satisfacción de
nuevas necesidades cotidianas en la población, necesidades que responden a una
vida moderna, donde las tecnologías están presentes cada vez en mayor medida.
Poco a poco se transformó todo, a partir de la pavimentación de las calles,
aunque no fue el motivo principal, comenzó a cambiar todo en el Centro,
construcciones, formas de ver el barrio, expresiones cotidianas, costumbres,
tradiciones, en fin, la vida en el barrio es otra. En particular, la mayoría de las
personas entrevistadas, sistematizan su experiencia dando a conocer que la lucha
por conservar su pasado ha sido emotiva, pero esta emoción parece estar
reprimida con situaciones que indignan a los mismos habitantes del lugar. Un claro
ejemplo de esto es la ampliación de la calle Juárez, ejecutada en la administración
del Dr. Segura (1972-1974). Con este hecho, el gobierno municipal destruyó
muchas casas de tradición, debido a esta destrucción de casas y despojo de
bienes a las familias, falleció mucha gente, era tan grande el dolor de perder su
casa o buena parte de su casa que incluso perdieron su vida. Afortunadamente, la
Juárez en su momento y por algunos años fue una gran obra, pero en la
actualidad se ha convertido en un embotellamiento por el oriente y el poniente,
errores que no se contemplaron han alcanzado el funcionamiento, la fisionomía y
uso de la calle. Se dice coloquialmente que la mentira tiene patas cortas y la
verdad patas largas, por lo que la verdad siempre alcanzará a la mentira, y en la
Juárez como en las demás calles del Centro está ocurriendo esto.

[...] pese a que el municipio dice, en los años en que estuvo el doctor Guzmán: el
municipio no recibía dinero [...]. Cobraron a los que vivían ahí, mi papá tenía una
propiedad ahí y le rebanaron 18 metros por todo el frente y del lado sur no cortaron

125
un solo centímetro, al contrario le añadieron, para alinearse a lo que es la
secundaría federal, que fue el seminario hace muchos años y la calle de 60 metros
o lo que sea, le midieron ya de ahí para allá y nos tocó 18 metros de corte,
debieron haber sido 9 y 9, pero no, querían alinearse [[El Centro, 09/12/15. Jaime
Ramos].

[...] ahí están las farmacias en Juárez y Madero; y Juárez y Morelos. Todas
remetidas, las dos sin respetar alineamientos de hace siglos. Ahí está también la
Juárez que ya la abrieron en la administración del Dr. Segura, si no mal recuerdo,
recortaron las casas, por cierto que mucha gente falleció por los corajes y aun así
a estas farmacias no les alcanzó toda la Juárez, dicen, vamos a recortarnos otro
pedazo, no, no le dieron en la madre a todas las casas que tenían fachadas con
sus aleros y demás, le dieron en toda la torre [La Luneta, 17/02/16. Manuel
Ambriz].

[...] cuando querían abrir la Pino Suarez, cómo batalló mi papá para salvar su casa
y que no se la cortaran porque querían hacer una avenida como la Juárez desde
allá de la entrada de la estación a salir allá para La Luneta, mi papá y otras
personas se opusieron [...], se terminó respetando, porque cuando abrieron la
Juárez se llevaron todo y mucha gente murió de dolor o de pesar por sus casas y
sus cosas [El Centro, 16/02/16. Cecilia Castillo].

En las 39 manzanas que conforman el Centro residen 1809 habitantes, según


datos de INEGI63. Pero la mayoría de estos habitantes rentan casa o
departamentos en edificios mixtos. Algunas de las familias residentes del lugar
argumentan: mucha gente cree que venir a vivir al centro les da caché64 o vivir en
ciertas colonias les da prestigio, pero antes de buscar sobresalir se debería de
buscar la tranquilidad. La búsqueda de tranquilidad es el motivo por el cual las
familias se van a vivir a las periferias, a los fraccionamientos residenciales o a los
nuevos fraccionamientos privados. Sin embargo, este tipo de habitantes, los
entrevistados, todos desean continuar viviendo en el lugar, porque además de
tener un apego por el Centro, hay muchos privilegios que facilitan la vida.

63 Inventario Nacional de Viviendas, 2015.


64 Se refiere a la distinción o elegancia, que hace referencia a una persona del medio artístico o a quien
siempre se da a conocer en público.

126
[...] yo creo que en un área residencial yo no sería feliz porque siempre viví en el
Centro, no tengo que andar pagando camiones, no tengo que andar en carro,
todos los servicios los tengo aquí, yo estoy viviendo en un privilegio, la plaza la
tengo a una cuadra, una iglesia la tengo a una cuadra, el mercado a una cuadra,
las farmacias a la mano, bueno entonces para mi es felicidad [...] el vivir aquí ya
se acostumbra uno, ¿yo para qué necesito un carro?, para nada, solamente para
poder salir a Guadalajara u otra parte pues sí [...], ahora yo no tengo ningún
problema con el agua caliente, porque el servicio de gas es más efectivo aquí en el
Centro que en las colonias, el del agua igualmente, el agua potable no se diga un
servicio muy bueno, sobre la basura, pasa diario. Bueno por los servicios yo no te
puedo decir que estoy descontento porque todos los tengo [El Centro, 04/02/16.
Entrevista con el señor Leoncio].

Como los de muchas personas, los relatos del señor Leoncio manifiestan
satisfacción a las necesidades básicas de la vida cotidiana, circulaciones rápidas y
sin tener que congestionar la vialidad vehicular, farmacias y servicios médicos,
lugares de abastecimiento doméstico y de entretenimiento.
Finalmente existe una expresión que se ha vuelto habitual desde la
perspectiva cultural, el danzón atrae la atención de los habitantes de manera
positiva. El danzón organizado mediante particulares, pero apoyado por el
municipio, se lleva a cabo en la plaza de Teco; en la plaza principal, a un costado
de Catedral frente al mercado Morelos; y en la plazoleta Hidalgo. Donde combinan
diferentes géneros musicales por los diversos grupos de baile de la tercera edad.
Es importante mencionar que, las personas mayores, quienes han habitado
en el lugar desde la década de los años cuarenta y cincuenta, se refieren al Centro
como un barrio, lo llaman el barrio Centro; y por otro lado, las personas más
jóvenes lo mencionan solo como el Centro, zona Centro o Centro Histórico. Se
puede comprender que ya no tienen la visión del barrio en el que vivieron las otras
personas.
El Centro es un espacio de fuerte arraigo para sus habitantes, es un
espacio en el que ha transcurrido su propia vida, no sólo como elemento material
de existencia, sino como un sitio con el cual se identifican mediante su experiencia
de vida y sus expresiones cotidianas.

127
Habitar en La Luneta

[...] tan es importante para mí que me salí de


Zamora, y mucha gente me dice por qué te
vas, si tienes una casa acá en el Centro, la
casa de mis padres [...], pero realmente yo
tenía muchas ganas de un jardín grande [L. H.
Ramírez].

El afán de pertenecer a un espacio preconstruido65 con condiciones económicas


similares -no tan heterogéneas como en el barrio- implica la ausencia de
interacción vecinal.
El fraccionamiento La Luneta ha sido un espacio atractivo para los
profesionistas, comerciantes y empresarios. Todos los entrevistados que hicieron
su carrera en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado, estudiaron
fuera de Zamora por falta de universidades en la ciudad. Recuerdan que fue una
diáspora de estudiantes, donde algunos regresaban con licenciatura terminada y
varios de ellos con familia; por lo que buscaban establecerse en la ciudad ya fuera
por negocios familiares o empleo. Sin embargo, tanto en la Luneta como en los
Espinos, hay familias originarias de otra ciudad. La mayoría de los habitantes
entrevistados en este fraccionamiento han tenido un sentido de identidad cultural
delimitado, en el cual no existe algún tipo de aprehensión por el espacio que
habitan, ya que las condiciones económicas de consumo y ofertas de empleo es lo
que mueve en mayor medida los intereses de estas familias.
El desinterés por las actividades colectivas es tanto que, para cualquier
situación colectiva, se valen por sí mismos o por influencias de amigos con cierta
capacidad de agencia en la ciudad. Debido a la inseguridad que perciben algunos
habitantes, se ha tratado de evitar el comercio ambulante y los comercios semifijos
en el fraccionamiento, en ocasiones se ha tenido éxito pero en otras no tanto.

65 Al usar aquí el termino preconstruido, hago referencia al fraccionamiento Residencias La Luneta, que
antes de comenzar a vender un construir las casas los propios habitantes, ya se había construido buena
parte del estilo de vida que se pretendió en su momento vender a los usuarios, es decir, se promovía una
nueva zona residencial moderna, con un cierto tipo de arquitectura y con un mismo entorno urbano fuera
de la ciudad de Zamora. Esa construcción espacial se dio mucho antes de construir el espacio social en el
lugar.

1 28
Además, se tiene la idea que este tipo de comercio no debe estar presente en un
fraccionamiento de este alcance.

Yo estuve pidiendo apoyo para que evitaran unos tacos que se ponen ahí en la
avenida de los Laureles, que se ponen a vender y se roban la luz y sacan sillas en
la calle, y muchos ahí no están de acuerdo, es ahí en la avenida de los Laureles
[La Luneta, 14/12/15. L. H. Ramírez].

Al tratar de evitar cualquier tipo de puestos en el espacio público, se pretende


cuidar un orden antes que cuidar un entorno. Es común que las calles del
fraccionamiento sean poco transitables por los peatones, pero éstas funcionan
como vías de desahogo al tráfico vehicular, sobre todo en horas pico. Esta
situación de congestionamiento vial convierte a las calles de La Luneta en una
zona de paso para la población de Zamora y de Jacona; factor que evita cualquier
tipo de aprehensión por el entorno, ya que éste se percibe como un espacio de
transición; sin embargo, esto no significa que los vecinos del lugar eviten cualquier
tipo de convivencia social. Aunque es notoria la nula interacción vecinal en el
asentamiento, este tipo de familias optan por convivir fuera de su entorno espacial,
o bien, de manera muy privada dentro de la casa. Sus propias casas funcionan
como espacios sociales para festejos, reuniones familiares y con amigos
cercanos. No es una convivencia de barrio o de colonia, como la que se puede ver
en otras zonas de la ciudad, como en el Duero o en Los Espinos, pues en dichos
lugares las familias llegan a sacar sillas, mesas y hasta la sala a la calle, un
espacio público que lo hacen funcionar como su espacio familiar, no resultando
tan privado como se piensa muchas de las veces.
Es importante mencionar que en la documentación para la autorización del
fraccionamiento, este se planteó como una zona habitacional para viviendas de
clase media y popular, pero de manera contrastante en el mismo documento se
promueve con el nombre de Residencias La Luneta, moderna zona urbana. En
realidad aludía a una moderna zona residencial con más opciones de vivienda
para las personas con mejores recursos económicos, dejando así limitadas las
posibilidades a personas de clase baja, quienes optaban por invadir tierras
ejidales, federales y privadas con el riesgo de ser señalados como paracaidistas.
129
Así, este fraccionamiento siempre ha sido un lugar donde han habitado familias en
condiciones económicas estables, pues aquí los jefes de hogar son empleados en
puestos de funcionarios públicos, técnicos, oficinistas o administrativos. También
hay una buena cantidad profesionistas empleados independientes quienes
corresponden a un sector de clase social media y media-alta, si no con buenos
sueldos, al menos con ingresos estables.
Como todo asentamiento residencial en Zamora, aquí se promueve la idea
de unificar el entorno urbano y arquitectónico; sin reglamentación alguna, en La
Luneta se construyó una casa de tipo residencial como modelo con la idea de dar
a conocer la calidad de edificaciones que se permitirían construir en el
asentamiento, y aún con la justificación de la demanda de vivienda popular, no
pretendían dejar que se construyeran casas de esta tipología. Un segundo
lineamiento del fraccionamiento fue el área de servidumbre66 al frente del predio.
Es decir, se debería de dejar sin construir una franja de 1.5 m de fondo por todo el
frente del predio; espacio que podía servir como jardín, con muretes bajos y/o
rejas a media altura para unificar el entorno.
Aun así, el entorno es uno de los aspectos más descuidados en la zona, ya
que existen todo tipo de situaciones que violan reglamentos establecidos, pero
obedecen a ciertas necesidades que dan tranquilidad al habitante, caso de la
desaparición de servidumbres y la construcción de casas con muros totalmente
ciegos, sin ventanas.

[...] acá atrás ya pusieron una reja a media calle, o sea la taparon, que no debe de
ser porque la calle es pública, bueno si es un fraccionamiento privado sí, pero La
Luneta no es privado. Lo que pasa es que ya en cualquier lugar roban. Y la calle
Suiza es un lugar donde roban mucho [La Luneta, 12/02/16. Señora María
Eugenia].

66 La definición más precisa de servidumbre es la que da en el Código Civil, en su artículo 530, que la define
como un "gravamen impuesto sobre un inmueble en beneficio de otro perteneciente a distinto dueño". "El
inmueble a cuyo favor está constituida la servidumbre se llama predio dominante; el que la sufre, predio
sirviente". En este caso el área de servidumbre de una casa, es el área que se tendría que haber dejado al
frente sin construir y con vista desde la calle, solamente con una división para evitar el paso, pero no para
evitar la visibilidad.

130
Con relación a lo anterior, narra el señor Guillermo Cortés:

[...] había un montón de sinvergüenzadas, ¿por qué se dan esas


sinvergüenzadas? Cuando la ciudad es pequeña y todo mundo se conoce, todo
mundo siente tener influencias con el presidente, con el secretario y tratan de
hacer lo que quieren y de antemano lo consiguen, lo hacen, ahí está esa calle [...],
había una especie de herradura [...] ya cerraron las calles, la cerraron pusieron
una puerta aquí y otra puerta acá por la inseguridad, se opuso la presidenta
municipal, sin embargo, los colonos de ahí conocían a fulano, conocían a zutano y
así fuera la presidenta municipal, la mandaron al carajo y pusieron las puertas [La
Luneta, 23/02/16. Guillermo Cortés].

Situaciones como la mencionada en la calle Suiza no son tan perjudiciales como


otras, ya que es cuestión de criterio para autorizar, casos especiales. Por ejemplo,
es una vialidad que no tiene en el fondo un parque o una situación publica para
que la gente tenga que entrar, no hay nada, y puede ser correcto debido a la
situación que se vive, ya que en la actualidad, en pos de un discurso o políticas de
"seguridad” no se pueden vulnerar derechos fundamentales, como en este caso lo
público. Este generalmente es el principio de las elites para justificar su
espacialidad reclusiva, de espaldas a la ciudad; lo que no es ciudad precisamente;
sino exclusión, es decir, la idea del muro tan popular en esta época. Actualmente
es tanta la inseguridad en el supuesto "fraccionamiento tranquilo” que se han dado
casos de robos en las casas y en la vía pública, por este motivo los habitantes del
lugar no toman parte del espacio público como un lugar de interacción social.
Por otro lado, en el fraccionamiento se aprueban acciones que dañan su
entorno y la calidad de vida; caso de los cambios de uso de suelo, donde un
asentamiento residencial puede convertirse en una zona de comercio y de
servicios o llega a tener edificios de tres y hasta cuatro niveles, situación que el
reglamento de construcción no permite en zonas habitacionales de tipo
residencial.

131
Imagen 23. Cierre de la calle Suiza.

Fuente. Trabajo de campo, 11/02/16.

Es un área de la ciudad que no ha logrado construir su propia memoria cotidiana


de forma colectiva, ni tampoco conformar una esencia particular de relaciones
vecinales. Es una zona solitaria con la ausencia de espacios de reunión y la falta
de apropiación del espacio público. Aunque casi todos los entrevistados tienen
otra visión del lugar, sienten un gran beneficio en todos los aspectos de vida a
nivel ciudad, porque al iniciar la construcción del fraccionamiento se percibía un
asentamiento fuera de Zamora, pero con el tiempo y el crecimiento de la mancha
urbana, La Luneta se posicionó de tal manera que facilita a las familias desarrollar
sus actividades diarias fuera de lo doméstico debido a los libres y rápidos accesos
a toda la ciudad.

[...] la Galena que es como un desahogue vehicular y de población, bueno a mí en


lo particular en la parte sur yo he visto que tenemos muchos servicios, tenemos de
todo, o sea me queda a dos o tres cuadras para ir a caminar a la calzada, tengo
cines, tengo tiendas departamentales, tres cuatro tiendas a la mano, tengo
hospitales, tengo escuelas, digo en aquel entonces estaban diciendo que aquí una
escuela no, pero pues ahí están y funcionan, este hay todo pues [La Luneta,
17/02/16. Manuel Ambriz].

132
Los espacios de recreación en un fraccionamiento son, o al menos deberían ser,
comunes, y en la actualidad, como áreas de donación. En la década de los
sesenta, cuando comenzaron a surgir los nuevos fraccionamientos, no existía
normatividad alguna, sino hasta principios de los ochenta, cuando se reglamentó
la cuestión de fraccionamientos. Durante ese periodo se dio la construcción de La
Luneta y muchos asentamientos más.
Debido a lo anterior, La Luneta es un asentamiento que carece de espacios
para socialización, pero cuenta con todos los servicios públicos y con una buena
infraestructura. Es un asentamiento dividido en dos partes, oriente y poniente,
donde a simple vista se nota un entorno diferente. La Luneta poniente está
compuesta por 12 manzanas con terrenos de aproximadamente 7.50 m de frente x
21.00 m de fondo. Se presenta una oferta comercial moderada en el lugar donde
se ubica el IMSS. Por el lado oriente, se tiene la presencia de un número mayor de
establecimientos comerciales y de servicios como escuelas de idiomas,
instituciones educativas de nivel bachillerato, primaria, secundaria, preescolar e
incluso una guardería; también se observan también consultorios dentales, de
especialidades y el Hospital Santa María. Hay un hotel y un taller mecánico. Todo
esto orientado hacia la avenida principal, Madero, sobre la calzada Zamora-
Jacona. El resto del asentamiento son casas habitación y muchas de ellas con
despachos de servicios de profesionistas, con locales comerciales, etcétera. Todo
esto dentro de 14 manzanas y con predios similares a los del lado poniente.
Aquí la intervención de arquitectos en la construcción de casas ha sido
indispensable, muchos habitantes coinciden en que es necesaria la mano
profesional para el correcto funcionamiento de los espacios. Además, creen que
dejando de lado la autoconstrucción se pierden rasgos de pobreza y mala
organización del espacio. Existe en el entorno un ambiente que expresa
tranquilidad, limpieza, relaciones sociales sobrias, incluso las calles y casas
aparentan estar vacías. Aunque no todo es bueno en este fraccionamiento, esta
soledad en el espacio público y las casas grandes y lujosas atraen mucha
inseguridad en el entorno.
Narra la señora María Eugenia:

133
Un espacio tan grande -refiriéndose a su casa- [...] llama la atención y en tres
ocasiones han intentado meterse a robar [La Luneta, 12/02/16. María Eugenia].

Es interesante ver que en La Luneta, a diferencia del Centro, la mayor parte de las
familias entrevistadas no mezclan en sus narraciones sentimientos profundos con
los vecinos y mucho menos con el entorno, resaltan más los argumentos que dan
prioridad al lugar por la cercanía con sus empleos o con las zonas importantes de
la ciudad. Al ser familias provenientes del Centro, algunas de ellas, sienten un
mayor aprecio por su barrio de origen.
En sus comentarios argumentan un relevante estilo de vida, visto desde lo
familiar y lo individual, sin mezclar a la sociedad del lugar y ni siquiera el entorno.
Se ven lazos fuertes entre el habitante y su casa, aunque si se presentan mejores
oportunidades donde "le vaya bien” a la familia, la casa puede ser sustituida por
otra. Así lo afirma el señor Cortés, donde a uno le va bien es donde debe
considerar su lugar.
A diferencia del Centro y Los Espinos, las expresiones cotidianas en La
Luneta están estrechamente relacionadas con el habitus y el habitar desde
diferentes perspectivas, los lazos sociales que se construyen con base a una
visión del capital y el afán de buscar un mejor lugar donde se habite en
condiciones económicas estables y cada vez en busca de mejorar la calidad de
vida.
Para comprender el sentido de su entorno como un valor simbólico, es
necesario recurrir a de Certeau (1999 [1994]), quien afirma que el campo de lo
simbólico es equivalente al de la regla cultural. Precisamente la cultura del entorno
tiene una fuerte influencia en el comportamiento de la ciudad y es difícil que las
personas cambien esa forma de estar, de habitar o de hacer las cosas.

La calidad de vida en el entorno, una comparación entre los


asentamientos

El objetivo de este apartado no es realizar un debate teórico a profundidad sobre


el concepto de calidad de vida, sino hacer una comparación en los tres
asentamientos a través de una serie de indicadores que bien podrían expresar el

1 34
nivel de calidad de vida en cada uno de ellos. Sin embargo, para realizar esta
comparación es necesario tener una breve revisión conceptual y metodológica.
La expresión calidad de vida, puede ser un término multidimensional, ya
que es posible abordarlo desde diferentes categorías de estudio e indicadores que
determinan un cierto grado de satisfacción en las necesidades básicas del
hombre. Algunas de estas categorías están orientadas a tener conocimiento en
determinado tipo de sociedad sobre la calidad ambiental, urbana, económica,
incluso en la manera de expresar y relacionarse del ser humano.
Según J. Sobrino (1998) es necesario hacer una revisión a los conceptos de
bienestar y necesidad para comprender el de calidad de vida. Por un lado, se hace
referencia a cubrir las necesidades sociales relacionadas con los servicios
públicos destinados al desarrollo social/humano (educación, dotación de agua, luz,
drenaje, salud, comercio, transporte, vivienda, entre otros) y el equipamiento
(hospitales, escuelas, infraestructura, superestructura, mobiliario urbano, etcétera).
Por el otro, el bienestar se define como un estado de satisfacción física y mental
del individuo, medido a partir de los siguientes indicadores: nivel de educación
formal, condiciones de salud, condiciones de empleo, salario y/o situación material
de una vivienda. Por lo tanto, la calidad de vida es el conjunto de características
bilógicas, psicológicas, físicas, económicas y sociales que se deben alcanzar para
promover un alto nivel de bienestar de la población67.
Hernández Aja (2009) expone el término como el desarrollo de la calidad de
vida en el espacio urbano. Éste hace referencia a un constructo social formado por
tres dimensiones básicas: la calidad ambiental, el bienestar y la identidad. Aunque
también afirma el autor que la determinación del concepto no depende de la
satisfacción de uno solo de los aspectos anteriores, sino de la satisfacción
articulada entre sus distintas dimensiones a través de indicadores que representen
a cada una de éstas.
Por otro lado, Soliz Romero (1998) realiza un estudio sobre la calidad de
vida que presentan ciertos asentamientos desarrollados en la década de los
noventa que orientaron un crecimiento urbano en el departamento de

67 (Sobrino, 1998)

135
Cochabamba, Bolivia. Los indicadores que la autora toma para hacer una
comparación sobre la calidad de vida en dos zonas son: la alimentación, nutrición,
salud, seguridad, vivienda, descanso, recreación, desarrollo cultural, trabajo,
relaciones sociales y estabilidad ecológica ambiental. Con esto Soliz determina la
influencia o impacto del crecimiento urbano en la calidad de vida de los pobladores
de esta zona, tanto en los asentamientos urbanos como en las comunidades
campesinas considerando la propuesta municipal de desarrollo y las necesidades
de los pobladores.
También Luengo (1998) aporta su definición de calidad de vida y agrega el
término de confort como un indicador que ayuda a medir la calidad de vida:

La calidad de vida son las condiciones óptimas que rigen el comportamiento del
espacio habitable en términos de confort asociados a lo ecológico, biológico,
económico productivo, socio-cultural, tipológico, tecnológico y estético en sus
dimensiones espaciales (Luengo, 1998).

Efectivamente la revisión del concepto de calidad de vida como establece Sobrino


(1998) alude a la noción de necesidad, la cual a su vez hace referencia al
desarrollo social y territorial de una ciudad. De esta manera pretendo hacer una
comparación de los asentamientos en cuestión a través de una evaluación de la
calidad de vida en la perspectiva de la planeación urbana desarrollada en Zamora,
entendida desde diferentes indicadores del entorno urbano e indicadores de
población y vivienda. Se toman aquellos aspectos que permiten conocer niveles
de bienestar en una colonia más que en una familia o una casa. Aunque no son
los únicos, la comparación se realizará mediante los siguientes indicadores del
entorno, la población y la vivienda.
Datos tomados del conteo del año 2014 sobre las características de las
localidades y del entorno urbano del Instituto Nacional de Estadística y Geografía:

Tabla 3. Comparación sobre la calidad del entorno por asentamiento (porcentajes


cubiertos).
Los Espinos Centro La Luneta
Número de Vialidades 13.0 198.0 133.0

136
Pavimento (%) 76.0 81.0 Fuen6e INEGI.
Adoquín (%) 0.0 16.3 0.0
Banquetas (%) 76.0 86.0 99.6
Guarniciones (%) 52.0 77.0 99.4
Rampas (%) 0.0 47.0 15.5
Alumbrado (%) 76.0 92.0 98.8
Fuente: NEGI

Datos tomados del censo del año 2010 sobre las características de población y
vivienda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía:

Tabla 4. Comparación de la calidad de vida de características generales sobre la vivienda


___________________ y población por asentamiento. ____________
Los Espinos % Centro % La Luneta %
Población Total 828 100 2,049 100 1,682 100
Masculina 401 48 875 43 774 46
Femenina 422 51 1166 57 908 54
Personas mayores de
15 años que tienen
solo preescolar o 57 7 46 2 25 1
ningún nivel de
escolaridad
Viviendas 211 100 851 100 586 100
Viviendas habitadas 185 88 632 74 498 85
Hogares 182 100 623 100 494 100
Jefes de hogar
118 65 353 57 378 77
hombres
Jefes de hogar
64 35 266 43 106 21
mujeres
Promedio ocupantes
4.5 3.1 3.3
por vivienda
Promedio ocupantes
1.2 0.65 0.6
por cuarto
Viviendas con 181 86 620 73 492 84

137
electricidad
Viviendas con agua
disponible dentro de la 165 78 617 73 490 84
vivienda
Viviendas con agua
disponible fuera de la 17 8 0 0 0 0
vivienda
Viviendas con drenaje
conectado a la red 180 85 615 72 492 84
pública
Viviendas electricidad,
163 77 609 72 490 84
agua y drenaje
Viviendas con radio 149 71 527 62 460 78
Viviendas con
177 84 605 71 486 83
televisión
Viviendas con
170 81 584 69 486 83
refrigerador
Viviendas con
138 65 466 55 456 78
lavadora
Viviendas con
53 25 298 35 423 72
automóvil
Viviendas con
34 16 286 34 332 57
computadora
Viviendas con
100 47 446 52 435 74
telefonía fija
Viviendas con celular 112 53 441 52 395 67
Viviendas con internet 24 11 221 26 299 51
Fuente: NEGI

En la tabla 3 se presentan datos generales sobre el entorno urbano de cada


asentamiento. Nos podemos dar cuenta que la colonia Fernando Amilpa, a pesar
de ser la menor en superficie y por supuesto en población, es la que tiene menos
porcentajes cubiertos en cada uno de los indicadores tomados del entorno urbano.

1 38
Aun mayor problema son las condiciones en las que se encuentran estos aspectos
actualmente.
En cuanto al porcentaje cubierto en pavimento, los datos se refieren al
concreto hidráulico que corresponde a un 76 %, el resto, aunque no se menciona,
corresponde al pavimento de asfalto (material no recomendable en zonas
habitacionales), incluso hay tramos de terracería en una calle completamente
pavimentada.
Según datos del Inegi, la misma tabla da a conocer que las banquetas y
alumbrado público están cubiertos en un 76% y las guarniciones en un 52%. No
obstante, la mala calidad de construcción o su estado actual hace que los
números se vean reducidos. En muchos tramos de banquetas es común ver
postes a la mitad de las mismas, sin rampas para discapacitados, banquetas tan
reducidas o invadidas que se hace imposible el tránsito de personas.
Casi siempre es preferible transitar por la calle, a pesar de ser riesgoso
principalmente para los niños debido al paso vehicular y de motocicletas. Además,
la calle se ve obstruida por la invasión de coches debido a la falta de
estacionamientos en las propias viviendas, incluso muchos automóviles invaden,
no solo la calle, sino también las banquetas para dar paso a los coches que
transitan el lugar debido a que ésta se reduce casi en un 50% en la parte norte del
asentamiento.
Aunque está presente y palpable la mala calidad de construcción del
entorno urbano, las personas entrevistadas se mantienen satisfechas viviendo en
el asentamiento, porque argumentan que no les hace falta nada al tener todos los
servicios. Sin embargo, para garantizar una buena calidad de vida se debe
garantizar un entorno e imagen urbanos satisfactorios, algo que este asentamiento
no cumple ni siquiera en un 50%. Cabe mencionar que la colonia ha llegado a
tener altos índices de inseguridad debido al vandalismo, pandillas y venta de
drogas. También es importante mencionar que desde su construcción hasta la
actualidad no ha tenido un área verde o de recreación, algo que muchos vecinos
anhelan.

139
Imagen 24. Entorno en la colonia Fernando Amilpa.

Fuente. Trabajo de campo.

A diferencia de Los Espinos, en el Centro los porcentajes son más altos, pero no
la calidad actual del entorno. De acuerdo con la tabla 3 el porcentaje de pavimento
construido en concreto es del 81%, 16.3% de adoquín (solo en la plaza) y el resto
son parches de asfalto o calles enteras asfaltadas en pleno centro de la ciudad.
Además, el pavimento es muy viejo y de la misma manera la infraestructura de
agua y drenaje, ya que tienen más de medio siglo de vida.

140
Imagen 25. Entorno del Centro.

Fuente. Trabajo de campo.

Las banquetas, las guarniciones y el alumbrado público tienen altos porcentajes


de satisfacción, aunque se mantienen en una calidad media. El porcentaje de
rampas es poco con respecto al de banquetas. La mayor parte de las pocas
rampas que existen, tienen pendientes y dimensiones fuera del rango permitido
por el Reglamento de Construcción, por lo tanto, se hace imposible para los
minusválidos transitar las banquetas de diferentes niveles y diferentes pendientes.
Otros aspectos que no aparecen en las tablas 3 y 4, pero que destacan en
las entrevistas es la invasión de banquetas, por letreros, postes, puestos
ambulantes y semifijos, grandes macetas que en ocasiones no tienen plantas y en

141
lugar de embellecer la imagen, son motivo de estorbo para el tránsito peatonal,
también los anuncios en las construcciones que provocan disturbio en la imagen
urbana. El alto índice de tráfico vehicular a todas horas provoca altos grados de
contaminación ambiental y auditiva, además de ser motivo congestionamiento vial
en calles más angostas que la misma colonia Fernando Amilpa, la cuales no
tienen el objetivo de tránsito vehicular, sino peatonal.

Imagen 26. Entorno de La Luneta.

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Fuente. Trabajo de campo.

Por otro lado, la calidad del entorno urbano en el fraccionamiento Residencias La


Luneta está cubierto en un 99%, aunque tiene un pavimento viejo y desgastado.
Las banquetas se mantienen dentro del peralte especificado por la normatividad,
pero no cuentan con rampas para minusválidos, ya que únicamente tienen rampas
para el acceso de los vehículos a las cocheras. Cabe mencionar que las
banquetas y guarniciones se mantienen en una sola altura, algo difícil de lograr en
otro tipo de asentamiento. Los postes de alumbrado también se mantienen
alineados a las guarniciones o jardineras en el límite de las banquetas, por lo tanto
hace posible el flujo peatonal sin necesidad de transitar por la calle. Otro aspecto
importante es que todas las casas tienen cochera propia, por lo tanto los vehículos
estacionados en la calle se reducen en buena cantidad, aunque en ciertas zonas
la invasión de las calles por vehículos es alta debido al comercio. También la
142
invasión de banquetas por puestos ambulantes y letreros de locales comerciales
se hace presente al grado que casi obliga al transeúnte a bajar de la acera, esto
se ve en mayor medida en La Luneta oriente. Sin embargo, es el asentamiento
que mayor calidad del entorno aporta a sus habitantes, ya que tiene los mayores
porcentajes cubiertos de cada uno de los elementos y las mejores condiciones en
los mismos. Aunque la inseguridad por robos en las calles del fraccionamiento es
un aspecto que priva de tranquilidad a los habitantes.
Finalmente, en la tabla 4 se pueden analizar aspectos más particulares
sobre la población, vivienda y bienes en los tres asentamientos. A manera general,
se puede observar que el fraccionamiento La Luneta tiene los números más
favorables y Los Espinos tiene los más desfavorables en cuanto a calidad de vida
se refiere, igual sucede con el entorno. Si clasificáramos la calidad de vida en
buena, media y mala, e hiciéramos corresponder a cada asentamiento en una de
las tres opciones, desde luego que La Luneta tendría una buena calidad de vida,
el Centro correspondería una media calidad de vida y Los Espinos a una mala
calidad de vida. Sin embargo, el sentido de valoración del espacio es mayor en
Los Espinos que en La Luneta y el Centro, a pesar de ser la colonia con menos
calidad de vida de los tres asentamientos. Esto resulta en cierta manera lógico, ya
que los habitantes de esta colonia informal han construido su propio espacio con
sus manos, sus vivencias, su mente, con su familia y con su propio esfuerzo, todo
esto ligado con sus sentimientos.
Con esto nos podemos dar cuenta que la calidad de vida puede ser un
concepto tan subjetivo y tan objetivo como nosotros queramos. Por ejemplo, en los
tres asentamientos, las viviendas tienen materiales diferentes y están construidas
por diversos procesos constructivos, unos más sofisticados que otros. Respecto al
equipamiento, infraestructura y servicios existe una gran diferencia, mientras un
fraccionamiento residencial cumple con ciertos requisitos constructivos y de
norma, el asentamiento de origen irregular presenta un importante rezago en cada
uno de los aspectos anteriormente mencionados. Es posible afirmar que por lo
menos el fraccionamiento residencial y el asentamiento irregular sirven como

143
modelos para conocer la calidad de vida en los demás asentamientos del mismo
tipo en la ciudad de Zamora, con sus variaciones cada uno de ellos.

1 44
Capítulo cuatro. Habitar la casa: una construcción simbólica y
material
En este cuarto y último capítulo la casa se convierte en el lugar de análisis
principal. A partir de ésta se conoce la evolución de las prácticas familiares dentro
y fuera de ella, es donde se comprende el sentido de habitar formado por y para
sus propios habitantes a través de un cumulo de necesidades que traen
significados y generan habitus, cotidianidades, costumbres, etcétera. Durante el
desarrollo de esta última parte, también daré a conocer cómo se lleva a cabo la
organización y transformación familiar dentro de la casa como una manera de
mostrar la relación entre los espacios de la casa y cada uno de los integrantes de
la familia. Con esto, y sin pretender establecer tipologías de grupos domésticos es
posible exponer el significado que gana la casa ante quien la habita. No obstante,
el eje rector, tanto del capítulo como del trabajo, es la casa; de tal manera que la
familia es una categoría de estudio que se desprende de este espacio. Por lo
tanto, no se lleva a cabo el análisis del grupo familiar a profundidad -ya que este
equivaldría a un extenso y complejo trabajo a parte de este-, sino se trata de
resaltar algunos aspectos sobresalientes históricos y organizacionales que las
familias muestran en la construcción de los aspectos materiales, sociales y
simbólicos dentro de la casa.
Es común en la geografía referenciar a la casa como un espacio, un lugar o
un territorio, a partir del cual el sujeto construye su habitar en un entorno familiar,
social y físico. Así, la casa pertenece a un sistema complejo de objetos, lugares y
sujetos donde la conexión entre estos elementos es el habitar. Solo el ser humano
puede dar vida a esta función, ya que es el nudo que relaciona estas tres
dimensiones, es quien da vida al habitar.

La necesidad nos hizo, la colonia Fernando Amilpa

Casa y familia, una transformación simultánea

Ha sido común entre las familias de la colonia Fernando Amilpa, que los varones -
padres y esposos- tomen el papel de jefes de familia, incluso, para la obtención

145
de terrenos en la zona federal era necesario pertenecer, como trabajador y jefe de
familia, al sindicato de transportistas de la CTM. Sin embargo, en muchas familias
las esposas y en ocasiones las hijas han participado en actividades laborales, por
ejemplo, la venta de comida y el trabajo doméstico ajeno han sido medios de
empleo para las mujeres. Durante el proceso de invasión y formación del
asentamiento, los hijos más pequeños eran motivo de cuidado, mientras, los que
estudiaban en la primaria solo esperaban a tener la edad suficiente para trabajar o
emigrar a los Estados Unidos. La migración tuvo presencia al finalizar la década
de los setenta, con esto se produjo una diferencia económica entre familias, la
cual se hacía visible en la construcción material de las casas.
La migración en la familia fue un elemento esencial para su trasformación,
reorganización y hasta para su desintegración. La mayor parte de los hijos que
emigraron, se casaron fuera y formaron su propia familia al punto de no regresar al
lugar de sus padres.
Las familias que obtuvieron su terreno durante la formación del
asentamiento, eran familias jóvenes y no tan numerosas. Estaban integradas
normalmente por el padre, la madre y tres hijos promedio. A pesar que los hijos ya
tenían edad para trabajar de empleados u obreros, en las familias menos jóvenes,
las condiciones económicas no mejoraban del todo porque eran más los
integrantes que las comprendían, entre hijos e hijas. Antes de llegar a Los
Espinos, muchas de estas familias ya consolidadas, vivían en casa de los abuelos,
donde habitaban dos o tres núcleos familiares entre padres y hermanos, por esta
razón se habla mucho de un insistente anhelo de la casa propia en el
asentamiento, donde, con el tiempo fue común encontrar más de un núcleo
familiar en una casa.
Por otro lado, los niños y adolescentes también aportaban a la casa de una
manera más amena, algunas ocasiones iban a pescar a las parcelas anegadas y a
pepenar en las parcelas "dejadas” por los agricultores. Otra forma en que
apoyaban los hijos e hijas en las actividades domésticas, junto con los padres, era
en el abastecimiento y acarreo diario de agua hacia su casa.

146
Familias que no pertenecían al sindicato de transportistas ya habían
adquirido terrenos durante la década de los setenta, pero después de 1980 el
lugar se llenó de familias que pertenecían a cualquier tipo de empleo, también
eran grupos familiares jóvenes con otra visión del lugar, ya que no habían vivido el
proceso de adquisición (lucha) de la zona federal, como las primeras familias lo
vivieron. Con la inserción de estos nuevos habitantes jóvenes y, quienes ya tenían
al menos diez años en el asentamiento con casas más o menos construidas, hijos
crecidos y nuevos jefes de familia, se comenzaba a ver un ligero cambio de vida y
de socialización en el asentamiento.
Durante esta etapa, el papel de la migración influyó principalmente en los
hijos varones y padres, además, se dio un buen número de divorcios, desde
entonces muchas madres divorciadas, viudas y solteras han tomado el papel de
jefes de familia, aun en la actualidad existe un índice elevado de madres solteras,
quienes tienen la responsabilidad de su propia familia.

[...] hasta que mis hijos, los más grandes, empezaron a crecer, se empezaron a ir
como a los 16 o 17 años a Estados Unidos, pero entonces no estaba tan difícil
para que pasaran y ya empezaban a trabajar yo no sé en qué, la cosa era que
ellos me mandaban el cinquito [se refiere al dinero] y poco a poquito iba yo
haciendo. Fue de la manera que se fue cambiando la situación [Los Espinos,
18/02/16. Entrevista con doña Carmen].

[...] mis hijas están por allá en Estados Unidos, son dos hijos y tres hijas [Los
Espinos, 15/02/16, Doña Ernestina].

[...] No pues yo tenía un ranchito de lámina, sucede que yo tenía puros palitos,
nomás que digamos no tenía pues el modo de construir [...], la madera por ahí la
buscaba yo, por ejemplo llegaba a ir al cerro, por ahí y traía maderita, así tenía
palitos por aquí y por allá tapado con un tejaváncito68 pues de lámina y todo eso,
no tenía pues el modo, nomás que yo me fui para Estados Unidos allá a trabajar y
me dio muy buena suerte [Los Espinos, 09/02/16. Jesús Bibiano].

68 El tejaván es una construcción rústica y muy pobre, generalmente de techo de teja o de lámina.

147
[...] allá ya es otro rollo [se refiere a la parte norte de la calle]. Es que toda esa
gente, o sea los chavos que viven ahí, son puros chavos nuevos ¡no! la gente que
vivía ahí no era así, sino que ahorita los que viven vienen de otras partes [...]
porque los primeros que vivieron ahí todo bien tranquilo inclusive, se criaron aquí
todo el chiquilla! juntos, todos los que ahorita ya están grandes, pero pues ya no
hay ni uno de esos, se fueron unos pal norte, otros que ya se cambiaron, se
desbalagaron, pero toda esa gente ya es nueva, por eso pues ya trae su modo de
vivir más diferente [Los Espinos, 15/02/16. Familia Vivanco, Francisco hijo].

Durante la consolidación del asentamiento, después de 1990, la transformación


familiar tuvo mayor presencia. La ausencia de muchos iniciadores del movimiento
se hizo presente, pero lo importante converge en los que aún habitan ahí. Es
importante recordar que las entrevistas se aplicaron a personas que participaron
en la iniciación del movimiento para la obtención del terreno federal, por lo tanto
son personas de más de sesenta años de edad, quienes narran no solo su
vivencia, sino también la de su familia y hasta la de algunos amigos y vecinos.
En la actualidad, estas personas son padres y madres de familia que han
vivido de cerca el proceso de desarrollo en la colonia, muchos de ellos son
pensionados o jubilados. Por lo que en algunas familias los hijos toman el papel de
jefes de familia. A diferencia de la década de los setenta y ochenta, en la
actualidad existe un alto número de casas con dos o tres núcleos familiares entre
los padres, hijos (as) con sus esposas (os) y por supuesto los nietos que son
motivo de cuidado por parte de los abuelos mientras el resto trabaja.
Este tipo de personas como don Luis, doña Queta, los hermanos Vivanco,
Alfonso García, don Jesús Bibiano, don Jesús Álvarez, las hermanas Zambrano,
entre otros, son bien identificados y muy queridos dentro de la colonia. También el
apellido es un elemento importante en la familia, ya que ha sido motivo de
identificación en el asentamiento, no por status, clase o posición económica, sino
porque son familias grandes quienes han habitado en el lugar desde su fundación
y han aportado algo a la colonia.
Hay grupos familiares que tienen bien definida una parte del asentamiento,
en lo referente al espacio, ya que entre los hermanos y hermanas tienen sus

1 48
casas juntas o, por lo menos, cercanas a lo largo de la calle de los Espinos.
Debido a esto y muchos otros factores es imposible particularizar en este trabajo
cada una de las familias y su estado organizacional en la casa, pero podemos
plasmar en los siguientes ejemplos una visión general de tres familias de la
colonia.

Doña Julia y su familia

Doña Julia tiene 46 años viviendo en la colonia -desde su formación hasta su


consolidación-. Ella llegó al lugar con su esposo, quien fue miembro del sindicato
de transportistas, tenían 4 hijos pequeños. Fue una familia más o menos grande,
ya que posteriormente doña Julia dio a luz a dos hijos más, en total tuvieron 5
varones y una mujer. Sin embargo, tres de ellos fallecieron y en la actualidad solo
tiene 2 hijos varones y una mujer, Lupita, la más allegada a doña Julia, su madre.
Durante una temporada, esta familia vivió en un “ranchito” de lámina y en muy
malas condiciones vida.
Doña Julia trabajó toda su vida y recuerda que su esposo nunca fue un
hombre responsable de su familia y los gastos en el hogar. Debido a esto, cuando
ella llegó a Los Espinos tomó el cargo de jefe de familia, lavaba, cosía y planchaba
ajeno.

[...] mis hijos fueron los que construyeron aquí [refiriéndose a su esposo, dice] él
no me compró ni unos zapatos, ni unas medias, así con eso le digo todo [...], le
doy muchas gracias Dios que acabo de cumplir mis 80 años [...]. Nos la vimos
muy duro y la necesidad nos hizo [Los Espinos, 16/02/16. Doña Julia]

En la actualidad uno de los hijos de doña Julia vive en el mismo asentamiento, con
su propia familia, a unas cuantas casas de su madre; el otro se fue vivir a otro
municipio con su esposa; y Lupita su hija también está casada, su esposo trabaja
en los Estados Unidos, pero ella vive con doña Julia, quien por su edad ya no
puede trabajar. Por lo tanto, Lupita se hace cargo de los gastos de su madre, de la
casa y de ella misma con el dinero que le manda su esposo. Por este motivo doña
Julia tiene asignada la casa para su hija menor.

149
[...] aquí las escrituras están a nombre de mi hija, ¿sabe por qué?, porque ella
sabe si visto, si como, si calzo, si me medicino y si voy al médico, ella es la de
todo, ella paga la luz, teléfono, compra gas, ella es la de todo aquí en la casa de
todos los gastos, entonces pues con todo el derecho le toca la casa [Los Espinos,
16/02/16. Doña Julia].

A pesar de haber vivido el abandono de su esposo y la falta de recursos, doña


Julia y su familia salieron adelante. Fue un proceso de adaptación y cambios en
los integrantes de la familia, tanto los que se insertaban en ella como los que la
dejaban. Por esto, doña Julia dice, "la necesidad nos hizo”.

Los Vivanco

La familia Vivanco -hermanos- tiene 47 años viviendo en la zona federal.


Francisco Vivanco es el hermano mayor, quien trabajaba junto con su padre en el
sindicato de transportistas, ahora tiene 67 años. El señor Francisco recuerda que
las primeras personas habitantes del lugar no eran familia, sino eran miembros del
movimiento. En el primer año de formación del asentamiento, Francisco y su padre
fueron los primeros integrantes de su familia que comenzaron a vivir en el lugar
para poder construir provisionalmente un par de cuartos con láminas y cartón y,
así, llevar al resto de su familia (hermanas y madre) a la zona federal. Francisco y
su padre no fueron los únicos que aportaban el sustento diario a su familia, sino
también las mujeres. Además de dedicarse a las labores domésticas, ellas
vendían enchiladas, tacos y antojitos mexicanos todos los días. En el momento
que toda la familia se fue a vivir a Los Espinos las actividades domésticas se
trasladaron a hacia su lugar de habitación, pero continuaron con la venta de
comida en la plaza principal de la ciudad, este medio de trabajo familiar se
trasladó a la colonia hasta que se rellenó el viejo cauce del río Duero. Las tardes
libres y los fines de semana, toda la familia participaba en la construcción de su
casa. De esta manera, poco a poco y cuarto por cuarto se transformaba esa casa
provisional en una casa más o menos firme.

[...] ya después nos trajimos a todos cuando ya estaba pues mi papá construyendo
el rancho y con otros cuartitos [Los Espinos, 15/02/16. Francisco Vivanco, hijo].

150
A pesar de no conocer el oficio de la construcción, el padre y jefe de familia la
hacía de “maistro” albañil, los hijos eran los peones y la madre se dedicaba a
labores domésticas relacionadas con la construcción como la limpieza y la
preparación de alimentos para ellos y para la venta del día.

[...] aquí nos gustó todo desde que llegamos, pues está hecha a gusto de todos. Y
pues mi papá era chofer y él la empezó a hacer así sin saber, nada más le ayudó
su yerno, era albañil y él le ayudaba porque él sabía más, porque era “maistro”,
aunque aquí todos le ayudamos a meter arena, llevar la mezcla, para colar y todo
lo de la casa, hacer la mezcla para pegar tabiques [...]. [Aclara el hermano mayor]
aquí son dos terrenos uno era mío y otro de mi papá, pero yo le cedí los derechos
a mi mamá y por eso se hizo la casa completa [Los Espinos, 15/02/16. Juana
Vivanco].

Cabe resaltar que la familia Vivanco es una de las más conocidas en la colonia, no
por la posición económica, como se da en otras partes de la ciudad, sino debido a
que el padre de familia siempre fue una persona solidaria con los vecinos, una
persona que le gustaba trabajar y ayudar.
En la actualidad los padres de los hermanos Vivanco ya no viven, Francisco
Vivanco tiene su propia casa fuera de la colonia, pero todos los días visita a sus
tres hermanas, quienes viven con sus hijos en la casa que sus padres le dejaron.

Doña Carmen habla de su familia

Doña Carmen ha vivido 46 años en la colonia. Recuerda que vivieron


aproximadamente 15 años con sus cuatro hijos y su esposo en un “ranchito” de
lámina y cartón. La enfermedad prematura de su esposo y la pérdida de la vista,
influyó en la construcción de su casa, cuando otras familias ya tenían su casa casi
terminada, doña Carmen y sus hijos apenas comenzaban a hacerle arreglos y a
construirla con materiales firmes, afortunadamente en la época en que su esposo
gozaba de buena salud construyeron un cuarto de tabique, pero con techos de
lámina.
Cuando sus hijos mayores crecieron, a los 16 o 17 años emigraron a los
Estados Unidos en busca de un buen empleo para poder construir su casa, sin

151
embargo, formaron su propia familia y apenas mandaban para ir construyendo
poco a poco. Doña Carmen tuvo que contratar a un albañil para construir su casa
debido a que su esposo no podía trabajar. Poco tiempo después, de haber
terminado de construir su casa, falleció su esposo a causa de la diabetes. Al igual
que todas las familias de la colonia, realizaron el velorio al interior de la casa a
pesar de tener espacios demasiado reducidos.

[...] por cierto que cuando falleció mi esposo, pues yo pensé que lo pusieran aquí
en lo que era la salita, pero resulta que no pudieron acomodar la caja, no cabía la
caja ni nada, porque estaba bien angostito, bien reducido todo [Los Espinos,
18/02/16. Doña Carmen].

Afirma doña Carmen que conforme crecía el número de integrantes en su familia,


crecía la necesidad de más espacios, más gastos y un pago de renta mensual que
no tenían, por esta razón sintió un gran alivio al momento de tener su propia casa
y desde siempre le ha gustado su lugar de residencia.

[...] cuando estábamos con los ranchitos donde vivíamos, pues para mi eran unos
palacios grandes, porque pues si no teníamos donde vivir ¡huuu! yo me sentía
engrandecida, me sentía como la verdolaga bien ancha ¿porque?, porque pues ya
tenía donde vivir, aunque tuviéramos los ranchitos. Mis hijas ya señoritas [...], yo
las cuidaba mucho a mis hijas, decía, que no las vaya a agarrar algún marihuano o
alguna cosa, porque pues eso era lo que había mucho también, luego ahí
adelantito era donde estaba la zona, si como a dos calles, y seguido se oía que
pasaba la policía, se oían balaceras y todo eso y yo con mis hijas encerraditas,
decía yo, pues no tengo más que cuidar, más que mis hijos, claro a los chicos y
grandes [Los Espinos, 18/02/16. Doña Carmen].

Doña Carmen siempre separó los espacios entre sus hijos, hombres y mujeres
tenían cuartos separados, pero no individuales. A pesar que hacía distinción de
sexos siempre fueron los mismos cuidados y exigencias de trabajo para ambos
casos. Es una familia tranquila que ha sabido llevar una relación sana con los
vecinos y entre sí mismos.

152
Es posible ver en estos breves ejemplos que el papel de los jefes de familia
juega un rol indispensable para la existencia de este grupo social. Además es muy
marcada la transformación del núcleo jerárquico, al principio se componía por un
hombre, una mujer y sus hijos, cada uno de ellos asumió distintas actividades que
tenían que ver con la casa, esto de acuerdo a su edad biológica y jerarquía
familiar. En la actualidad es común encontrar este núcleo jerárquico compuesto
por una cabeza del sexo femenino y los hijos, la ausencia del hombre en muchas
familias se hace presente, por lo tanto las nuevas generaciones tienen una visión,
educación y expresión totalmente diferente a las generaciones anteriores.
El apellido es uno de los muchos objetos de reconocimiento en el ámbito
vecinal. También es posible identificar las funciones y asignación de espacios en
la casa de acuerdo al género y la generación a la que pertenecen los integrantes
de la familia. Finalmente, es importante aclarar que el trabajo ha sido un elemento
que ha marcado el rápido o lento desarrollo de las familias en la colonia.

153
La idea de habitar la casa

Imagen 27. Mural revolucionario en lo alto de una casa en la colonia Fernando Amilpa.

Fuente. Trabajo de campo, 09/11/15.

A diferencia de las generaciones contemporáneas, los habitantes que han vivido


en la colonia antes de la década de los ochenta han sido personas de escasos
recursos. Llegaron necesitados de un refugio propio, eligieron un terreno federal,
lo invadieron y se apropiaron del mismo, el cual ha sido construido en lo social y lo
espacial conforme se presentan las necesidades de los habitantes. De forma
paralela se da inicio a un accionar colectivo, sin tenerlo en cuenta se aplican
fundamentos de autogestión, donde cada sujeto, familia o la colonia en conjunto
buscan satisfacer una o varias necesidades con una organizada diligencia para la
nueva configuración del tejido socioespacial, aquí intervienen elementos solidarios
y de apoyo mutuo entre los individuos. Esto se refleja de manera clara en los
relatos de las personas entrevistadas de la colonia.

1 54
[...] yo tengo muy buenos recuerdos de muchas gentes que, cuando llegué yo
aquí, ellos me ayudaron mucho porque estábamos pobres, pobres que veníamos
de allá, y le digo que luego teníamos la casa de lámina, pero era lamina de esa de
cartón y unos niños traviesos aventaron por ahí un cerillo y se me quemo toda mi
casa, ¡todo, todo! se nos quemó lo poquito que teníamos, era para una navidad me
acuerdo [...], entonces aquí andaban que quemando palomitas y quien sabe qué y
vuela una y se prende la casa, todo se prendió [...], pero mucha gente nos ayudó
con madera, nos ayudaron con láminas, nos dieron camas, nos dieron cobijas, nos
dieron ropa, todo, todo nos dieron [Los Espinos, 15/02/16. Doña Ernestina].

Imagen 28. Una casa con tintes de autoconstrucción en la colonia.

Fuente. Trabajo de campo, 28/10/15.

Según Bachelard (2000 [1957]:29-30) debemos demostrar que la casa es uno de


los mayores poderes de integración para los pensamientos, los recuerdos y los
sueños del hombre. En esa integración, el principio unificador es el ensueño. El
pasado, el presente y el porvenir dan a la casa dinamismos diferentes. La casa en
la vida del hombre suplanta contingencias, multiplica sus consejos de continuidad.

155
Sin ella el hombre sería un ser disperso. Lo sostiene a través de las tormentas del
cielo y de las tormentas de la vida. En este contexto se encontraron algunas
diferencias y similitudes en las formas de concebir la casa, lo cual lleva a
diferentes formas de habitarla. El 100 % de los entrevistados, recuerdan con
orgullo y sentimiento el sufrimiento y las carencias que vivieron en lo económico,
en salud, la marginación y desprecio por parte de personas con mayores recursos.
Pero los habitantes de la colonia expresan la imagen de este lugar de una manera
emotiva, desde los aspectos materiales y sistemas constructivos, hasta los rasgos
sentimentales, simbólicos, expresivos y el sentido de valoración. Claro que gracias
a la casa, un gran número de nuestros recuerdos tienen albergue. Y si esa casa
se complica un poco, si tiene sótano y guardilla, rincones y corredores, nuestros
recuerdos hallan refugios cada vez más caracterizados (Bachelard, 2000
[1957]:31).

[...] estábamos dormidos y las olitas de agua ahí en la cama, adentro del ranchito
donde vivíamos, nos entraba el agua por atrás por el corral y salían por acá las
culebras, se nos quedaban en medio de las láminas, el zacate nos nacía abajo de
las camas, estaba tan hueco que yo hasta patos tenía, ya nadaban porque allá
atrás era un socavón muy grande, cada quien rellenamos con lo que pudimos y las
casas no se nos han caído porque Dios es grande y la calle igual así la rellenamos
[...]. Somos gente buena y yo estoy muy agradecida con Dios y siento una gran
satisfacción y siento orgullo por ver que venimos de la nada y que a base de
trabajo honrado, a base de esfuerzo, a base de unión nos levantamos y somos
buenos vecinos, estamos rodeados de buenos vecinos [Los Espinos, 12/02/16.
Doña Queta].

[...] en tiempo de las aguas sufrimos mucho porque era un moscal y unos
tormentones y ¿qué hacía yo?, les compraba plásticos a los pabellones de las
camas para no mojarnos, pero de todos modos [...] el agua ya me llegaba hasta
acá [Los Espinos, 18/02/16. Doña Carmen].

En cuanto a las formas de habitar se refiere, es posible identificar tres momentos


en el asentamiento, o bien tres etapas de desarrollo. La primera ocurre en el
momento de la invasión y construcción de casas paracaidistas en el viejo río

156
Duero, la cual duró aproximadamente 10 años. La tercera es la época en la que
actualmente se vive desde la segunda mitad de la década de los noventa. Existe
una segunda etapa, es una etapa de transición entre estos dos momentos, en este
periodo se buscó la superación social a través de su imposición ante las
normativas que, hasta la actualidad, han sido ignoradas.
La colonia Fernando Amilpa fue concebida por algún tiempo en Zamora
como una de las zonas de mayor marginación, ya que en un corto periodo de
tiempo se convirtió un foco de pobreza, insalubridad y hacinamiento. Por lo tanto,
era el resultado de los vicios que más preocupaban a la elite zamorana, me refiero
a la violencia, las drogas y el vandalismo. Es cierto que no se puede generalizar el
perfil a todos los habitantes de la colonia, pero también es verdad que las
costumbres y la forma de vida en esta zona eran juzgadas como inmorales en
comparación con la que se imponía en las familias acomodadas. Los pobres
estaban y están expuestos al señalamiento y a la crítica.
Así, la función de habitar la casa se presenta como un proceso de construcción
material y simbólica a partir de una serie de experiencias vividas en el espacio y
un lugar determinado, un entorno al cual se adapta un conjunto de actores, objetos
y lugares relacionados entre sí como un sistema de conexión en diferentes
escalas y diferentes momentos. Esto es referente al espacio de representación,
este se vive, se habita; tiene un núcleo o centro afectivo: el Ego, el lecho, el
dormitorio, la vivienda o la casa [...] (Lefebvre, 2013 [1974]:100).

La relación entre habitar el espacio doméstico y el espacio público

De acuerdo con de Certeau (1999 [1994]), la vida ordinaria es modificada


profundamente, sea en la apropiación del espacio privado o en el uso de los
espacios públicos. La relación entre el espacio público y el espacio privado surge
a partir de necesidades y problemas específicos. En la colonia esto ha tenido
mayor visibilidad en las gestiones y prácticas cotidianas que tienen que ver con el
servicio del agua potable, la calle, el drenaje, la luz, el transporte, la familia, los
lugares de la casa, los materiales de construcción, sistemas constructivos y los
objetos y sujetos de la casa, como los más sobresalientes.

157
Imagen 29. Apropiación del espacio público para lavado y tendido de ropa en una casa.

Fuente. Trabajo de campo, 28/10/15.

Respecto al razonamiento anterior, es importante aclarar que el agua fue un


recurso necesario al interior de la casa, pero a través de la búsqueda de este
recurso los habitantes paracaidistas desarrollaron tareas familiares cotidianas, las
cuales se convirtieron en hábitos domésticos fuera de la casa que satisfacían las
necesidades al interior de ella. Sólo una línea de tubería de media pulgada de
diámetro, ubicada aproximadamente a 500 m de distancia del asentamiento,
satisfacía las necesidades cotidianas de más de 150 casas que hubo hasta finales
de los años setenta.

[...] a espaldas del seguro ahí agarrábamos agua y todos nos íbamos a traer agua,
a veces iba en la tarde a veces en la mañana, con mis garrafones, mis cubetas y
ahí voy, porque aquí no había servicios de carro ni de nada, aquí no entraba nadie
[Los Espinos, 09/02/16. Jesús Bibiano].

1 58
[...] íbamos al seguro a traer agua [...], cuando hicieron el río que esta acá atrás
ahí íbamos a lavar porque bajaba mucha agua limpia para los regadíos, no bajaba
sucia, nos metíamos y el agua nos llegaba hasta la cintura y lavábamos, había
veces que durábamos dos o tres horas en el agua [Los Espinos, 15/02/16. Doña
Ernestina].

[...] me tuve que meter al canal a lavar con agua hasta la cintura para ayudarle a
mi marido a pagar el terrenito porque no teníamos nada, le digo todo era láminas y
bolsas de cemento, íbamos al agua hasta el seguro con cantaros y cubetas [Los
Espinos, 12/02/16. Doña Queta].

Según Sañudo (2013) hablar del espacio doméstico permite hablar de entidades
físicas, simbólicas y sociales del habitar, las cuales son prioritarias en la
construcción de la relación hombre-espacio, además, el autor cita a Edward T.
Hall, quien afirma, el hombre guarda distancias, relaciones y comportamientos en
su actuar cotidiano, con los otros y con el espacio, y en este juego constante de
relaciones construye sistemas, códigos, elementos primarios de relación que le
permiten adaptarse al territorio. La adaptación de los habitantes en la zona federal
fue una construcción cotidiana a través de las necesidades que surgían, por
ejemplo, la necesidad de agua limpia no fue el único problema en el asentamiento,
sino también el agua contaminada que había en el río. Era un verdadero foco de
infección, tanto para la colonia como para la ciudad. La ausencia de calle era otra
situación difícil que afectaba las actividades cotidianas y domesticas de las
familias, pues en ese momento era imposible caminar sobre el río casi seco y
contaminado. No se podía andar en bicicletas y mucho menos vehículos. Lo único
que comunicaba las casas entre vecinos eran vigas, tablas o palos provisionales
que colocaban de puentes para cruzar el cauce, donde todas la casas
descargaban las tuberías de drenaje. Sin agua, sin drenaje, sin una calle o vía de
comunicación y mucho menos energía eléctrica, comenzaban a habitar las familias
en el asentamiento de paracaidistas. Sin embargo, se adaptaban al medio de
acuerdo a sus necesidades y de esta manera lo fueron transformando y con él, su
estilo de vida. Comprender lo social como algo dinámico, orgánico y cambiante, es
un ámbito epistemológico que podría permitirnos entender lo doméstico como una

159
condición existencia! de la necesidad de adaptación y apropiación del territorio, ya
que es precisamente lo doméstico un campo cerrado, constante y prolongable.

[...] cuando llegamos aquí pasaba el río bien feo, todo cochino, pues era drenaje,
no hombre aquí feo que estaba, ¡ay no! una porquería, no hombre yo tan grimosa
que era, yo me iba pa’ allá pa’ la parcela, me pasaba y allá comía, aquí no quería
comer, yo y le decía a mi esposo, ay a qué me trajiste a vivir aquí, ira nomas...
dice, no te preocupes con el tiempo se va arreglar [Los Espinos, 15/02/16. Doña
Ernestina].

[...] todavía estaba el río, y sucede que no teníamos drenaje y ya toda la gente
empezó a descargar los drenajes aquí al río y después se comenzó a poner muy
fea el agua y hasta aventaban animales muertos, basura y todo por aquí pasaba
[Los Espinos, 09/02/16. Jesús Bibiano].

Por otro lado, la educación en los niños fue otro problema considerable, al ser
familias de bajos recursos económicos cada uno de los integrantes tenía que
aportar a la casa de diferentes maneras, por lo tanto, se llegó a dar un cierto grado
de migración desde los adolescentes de 15 y 16 años en adelante. Para evitar que
los niños continuaran creciendo sin la oportunidad de recibir una educación formal
y construir en ellos una mentalidad académica, se optó por la instauración de un
kínder provisional, el cual mejoró con el paso del tiempo. Mientras tanto,
aumentaban los servicios y beneficios en la colonia, el entorno se trasformaba
cada vez más rápido. Después del primer lustro de vida del asentamiento, el lugar
era otro, las familias iban en aumento a la vez que su número de integrantes y sus
necesidades eran cada vez mayores. El río había dejado de existir y el cauce
perdía su forma, el uso de la calle aumentaba y comenzaba el tránsito de
vehículos, el objetivo era continuar con la mejora del entorno.

La autoconstrucción, una forma de vida

Según Bachelard, la casa es una expresión, una imagen de la existencia del


hombre. Esta imagen poética echa raíces en nosotros mismos. La hemos recibido,
pero tenemos la impresión que hubiéramos podido crearla, que hubiéramos
debido crearla. Se convierte en un ser nuevo en nuestra lengua, nos expresa

160
convirtiéndonos en lo que expresa, o dicho de otro modo, es a la vez un devenir
de expresión y un devenir de nuestro ser. Aquí, la expresión crea ser (Bachelard,
2000 [1957]:12).
Así, la casa expresa la forma de habitar, de ser. Esto significa vivirla,
construirla, sentirla y pensarla, está totalmente asociada con lo cotidiano. Una
casa se define entonces por su modalidad constructiva, con esto no me refiero
solamente a su figura geométrica, a las técnicas o materiales de construcción, sino
a la capacidad de interacciones sociales que encierra. Es la familia quien
desarrolla estas interacciones a través del tiempo con el trabajo reunido de sus
integrantes o con el auxilio de un albañil. Esta serie de relaciones al momento de
construir la casa, da forma a la misma, ya que territorialmente no es un espacio
físico acotado, sino una construcción cultural (García, 1976:73).
Es importante resaltar que, entre los entrevistados y sus familias, la
autogestión del terreno para invadir la zona federal fue determinante para
desarrollar la autoconstrucción de sus casas. A pesar de ejecutar el mismo
proceso de autoconstrucción, los que no fueron parte de la invasión de
paracaidistas, familias más jóvenes, han tenido un beneficio de seguridad en sus
casas cuando contratan albañiles que trabajan con ingenieros o arquitectos, por
quienes reciben asesorías y aprenden de cierta manera patrones de organización
espacial y construcción. En la actualidad, para llevar a cabo la autoconstrucción se
tiene una mano de obra especializada, aunque no profesional, con bases técnicas
y funcionales. Debido a que las casas han sido construidas de manera
espontánea, se hacen modificaciones constantes con una disminuida mejoría lejos
de verlas totalmente terminadas.
Así, la autoconstrucción de las casas se caracteriza por la falta de cualquier
mecanismo formal y técnico. Es una práctica que genera espacios carentes de
confort tanto material como funcional, sin embargo, rica en expresiones sociales,
culturales y simbólicas entre las familias. Es un proceso ejecutado por etapas.
Algunas casas permanecieron por mucho tiempo incompletas y la mayoría nunca
se ha terminado de construir.

161
[Pregunta don Luis a Jesús Trujillo] ¿Pusiste una lona tu verdad?, como los
húngaros allí en el sauz, como los indios, era como un circo, así estábamos.
[Responde Jesús Trujillo] si llegué yo y puse una lona en un sauz y ahí
acampamos con mi gente nada más, sin más, si, ahí vivíamos en una sola sombra
y aquí al bordo del río nada más había un pedacito, lo que era para caminar nada
más [Los Espinos, 05/02/16. Entrevista grupal].

Cuando las primeras familias llegaron al asentamiento ocuparon el espacio y se


apropiaron de él. Sin tener en cuenta el número de integrantes que hubiera en
cada una, construían un cuarto, el cual era adaptado para todas la necesidades
domésticas. Era un solo espacio de 3.00 m x 6.00 m promedio para dormir,
descansar, cocinar, comer, incluso para realizar las actividades personales cada
integrante de la familia. También dejaban un baño adosado al cuarto, sin muebles,
simplemente un pozo por el cual se descargaba al viejo cauce y finalmente las
duchas se realizaban al aire libre, lo que obligaba a las personas a asearse por la
noche cuando todo estaba oscuro o muy temprano en la mañana. Esos “ranchitos”
construidos en un principio fueron tomando forma de casas y no de campamentos
de mala muerte.

[...] el vecino ya tenía dos cuartitos, entonces ya mi marido clavó las láminas y acá
las bolsas de cartón en la barda de él, era más chiquito de este cuartito en el que
estamos. O verá, ¿cómo que sería?, pues si era más chiquito porque teníamos
dos camas y enfrente teníamos la estufa de petróleo en una mesa de madera y
luego aquí un gabinete y aquí teníamos otra mesita y aquí enfrente una cuna, y
para poder pasar para allá, si por ejemplo yo estaba parada y mi marido se quería
arrimar a la estufa me tenía que sentar en la cama para que el pasara, así que ha
de haber sido a lo mejor como de unos tres metros de largo y aquí atrás tapado
con una cobija, era todo lo que teníamos [Los Espinos, 12/02/16. Doña Queta].

162
Imagen 30. Entorno de la colonia a finales de los setenta y principios de los ochenta.

Fuente. Trabajo de campo, 12/02/16.

Conforme se transformaba y crecía la familia, las necesidades eran otras, por lo


tanto se ampliaba la casa y no solo en espacio o cantidad, sino también en
calidad. Empleaban otros materiales como el tabique, la piedra braza, las mezclas
de mortero y el concreto. Construían las casas con mayor firmeza, aunque no
dejaban de ser espacios construidos de manera espontánea. Los habitantes
necesitaban cada vez más espacios, así la casa fue modificada a través de la
adaptación de cuartos, debido a esto la distribución de la casa no fue del todo
buena. Y contra esta jauría que se desencadena poco a poco, la casa se
transforma en el verdadero ser de humanidad pura, el ser que se defiende sin
tener jamás la responsabilidad de atacar. Es valor humano, grandeza del hombre
(Bachelard, 2000 [1957]:57).

No, estas ideas de la casa yo las saque de mi misma cabeza, yo dije, bueno miré
muchas construcciones allá en California, en Estados Unidos, y se me ocurrían
ideas [Los Espinos, 09/02/16. Jesús Bibiano].

163
Mi papá no fue un albañil ni nadie de la casa y fue mi papá el que la construyó. Él
era chofer también en la línea de transportes el Duero Zamora-Uruapan. Aquí,
primero vivimos en un ranchito tapado todo con lámina de cartón y madera en todo
[...] Aquí nos gustó todo desde que llegamos, pues está hecha a gusto de todos
¡eh! [Los Espinos, 15/02/16. Juana Vivanco].

La casa es igualmente el lugar en el que el hombre comienza a desarrollarse


como tal. Es el universo en el que inicia sus conexiones con otros "objetos” que se
encuentran afuera. Ésta comienza entonces a tener una estrecha relación con el
espacio exterior, esto lo convierte en un organizador del espacio interior, capaz de
transformarlo en un arreglo sistémico, es decir, más armónico, integrado,
estructurado (Cuervo C. J., 2010). En este sentido, la transformación del espacio
público en el asentamiento fue un una motivación para que las familias mejoraran
la construcción interior de sus casas. A principios de los años noventa, cuando se
pavimentó la calle, se completaban los servicios en el entorno y mejoraba la
calidad de vida. Este fue un parteaguas de superación colectiva, cuando los
vecinos se dieron cuenta de todo lo que se había logrado, pasar de un estado de
precariedad a uno de superación, comenzaron a construir con mayor rapidez sus
casas con muros de tabique, materiales firmes y espacios para todos los
miembros de la familia. Según Bollnow (1993), al habitar la casa nos relacionamos
con el espacio exterior. Para que la casa garantice el habitar, se precisa de un
espacio más allá de sus umbrales, un espacio en el que el hombre pueda
moverse. Así, el ser construye un "microcosmos humanizado” y una red de
espacios donde se desenvuelve como sujeto, principalmente a través de un
universo extendido alrededor de la casa.
Es común que el primer cuarto construido en las casas se haya convertido
ahora en sala, ya que este lo construían en las partes frontales y medias del
terreno, en el resto del área se construyeron los demás cuartos, un promedio de
tres recamaras, cocina, baño, comedor, sala y en pocas casas cochera, son los
espacios que componen actualmente una casa en la colonia.

[...] pues ahí la fuimos haciendo al pasito, por qué cree que mire, ahí están los
pedazos que hemos tumbado, aquí también porque pues ahí la hicieron al gusto

1 64
de ellos [...] y ya últimamente hemos quitado cosas, quitamos esa barda que
estaba ahí y luego otra así atravesada y estaba el pasillito así angostito nada más
para pasar para allá, y luego aquí estaban dos arcos y aquí así estaba una
pilastra, donde está un arco y luego el otro. Por cierto [...], ampliamos los espacios
porque pues estaban muy reducidos, muy reducido de a tiro. Bueno la cocina
venia quedando ¡aquí!, se imagina al subir las escaleras era la cocina, nada más
me cabía la estufa, el gabinetito este y era todo, no cabía más, así que todo estaba
muy apretado y yo dije no pues esto no está bien. Primero mande quitar una parte
y luego mande quitar otra y ahí me he ido de a poquito y de poquito [Los Espinos,
18/02/16. Doña Carmen].

De acuerdo a los relatos sobre la participación de las familias en la construcción


de las casas, se identificó una considerable participación de las mujeres, madres e
hijas, durante el proceso constructivo, quienes recuerdan con orgullo las diferentes
intervenciones en la obra. En las familias grandes se reflejaba un mayor avance
porque todos los hijos colaboraron de diferente manera y en diferente momento,
los avances de la construcción se ejecutaban normalmente los fines de semana,
en días de descanso o por las tardes. Era un proceso donde se integraba toda la
familia y se notaba tanto la inmersión de los hijos, hijas y padres que cuando algún
miembro se ausentaba por un largo periodo de tiempo, la construcción avanzaba
con mayor lentitud.

[...] cuando colábamos, desde bien tempranito nos levantábamos nosotros, unos a
hacer la mezcla otros a traer el agua desde allá y todos órale, nosotros a subir
baldes y baldes de revoltura, si le digo que hasta que mi cuñado le ayudó a mi
papá a hacer todo bien, porque pues él no sabía y hacia todo mal, pues era chofer,
que iba a saber de hacer casas, y mi cuñado le ayudó mucho pues él era el que
sabía, y antes no costaba pues tan carísimo como está ahorita costando todo, el
material está carísimo y antes no y como todas nos metimos a trabajar a la fresa,
así levantamos esto. Eso sí de pagar mano de obra no, porque pues mi cuñado
era el maistro y todas nosotras con mis hermanos, pues los chalanes [Los
Espinos, 15/02/16. Francisco y Juana Vivanco, hijos].

165
[...] la levantamos a lo que se fue teniendo y a lo que mi papá le gustaba o se le
ocurría [...] porque no nos preguntó ¿quieres esta sala, quieres esto, quieres lo
otro?, no, él solo fue construyendo poco a poco, no nos tomó parecer, como iba
pudiendo. Cada 8 días que venía le hacía algo ahí a la casa compraba cemento y
pegaba unos tabiquitos, echaba un firme y así, ahí fue él poco a poco, ya para ese
entonces los muchachos estaban más grandes y le ayudaban antes de que se
fueran a la plaza con la novia, le ayudaban mis hijos, nomás le arrimaban mezcla o
tabiques y ya [...], ya luego que crecieron iba cuarto por cuarto, primero la sala,
luego ahí la cocina y poco a poco. Pedía préstamos, él trabajaba con José Moreno
y le pidió un préstamo, y ahí fuimos tapando primero una parte y luego otra y así
[Los Espinos, 18/02/16. Margarita Sambrano].

Lo enunciado aquí, es una construcción material determinada por la circunstancia


familiar, económica y cultural a través de la cual se establece la valoración de un
lugar. Si el jefe de familia no sabía el oficio de albañil, buscaba a un pariente
cercano para recibir orientación y así sacar adelante la construcción, mientras el
resto de la familia la hacían de peones, quienes hacían trabajos de acarreo de
materiales, como tabique, lámina, madera, piedras, arena, mezcla, agua y hasta la
participación en los colados, etcétera. Pero los trabajos más pesados y laboriosos
se los dejaban a los varones, especialmente la excavación de zanjas, cimientos,
los armados y habilitados de acero, la preparación de la mezcla, entre otros.
Cuando las mujeres no participaban directamente en los trabajos de albañilería, se
dedicaban a otras actividades domésticas relacionadas con la construcción, por
ejemplo; la preparación de la comida, la limpieza al final de una jornada o en el
ahorro y administración económica para la compra de materiales, entre otros.

En ese tiempo yo no tenía hijos todavía [...], yo primero levanté esta barda y ya
después me ponía a trabajar adentro [...], es que me interesaba pues a mí tener
algo por eso le echaba yo ganas, entonces yo andaba trabajando allá en
Guadalajara y me venía los viernes, sábado y domingo, y el lunes me iba
pa‘Guadalajara, trabajaba en la construcción con una compañía de allá. Y pues ahí
bendito sea Dios me aliviané echándole ganas en el trabajo y un poco de material
que me ayudaron los ingenieros también y pues ahí me ve toda la vida trabajando
y trabajando, no quitaba yo el dedo del renglón. Cuando yo llegaba de Guadalajara

166
agarraba mi carretilla y allá por la 5 de mayo estaba un señor que se llamaba don
Jesús, vendía de todo, material, lavaderos, varillas cemento y de todo, yo me traía
4 bultos de cal y dos de cemento, hay vengo por toda la subida [...] con mi
carretilla que hasta la lengua sacaba porque ya no podía y luego había puro
granzón, bien cansado que llegaba, pues ya hacia yo dos bultitos de cal pa‘ pegar
piedra pues así me la lleve trabajando y trabajando, pero como le digo cerré yo
aquí la casa, la barda la levante pues ya quien me miraba aquí adentro [Los
Espinos, 09/02/16. Jesús Viviano].

Con relación a los materiales utilizados en la casa, tiene mucha importancia para
las familias de la colonia lo que está a la vista, sobre todo al exterior. Así, los
habitantes tratan de arreglar las fachadas lo mejor que pueden, desde una
perspectiva estética, le dan menos importancia al espacio íntimo, el que nadie
conoce, solo el propio habitante. Privilegian la ornamentación en las paredes
sobre cargadas de cuadros, fotografías familiares, santos, Cristos o cualquier tipo
de imágenes religiosas que hace alusión a su fe o creencias, incluso se observan
enmarcados los recuerdos y ornamentos de un evento religioso, como las
primeras comuniones, entre otros. No faltan los relojes de empresas, paisajes o
cualquier otra publicidad que cuelgan en los muros de su casa. Los muebles
aparentemente desorganizados, están acomodados para colocar objetos
heredados, regalados o de mera ornamentación. Además, están presentes las
macetas de plantas naturales en un lugar específico, sin estar distribuidas en toda
la casa. En algunos casos se dedica un rincón especial para la colocación de
altares, donde básicamente esta su fe y su lugar de oración. De esta manera,
entendida como elaboración cultural y expresión cualitativa del espacio, la casa
permite al hombre mantener un orden. Así, la casa es la creación de un universo
propio donde la disposición de los enseres, el utillaje, el menaje y los elementos
decorativos nos hablan de quién la habita. Este asunto no sería posible en una
casa vacía (Cuervo C. J., 2010).
Desde una perspectiva arquitectónica, siempre es bueno fragmentar la casa
en diferentes áreas que a la vez estén relacionadas. Entre éstas, están el área
pública, semipública, de servicios y privada o íntima. El objetivo es cerrar cada vez

167
más los espacios interiores de la casa a los usuarios ajenos, ya sea de afuera
hacia adentro o de abajo hacia arriba. Consciente o inconscientemente, aquí la
división de los espacios mencionados se hace presente mediante muros, cortinas
o puertas, pero relacionados a través de una red de pasillos o vestíbulos internos.
Algunos espacios suelen estar combinados, por ejemplo, algunas casas
conservan la recamara principal en el mismo espacio de la sala. Con límites
provisionales, cortinas o muebles, dividen estos espacios y los transforman en
lugares de acuerdo a los usos.
La sala suele ser un espacio extremadamente amplio, no en superficie, sino
de manera simbólica, ya que su interior alberga diferentes usos, como la
integración familiar, convivencias, reuniones de amigos, de distracción o de ocio,
incluso de descanso. A su vez, la sala tiene una estrecha relación con el comedor
y la cocina, así como con algunos integrantes de la familia, más que con otros.
Cada lugar de la casa tiene una particular jerarquía de acuerdo a quienes están en
el espacio, la recamara de los jefes de familia resulta ser la más amplia, la que
más "comodidades” tiene y la de mayor calidad en toda la casa. Después están las
recamaras de hijas e hijos, por su parte, la sala, el comedor y la cocina tienen una
particular valoración de uso y apropiación de parte de cada habitante, pero
principalmente son los espacios de la madre. En la actualidad ya no existen los
cuartos redondos o multiusos, donde la casa está comprendida por uno solo,
donde están todos los lugares, todas las funciones y todos los objetos y sujetos.

[...] !no‘mbre lo que queríamos era tener un cuarto!, mire, aquí mis hijos y yo
fuimos el peón, el señor este don Jesús nos vino a levantar las bardas, mi marido
se iba a trabajar y fuimos haciendo tandas69, entonces mire, con unas tandas
compramos piedras, con otras compramos otras cosas, agarraba yo el número y le
decía yo a la que me lo daba, dame el último y el primero, pero me los das juntos,
entonces fuimos comprando lo que no se echaba a perder y las últimas dos tandas
guardamos el dinero para pagarle al albañil, entonces nosotros ya lo que

69 Es una forma de ahorro muy común en México y sirve para fomentar el ahorro del dinero. Por lo regular
son organizadas entre familiares o amigos. Las tandas pueden organizarse semanalmente, quincenalmente o
mensualmente, aunque por lo general son formas de ahorro a corto plazo y, en contadas ocasiones, a
mediano plazo depende de quién lo organiza y del monto del dinero a ahorrar.

1 68
queríamos era un cuarto donde meternos. La ventana me la hicieron con la tablitas
de una cajonera que se quebró al andar sacando todo pa‘ afuera, me destruyeron
el ranchito totalmente y las pocas cositas que teníamos las echaron atrás,
entonces en el único colchón que teníamos mi marido y yo dormíamos en la calle
en lo que estaban construyendo [...] por el miedo de que nos robaran las poquitas
cositas que teníamos, pues allí en la calle nos quedábamos, ahí en la banqueta
[...], a los niños los mandábamos con mi mamá [...], ya lo que queríamos era tener
donde meternos porque se venían aquellos aironazos y ya parecía que el aire se
llevaba el rancho, el techo era de lámina negra y el día que don Jesús echó el
techo, me acuerdo que fue el meritito corpus, él acabo como a las nueve de la
noche de poner el techo y como a las 4 de la mañana se vino un tormentón, nos
"arrejolamos" (hacer referencia arrinconar) en esa esquina y nos cubrimos con
bolsas de cemento, porque el agua estaba chicoteando y no tenía ventana, no
tenía puerta, entonces ya lo que queríamos era tener un cuarto, ya cual estilo y
cual nada [Los Espinos, 12/02/16. Doña Queta].

Imagen 31. Doña Enriqueta y su nieta al interior de su casa.

Fuente. Trabajo de campo, 12/02/16.

169
Con el recuerdo, en un instante todas las casas vuelven a la vida (Tuan, 2007
[1974]:75).
En algunas casas sacrifican la cochera para ganarle espacio al terreno y
aumentar el número de cuartos. En otras, la cochera o la sala se convierten en un
local para tienditas, estéticas, talleres, cenadurías y lugares para desayunar.
Además, en algunas situaciones se percibe una ampliación física y apertura del
espacio privado hacia el espacio público.
A pesar de mencionar un cierto grado de inseguridad en la colonia, la
mayoría de las familias tienen la costumbre de estar con la puerta o con las
ventanas abiertas. En esta simple expresión cotidiana, se percibe una cierta
ampliación simbólica del espacio privado, no para realizar sus habituales
actividades en el espacio público, sino para familiarizarse observar y saber lo que
pasa afuera. La puerta abierta hace más fácil la costumbre de salir diario a platicar
con las vecinas, el vecino, el amigo, la señora que tiene su mesita de dulces y
fruta, o para los niños que juegan en la calle. De esta manera, es posible extender
la visión más allá de los muros que encierran al sujeto, se sabe qué pasa, quién
pasa y qué hacen, es una forma de conocerse entre vecinos y tener la confianza
de abrir el espacio privado al público. También es posible tener una visión desde
afuera, el transeúnte o el vecino conoce a los de adentro y a la vez su espacio
privado hasta cierto grado de intimidad. Tanto el de afuera como el de adentro
pueden escrutar el interior y el exterior de la casa.
La sala suele ser el espacio visto desde afuera, es usada como el corazón
de la casa, un lugar que alguna vez funcionó como un todo, un solo espacio lleno
de sistemas de objetos, lugares y funciones. La sala hace la función de un espacio
de socialización y también se convierte en el lugar donde colocan todos los
objetos y recuerdos familiares, por ejemplo fotografías, juegos de cerámica,
juguetes, los propios muebles, la sala, la primera televisión, videocasetera, entre
muchos objetos más que podrían resultar incontables. En este sentido, la
decoración de la sala tiene un orden lógico para las familias, los objetos se dan a
conocer en este espacio privado relacionado con lo público, donde un solo dintel
hace la función de separación entre uno y otro.

170
A diferencia de los asentamientos residenciales, donde los usos domésticos
se limitan al interior de la casa, en esta colonia las expresiones se amplían al
espacio público, en el entorno más próximo. Cabe aclarar que esta situación de
rebasar los límites privados no es general, pero si la mayoría de las familias lo
hacen. En familias jóvenes y pequeñas, el uso del espacio público no es tan
marcado como las que tienen por lo menos cuarenta años viviendo en el lugar, o
las que tienen un número extenso de integrantes, donde existen diferentes
hogares y es posible que alcancen altos niveles de hacinamiento. La casa en vez
de ser un espacio de cobijo, se ha convertido en intemperie, todo se ha hecho
exterior y ajeno (Uzcátegui A., 2010).
Las nuevas familias o nuevas generaciones cuentan con mayor recurso
económico, ya que normalmente hay entre sus integrantes profesionistas,
empleados de dependencias de gobierno o comerciantes, suelen ser familias
pequeñas y viven a puerta cerrada. Tienen su casa "bien” construida, no tienen
vínculos estrechos con los vecinos, cuentan con carro propio y en ocasiones del
año y no descartan la posibilidad de algún día cambiar de residencia a otro
fraccionamiento más tranquilo.
Cabe mencionar que, en la década de los años setenta, casi todos los
“ranchitas” tenían una pequeña granja en la parte trasera de los lotes, donde había
gallinas y patos, en algunos casos chivos y puercos, pero lo que no podía faltar
eran los árboles frutales y pequeñas porciones de siembras de papa, chayotes,
maíz, entre otros. Todo esto se perdió, primero por el crecimiento de la población,
entre más vecinos llegaban más eran las molestias de ruidos ocasionados por los
animales, de tal manera que las familias se deshacían de los animales y se
quedaban solo con las pequeñas huertas. Pero después al ir en aumento el
número de integrantes en las familias, eran necesarios más espacios, crecían las
casas y las huertas desaparecían por completo. En la actualidad muchas familias
conservan el recuerdo y el gusto por la vegetación, forman pequeños jardines en
la parte frontal de sus casas, en la banqueta o hasta en las azoteas con macetas y
plantas domésticas. De esta manera afirman los vecinos que dan vida a la casa.

171
Pues todos tenían huerto, tenían flores, jardincito y de aquel lado era la carretera,
que siempre pasaban camionetillas allá para la parcela [Los Espinos, 15/02/16.
Juana Vivanco].

Tenía muchos chayotes por aquel tiempo y tenía fresas, verduras, frijol de ese de
ocote, si pues tenía espacio acá adentro yo hacía mis siembritas compraba
semillas y sembraba ejotes, sus fresitas, sus cebollitas y pues ahí nos estábamos
manteniendo y luego pues tenía mis gallinas, tenía mis puercos, si tuvimos pues
animales más antes, pero ya ahorita ya no se puede tener nada [Los Espinos,
09/02/16. Jesús Bibiano].

[...] pues toda la casa, si toda la casa me gusta, yo tengo mis plantitas, tengo mis
gallinas, tengo mis animalitos allá en la azotea porque allá atrás tengo más cuartos
[Los Espinos, 15/02/16. Doña Ernestina].

Con la transformación material del asentamiento han cambiado las actividades,


costumbres y hábitos. En la actualidad habitan familias de todo tipo y tamaño, de
diferentes clases sociales. Las antiguas familias, quienes construyeron la colonia a
base de interacción social se han quedado en el tiempo y con ellos sus formas y
estilos de vida. Ahora viven personas que desempeñan diferentes oficios. Habitan
ahí desde peones de albañilería hasta profesionistas especializados en diferentes
ramos, las trabajos a los que se dedican las familias comúnmente son albañilería,
carpintería, obreros, peones, mecánicos, profesionistas, empleados de
dependencias de gobierno, amas de casa, jubilados y pensionados, entre otros.
Debido a la diversidad social y física en todos los aspectos, el asentamiento ha
sido dividido, esta división se caracteriza por un marcado cambio en las fachadas
de las casas, las actividades que se hacen fuera de ellas y sobre todo la forma de
expresión de los habitantes. Se tiene la idea que, quienes viven en la parte sur,
pero sobre todo en la fila de casas pegadas a los fraccionamientos residenciales,
viven en condiciones económicas más desahogadas y tranquilas que los vecinos
de la parte norte. Incluso se siente un ambiente de mayor tranquilidad a diferencia
de la parte norte, donde se visualiza en el entorno un ambiente pesado70, una

70 Esta expresión alude al ambiente de un barrio bravo, el cual representa una realidad portadora de
violencia, marginación y delincuencia.

172
sensación de un barrio bravo. Aunque los vecinos del sur expresan cierta
incomodidad por la violencia que ha llegado a tener el norte de la colonia, deciden
llevar la fiesta en paz, pero sin tener nada que ver con estas familias, como se
podría decir de manera coloquial, viven "juntos pero no revueltos”.

La casa un sistema, el habitar una conexión

Resulta interesante la serie de cambios que ha tenido la casa, ya que es posible


percibirla como un sistema en red. Es uno de los complejos sistemas de la ciudad,
compuesto por grandes categorías de estudio demasiado abstractas. Pero lo
importante aquí es conocer la forma en que estos amplios campos de estudio se
relacionan unos con otros y a la vez se interrelacionan entre sí.
Es posible conocer y comprender la conexión o nodos que unen los lugares
y objetos. Pues ya se ha mencionado en esta investigación, que dicha conexión es
el habitar. Éste, cobra vida en cada sujeto, relaciona un mundo de expresiones
cotidianas entre la cuales se encierran los elementos objetivos y subjetivos de
cada sujeto. Bachelard expone un ejemplo muy simple en el cofre, representa el
complejo sistema de objetos, muebles y lugares que forman la casa. Habla del
cofre, de lo que uno se apropia con más entero dominio, es un objeto que se abre.
En el instante que se abre acaba la dialéctica dentro-fuera. Lo de fuera queda
borrado de una vez y todo es novedad, sorpresa, desconocido porque acaba de
abrirse otra dimensión de mayor intimidad (Bachelard, 2000 [1957]).
A pesar de las diferentes formas y estilos de vida que se pueden encontrar
en Los Espinos, es posible identificar una manera de habitar específica de los
habitantes entrevistados, la autoconstrucción. Es uno de los aspectos más
notorios en las expresiones del habitar, ésta ha sido el pan de cada día y es la
forma en que algunas familias argumentan que han podido construir sus casas a
su manera y de acuerdo a su pensamiento. Uno de los grandes factores para
desarrollar la autoconstrucción en las familias de escasos recursos es
precisamente el costo de la mano de obra. La autoconstrucción se convierte en un
proceso que permanece indefinido en la dimensión material, social y simbólica, se

173
viven cambio constantes. Así, los habitantes viven la autoconstrucción del espacio
como una expresión cotidiana más en el habitar.
Hasta cierto punto puede catalogarse esta actividad como una categoría
representativa del entorno o como una técnica constructiva, pero en mayor
medida, es posible verla como un estilo de vida, un recurso para conocer y
comprender la forma en que las personas viven su casa en el entorno y en la
ciudad misma.
El interior y el exterior de la casa se unen y separan para formar un sistema
complejo aislado que funciona como unidad. Para dar cuenta y razón del sistema
cotidiano de los objetos y espacios, este análisis es superficial pero aporta una
visión general de las expresiones que componen el habitar.
Cada objeto, mueble o elemento en la casa siempre está ligado
simbólicamente al lugar donde se ubica. Por ejemplo, los sillones y sofás en la
sala provén un significado al usuario, al igual que la televisión. En algunas casas
de la colonia, las salas tienen un juego de sofás, una mesa de centro y la
televisión, pero en otras la televisión está ausente en la sala, estar en una sala sin
televisión tiene el objetivo de mera socialización o descanso sin ningún tipo de
distracción visual. Por otro lado, una sala con televisión, incluso con un
minicomponente o consola de video juegos, dan otro significado al espacio. Esto
solo por mencionar un ejemplo del complejo sistema relacional que forman los
objetos en un espacio al intervenir el sujeto.
Como ya se ha ejemplificado, la configuración del mobiliario, de los objetos,
la ornamentación y los lugares de la casa es una imagen fiel a las necesidades,
recuerdos y experiencias vividas durante este proceso. Existe una tendencia a la
acumulación objetos, tanto que se ve el amontonamiento de éstos y se pierde el
sentido de organización desde la perspectiva del otro, pero desde la visión del
habitante etiqueta un orden, incluso una jerarquía, un destino y sentido estricto.
De esta manera, el asentamiento ha estado en constante transformación.
Para muchos de los habitantes "la casa ideal” es donde viven, porque cumple con
sus necesidades afectivas y materiales. En lo particular, la idea de "la casa ideal”
es algo utópico que pasa a ser una casa soñada. La casa ideal la podemos ver

1 74
desde el propio cuerpo humano. Así, el espacio doméstico cotidiano es un sistema
complejo conectado a través del habitar.

La subsistencia de la familia a través de la casa en el Centro

La casa del pasado, la de los padres,


siempre está presente en la memoria.

La construcción familiar al interior de la casa

Antes de comenzar este planteamiento, es importante aclarar que en un principio


pretendí manejar la idea de entrevistar a personas que habitan en casas
tradicionales en el centro de la ciudad debido a que los habitantes de este tipo de
casas suelen tener arraigo por el lugar y sobre todo mucho amor a su casa. Sin
embargo, no sólo este tipo de sujetos comparten estos ideales, sino también
quienes viven en casas no tan ostentosas ni tan tradicionales, pero que tienen
toda una vida en el lugar. Situación que se confirma a partir de las entrevistas
aplicadas a personas que han vivido en el Centro toda su vida o, al menos,
sesenta y cinco años. Estos habitantes han tenido la oportunidad de ver diferentes
ciclos por los que ha pasado su familia. En resumen, se habla de familias
consolidadas en el Centro de la ciudad, incluso se puede afirmar que han
comenzado un proceso de expansión familiar en el ámbito social y espacial.
Una de las características principales de este tipo de personas es que han
habitado la casa que dejaron los padres y/o los abuelos, por lo tanto algunas de
ellas habitan en casas que tienen al menos un siglo de antigüedad. En este
sentido es posible percibir que se toma la imagen de la casa antigua y conservada
como el resultado de una familia duradera, un sistema relacional y de
reconocimiento que encierra en sí mismo la capacidad de coexistir a las
transformaciones sociales y espaciales que trae consigo la modernidad.
En este sentido hago alusión a Bachelard como una justificante para el
razonamiento anterior:

En esas condiciones, si nos preguntaran cuál es el beneficio más precioso de la


casa, diríamos: la casa alberga el ensueño, la casa protege al soñador, la casa

175
nos permite soñar en paz. No son únicamente los pensamientos y las experiencias
los que sancionan los valores humanos. Al ensueño le pertenecen valores que
marcan al hombre en su profundidad. El ensueño tiene incluso un privilegio de
autovalorización. Goza directamente de su ser. Entonces, los lugares donde se ha
vivido el ensueño se restituyen por ellos mismos en un nuevo ensueño. Porque los
recuerdos de las antiguas moradas se reviven como ensueños, las moradas del
pasado son en nosotros imperecederas (Bachelard, 2000 [1957]).

En este tipo de familias los padres han jugado un papel importantísimo, primero
como jefes de familia, quienes aun siendo mayores de los sesenta y hasta los
noventa años continúan llevando el sustento al hogar con el liderazgo de algún
negocio familiar, tal es el caso del señor Trino Rizo. La jerarquía que el padre
obtiene ante la familia es otro aspecto influyente sobre los hijos, ya que es el
depositario de una tradición, valores, principios, prestigio y apellido, todo esto por
encima de los aspectos materiales.

[...] nos platicaba mi papá que [...] mi abuelita juntaba a gente, a vecinos que
venían con ella en la tarde los sábados, quién tocaba, quién cantaba, quién
declamaba, quién contaba alguna anécdota y se pasaba la tarde tomándose un
café o tomándose un té, eran unas tertulias zamoranas, entonces mi papá nos
platicaba de todas esas cosas y un día dijo, las voy a retomar y la retomó mi papá,
entonces ahora mi papá empezó invitando a gente de aquí de Zamora que sabía
algo, tocar, cantar, bailar o lo que fuera, y se comenzaron a hacer unos festivales
anualmente y a la fecha siguen siendo los festivales [...]. En el tiempo de mi
abuelita los hacían cada 8 días, pero eran unas tertulias y mi papá lo retomó como
un festival anual y ahora nosotros todos los hermanos. Aquí para organizarlos, lo
hacemos entre todos los hermanos y a cada quien se le da una encomienda [El
Centro, 16/02/16. Cecilia y Margarita Castillo].

En la actualidad se presentan cambios en la organización familiar, principalmente


a partir del aumento del número de madres o mujeres insertas en la vida
profesional, empresarial y comercial, debido a que las oportunidades de estudio y
superación han sido más fáciles para las nuevas generaciones. Esta situación es
influyente en la forma de concebir la familia, la casa y por supuesto la forma de

176
relacionarse entre hermanos, padres, hijos y esposos. Con esto, las nuevas
generaciones viven principios generados por la modernidad a flor de piel y por lo
tanto tienen otra visión de la casa, percibida más como una estructura material
que como una estructura relacional y simbólica. Un dato interesante es que a
pesar de haber muchas casas grandes en el Centro, casi siempre han albergado
un solo núcleo familiar, a excepción de algunas de ellas que por dos o tres
generaciones han albergado como máximo dos núcleos familiares en una sola
casa. Esto se debe a la cuestiones de herencia al último hijo que se queda en
casa y forma su propia familia.

Uno de los recuerdos malos que tengo es la falta de mis padres y de mi esposo,
porque soy viuda, pero mis papás fueron muy trabajadores, me enseñaron a
trabajar y no me enseñaron a descansar ni un día, aquí trabajo todos los días,
porque todos son iguales y todos los días comemos, ni el domingo descansamos
[...]. Mi papá era granjero, tenía granja de gallinas y mi mamá hacía dulces
zamoranos y los iba a vender en el portal [El Centro, 18/02/16. Doña Mayito].

También existen familias en las que ha influido la casa o bienes materiales como
elementos de desintegración familiar. Pelear o querer la herencia es un motivo de
ambición cuando no se ha vivido con principios de unión familiar. Según las
entrevistas, este tipo de situaciones son mínimas, pero existen, principalmente en
los límites del Centro.
A partir de esto, es posible observar algunos elementos que han influido en
la organización familiar de la casa del Centro. El primero de estos elementos es la
herencia. Para las personas entrevistadas, la herencia cumple un papel importante
en torno a la familia desde dos puntos de vista. Por un lado, la seguridad de
conservar la casa y la familia, es decir, la estabilidad que brinda a sus herederos el
patrimonio familiar y la seguridad de conservarlo para mantener la esencia de
familia. Por el otro, el fin de proyectar a la familia en el tiempo y el espacio,
materializándola en la casa. Todos los entrevistados, a excepción de dos,
resultaron ser herederos de la casa en la que habitan, pero son pocos los que ven
la casa como un recuerdo de sus padres, donde todos sus hermanos pueden
habitar en el momento que deseen. A pesar de vivir y realizar todas sus

177
actividades en esa casa, no la ven como su posesión o su propiedad, pero si como
suya y la de su familia, aunque no esté presente. En este tipo de afirmaciones es
posible ver que se mantiene la unión y esencia de familia, de modo que también
se mantiene la casa en todos los sentidos.
También están las personas que han llevado siempre una vida comercial y
han sido herederos, entre hermanos siempre han tenido bien definidas sus
propiedades cada uno, incluso entre hermanos se han vendido y comprado
propiedades que sus padres heredaron, cuando en otras familias los hermanos
comparten la misma herencia.

[...] esta propiedad es de mi familia paterna, es una propiedad que adquirió mi


abuelo, debe haber sido a fines de 1800 [...]. Luego posteriormente esa propiedad
se dividió entre los hijos de mi abuelo, él se llamó Jesús del Río Ochoa [...], se
seccionó y ya se fueron quedando los tíos, y luego mi mamá pudo comprar y
adquirió varias partes [...], que eso era muy común que sucediera en las antiguas
familias [El Centro, 28/02/16. Luis F. Alcocer].

Bueno, esta es la casa de todos mis hermanos, los que viven fuera cuando
regresan aquí a Zamora, llegan aquí y aquí está su casa [El Centro, 09/02/16. P.
A. Verduzco].

El segundo elemento que ha influido en la organización y caracterización familiar


del Centro es el apellido. Por ejemplo, algunas de las familias entrevistadas
colocan nombre y apellido a su casa con fines de reconocimiento social, histórico
o prestigio. Aunque otras no llevan el nombre escrito en las puertas de entrada,
son elemento de reconocimiento familiar. Aquí el apellido se hace presente no
solamente en el linaje familiar para su propio reconocimiento, sino en el espacio
que han habitado gran parte de los integrantes de estas familias, casas que han
albergado al menos dos, tres generaciones o hasta cuatro en pocas de ellas.
Se puede percibir cierto grado de orgullo por el apellido, al punto que es
posible considerarlo como un tipo de patrimonio inmaterial, un elemento que no se
ve y tampoco se pierde ni se descuida.

1 78
Un tercer elemento es la influencia de los padres en los hijos, lo valores,
creencias y principios, como una manera de continuar con un legado o una misma
visión familiar. Y finalmente un cuarto elemento que influye tanto en la casa como
en la familia y forma parte de los tres anteriores, es el interés del capital sobre el
valor simbólico de la casa y viceversa. Todo esto lo podemos esclarecer en los
siguientes ejemplos.

Don J a v e r habladesufam ilia

Don Javier es una persona de 85 años de edad y toda su vida ha vivido en el


Centro. Fue hijo de una madre soltera y jefe de familia dedicada al préstamo de
dinero, de esta manera se hicieron de muchas propiedades en el Centro de la
ciudad. Don Javier fue el menor de cuatro de hermanos, quienes al momento de la
herencia se dividieron por envidia y ambición. Narra don Javier que este fue el
momento en que su familia dejó de existir y es algo que le ha dolido siempre, la
desunión entre ellos.

Pues de que las cosas no salieron como yo las planeé en cuestión de la herencia y
uno de los malos recuerdos es el fallecimiento de mi madre y la división que hubo
entre la familia por causa de los bienes [El Centro, 05/02/16. Don Javier].

Don Javier trabajó de taxista toda su vida, siempre le gustó viajar fuera del estado,
fue padre y jefe de familia de tres hijos y en la actualidad es viudo y vive solo
sobre la calle Amado Nervo, en una casa que, afirma, no es de él, tiene un local
de venta de autopartes usadas. Vive en condiciones de pobreza a pesar de las
propiedades que heredó de su madre. La desintegración familiar que se hizo
presente en su generación también ocurrió en la de sus hijos y fue una pérdida de
la esencia familiar a causa de los bienes materiales.

Mire mi casa ya no existe, esto significa madamas un refugio donde meterme a


dormir, donde vivir, pero esto ya no es mío. Cuando murió mi madre éramos cuatro
herederos, y como es natural los cuatro herederos se dividieron en dos grupos, yo
me hice al lado del hermano mayor y una hermana que teníamos se juntó con el
otro hermano que fue el heredero de aquí [...]. Mis hijos se me voltearon, vendía
yo algo y estaban pendientes a ver cuánto me daban para quitármelo y yo decía

179
¡no, no, no vayan a la chingada! Y respondiéndole a la pregunta que ¿cómo me
siento?, no me siento a gusto, no me dan un trato de dueño de casa e inquilino, no
me ven así, me ven más bien como arrimado [El Centro, 05/02/16. Don Javier].

A modo de ejemplo, los anteriores son algunos de los motivos por los cuales don
Javier y su familia no lograron subsistir en unidad familiar. En lo particular, la
verdadera herencia que se deja es la enseñanza y los valores de familia que una
madre soltera no les pudo dar a sus cuatro hijos debido a la ausencia y falta de
apoyo de una figura paterna a su lado. A lo que voy es que cuando falta un
integrante tan elemental como es el padre o la madre, es posible hablar de una
familia desintegrada, aunque aparentemente no se presenten problemas fuertes,
existe una mayor posibilidad, tarde o temprano, para que la desintegración tome
lugar desde algún aspecto particular e influya en el grupo familiar.

Alfons o Verduzcohabla desufamilia

Alfonso Verduzco es un sacerdote zamorano que vivió el ambiente de una familia


muy conservadora y tradicional. Su madre fue ama de casa y también hacía
labores de trabajo al interior de ella. Su padre fue agricultor y tenía conocimiento
de veterinario, aunque no de profesión, fue jefe de familia de ocho hermanos,
cuatro hombres y cuatro mujeres y, además, fue simpatizante con los cristeros,
motivo por el cual tuvo que huir de Zamora por algún tiempo, mientras tanto su
familia se mantuvo con los trabajos domésticos, como medios de producción, al
interior de la casa. Tenían una huerta y una pequeña granja.

Se le fue dando poco a poco, mi papá compró la casa en obra negra, como te
digo, no había enjarres, baldosa y las paredes de lodo, así poco a poco fue
acondicionando cada espacio de la casa a su modo, la sala, la recamara de mamá,
la de mis hermanas y la de nosotros éramos 4 y 4 mujeres y hombres [...]. Mi
padre pues fue una persona muy singular y tuvo muchos problemas aquí porque
mi padre simpatizo con los cristeros y el gobierno lo quiso eliminar, entonces él
tuvo que ocultarse porque venían por él y él se escapó por la parte de atrás de la
casa y se fue de la ciudad, llegó hasta el paso Texas y de ahí a Torreón y allí duró
más o menos 11 años, allá entró a la Bayer vendiendo productos veterinarios de la

180
empresa porque le entendía un poco a la veterinaria y anduvo por todo el país
vendiendo estos productos y de paso llegaba aquí a vernos y se regresaba [El
Centro, 09/02/16. Alfonso Verduzco].

Recuerda su casa como un lugar donde se desarrolló una vida en familia en todos
los aspectos, desde las actividades de juego hasta las de trabajo, donde casi
todos participaban y tanto el padre como la madre tomaban autoridad con la
jerarquía que se merecían, pero también enseñaron a todos sus hijos los valores
de una familia.

¡A claro!, aquí la casa fue siempre un lugar muy agradable, siempre, mis padres
tuvieron un buen matrimonio y nos inculcaron a nosotros sus hijos un respeto y un
cariño mutuo y mi padre a pesar de que era de una disciplina dura, recia, bueno a
la antigua, ahorita está de moda de que a los niños ya no hay que tocarles ni un
pelo, ni una nalgada, ni jalarles un pelo, no es cierto eso es mentira, él nos
reprendió con todo tipo de castigos: varazos, golpes y castigos, y no le guardo
ningún rencor, al contrario, yo sé que lo hacía porque me amaba y quería
corregirme [El Centro, 09/02/16. Alfonso Verduzco].

Además de tener buenos recuerdos de su familia y su casa, por las experiencias


buenas y malas con sus hermanos y padres, también asigna un valor simbólico al
espacio que albergó todo esto. A pesar de vivir en la casa de sus padres con su
hermana, Alfonso verduzco no habla de una propiedad, sino de un lugar que
responde y corresponde a un conjunto de personas que, en algún momento de su
vida, lo habitaron y que pueden regresar en el momento que quieran, ya que
fueron todos ellos los que construyeron ese lugar y continúan haciéndolo.

¡Huuu! tiene un valor muy importante. Esta casa la compró mi padre recién
casado, estaba prácticamente en obra negra, en adobe con muros muy gruesos y
poco a poco la fue revistiendo, hay conforme podía tenía la oportunidad le iba
haciendo algo, le cambiaba unas puertas, le cambiaba el piso, lo primero que hizo
fue sembrar el chaperno que le da mucha vida a la casa [El Centro, 09/02/16.
Alfonso Verduzco].

181
Es posible identificar que Alfonso Verduzco concibe la casa no por su valor
material o las cosas que tiene en su interior, sino por los recuerdos y lo que se
vivió y continúa viviendo al interior de ella.

[...] en aquel entonces la casa era más grande de lo que es ahora, hasta por allá
atrás había una huerta y un corral, el corral tenía una 8 o 10 vacas y cuando mi
padre tuvo que salir de aquí pues con esas vacas mi madre estuvo
sosteniéndonos para comer leche y los derivados de la leche, había también
gallinas para comer carne de pollo, huevo y otras cosas que se pueden comer. Y
cuando fallaba el vaquero mi hermano mayor y yo le entrabamos a ordeñar, él era
muy trabajador y sabía ordeñar muy bien y yo tenía 8 años y la hacía de becerrero
y bueno la casa tiene muy bonitos recuerdos, era una casa muy grande [El Centro,
09/02/16. Alfonso Verduzco].

La casa fue también un espacio de trabajo donde se desarrollaban actividades de


bajo grado de dificultad, estas podían ser ejecutadas por hombres, mujeres y
niños. Lo importante aquí es el valor que asignan los habitantes a su casa de
acuerdo a los usos y vivencias recordadas en ellas. Aparentemente, siempre están
presentes en el lugar, es como si vivieran nuevamente aquellos recuerdos.

Habitar la casa en El Centro de la ciudad

Imagen 32. Una casa tradicional en el centro de la ciudad.

Fuente. Trabajo de campo, 15/02/16.

182
Habitar la casa no es solo vivir o circular al interior de ella, construirla no se limita
a edificarla desde lo material. Ni tampoco la subsistencia de una casa, depende de
la cabeza de hogar o jefe de familia, sino transciende cualquier orden individual,
material o práctica cotidiana. La casa es concebida como un lugar geográfico,
resultado de un producto social doméstico, es en sí misma, una experiencia
afectiva y emocional. Lo colectivo, ha sido determinado a través del tiempo, es
decir, mediante la historia social, tal y como se menciona en el apartado
metodológico. Porque los recuerdos de las antiguas moradas se reviven como
ensueños, las moradas del pasado son en nosotros imperecederas (Bachelard,
2000 [1957]:29). En este sentido, cada espacio de la casa habitada está inscrita
en nosotros. Nuestros sueños regresan a ella, regresan a nuestra infancia, al calor
humano de aquellos días (Rosario G., 2015)

Y es una cosa hermosísima vivir en el Centro, por la comunicación con las


personas de antes que aún viven aquí, uno los ve, los saluda, incluso sabemos
hasta lo que les gusta comer, porque los vemos a veces que van a la carnicería o
al mercadito, para su desayuno, que desayunan calabaza, uchepos, corundas.
Pero desgraciadamente la gente se retira del Centro a vivir a las periferias o
fraccionamientos, fuera de..., a veces porque se los llevan sus hijos para cuidarlos
porque ya están viejitos y porque venden las casas por una necesidad económica
de familia, que estaban bien, pero ya no tienen quien los ayude y las venden [El
Centro, 25/02/16. Flavio Anaya].

Al entrar Zamora en el famoso periodo de crecimiento territorial imparable,


resultado de las inmigraciones en conjunto con el aumento de la población
originaria, comienza a surgir una población totalmente heterogénea, la cual
descubriría diferentes expresiones y manifestaciones de su forma de vida en los
elementos arquitectónicos, sus formas y espacios. Éstas son situaciones de difícil
control, los estilos de vida y las formas de habitar, por esto el proceso de
urbanización tuvo mucho que ver con la transformación del habitar el Centro. Con
la transformación de los espacios privados y públicos se modifica la relación
vecinal y los lugares (y viceversa) como la calle, la casa y la plaza cambian los
usos originales a comerciales. La socialización entre vecinos desaparece y con

183
ello el vecindario y la vida doméstica. Con el paso del tiempo se consolida el
sector del comercio y servicios en el Centro. Aumenta el número de tiendas en el
barrio, pequeños centros comerciales, pero disminuye el número de familias
residentes y por ende sus casas.
En la actualidad, muchas familias expresan miedo e inseguridad en el
entorno de su casa debido a las nuevas familias que llegan al lugar y al alto grado
de tránsito de personas desconocidas en sus calles, a quienes los residentes del
lugar no conocen. Así, los hábitos y la cotidianidad se modifican a través de la
construcción de nuevos espacios, otro tipo de casas, calles diferentes y nuevas
avenidas no planeadas, las cuales en su momento resuelven ciertas necesidades,
pero traen consigo futuros problemas, por ejemplo el transporte vehicular y el
comercio que confluyen en el Centro provocando congestionamiento vial.

Para mí es muy cómodo, para otras personas les cuesta conflicto estar, porque
tiempo atrás no requerías de automóvil, no tenías problemas de estacionamiento,
de hecho el carro nuestro se quedaba en la calle -no lo movían- y no pasaba
nada en la noche, porque ahorita no puedes hacer de dejar tu carro en la calle, si
quieres venirte a vivir al Centro necesitas ver donde guardar tu carro en la noche
[El Centro, 11/02/16. Alfonso Bustamante].

Durante esta transformación se vive otro momento histórico y otra forma de habitar
un mismo espacio. Ahora alberga un mundo cambiante, una explanada vacía en
donde ocurren todas las cosas posibles: manifestaciones, actividades religiosas,
políticas, culturales y civiles. Están presentes los que quieren disfrutar de un
evento o los que viven del comercio -fijo, semifijo y ambulante-, los que
simplemente quieren ir a pasear, lo que pasan por el lugar, los curiosos y por
supuesto, en una pequeña minoría, los que viven ahí; los sin casa y los residentes
con casa.
Por esta razón, algunos habitantes encuentran su identidad en su propia
casa y no en el entorno actual. La casa es concebida como un lugar, pero como tal
también contiene una estructura interior diferenciada en varios lugares y en
espacios de conexión, los cuales no responden a una escala, pero si a una posible
jerarquía. Las actividades, lugares y objetos internos tienen una relación variable

1 84
con el exterior, por esto, el habitar está imaginado como un sistema expresiones
cotidianas concretizadas en un lugar compuesto de lugares y objetos con diversos
caracteres, diversos usos y diferentes sujetos dentro de la misma familia. Así,
disminuyen las familias, sus casas y las relaciones sociales cercanas se han
deteriorado.

No, a mí no me gusta nada, ni la plaza, ni el cine, ni nada, como que soy muy
aceda yo, me gusta la tranquilidad de mi casa. A mí me gusta mucho ver la
televisión, quedarme en la casa, estar vendiendo mis almuerzos y ahora que estoy
mala de la rodilla pues menos salgo [El Centro, 25/02/16. Doña Emma].

Para concebir la casa y el habitar más allá de la perspectiva arquitectónica, es


necesario traspasar los dinteles de las casas e inmiscuirse en el contexto de la
relación casa-familia a través del tiempo, conocer el espacio privado y en
ocasiones el espacio íntimo, como lugares valiosos de la casa: la sala, el patio, el
comedor, la cocina, los sujetos, las recamaras y los objetos valiosos, incluso sentir
la "respiración de la casa” a través del contexto de la historia social.

Habitar el espacio doméstico y la percepción de los habitantes

La trascendencia de las casas radica en su capacidad para subsistir a cambios en


el modo de vida. La representación, en la mayoría de éstos, es inseparable a su
ocupante y creador. Quizá por la cultura y la belleza que reflejan en todos los
sentidos, muchas casas del Centro, transmiten con mayor presencia los
significados de sus propios espacios. Esto se hace visible desde el ingreso hasta
la última parte de la casa.

Anteriormente en esta casa, daban las 6:30 de la mañana y la puerta de la calle ya


estaba abierta, nada más con el cancel cerrado, y desde que pasó el robo, la
puerta se cerró [El Centro, 16/02/16. Cecilia Castillo].

Se mencionó un poco en el segundo capítulo sobre los accesos de algunas casas


en las que habitan este tipo de familias, donde aún existe una zona de transición
entre el espacio público y el privado, delimitados por una puerta de madera ciega,
o en ocasiones de acero, y un cancel de acero traslucido destinado para despertar

185
una sensación de unificar y dividir la casa y el entorno urbano. En la actualidad
son pocas las casas que permanecen abiertas con este tipo de accesos.
El agua, junto a estos espacios, es un elemento evocador de tranquilidad al
interior de la casa. Siendo el entorno urbano un caos, la colocación de fuentes en
patios centrales y traspatios es una manera de sentirse relajado y alejado de ese
espacio público agitado y ruidoso. Con la serenidad y frescura que provoca el
agua dentro del lugar, el correr del agua en las fuentes se convierte en un
murmullo que fluye en el patio y los corredores, y también penetra cada rincón de
las habitaciones que los rodean. Los árboles y plantas resultan ser otro elemento
que adornan los patios con su belleza y serenidad que transmiten al habitante.
La importancia de estos elementos varía según los dueños, las familias y sus
necesidades, ya que también existen casas pequeñas, donde habitan familias
viejas, que difieren mucho de las casas de patio central o patio hundido. Este tipo
de casas generalmente son propiedades de familias que algún día adquirieron la
mitad o cierta porción de terreno de una casona vieja. De esta manera, se fueron
llenando de casas pequeñas las calles como Corregidora, Pino Suarez, Aquiles
Serdán, Colón, entre otras. Éstas, suelen ser casas distribuidas a partir de un
largo pasillo lateral, en ocasiones termina con un atractivo patio trasero o una
fuente, pero en otras termina con un pequeño patio de servicio o un corral que
cubre parte de las actividades domésticas realizadas por las amas de casa. El
resto de los espacios de las recamaras, el comedor, baños, cocina, sala, se
encuentran paralelos al pasillo lateral, donde está la puerta de acceso. Son pocas
las casas que tienen cochera, normalmente dejan sus vehículos en pensiones y
estacionamientos. La mayoría de las casas han sido modificadas y ampliadas en
una planta alta, debido al crecimiento familiar.
Desde las casas más hermosas y decoradas hasta la más modestas y
humildes son alteradas por la división de las labores domésticas, comerciales y en
ocasiones productivas. Aunque cabe resaltar que las casas no solo se han
modificado por las nuevas formas de ingreso familiar orientado al comercio, sino
por las dificultades que se presentan para el reparto de la propiedad a los
diferentes miembros de las familias.

186
Imagen 33.Fuente en patio central de casa en el centro, al fondo se observa un alto
edificio en construcción con materiales prefabricados que daña la vista interior de la casa.

Fuente. Trabajo de campo, 15/02/16.

Durante cierto tiempo la casa tuvo una extensión al entorno exterior, cuando aún
había vecindario, sin embargo al verse afectado el barrio, muchas de las familias
han adquirido casas en otras zonas de la ciudad o incluso en otras ciudades,
además, la vida colectiva se alteró. Los residentes del lugar suelen llevar una
forma de vida "de encierro” al interior de sus propias casas, sin tener una relación
cercana con el vecindario.

[...] bueno en mi casa, mi recamara, la sala, comedor, bueno toda la casa y


cuando yo me quedo sola en la casa soy muy feliz, vivo con mi hermana y no
cambiaría mi casa por otra [El Centro, 18/02/16. Doña Mayito]

Es que mucha gente viene de lejos y otra de fuera, a consultorio o cualquier


asunto del Centro, ¿dónde deja el coche? y si quieren llegar al templo tampoco
hay lugar. No es tanto el vecindario, ya el vecindario aquí ya no existe,

187
antiguamente en esta cuadra había por lo menos 25 familias, ahorita cuando
mucho hay 5 o 4 [El Centro, 09/02/16. Alfonso Verduzco].

Aunque son las mismas casas, los mismos espacios y las mismas familias que
habitan en algunos lugares del Centro, son las nuevas generaciones quienes le
dan un nuevo carácter a la casa, ya sea casa rica o casa pobre. Las viejas familias
tradicionales optaban por tener una relación vecinal armónica y directa, por esto
no tenían impedimento alguno por compartir su casa para sus relaciones sociales
más cercanas y el desarrollo de sus expresiones cotidianas en espacios como la
sala, el patio, el comedor, etcétera. Situación que hoy no suele suceder, las
familias prefieren cerrarse en todos los sentidos al mundo exterior. Dejan fuera del
alcance de la vista los hechos pertenecientes a su propio espacio tanto social
como material, es decir, un mundo más privado dentro del universo.
La transformación más importante en la casa del Centro es la pérdida del
patio, un espacio de ocupación colectiva, el cual se ha destruido para construir
nuevos patios individuales, específicamente para el uso doméstico de las amas de
casa, y aun así en muchas casas ni siquiera existen.

Yo tengo un recuerdo que cuando estábamos chiquillos, mi mamá antes de medio


día ya nos tenía a todos muy bañados, muy peinados y muy cambiados, con un
mandilito almidonado y nos sentaba a todos aquí en piso de los corredores al pie
del patio y decía: hay viene tu papá [...] y daba la vuelta mi papá y todos
echábamos carrera hay venia mi papá, se subía uno, se le colgaba otro y así, ese
es uno [...]. También se ponía a rezar el rosario y nos traía a todos dando la vuelta
aquí en el patio o nos tenía ahí sentados y el caminando con su rosario. Otra, las
posadas, los peregrinos y el nacimiento que mi mamá hacia aquí en la sala.
¡Bueno son muchos recuerdos, muchos, muchos! [El Centro, 16/02/16. Margarita
Castillo].

A diferencia de la familia tradicional, la familia moderna restaura y modifica los


lugares de la casa tradicional mediante los usos exclusivamente domésticos, no
de trabajo. Esta situación del empleo ha sido un factor determinante para la
transformación de los espacios dentro la casa tradicional. Es decir, la diversidad
del uso del espacio dentro la casa ha ido a menos, ahora los residentes del lugar

1 88
adaptan las habitaciones de manera especializada a lo doméstico y no a lo
productivo.
El costo de suelo es otro factor que determina el aprovechamiento máximo
de los espacios dentro de la casa, y es uno de los motivos por el cual desaparecen
patios, muros anchos y amplios espacios de circulación. La desaparición de estos
elementos permite la construcción de tres o cuatro casas en la misma área donde
estaba construida una casona tradicional. Además la pérdida de estos lugares
significa un hecho lastimoso para la mayoría de los residentes del lugar.

Da tristeza todo lo que ha ocurrido con las casas, porque si estamos en el mismo
Centro, por lo menos debemos de guardar las fachadas. Por ejemplo la casa del
otro lado era una casa semejante a esta y ahora ya es un estacionamiento. La del
otro lado a dos casas de aquí, bueno esa tiene más tiempo, pero ya es una fábrica
de ropa y era más o menos de este estilo, empedrado con arbolitos en medio,
bueno casas antiguas [...]. La casa del Dr. Alberto Sahagún, los papás de Marta
Sahagún, estaba frente a la Gabriela Mistral, hicieron un colegio, pero era una
casa hermosa, preciosísima, la hicieron colegio, un colegio horrible. La de Don
Jorge Jiménez la hicieron un hotel, es la que está en Colon y Morelos, era una
casa bonita, con su fuentecita, colonial [...]. La casa del Dr. Prisciliano Sahagún,
una casa con unas escalinatas al entrar de cantera como de 4 o 5 escalones y el
patio arriba con su fuente, bueno una casa muy bonita, ahí quien sabe cuántos
pisos llevan ya ahí [...]. Acabándose todas esas propiedades hermosas se va
acabando la historia de Zamora, porque hay unas esquinas, hay casas, hay partes
que tienen o tuvieron algo de historia [El Centro, 16/02/16. Cecilia Castillo].

Se podrían mencionar transformaciones de cada una de las casas, sus lugares,


los usos y percepciones por parte de los habitantes, pero no es el objetivo, lo
importante es que las formas de la casa -tradicional, rica y pobre- han tratado de
permanecer en una lucha constante dentro del hacer arquitectónico y urbano.

189
Imagen 34. Hermoso traspatio en una casa, lo que anteriormente fue una huerta.

Fuente. Trabajo de campo, 16/02/16.

La construcción material y simbólica de las casas

El espacio y la arquitectura del entorno urbano influyen determinantemente en el


comportamiento, habitus, la cotidianidad y la interacción de los habitantes del
Centro. Así, las personas se adaptan a una nueva forma de vida, consecuencia de
la construcción de nuevos tipos de espacios habitacionales con nuevas
tecnologías constructivas. Con respecto a la construcción de las casas, hay
muchas situaciones que las familias juzgan o catalogan como mala construcción
en el lugar debido a que se termina lo tradicional y con ello su cultura e historia de
las casas y familias zamoranas, con esto dan entrada a modernas construcciones
y un moderno estilo de vida. De esta manera se ha configurado la fisionomía
anárquica del entorno al preferir ciertas tecnologías modernas frente a otras
tradicionales.

[...] mira esta foto es frente al santuario, hace 10 años no había ninguna de estas
construcciones, exactamente así estaba pero ve que desastre, antes la gente no

190
construía igual, pero construía con sentido común, ¿cuál es el problema?, que
ahora los adelantos arquitectónicos no se saben utilizar y cada quien se vuela la
calle y todo es cosa de la autoridad [El Centro, 28/02/16. José L. Caballero].

En las casas tradicionales, las techumbres y entrepisos fueron construidos con


tablas o tejamanil, asentadas sobre vigas en las que se colocaba una capa de
tierra para formar la techumbre. La viguería donde se asentaban las tablas era
sostenida por gruesos muros de adobe y en muy pocas ocasiones de tabique. El
adobe, resultado de una mezcla de tierra fue asentado con lodo, con paja,
estiércol y aserrín o viruta. El muro fue soportado por una cimentación de piedra
asentada con lodo y en algunas ocasiones la cimentación se construía en forma
de una gran cama de piedras en toda la extensión del terreno, similar a una losa
de cimentación de concreto armado. Este sistema de construcción tradicional no
soportaba grandes pesos, por lo tanto las casas tendían a unificarse y las
construían en una sola planta, lo cual provocó una horizontalidad arquitectónica a
la vista de la imagen urbana. Aunque había sus excepciones, las casas de dos
niveles no distorsionaban la imagen, ya que fueron erigidas con el mismo tipo de
construcción. Los terminados eran en cal, posterior a un aplanado de lodo y la teja
en las techumbres fue algo tradicional.

La verdad no sé muy bien, pero fácilmente esta casa se construyó a finales de


siglo XVIII y principios del XIX y así como la ve estos pilares no son pilares de
concreto ¡son bajantes de agua!, es fierro, son bajantes de la azotea. Cuando
llueve por aquí baja el agua [...] lo que se le hace es que ya se le cayó un pedazo,
hay que arreglárselo, que ya se le destecató por acá, hay que arreglárselo, pero el
piso todavía es el mismo, incluso ya le hace falta cambiárselo porque ya se están
despegando de aquí y de allá. Nada más fíjese en la baldosa, otras baldosas de
estas ya no va a encontrar y cada recamara es de diferente color esa es de color
de rosa, aquella es azul, aquella es amarilla, esta es verde, esta es blanca y así de
diferentes colores. Anteriormente, yo me acuerdo que estaba pintada de diferente
color o no sé cómo, era una pintura de aceite pero tenía unas franjas como
cenefas y unos óvalos así grandes pintados en el rodapié con flores, con motivos
de algo, paisajes, pájaros o yo no sé qué, y lo que es la parte de arriba del techo,
así como está la iglesia de San Francisco, así estaba, pero aquí había cielo

191
decorado, nada más que eso si, se rompieron, las goteras lo desgastaron.
Entonces mi papá optó por ponerle el concreto y quitar una bóveda que era de
baldosa roja y se reventaba, incluso hasta la fecha está arriba la baldosa y por la
hendiduras iba cayendo el agua entonces fue cuando mi papá quitó todo eso [...].
Aquí abajo no hay cimientos de concreto, esto es pura piedra y le digo porque
acabamos de arreglar el drenaje [...] pasaba por una banquetita media cóncava
que teníamos allá en el fondo de adobón [...] entonces cuando se estaba sacando
el drenaje fue cuando vimos que la casa está sentada en pura piedra, ¡y a
montones! [El Centro, 16/02/16. Cecilia y Margarita Castillo].

En la actualidad existe una alta gama de materiales utilizados en la construcción


de nuevas casas, edificios y en las propias remodelaciones como el concreto
armado, el acero, muros de panel prefabricados, entre otros. Con estos materiales
se aprovecha al máximo el área construcción y así evitan el "desperdicio” de
terreno en las divisiones de espacios. Incluso en los nuevos departamentos, se
tratan de evitar las mayores divisiones posibles haciendo alusión al famoso
concepto minimalista: "entre menos más”.
Con la implementación de los nuevos materiales estructurales, de
recubrimiento y decorativos, el Centro ha adoptado un nuevo carácter de
asentamiento que no corresponde a uno habitacional y mucho menos a uno barrio
histórico. A pesar que el rechazo de estos materiales es latente por una buena
parte de los residentes del lugar, no resulta escéptico para los constructores ni
para las autoridades y muchos menos para la población transitoria, quienes
recorren el Centro con fines de consumo comercial o de ocio.

El prestigio de la familia y la casa en Residencias La Luneta

Composición familiar

Para el tipo de personas entrevistadas, el suelo o asentamiento en el que está


construida su casa, el tamaño del terreno, su localización y por supuesto las
características materiales, estéticas, arquitectónicas y constructivas están
directamente relacionadas con sus propias características sociales y estrategias
económicas, ya que es un espacio que las identifica socialmente.

192
Como ya se mencionó en el capítulo anterior, la mayoría de este tipo de
familias no se relaciona en el entorno espacial y social del fraccionamiento, su vida
está totalmente centrada a su trabajo, su casa y sus amigos. Con esto, busco
hacer una reflexión sobre el escenario interior de la casa como un resguardo
familiar elemental para el desarrollo de la vida cotidiana.
Aquí, las características familiares de las personas entrevistadas son
tradicionales y conservadoras, la composición del grupo familiar ha cambiado,
pero no se ha desintegrado tanto como sucede en otros lugares. Es muy común
que la relación entre esposos, como jefes de hogar, sea constante. Los
integrantes de la familia suelen estar en constante dinamismo, muchos hijos se
van a trabajar, a estudiar y otros forman su propia familia fuera de la casa de sus
padres, mientras unos se van, otros regresan.
Entre las características más importantes de estas familias, es que el padre
y madre se han mantenido unidos desde siempre, por el solo hecho de estar
casados ante la iglesia. Debido a la disminución del número de hijos en las nuevas
generaciones o porque los hijos comienzan su independencia a temprana edad
desde la universidad, los padres terminan por vivir solos. Hay situaciones de
solteros maduros que optan por esta opción y otros que solo retardan la del
matrimonio, quienes continúan viviendo en casa de sus padres e influyen en la
composición familiar del fraccionamiento.
La estabilidad económica y bienestar social en las familias de este tipo es
buena, algo que influye determinantemente en esta situación es que ambos
padres, hombre y mujer están insertos en la actividad laboral y se han mantenido
unidos. Al menos entre los entrevistados no existen familias de madres solteras
como suele suceder en la colonia Fernando Amilpa. Es posible que las familias de
madre soltera, viuda, separada o divorciada, tienden a tener menos riqueza
material que las familias donde están el padre y la madre, ya que tienen menor
capacidad económica en el ahorro familiar, gastan más en el cuidado de los hijos
o tienen salarios menos remunerados, entre otros. Esta es una de las
explicaciones más generales del porque suelen mantener una estabilidad
económica este tipo de familias.

193
Los roles de los padres en el fraccionamiento disminuyen conforme los hijos
maduran profesionalmente, y no en edad, ya que cuando los hijos comienzan a
trabajar en la vida profesional o inmiscuirse en los negocios familiares son una
carga menos para los padres, de lo contrario continúan siendo mantenidos por los
jefes de familia, incluso cuando viven fuera de su casa, aún sin importar su edad.
Aquí los límites generacionales significan diferentes jerarquías no solo
dentro de la familia, sino también ante la sociedad zamorana, entre más nueva
sea la generación familiar menor jerarquía tiene, solo hasta que alcanza la edad
adulta o vida laboral.
Así como la arquitectura de las casas ha cambiado poco a poco a través del
tiempo, sus funciones y percepciones lo han hecho otro tanto. De esta manera la
casa aparece como un elemento de estabilidad económica y previsión social o
familiar, por lo tanto, ha sido y continúa siendo un asunto de familia, por ser su
lugar de resguardo, ya que ahí se da la re-configuración y reproducción familiar.
Además, la casa resulta ser un espacio de sociabilidad, donde se desarrolla la
vida familiar. Tanto la casa como la familia están definidas por el status y la
riqueza. Las diferencias socioeconómicas se plasman en la casa, en las
soluciones a los problemas de la vida cotidiana y en las posesiones o propiedades
que tiene una familia.

[...] hemos pasado dentro de la casa, o al interior, ratos muy agradables, aquí
donde estamos ahorita, por ejemplo, hemos tenido navidades, año nuevos con la
familia que viene de México y ahí vienen con otros amigos y nos vamos ahí al
parque, a la parte de atrás y ahí hacemos nuestras carnitas asadas diferente [...],
no se diga pues en la habitación donde está uno conviviendo pues allá todos los
días con la gente que tiene uno en su casa y bueno las otras habitaciones pues los
hijos, la parte de arriba donde están los animales, los perros [La Luneta, 23/02/16.
Guillermo Cortés].

A pesar de la diversidad familiar que hay en La Luneta y los cambios de vida que
se han dado, estas familias han sabido llevar de la mano esa visión tradicional y
conservadora, en donde la familia no funciona sin el padre y la madre juntos, aun

1 94
con el modo de vida moderno y capitalista en el que se desarrollan como
personas. Dos grandes ideologías confluyen dentro de estos grupos domésticos.

[...] pues sí porque mis papás siempre vieron por el ambiente familiar, se puede
decir que es una casa que tenía un poco de espacio sobrado porque había un área
de juegos, una biblioteca, entonces en la casa siempre nos inculcaron una
actividad productiva, que leyéramos o jugáramos, pero no que viéramos la
televisión toda la tarde, novelas o cosas así [...]. La propia casa fomentaba que
hubiera siempre gente [...], siempre fue como un espacio social para toda la
familia y los invitados [La Luneta, 12/02/16. María Eugenia].

Además, el apellido es un elemento de peso, no por identificación a una familia,


sino por el reconocimiento de status y una posición económica ante las familias
del lugar y en la ciudad. Aquí el empleo no es un elemento que se pueda
generalizar, ya que en el fraccionamiento habitan de todo tipo de trabajadores,
desde profesionistas en diferentes ramos hasta comerciantes y agricultores, pero
en su mayoría las personas entrevistadas son profesionistas quienes tienen la
facilidad de trabajar en casa, por esta razón muchas de la casas cuentan con un
estudio privado al interior de ellas y otras cuantas con una oficina que se puede
utilizar con fines laborales.

Pues mira mi estudio, ahí donde tengo y hago mis cosas ahí soy feliz porque pues
aparte tengo ahí un pedacito de jardincito y pues de alguna manera volteas y hay
pasto para relajarte, tengo mi escritorio donde hago mis cosas. Después de que
llego de trabajar es donde se puede decir que me paso horas y horas ahí [La
Luneta, 17/02/16. Manuel Ambriz].

La mayoría de los jefes de familia entrevistados, normalmente han vivido fuera de


Zamora por cuestiones de trabajo y/o estudio, algunos formaron su familia fuera
de la ciudad y llegaron a consolidarse en Zamora, por diversas cuestiones:
empleo, amor al lugar o porque vienen de ciudades grandes en busca de
tranquilidad, etcétera. El número de integrantes de familia, como ya se mencionó
ha sido variado en cada una de ellas pero es imposible unificar o promediar, ya
que tienen una variabilidad enorme. Cuando en algunas familias puede haber dos

195
o tres hijos, en otras hay hasta siete u ocho hermanos, esto ha influido mucho en
la vida social interna y la reproducción familiar dentro de la casa.

[...] mis hijos llegan y aunque nacieron en otro lado, aquí se formaron, el mayor es
Alejandro ya aquí vino a hacer su sexto año de primaria el venia de Morelia, Karina
nació en Morelia y mi hijo el otro el menor también nació en Morelia [...] mi mujer
por ejemplo, no es de aquí, ella es nacida en Los Reyes, su papá anduvo de un
lado para otro y en una ocasión que estuvo aquí en Zamora, aquí la conocí, [...]
luego llegamos aquí ya de regreso después de andar yo trabajando en un lado y
en otro, pero llegamos por esa situación que yo pretendía con la familia de los
terrenos de mis papás [La Luneta, 23/02/16. Guillermo Cortés].

[...] se podía disfrutar la casa en su totalidad, éramos 8 hijos y como la casa es


amplia bueno teníamos incluso nuestros espacios de arte porque había un lugar
donde mi hermana pintaba y yo tenía mi restirador para dibujar y era un espacio
para las dos, para expresar nuestras cosas [La Luneta, 12/02/16. María Eugenia].

No son muchos los casos pero los hay, familias que venían de otras ciudades sin
tener algún contacto familiar cercano en la ciudad de Zamora, conforme pasaba el
tiempo fue tan buena su adaptación al lugar que fue posible consolidar relaciones
familiares, no de sangre, sino de amistad. Pero al fin eran familia porque
compartían mismos momentos, personas, espacios y hasta la casa.

[...] ese sótano también sirvió porque hay un taller, hay cuartitos y se guardan
cosas, aparte que hasta familiares o vecinos o amigos guardaban cosas aquí. Y no
familiares de sangre sino de cariño, porque mis papas son de Pachuca Hidalgo
entonces no teníamos familia aquí, [La Luneta, 12/02/16. María Eugenia].

En este apartado me reservaré los ejemplos de familia debido a la privacidad


sugerida por parte de las personas entrevistadas. Pero lo importante es que se
pueden ver cambios familiares, diferentes formas de organización al interior de la
casa y además diferentes concepciones de familia al interior del fraccionamiento.

196
La idea de habitar

Los estilos artísticos y arquitectónicos de la casa en el fraccionamiento no son


extraños, como en la colonia Fernando Amilpa. Sus formas, materiales y espacios
suelen llenar el gusto de sus propios habitantes y en ocasiones el gusto de los
vecinos y hasta de la población en general. Para las familias entrevistadas, tener
una casa en La Luneta, significa tener un status en el grupo de la clase social
media y alta de Zamora. Un lugar de rápido acceso y una manera de estar en la
ciudad. En menor medida se percibe la casa como un bien o un patrimonio para la
familia, pero si es vista como un bien convertible en dinero, una inversión, una
seguridad económica.

Imagen 35. Casa en La Luneta.

Fuente. Trabajo de campo, 12/02/16.

Una casa en la luneta tiene una infinidad de significados, tanto para quien la habita
como para quien la observa. Sin embargo, hay una visión muy general del lugar,
aquí la casa es un producto inmobiliario de gran valor capital. Así, quien lo

197
adquiere se forma una imagen que determina una alta gama social y económica y,
por lo tanto, se inserta en el sistema de relaciones sociales con poder económico.
En este sentido, la casa es la expresión más genérica de la calidad del espacio
residencial y una extensión de la cultura del habitante.

El habitante en el espacio doméstico

La transformación de los espacios, al interior de casa, no ha diferido mucho desde


su construcción hasta la actualidad, ya que la casa desde siempre fue proyectada
y planeada para la familia que la habita. Sin embargo, la familia si se ha
transformado, al igual que los usos en los espacios. La mayoría de los hijos de la
primera generación ya no habitan con sus padres, se han establecido en otro
asentamiento, incluso en otra ciudad. Aun cuando los hijos persisten en la casa de
sus padres, la usan de manera diferente que hace 10, 20 o 30 años.

[...] la propia casa fomentaba que hubiera siempre gente o sea hacíamos muchos
trabajos en equipo con compañeros de la escuela o si salíamos a estudiar fuera,
siempre llegaban los amigos aquí o sea como que el mismo espacio amplio de la
casa, que era la planta baja que da a la calle Madero, era el área de juegos y
siempre fue como un espacio social para toda la familia y aparte de convivir con la
familia, era para los invitados [...], el uso de ese espacio cambió porque ahora que
se vino a vivir mi hermano, en la parte de abajo se hace un consultorio para él,
entonces ya no está esa área de juegos y me platica mi mamá: hay vinieron
amigos de fulanito a hacer trabajo en equipo o cualquier cosa y yo le pregunto ¿y
donde estuvieron? Y dice en la cocina. Entonces me quedo ¡aaahhh!, yo digo
entonces totalmente ya se suprimió el espacio de convivencia familiar por el
consultorio y creo que ese es uno de los cambios que ha dado la casa, pero pues
si también como quien dice se agregó un espacio adicional [La Luneta, 12/02/16.
María Eugenia].

1 98
Imagen 36. Una casa moderna en La Luneta.

Fuente. Trabajo de campo, 11/02/16.

La recreación familiar y/o personal en muchas ocasiones se llevan a cabo en la


casa y en otras fuera de ella. Los habitantes acostumbran a viajar, salir a comer a
restaurantes, al cine o ir de compras. Aunque suelen ser actividades, hábitos o
expresiones cotidianas desarrolladas fuera de la casa, es importante tenerlas en
cuenta, ya que en otros asentamientos se llevan a cabo en su interior. En La
Luneta acostumbran a hacer muchas de sus actividades sociales en clubes
privados, gimnasios, restaurantes o propiedades de la misma familia con jardines
grandes exclusivamente para recreación y convivencia. Incluso muchas de las
casas cuentan con espacios para socialización, como jardines o espacios abiertos.

[...] si me voy al cine, me voy solo o a tomar un café o cualquier cosa, entonces ya
ese espacio, ya es para mí, si estoy en el estudio [...] me quedo yo ahí y disfruto
una cosa u otra [...] a veces hay etapas en las que me da por la lectura o si estoy
estudiando alguna maestría pues tienes que dedicarle pues tiempo a tus cosas,
pero ese espacio es para ti solo [La Luneta, 17/02/16. Manuel Ambriz].

199
En sus inicios, La Luneta fue un asentamiento construido fuera de cualquier
normatividad. Como se mencionó anteriormente, los dueños del fraccionamiento
únicamente solicitaban dejar un área de servidumbre a los habitantes de las casas
al momento de construirlas. Era una manera de unificar el entorno en el
fraccionamiento. Pero con el tiempo esto se convirtió en un problema de
inseguridad para los residentes. En la actualidad, las familias del fraccionamiento
buscan vivir lo más seguro posible. Sin embargo, al ser un fraccionamiento de tipo
residencial abierto y con muros bajos en las casas evoca un cierto estímulo al
robo, algo que ha experimentado una buena cantidad de familias, no sólo de La
Luneta, sino también de los fraccionamientos aledaños, motivo por el cual
comenzaron a bordear por completo los frentes de sus casas con sobrios diseños
para evitar llamar la atención hacia el interior, de esta manera cierran todo espacio
privado al público.

[...] mantener una casa grande no es bueno, no es funcional y precisamente que


llama la atención y en tres ocasiones han intentado meterse a robar [...] parte del
reglamento del fraccionamiento era que le dejaran 1.5 metros de servicio,
exactamente que le dejaran como jardín frontal, pero hubo muchos robos y hubo
inseguridad entonces la gente bordeo, o sea, ahí si hay una modificación
exactamente por la inseguridad mis papás tuvieron que enrejar el interior y si ves
hay una reja donde tu entras por la banqueta hay unas escaleras y está la puerta
para ingresar a la casa, pues la enrejaron, o sea eso es terrible porque tu antes
abrías la puerta y salías, entonces ahora tu para salir abres una puerta, después
una reja y finalmente abres una doble reja [...] aunque fíjate que últimamente en
esa esquina roban, dan muchos cristalazos, pero un mal día avise a la policía y
empezaron a molestar a mi mamá a raíz de haberlos reportado [La Luneta,
12/02/16. María Eugenia].

La inseguridad y el poco movimiento transitorio que hay en el espacio público,


sobre todo en la noche, obliga a las familias a estar lo menos posible fuera de su
casa. Así, el espacio público se convierte en una zona de peligro y permanecen a
puerta cerrada con muros ciegos como una forma de cerrarse totalmente a lo

2 00
público, a los transeúntes, a la inseguridad y sobre todo como una forma de
mantenerse a salvo.

Imagen 37. Frentes de casas totalmente cerrados al público.

Fuente. Trabajo de campo, 11/02/16.

Es clara la diferenciación de los tipos de casas en el lugar, hay casas que


responden a una arquitectura de los años setenta de la corriente posmoderna y
otras que obedecen una corriente minimalista, donde los materiales son de mejor
calidad, más lujosos y por supuesto reflejan la personalidad de quien habita el
espacio. Las modificaciones de la casa han sido mínimas, sólo se hacen
pequeños cambios en cuestión de ornamentaciones y pintura porque la casa
funciona bien para ellos. Hay también otro tipo de familias, las familias jóvenes,
quienes traen la tendencia minimalista con materiales ostentosos y formas puras y
simples, pero muy lujosas, aparentan una buena inversión en la casa y por
supuesto dan a conocer el nivel económico y estilo de vida que lleva la familia.

2 01
Esto podría indicar un proceso generacional que marca una diferencia social entre
los habitantes del fraccionamiento, aunque las casas tengan otro aspecto y sean
consideradas por los vecinos como de mejor o peor calidad, se mantiene una
identificación y posición social promedio.
El interior de las casas en La Luneta se mantiene delimitado por áreas, lo
cual aporta una mayor funcionalidad a los espacios. Algo interesante aquí, y que
casi ninguna casa de la colonia Los Espinos tiene, es que todas las residencias
cuentan con cochera, cuando menos para un vehículo y muchas de ellas hacen
espacio para dos o tres autos, esto habla de la capacidad económica para la
adquisición de este tipo de transporte, además, suelen ser vehículos del año o
muy recientes. Casi todas las casas de estas familias son construidas en dos
niveles, la mayoría los espacios de uso común como la sala, la cocina, el comedor
y baño, en la planta baja, algunas casas tienen espacios extra, como una pequeña
antesala, conocida como recibidor, un patio/jardín, área de entretenimiento o
cuarto de tareas para los hijos, incluso, hay casas que tienen una pequeña cantina
junto a la sala y al comedor, donde es claro que existe un grado de socialización
demasiado privado con personas muy cercanas a la familia.
En la planta alta normalmente están las habitaciones, los baños con
regadera, incluso una sala de tv o juegos, en la mayoría suele haber jacuzzi en la
recamara principal y en algunas casas amplias terrazas. Fue posible conocer que
cada espacio está adaptado de acuerdo a quien lo habita. En algunas
habitaciones suele haber áreas de estudio independiente al del jefe de la casa. Se
puede ver una casa totalmente adaptada y equipada. Incluso suele haber espacios
no muy comunes, lugares de sobra donde afirman las propias familias que todo
ello les ha permitido "vivir bien la casa”, es decir, aprovecharla al máximo y si tener
necesidad de otros espacios o muchas ocasiones ni siquiera salir de ella.

Al hacerse la casa en desniveles se optó por un desnivel más posteriormente


aunque no era parte del plan del arquitecto, pero le dijo a mi papá, si inviertes un
poquito de más sale un sótano, entonces ese sótano también sirvió porque hay un
taller, hay cuartitos y se guardan cosas, aparte que hasta familiares o vecinos o

2 02
amigos guardaban cosas aquí. Pero entonces eso nos dio la ventaja de si vivir la
casa, al tener todos estos espacios extras [La Luneta, 12/02/16. María Eugenia].

Dentro de los detalles arquitectónicos de los que se tiene más cuidado, es en el


ornato en los muros o los muebles. En este sentido los residentes del
fraccionamiento son demasiado selectivos, ya que cuidan mucho los cuadros que
colocan sobre las paredes, no es cualquier foto o en cualquier posición, aquí
suelen colocar cuadros artísticos, pinturas, esculturas, muebles minimalistas o en
su extremo muebles muy clásicos, donde colocan sus objetos de recuerdo o
algunas piezas de regalo de alguien muy importante en su vida social. En su
mayoría son objetos que ayudan a la estética del lugar, objetos de cristal cortado
en el comedor, en la sala objetos que hacen lucir o dan un detalle especial a cada
uno de los espacios de la casa. No suelen amontonar los cuadros en las paredes
o llenar la casa de cuanta cosa o muebles se les venga en mente. Más que la
ornamentación de la casa se puede ver una decoración de interiores modernos,
posmodernos y minimalistas. Antes que obedecer a una función o a un valor
simbólico de recuerdo, los espacios resaltan la organización estética y decorativa
articulada entre el mueble el objeto y el espacio. El retrato familiar o la fotografía
de bodas, le asignan un lugar especial con toques artísticos, ya sean en pinturas
al óleo, entre otras.

[...] no pues mi casa en aquel entonces, se puede decir que es modernista [...] por
ejemplo si requiere de mantenimiento y le voy a cambiar un piso, si se lo cambié,
porque en aquel entonces le había puesto terrazo y ya después empezó a salir la
cerámica, entonces le puse cerámica y ya tuvo un cambio total la casa en
mantenimiento y estética, porque el piso ese es mucho más fácil de darle
mantenimiento y aquel otro pues darle mantenimiento es muy caro [La Luneta,
17/02/16. Manuel Ambriz].

[...] aunque la casa no estaba terminada y con el tiempo se ha ido construyendo,


porque si tú te fijas por la fachada o por la parte exterior hay un tiro de chimenea,
por aquí, por dentro nunca se hizo, aunque por fuera aparentaba perfectamente
una chimenea, y de hecho ya no se hizo ni se hará, pero si estaba planeado un
espacio de chimenea, no era solo de ornato como lo es ahora sino que si tenía su

203
función de chimenea. Pero si se cuidó la parte de la fachada y también se puso la
teja porque en la primera lluvia se minó todo y entonces si se tuvo que hacer [La
Luneta, 12/02/16. María Eugenia].

La apropiación de la casa en este fraccionamiento no suele ser tanto de tipo


sentimental o de orgullo como en el caso de Los Espinos. Aquí, la mayoría de
estos habitantes buscan establecerse donde el trabajo sea mejor remunerado, por
lo tanto, estarían dispuestos a cambiar de residencia si se presenta una mejor
oportunidad de trabajo o incluso un mejor estilo de vida. En este sentido la
apropiación de la casa podría ser más de tipo funcional, de estatus o de prestigio,
que sentimental.

Sinceramente no tiene ninguna importancia, es mi lugar de origen obviamente todo


mundo nos acostumbramos a vivir en el lugar donde nacemos y a veces queremos
regresar al mismo lugar [...] yo creo que el lugar donde uno nace es una tradición
nada más el decir, "quiero regresar ahí", pero yo creo que donde a uno le va bien
es donde verdaderamente debe uno de considerar su lugar, el origen para mi es lo
de menos ¡eh!, para mi es lo de menos, solo que regresé porque aquí había
propiedades de mis padres [...] pero que yo tenga interés especial ¿por Zamora?
No [La Luneta. 23/02/16. Guillermo Cortés].

La iluminación y ventilación natural es otro aspecto similar entre las casas de La


Luneta. Para el habitante, es éste es uno de los factores que proveen un valor y
un ambiente singular a las casas en un entorno intimo privilegiado. Crean climas,
sombras y ambientes con la colocación de plantas de ornato. En este sentido, es
posible identificar un sistema entre objetos, lugares y el pensamiento del
habitante, ya no como una determinación de lo tradicional que evoca el recuerdo,
lo poético y el sentimiento, sino como una coherencia de conjunto, constituida por
su simplificación como elementos de código y por el grado de sus relaciones.
Transitar o desplazarse de un lugar a otro dentro de la ciudad es una
necesidad, pero la rapidez con la que se desplaza el hombre, es una ventaja o una
desventaja (Baudrillard, (1969 [1968])). Así, el tener un vehículo en Zamora
pareciera ser una identificación de zamoranos y el tener un buen auto es una
característica del habitante en La Luneta. El automóvil no es solo un objeto más

204
en la casa o una posesión más de la familia, ya que se deja un espacio solo para
este medio de transporte y este objeto supera por completo el uso cotidiano de los
demás objetos funcionales en la casa, ya que es un elemento que acorta el
espacio y alarga el tiempo cotidiano de quien lo posee. Además, por su gran valor
económico, es un objeto ligado a la persona, el cual según la sociedad capitalista
le da un estilo y una posición en esta clase.
A diferencia de los habitantes de Los Espinos, quienes ven la casa como un
patrimonio que satisface la necesidad de refugio de las inclemencias del tiempo,
en La Luneta se identifica como un resguardo contra el medio social en el entorno,
ya que la inseguridad y el miedo son mucho más fuertes que la interacción social.
El distanciamiento y el anonimato son dos de los factores sociales que se ven en
el habitar este grupo moderno con una visión capitalista.

La construcción de las casas

La casa en La Luneta ha sido adquirida por dos vertientes. Por un lado está la
adquisición del terreno por el habitante, quien construye la casa a su gusto con la
diligencia de arquitectos y/o ingenieros. Por el otro está la adquisición de la casa
ya construida por alguna inmobiliaria determinada, aunque no hay duda por los
resultados obtenidos, que la construcción de la casa ha sido bien pensada y
planeada desde el proyecto arquitectónico hasta la colocación de la última chapa,
la autoconstrucción ya no forma parte del estilo de vida de estas familias, por lo
menos una vez, en todas las casas del fraccionamiento, la intervención de un
profesional en la construcción ha sido necesaria.

[...] no, lo que pasa que yo me valí de algún amigo mío que es arquitecto, yo soy
ingeniero civil, y bueno el ingeniero civil no tiene los alcances para diseñar como
un arquitecto, el arquitecto mis respetos son preparaciones diferentes y ellos
saben diseñar cosas más agradables, más confortables, el ingeniero civil lo que
hace es calcular las estructuras y todas esas cosas que permiten a uno mantener
bien la construcción, yo esta casa no fue totalmente un diseño mío, no, yo me valí
de un amigo que es arquitecto y le dije, a ver ayúdame y yo quiero más o menos
esto más o menos aquello, el me propuso algo, le modifique, le dije esto no me

205
gusta, esto sí, esto sí y juntos hicimos esto [La Luneta, 23/02/16. Guillermo
Cortés].

Como se ha mencionado en el fraccionamiento existen dos sectores diferentes


claramente definidos, el lado poniente y el oriente, donde el entorno y las fachadas
tienden a unificarse en cada sección. En el lado oriente, al ser un espacio mucho
más amplio que el poniente, hay construcciones y estilos de diferentes momentos,
son construcciones más sencillas, en el lado poniente hay edificaciones
innovadoras y con otros sistemas de construcción más sofisticados.

Imagen 38. Casas con diferentes tipos de construcción y estilos distintos, construidas en
diferentes épocas.

Fuente. Trabajo de campo, 11/02/16.

Durante el proceso de construcción no hubo ningún tipo de intervención familiar,


casi siempre era el jefe de familia, quien hacia tratos directos con el arquitecto,
quien vive por completo el proceso de construcción. Las técnicas de construcción
no son dominio de este tipo de familias, por lo tanto resultaba más productivo que
la familia se dedicara a su trabajo y contratar a una persona física o moral para
desarrollar la construcción. También hay familias quienes no pudieron construir
sus casas en una sola etapa, hay quienes las construyeron en dos, tres o hasta
cuatro etapas. También en el fraccionamiento, como en Los Espinos, hay quienes
afirman que no han terminado de construirla por dentro, aunque la fachada este
totalmente terminada y con espacios bien definidos, la justificación es que, "o la

2 06
construyen o le dan mantenimiento a la casa”, ya que al ser algunas casas muy
grandes de dos o tres terrenos el mantenimiento suele ser muy costoso.
Con relación al proceso de construcción, las actividades importantes para el
jefe de familia y en pocas situaciones para la familia completa, son el diseño, los
estilos arquitectónicos, los sistemas de construcción, el tipo de materiales, el
tiempo y por supuesto el presupuesto.
Durante las décadas de los setenta y ochenta, las técnicas constructivas,
sobre todo de cimentación, solían ser sistemas innovadores en la ciudad. En
algunas casas del fraccionamiento se continuaba utilizando cimentación de
mampostería con escarpeo de piedra braza, ésta asentada con mezclas de
mortero, pero en otras implementaban la cimentación de concreto armado a base
de zapatas corridas y aisladas con varillas de acero, ahogadas en concreto, donde
se anclan los castillos y columnas principales de la estructura. Ambos tipos de
cimentación con muros de tabique de barro quemado, las trabes y losas de
concreto armado según los cálculos estructurales, los muros levantados sobre las
dalas de desplante impermeabilizadas con cartón asfaltico para la prevención de
humedades y la losa en sus diferentes tipos de concreto, ya sea catalana,
reticular/aligerada o, bien, losa maciza.
Por la época en que se construyeron muchas casas, suelen tener techos
inclinados, a dos o a una caída, con esto las casas reflejaban un estilo provincial
en el propio fraccionamiento residencial. Cabe mencionar que el mejoramiento del
suelo en algunos casos se llevó a cabo, pero en otros no debido al costo que esto
implicaba, ya que al ser tierras de cultivo y, además, suelo inundado una buena
parte del año, no eran aptas para construcción. Sin embargo, el retiro del material
agrícola y el relleno con material macizo para construcción permitieron hacer el
suelo apto para una zona habitacional.
Los materiales, como ya se mencionó, responden al tipo de construcción y
al estilo de la casa, aquí no existe un patrón de construcción y de materiales como
en la colonia Fernando Amilpa o como existió en el Centro. Al construir casas de
diferentes estilos -algunas con losas libres y claros muy grandes u otras con
claros pequeños y muros intermedios- su estructura suele variar inmensamente,

2 07
por lo tanto varían los sistemas de construcción, la resistencia de los materiales y,
por supuesto la terminación de los mismos materiales. Sin embargo, los materiales
de uso común son: el tabique, la piedra, el mortero, acero y concreto.
Los acabados y la ornamentación varían en todas las casas, van desde un
simple aplanado recubierto de pintura vinílica hasta muros verdes con
enredaderas o muros recubiertos de cerámica, incluso de mármol, granito, recinto
u otro tipo de recubrimientos novedosos y lujosos, tanto en su interior como en su
exterior. Este tipo de materiales ostentosos se observan mucho en las casas
nuevas o en las casas remodeladas, el resto de las casas conservan los mismos
acabados tradicionales.
Los tiempos de construcción así como el dinero son dimensiones que
siempre están relacionadas, ya que de acuerdo al presupuesto obtenido es el
tiempo o la rapidez con la que se construye la casa. Muchas casas fueron
construidas entre tres, cinco y hasta siete años, hay otras que nunca se han
terminado de detallar arquitectónicamente, pero hay otras cuantas que se
terminaron en cuestión de uno o dos años.
Finalmente, el proceso de la construcción de la casa no difiere mucho del
proceso de construcción de las relaciones entre el individuo y el lugar habitado, es
decir, si la edificación de la casa fue rápida el individuo se adapta de la misma
manera al lugar, pero también suele des-adaptarse de la misma forma en caso de
ser necesario. Por esto no se perciben relaciones afectivas con el espacio, sino
más bien se adaptan a él por cuestiones de comodidad, funcionalidad, por gustos
o también por necesidad.

208
Reflexiones finales
Si bien el concepto de habitar deviene de una discusión filosófica del ser y el
existir, debatido principalmente por Heidegger (1951), Lefebvre (1974) y Bachelard
(1957), cada cual en su propio posicionamiento. Por lo que resulta difícil para la
geografía humanística no abordarlo como una apropiación del espacio, un lugar o
una forma de desarrollar la vida cotidiana. Al afirmar Heidegger que habitar es
existir y ser, no se refiere solo al propio cuerpo o al aspecto humano, sino que
abarca también su espacio geográfico, donde el hombre existe y deja de ser. Por
esta razón, la afirmación "el sentido y el significado de habitar un espacio
construido”, es una manera transdisciplinar de compaginar elementos teóricos
entre la geografía humana y la arquitectura, a partir de diversos autores, y teorías,
no necesariamente contradictorios, sino complementarios. De esta manera, el
acercamiento al sentido de habitar la casa zamorana en los tres asentamientos
abordados, arrojó una serie de argumentos que destacan la variedad de
problemáticas urbanas dentro de la ciudad, entre estas están: la causa de la
segregación social, el hacinamiento, la mala planeación de asentamientos
formales, el origen de una trama y estructura urbana malogradas, la fragmentación
espacial, la falta de consciencia social y la escasa capacidad de la autoridad
administrativa, entre muchos otros.
Durante el proceso de investigación fue posible demostrar que las
expresiones cotidianas, materiales, recuerdos, costumbres, vivencias y hábitos en
casas de diferentes asentamientos humanos en Zamora, son parte de un conjunto
de representaciones simbólicas que expresa el hombre en el espacio o lugar que
habita a través de la historia social y el análisis histórico de lo cotidiano en la casa
y su entorno de algunas familias zamoranas.
Respecto al razonamiento anterior y la pregunta de investigación: ¿qué
sentido y significado tiene para los zamoranos habitar - un espacio construido - la
casa y su entorno? Reafirmo con mayor certeza que el sentido de habitar es una
categoría de conexión entre el sujeto y las expresiones cotidianas, visibles e
invisibles, realizadas por el hombre. Éstas abarcan desde la construcción material,
social y espacial de una casa, hasta de una ciudad. Así, el habitar existe a través

2 09
de la vida del hombre en todas sus expresiones, ya que éste parte de la
satisfacción de sus necesidades primordiales particulares.
El conocimiento de las vivencias, cotidianidades, costumbres hábitos,
experiencias y espacios de aquellos entrevistados ofreció la identificación de dos
situaciones acerca del sentido y significado de habitar un espacio construido como
la casa en Zamora: 1) se percibió, a través de conocer el habitar cotidiano, la
forma en que el habitante se apropia de un espacio geográfico y arquitectónico y
su entorno socioespacial; y 2) al conocer la apropiación del espacio geográfico-
urbano, con el habitar se muestra la autorización y ejecución negligente de
estrategias aplicadas al espacio urbano en la ciudad, las cuales en lugar proyectar
funcionalmente la trama urbana, la distorsionan y dañan la calidad de vida de la
sociedad, es entonces cuando se abre paso a un accionar colectivo por motivos
de solidaridad o necesidad.
La obtención de resultados en cada uno de los asentamientos difirió
precisamente en la riqueza y cantidad de información, ya que éstos expresan la
construcción del habitar en la casa y su entorno, percibida desde la perspectiva
urbana, arquitectónica, social y geográfica. En este sentido, se concreta que la
casa merece ser proyectada, reconocida y planeada como una forma de vida, ya
que a través de distintas perspectivas en esta investigación de tesis podemos ver
más allá de su apariencia física, pues así se revelaron muchos problemas sociales
que ha provocado el crecimiento desordenado en la ciudad.
La colonia Fernando Amilpa puede ser un modelo de asentamiento en el
cual la riqueza del habitar se percibe a flor de piel en cada uno de los habitantes y
familias, ya que las expresiones tan singulares y libres confluidas en el habitar de
los espacios que viven, experimentan y recuerdan son identificadas por una
naturalidad expresada en sus charlas, espacios y memorias. En esta colonia de
origen irregular es común que las familias habitantes del lugar construyan su
espacio social y material conforme van surgiendo sus necesidades más
apremiantes. No es un espacio preconstruido a través de un discurso, sino resulta
ser un espacio construido por los propios habitantes, quienes algunas vez dieron
vida a la práctica de la autoconstrucción material, social y simbólica de la casa el

2 10
asentamiento, la cual es posible identificar como una manera de habitar específica
en esta colonia. Se convierte así en un proceso que permanece indefinido debido
a que se viven cambios constantes. Así, los habitantes viven la autoconstrucción
del espacio como una expresión cotidiana más en el habitar.
El fraccionamiento La Luneta, a diferencia de otro tipo de asentamientos, es
un entorno urbano y social que da cuenta de un habitar, individual, preconstruido
basado en los ideales del capitalismo y de la modernidad. Aunque todos los
habitantes entrevistados en el fraccionamiento muestran un cierto grado de
satisfacción por el lugar, por su casa y por su familia, aquí la verdadera
importancia del sentido de habitar está en el nivel de la calidad de vida que puede
ofrecer el propio entorno urbano.
Entre algunos de los aspectos de mayor importancia dentro de estas
familias, es que aceptan o rechazan un lugar para habitar según la circulación,
ubicación estratégica con respecto a las zonas más comerciales en la ciudad,
sobre todo para el consumo, según las oportunidades de empleo y producción y la
búsqueda por obtener un mayor estatus o jerarquía social entre la sociedad. Esto
aún a pesar de la aceptación de una visión hasta cierto punto conservadora
destinada a resguardar lo tradicional en la organización y composición familiar.
El Centro, conocido como un asentamiento "conservador y tradicional”, es
quizá el entorno urbano en la ciudad que presenta más paradojas, normativas,
sociales y constructivas. Sin embargo, para sus habitantes entrevistados, habitar
la casa rebaza cualquier orden individual, material o práctica cotidiana. La casa es
concebida como el resultado de un producto social, doméstico, colectivo y, sobre
todo histórico, es una representación socioespacial afectiva y emocional. Coincido
con la afirmación de Bachelard (2000 [1957]), los recuerdos de las antiguas
moradas se reviven como ensueños, las moradas del pasado son en nosotros
imperecederas. Es preciso resaltar que este lugar concentra ideologías
cambiantes, donde la modernidad y negligencia de las autoridades y sociedad en
general para construir y destruir edificaciones de tradición, en las que se guarda
parte de la historia de Zamora, se opone a la perseverancia de los habitantes del
Centro por conservar esta zona histórica. Es por esto que en la actualidad, la

2 11
trascendencia de las casas radica en su capacidad para subsistir a cambios en el
modo de vida, valores, costumbres, tradiciones y sobre todo la necesidad de tomar
la imagen de la casa antigua y conservada como el resultado de un legado familiar
duradero, el cual no puede dejar de existir pese a las transformaciones sociales y
espaciales que trae consigo la modernidad.
A partir de la construcción, transformación y consolidación de las casas en
los tres asentamientos humanos estudiados, es posible darse cuenta de lo que en
realidad ha sido la planeación en Zamora. Es preocupante la fluidez y flexibilidad
con la que se da el crecimiento urbano desordenado. Hasta ahora, este proceso
de dispersión de asentamientos humanos y, por ende, la construcción de casas al
por mayor se caracteriza por la falta de planeación urbana, lo cual genera
impactos negativos en el entorno de la ciudad, en la casa y, además, en la
sociedad.
Uno de los principales problemas de la mala planeación en la ciudad es que
nunca se ha visualizado la expansión urbana en conjunto. Aun con los
mecanismos legales vigentes para el municipio de Zamora, que no son pocos, la
planeación en el municipio carece de sentido, lógica y orden, ya que estos
instrumentos lamentablemente son modificados y adaptados, por diferentes
actores y grupos con poder político y económico, para dirigir el crecimiento urbano
a su antojo previendo sus propios intereses económicos. Esto da cuenta de la
autorización de fraccionamientos residenciales en suelos no aptos para la
construcción, así como las invasiones de asentamientos informales carca de
éstos. De esta manera se lleva a la práctica la segregación social, fragmentación
territorial y por su puesto una mala calidad de vida en la familias habitantes de los
asentamientos humanos anteriormente mencionados.
Sin tener en cuenta las malas o buenas condiciones de vida que pueda
tener un entorno urbano, la construcción de asentamientos en la ciudad se da con
el objetivo de enriquecer cada vez más las cuentas de inmobiliarias y
desarrolladores y hasta quienes están en el ejercicio del gobierno. El desarrollo
empírico de la presente investigación de tesis da cuenta de esto con los
asentamientos estudiados, ya que a partir de la autorización de un fraccionamiento

2 12
residencial en 1966, un grupo de paracaidistas invaden en 1969 una zona federal-
a un costado de dicho fraccionamiento- no apta para la construcción de
asentamientos humanos, primero, por ser precisamente propiedad federal y,
segundo, por ser el cauce de un rio. Así, la construcción de nuevos
fraccionamientos se puede tomar como un patrón para que grupos de
paracaidistas comiencen la invasión de suelos cercanos a los fraccionamientos ya
mencionados, esto lo muestra claramente el mapa 3, donde se marcan los
asentamientos humanos irregulares distribuidos en pequeños grupos en toda la
mancha urbana de la ciudad.
A partir de la lógica de formación de asentamientos humanos, se puede
comprender el vínculo generado entre la casa y la ciudad, así también las
problemáticas surgidas en diferentes escalas que afectan a un colectivo desde sus
lógicas particulares. De esta manera, la formación y construcción de un
asentamiento humano es clave para el desarrollo y consolidación socioespacial
del mismo. Dicho proceso marca la diferencia de los problemas sociales,
espaciales y económicos en diferentes entornos urbanos, pues son lógicas de
planeación determinadas a partir del nivel de informalidad o formalidad con el que
se construye el espacio.
Cuando un asentamiento formal es autorizado, construido y consolidado
bajo la normativa urbana, la construcción de casas, las relaciones socioespaciales,
el control de los problemas y la consolidación de dicho entorno será de manera
ordenada porque supuestamente obedece a un tipo de planeación normada y
pensada. Sin embargo, un asentamiento irregular no tendrá una lógica de
planeación, pero si una de construcción, será una construcción natural, abierta, sin
imposiciones, desordenada espacialmente, pero con un orden social establecido a
partir de la informalidad tanto en la construcción de las relaciones socioespaciales
como en la construcción del espacio, el cual experimenta un cambio continuo.
Por otro lado, tanto la planeación urbana como cualquier otra lógica de
planeación de un entorno urbano, es el resultado de diferentes estilos de vida y
cambios en éstos, por lo tanto, cualquier tipo de planeación se refleja en el entorno
urbano y este expresa un progreso a partir de los niveles de calidad de vida de sus

213
habitantes. Así, los problemas que surjan a partir de formalidad o informalidad de
la construcción de asentamientos afectan directamente la calidad de vida de los
habitantes, ya que cualquier lógica de construcción es parte de los estilos y formas
de vida en determinada sociedad. Estos problemas afectan la calidad de vida en
diferentes aspectos como son: el ambiental, auditivo, visual, económico, cultural,
educativo, salud, entre otros.
En este sentido puede surgir la siguiente pregunta ¿Qué relación tiene la
planeación urbana y el crecimiento urbano desordenado con la casa, la familia, el
habitar y todo lo que conllevan? Precisamente, el tema de interés partió de este
contexto, ya que el elemento material más importante de cualquier asentamiento
humano es la casa, la cual es habitada por la familia. Así, la casa es el escenario
en el que por excelencia el individuo habita, esto encierra todo lo que haga
referencia al término habitar. Por esta razón no se discuten temas centrales de la
planeación urbana en el desarrollo del argumento, sino me centro en la
construcción del espacio (la casa) a partir de un entorno urbano (el asentamiento)
con una “planeación” y desarrollo urbano particulares, en la misma ciudad,
procesados por determinado grupo social. Así, el habitar se relaciona
estrechamente con la planeación urbana desde dos puntos de vista, el material -
que genera significado- y el simbólico -que genera sentido-.
De esta manera es posible concluir que el habitar se transforma en el propio
habitante de la casa, el asentamiento o la ciudad, ya que es una construcción de
la persona o del ser a partir de las necesidades básicas del mismo.
Hay una infinidad de variantes entre las formas de habitar en cada uno de
los asentamientos. Éstas responden a una lógica de construcción o “planeación”
que dan como resultado la construcción socioespacial de la casa y el entorno
urbano. En este sentido Rapaport explica que las formas de las casas construyen
el propio entorno, el cual no es únicamente consecuencia de expresiones
materiales o físicas sino de una compleja red de situaciones presentadas en la
vida diaria.
Por otro lado, una sociedad inconforme y participativa en los asuntos
urbanos es consecuencia de una deficiente gestión municipal, por esto es

214
necesario una mejor coordinación entre los diferentes organismos que llevan a
cabo la planeación y, principalmente, una mayor participación social para que
cada individuo pueda impactar directamente en la casa, su entorno y en la ciudad.
Para determinar si puede haber o no una regulación en la planeación
urbana y el crecimiento urbano desordenado en Zamora, es necesario tener
presente que las problemáticas se intensifican con la segregación social y los
nuevos fragmentos espaciales. Esto se da en Zamora bajo un aparente orden y
marco normativo vigente, pero no efectivo ni si quiera ejecutado y mucho menos
planeado legalmente. En este sentido es necesario discutir ampliamente el papel
de la gobernanza en el proceso de planificar el espacio urbano -lo que podría
llevar a un amplio trabajo de investigación-, pero más importante que esta
discusión de gobernanza, es ejecutar dicha planificación y hacerla visible en la
ciudad, por lo tanto el papel que asume el Estado en este proceso es determinante
para posibilitar una regulación del crecimiento urbano, no solo en Zamora, sino en
todas las ciudades.
Así, el ordenamiento territorial y la planeación urbana podrían tener una
regulación en Zamora a través de tres estrategias principales. En primer lugar es
necesario definir y, más que nada, administrar adecuadamente la zonificación
urbana para controlar las provisiones, usos, destinos y reservas del suelo en el
municipio. En segundo lugar, fomentar la cultura de la planeación urbana en el
ejercicio de la administración pública. En tercer lugar, y desde mi punto de vista el
más importante, propiciar la mayor participación social posible en la planeación y
ordenamiento urbano, así como en la solución de problemas existentes. Además
es necesario procurar el mayor equilibrio posible entre la oferta y la demanda de
viviendas y terminar con la continua autorización de invasiones irregulares para
incrementar la calidad de vida en la población.
Demostrar la presencia de problemáticas en el entorno de la casa a través
de múltiples realidades o experiencias cotidianas y habituales, fue el objetivo de
abordarla desde el habitar, como un espacio simbólico y material, con sentido y
significado, el cual ordena y configura la vida cotidiana en el entorno que nos

215
movemos y vivimos. Además guarda dentro de sí el elemento más importante de
la organización física y social, la familia.
Finalmente la casa termina siendo un vínculo entre el ser y el mundo y tiene
su fundamento en el habitar y todo lo que este conlleva. La casa como una
expresión que configura el hombre no significa posesión sino identidad. Es un
espacio vivido (Soja, 1966,1967), un espacio de representación (Lefebvre, 1974),
el cual abre paso a todo tipo de prácticas sociales y espaciales que tienen que ver
con la cotidianidad. Es un espacio real e imaginario.

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2 26
Anexos
Guion de Observación

La observación como obtención de información


1) ¿Qué observar? Los aspectos relacionados con el sentido de habitar la
casa y su entorno, es necesario observar la vida cotidiana,
comportamientos y conductas de las personas y el entorno físico y
simbólico en el que se desarrollan las actividades sociales en cada uno de
los tres asentamientos humanos a investigar. Además de revisar la los
límites de cada asentamiento lo largo y ancho, incluso tener perímetros,
áreas o divisiones internas, por lo que se obtendrá una visión de un entorno
en acción humana dentro de un territorio.
2) De esta manera se permite combinar una lectura objetiva y subjetiva de las
formas sociales y espaciales.
3) La observación tratará no solo de situar los hechos, formas, espacios,
individuos desde la percepción, sino que va más allá de solo hacer
consientes las sensaciones, es además organizar y codificar cualquier
fenómeno observado.
4) ¿Para qué observar? La función descriptiva y de verificación dentro de la
observación permitirá tener un contexto general de las situaciones y hechos
del lugar y de esta manera complementar aspectos con las demás técnicas
a utilizar para cumplir objetivos y comprobar hipótesis.
5) ¿Quién debe ser observado? Qué pasa en cada uno de los asentamientos
diariamente, es decir, quiénes son o están, qué tipo de relaciones
mantienen, tipo de clase social, personas clave, comportamiento y su
duración, el entorno y los límites de las relaciones sociales.
6) Es necesario hacer un mapa mental, el cual me obliga a reexaminar
imaginativamente el entorno o el asentamiento y de esta manera tener
ubicados los espacios o formas más significativos para el trabajo de
observación. Esto servirá para ilustrar el informe posterior y facilitar su
interpretación.

2 27
7) Finalmente se pretende descubrir con la observación redes de relaciones
sociales y espaciales. Sin olvidar las notas de campo de lo observado, oído
y hecho.

228
Entrevista 1.- Para conocer la historia, fundación y evolución del
asentamiento de forma oral.

El sentido de habitar.
Un acercamiento a la casa zamorana y su entorno.

Los relatos que componen esta obra pretenden contar


prácticas comunes. Introducirlas con las experiencias
particulares, las frecuentaciones, las solidaridades y las
luchas que organizan el espacio donde se abren paso estas
narraciones, será pues delimitar un campo. Así se precisará
igualmente una "manera de andar", que pertenece además
EL COLEGIO a las "maneras de hacer", que son el tema de este estudio.
DE MICHOACÁN, A. C. Para leer y escribir la cultura ordinaria, hay que reaprender
operaciones comunes y hacer del análisis una variante de
su objeto. De Certeau (1996).

Objetivo: identificar la relación del sujeto (o familia) con Zamora y el asentamiento


en el cual se desenvuelve por medio de la obtención de información histórica
predominante del asentamiento, fundación y/o invasión, (según sea el caso)
características de trasformación física, y rasgos particulares que dan identidad al
asentamiento, si es que existe algún tipo de organización social o incluso división
social, actividades sociales y/o familiares, festejos, relaciones sociales, cultura,
actores sobresalientes, entre otros.
La entrevista se aplicará a personas que tengan habitando en el lugar por lo
menos 35 o desde su creación para obtener una historia oral acerca del
asentamiento.

Datos generales:

Nombre:

Edad: Estado civil: Escolaridad:

Ocupación:

2 29
Asentamiento de residencia:

Tiempo de residencia en el lugar:

Lugar de nacimiento:

PREGUNTAS

1. Para ir contextualizando. ¿Porque habitar en Zamora?


a. ¿Cuáles son los primeros límites que recuerdas de Zamora?, ¿de
qué años los recuerdas?
b. ¿Qué es para ti la ciudad de Zamora?
c. ¿Cuáles son los límites de Zamora para ti?
d. Dentro de esos límites ¿cuáles son los lugares en los que te gusta
estar? ¿Y por qué? y ¿Los Espinos en qué posición queda dentro de
esos lugares?
2. Origen del asentamiento
a. ¿Cómo fue se comenzó a poblar el asentamiento?
b. ¿Hubo algún tipo de organización social para ocupar la zona?
c. ¿Puede contarme los acontecimientos sobre esta organización
social?
3. El asentamiento y su entorno
a. Primeras casas o familias que llegaron al lugar
b. Características físicas y sociales del entorno ¿Qué colonias había y
cómo era la infraestructura y equipamiento?
c. ¿Cómo eran los servicios públicos e infraestructura el lugar?
d. ¿Qué cambios se han producido en el asentamiento y en las casas?
i. Tipos de casas, materiales, procesos constructivos, quiénes
las construyen.
e. ¿Existe algún lugar que se tome como punto de reunión o un lugar
importante para la gente?
f. ¿Existe algún origen específico de la gente?

2 30
g. ¿Cómo ha sido el crecimiento demográfico y físico del lugar? ¿Viejos
habitantes y nuevos habitantes?
4. Actividades económicas y laborales
a. Fuentes de empleo
b. Actividades predominantes
c. Transformaciones económicas
5. Tradiciones
a. ¿Existe un festejo o tradición especial en el asentamiento?
b. ¿Cómo se originó y como se organizan?
c. ¿Existe un festejo o tradición especial como familia? ¿Cuál?
6. Tu quehacer
a. ¿Qué actividades laborales has desempeñado en tu vida, en que ha
consistido cada una de ellas y dónde?
b. ¿Puede describirme un día de trabajo normal en su trabajo anterior y
actual?
c. ¿Yun día de descanso?
7. Una aproximación subjetiva
a. Recuerdos inmediatos de momentos gratos y amargos de la infancia,
juventud y vida adulta en el asentamiento y otros lugares
b. Costumbres y hábitos, personas allegadas a usted.
c. ¿Cómo ha resuelto o sobrellevado problemáticas en el asentamiento
y otros lugares?
d. ¿Te gustaría cambiar de residencia? ¿A dónde y porque?
8. Valoraciones
a. ¿Qué actividades realizas fuera del asentamiento?
b. ¿Cuáles son los límites del asentamiento para ti?
c. ¿Qué es Los Espinos para ti? Importancia

231
Guía de entrevista
La casa y su entorno
1. ¿Cuáles son los límites de Los Espinos para ti?
2. ¿Qué es Los Espinos para ti? Importancia.... ¿Y tu casa....?
3. Hábleme de su casa ¿Quién construyó la casa?
4. Cuanta gente vive en la casa. (Descripción de cada persona, edad,
ocupación)
5. Formas particulares de hacer las prácticas cotidianas en la casa (comer,
dormir, cocinar, entre otras), es decir, ¿Cómo, quién, para qué y cuánto
tiempo al día usan la casa y sus diferentes espacios?
a. ¿Cuánto tiempo dedican a usar cada espacio de la casa, para qué y
quien los usa?
b. Existe algún espacio o espacios restringidos ¿por qué y a quién se
restringe? (reglas).
6. Descripción de datos y/o formas arquitectónicas valiosas para usted y
recopilación de datos geométricos: desniveles, medidas, superficie,
aspectos constructivos, tipos de materiales, su entorno.
7. Estilos, gustos, patrones herencias estéticas de la casa
a. Tiene un estilo ideal o particular la casa
b. Cualidades de ornamentación, formales, espaciales y/o estéticas de
la casa que poseen mucho valor.
8. Cambios y evolución de la casa desde su construcción (materiales,
adaptaciones, gustos, procesos constructivos, entre otros). ¿Y cómo han
sido los cambios en el asentamiento?
9. ¿Existe un tipo de influencia cultural, tradicional o de adaptación para la
realización de estos cambios?
10. ¿Qué cosas valiosas (no materiales), sentimentales, culturales,
generacionales, entre otras, guardan en ella? ¿Existe algún lugar especial
en el que las guardan?

233
11. ¿Cómo se definen los lugares de la casa y que nivel de importancia tiene
cada uno de ellos? (Si es que existen clasificaciones en el entorno y dentro
de la casa)
12. De acuerdo a su vida cotidiana ¿Cómo describiría una red de relaciones
entre su casa, el asentamiento y la ciudad? Describir diferencias visibles en
zonas de transición (cambios espaciales, físicos y sociales a los largo de
esa red) socio-espacial (si es que las hay).
13. Hábleme sobre las dificultades legales que ha tenido el asentamiento, la
cuales repercuten en su casa directamente y sobre las dificulta de legales
que ha tenido en su casa específicamente.

234
11. ¿Cómo complementan los habitantes la vivencia (forma de habitar) de su
propia casa con la vivencia (forma de habitar) del entorno inmediato y
publico del barrio?
12. Frente a los programas de recuperación del centro ¿Cómo se comportan
los habitantes?, ¿Qué percepciones tienen de estos programas?, ¿Se
sienten incluidos?, ¿Han participado?, ¿Consideran que las orientaciones
del sector publico están en detrimento?, ¿Cuáles son las formas de
organización y redes sociales de estos habitantes?
13. ¿Existe en realidad un despoblamiento de El Centro?
14. Motivo de permanencia y desplazamiento: cariño, costumbre, casa propia,
otros, cercanía a los servicios.
15. ¿Cómo son los servicios públicos (de agua, drenaje, alumbrado, calles,
banquetas, luz, etc.)?
16. ¿Qué les gustaría mejorar o cambiar de su casa y de su entorno?
17. ¿Porque vivir en el centro histórico?

2 36
Mapas

Mapa de localización de La Luneta, El Centro y Los Espine


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Mapa de red vial entre La Luneta, El centro y Los Espinos
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Mapa, Viviendas habitadas por manzana
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Mapa, Promedio de habitantes por vivienda
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Mapa, Total de hogares por manzana
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