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Nombre(s): Matrícula(s)

Leonela Polanco 2015-0914


Mirna Altagracia De Los Santos Abreu 2019-1266
Bemnifer Cecilia Núñez Cruceta 2015-1762
Pedro Enmanuel Sandoval Luzón 2019-1441
Paoletty De Jesús Fabián Rodríguez 2017-1669

Asignatura:
Economía Dominicana.
Trabajo:
La economía durante el periodo de la independencia.

Profesor:
Jorge Custodio Heredia
La economía durante el periodo de la independencia.

El 9 de febrero de 1822 el presidente de Haití, Jean Pierre Boyer, llega a la


ciudad de Santo Domingo, procediendo a partir de entonces a unificar toda
la Isla bajo su dominio y a transformar la atrasada economía colonial que
había prevalecido durante más de tres siglos en el territorio que ocupa la
actual República Dominicana.
La integración de la Isla de Santo Domingo abrió las puertas al intercambio
comercial de la parte española con nuevos mercados como Francia, Estados
Unidos, Inglaterra y Holanda, rompiendo así el monopolio que había
impuesto España a sus colonias mediante la Casa de Contratación de
Sevilla, a partir de 1503 para que no entraran en contacto comercial con
ninguna de las potencias enemigas sin su consentimiento.
Esa disposición trajo consigo un estímulo inusitado en la agricultura y en
otras áreas afines para la exportación, como madera, tabaco, cacao,
algodón, caña, café, ganado, cuero, mieles, azúcar y otros frutos menores.
De igual manera, Boyer derogó una serie de impuestos que afectaron de
manera significativa el desarrollo de la economía y dictó un conjunto de
medidas para impulsar el comercio.
El presidente Boyer tomó la medida de abolir la esclavitud, con la cual
procedió a liberar a más de 10,000 esclavos, y al mismo tiempo un cambio
radical en el sistema de propiedad de la tierra, ya que el gobierno haitiano
procedió a confiscar la tierra en mano de la Iglesia católica y de aquellos
sectores hateros-latifundistas que abandonaron el país tras la unificación.
El sistema de distribución de tierras implementado por el gobierno de
ocupación haitiano hizo posible el surgimiento del campesinado
dominicano, una nueva clase social que pasó a ser la mayoritaria en la
estructura social de República Dominicana, si se toma en cuenta que la
población dominicana no pasaba de 100 mil personas, con un promedio de
alrededor de 4 miembros. Con la medida adoptada por Boyer de liberar más
de 10,000 esclavos y distribuir la tierra confiscada a la Iglesia y a
terratenientes que emigraron del país hacia Cuba, Puerto Rico y Venezuela,
alrededor del 40% de la población adulta pasó a ser propietaria de la tierra.
Todos estos cambios fortalecieron el desarrollo del comercio y el
crecimiento económico de la pequeña burguesía, grupo social que sería el
sostén de la Independencia Nacional, por las grandes facilidades otorgadas
por el gobierno de Boyer a nacionales e inmigrantes de diferentes países
para adquirir propiedades y desarrollar sus plantaciones.
Ese crecimiento se pone de manifiesto en la existencia de grandes
comerciantes consignatarios, cuyas patentes de comercio oscilaban entre 23
y 389. En ese sentido, se puede destacar que Juan A. Billini tenía 389
patentes, Rothschild & Coen 150 patentes, Thomas Lawrence 116, Levy el
Fils 95 patentes, Levy hijo Mayor 94 patentes, S. Rothschild 44 patentes,
Alejandro Victoria 23 patentes y otra decena de grandes comerciantes.
De igual modo, había pequeños y medianos comerciantes, los cuales
también adquirieron patentes para realizar sus actividades,
mayoritariamente dominicanos o haitianos, entre los que destacan Esteban
Mejía con 453 patentes, Juan P. Fuccinet con 288 patentes, Pedro Garabito
201 patentes, José del Orbe 159 patentes, José A. Rixo 156 patentes,
Ramón Montaño 130 patentes, Juan Sierra 117 patentes, Juan F. Amiama
94 patentes, Martín Mota 66 patentes, Antonio Nicolás 32 patentes y Juan
de la Cruz 12 patentes, entre otros.

Desarrollo industrial, artesanal y comercial.


El desarrollo industrial era prácticamente nulo y las labores artesanales se
enfocaban a la fabricación de serones para el empaque de tabaco y otros
productos agrícolas para su más cómoda transportación. También se
fabricaban andullos y cigarros, rústicos muebles de madera, sillas y
aparejos de montar los caballos, alambiques para la elaboración de ron de
caña, trapiches movidos por animales para la elaboración de azúcares y
mieles. Estas unidades productivas eran fundamentalmente de carácter
familiar, que junto al corte de madera preciosa y la crianza y
comercialización de ganado, representaban las expresiones más claras del
mercantilismo simple, etapa inicial del capitalismo.
Por último, las categorías por ocupaciones que contemplaba la Ley de
Patentes promulgada a mediados de 1845, que eran tan sólo 25, dan una
idea bastante clara del nivel de desarrollo económico de República
Dominicana por aquella época: consignatarios, negociantes de maderas y
frutos, ebanistas y carpinteros, boticarios, curtidores, licoristas, dueños de
casas de trucos y billares, mercaderes de alquitrán y aceites, panaderos,
quincallerías y jugueterías, buhoneros de un pueblo a otro, sastres,
sombrereros, veleros y posaderos o mesoneros.
El empréstito Hartmont.
El empréstito Hartmont, Fue el primer préstamo tomado a capitales
internacionales hecho por el Estado Dominicano durante el gobierno de
Buenaventura Báez. Dicho préstamo fue firmado el 1ero. de mayo 1869 por
Edward H. Hartmont, de origen Inglés, presidente de Hartmont Brothers
and Co.
Para entender un poco la necesidad del país en materia financiera, debemos
transportarnos al 1865. Nuestro país había luchado dos grandes batallas en
su corta existencia republicana...la Independencia y La Guerra de la
Restauración; esta última, sumió al país en una fuerte crisis económica y
financiera, que no fue manejada apropiadamente por los gobiernos de
turno, que buscaron desesperadamente fuentes de dinero a cualquier costo.
Entre ellas estuvo la toma de dinero prestado, por lo que por primera vez
acudieron a préstamos financieros de fuentes extranjeras privadas.
El empréstito con Edward H. Hartmont consistió en un desembolso de
420,000 libras esterlinas, equivalentes más o menos a dos millones de
dólares, al Estado Dominicano, el cual amortizaría 58,900 libras esterlinas
al año pagaderas cada 6 meses a un plazo de 25 años, lo que lleva el total
de la deuda a 1,472,500 libras esterlinas.
La deuda sería representada por emisiones al portador, pudiendo ser
colocadas por los señores Hartmont a su mejor discreción. Las comisiones
y los intereses fueron exageradamente altos alegando grandes riesgos.
En cambio, el Estado Dominicano ponía como garantía los siguientes
puntos:
Hipotecas sobre activos del Estado
Control directo de las aduanas en los puertos de Santo Domingo y Puerto
Plata garantizándose los ingresos de los que eran los principales puertos del
país.
Garantía sobre la explotación de las Minas de Carbón y los bosques de la
península de Samaná.
Garantía sobre la explotación y derechos de exportación de las reservas de
guano de la isla de Alto Velo.
Hartmont solamente entregó a Báez 38,000 mil libras esterlinas. Sin
embargo, emitió bonos por encima de la suma total del empréstito con lo
que estafó al gobierno dominicano.
Empréstito Westerndorp.
La Westendorp pasó a ser una importante fuente de financiamiento
para el gobierno de Heureaux, quien en 1890 concertó un nuevo
empréstito de 900,000 libras esterlinas para la construcción del
Ferrocarril Central Dominicano que unió las ciudades de Santiago y
Puerto Plata. Pero los contrabandos de mercancías permitidos por
Heureaux a comerciantes que le servían como prestamistas locales
acabaron por debilitar a la Westendorp, que resultó afectada por la
reducción de las percepciones aduaneras y se vio impedida de pagar
intereses a sus accionistas y tenedores de bonos.
Fue así como en 1892 la Westendorp traspasó sus acreencias e
intereses frente al Estado dominicano a la San Domingo
Improvement Co. of New York, constituida por un grupo de
capitalistas estadounidenses, a la que prontamente Heureaux requirió
nuevos préstamos que situaron la deuda externa del país en diecisiete
millones de pesos en 1893. Nuevas operaciones en 1893 y 1895
redujeron los ingresos estatales y una emisión de bonos por más de
cinco millones de libras esterlinas en 1897, al amparo de una ley
favorecedora de la Improvement, tuvieron efectos igualmente
negativos sobre las finanzas nacionales, beneficiando únicamente a
esta última, que llegó a tener un control total sobre la economía
nacional. Ese predominio, vinculado a otros factores, sería una de las
causas del ajusticiamiento de Heureaux en ese mismo año.
El caos financiero dejado por Heureaux fue enfrentado por el
gobierno de Juan Isidro Jimenes, quien fue elegido presidente luego
de la revolución que encabezó Horacio Vásquez a la caída del
régimen lilisista: aunque en 1900 firmó un nuevo contrato con la
Improvement para la distribución de los ingresos aduanales, en 1901
la despojó de las aduanas, convino con ella un acuerdo para el pago
de sus créditos y se entendió con los tenedores de los bonos que esta
había colocado en Francia, Bélgica, Alemania, Italia e Inglaterra. Sin
embargo, el Congreso Nacional, que le era opuesto, no ratificó el
acuerdo con la Improvement.
La “Santo Domingo Improvement.
La San Domingo Improvement Co. fue una empresa creada en los Estados
Unidos el 8 de abril de 1892 de conformidad con las leyes del Estado de
New Jersey, que luego tendría una incidencia capital en los asuntos
financieros de la República Dominicana.
Esta compañía fue creada acorde con los propósitos de hegemonía
geopolítica que, en la época, los Estados Unidos pretendían establecer en el
Caribe. El presidente de la San Domingo Improvement Co., Smith M.
Weed, era un demócrata importante de Nueva York muy amigo de Grover
Cleveland, (Presidente de Estados Unidos en los períodos 1885-89 y 1893-
97). Cuando se creó la compañía en 1892, Smith M. Weed obtuvo las
garantías personales del presidente Benjamin Harrison y del Secretario de
Estado James G. Blaine de que Washington respaldaba su plan para
intervenir en las finanzas relativas a las recaudaciones aduaneras de la
República Dominicana que entonces estaba en poder de la firma holandesa
Westendorp.
Así fue como, desde el inicio de sus operaciones en la República
Dominicana, la San Domingo Improvement Co. adquirió todos los
derechos y obligaciones de la Westendorp Co., generados por los
empréstitos de 1888 y 1890. También adquirió los derechos del contratista
original para la construcción del ferrocarril Puerto Plata-Santiago, Dr. C. J.
Den Tex Bont.
 La transacción entre ambas compañías, San Domingo Improvement y
Westendorp, fue notificada al Gobierno dominicano el 2 de agosto de 1892
y, en principio, el traspaso fue rechazado por el gobierno dominicano, pero
luego de una entrevista entre directivos de la San Domingo Improvement
Co. con el Presidente Heureaux, se pusieron de acuerdo. Entonces se
acordó un nuevo empréstito por valor de US$1,250,000 y se firmó el
contrato el 28 de enero de 1893. Se crearon, además, dos compañías filiales
de la San Domingo Improvement Co. con la finalidad de separar las
operaciones financieras (a cargo de la “San Domingo Fínance Co.”), de las
operaciones del ferrocarril (con la “San Domingo Railways Co.”).
La Ley de Conversión de 1897.
En el año de 1897 el Gobierno no encontraba quién le prestara,
mientras que la economía nacional seguía en franco deterioro y se
hacían muchas emisiones monetarias por medio del Banco Nacional
que había sido creado mediante un tratado con la Sociedad de
Crédito Mobiliar de París en 1889, pero que luego funcionó como
una agencia particular del Gobierno realizando operaciones a su
conveniencia.
Mediante esta Ley se consolidaba toda la deuda pública y se
capitalizaban los intereses adeudados; se autorizaba una nueva
emisión de bonos ascendente a 4,236,750 libras esterlinas y se
designaba a la San Domingo Finance Co. (filial de la San Domingo
Improvement) para manejar el empréstito. Así quedaron afectadas
todas las rentas aduaneras y otros fondos especializados, siempre
bajo el control de la Caja de Recaudación “La Regie”. A la muerte
del Presidente Heureaux la deuda pública del Estado dominicano
ascendía a un monto de $34,083,706; de los cuales $23,957,078
correspondían a la deuda exterior; y $10,126,628, a la deuda pública
interna.

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