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Nombre:

Paola Díaz Rodríguez .

Matricula :

100574371

Asignatura:

Economia Dominicana.

Sección:

07.

Maestro:

Francisco Alberto Tavarez Vasquez.

Tema:

Ensayo sobre el modelo economico de la epoca colonial-1930.


La evolución económica y social de la República Dominicana desde antes de su independencia
en adelante muestra marcados altibajos ocasionados por factores y circunstancias que
determinaron cambios básicos en períodos muy breves. A continuacion se explicara algunas de
las etapas mas importantes de la economia dominicana desde la epoca colonial hasta el año 1930.

A grandes rasgos, una economía colonial se caracteriza por:


Actividades productivas de tipo extractivo. En general, la economía de las colonias se desarrolla
hacia la explotación de los recursos naturales y su transporte hacia la metrópoli, donde
contribuyen al desarrollo industrial y se transforman en productos elaborados de mayor valor
agregado. Las colonias, así, se mantienen en un estado preindustrial, dedicadas esencialmente a
la minería, la agricultura y la ganadería. Por otro lado estaba Monopolio del comercio con las
colonias. En gran medida, las colonias se ven forzadas a comerciar directamente con la metrópoli,
y suelen tener prohibiciones de comercio con terceros, de modo que las riquezas estén siempre
puestas en función del bienestar de los colonizadores.
Sin embargo la economía colonial está pensada, simplemente, para beneficiar más a la metrópoli
que a las colonias, y ello se refleja también en la aplicación de tasas, gravámenes, impuestos y
otros métodos de control económico que se imponen desde el centro colonial.Dicho contrato
suponía una especie de intercambio: la colonia debía suministrar a la metrópoli los suficientes
recursos para pagar la “inversión” en su administración, establecimiento y desarrollo, junto con
un excedente o beneficio. A cambio, la metrópoli debía administrar el sistema de manera justa y
adecuada, a fin de que la relación fuese mutuamente beneficiosa.
Así, España hizo todo lo posible por acumular el oro de las Américas, mientras entregaba los
suelos americanos en encomiendas y otros sistemas administrativos de exploración y explotación
de recursos.Por ende, la economía colonial latinoamericana consistió en el empleo de la mano de
obra indígena en condiciones de semiesclavitud (o franca esclavitud). Posteriormente se sumó la
mano de obra africana. Ambas fueron utilizadas para la explotación minera, agropecuaria y
pesquera de insumos altamente codiciados en Europa, como el oro, la plata, las perlas, el tabaco,
el café, el cacao, el azúcar y otros productos.

Años mas tarde la integración de la antigua zona española de la isla de Santo Domingo dentro del
marco de la República 'de Haití, efectuado por el Presidente Boyer en 1822, liquidó los arcaicos
moldes de la economía colonial españo la vigentes hacia más de tres siglos, en el territorio que
hoy se denomina República Dominicana. En primer lugar, esa integración abrió las puertas del
intercambio comercial en la antigua parte española, hasta ese momento cerradas bajo las férulas
del monopolio co mercial impuesto por España en sus colonias americanas, y sus habitantes
pudieron comerciar con nuevos mercados: Estados Unidos, Francia, Inglaterra. Holanda, etc. Este
hecho originó un reavivamiento de la actividad productiva de los principales productos de
exportación: Madera, tabaco, cueros, mieles, etc. En segundo lugar, la integración de nuestra zona
con la República de Haití, creó también un cambio radical en el sistema de la propiedad de la
tierra, pues las propiedades de la Iglesia Católica, principal latifundista durante la co lonia, fueron
confiscadas.
Al mismo tiempo, el gobierno de Boyer derogó todo un conjunto de impuestos que afectaban de
manera sensible el desarrollo de la economía y dictó disposiciones para in centivar el comercio.
El régimen de Boyer al propio tiempo, dictó Común o sección Toial Cacao Algodón Caña Café
Halos Tabaco varias disposiciones para estimular la siembra de productos de portación, tales
como el café y el tabaco. Todos estos cambios fortalecieron el desarrollo del comercio y el
crecimiento económico de la pequeña burguesía, grupo sociales
Lo que si 'es evidente es que el peso dominicano nació devaluado,y que la especulación monetaria
se constituyó en uno de los más fructíferos negocios de aquella época. David Porter, quien visitó
a nuestro país en 1846 enviado por el Presidente de Estados Unidos, en el informe final que
escribió para su gobierno, nos ofrece una panorámica sumamente interesante sobre la situación
financiera de aquellos momentos, cuando señala; “En verdad, la finanzas dominicanas estaban
en condiciones deplorables. El poco dinero que había en el país estaba en manos de judíos. El
dinero consistia en monedas de cobre y billetes de papel, y veinte pesos equivalían a un dólar de
plata. Siempre que el gobierno quería pagar sus deudas, aumentaba el precio de las monedas de
cobre. Inmediatamente después, el valor del cobre volvía a caer y el del papel aumentaba.

El desastre financiero bien pronto obligó al gobierno de Santana tan tempranamente como el 2 de
julio de 1847, a establecer una deuda consolidada ascendente a un millón de pesos nacionales,
para poder facilitar el canje de la moneda devaluada que comenzó a ser amortizada a razón de 80
pesos promedio por su valor en oro. Esa misma resolución, aprobada el día anterior por el Consejo
Conservador, autorizó al Poder Ejecutivo a efectuar una nueva emi sión en papel moneda por la
suma de 250 mil pesos.
No obstante la medida no tuvo los efectos esperados y el papel moneda continuó devaluándose.
No obstante, el gobierno de Santana continuó efectuando emisiones monctajias. Entre 1844 y
1849, se efectuaron emisiones monetarias por un valor superior a los tres millones de pesos. Esas
emisiones, el desorden administrativo, la situación de guerra con Haití que sustrajo brazos a la
agricultura.Es interesante destacar, para tener una idea cabal de cómo se manejan los asuntos
monetarios en aquellos momentos, que el gobierno provisional que establecieron los
revolucionarios cibaerios en Santiago, donde fue traslada da la capital de la República, si bien
dictó un decreto 28 de enero de 1858 desconociendo las emisiones de Báez, dispuso también la
realización de una emisión monetaria por la suma de más de 20 millones de pesos, con el fin de
recoger todos los billetes en circulación.
Sin embargo antes de abandonar el poder, el 30 de julio de 1857, Báez forzó al Senado Consultor
para que aprobara una resolución que le concedía una indemnización de 50 mil pesos fuertes por
“los daños sufridos en sus propiedades" durante su carrera política, al tiempo que ordenaba en
diciembre de ese mismo año una nueva emisión monetaria de dos millones de pesos.El desorden
monetario, profundizado como nunca durante el gobierno de Báez, no terminó con su salida del
poder. Todo lo contrarió, a partir de aquí la situación tomó un derrotero aun más grave, pues los
especuladores, nacionales y extranjeros, se dieron a la tarea de comprar las papeletas emitidas por
Báez a precios bajisimos, con el propósito de forzar al gobierno siguiente a que fueran recibidas
para el pago de los impuestos aduaneros y canjeadas a un precio excesivainente elevado.
Los ingresos del Estado antes de la anexión, es decir en el 1860, provenían mayormente de los
impuestos a las importaciones y en menor medida a las exportaciones, alcanzando para ese año
la cifra de 303 mil pesos fuertes, mientras que los gastos superaban los 500 mil pesos fuertes.
Al ser entregada República Dominicana a los españoles, éstos impusieron medidas opuestas
radicalmente a los intereses y a las expectativas de los sectores productivos del país, de la pequeña
burguesía y de los sectores populares dominicanos.
Los peninsulares establecieron altas tasas impositivas a los artículos de consumo masivo y tasas
mayores para todas aquellas mercancías que no eran importadas desde España o no eran
transportadas en embarcaciones españolas. Por otro lado, los españoles prohibieron el retiro de
mercancías de las aduanas o comprar todo tipo de producto en los establecimientos comerciales
con los billetes inorgánicos y/o vales con que los anexionistas habían inundado anteriormente el
mercado interno. Esto significaba que todos los sectores del país estaban obligados a cambiar sus
billetes y vales en metálico para poder retirar sus mercancías de aduanas y comprar aquellas que
necesitaban.
Esta situación implicaba una pérdida de tiempo y dinero enorme para los comerciantes y para la
población dominicana en general, ya que los responsables de ejecutar las amortizaciones
rechazaban la mayor parte del papel moneda en circulación, al considerarlo falso o muy
deteriorado.
Tanto los gobiernos anteriores, como los siguientes, para vencer dificultades financieras
inmediatas utilizaron, como hemos visto, primero, a prestamistas individuales, y más luego, a las
compañías de crédito. Otros intentos de endeudar el Estado dominicano con préstamos exteriores,
ocurrieron durante el gobierno del general Cabral en 1867, pero también fracasaron.
Durante el período 1900-1916 en la República Dominicana ocurrió la sucesión de 16 gobiernos,
situación ésta que fue la genuina expresión de la más virulenta de un proceso de inestabilidad
política, desconocida hasta entonces, y que solo fue superada brevemente durante la dictadura de
Ramón Cáceres entre 1905 y 1911. Sin lugar a dudas, esto repercutió de manera contundente
sobre la economía dominicana de una manera desastrosa en los aspectos económicos y
financieros.
La economía parecía una nave sin rumbo fruto de que las dictaduras que predominaron en la Rep.
Dominicana se convirtieron en la semilla del malestar que estimuló una prolongada parálisis de
las transformaciones de la economía y la institucionalidad del país. Pero es que la mayor
fastuosidad quedó evidenciada en las fuertes restricciones que se imponía al comercio exterior, lo
que en los hechos se interpretaba como una desorientación de criterios racionales de la política
comercial.Como se puede observar, en los primeros años del siglo XX la economía dominicana
fue duramente castigada por las diatribas políticas predominantes, incluyendo la intervención
norteamericana de 1916 y las repercusiones que tuvo la primera guerra mundial. En adición, la
gran depresión de 1929 trajo como consecuencia una tendencia hacia la monopolización, la cual
se enfrentaba a una economía que se caracterizaba por ser esencialmente agro-exportadora y la
construcción del aparato industrial, en particular, la industria azucarera.
Correspondió al gobierno de Horacio Vásquez tomar algunas medidas para enfrentar el escenario
económico planteado a raíz de los problemas derivados de la vulnerabilidad económica y política
en que había caído la nación. Con las precariedades financieras que se desenvolvía la economía,
el gobierno introdujo medidas económicas draconianas como fue la obligatoriedad de pagar los
derechos aduaneros en dólares, flexibilidad en el desarrollo en el corte y labranza de madera en
la zona sur, la cual se exportaba principalmente a Inglaterra, para aumentar las recaudaciones.
Cuando Trujillo asumió el poder, la situación económica era pésima en todos sus aspectos. Por
un lado las aduanas, las entidades bancadas y las empresas importantes eran controladas por los
inversionistas de Estados Unidos. Por otro lado el Estado no contaba con reservas monetarias, a
lo que se añadieron los efectos económicos que produjeron el ciclón de San Zenón y la de
económica mundial de 1929.
La economía dominicana se caracterizaba por ser esencialmente agro-exportadora, este proceso
se produjo paralelamente a la formación y consolidación del aparato industrial. También se
desarrolló una industria manufacturera cuya producción estaba destinada al mercado interno
(ocupaba el 20% restante) Esta industria liviana estaba destinada al consumo doméstico de
alimentos, bebidas, calzados, vestidos, muebles y papel. Existía también un cierto desarrollo de
la industria de materia prima como la de cemento, textiles, cuero, oro, madera y bauxita. Trujillo
manutuvo una política de monopolización de la industria, la banca y el comercio, pero sin afectar
ni competir con los intereses de las grandes compañías de capital extranjero o nacional, que se
habían convertido en aliados del régimen.
Es en ese contexto que se produce una estocada a la Constitución de la República que viabilizó el
ascenso al poder del régimen trujillista, que en lo inmediato creaba las condiciones para gestar el
inicio de una de las dictaduras de mayor prolongación en la historia dominicana. Este proceso
coincidió con el momento en que también la crisis mundial que estalló en EEUU entraba en su
fase más penetrante, fruto de que la economía era absolutamente dependiente de la
norteamericana. Es así como la dictadura gestionaba la intervención del Estado en la economía y
cumplir con los compromisos financieros con el exterior obligando de manera indirecta y
compulsiva a la población a pagar esos compromisos con impuestos, lo cual se tradujo en una
tragedia económica expresada quiebras de negocios, carencias y hambre que azotaba al país
convirtiéndolo en un almacén de sobrevivientes.
Para finalizar con este ensayo el país cayó al borde del colapso como resultado de que la economía
dominicana fue conducida con criterios bizantinos y monárquicos que no constituían una
respuesta objetiva contra el ciclo que planteaba el desarrollo y dimensión de la segunda guerra
mundial. Esta debacle fue aprovechada por el dictador para hacer negocios lucrativos con el
monopolio de la sal, monopolio de la leche, la fábrica de calzado, dueño de la fábrica de cigarrillos
y de la empresa de elaboración de aceite de maní.
En el plano financiero, el gobierno dominicano fue utilizado por Trujillo como instrumento de
sus aspiraciones económicas, sobre la base de doblegar el poder político a su voluntad.

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