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Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA)

Nombre:

Eliott Yeordani Reyes Almánzar #20220848

Clase:

Historia Dominicana

Carrera

Desarrollo de Software

Docente:

Elisia Yoelkis Gerónimo Burgos

Trabajo de Investigación

30/05/2022
¿Que fue la danza de los millones?
El influjo de Estados Unidos en la economía fue uno de los resultados más patentes del
desarrollo de las plantaciones azucareras en la República Dominicana. La terminación de
la Guerra en 1918 produjo un impresionante aumento de precios de los productos y
materias primas tropicales en todo el mundo.

Desde 1910, por lo menos, la economía dominicana descansaba en la producción de


azúcar y cacao, que constituían las cuatro quintas partes de todos los ingresos del país, en
tanto que el tabaco y el café representaban el quinto restante. Como la Guerra se había
librado en los campos productores de remolacha azucarera en Francia, Rusia y Alemania,
la escasez de azúcar produjo un enorme crecimiento en la demanda de azúcar de caña.
Con el nuevo aumento que ocasiono el fin de la guerra, la prosperidad se hizo sentir de
inmediato en todo el país. Hubo sustanciales aumentos de salarios, beneficios para los
dueños de tierras y negocios, etc.

El comercio importó entonces cantidades enormes de mercancías. Durante los años 1918
a 1921 la economía dominicana creció hasta alcanzar niveles nunca imaginados. Esta
súbita gigantesca expansión de la vida económica y de los negocios en el país recibió el
nombre de la “Danza de los millones”. Durante este periodo, pueblos como Santiago, La
Vega, San Pedro de Macorís y Puerto Plata adquirieron una categoría urbana que no
habían conocido antes.

Como consecuencia del alza de los precios del azúcar y del cacao, el dinero circuló en
grandes cantidades en el país y el comercio gozó de la época más próspera hasta entonces
conocida. Previendo precios aún mayores, los comerciantes hicieron enormes
operaciones de compra y venta, pero ya la producción de azúcar de remolacha se estaba
recuperando en Europa y demás países productores que habían estado ampliando sus
áreas cañeras con el propósito de aprovechar los altos precios y aumentar sus ganancias.
De manera que en el momento en que todo el mundo esperaba grandes beneficios, la
producción mundial de azúcar creció en forma desmesurada. El mercado se saturo y se
produjo una caída vertical de los precios. De buenas a primeras los comerciantes se vieron
con mercancías exageradas que no tenían salida, y como ya no se vendía el azúcar a los
precios esperados, se produjo una gran depresión económica que se caracterizó por la
falta de dinero en los ingenios.
Los comerciantes se vieron obligados a cancelar muchos de sus pedidos, pero más de la
mitad de estos ya habían llegado y tenían que pagarlos. Al no poder venderlos, muchos
tuvieron que lograr acuerdos con sus acreedores para saldar en pagos parciales las deudas
contraídas. En los pueblos y ciudades las quiebras se volvieron un tema diario. La “Danza
de los millones” había terminado.

El impacto de la caída de los precios internacionales del azúcar sobre la economía


dominicana se pone en evidencia claramente en el hecho de que en el año 1920 el país
exportó 158.8 mil toneladas métricas de azúcar por un valor de 45.3 millones de dólares,
mientras que en 1921 los ingresos por las ventas de este producto en el extranjero se
redujeron a tan solo 14.3 millones de dólares, a pesar de que el volumen exportado se
incrementó a 183.6 mil toneladas métricas. En otras palabras, el valor de las exportaciones
se redujo en un 67% a pesar de que el volumen exportado subió un 14%.

Debido a su naturaleza peculiar y a la atracción del capital extranjero, la industria se las


arregló para sobrevivir a pesar de todo. Producía menos ganancias para los enormes
recursos invertidos y continuaba demandando de capitales adicionales de las
corporaciones y la expansión de la producción le aseguraba la supervivencia, aunque no
la prosperidad.

El azúcar, en vista de que su ciclo de producción responde a los estímulos de la demanda


de modo excesivo pero lento, parte del incremento de su producción llegó como torrente
cuando el boom ya se había extinguido. Debido a las economías de escala y a la
invisibilidad de las inversiones, la capacidad instalada del parque fabril de la industria
azucarera normalmente está sobredimensionada en la relación con la demanda del
momento. Esta tendencia generalmente es reforzada por el carácter oligopólico de este
subsector de la economía.

¿Que fue el modus vivendi?

Modus vivendi. Convención de 1905. A través de este convenio el gobierno


norteamericano se responsabilizará de todas las deudas del gobierno dominicano a
cambio del cobro de las entradas aduanales que serían distribuidas de la siguiente manera:
un 45% de las entradas será para el gobierno dominicano y un 55% será utilizado por el
gobierno de los Estados Unidos para pagar a los empleados aduanales y pagar los
intereses vencidos de la deuda dominicana. Con la convención además se legalizar la
posibilidad de intervención no se podían modificar los aranceles sin el apoyo de EE. UU.
Dicho convenio tenía que ser ratificado por el Congreso de USA, pero no se realizó. Sin
embargo, este acuerdo aun no siendo ratificado por el congreso norteamericano fue
implementado por el gobierno dominicano.

En 1905 Morales Languasco luego de presiones del entonces presidente Teodoro


Roosevelt emitió un decreto, donde autorizaba al presidente nombrar una persona con
autoridad en los asuntos aduanales para que dirigiera las aduanas dominicanas. El acuerdo
de 1905 proporcionó al gobierno de Languasco una estabilidad financiera, pero no así en
lo social. Las protestas y levantamientos no se hicieron esperar quedando demostrado con
los que se nombran aquí: El levantamiento de Desiderio Arias en la zona noroeste y la
proclamación de no entrega de la aduana de Montecristi, la presión de Ramón Cáceres
para que fueran nombrados sus seguidores en puestos claves y la revolución Desunionista,
dirigida por Jiménez, todas estas contrariedades provocan la salida del poder de Morales
dando paso a un nuevo gobernante, Ramón Cáceres. Luego del decreto vino al país el
agente financiero Jacob Hollander y determinó en sus investigaciones que la deuda
dominicana ascendía a 40 millones de dólares.

El efecto que el presente sistema de gestión de los ingresos aduaneros ha ejercido sobre
las condiciones del País se explica con bastante amplitud en los informes anuales del Hon.
Emiliano Tejera, ministro de Relaciones Exteriores, y el Excmo. Federico Velásquez,
ministro de Hacienda y Comercio. El primero dice, en parte:

“El resultado beneficioso de esta disposición, tanto política como económicamente, se


demuestra por el fracaso de la última revolución, etc. El día vendrá cuando se apreciará
el valor completo de la convención del 7 de febrero y el modus vivendi, ambos acuerdos
son los resultados deliberados del más puro y más concienzudo patriotismo”.

Y el segundo:

“Gracias a esta oportuna medida, el país entró de inmediato en un período de relativa


facilidad, mientras que la fuente que siempre alimentaba las perturbaciones se volvía
estéril por el hecho de que las aduanas estaban fuera del alcance de los partidos
revolucionarios, demostrado por el fracaso de la última revolución poderosa, que sin duda
se habría extendido por todo el país, llenándola de sangre, de luto y de lágrimas, y
desolando de nuevo sus aldeas y campos si no hubiera sido por la única y principal
circunstancia que la Fuente que había proporcionado prosélitos y recursos habían
fracasado, y por la que ellos (los revolucionarios) están ahora suspirando desesperación”.
Estos informes son de interés general y están tan claramente señaladas las condiciones
que se dan en la República, así como la actitud del Gobierno y del pueblo sustancial del
país, que se invita a prestar especial atención a los extractos ampliados de los mismos,
adjuntos como Anexos R y S.

Nadie que conozca los hechos puede dudar de que los puertos de Santo Domingo habrían
sido ocupados antes por las potencias extranjeras, y que la disolución de la nación como
Estado independiente habría sido cumplida, o inminente, por la violencia interna y la
injerencia extranjera, si los Estados Unidos no hubieran tenido en cuenta la solicitud del
gobierno dominicano al que prestó la asistencia oportuna requerida. Para apreciar lo
desesperado de la crisis de los asuntos nacionales, en el momento de su solicitud, hay que
tener en cuenta los tormentosos acontecimientos que se habían combinado para lograrlo,
la estrechez financiera y política a la que se había visto reducida la República, lo que
resultaba deplorable para la moral de su gente. Que los ciudadanos patriotas del país
tuvieran justa causa de alarma puede verse en la tendencia de los acontecimientos, como
lo demuestra el memorándum histórico adjunto que prueba que tiene un interés adicional
por el hecho de que se extrae de las obras del Distinguido autor dominicano, José Gabriel
García.

La sentencia fue establecida en cumplimiento del decreto del Gobierno Dominicano


(Anexo A) del 31 de marzo de 1905; El presidente de los Estados Unidos habiendo
cumplido la solicitud del Gobierno dominicano nombrando a un banco de Nueva York
como depositario de los fondos a ser segregados, y sugiriendo el nombre de una persona
para actuar como Receptor. El Decreto del 31 de marzo de 1905 (el Modus Vivendi) entró
en vigor al día siguiente y, aunque el receptor y su personal no llegaron a Santo Domingo
hasta el 20 de abril, los ingresos habían sido manejados desde principios del mes de abril
de tal manera que fue posible iniciar los registros de la administración fiscal a dicha fecha.
Se tomó posesión formal y control de las diversas aduanas en los puertos de entrada por
mar tan pronto como los medios de transporte lo permitieron. Los avisos correspondientes
(Anexo B) se publicaron en consecuencia, y se enviaron por correo a los representantes
extranjeros residentes. De acuerdo con el Gobierno dominicano, el jefe de los
funcionarios dominicanos de aduanas en cada puerto de entrada fue nombrado Receptor
delegado, en la forma que se muestra en el Anexo C, y proporcionó el respaldo personal
necesario para el fiel cumplimiento de los deberes y la contabilidad de todos los ingresos
recibidos; teniendo, al mismo tiempo, un aumento del 20 por ciento en su salario como
compensación por la responsabilidad adicional y los deberes requeridos. Los funcionarios
dominicanos que así se convirtieron en parte de la administración fiscal son, por regla
general, hombres brillantes y activos, ansiosos por la reforma del servicio, y han
cooperado con sistematizar el trabajo. Los extractos de sus informes anuales se adjuntan
como Anexo O y muestran las condiciones locales en los diferentes puertos, así como la
actitud de estos funcionarios dominicanos a favor de la situación actual. La Oficina
Administrativa Central, en la que se realizan todos los informes y en la que se auditan
todas las cuentas, se organizó en la ciudad de Santo Domingo, Capital de la República,
con un personal de trabajo, al principio, además del receptor, de dos norteamericanos, tres
dominicanos y un británico, siendo este residente de Santo Domingo y empleado como
traductor. Además de este personal, le fue asignada a un estadounidense la función de
Contralor Adjunto, a otro como auditor itinerante, y a otro como contralor encargado de
las aduanas en la frontera terrestre. Desde que se realizó la primera organización, el
personal de la oficina se ha incrementado, a medida que el trabajo se ha ido desarrollando,
con la adición de dos estadounidenses y un dominicano y, el personal exterior, por tres
estadounidenses asignados a la frontera haitiana. Por orden del honorable secretario de
Guerra de los Estados Unidos, a través del cual se puso en vigor la orden del presidente
del 28 de marzo de 1905, los empleados estadounidenses fueron seleccionados por el
Receptor con referencia sólo a su integridad y aptitud para realizar las tareas requeridas.
Aquellos que estaban comprometidos eran, en el momento en que llegaron a Santo
Domingo, miembros de la sociedad civil estadounidense de servicio en Filipinas con
licencia o permiso concedido por la cortesía del coronel C. R. Edwards, de la Oficina de
Asuntos Insulares para ese fin; Y es debido al hecho de que eran hombres capaces y
experimentados que no tardarían mucho en captar el complicado trabajo que les esperaba.
El personal y la organización actual de la administración fiscal se muestran por las
pruebas documentales E, F y G.

¿Quiénes eran los Gavilleros y cuáles logros alcanzaron?

Cuando la primera intervención norteamericana en República Dominicana (1916-1922);


un grupo de hombres y mujeres nacionalistas, se opusieron y levantaron su voz de
protesta. A partir de ese momento, fueron ferozmente perseguidos, encarcelados y
torturados.

Los que escaparon, huyeron hacia la parte Este de la isla y desde allí organizaron su
resistencia. Los norteamericanos los etiquetaron con el mote de Gavilleros. Los acusaron
de ladrones y saqueadores y muchos de ellos fueron asesinados y otros murieron mientras
eran salvajemente torturados para que se auto incriminaran y/o delataran a otros.

Las tropas norteamericanas peinaron todo el país desarmando a la población, pero a pesar
de todo, hubo un grupo de rebeldes que se mantuvo contra la autoridad extranjera. Los
“gavilleros” operaban al este del país y estaban conformados, en gran medida, por
campesinos que habían sido despojados de sus tierras durante el apogeo de la industria
azucarera de gran capital extranjero, iniciado a finales del siglo XIX e incentivado en los
primeros quince años del siglo XX.

Se escondían en las zonas montañosas y atacaban mediante el método de la guerra de


guerrilla, contando para ello con la colaboración del grueso de la población de la región
e incluso con la de los propios administradores de los ingenios que, a fin de evitar la
quema o asalto de sus campos, bodegas y bateyes, les suministraban dinero y comida.

Sólo pudieron ser afectados seriamente cuando las operaciones en su contra contaron con
el concurso de los soldados dominicanos de la Guardia Nacional, que si cometían
tropelías y saqueos para acusar a los Gavilleros. En 1922 aceptaron una amnistía general
ofrecida por el gobierno de ocupación bajo el entendido de que se instauraría el Gobierno
Provisional dominicano acordado en el Plan Hughes-Peynado de ese año.

Sus líderes más importantes fueron Vicente Evangelista, Ramón Natera, Martín Peguero,
José Piña, Luciano Reyes, Pedro Tolete, Marcial Guerrero y Félix Laureano. Otro que
lucho en las lomas en contra de la ocupación, fue el auto llamado mesías Olivorio Mateo
(Papá Liborio), Entre 1916 y 1922, se enfrentó en 16 ocasiones a las fuerzas de ocupación
que detentaban el poder en el país. En 1920, Liborio consintió en entregar las armas que
había en el grupo, pero algunos de sus seguidores, sobre todos algunos perseguidos de la
justicia que se habían refugiado en el movimiento, se opusieron. A partir de entonces, el
gobierno de intervención consideró a Liborio el guerrillero más peligroso del país y
agilizó los aprestos para darle muerte. Fue abatido a tiros el 27 de junio de 1922, al igual
que uno de sus hijos

Otros sufrieron años de encierros y vejámenes inenarrables. El último de estos héroes fue
don Cayo Báez quien fue torturado desde las plantas de los pies hasta la coronilla de su
cabeza para que denunciara a sus compañeros.
Salvo su vida milagrosamente, después que las tropas norteamericanas lo dieran por
muerto y lo dejaron abandonado a orillas del río Juma en Bonao. Nunca habló. Murió en
Bonao en la más absoluta miseria en el 1983.

Comentario personal

Creo que estos sucesos fueron importantes dentro de la historia de la republica


dominicana, principalmente con la danza de los millones en el cual fue provocado por el
buen avance que tuvo el país económicamente y a nivel de agricultura luego de la
intervención norteamericana, también el modus vivendi que inicio con un contrato en el
año 1905 firmado por Carlos morales Languasco, en cual consistió en una convención en
donde Usa Y república dominicana se dividirían el porcentaje de las ganancia de las
entradas aduanales. Y de ultimo se hablo de los gavilleros que fue un grupo de personas
que surgió en la primera intervención norteamericana que era un grupo de campesinos
soldados que luchaban en contra de lo americanos.

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