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FIORINI, HECTOR

V. INTERVENCIONES EN CRISIS EN LAS PSICOTERAPIAS PSICOANALITICAS:


CRISIS VITALES – CRISIS ACCIDENTALES

El tema de la crisis es un tema que abre muchas puertas, porque nunca remite a un solo individuo
recortable, sino que en realidad la crisis siempre involucra a más gente. Es difícil pensar la crisis aislando un
aparato psíquico, lo cual no impide ciertos recortes de lecturas que piensan qué ocurren en los dinamismos
internos de un sujeto dado que está en crisis.

Los primeros estudios de crisis que conocemos, dentro del ámbito de la psiquiatría comienzan en chicago
con un autor, Lindeman, y su discípulo Gerard Kaplan, que fue quien desarrolló luego una teoría al
respecto de las intervenciones en las crisis. Esta gente comenzó estudiando situaciones catastróficas.
Estudiaban qué pasaba con la gente que se había visto sometida (con sus familiares) a situaciones bruscas
de accidentes, de perdidas, de muertes súbitas, que permitían observar la reacción del psiquismo a las
condiciones de un cambio súbito en las condiciones de vida. Se encontraban ciertas regularidades, en el
fenómeno de la crisis, que no dependía de la estructura psicopatológica de los sujetos en cuestión. Ahora,
la independencia es relativa, porque luego vamos a ver que cada modo de ser, de carácter, cada rasgo de
personalidad, podrá entrar o salir de la crisis con sus variantes particulares.

Estos investigadores comenzaron estudiando las reacciones de unos familiares que perdieron gente en un
incendio de una discoteca en Chicago, donde habían muerto 80 personas. Se ocuparon de seguir a los
familiares enfrentados con esta pérdida súbita. Luego van ampliando, generalizando la experiencia, y se
refieren así a la crisis: “El psiquismo entra en crisis cuando se encuentra ante un cambio súbito, imprevisto,
en las condiciones de vida”.

Esto va a definir un tipo de crisis, las crisis accidentales. La crisis accidental es esa situación en la que el
psiquismo está expuesto a algo imprevisto, brusco, que cambia sus condiciones de vida. Puede tratarse de
la emergencia brusca de una enfermedad, no prevista, puede ser la emergencia brusca de un cambio en las
condiciones de trabajo, se incendió la fábrica y la gente está en la calle viendo el incendio y no sabe cómo
continúa la historia.

Lo que estos autores van explorando es la reacción inicial de perplejidad de confusión, de desorientación,
dado que el mundo súbitamente ha cambiado.

Lo primero que se señala, como reacciones psíquicas globales, es la experiencia de angustia. El psiquismo
no dispone de respuesta inmediata frente a un cambio súbito en las condiciones de vida, no está
preparado, entonces la falta de condiciones para una respuesta inmediata, ante lo que ha cambiado como
perspectiva vital, genera una experiencia de relativa impotencia, angustiosa y muchas veces deprimente,
porque en el cambio suelen venir pérdidas. Entonces la angustia y depresión son los dos primeros estados
detectables en toda puesta en marcha de una crisis, y a partir de ahí se abren dos caminos que Kaplan
distingue bien: uno es el camino de la crisis normal y el otro es el camino de la crisis patológica.
Habitualmente, nosotros vamos a recibir consultas por las crisis patológicas.

La noción de crisis normal supone que después de un tiempo prudencial, el psiquismo encuentra alguna
respuesta al cambio en su vida. A veces la primera respuesta es en términos de resignificar o que ha
cambiado, a veces es un trabajo de resignar algo de lo que se ha perdido y de encontrar eventuales
sustituciones concretas y simbólicas.

Distinguimos por un lado los cambios internos y los procesos de elaboración de ese cambio y por otro lado,
las conductas concretas, necesarias para dar respuesta a la crisis. Ambos frentes son importantes. La idea
de crisis normal remite a lo que se consideraría un tiempo prudencial para encontrar respuesta, pero en
realidad el “tiempo prudencial” es una medida cultural: en estados unidos el tiempo de la crisis normal son
6 semanas. En otros países no consideramos para esos procesos lapsos tan breves. En Argentina
consideramos que una crisis normal puede llevar 8/9 meses.

Beltrán, Maria Martina


Crisis normal: es aquella situación en la que el psiquismo encuentra, en un tiempo, respuestas al cambio
que se le ha presentado.

El camino de la crisis patológica tiene una complejidad muy grande, primero porque va pasando el tiempo,
se cumplen los tiempos de la crisis normal, y el psiquismo no encuentra respuestas. El no encuentro de
respuestas empieza a poner en marcha una serie de circuitos retroalimentadores que amplifican la
problemática de la crisis.

A medida que pasa el tiempo, el psiquismo no queda detenido, si no mejora, empeora, es decir, si la
angustia no se puede resolver por la vía de un cambio que le dé respuesta a la crisis, la angustia empieza a
crecer cada vez más.

Aquí se pone en marcha mecanismos donde la crisis se alimenta a sí misma, se producen circuitos
retroalimentadores, amplificadores de la desviación, que comprendemos con la noción de
retroalimentación negativa. A medida que esto se prolonga, el psiquismo, que no está quieto, desarrolla
nuevas reacciones patológicas y entra la regresión; un psiquismo que no progresa, regresa, entra en
desorganización, y empiezan a aparecer ansiedades psicóticas, esencialmente confusionales, y
eventualmente ansiedades persecutorias, que crecen por la experiencia de impotencia.

Lo que se destaca es la importancia de la variable tiempo. Esta persona no está pudiendo dar respuestas
por su cuenta, por lo tanto, alguien debería comenzar a intervenir, alguien que no es el sujeto implicado, ya
que éste no puede encontrar las respuestas. Se trata de ayudar lo antes posible, porque cuando más precoz
sea la intervención (una vez que se han venció los tiempos de la crisis normal) más se reducirá el daño y, en
cambio, cuanto más se demore la intervención, mas crecerá el daño.

Uno de los grandes problemas de la crisis es el riesgo. La crisis patológica es una situación de riesgo, y ese
riesgo tiene que detectarlo alguien porque el que está dentro de la crisis ya ni lo percibe ni puede operar.
Muchas veces la ayuda en la crisis patológica la tiene que inventar el que detecta la situación, que no es el
causante, generalmente es alguien de su entorno o es un médico, al que le comentan el caso, o es un
profesional de la salud que tiene la noticia de que hay alguien que está en una situación de crisis
patológica. Aquí la demanda hay que crearla, porque el sujeto no lo va a hacer. Porque si tiene las
condiciones para pedir ayuda, ya está empezando a salir de la crisis. Porque para que una persona
demande tratamiento tiene que estar bastante sana. El problema es que justamente quien más lo va a
necesitar es quien no está tan sano como para poder demandarlo.

En el tema de la crisis se ha dicho que toda crisis comporta una situación de riesgo y a la vez una
oportunidad. Muchas veces se ha hablado de una doble lectura del fenómeno crisis, e incluso, en el
alfabeto chino, la palabra crisis se escribe juntando los signos que dicen riesgo y oportunidad. La crisis pone
a prueba todo el psiquismo, y si el psiquismo puede enfrentar la crisis tal vez salga enriquecido, algo podrá
haber aprendido de esta situación de cambio y de precariedad. Lo que el psiquismo de cada uno de
nosotros puede aprender en una crisis es que tena algunas capacidades para enfrentarla. Es la oportunidad
de descubrir si teníamos reservas que no estábamos usando. Dentro de esta doble lectura, los autores
norteamericanos dijeron: primero que nada, crisis es “riesgo”, solo es “oportunidad” si salvamos el riesgo.

La situación de angustia que crece y crece en la crisis patológica comporta un riesgo físico, no solamente el
psiquismo esta bombardeado, sino que hay un estrés que afecta al cuerpo; por lo tanto, una de las
primeras medidas de la intervención en crisis será cuidar el cuerpo. El organismo que sufre la crisis
patológica es un organismo que tiene el sistema neurovegetativo desequilibrado.

Muchas veces tenemos que usar ansiolíticos o antidepresivos, porque la persona hace un año que esta
angustiada y está en depresión. una de las funciones de la medicación es la intervención para reducir
cuantitativamente los fenómenos involucrados. Acción sobre la intensidad de los problemas, antes que
sobre su cualidad. La función de la medicación seria para poder reducir cantidades que desbordan el
psiquismo. Recién ahí es posible empezar a pensar, ya que cuando aquellos circuitos están en el máximo de
su intensidad, no es posible hacerlo.

Beltrán, Maria Martina


En situaciones de crisis patológica lo primero es cuidar el cuerpo, porque además se trata de personas que
hace meses no duermen y hace meses comen muy mal, y en esas condiciones todo está mal.

En una consulta clínica, me consultaron por el caso de una mujer a la que se le ha muerto el marido, y esto
tal vez en otro lado no se consultaría, pero como en Buenos Aires es muy frecuente la consulta al
psicoanalista, en un caso así me llaman: “Quisiéramos que usted vea a esta señora porque está muy mal”.
Muy mal quería decir que estaba desesperada, que no paraba de llorar, estaba sufriendo mucho por la
viudez súbita. De esto hace dos meses. Pregunto: “¿Cómo esta, come?”, “Si, algo come”, “¿duerme?”, “si,
algo duerme”. Propongo esperar dos meses más, ¿para qué?, para ver si el Yo tiene capacidad de
respuesta. No quiero hacer una consulta en lo que puede ser una crisis normal, eso no lo puedo prever en
el segundo mes. Eventualmente, haría la entrevista y trataría de ver qué calidad tiene ese estar mal, porque
en realidad, claro, estar mal lo definen los familiares en una cultura. Tenemos una cultura que descalifica la
muerte, entonces quiere que la muerte no ocupe demasiado lugar, por lo tanto, si alguien llora y grita por
una muerte lo consideran un estado anómalo; eso es en realidad un problema de la cultura con la muerte,
no es de la vida ese problema.

Entonces, en el momento en que la persona está bajo el impacto, el shock de la situación de cambio en su
vida, hay que ver todavía qué capacidad de respuesta aparecen; que con exactitud no la podemos predecir.
Si a los cuatro meses la intensidad de la reacción es idéntica, empezaremos a ver que tal vez no está
haciendo el desarrollo de un duelo normal.

La etimología de la palabra crisis, que viene del griego krinein, quiere decir decisión. La crisis nos enfrenta a
una decisión. Tal vez la decisión más profunda sería entre tolerar el cambio y lo que se ha perdido, o
rechazarlo y no tolerarlo.

Anzieu y Kaes destacan que el psiquismo tiene apoyos necesarios para la estabilidad. ¿Cuáles son los
apoyos esenciales del psiquismo?

- Primero el psiquismo tiene para su estabilidad apoyo en el cuerpo, o sea, el cuerpo sería uno de los
soportes, de ahí que la enfermedad fisca traiga una crisis.
- En segundo lugar, en el sí mismo, la configuración de un sí mismo, ahí debe entrar toda la
problemática del narcisismo; el poder contar con un sí mismo como apoyo para el conjunto del
psiquismo, un pilar.
- Tercero, el psiquismo se apoya en ciertas funciones maternas que pueden cumplir diversos objetos,
las puede cumplir una institución, las puede cumplir una pareja, puede haber distintas maneras en
que para un psiquismo haya cierto suministro de orden materno, que es otro de sus apoyos.
- Y, por último, el otro apoyo esencial para la estabilidad del psiquismo es el apoyo de lo grupal, el
grupo como soporte para todo psiquismo.

Entonces, tomando en cuenta esa noción de los apoyos del psiquismo, ellos plantean que la crisis hace
perder alguno de esos apoyos, quita alguno de estos pilares.

Voy a ir mencionando las cuestiones que plantea Kaes, entrando a mirar qué se ha quebrado en la crisis,
desde la idea de la crisis como ruptura. Lo primero que plantea Kaes es que se ha quebrado el equilibrio
entre los apoyos que el psiquismo tenia y los pilares que soportaban esos apoyos, es decir, el psiquismo se
apoyaba en ciertos pilares y se ha desorganizado la situación de apoyatura. En la crisis se han perdido los
contratos de apoyatura. Un médico clínico me decía: “que raros son los pacientes. Yo le digo a uno ‘usted
tiene cálculos vesiculares’ y me dice ‘¿Cómo? No puede ser, yo nunca tuve eso”

El paciente le está diciendo al médico que él tenía un contrato con su cuerpo, y el médico le acaba de dar la
noticia de que se ha roto ese contrato. El problema es qué contratos tácitos tenemos establecidos con
todas nuestras apoyaturas que, cuando se nos mueven de lugar, solo entonces hacen ruido. Los contratos
son silenciosos y hacen ruido cuando se pierden.

Beltrán, Maria Martina


Cuando empiezo a trabajar con una situación de crisis, una de las primeras cuestiones que me pongo a
revisar es cuáles eran los contratos que el paciente no sabía que tenía establecidos. Esos contratos eran
implícitos, nunca habían sido manifestados, no eran para la conciencia.

Hablemos primero del impacto sobre el tiempo en la crisis, el impacto sobre las temporalidades en el
psiquismo. El primer impacto de la crisis es que la crisis desintegra el presente.

A partir de la desintegración del presente se evoca algo del pasado, se evocan crisis del pasado, se evocan
pérdidas del pasado, con lo cual, a partir de un presente que se desintegra, el psiquismo va a hacer una
lectura selectiva de su historia, va a hacer una relectura del pasado en cuanto un pasado de crisis y de
pérdidas. Evocar un pasado de crisis o de perdidas supone que el sujeto ahora se ve en el lugar donde se
encadenan en el tiempo las crisis, las pérdidas, las rupturas.

Kaes lo dice muy bien: “al evocar todas las historias de pérdidas, el sujeto mira al futuro trazando una
fantasía de destino”. Junta una pérdida actual con las perdidas antiguas y proyecta todo eso al futuro.

La persona que viene a vernos en la crisis patológica viene cargada de una noción de destino impregnado
no solo de presente problemático sino de futuro problemático; el futuro se ha hecho absolutamente
amenazador.

En este punto es cuando se dice que la crisis tiene un doble filo: primero puede tomar el camino de u
aumento de la negatividad; la otra opción es el desafío a crear alguna alternativa diferente de todo lo que
se está evocando.

Kaes agrega a su vez que para el psiquismo es necesario un cierto equilibrio entre los fenómenos de ligazón
y los fenómenos que desligan, ligazón-desligazón. De modo tal que en su visión sobre la crisis sostiene la
idea de que había equilibrio entre esos diferentes tipos de parámetros, y que la crisis introduce una ruptura
en esos equilibrios, creando un desfase y un desencuentro entre aquellos parámetros que daban equilibrio
psíquico.

La estabilidad de un vínculo opera como un gran continente para el psiquismo. Y la movilidad del vínculo
altera las relaciones continente-contenido. Esta noción de continente me parece que fue importante como
aporte de Bion, al mostrar cierta función operativa de los vínculos, en lugar de pensar los vínculos en
términos afectivos.

Si observamos que el psiquismo necesita de estos equilibrios, y la crisis los perturba, surge una noción
interesante en los trabajos de Gilles Deleuze en colaboración con Guattari. Afirman que en la clínica hay
que hacer mapas; ¿de qué?, de cómo las uniones, separaciones, los continentes, los contenidos, los
procesos, los encuadres, las territorializaciones y sus pérdidas, se distribuyen en la situación vital de cada
uno, cómo están distribuidos en diferentes áreas de la vida. Si viene una persona en crisis, lo que me
interesa es trazar una visión tipo mapa vital de en qué estos parámetros están alterados y en qué aspectos
de la vida del sujeto están conservados, trataré de ver las proporciones. Desde el punto de vista estratégico
lo que yo tendré que pensar es por donde abordamos el mapa vital de esa persona y en dónde está más
perturbado y dónde está más conservado. A lo mejor tenemos que empezar por reforzar los equilibrios en
las zonas que estaban conservadas para después abordar la zona del agujero, la zona de la quiebra. Esto
afecta ya al abordaje estratégico de la situación.

Importa no solo el qué del equilibrio sino el cuánto. Lectura de intensidades, no solo calidad del problema,
sino la intensidad del problema y del desequilibrio. La pregunta por el cuánto es esencial en la clínica,
porque a veces la mejoría no es que cambió la cualidad del fenómeno, sino que cambió su cuantía, que
disminuyó su intensidad.

La idea es que la crisis es una crisis con impacto intrapsiquico y con perturbaciones de orden relacional. En
ese sentido es que la crisis siempre es de lo grupal, porque impacta más en un individuo, pero a la vez el
individuo está precipitado a la crisis en la medida en que los soportes grupales del psiquismo están
perturbados.

Beltrán, Maria Martina


Los entornos son decisivos para la evolución de la crisis, no solo son decisivos los recursos que el sujeto
tenga en tanto sujeto, sin además los entornos, porque lo que van a proveer en estas zonas de intercambio
quienes participen en la crisis son, o factores equilibradores, o factores desequilibrantes.

En ese sentido, me consulta por crisis un individuo y pienso todo el tiempo en grupo, aunque no vea al
grupo. Puede ser que la consulta sea individual y que siempre sea así, pero aina si escucho todo el material
como el material que pertenece a un grupo. precisamente en la crisis el individuo pierde gran parte del
recorte individual, porque se pone de manifiesto que depende de otros para poder equilibrar los conjuntos,
es decir, el sujeto en la crisis tiene de relieve muy acentuadas dependencias con respecto a los suministros
de otros.

El psiquismo requiere una red de apoyos solidarios: el cuerpo, vínculos continentes, grupos, condiciones
sociales continentes. Ante las pérdidas que desorganizan, el individuo busca en un grupo real la imagen de
su unidad perdida y el apoyo necesario para superar el desamparo surgido por la quiebra de aquellos
equilibrios. El encuentro de ese grupo rea es necesario para la organización psíquica y la elaboración de la
crisis.

Si nos consultara un individuo y él no quisiera traer a su grupo o bien su grupo no quisiera participar de la
terapia de su individuo en crisis, se nos plantearía a nosotros qué hacer ante eso.

Algunos aspectos de la función del terapeuta: primero, el hecho de que alguien nos consulte, y que
podamos establecer algún contrato de trabajo, ejerce una primera función equilibradora, ya que establece
una cierta previsión de uniones y separaciones (nos encontraremos tales días, de tales maneras, y el
contrato terapéutico provee a esa unión un contrato de estabilidad).

Una situación terapéutica tiende a convertirse en un lugar de trabajo del pensamiento, pero el
pensamiento en principio es un factor desequilibrante, porque para que el pensamiento llegue a equilibrar
algo, pasa primero por desequilibrar, entrando en lo desconocido.

En el momento en que nosotros establecemos un contrato de trabajo, en el primer momento es


aconsejable regular los ritmos e intensidades de un pensamiento crítico. Al principio la función continente
del terapeuta no es tanto la de un emisor de mensajes, sino la de receptor, es decir, lo que vamos a
acentuar en la función continente es la función receptora.

El trabajo de recibir a alguien acentúa la función receptora, en cambio el trabajo de pensar ya puede ser
devolverle a él el pensar sobre su propia realidad. La continencia se ejerce porque en el contrato
terapéutico creamos un nosotros que no es lo mismo que usted y yo. La continencia se ejerce creando
primero un nosotros, dado que toda crisis comienza por una experiencia de separación, algo ha sido
separado, un nosotros se ha perdido.

Uso expresamente la palabra nosotros. La tradición de algunas ortodoxias psicoanalíticas con un analista
muy silencioso supone aquí un problema, porque el silencio deja solo al otro y en realidad el otro ya viene
solo en su crisis; la cuestión a preguntarse es cuánto silencio y cuánto intercambio convienen para poder
establecer la función continente, para que lo continente del vínculo terapéutico pueda operar.

Participante: estaba recordando que a Freud le interesaba, para poder indagar las estructuras
intrapsiquicas, que el sujeto no viviera su crisis fuera del consultorio, esto él lo aconsejaba: “Absténgase de
hacer movimientos fuertes en su vida cotidiana”. Lo que Freud quería era que en el afuera del sujeto tuviera
estos parámetros equilibrados.

Toda esa metodología no era para trabajar con crisis, era justamente para trabajar con una estabilidad en la
vida del sujeto que en el Viena en el 1900 era pensable. Esa metodología que desarrollo Freud no es la que
ayuda al trabajo en crisis. Ahora, si una persona está en el análisis y en medio del análisis tiene una crisis,
habrá que ver cómo se trabaja con eso, pero si la persona no ha venido a un análisis, sino que concurre por
una situación de crisis, cuestionaremos siempre el uso del diván, porque en realidad lo que necesitamos es
crear un vínculo continente.

Beltrán, Maria Martina


Jean Guillaumine dice: ¿Qué necesitamos hacer en la crisis? Necesitamos hacer tres grandes cosas:

- Primero: hay que ampliar la percepción, ya que el sujeto viene viviendo una situación confusa,
oscura, compleja. Ampliar la percepción sobre cuántos y cuáles son los elementos involucrados en
la crisis. La crisis es una situación compleja que involucra muchos elementos. Ampliar la percepción
seria: tratemos de relevar la crisis para ver cuántos y qué diferentes elementos la configuran.
- Segundo: crear experiencia grupal y noción de grupo.
- Tercero: se refiere al pensamiento. Dice que necesitamos crear un trabajo activo de conciencia y de
preconsciente, un trabajo activo para poder apropiarnos de todo lo que viene fragmentando y
confundido, trabajo de apropiación lógica, trabajo de pensar.

El abordaje de la crisis trata de establecer condiciones que capaciten para crear símbolos y trabajos de
unión, puentes de simbolización que hagan nuevas ligazones y encontrar alternativas de acciones prácticas
que puedan ser integradas y equilibradoras.

Si el sujeto está en una crisis de orden laboral habrá que revisar toda la situación que lo condujo a la crisis,
todo lo que está implicado en su parálisis ante el paro, pero además va a haber que encontrar acciones
prácticas, como salir a buscar trabajo. el abordaje de las crisis termina siendo un trabajo practico, si bien en
el medio tiene toda case de trabajos simbólicos, toda clase de pensamientos y de usos de palabras, pero
finalmente tiene que derivar en acciones. El psicoanálisis no es un experto en la acción, sino que es un
experto más bien en el pensar sobre y no tanto en el accionar.

Te tomas todo el tiempo del mundo en trabajar con las palabras, justo eso es lo que no hay que hacer en
las crisis. En una crisis de desocupación el sujeto debería salir a buscar trabajo antes de los dos años. Por lo
que la técnica psicoanalítica no sería la adecuada para tratar las crisis.

El profesor Mauricio Goldenberg en la argentina concibió la salud mental como un lugar donde tenían que
articularse diferentes elementos, diferentes unidades, diferentes técnicas. Consideró a la salud mental
como el trabajo con individuos, con grupos, con instituciones, con comunidades y en esto fue un
adelantado, porque en muchos lugares del mundo, años después, todavía la salud mental no llegó a ser
vista así, como el lugar donde articular a individuos, grupos, comunidades, culturas.

Fiorini destaca un punto de lo que Goldenberg organizó en el Servicio. Era un servicio lleno de
psicoanalistas, pero Goldenberg incorporo además asistentes sociales, trabajadores sociales. ¿Qué hacían
los asistentes sociales? Iban a ver las condiciones de vida concreta de la gente que iba siendo atendida en el
hospital. El Dr. Goldenberg vio que, además del pensamiento psicoanalítico sobre las consultas, tenía que
haber un saber y un actuar sobre la vida concreta de la gente. Y la asistente social iba a ver cómo la gente
vivía, cómo cocinaba, cómo iba al trabajo, si los chicos iban a la escuela, etc.

M. Goldenberg: hubo un famoso caso que discutimos en el hospital, que ilustró mucho el lugar del asistente
social. Había una flia psicótica que venia muchas veces al Servicio, era atendida, pero se volvía a
descontrolar, siempre se volvían a producir episodios psicóticos en los intervalos entre una consulta y otra
época de consultas. Hasta que la asistente social fue a la casa, vio que el desorden de la casa era tal que
nadie cocinaba, y la asistente social por un tiempo se dedicó a organizar la comida de la casa.

Desde que se organizó el comer en la casa, la familia se equilibró y no hubo que volver a internar a uno de
los miembros, que habían tenido varias internaciones. Aprendimos mucho de esto que era poner el servicio
social a la par que el trabajo de los psicoanalistas.

En una situación crítica lo primero es constituir un equipo de trabajo no tanto cuestionar las condiciones de
ese equipo, eso se analiza luego, primero hay que constituirlo en tanto equipo de trabajo. entonces mi
función como terapeuta de crisis es formar parte de un equipo de trabajo, primero. No lo relativizo, sino
que primero lo construyo, luego una vez que lo construyo puedo también cuestionarlo.

Siguiendo con el abordaje de las crisis: Karl Slaikeu, un hombre de Texas que trabaja en un hospital de
crisis, dedicado a las crisis. Algunos pasos del abordaje de las crisis destacados por Slaikeu: empezaremos

Beltrán, Maria Martina


trabajando la crisis a través de ir haciendo un relevamiento de qué elementos intervienen en la crisis. La
persona llega en estado crítico, y nuestra tarea por un tiempo será la indagación que trata de saber: pero,
¿de qué se trata?, ¿en qué consistirá esta crisis?

Lo cual supone historiar los asuntos que han ido concurriendo hasta desembocar en una crisis. Para un
desocupado en crisis está el problema concreto de que hoy tampoco genera ingresos, y está el problema
concreto de que hoy tiene gastos; yo tengo que averiguar también estos elementos, ¿Qué gastos tiene hoy;
cuánto es su déficit semanal? Pregunta por estados de cosas, no solamente por estados del psiquismo en
cuanto fantasmatica. La pregunta por estados de cosas ante una enfermedad, ¿Cuánto es el desequilibrio
hormonal?

En una crisis desencadenada por una enfermedad física, no se trata sólo de averiguar qué impacto tiene en
la fantasía del paciente esa enfermedad, también tenemos que saber en qué consiste hoy la enfermedad.
Relevamiento no solo de lo que el sujeto vive, piensa y tiene como emociones, sino además de ese estado
de cosas que puede ser su cuenta bancaria o el estado de su cuerpo. para eso voy a tener que no
solamente escuchar, sino también preguntar mucho. Y el paciente no va a saber contarme todos los
elementos que hacen a su situación, muchos los vamos a tener que ir a buscar.

El otro elemento que destaca la unidad de crisis de Texas es: prevención de daños, primero el riesgo y cómo
cuidaos el riesgo. Del mismo modo podríamos decir prevención del daño económico. Una persona en crisis,
en ciertos casos no está controlando su economía. Averiguar: “¿usted como maneja sus finanzas ahora?”.
Esta es una pregunta de crisis, ¿Cómo podemos hacer para instaurar un control de lo que se ha
descontrolado?; esto se llama prevención del daño.

El otro nivel que toma Slaikeu es interpretar conflictos subyacentes. Realmente aquí hay una gama enorme
de conflictos que subyacen a un estado de crisis.

Un paso siguiente del abordaje, en una exposición que los desglosa consiste en movilizar recursos con los
que se pueda enfrentar la crisis. Los recursos a jugar serán individuales o grupales, es decir, muy diversos
recursos. “Habría que hacer algo, ¿Quién lo hará, usted?”, “No, yo no puedo”, “bueno, quien podrá”,
porque si no actúa el, alguien podrá actuar, noción de grupalizar la crisis.

La noción de redes sociales era ésta: familias en estado de múltiple crisis, abrumadas por crisis que no les
permitían reaccionar. Por ejemplo, familias de clase baja con miembros adictos, alcohólicos, en paro y con
un miembro psicótico. ¿Qué hacían los trabajadores sociales cuando encontraban esta familia?, veían que
la familia no encontraba adentro de sí los recursos para actuar. ¿Qué hacían?, crear, inventarle un grupo
más grande. Y esa fue la noción de red social. Ra convocar a todos los conocidos de alguno de los miembros
de la familia y hacer una asamblea, y la asamblea (que tenía 60 u 80 personas) se presentaba como
asamblea, ¿Qué podemos hacer por este grupo? curiosamente, el grupo ampliado en la asamblea
encontraba algún modo de actuar.

Cuando un nivel actúe organizándose, eso va a repercutir organizando a los niveles inferiores.

El trabajo en la crisis, en lugar de pensar en términos de cortes entre diferentes unidades, piensa más bien
en puentes, y va a buscar la reorganización a la unidad que sea capaz de encontrarla y desde ahí bajará.

(Leer caso clínico donde ejemplifica interpretaciones, intervenciones, del terapeuta y de la mujer, cómo
vuelve al trabajo, cómo afronta la negativa, cómo se vuelve terapeuta activo, etc.)

Beltrán, Maria Martina

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