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UNIVERSIDAD NACIONAL TORIBIO RODRIGUEZ DE

MENDOZA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGIA

CURSO:
ORIENTACION Y CONSEJO PSICOLOGICO
DOCENTE:
HINOSTROZA MENDOZA, Cesar Esteban

CICLO:
VIII

INTEGRANTES
Roberto
Wilder
Horna Tafur Katerin Juliana
Susan

CHACHAPOYAS - PERU
2022
Intervención en Crisis. Definición, clasificación crisis emocionales.

Situaciones de desastres y emergencias: Impacto psicosocial

1. OBJETIVOS

Objetivos Generales:

- De manera concisa dar a conocer el concepto de intervención en crisis y la

clasificación de las crisis emocionales.

- Conocer cuáles son las situaciones de desastre y emergencia y la

importancia de la salud mental.

Objetivos Específicos:

- Conocer cómo se da una crisis en el individuo y las fases que proponen

algunos autores.

- Identificar las contras y/o riesgos potenciales de la intervención en crisis.

- Identificar el impacto psicosocial presente en situaciones de desastres y

emergencias.
2. INTRODUCCIÓN

Uno de los puntos más importantes de los profesionales de la salud mental es el cómo

actuar frente a situaciones de crisis, de desastre y emergencia. La intervención en

crisis brinda la oportunidad y mecanismos para el cambio a quienes están

experimentando desequilibrio psicológico, que se sienten abrumados por su situación

actual, que han agotado sus capacidades para hacer frente, y que están

experimentando malestar personal. La intervención en crisis es un proceso mediante

el cual un especialista en salud mental identifica, evalúa e interviene con el individuo

en crisis para restablecer el equilibrio y reducir los efectos de la crisis en su vida. El

individuo es entonces conectado con un red de recursos para reforzar el cambio .Para

este trabajo en primer lugar conocemos lo que concierne a “intervención en crisis”,

para posteriormente, dar una definición al concepto de “crisis”, desde una perspectiva

psicológica, más adelante indagamos en el cómo funciona una intervención en crisis,

la clasificación de las crisis emocionales y los riesgos potenciales de una intervención

en estos casos. Finalizamos tocando el tema de situaciones de desastre y emergencia

entendiéndolo desde el punto de impacto psicosocial, a su vez; la necesidad de

programas de salud mental para afrontar la problemática.

3. DESARROLLO:
3.1. ¿Qué es la Intervención en Crisis? Wilder

Wang & Gupta, (2022) se puede definir a la intervención en crisis

como una técnica a corto plazo (generalmente de una sola sesión) que se usa

para abordar una emergencia de salud mental inmediata, estabilizar a la

persona en crisis y crear e implementar un plan seguro y apropiado para los

próximos pasos y el tratamiento futuro.

Los mismos autores indican que una crisis se define como un evento

abrumador, que puede incluir divorcio, violencia, el fallecimiento de un ser

querido o el descubrimiento de una enfermedad grave. Una intervención

exitosa implica obtener información sobre los antecedentes del paciente,

establecer una relación positiva, discutir los eventos y brindar apoyo

emocional.

Stevens & Ellerbrock (1995) mencionan un punto importante, que

básicamente; la intervención en crisis implica tres componentes: 1) la crisis, la

percepción de una situación inmanejable; 2) el individuo o grupo en crisis; y

3) el ayudante, o mental trabajador de la salud que brinda ayuda. La

intervención en crisis requiere que la persona que experimenta la crisis reciba

y apoyo para ayudar a hacer frente a su situación antes de que ocurra un futuro

deterioro físico o emocional.

3.2. ¿Qué Es Una Crisis?

Caplan (1964) inicialmente definió una crisis como algo que ocurre

cuando los individuos se enfrentan a problemas que no pueden resolver. Estos

problemas irresolubles resultan en un aumento de la tensión, signos de


ansiedad, un posterior estado emocional disturbios e incapacidad para

funcionar durante períodos prolongados.

James & Gilliland (2005) definen las crisis como eventos o situaciones

percibidas como intolerablemente difíciles que exceden los recursos

disponibles y los mecanismos de afrontamiento de un individuo.

De manera similar, Roberts (2000) define una crisis como “un período

de desequilibrio psicológico, experimentado como resultado de un evento o

situación peligrosa que constituye un problema significativo que no se puede

remediar usando métodos familiares”. estrategias de afrontamiento” (p. 7).

Las personas afectadas por un evento de crisis experimentan

reacciones que pueden cambiar en un tiempo extraordinario. Las

características individuales, el evento en sí mismo y el entorno ecológico que

habita el individuo afectan estos cambios. Los investigadores han identificado

tres fases primarias de las reacciones de crisis (Herman, 1997; Horowitz,

1986; Yassen y Harvey, 1998). Estas fases se describen a continuación. Sin

embargo, estas fases muestran una progresión cíclica; cuando se recuerda a las

personas el evento de crisis, parecen volver a la fase aguda.

a) Fase aguda

Las reacciones de crisis iniciales en respuesta a un evento traumático

por lo general abarcan el campo fisiológico y psicológico. Las reacciones

incluyen abrumadora ansiedad, desesperación, desesperanza, culpa, temores

intensos, pena, confusión, pánico, desorientación, entumecimiento, conmoción

y una sensación de incredulidad. En esta etapa aguda de crisis, la víctima

puede parecer incoherente, desorganizada, agitada y volátil. Por el contrario, la

víctima puede presentarse tranquila, apagada, retraída, y apática.


b) Fase de ajuste hacia el exterior

Para algunas personas, la fase de ajuste externo puede comenzar dentro

de 24 horas del trauma. El individuo puede entonces intentar obtener el

dominio reanudando el control externo mediante la participación en

actividades rutinarias (Yassen y Harvey, 1998). Sin embargo, esto no debe

excluir la posibilidad de que

las víctimas que exteriormente parecen haber “regresado a la

normalidad” pueden interiormente siguen siendo “profundamente afectados”.

Otras víctimas se aíslan de las fuentes de apoyo; puede parecer que se han

retirado completamente de la sociedad. Las reacciones de tensión y

fluctuación involucradas en esta fase deben anotarse como un intento de

volver a la normalidad sin dejar de procesar el trauma.

c) Fase de Integración

En esta fase, la víctima intenta dar sentido a lo que ha sucedido. Una

tarea importante de esta fase es resolver el propio sentimiento de culpa y

culpabilidad. Individuos que pueden reconocer e identificar las suposiciones

sobre su mundo y otros que han cambiado a causa del trauma desarrollan un

sentido de integración antes. Lo que es más importante, los clientes deben

comenzar a tomar los cambios necesarios para minimizar la recurrencia de una

crisis.

3.3. ¿Cómo Funciona la Intervención en Crisis?

La intervención en crisis
Según (Flores Patiño et al., 2020), menciona que la intervención en crisis es la estrategia que
se aplica en el momento de una desorganización grave, resultado de una crisis de cualquier
índole que no se haya podido afrontar de manera eficiente.

El objetivo es ayudar a la persona a recuperar el nivel de funcionamiento que tenía antes de la


crisis, la restauración del equilibrio emocional y una mejora en cuanto a su conceptualización
de lo sucedido para apoyar en la activación de los recursos de afrontamiento que se requiere.

Esta intervención se brinda de acuerdo al momento en el que se encuentre la persona luego de


la emergencia, la intervención en crisis puede darse en primera y en segunda instancia; las
diferencias entre una y otra consisten en el tiempo que se requiere, quién la está brindando, en
dónde, el procedimiento y las metas propuestas en el momento de la intervención (Slaikeu,
2000).

Diferentes profesionales de la salud mental pueden intervenir en la atención en crisis, por


ejemplo, los psicólogos, psicoterapeutas, psiquiatras, enfermeros, paramédicos, brigadistas y
demás personal capacitado para hacerle frente a situaciones de emergencia.

La intervención en crisis como se mencionó anteriormente, se divide en:

❖ Intervención en la primera instancia, que consiste en dar los primeros auxilios


psicológicos y restablecer el enfrentamiento inmediato ante la crisis que se está
viviendo.
❖ Intervención en segunda instancia, que consiste en brindar a las personas que lo
requieren un proceso psicoterapéutico dirigido a ayudar a translaborar los sucesos
traumáticos, es decir a integrarlos de manera adecuada a la trama de la vida, sin
impacto traumático.

¿Qué hacer?

Es importante destacar que antes de seguir con cualquiera de las siguientes intervenciones
que se sugieren en la presente guía, el profesional debe evaluar su propio estado emocional en
el momento y sí está en condiciones de llevar a cabo la intervención, de no ser así, lo que le
corresponde es delegar la intervención a quien se encuentre más apto para llevarla a cabo.

Se sugiere continuar con los siguientes pasos para una adecuada intervención.
1. Contener: Aportar una escucha activa desde su propio marco de referencia; se
buscará un equilibrio en el aspecto emocional y en el racional, es decir, ayudar a la
persona a verbalizar lo que está sintiendo. Deberá existir un espacio para tener la
oportunidad de desconectarse temporalmente de la situación (poder aislarse, no pensar en
ello), permitir darse un tiempo para volver al estado habitual, permitiendo que exprese sus
necesidades en el momento. Dar importancia especial a las necesidades básicas.

2. Calmar: Proveer autonomía, promover la utilización de los recursos propios


(herramientas de afrontamiento), ayudando a pensar en las cosas que están en su control.
Identificar y controlar pensamientos catastróficos, usando la racionalización, para que
analicen dichos pensamientos y les reste influencia en su bienestar. También es
importante denotar sus redes de apoyo, como factores de protección que pueden ayudarle
a sobrellevar la situación.

3. Informar: Otorgar información precisa, veraz y concreta acerca de la situación.


Sugerir canales, páginas o programas oficiales donde la información sea confiable, para
evitar la falsa información, y resolver sus dudas en instancias especializadas. Así como
delimitar horarios fijos para informarse y evitar la ansiedad de sobre-informarse.
Recomendar actividades favorables y positivas para no pensar en la situación por un
tiempo controlado.

4. Normalizar: Observar, reflejar y favorecer la expresión de emociones explícitas, y


sobre todo implícitas que estén presentes. Promover la comunicación sobre la situación de
manera que la persona pueda expresar sus inquietudes con sus conocidos, para crear un
ambiente de solidaridad y apoyo. Ayudar a la comprensión de los sentimientos que
expresa, que son normales y acorde a la situación emergente.
3.4. Clasificación de Las Crisis Emocionales

Clasificación de las crisis emocionales

Según (Rivera, 1386), menciona que las crisis se pueden clasificar dependiendo de si
afectan a una o a muchas personas, de que su origen sea interno o externo al individuo
que la sufre, según el área de la vida afectada (familiar, laboral, espiritual, vital o total, o
de que sean imprevisibles (accidentes y catástrofes) o previsibles (cambios entre las
edades críticas de la vida o la muerte de un familiar largamente enfermo).

1. Sociología de las crisis

La extensión de una crisis puede ser tan amplia como para afectar a toda una población o
tan limitada que afecte a un sólo individuo, pasando por las de extensión intermedia,
como las que afectan a una familia o a un grupo concreto.

Generalizadas Agudas

Difusas

Localizadas De pareja

Familiares
Crisi
Gremiales
s
Laborales

Institucionales

Personales Traumáticas

De crecimiento

De adaptación
Las causas de las crisis generalizadas agudas, son relativamente objetivas y externas,
como las catástrofes, inundaciones, terremotos y grandes atentados. Las disrupciones
históricas o crisis socioculturales son crisis generalizadas difusas, producidas en el curso
de la propia dinámica de las generaciones afectadas. Son éstas las circunstancias que
ponen a prueba la calidad del liderazgo establecido y permiten la emergencia del héroe,
entendido como el individuo que toma sobre sí la carga de los problemas de la
comunidad. La focalización en temas concretos es el primer paso en la resolución de las
crisis generalizadas.

Las crisis personales o privadas, afectan a una persona particular, de manera


relativamente independiente al acontecer sociocultural general. Los problemas que hay
que resolver no afectan de manera central a la comunidad a la que pertenece el individuo,
por lo que la respuesta de ésta es variable, desde no responder en absoluto hasta volcarse
en su auxilio. Los servicios sanitarios de los estados modernos han tomado a su cargo, al
menos en teoría, la intervención en crisis, con la esperanza de resolverlas a tiempo y
prevenir así su evolución hacia trastornos psiquiátricos.

La separación entre crisis general y crisis personal, a veces no es demasiado clara.


Además de su impacto directo, las crisis sociales generalizadas alteran la regulación de
las vidas individuales y favorecen la eclosión de numerosas crisis personales.
Inversamente, una sociedad con fuertes estructuras de continuidad y de estabilidad
minimiza las crisis individuales y facilita su resolución.

Las crisis previsibles, están relacionadas con propiedades de la vida humana, las
estructuras sociales en las que se desarrolla, los usos y costumbres de su tiempo y lugar, y
el entorno cultural inmediato o dominante en que se integra. Naturalmente, cuanto mejor
esté organizada una sociedad y cuanto mejor funcionen los mecanismos culturales de
adaptación, menos intensas y menos disruptivas serán este tipo de crisis.

Las crisis derivadas de accidentes, acosos y traumas son personales, excepto cuando
ocurren en el marco de una catástrofe y se convierten en múltiples casos concretos de una
crisis generalizada aguda.
3.6. Situaciones de Desastre y Emergencia

Existe diferencias al momento de referirnos a situaciones de desastre y

emergencia, porque, por ejemplo: Para las Naciones Unidas “Una emergencia

es un evento al cual se puede responder mediante el uso de recursos ya

disponibles localmente, lo cual implica que no hay necesidad de solicitar

asistencia externa; Un desastre, se caracteriza por impactos que superan las

capacidades de quienes deben responder y desencadena una demanda de

recursos que no se encuentran disponibles localmente”. En cuanto a Molares,

N (2001) no dice que “los desastres son intensas perturbaciones del entorno

que producen efectos adversos sobre la vida y los bienes, sobrepasando la

capacidad de respuesta comunitaria y requiriéndose del apoyo externo; los

eventos adversos que logran ser atendidos por la comunidad se les reconoce

como situaciones de emergencia. La vulnerabilidad extendida permite que

determinados eventos alcancen proporciones desastrosas”. Es decir, que las

repercusiones se entienden desde la relación entre lo individual y lo colectivo.

Hablar de impactos psicosociales hace referencia a los hechos atendiendo, a

los cambios que generan estos hechos tanto en la persona como en las redes de

apoyo social, en la comunicación familiar y comunitaria, en la elaboración

personal y colectiva de la experiencia vivida, entre otras cuestiones. Por

último, el desastre es un suceso que se da en un tiempo y lugar que amenaza

colectivamente y genera consecuencias no deseadas como resultados de

preocupaciones que habían sido aceptadas culturalmente” (Turner, 1996).


3.7. Desastre y Emergencia en el Ámbito Psicológico

Según Pajares, E (2019) en su trabajo de investigación nos dice que la

psicología de emergencias o desastres es una de las ramas que estudia el

comportamiento de la persona y cómo es su reacción ante esta situación ya sea

de un modo individual o grupal en las diferentes fases del desastre o

emergencia (Acevedo y Martínez, 2007). Para La Organización Mundial de la

Salud (2012) menciona que aunque todas las personas que sufren una

emergencia o desastre resultan afectados de una manera u otra en estas

circunstancias, hay una amplia gama de reacciones y sentimientos que cada

persona puede tener, esto depende de diversos factores tales como: la

naturaleza y gravedad del acontecimiento que experimentan, el apoyo de otras

personas en su vida; su salud física; su historia personal y familiar de

problemas de salud mental; su cultura y tradiciones; y su edad (por ejemplo,

los niños de diferentes edades reaccionan de distinta manera)

3.8. Impacto Psicosocial

Según la Comisión de la Verdad el impacto psicosocial es como

“Consecuencias emocionales, comportamentales y de pensamiento generadas

en personas, familias, comunidades y en la sociedad con ocasión del conflicto.

Desde el punto de vista psicosocial, estos impactos pueden manifestarse a

través de traumas, crisis y duelos y deben ser abordados como parte de la

reconstrucción del tejido social” Es decir, que las repercusiones se entienden

desde la relación entre lo individual y lo colectivo. Hablar de impactos

psicosociales hace referencia a la mirada sobre los hechos atendiendo a los

cambios que generan estos hechos tanto en la persona como en las redes de
apoyo social, en la comunicación familiar y comunitaria, en la elaboración

personal y colectiva de la experiencia vivida, entre otras cuestiones.

3.9 Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Situaciones de

Desastre y Emergencia

Las emergencias de salud, los desastres naturales y socio ambientales,

los conflictos armados y los diversos fenómenos migratorios pueden causar

graves sufrimientos en las poblaciones afectadas. Los efectos psicológicos y

sociales de las emergencias pueden ser agudos en el corto plazo, pero también

pueden afectar a(3.3. Atención en salud mental, s. f.) las personas en el largo

plazo.(Salud Mental y Apoyo Psicosocial en Emergencias (SMAPS) -

OPS/OMS | Organización Panamericana de la Salud, s. f.)

La atención de la salud mental de las víctimas de los desastres cobra

cada vez mayor importancia. Por lo general, los desastres tienen consecuencias

económicas, producen devastación, empobrecimiento, destrucción ambiental y

de la infraestructura, y carencia de servicios básicos como agua potable y

alimentos; además, producen deterioro en la vida de las personas y causan

desintegración familiar y de la comunidad. Al margen de la participación

necesaria de los profesionales de salud mental, es importante capacitar al

personal de salud en intervenciones básicas a nivel comunitario. Las

intervenciones tempranas de apoyo individual o colectivo son de un valor muy

significativo. Por la complejidad de los temas de salud mental, el plan debe

considerar acciones de corto y mediano plazo, establecer instrumentos de

evaluación de los grupos afectados, señalar pautas para intervenciones sobre

los principales problemas psicosociales, así como instrumentos de evaluación

sobre la efectividad de las intervenciones. El personal de salud y los grupos de


rescate requieren de intervenciones preventivas para el manejo del estrés y

apoyo psicosocial. ( 3.3. Atención en salud mental, s. f.)

la estrecha relación entre situaciones de emergencias, desastres y la

salud o enfermedad mental. En efecto, desde la perspectiva de la salud mental,

estos implican una perturbación psicosocial que sobrepasa la capacidad de

manejo o afrontamiento de la población afectada. Por impacto psicosocial, nos

referimos a los efectos que generan los desastres en el ámbito psicosocial

individual, familiar y social de las personas afectadas. Estos efectos se

relacionan con muchas variables, entre las cuales se encuentran las

condiciones de vida de la persona y el grado de deterioro de su ambiente físico

y social. Cada vez más, se reconoce que la ayuda psicológica a las víctimas es

también prioritaria, por lo que resulta evidente que la planeación y preparación

adecuadas, son tan importantes en el área de salud mental, como en las demás

actividades de auxilio. Desde la perspectiva de la protección de la Salud

Mental, prevalece la necesidad insoslayable de que los miembros de cada

sociedad cuenten con una “cultura de desastres” adecuada y oportunamente

fomentada desde mucho antes de que ocurra el desastre o emergencia. Sólo

así, se puede prevenir con cierta eficacia el sufrimiento psíquico excesivo que

experimentan las personas en esas situaciones.


4. CONCLUSIONES

La intervención en crisis viene a ser una técnica la cual se usa para


abordar una emergencia de salud mental inmediata, para así estabilizar a la
persona en crisis y crear e implementar un plan seguro y adecuado para los
próximos pasos y el tratamiento futuro.

La psicología de emergencias viene a ser una de las ramas que estudia


el comportamiento de la persona y cómo esta reacciona ante dicha situación ya
sea de una manera individual o grupal en las diferentes fases de la emergencia
o desastre.
Para brindar apoyo psicosocial en situaciones de desastre y emergencia es
importante capacitar al personal de salud en intervenciones básicas a nivel
comunitario para que ellos puedan brindar su apoyo en el momento oportuno.
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Flores Patiño, L. M., Segoviano Herrera, M., Aguayo Alonso, L. G., Delgado Pompa, D.
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