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UNIVERSIDAD CATÓLICA SEDES SAPIENTIAE

Facultad de Ciencias de la Salud


Especialidad de Psicología

INTERVENCIÓN EN CRISIS

Aldea Camargo, Diana


Diego Condor, Giovanna
Estrada Bazan, Roxani
Gutierrez Lopez, Luis
Zelaya Fabian, Janela

Prof. Juan Carlos Ortiz Duclos

Los Olivos, 2018


INTERVENCIÓN EN CRISIS

1. ¿Qué es una crisis?


Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización en un, persona. Se
caracteriza, principalmente, por la incapacidad para enfrenta una situación, utilizando los
métodos que ya se conocen para resolver problemas.

No solo situaciones desagradables generan crisis (por ejemplo: muerte de un ser querido,
desastres naturales, guerra...), sino que también hechos agradable y hasta deseables (por
ejemplo: un matrimonio, el nacimiento de un/a hijo/a pueden provocar una crisis, ya que
implican cambios para los cuales quizá no estamos preparados (o creemos que no lo
estamos). Así, no todas las crisis son indeseables, algunas son necesarias para el
desarrollo del ser humano.

2. ¿Qué es intervención en crisis?


Es el proceso que sirve para ayudar a una persona o familia a soportar un hecho
traumático, de modo que haya menos consecuencias poco saludables o desorganizantes,
y haya una mayor probabilidad de crecimiento.

3. Pasos para llevar a cabo la intervención en crisis

• Realizar contacto psicológico: invitar a las personas a hablar, escuchar los hechos y los
sentimientos, mostrar interés por comunicarse, tocar/abrazar de manera física.
• Analizar el problema: examinar el pasado inmediato, presente y futuro inmediato de las
personas. El objetivo de este segundo paso es conocer cuáles son los conflictos o
problemas que necesitan manejarse de forma inmediata y cuáles pueden dejarse para
después.
• Analizar las posibles soluciones: averiguar qué es lo que las personas han intentado
hacer hasta ahora, qué es lo que pueden o podrían hacer y proponer nuevas alternativas.
• Ejecutar la acción concreta: ayudar a las personas a realizar una acción concreta para
manejar la crisis. No es más que dar el mejor paso próximo según la situación.
• Dar seguimiento: especificar un procedimiento para que el/la facilitadora y las personas
estén en contacto en un tiempo posterior.
FORMAS DE AFRONTAMIENTO MÁS UTILIZADAS ANTE UNA CATÁSTROFE

● "Afrontamiento activo": Lucha ante el problema desarrollando un plan de


actuación.
● "Afrontamiento focal racional": Concentrarse en el problema, esperando el
momento adecuado para actuar.
● "Afrontamiento expresivo": Búsqueda de apoyo social caracterizado por haber
hablado con otros que tenían un problema similar.
● "Resignación y evitación": En menor medida. El APOYO SOCIAL se asocia a una
menor mortalidad y una mejor salud mental: Parece ser muy importante para
asimilar las catástrofes y los hechos traumáticos. Sirve para disminuir los
síntomas psicológicos y conductuales ante el estrés, pero no disminuye la
activación fisiológica y los síntomas físicos.

Normalmente, los sujetos que buscan apoyo social, tienen problemas para obtenerlo:
Escuchar hechos negativos y compartir con sujetos depresivos, induce un estado de
ánimo negativo, por lo que los sujetos evitan éstas experiencias.Aumentan sus
problemas. Además, las catástrofes actúan como estigmas (marcan negativamente a la
gente). Es frecuente que las personas que comparten una catástrofe, no se puedan
apoyar por diferentes ritmos y estilos de duelo (Divorcios en parejas que han perdido un
hijo). La gente no expresa sus estado o experiencias negativas:

1. Por proteger al otro.


2. Porque no se les entendería.
3. Porque es muy doloroso recordar los hechos traumáticos y se prefiere olvidarlos
Los sujetos que ponen "al mal tiempo buena cara" son mejor evaluados y
reforzados.
Las crisis tiende a dar paso a sentimientos mucho más fuertes, que pueden afectar a las
personas durante días, semanas o meses después del desastre. :

Sentimientos de Inseguridad: el hogar es un lugar que la mayoría de la gente pasa toda


su vida creyendo es un lugar de seguridad y refugio. Pero cuando una tormenta y las
inundaciones destruyen todo a su paso, esta seguridad se derrumba en segundos. Las
personas que han sobrevivido a las tormentas pueden experimentar pesadillas, ansiedad,
o también preocupaciones extremas sobre la seguridad ante otras tormentas. La
inseguridad puede ser especialmente pronunciada en los niños, que pueden sentirse
constantemente inseguros.

Estrés post traumático: el estrés extremo es común en las secuelas de un desastre


natural y emergencia sanitaria como son las inundaciones. Pero cuando persiste durante
meses, puede conducir al estrés postraumático (PTSD). Las personas con trastorno de
estrés postraumático pueden experimentar flashbacks sobre las tormentas, ataques de
pánico, un reflejo de sobresalto extremo, evitación persistente de cosas que les recuerdan
a la tormenta, así como también ansiedad y depresión. El trastorno de estrés
postraumático también puede interferir con la capacidad de una persona para controlar
sus emociones, lo que lleva a brotes de ira o llanto, por ejemplo.

Otras Condiciones de Salud Mental: el estrés post traumático no es la única consecuencia


a largo plazo de sobrevivir a un desastre natural. Para las personas que ya sufren una
enfermedad mental, un evento traumático puede empeorar los síntomas. Y para otros, un
desastre natural puede provocar depresión, estrés extremo, ansiedad generalizada,
problemas alimentarios, compulsión obsesiva y una serie de otros problemas. A veces
estas cuestiones surgen como resultado de los intentos de una persona para controlar el
medio ambiente después de que una tormenta se ha llevado el control su vida hasta ese
momento.

Los psicólogos están capacitados para brindar un tratamiento especializado para cada
caso, sobre todo aquellos que requieren asistencia ante la pérdida de seres queridos. Es
importante que los afectados reciban o soliciten ayuda psicólogica.

Efectos sobre los responsables de los primeros auxilios: los sobrevivientes no son las
únicas personas que sufren cuando sucede un desastre natural. Las personas que se
convierten en los testigos de las secuelas inmediatas -incluyendo los primeros que
acuden a los lugares, como policías y bomberos, así como los medios de comunicación-
también pueden experimentar síntomas psicológicos ante la impotencia de ver a personas
que no podían salvar, por las imágenes de personas heridas, o por la naturaleza masiva
de la destrucción. Algunos testigos pueden incluso sentirse culpables de que la casa o la
vida de otra persona fue destruida pero la suya no. Los síntomas de los testigos y de las
primeras personas que socorren a los afectados son a menudo los mismos, incluyendo el
trastorno de estrés postraumático, depresión y otras condiciones de salud mental.

En sínstesis, las personas que están presentes y ayudan después de un desastre natural
pueden necesitar tanta ayuda y apoyo como las víctimas. En un contexto así, es
importante buscar ayuda de los psicólogos para recuperar el bienestar emocional y
mental.

Modelo de intervención psicosocial en desastres masivos


Este modelo adopta un carácter preventivo y psicoeducativo centrado en la intervención
en emergencias, crisis masivas o catástrofes comunitarias y que define el marco
referencial, principios, estrategias, modelos y técnicas para la intervención en situación de
crisis. El modelo de Inbar (1992) destaca dos variables importantes de cara a la
intervención. En la primera de ellas se centra la atención en el “momento” en el que se
realiza la intervención y en la segunda en “a quién” va dirigida la intervención.
A. Respecto al “momento” en el que se va a realizar la intervención. Inbar, señala que
existen distintas etapas cronológicas:

1. Preadvertencia.

Se trata de una etapa en la que existe un riesgo potencial pero no ha ocurrido nada. No
se tiene información concreta sobre la posibilidad de ocurrencia del evento. La forma de
intervención en esta etapa se llevará a cabo mediante el diseño de programas de
prevención.

2. Advertencia.
Etapa en la que existen indicios de que algo va a ocurrir. Se tiene infor- mación sobre la
alta probabilidad de ocurrencia de un evento. La forma de realizar la intervención será
mediante concienciación y preparación así como intentando disminuir los daños del
desastre.
3. Impacto.
Etapa en la que ocurre el desastre. La intervención se llevará a cabo aplicando los
programas y planes correspondientes de los distintos organismos implicados: fuerzas de
seguridad, asistencias de apoyo, educativas y comunitarias…

4. Post-impacto.
Etapa posterior al suceso. La intervención centrará su objetivo enim- plementar
programas de rehabilitación, recuperación y afrontamiento así como planes preventivos
para evitar la posible ocurrencia de otro evento.

A. “A quién” va dirigida la intervención.

El modelo considera que son afectados por un desastre y por tanto grupos susceptibles
de intervención:

1. El Individuo,
2. La Familia,
3. La Comunidad
4. Las Organizaciones (colegios, instituciones de
emergencia, de seguridad, de salud...)

También nos parece importante hacer referencia a los principios de intervención que
dirigen la fase de post-impacto. Existen estudios científicos (citado en Inbar,1994) en el
campo del tratamiento de síntomas de estrés agudo en distintas áreas, que fundamentan
la adopción de varios principios que deben llevarse a cabo en la inter- vención en
situaciones de crisis. El adoptarlos supone incrementar la probabilidad de recuperación
rápida y efectiva. Dichos principios son:

1. Proximidad.
Supone que las intervenciones se realicen lo más cerca posible del lugar donde ocurrió el
desastre.
2. Inmediatez.
Dicho principio apunta que se realicen las intervenciones lo antes posible tras el evento.
3. Expectación.
Estima el dirigir la intervención para retomar lo mejor posible el rol y función anterior.
4. Principio de construcción, desarrollo y mantenimiento de la continuidad cognitiva,
emocional y conductual de los afectados e involucrados por el evento.

Por otra parte y como técnica de intervención, Inbar (1992), nos propone la indagación
psicológica que supone intervenir con afectados y miembros de rescate para prevenir el
surgimiento de síntomas psicológicos -cognitivos, emocionales y conductuales- a largo
plazo. Esta técnica se desarrolla a lo largo de tres fases:

1. Fase de ventilación psicológica de los afectados y equipos de res- cate, en la


que se lleva a cabo una expresión emocional y una evaluación de situaciones
de riesgo emocional como estados de ansiedad.

2. Fase centralizada en los síntomas, con el objetivo de hacer una atribución de


las emociones y conductas como normales y no anómalas.

3. Fase de activación de los recursos de afronta- miento, promoviendo el


potencial cognitivo, emocional, conductual y social de la persona.

El modelo propone, por tanto, que la intervención psicológica debe dirigirse a estimular
aspectos cognitivos, emocionales y conductuales que han sido adaptativos y adecuados
antes del desastre. Además de cara a la intervención, ya sea preventiva o terapéutica,
enfatiza aspectos como el autocontrol, competencia, participación, compromiso,
involucración y desafío psicológico.

PROCEDIMIENTO DE ACTUACIÓN E INTERVENCIÓN

Roles y funciones generales del Equipo de Psicólogos/as.


En general, el psicólogo/a de intervención en crisis, por las características de este trabajo,
tiene que cumplir unos requisitos tanto profesionales como personales para poder
desarrollar con garantía su trabajo y que éste no tenga repercusiones personales
negativas. Entre las más importantes cabe destacar:

- Formación y preparación en esta materia.


- Habilidades de comunicación.
- Estabilidad emocional y autocontrol.
- Ser resolutivo y tener capacidad para tomar decisiones en situacio- nes límites.
- Capacidad para trabajar en equipo.
- Responsabilidad.
- Respetar el código deontológico del psicólogo/a.

Además de estos requisitos generales, dentro del equipo de intervención psicológica es


necesario establecer distintos roles. En nuestra intervención como equipo de Servicios
Sociales Comunitarios nos planteamos, al menos, establecer tres perfiles fundamentales
en la organización e intervención. Si tenemos en cuenta la variabilidad de situaciones con
las que nos podemos encontrar, estas figuras están establecidas de manera flexible tanto
en funciones, como en personas que puedan asumirlas en un momento dado. A
continuación se establecen las funciones generales de cada figura, pasando
posteriormente a especificar las mismas en la intervención en sí.

Psicólogo

El rol del psicólogo es dar a conocer a las personas sus estados vulnerables y examinar el
impacto psicoemocional del desastre, creando un ambiente de protección y asistencia,
promoviendo así un clima de confianza en la persona o grupo de personas, y regular las
reacciones psicológicas negativas que se presenten en ellas.

Pueden darse casos en que el profesional tendrá que intervenir a alguno de sus
compañeros de profesión o a otros miembros de equipos de asistencia (médica, de
seguridad, técnicos…), porque puede presentarse en ellos también algún tipo de reacción
negativa no prevista. Esta circunstancia es más habitual de lo que se puede pensar, y da
fe de que por muy preparados que estén los profesionales, nadie es inmune a sufrir una
crisis.

Coordinador/a
Sería el técnico encargado a nivel provincial de activar el dispositivo, una vez recibida la
demanda, pudiendo estar o no en la intervención. Responsable de la coordinación con el
resto de servicios públicos implicados (protección civil, ayuntamientos, etc) organiza y
moviliza al equipo de psicólogos/as informando a éstos de las características básicas de la
situación. Entre sus principales funciones destacan:

- Recepción de la demanda.
- Valoración general del suceso.
- Toma de decisiones del nivel de intervención.
- Movilización de recursos, en función de la magnitud del evento.
- Recogida de datos generales.
- Valoración y evaluación de la intervención y seguimiento de la misma.
- Valoración posterior de los técnicos que han intervenido.
- Dar respuesta a necesidades especiales urgentes.

Responsable Técnico de Intervención

Es la persona/s del grupo de intervención inmediata que se responsabiliza de la


organización y de la coordinación del equipo, siendo indispensable su presencia en el lugar
del suceso. Dentro de sus funciones destaca el ser la persona de referencia en la toma de
decisiones respecto a:

- Coordinación con entidades y técnicos que estén interviniendo.


- Organización de las actuaciones del equipo de apoyo psicológico.
- Recogida de datos generales
- Valorar la necesidad de tener que comunicar malas noticias en fun- ción del tiempo que
haya pasado desde el suceso hasta nuestra inter- vención.
- Reparto de trabajo y asignación de personas, familias y allegados.
- Selección de representantes familiares.
- Disposición de lugar, teniendo en cuenta los espacios con los que contamos, tipos de
familias y necesidades.
- Valoración de situaciones especiales y toma de decisiones en caso de urgencias.
- Valoración de los recursos socio-familiares necesarios.
- Informar a los medios de comunicación, si así se estima necesario.

Técnicos de Apoyo Psicológico


Grupo de psicólogos/as de intervención directa con afectados, familiares y allegados cuyas
funciones de evaluación e intervención describimos de forma general a continuación.

- Identificación de familiares afectados y valoración de la información con la que cuentan.


- Ficha de datos familiares
- Evaluación socio-familiar
- Valoración de las necesidades de intervención inmediata.
- Evaluación individualizada.
- Intervención psicológica.
- Intervención en situaciones especiales.

TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA ANTE DESASTRES


Según Acevedo y Martínez (2007), las técnicas son las siguientes:

- Primeros auxilios psicológicos


- Intervención en situaciones de duelo
- Técnicas de desmovilización psicológica para el manejo de incidentes críticos
- Intervención terapéutica grupal para evacuados
- Técnicas de intervención comunitaria orientadas a la recuperación de las redes y soporte
social.
- Integración de los equipos de primera respuesta participando en los programas de
capacitación, diseñando programas de contención.

Estas son algunas de las muchas técnicas que el psicólogo usa para intervenir. No
debemos de olvidar que dependerá en gran medida del campo donde se desarrolle la
intervención: en algunas situaciones se requerirá hacer hincapié en algunos puntos más
que en otros.

No todas las tragedias son iguales, por tanto resulta inviable establecer protocolos iguales
para situaciones asimétricas. La hoja de actuación dependerá del tipo de desastre, la
conducta de las personas que han sido afectadas, la gravedad, y en definitiva de la
casuística propia de cada intervención.

¿Qué son los primeros auxilios emocionales?

Llamado también primeros auxilios emocionales, será utilizado tanto por los profesionales
competentes como por la población en general y es necesario conocer los siguientes
puntos.

1. Pregunta qué quieren de ti


Ante una persona triste, una de las primeras preguntas que deberías hacer es: ¿qué puedo
hacer por ti? Es en ese momento cuando empieza el apoyo emocional de verdad, más que
en la averiguación de lo que le ha pasado. Prioriza su bienestar a tu curiosidad para saber
qué pudo pasarle.

2. Escucha lo que se te dice


Prestar apoyo es, entre otras cosas, saber escuchar y facilitar que la otra se pueda
desahogar para liberar tensiones. Es por eso que no deberías tomar un rol tan activo como
para liderar claramente la relación que tenéis la persona triste y tú. Apoyar es justamente
eso: mostrarse dispuesto a ayudar a la otra persona, prestar atención a sus necesidades, y
no saturarla con consejos o actividades impuestas. Por ello, lo más importante que puedes
hacer es practicar la escucha activa, es decir, hablar menos que la otra persona y hacerlo
para que sea ella la que, si quiere, pueda expresarse.

3. No menosprecies los silencios


No tienes por qué sentir incomodidad si el tiempo que pasas dándole compañía a la otra
persona está plagado de silencios: es lo normal. Acompañando físicamente a esta persona
ya la puedes estar ayudando, y las palabras son algo secundario casi siempre. Intenta,
además, que la otra persona note que para ti no hay ningún problema en permanecer
largos ratos sin decir nada. Así no tendrá que actuar por compromiso.
4. Llorar no es malo
Parece absurdo tener que decirlo, pero nunca está mal recordar esto. Hoy en día llorar
está mal visto, sobre todo en el caso de los hombres, y sin embargo es un mecanismo
presente en todas las culturas que sirve para descargar tensiones, agotar al organismo y,
en cierto modo, aliviarse. También es un buen momento para estrechar lazos por medio
del abrazo, ya que este contacto físico puede hacer que de ese momento en adelante la
persona que está triste se sienta más arropada y más libre de exteriorizar los
pensamientos y sentimientos que la afligen.

5. Respeta su intimidad
Prestar apoyo emocional a alguien no significa que estemos sellando un pacto con esa
persona según la cuál tú ofreces compañía a cambio de que te revele todos los motivos de
su tristeza. Una cara de este sentimiento de aflicción es verbalizable, pero hay otra que
irremediablemente queda en la intimidad y es subjetiva, o bien la persona prefiere no
revelarla

6. Fíjate en los detalles importantes


Alguien que pasa por un mal momento es capaz de pasar mucho rato cavilando sobre lo
que le pasa o centrándose en sus emociones y, por ello, es capaz de olvidar cosas
importantes de su día a día. Si puedes, procura estar ahí para fijarte si esta persona está
pasando por alto cosas importantes tanto en su planificación del día a día como en los
pequeños gestos y movimientos que pueda hacer.

7. Respeta su deseo de soledad


Hay muchas personas que prefieren estar solas cuando están tristes. Por eso, no te
empeñes en estar al lado de ellas digan lo que digan y hagan lo que hagan. Dejándoles un
espacio puedes estar ayudando a que se recuperen y, en todo caso, siempre puedes
aclarar que pueden contar con tu compañía en cualquier momento si en algún momento
les apetece.

LOS NIÑOS Y SU VIVENCIA DEL DESASTRE


Al igual que en los casos de los adultos, los niños pueden presentar diversas reacciones
por factores Individuales o psicobiosociales, desarrollo, familia, cultura, recursos. Sin
duda, el tipo de catástrofe tiene una impronta en el abordaje más adecuado. No es lo
mismo un desastre natural puntual o un accidente grave, o el estar sometido a una
enfermedad prolongada, o finalmente, ser víctima de abuso o maltrato. No obstante que
las consecuencias al corto y mediano plazo, puedan ser similares.

No todas las intervenciones intentadas para el tratamiento de las consecuencias y


secuelas de los eventos traumáticos en los niños, han resultado exitosas. Por ejemplo, el
debriefing, tiene defensores y detractores. Se entiende por debriefing , un tipo de
estrategias destinadas a manejar las consecuencias del trauma, consistentes en a)
exponer al paciente (niño o adulto postraumado) a elementos aterradores de un desastre
en ambiente sin amenazas: dibujos, compartir historias, role playing, b) revivir en
situación controlada para adaptarse, c) compartir las emociones dolorosas del desastre,
para que el niño ponga los acontecimientos en la perspectiva justa . No obstante la OMS,
ha dado una vez de alerta en relación a estas intervenciones. No a intervenciones
favorecedoras de catarsis que promueven la memoria del trauma. No recomiendan la
técnica del debriefing como intervención individual o colectiva.

Algunas recomendaciones en relación con a atención psicoterapéutica a niños:

● Observar cambios en la conducta habitual (“está raro”) Escuchar, mirar


● Intervención en crisis o posterior para disminuir síntomas
● Usar propios escenarios para la intervención (no en consultorio)
● Tratamiento especializado sólo en casos excepcionales
● Evitar sobrecarga de ayuda por diferentes equipos no coordinados. Desarrollo de
mecanismos de adaptación a distintas situaciones difíciles
● Facilitar acceso a relaciones sociales de apoyo
● Desde el tipo de desastre, intensidad del impacto y capacidad de respuesta de ese
niño. Género y n.s.e. Etapa del desarrollo. Estilo habitual de resolución de crisis
● Favorecer retorno actividades habituales. Juego, deporte, recreación, colegio.
Restaurar la capacidad de adaptación del niño al nivel de funcionamiento propio
de su edad
● Recuperar ilusión y la confianza en el mundo conocido, familiar y predecible.
Proveer de un discurso coherente de acuerdo a su desarrollo cognitivo
● Trabajar con el grupo familiar del niño: clave conducta de la familia y adultos
significativos.Reconstrucción de lazos afectivos. Reunificar la familia
Reconstrucción de proyectos de vida familiar.

Preescolares

● Cambios cognitivos, conductuales, afectivos, somáticos


● Vómitos, dolores, llantos
● Pasividad/hiperactividad (movimientos sin propósito,) Ansiedad, suspicacia,
recuerdos recurrentes
● Regresiones: lenguaje, control de esfínteres, hábitos adquiridos, aumento o
aparición de rabietas
● del sueño (pesadillas, insomnio, somnolencia) Alimentación (aumento o
disminución del apetito)
● Aislamiento o incapacidad de estar solo: evitación, dependencia
● Aumento de la actividad autoerótica
● Juegos destructivos
Escolares

● Cambios cognitivos, conductuales, afectivos, somáticos


○ (de acuerdo a niveles y desarrollo adquiridos)
● del sueño y la alimentación (eliminación (?)
● Rumiación. Labilidad y ansiedad. Miedos. Dependencia
● Aparición de problemas de aprendizaje (de variado tipo) Desconcentración
● Alegatos y desobediencia. Reacciones caprichosas. Impulsividad o lentitud
● Pérdida de hábitos adquiridos
● Curiosidad sobre el evento (satisfacer de acuerdo a etapa de desarrollo cognitivo:
concreto) Confrontar mitos y rumores

PRUEBAS A UTILIZAR
● Escala de Trauma de Davidson (Davidson Trauma Scale, DTS; Davison & Neale,
1996)
● Escala de Gravedad de Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático
(Echeburúa, Corral, Amor, Zubizarreta &Sarasua, 1997)
● Escala para el Trastorno por Estrés Postraumático Administrada
por el Clínico (Clinician Administered PTSD Scale, CAPS) (Blake et
al, 1990)
● Cuestionario para la evaluación de los efectos tardíos de las lesiones por
accidentes: secuelas físicas, psíquicas o sociales. (LEAIQ) (Malt, Blikra & Hoivik,
1989)
● Escala de Evaluación de la Actividad Global (EEAG) (APA, 2002)
● Cuestionario sobre Calidad de Vida: Satisfacción y Placer (Quality of Life
Enjoyment and Satisfaction Questionnaire, Q-LES-Q) (Endicot, Nee, Harrison &
Blumenthal, 1993)
● Escala de Desesperanza de Beck (Hopelessness Scale, HS)(Beck, Weisman, Lester
& Trexler, 1974) Inventario de Razones para Vivir (Reasons for Living Inventory,
RFL) (Schotte & Clum, 1982) Structures Clinical Interview for PTSD (SCID) (Spitzer,
Williams & Gibbon, 1987)
● Escala de Ideación Suicida (Scale for Suicide Ideation, SSI) (Beck, Brown & Steer,
1997)
● Inventario de Duelo Complicado. Revisado. Entrevista Clínica Estructurada para el
Profesional (IDC-R-ECEP) (Prigerson et al, 1999) Inventario de Duelo Complicado
para Niños (Prigerson et al, 1999)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

● Acevedo, G. y Martínez, G. (2007). Manual de Salud Pública. Editorial Encuentro.


Córdoba, Argentina.
● García Redón, J., Gil Beltrán, J., y Valero, V. (2007). Profesionales de la psicología
ante el desastre. Editorial Universitat Jaume I.

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