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INTERVENCIÓN EN CRISIS
No solo situaciones desagradables generan crisis (por ejemplo: muerte de un ser querido,
desastres naturales, guerra...), sino que también hechos agradable y hasta deseables (por
ejemplo: un matrimonio, el nacimiento de un/a hijo/a pueden provocar una crisis, ya que
implican cambios para los cuales quizá no estamos preparados (o creemos que no lo
estamos). Así, no todas las crisis son indeseables, algunas son necesarias para el
desarrollo del ser humano.
• Realizar contacto psicológico: invitar a las personas a hablar, escuchar los hechos y los
sentimientos, mostrar interés por comunicarse, tocar/abrazar de manera física.
• Analizar el problema: examinar el pasado inmediato, presente y futuro inmediato de las
personas. El objetivo de este segundo paso es conocer cuáles son los conflictos o
problemas que necesitan manejarse de forma inmediata y cuáles pueden dejarse para
después.
• Analizar las posibles soluciones: averiguar qué es lo que las personas han intentado
hacer hasta ahora, qué es lo que pueden o podrían hacer y proponer nuevas alternativas.
• Ejecutar la acción concreta: ayudar a las personas a realizar una acción concreta para
manejar la crisis. No es más que dar el mejor paso próximo según la situación.
• Dar seguimiento: especificar un procedimiento para que el/la facilitadora y las personas
estén en contacto en un tiempo posterior.
FORMAS DE AFRONTAMIENTO MÁS UTILIZADAS ANTE UNA CATÁSTROFE
Normalmente, los sujetos que buscan apoyo social, tienen problemas para obtenerlo:
Escuchar hechos negativos y compartir con sujetos depresivos, induce un estado de
ánimo negativo, por lo que los sujetos evitan éstas experiencias.Aumentan sus
problemas. Además, las catástrofes actúan como estigmas (marcan negativamente a la
gente). Es frecuente que las personas que comparten una catástrofe, no se puedan
apoyar por diferentes ritmos y estilos de duelo (Divorcios en parejas que han perdido un
hijo). La gente no expresa sus estado o experiencias negativas:
Los psicólogos están capacitados para brindar un tratamiento especializado para cada
caso, sobre todo aquellos que requieren asistencia ante la pérdida de seres queridos. Es
importante que los afectados reciban o soliciten ayuda psicólogica.
Efectos sobre los responsables de los primeros auxilios: los sobrevivientes no son las
únicas personas que sufren cuando sucede un desastre natural. Las personas que se
convierten en los testigos de las secuelas inmediatas -incluyendo los primeros que
acuden a los lugares, como policías y bomberos, así como los medios de comunicación-
también pueden experimentar síntomas psicológicos ante la impotencia de ver a personas
que no podían salvar, por las imágenes de personas heridas, o por la naturaleza masiva
de la destrucción. Algunos testigos pueden incluso sentirse culpables de que la casa o la
vida de otra persona fue destruida pero la suya no. Los síntomas de los testigos y de las
primeras personas que socorren a los afectados son a menudo los mismos, incluyendo el
trastorno de estrés postraumático, depresión y otras condiciones de salud mental.
En sínstesis, las personas que están presentes y ayudan después de un desastre natural
pueden necesitar tanta ayuda y apoyo como las víctimas. En un contexto así, es
importante buscar ayuda de los psicólogos para recuperar el bienestar emocional y
mental.
1. Preadvertencia.
Se trata de una etapa en la que existe un riesgo potencial pero no ha ocurrido nada. No
se tiene información concreta sobre la posibilidad de ocurrencia del evento. La forma de
intervención en esta etapa se llevará a cabo mediante el diseño de programas de
prevención.
2. Advertencia.
Etapa en la que existen indicios de que algo va a ocurrir. Se tiene infor- mación sobre la
alta probabilidad de ocurrencia de un evento. La forma de realizar la intervención será
mediante concienciación y preparación así como intentando disminuir los daños del
desastre.
3. Impacto.
Etapa en la que ocurre el desastre. La intervención se llevará a cabo aplicando los
programas y planes correspondientes de los distintos organismos implicados: fuerzas de
seguridad, asistencias de apoyo, educativas y comunitarias…
4. Post-impacto.
Etapa posterior al suceso. La intervención centrará su objetivo enim- plementar
programas de rehabilitación, recuperación y afrontamiento así como planes preventivos
para evitar la posible ocurrencia de otro evento.
El modelo considera que son afectados por un desastre y por tanto grupos susceptibles
de intervención:
1. El Individuo,
2. La Familia,
3. La Comunidad
4. Las Organizaciones (colegios, instituciones de
emergencia, de seguridad, de salud...)
También nos parece importante hacer referencia a los principios de intervención que
dirigen la fase de post-impacto. Existen estudios científicos (citado en Inbar,1994) en el
campo del tratamiento de síntomas de estrés agudo en distintas áreas, que fundamentan
la adopción de varios principios que deben llevarse a cabo en la inter- vención en
situaciones de crisis. El adoptarlos supone incrementar la probabilidad de recuperación
rápida y efectiva. Dichos principios son:
1. Proximidad.
Supone que las intervenciones se realicen lo más cerca posible del lugar donde ocurrió el
desastre.
2. Inmediatez.
Dicho principio apunta que se realicen las intervenciones lo antes posible tras el evento.
3. Expectación.
Estima el dirigir la intervención para retomar lo mejor posible el rol y función anterior.
4. Principio de construcción, desarrollo y mantenimiento de la continuidad cognitiva,
emocional y conductual de los afectados e involucrados por el evento.
Por otra parte y como técnica de intervención, Inbar (1992), nos propone la indagación
psicológica que supone intervenir con afectados y miembros de rescate para prevenir el
surgimiento de síntomas psicológicos -cognitivos, emocionales y conductuales- a largo
plazo. Esta técnica se desarrolla a lo largo de tres fases:
El modelo propone, por tanto, que la intervención psicológica debe dirigirse a estimular
aspectos cognitivos, emocionales y conductuales que han sido adaptativos y adecuados
antes del desastre. Además de cara a la intervención, ya sea preventiva o terapéutica,
enfatiza aspectos como el autocontrol, competencia, participación, compromiso,
involucración y desafío psicológico.
Psicólogo
El rol del psicólogo es dar a conocer a las personas sus estados vulnerables y examinar el
impacto psicoemocional del desastre, creando un ambiente de protección y asistencia,
promoviendo así un clima de confianza en la persona o grupo de personas, y regular las
reacciones psicológicas negativas que se presenten en ellas.
Pueden darse casos en que el profesional tendrá que intervenir a alguno de sus
compañeros de profesión o a otros miembros de equipos de asistencia (médica, de
seguridad, técnicos…), porque puede presentarse en ellos también algún tipo de reacción
negativa no prevista. Esta circunstancia es más habitual de lo que se puede pensar, y da
fe de que por muy preparados que estén los profesionales, nadie es inmune a sufrir una
crisis.
Coordinador/a
Sería el técnico encargado a nivel provincial de activar el dispositivo, una vez recibida la
demanda, pudiendo estar o no en la intervención. Responsable de la coordinación con el
resto de servicios públicos implicados (protección civil, ayuntamientos, etc) organiza y
moviliza al equipo de psicólogos/as informando a éstos de las características básicas de la
situación. Entre sus principales funciones destacan:
- Recepción de la demanda.
- Valoración general del suceso.
- Toma de decisiones del nivel de intervención.
- Movilización de recursos, en función de la magnitud del evento.
- Recogida de datos generales.
- Valoración y evaluación de la intervención y seguimiento de la misma.
- Valoración posterior de los técnicos que han intervenido.
- Dar respuesta a necesidades especiales urgentes.
Estas son algunas de las muchas técnicas que el psicólogo usa para intervenir. No
debemos de olvidar que dependerá en gran medida del campo donde se desarrolle la
intervención: en algunas situaciones se requerirá hacer hincapié en algunos puntos más
que en otros.
No todas las tragedias son iguales, por tanto resulta inviable establecer protocolos iguales
para situaciones asimétricas. La hoja de actuación dependerá del tipo de desastre, la
conducta de las personas que han sido afectadas, la gravedad, y en definitiva de la
casuística propia de cada intervención.
Llamado también primeros auxilios emocionales, será utilizado tanto por los profesionales
competentes como por la población en general y es necesario conocer los siguientes
puntos.
5. Respeta su intimidad
Prestar apoyo emocional a alguien no significa que estemos sellando un pacto con esa
persona según la cuál tú ofreces compañía a cambio de que te revele todos los motivos de
su tristeza. Una cara de este sentimiento de aflicción es verbalizable, pero hay otra que
irremediablemente queda en la intimidad y es subjetiva, o bien la persona prefiere no
revelarla
Preescolares
PRUEBAS A UTILIZAR
● Escala de Trauma de Davidson (Davidson Trauma Scale, DTS; Davison & Neale,
1996)
● Escala de Gravedad de Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático
(Echeburúa, Corral, Amor, Zubizarreta &Sarasua, 1997)
● Escala para el Trastorno por Estrés Postraumático Administrada
por el Clínico (Clinician Administered PTSD Scale, CAPS) (Blake et
al, 1990)
● Cuestionario para la evaluación de los efectos tardíos de las lesiones por
accidentes: secuelas físicas, psíquicas o sociales. (LEAIQ) (Malt, Blikra & Hoivik,
1989)
● Escala de Evaluación de la Actividad Global (EEAG) (APA, 2002)
● Cuestionario sobre Calidad de Vida: Satisfacción y Placer (Quality of Life
Enjoyment and Satisfaction Questionnaire, Q-LES-Q) (Endicot, Nee, Harrison &
Blumenthal, 1993)
● Escala de Desesperanza de Beck (Hopelessness Scale, HS)(Beck, Weisman, Lester
& Trexler, 1974) Inventario de Razones para Vivir (Reasons for Living Inventory,
RFL) (Schotte & Clum, 1982) Structures Clinical Interview for PTSD (SCID) (Spitzer,
Williams & Gibbon, 1987)
● Escala de Ideación Suicida (Scale for Suicide Ideation, SSI) (Beck, Brown & Steer,
1997)
● Inventario de Duelo Complicado. Revisado. Entrevista Clínica Estructurada para el
Profesional (IDC-R-ECEP) (Prigerson et al, 1999) Inventario de Duelo Complicado
para Niños (Prigerson et al, 1999)
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: