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ASPECTO FINANCIERO Y ECONOMICO DEL SALARIO

SINTESIS INDIVIDUAL

Constituye el salario la totalidad de las percepciones económicas de los trabajadores, en


dinero o en especie, por la prestación profesional de sus servicios laborales por cuenta
ajena, ya retribuyan el trabajo efectivo, cualquiera que sea la forma de remuneración, o
los períodos de descanso computables como de trabajo. En ningún caso, incluidas las
relaciones laborales de carácter especial a que se refiere el artículo 2 del Estatuto de los
Trabajadores,  el salario en especie  podrá superar el 30 por 100 de las percepciones
salariales del trabajador, ni dar lugar a la minoración de la cuantía íntegra en dinero del
salario mínimo interprofesional.
Composición del salario. La estructura del salario se establece mediante la negociación
colectiva o, en su defecto, el contrato individual y deberá comprender:

 El salario base. Es la retribución fijada por unidad de tiempo o de obra.


 Complementos salariales. Es la retribución fijada en función de circunstancias
relativas a:
  Las condiciones personales del trabajador.
 Al trabajo realizado.
 A la situación y resultados de la empresa.

Los salarios constituyen la mitad de la riqueza nacional y, junto con las cotizaciones
que llevan aparejadas, la más voluminosa cuantía de los costes de producción de la
economía. Tienen, por tanto, una doble función económica, puesto que mientras
sostienen variables cruciales como la demanda nacional de consumo e inversión,
pueden convertirse en un factor determinante en la formación de los precios y los
niveles de competitividad de una economía abierta. No se puede hablar de los
salarios como si fueren una variable autónoma y neutral. En los últimos meses se
ha reactivado el debate sobre su futuro aprovechando la recuperación de la
economía y de los beneficios de las empresas, y se debería tener presente el papel
que han desempeñado en el pasado para no cometer errores en el futuro.
Los empresarios, por su parte, mantienen que los salarios deben seguir siendo
moderados, aunque admiten que especialmente los abonados a los recién llegados
al mercado de trabajo deben ser más elevados, para evitar la fractura que
lentamente está penetrando en las diversas generaciones de asalariados. Un
informe elaborado por Comisiones Obreras cuantifica la devaluación salarial en una
pérdida de las retribuciones de entrada en las empresas con la crisis del 13%,
mientras que se mantienen con ligeros avances nominales las remuneraciones de
los asalariados que ya estaban en el mercado cuando llegó la recesión. Si la
productividad se ha incrementado de manera evidente con la penetración de la
tecnología, es injustificable que los salarios de entrada bajen en tales cuantías, y
proporcionan margen para repensar la política de costes de la producción.

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