La influencia de la cultura musulmana en la España moderna

La península ibérica ha sido desde el inicio de la civilización humana una de las

regiones geográficas con mayor atractivo lo que la ha hecho blanco y objeto de la
codicia de casi todas las mayores civilizaciones del mundo occidental: el Imperio de
Cartago, el Imperio Romano, las ciudades-estado griegas independientes, el
Imperio de los Habsburgo y el Califato Musulmán de los árabes, entre otros.

Sin embargo, hay una diferencia notoria entre todas las potencias listadas que en
realidad salta a la vista en relación con una de ellas en particular: el Califato
Musulmán de los árabes. La diferencia es en realidad bastante clara para cualquier
persona que haya visitado España en persona o que conozca personalmente a
alguien proveniente de dicha nación; la diferencia es que la influencia de dicha
potencia parece haber sido mínima y a primera vista parece no notarse en la
cultura de la España moderna, esto debido a la razón más clara de todas y es
porque la España de nuestros días no es una nación musulmana, además la nación
moderna española no habla árabe como el resto del mundo musulmán de Medio
Oriente y, por último, a que los platillos de la España de hoy en día sigue siendo
bastante única y aparentemente sin relación alguna con la del resto del mundo
árabe.

Las razones por esto son muy variadas pero lo que conviene señalara primero es
que el califato si tuvo una influencia significativa en la España moderna a pesar de
que esta no sea aparente en la cocina, el idioma o la religión; aunque estos si son
en realidad los aspectos principales de cualquier cultura. Pero aunque el califato
musulmán no haya tenido una influencia notoria no aparezca de manera drástica
en estos aspectos (aunque si se dio, pero de manera menor), el aspecto en el que
más fácilmente se ve es en aquel de la arquitectura, dado que es posible ver como
la arquitectura del estilo árabe ha inspirado elementos de la perteneciente a las
edificaciones hispánicas modernas y para demostrar esto basta ver edificaciones
españolas como el Patio de Leones de la Alhambra, la Catedral de Santiago, la
Catedral de Santiago de Compostela o la Catedral de Córdoba. Y cabe mencionar
también los visibles restos de la ocupación musulmana en la cocina española en
sus clásicas características de sabores picantes y con generoso uso de las especias
más fuertes como la pimienta negra, características obviamente derivadas de
características de la cocina musulmana.

Fuera de esto, la principal razón por la cual el Califato no tuvo una influencia muy
marcada en la cultura española es dado que, principalmente, a que España nunca
fue completamente conquistada: el Califato empujo a los pobladores hispánicos
originarios hasta una fortaleza natural que lograron defender exitosamente en el
territorio montañoso e impasable de Cantabria, ahí sobrevivió la cultura católica y
latina de España intacta y cuando esta se hubo recuperado del ataque inicial y el
califato se hubo debilitado, los hispánicos avanzaron poco a poco reemplazando a
los habitantes musulmanes: matándoles, obligándoles a huir o forzándolos a los
musulmanes a convertirse al catolicismo mientras castigaban a los que se
rehusaban; por lo tanto, el califato nunca logro someter a los habitantes latinos de
España y borrar su cultura latina la cual sobrevivió y eventualmente tuvo éxito en lo
que la cultura musulmana fracaso: renovar y reemplazar completamente la cultura
de los habitantes de la península ibérica con su propia cultura, aún al costo de
reemplazar a los mismos habitantes de serles necesario.

Debido a esto, a pesar de haber permanecido al mando durante al menos 750

años, la cultura musulmana no perduro en la cultura de la España moderna,
aunque, como se mencionó anteriormente, esto de ninguna manera significo que
no haya tenido efecto alguno en la misma; esto sin duda tuvo lugar.