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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación.


Instituto Libertad II.
El Tigre, edo Anzoátegui.

Profesora: Alumno:

Del valle Castillo. Wilmer Carvajal.

28.706.303
Introducción.

Al castellano también se lo puede llamar español, y es una lengua de cultura


e instrumento de comunicación de muchos millones de personas que viven
repartidas en todo el mundo, por lo cual ocupa el tercer lugar entre las
lenguas del planeta. Es el idioma de España y de las naciones de Sudamérica
y Centroamérica.

Dicho trabajo cuenta con un desarrollo en donde se explica el comienzo del


idioma español con los primeros pobladores de la Península Ibérica (antes de
los romanos), hasta el castellano de hoy.

En síntesis, con él, aprenderemos un poco más acerca de nuestro lenguaje


desde sus comienzos hasta la actualidad.
Desarrollo.
LA EVOLUCIÓN DE LA LENGUA CASTELLANA:
En la actualidad, el español es la segunda lengua más hablada del mundo. Un idioma que,
al igual que ocurre con todos, no nació en un día exacto ni en un punto geográfico
concreto, sino que se fue gestando y desarrollando a través de un proceso de formación
muy relacionado con los momentos de paz y de guerra entre unos pueblos y otros. La
lengua no nace, sino que los pueblos las van construyendo cada día, siendo algo vivo y
dinámico que va evolucionando en base a una realidad del pueblo que la habla que, por
supuesto, no es estática.
Desde tiempos remotos, la península ibérica ha sido escenario de numerosos de culturales
muy distintas, colonizaciones y conquistas por parte de pueblos con procedencias muy
diversas: fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos, musulmanes y, por último,
cristianos. Es precisamente esto lo que convirtió a España en una verdadera encrucijada
de culturas que, durante mucho tiempo, impidió asentamientos que existiera una
identidad nacional con la misma lengua dominante.
Antes de la llegada de los fenicios, en la península ibérica se encontraban los vascos, los
tartesios y los íberos, cuyo aporte al idioma español fue mínimo, desapareciendo tras el
proceso de conquista. Pero tampoco los fenicios implantaron una cultura común, ya que
sus objetivos tenían más que ver con intereses comerciales. Lo que si dieron es nombre al
país, i-schephan-im (tierra de conejos). Término que terminaría derivando en Spania y
posteriormente en Hispania bajo el poder de los romanos.
Los griegos llegarían en el siglo VII a. C. pero no estarían más de 100 años en España, por
lo que constribuyeron muy poco a la lengua. Las 3.000 palabras del griego que han ido
evolucionando pero que forman parte de la lengua que hablamos hoy, curiosamente
llegaron por la puerta del latín, cuando los romanos conquistaron Hispania. Además,
indirectamente, la influencia de la cultura griega en el país ha sido considerable.
También quedó muy poco de los cartagineses que destronaron a los griegos. De hecho su
mayor contribución fue provocar la llegada de los romanos y, con ello, la de una cultura
que marcaría para siempre esta tierra y su lengua. Roma estaba interesada en sembrar su
cultura y su legado para la posteridad, por lo que además de leyes e instituciones también
implantó la lengua, de modo que la legislación fuera perfectamente entendida y pudiera
cumplirse. Aunque lo cierto es que las lenguas que ya existían en la península irían
transformando poco a poco el latín, tanto a nivel morfológico como sintáctico.
A partir del siglo III, las fronteras del Imperio Romano empezaron a debilitarse y los
visigodos aprovecharon para entrar en Hispania, reinando durante tres siglos. Su legado
cultural es casi insignificante. En cambio el de los árabes fue considerable, tanto en el
terreno de las letras y de la lengua como de las ciencias. Actualmente, nada menos que
4.000 palabras de nuestro idioma se las debemos a ellos. Eso sí, lo que no se vio afectada
fue la estructura del lenguaje que, aunque se iba alejando cada día más del latín, siguió
conservando su esencia.
La topografía y la constante labor de resistencia de los cristianos del norte mantuvo a
estas poblaciones aisladas, lo que dio lugar al desarrollo de numerosos dialectos romances
que fueron evolucionando desde el latín vulgar de la zona central del norte de Hispania.
Con la caída del imperio Romano, los habitantes de la época dejaron de hablar el latín
culto y el latín que se hablaba era una mezcla de algunas lenguas romances hispánicas,
como la astur, la aragonesa, la gallego-portuguesa y la catalana.
Finalmente una de ellas terminaría imponiéndose, así como la región en la que se hablaba,
Castilla, que pasaría poco a poco de señorío leonés a reino con identidad propia,
extendiendo sus fronteras considerablemente y consolidando su poder. Un territorio
donde la arabización fue insignificante o nula. De esta forma, el castellano antiguo
empezaría su andadura hasta la actualidad.
Pero, ¿en qué momento se empezó a hablar en castellano como lengua diferenciada y
reconocible? Aunque no existe un momento concreto, sí que podemos afirmar que los
primeros testimonios escritos en castellano son de entre el siglo IX y XI, cuando que ya
claro que lo que se hablaba era otra cosa alejada del latín vulgar. Eso sí, la estructura del
castellano todavía no era igual que la de hoy en día. Se trataba del germen de la lengua
que fue evolucionando hasta convertirse en el habla que hoy permite comunicarse a más
de 500 millones de hispanohablantes.

Con el proceso de Reconquista, el castellano iría extendiéndose hacia el sur de la


península. Y en el siglo XV, Antonio de Nebrija, considerado como el padre de la gramática
española, publicaría la primera gramática sobre el castellano, al mismo tiempo que se
culminaba el proceso de unificación de todo el país. Una lengua que ha seguido
evolucionando y que está hoy más viva que nunca, creciendo cada día en número de
hablantes en todo el mundo.
Conclusión.
Con el trabajo que hemos realizado, podemos decir que comprobamos que
las lenguas cambian a través del paso del tiempo; y observamos la
desaparición de la lengua madre que era el latín, dando lugar al nacimiento
de nuevas lenguas que fueron base para la formación del castellano. También
encontramos otros idiomas que aportaron a nuestra lengua, según el periodo
de la historia, diferentes tipos de vocabularios, tales como el griego, francés,
el italiano y el ingles.

A partir de esto, llegamos a la conclusión que nuestro idioma nació de otras


lenguas, que fue cambiando a través del tiempo, hasta llegar al castellano
actual, con un amplio vocabulario con aportes de otros idiomas y también
con transformaciones que se le han realizado, como el lunfardo (lenguaje de
delincuentes) que ya forma parte de la sociedad en su comunicación diaria.

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