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Catéter venoso central

El cateterismo venoso central se efectuó por primera vez en 1929 y desde entonces
este acceso se convirtió en un pilar de la medicina moderna. A pesar de las ventajas
de las vías venosas centrales para pacientes y médicos, más del 15% de los pacientes
sufren alguna complicación relacionada con el catéter.
La canalización de una vía central es hoy en día un procedimiento de frecuente
ejecución debido al incremento de pacientes graves o que requieren terapéutica
intravenosa durante largo tiempo. Los riesgos a correr son mínimos si se guardan
rigurosamente las indicaciones y se respetan las claras contraindicaciones. Debe
realizarse siempre en perfectas condiciones de asepsia. En general se usa la vena
yugular interna o la vena subclavia, y rara vez la femoral. Se elegirá aquella con la
que se esté más familiarizado, tanto con la propia punción venosa como con sus
complicaciones. Para algunos autores la vía central de elección es la vena yugular
debido al menor número de complicaciones que conlleva, sin embargo, es una vía
más incómoda para el paciente que la subclavia.
Durante los últimos años, la tecnología en accesos vasculares ha realizado un gran
avance, hecho que ha dado lugar a que emerjan nuevos tratamientos.
Estos cambios han conllevado el deseo de apoyar las mejores prácticas para
proporcionar un cuidado más efectivo del acceso vascular. El objetivo deseable es el
resultado positivo en el paciente terminado el tratamiento, la ausencia de
complicaciones y la satisfacción del paciente con la prestación de cuidados.
Las enfermeras que realizan cuidados en los accesos vasculares requieren de
conocimientos, habilidad y juicios para gestionar los catéteres. El centro de atención
es la prevención de las complicaciones, a pesar de ello, si se desarrollan, la
enfermera debe reconocerlas, informar e intervenir de forma
adecuada para conseguir resultados positivos en el paciente.
Utilidad del catéter venoso central:
• Administración rápida de fluidos.
• Administración de sustancias hiperosmolares:
Nutrición parenteral, dextrosa hipertónica, etc.
• Dificultad para el abordaje periférico.

• Terapia iv prolongada.
• Monitorización PVC y valores hemodinámicos.
• Marcapasos temporales.
• Plasmaféresis.
• Múltiple extracciones de sangre.
CONTRAINDICACIONES
Relativas
- Alteraciones de la coagulación: trombopenia, anticoagulación , CID.
- Lesiones cutáneas y/o sépticas en los posible puntos de punción.
- Estado séptico no controlado.

- Historia previa de acceso vascular con producción de neumotórax, trombosis


venosa profunda o infección de la vía.
- Paciente no colaborador.
- En paciente politraumatizados en los que se sospeche o haya conocimiento de
lesión de subclavia, innominada o cava superior o fractura de escápula o clavícula.
- Anomalías anatómicas óseas, adenopatías cervicales o mediastínicas, tumores de
tejidos blandos, cirugía torácica previa, trayecto venoso anómalo conocido, cirugía
reconstructora del cuello.
- Neoplasia pulmonar o neumonía homolateral.

Absolutas
- Trombosis completa del sistema venoso profundo (síndrome de cava superior).
- Contraindicaciones para catéteres de larga duración:
- Fiebre nueva e inexplicable.
- Neutropenia absoluta.
¿Qué es un catéter venoso central?
Un catéter venoso central es un catéter cuya punta se encuentra en el tercio proximal
de la vena cava superior, la aurícula derecha o vena cava inferior. Los catéteres se
pueden insertar a través de una vena periférica o central proximal, como la yugular
interna, la subclavia o la femoral

La selección de la vía venosa y el método a emplear para el tratamiento dependen


principalmente del objetivo terapéutico, de su duración y del tipo de fármaco, pero
también del diagnóstico del paciente, su edad, su estado de salud y las características
de las venas, así como de la lateralidad (diestro o zurdo). Teniendo en cuenta la
localización anatómica del catéter utilizado, sedistinguen: catéter venoso periférico
(CVP), midline o línea media y catéter venoso central (CVC).
Catéter venoso periférico de línea
media (midline)

Tiene una longitud de 7 a 20 cm es insertado en la fosa ante cubital, situándose la


punta del catéter debajo de la axila. La permanencia es de dos a cuatro semanas, si no
hay complicaciones. Está indicado para tratamientos con fármacos poco irritantes,
pero de esa duración. Permiten mantener el acceso intravascular, sin repetidas
venopunciones, aunque la presencia de lesiones u otras alteraciones vasculares o
músculo-esqueléticas pueden complicar el éxito de la inserción.
Catéter venoso Central (CVC)
Consiste en canalizar el vaso venoso con catéter o cánula larga. Se considera CVC
cuando el extremo distal del mismo se ubica en vena cava superior, vena cava
inferior o cualquier zona de la anatomía cardiaca, siendo esta última localización
permitida sólo para el catéter Swan-Ganz, que se situará en arteria pulmonar.
No se consideran catéteres venosos centrales los catéteres de media línea, es decir,
cuando el extremo distal de los mismos se sitúa en alguna de las subclavias, sin
llegar a la vena cava superior, en vena safena o femoral sin llegar a vena cava
inferior.

Prevalencia
Prevalencia de vías vasculares insertadas en los pacientes ingresados:
- el 45% está con vía periférica.
- el 5,5% con catéter venoso central.
- 4,0% con catéter central de inserción periférica.
Esto permite extrapolar su interés clínico, de enfermería, de gestión clínico asis-
tencial y humanización, así como el especial interés de los criterios referidos a
aplicaciones técnicas de inserción, mantenimiento, atención permanente y de la
prevención de fenómenos adversos.
Lugares de inserción del CVC.

- Implantación torácica y yugular interna.


- Implantación inguinal.
- Implantación abdominal. Es poco común, sólo cuando los accesos habituales se han
agotado.
- Implantación de acceso periférico: venas de miembros superiores: cefálicas y
basílicas; venas de miembros inferiores: safenas; venas de la cabeza: angular y
yugular externa en neonatos.
VENA YUGULAR INTERNA
Una de las características principales de esta vía venosa es que se trata de una
punción relativamente fácil con escasas complicaciones. Es la vía de elección en
RCP (no requiere la interrupción del masaje cardíaco), inserción de catéter de Swan-
Ganz y marcapasos transitorios

Técnica
El enfermo debe estar en decúbito supino y, si es posible, en la posición de
Trendelenburg ya que se facilitará el llenado venoso y en consecuencia la punción;
la cabeza debe girarse al lado opuesto a la punción. El abordaje derecho es más fácil
que el izquierdo .
La referencia principal es el triángulo de Sédillot delimitado lateralmente por los
vientres esternal y clavicular del músculo esternocleidomastoideo y cuya base es la
clavícula. La carótida debe localizarse a la palpación fijándola con ligera presión
hacia dentro. Existen tres posible accesos:
a) Vía anterior: El punto de punción se encuentra en la intersección de una línea
horizontal que pase por el borde superior del cartílago tiroides y una línea vertical
delimitada por el borde anterior del esternocleidomastoideo. El operador se situará
tras el cabecero del enfermo. La aguja se dirige con un ángulo de 50º hacia abajo,
atrás y afuera, tangente a la cara posterior del esternocleidomastoideo; al localizar la
vena conviene aumentar el ángulo de penetración.
b) Vía mediana: El sitio de punción se sitúa en el centro del triángulo de Sédillot
dirigiendo la aguja hacia abajo y luego hacia atrás con un ángulo de 30º. La
posición del operador es la misma que en el caso anterior.
c) Vía posterior: A dos traveses de dedo sobre la clavícula se punciona en el borde
posterior del vientre clavicular dirigiendo la aguja hacia la fosita supraesternal
rozando el borde posterior del músculo.En este caso el operador se situa en el lateral
del cabecero del lado escogido.

Las complicaciones más propias de este acceso son:

1) La punción arterial. Es la más frecuente, siendo menos probable en la vía anterior


al ser la progresión de la aguja de dentro a fuera alejándose de la arteria. El
diagnóstico es fácil por reflujo pulsátil de sangre roja, así como el tratamiento ya
que es fácilmente accesible a la compresión.

2) Lesiones del ganglio estrellado (Sindrome de Bernard-


Horner). 3) Neumotórax. Es poco frecuente (< del 1%).
La dificultad de canalización es mayor en el lado izquierdo por los múltiples giros y
uniones venosas que tiene durante su curso; además existe el riesgo específico de
lesionar el conducto torácico.

VENA SUBCLAVIA

La subclavia es la vía más usada, y aunque da lugar a más complicaciones


inmediatas y es difícil la compresión de la hemorragia que se pueda producir, tiene
las ventajas de permitir una mejor asepsia con menos riesgos sépticos a largo plazo,
una fácil canalización incluso en estados de hipovolemia, ofrecer claras referencias
anatómicas aún en pacientes obesos o edematizados y ser una vía confortable para
el enfermo. Es la vía de primera elección para NPT, para hemodiálisis temporal y
para la inserción de catéter de Swan-Ganz.

Técnica

Siguiendo las recomendaciones comunes pasaremos a colocar al paciente en la


posición adecuada que es la de decúbito con el brazo a lo largo del cuerpo y la
cabeza girada al lado opuesto a la punción. Existen algunas maniobras que facilitan
su localización al mejorar el acceso como es el situar un paño bajo la columna
dorsal, o la de ejercer una tracción del miembro superior del lado escogido en
dirección caudal al enfermo.
Hay dos vías posibles:

a) Subclavicular. El punto de punción está situado un cm por debajo del borde


inferior de la clavícula en la unión del tercio interno con el medio. El operador se
situará en el lateral del cabecero del lado escogido. La aguja se dirige hacia adentro
y un poco hacia arriba en dirección a la fosita supraesternal rozando la cara
posterior de la clavícula. Se progresa lentamente varios cm manteniendo la succión
hasta localizar el reflujo de sangre.

b) Vía supraclavicular. En este caso el paciente estará en decúbito supino pero con
la cabeza en posición neutra y el brazo a lo largo del cuerpo. El operador se coloca a
la cabeza del paciente. El punto de punción está justo por encima de la clavícula en
el ángulo formado por el vientre posterior del esternocleidomastoideo con la
clavícula; la aguja se dirige hacia abajo y hacia dentro, llevándose después
discretamente hacia delante. Para localizar bien el vientre de
esternocleidomastoideo basta pedir la paciente que levante la cabeza.

Complicaciones

La elección de esta vía conlleva algunos riesgos determinados como la mayor


frecuencia de neumotórax respecto a otros accesos. La punción de la arteria
subclavia tiene el inconveniente de la dificultad de hacer hemostasia en casos de
hemorragia (16) por lo que este acceso está contraindicado en trastornos de la
coagulación. Las lesiones nerviosas suelen ser benignas y afectan al plexo braquial.
El trayecto del catéter puede ser anómalo hacia la vena yugular ó introducirse en
subclavia contralateral. Una complicación típica de esta vía el síndrome de "pinched
off".

VENA FEMORAL

Se trata de una vena de gran calibre y fácil localización incluso en caso de shock,
por lo que es la vía de elección en caso de urgencia. Presenta como riesgos más
frecuentes la tromboflebitis y contaminación bacteriana, lo cual limita su uso
cuando se necesita un acceso de larga duración. Es también la primera elección
cuando se hacen pruebas diagnósticas o terapeúticas (cateterísmo cardíaco, estudios
electrofisiológicos, radiológicos invasivos etc.) ó en aquellos casos en los que
concurrar circunstancias en nos impidan el acceso a nivel cervical (traqueostomía,
heridas importantes, quemaduras, etc.)
Técnica

Hay que utilizar catéteres más largos (75 cm) que en las localizaciones
anteriormente descritas. El paciente se coloca en decúbito ligeramente proclive para
optimizar el llenado femoral. En la zona del triángulo de Scarpa por el que discurre
la vena interiormente a la arteria y al nervio crural se localizará la arteria. El punto
de punción está situado 1 cm por dentro de la arteria y dos traveses de dedo por
debajo de arco crural. Se dirige la aguja hacia arriba con un ángulo de 60 º hasta
obtener reflujo. Inclinándola posteriormente 20 º hacia fuera y hacia delante para
cateterizar la vena varios centímetros progresando entonces el catéter en la cava.

Complicaciones

a) Punción de la arteria femoral. Expone a hematomas y, sobre todo, a riesgo de


isquemia por embolia en pacientes ateromatosos (para algunos autores las
hemorragias son más frecuentes usando esta vía que la subclavia).

b) Contaminación bacteriana del punto de punción. Es frecuente por la localización.

c) Flebotrombosis. Es otra de las complicaciones más frecuentes y, en ocasiones,


graves por extensión de la trombosis venosa profunda y producción de
embolizaciones.

d) Trayectos aberrantes. El catéter se puede alojar en otras venas como la ilíaca


contralateral, vena lumbar, etc.
Algunas de estas complicaciones se pueden evitar, ó limitar su trascendencia, si el
tiempo de colocación es breve (< de 24 h).

e) Hematoma retroperitoneal. Es una complicación hemorrágica importante y la


más grave de esta vía, puede ser por punción arterial o perforación venosa. Es de
fácil diagnóstico si aparece un importante hematoma en la zona de punción, pero
necesita una alta sospecha clínica cuando no es así, por lo que habrá que
investigarlo siempre que detectemos hipotensión, descenso de hematocrito, dolor
abdominal, masa palpable homolateral, etc. En algunos pacientes, como los que
están en programa de diálisis, estos signos y síntomas pueden estar enmascarados
con otras circunstancias propias de su patología renal.
El examen pélvico y rectal pueden ser de gran ayuda. La causa más frecuente de
hemorragia retroperitoneal es la perforación de la pared venosa por la punta del
catéter o la guía; las venas afectadas pueden ser la cava inferior, ilíaca, e incluso
ocasionalmente, la ilíaca o hipogástrica contralaterales. La mejor medida de
prevención es no forzar nunca el paso del catéter si hay resistencia. El hematoma
puede ser pequeño e indetectado o llegar a poner en peligro la vida del paciente.
Generalmente, con tratamiento conservador la evolución es buena y consiste en:
1) Retirada del catéter, 2) reposición sanguínea y 3) corrección de los trastornos de
coagulación.

Otra complicación poco frecuente el la fístula arteriovenosa provocada por la


perforación de ambos vasos.

VENA AXILAR

La vena axilar puede ser un acceso simple al sistema cava superior con menor
morbilidad que otras vías. Su canalización permite una punción más lateral
disminuyendo el riesgo de neumotórax al estar más alejada del ápex pulmonar. La
longitud del catéter es diferente según el lado escogido ( 20 cm para el derecho y 30
cm en el izquierdo).
Con el paciente en decúbito y el miembro superior en amplia abducción y rotación
externa se localizan los latidos de la arteria axilar, el sitio de punción de la vena está
1 cm por debajo de la arteria justo por fuera del borde interno del pectoral mayor
( lugar donde la vena se hace subaponeurótica). La aguja se orienta a 30 º del eje
arterial dirigiéndola hacia dentro y hacia arriba.

Complicaciones

La complicación más importante es la séptica por la cercanía con axila. A pesar de


realizar una buena desinfección la inidencia de infecciones es mayor del 15%.

Otras complicaciones que podemos encontrarnos son:

a) trayecto aberrante en yugular interna y subclavia contralatera,


b) hematoma axilar por punción arterial (más frecuente en el lado izquierdo que en
el derecho)
c) traumatismo de los troncos nerviosos aunque ésta tiene poca trascendencia.

Esta vía es más ventajosa en pacientes con trastornos de coagulación y


enfisematosos. Su relativa dificultad de punción (15% de fallos) y su riesgos de
infección la hacen de ella una vía poco utilizada.
VENA BASILICA

Técnica

Se trata de un acceso fácil con escasos riesgos. La punción se hace en la flexura del
codo con el brazo en abducción para facilitar la progresión. En algunas series se ha
publicado una localización correcta de la punta del catéter en el 60- 75%, que puede
llegar al 98% si cuidamos que el enfermo mantenga girada hacia el lado de la
punción, esté incorporado 45-90º y con el brazo en ligera aproximación.

Tiene una especial indicación en casos de alteraciones de la coagulación por la


facilidad de realizar hemostasia y en pacientes que toleran mal la posición de
Trendelenburg o tengan alguna contraindicación relativa para colocarles con la
cabeza en posición declive (hipertensión intracraneal). Esta vía de abordaje no es
útil para la cateterización a largo plazo, ya que el movimiento de los brazos provoca
desplazamiento del catéter con la posible aparición de tromboflebitis. Es una ruta
dífícil para la inserción de catéteres en arteria pulmonar.

Complicaciones

Las complicaciones más frecuentes son tromboflebitis supurada, punción de la


arteria humeral y hematomas.

VENA YUGULAR EXTERNA

Se caracteriza por ser de fácil localización al situarse muy superficial, es muy


prominente en los ancianos.

Técnica

Si bien es fácilmente accesible, a menudo es difícil de cateterizar por la presencia de


una válvula en la confluencia de Pirogoff, siendo preferible usar la técnica de
Seldinger así como una guía con extremo curvado en J. La posición para la punción
es en Trendelenburg con la cabeza del paciente girada hacia el lado opuesto de la
punción. Se punciona lo más alto posible para evitar que la vena se mueva
(conviene fijarla entre el pulgar y el índice de la mano libre). La progresión de la
guía espiral en J se hace sin forzar para evitar falsas vías o perforaciones,
introduciendo el catéter unos 15 cm.
Complicaciones
La punción superficial minimiza los traumatismos a otras estructuras, pero el
catéter no progresa en el 5% de los casos. El hematoma es posible, pero su
compresión es fácil. La proximidad del pelo es un riesgo de contaminación
importante al ser muy difícil mantener un apósito en esta localización. Otro
problema es que pierde su accesibilidad en pacientes obesos o edematosos.
MATERIAL
El conocimiento de la tecnología, desarrollo y materiales de fabricación de los
catéteres es importante a la hora de elegir los más adecuados. El catéter ideal
debería no ser trombogénico, tener una relativa rigidez a temperatura ambiente que
facilite su inserción, y ser flexible a temperatura corporal para minimizar el trauma
mecánico intravascular. Existen en el mercado una gran variedad de catéteres de
diferentes materiales que van ofreciendo más ventajas. Los más comunes son los
siguientes:

1- Catéteres de cloruro de polivinilo. Son los más traumáticos y generan una


turbulencia importante, lo cual sumado a su intrínseca rigidez hace que sean los
que presentan una mayor incidencia de trombosis a corto plazo. Sin embargo, por
esta misma rigidez se colocan con facilidad. Se usan habitualmente a través de las
venas antecubitales.

2- Catéteres de polietileno. Se han utilizado hasta hace pocos años en la


cateterización de la vena subclavia.

3- Catéteres de silicona. Son los que actualmente presentan el más bajo índice de
trombosis y, los mejor tolerados a largo plazo. Tienen el inconveniente de precisar
una inserción quirúrgica y habitualmente no permiten la monitorización de
presiones.

4- Catéteres fabricados con hidrómeros de poliuretano. Disponibles desde 1984,


están desprovistos de aditivos (radicales alifáticos) y asocian las ventajas de un
fácil colocación (catéter inicialmente rígido que se ablanda in situ) con un menor
coste. Respecto a los de silicona, permiten un diámetro de la luz igual con un
menor calibre total y al mismo tiempo, son más resistentes y elásticos.
En estos catéteres se forma una capa de biomateriales adheridos que al retirar el
catéter se quedan atrás y que están formados por fibrina, fibrinógeno,
fibronectina... La importancia de esto está aún por determinar. En autopsias hechas
a pacientes se ve que el segmento intravascular del catéter está cubierto por este
material trombótico y el 38% además presentaban trombos intramurales. Aunque
no todos los estudios son concluyentes los catéteres de poliuretano recubiertos de
polímeros serían hoy los más adecuados para la inserción a la cabecera del
enfermo.
La tendencia se dirige a conseguir catéteres cada vez menos trombogénicos, por
ello se investigan materiales de superficie cada vez más lisa ó que estén recubiertos
de heparina.
TÉCNICA
Las técnicas utilizadas para conseguir la canalización venosa son variadas y
dependerán, de la vía elegida, así como del tipo de catéter utilizado. No obstante,
presentan una serie de puntos comunes a todas ellas.

PUNCIONES PERCUTÁNEAS CON AGUJA

En primer lugar se localiza el vaso con una aguja de grueso calibre y una vez
detectado el reflujo de sangre el catéter pasa desde un embalaje estéril a través de
la luz del trócar. Tras asegurar la progresión del catéter se retira la aguja por el
extremo proximal.

Se trata de una técnica simple que, sin embargo, implica el uso de agujas gruesas
que multiplican los riesgos de hematoma. https://youtu.be/8gWJSnHVBEs

MÉTODO DE SELDINGER

En este caso la localización de la vena se realiza con una aguja fina. Una vez
obtenido reflujo de sangre se introduce una guía con punta blanda a través de la
aguja, retirándose esta última dejando insertada la guía en el vaso. El catéter se
introduce deslizándolo alrededor de la guía manteniendo fijada ésta firmemente
con una mano, para evitar un deslizamiento al interior del vaso. Cuando el catéter
haya penetrado la profundidad necesaria según el acceso, se retirará la guía que
asoma siempre por el extremo proximal y que deberá salir suavemente sin arrastrar
al catéter que queda ya en situación intravascular.

En los catéteres arteriales pulmonares tipo Swanz-Ganz se necesita usar


previamente un dilatador.

https://youtu.be/RDtgzNWmYBw.
https://youtu.be/mWq77trgvZs
https://youtu.be/V0bxiN80etI
RECOMENDACIONES GENERALES PARA TODA PUNCIÓN

En este apartado se describen algunas de las recomendaciones necesarias para


acceder a una vía venosa y que van a ser comunes a muchas de ellas.
a) En la realización de las maniobras de obtención de un acceso venoso hay que
tener siempre en cuenta que vamos a conectar con el exterior el espacio
intravascular, abriendo paso de esta manera a la progresión de gérmenes a su
interior. Por ello será imprescindible trabajar con la máxima asepsia utilizando en
las maniobras todas las medidas a nuestro alcance siempre que la situación lo
permita (guantes, mascarilla, campo, gorro,...).

b) De la misma manera que el apartado anterior, siempre que el lugar o la situación


de emergencia no lo impida, será necesario desinfectar ampliamente la piel, con
derivados iodados (povidona iodada, alcohol iodado al 1%) o boratos de fenil-
mercurio. Esperaremos un minuto antes de puncionar.

c) En algunos accesos venosos concretos como sucede en el territorio de la vena


cava superior la posición declive (al menos 30º) facilita la punción al rellenar los
vasos, y a la vez se disminuye el riesgo de embolia gaseosa.

d) Otro aspecto importante es la práctica de una buena anestesia local en el sitio de


punción, que mejora la tolerancia de la técnica por el paciente (consciente o no).
De esta manera facilitamos su colaboración ( si ésta es posible) ayudándonos con
ello a la localización del vaso. e) Desde la entrada en piel ha de mantenerse la
aspiración con la jeringa para detectar de inmediato la entrada en el vaso por
reflujo de sangre.

f) Una vez localizado el vaso se retira la jeringa, manteniendo siempre la aguja


inmóvil hasta introducir guía o catéter. No debemos forzar nunca la introducción
de estos, pero con movimientos de rotación se puede facilitar el deslizamiento. En
caso de fracaso de la progresión del catéter, nunca debemos retirarlo sin la aguja
por el peligro de seccionarlo con el bisel de ésta. En la búsqueda de un acceso
venoso por vía yugular o subclavia en pacientes ventilados, en el momento de la
punción será conveniente dejar al paciente en apnea para conseguir una mayor
distancia con la cúpula pleural evitando lesionarla (sobre todo si hay PEEP).

g) Existe riesgo de embolia gaseosa en el circuito de cava superior facilitado


porque pueden existir presiones intravasculares negativas. Para evitarlo debe
mantenerse permanentemente ocluida la luz del catéter adaptando un sistema de
perfusión u ocluyéndolo con el dedo durante su manipulación, aconsejando al
paciente no realizar inspiraciones profundas.
h) El control con ECO-DOPPLER mejora la localización y disminuye las
complicaciones.

https://youtu.be/wqfJlWjnGVc
https://youtu.be/oqQqbkiiPQI

VIGILANCIA Y UTILIZACIÓN

Cuando el catéter venoso esté ya situado, es necesaria la realización de algunas


maniobras de control y una serie de cuidados que van a permitir cerciorarnos de la
correcta posición del catéter, ayudándonos a detectar complicaciones. Esta será la
forma de conseguir que el catéter realice su función lo más prolongada y
adecuadamente posible.

CONTROL

Tras la inserción de un catéter venoso, es imprescindible asegurarse de que la


posición de éste es la adecuada. Para ello existen diversos métodos:

- Reflujo de sangre. Es la maniobra inmediata que asegura la situación


intravascular del catéter; asimismo, la entrada sin obstáculos de líquidos de
infusión sin extravasación nos confirma la ausencia de impedimentos, roturas,
angulaciones, etc.. Todos estos controles se realizarán siempre antes de la fijación
del catéter.

- Control radiológico. Confirrma la situación del catéter cuyo extremo no debe


introducirse jamás en las cavidades cardíacas, salvo en el caso del catéter de Swan-
Ganz (D5 para la cava superior).

Existen fórmulas definidas para calcular la longitud de catéter que debe de


introducirse en función del peso del paciente y el lugar de inserción. Permiten
predecir, de forma óptima, la longitud de inserción del catéter con una precisión
del 90 - 97 %.
En caso de necesitar recolocar el catéter se deben repetir todos los controles.

- Registro intracavitario del auriculograma. Aunque asegura la colocación de la


punta en aurícula derecha, precisa de de material especial como adaptadores,
monitor, etc. NO se suele emplear en nuestro medio.

- Ultrasonidos. Este método facilita la localización del vaso. Tanto en las venas
subclavia como yugular interna la probabilidad de canalización del vaso aumenta
con este control y disminuye el número de punciones y complicaciones. Al mismo
tiempo, se consigue reducir el gasto en tiempo del personal, un menor uso de
catéteres y evita la necesidad de utilizar otras pruebas de imagen. Puede ser
particularmente útil la punción bajo la dirección de ultrasonidos en los siguientes
casos:

a) Operador inexperto

b) personas obesas o con importante edema de cuello o brazo que enmascaran las
referencias anatómica

c) pacientes portadores, previamente, de catéteres que pueden tener venas de curso


tortuoso o trombosado (en el caso de trombosis los ultrasonidos con doppler color
no solo muestran la extensión de esta sino también la existencia de vasos
colaterales)

d) pacientes que requieren accesos repetidos en una misma vena (como por
ejemplo la vena yugular interna para biopsia cardíaca previa al trasplante cardíaco)

e) pacientes con coagulopatías o que están siendo tratados con anticoagulantes y

f) ante la sospecha o certeza de anomalías anatómicas

FIJACIÓN

La fijación debe ser rigurosa y cuidadosa ya que de ello va a depender en parte la


duración del catéter, y se hará lo más cerca posible del orificio cutáneo. Las
maniobras de tunelización mejoran la fijación especialmente en los catéteres muy
blandos como los de silicona.

Debe existir siempre una curva armoniosa entre el punto de punción y el extremo
para evitar acodaduras que alteren la perfusión y faciliten la rotura. CURAS
LOCALES
Las curas locales se realizarán a diario lo cual nos permite además examinar el
punto de punción. Se desinfectarán cuidadosamente la piel y el catéter para
posteriormente colocar un apósito estéril que aisle del exterior la entrada del catéter
en la piel.

VIGILANCIA DEL CATÉTER

La vigilancia consistirá en una serie de observaciones que realizadas a diario nos


permitirán detectar precozmente algunos problemas:

- Se verificará la permeabilidad comprobando el reflujo sanguíneo.


- Se buscarán signos de infección en el punto de punción, movilización del catéter o
fugas.
- Se realizarán controles radiológicos diarios para detectar migraciones u otros
cambios de posición.
- Se vigilará la temperatura del paciente ante la posibilidad de colonización del
catéter.

En la actualidad, puede ser interesante una exploración periódica con ecografía-


dopler para detectar trombosis venosas que en muchas ocasiones cursan con escasa
expresión clínica.
La manipulación de toda la línea de perfusión (catéter, llaves, conexiones, sistemas
de suero, etc.) se realizará siempre con total asepsia.

RECOMENDACIONES

En el XIV Congreso de la Sociedad Norteamericana de Nutrición Parenteral, el


Comité de Trabajo sobre la problemática de los catéteres venosos centrales presentó
las siguientes recomendaciones generales:
- La cateterización venosa central debe realizarse únicamente cuando los beneficios
potenciales superen claramente los riesgos inherentes al procedimiento.
- Excepto en el caso de catéteres de arteria pulmonar, la punta del catéter nunca debe
ser colocada en las cavidades cardíacas ni debe permitirse que emigre hacia éstas.
- La situación de la punta del catéter debe ser siempre confirmada por medio de
rayos X. De manera periódica, deben descartarse posibles migraciones de la punta.
- La cateterización venosa central ha de realizarse por personal entrenado, con
conocimientos adecuados de anatomía. Los ejecutores deben dominar la técnica y
tener presentes las complicaciones potenciales.
- Cuando los catéteres sean colocados por personal en período de aprendizaje, éste
deberá ser supervisado estrechamente por responsables cualificados.
- Los profesionales que coloquen catéteres venosos centrales deben estar
familiarizados con el utillaje, así como con los tipos de catéteres, tamaños, longitud
y puntos de inserción más idóneos.
- Los profesionales encargados de vigilar pacientes con catéteres centrales deben
tener amplios conocimientos sobre los cuidados específicos de estos catéteres y las
posibles complicaciones que pueden derivarse de ellos.
- Los fabricantes de materiales para catéteres venosos centrales deben incluir en la
información de éstos las complicaciones potenciales que pueden derivarse de su uso
o de su mal uso.
- Excepto en situaciones de emergencia, la colocación de catéteres venosos centrales
debe realizarse siempre con técnica aséptica específica, que incluirá lavado de
manos, guantes estériles, mascarilla, gorro, bata, paños de campo y limpieza
antiséptica adecuada de la piel.
- Los catéteres colocados en circunstancias no idóneas deberán ser sustituidos en
cuanto lo permita la situación clínica.
INSERCION DEL CATETER
Consiste en la inserción de un catéter radiopaco en un gran vaso, dejando la punta
del mismo en vena cava superior o inferior, justo en la entrada de la aurícula
derecha, con fines terapéuticos o diagnósticos. Se implantan en subclavia, yugular
interna o femoral.

Objetivos:

• Medición de presiones: PVC, SvO2, y gasto cardiaco


• Proporcionar una vía para tratamiento intravenoso prolongado
• Técnicas de depuración extrarrenal
• Perfusión de drogas vasoactivas, soluciones hipertónicas (Nutrición parenteral
total) o soluciones irritativas ( CIK)
• Canalización de una vía venosa una vez agotado el capital venoso periférico o
cuando no se pueda conseguir un acceso periférico, con el fin de administrar
fármacos, fluidos o hemoderivados
• Administración de distintas sustancias sin problemas de incompatibilidad entre
ellas.

La selección de la vía venosa y el método a emplear para el tratamiento dependen


principalmente del objetivo terapéutico, de su duración y del tipo de fármaco, pero
también del diagnóstico del paciente, su edad, su estado de salud y las características
de las venas, así como de la lateralidad (diestro o zurdo).

Teniendo en cuenta la localización anatómica del catéter utilizado, se distinguen:


catéter venoso periférico (CVP), midline o línea media y catéter venoso central
(CVC).
Lugares de implantación de catéteres
venosos centrales.
- Implantación torácica y yugular interna.
- Implantación inguinal.
- Implantación abdominal. Es poco común, sólo cuando los accesos habituales se
han agotado.
- Implantación de acceso periférico: venas de miembros superiores: cefálicas y
basílicas; venas de miembros inferiores: safenas; venas de la cabeza: angular y
yugular externa en neonatos.

https://youtu.be/LqMZVtFYzYk

http://www.medical- simulator.com/img/catalogo/Soporte%20Vital
%20Avanzado.pdf

https://youtu.be/zaO5kx0-c8Y

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