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AL-ÁNDALUS: EVOLUCIÓN POLÍTICA.

INTRODUCCIÓN.
El Islam nace con Mahoma en la penísula de Arabia. A la muerte del Profeta en el año 632, Arabia estará
unificada y sus primeros descendientes, los califas (“descendiente”) ortodoxos o perfectos, la conquista del
título de califa por la familia siria de los Omeyas llevará a éstos a lugares lejanos, como la península
Ibérica (711), aprovechando la decadencia de los visigodos. Su presencia política durará casi ochocientos
años.

DESARROLLO
En la evolución política de Al-Ándalus podemos distinguir seis fases:
1)El EMIRATO DEPENDIENTE (711-756): después de la conquista, se produce una fase de paralización
de la expansión, tras dirigirse hacia el norte peninsular y el reino franco, donde fueron rechazados (Batalla
de Poitiers (732) ante Carlos Martel). Al-Ándalus será el territorio al sur de los Pirineos y del Sistema
Central; las áreas montañosas cantábrica y pirenaica se convirtieron en áreas de resistencia cristiana y
entre la cordillera Cantábrica y el Sistema Central aparecerá una franja que quedó como “tierra de
nadie”, tras el rechazo por parte de los bereberes de recibirla como recompensa por sus acciones
militares. Será la frontera entre Al-Ándalus y los pequeños reinos cristianos que se irán formando en el
norte peninsular.
Al-Ándalus es una provincia dentro del Imperio musulmán que dirigen los califas desde Damasco con la
familia Omeya. Está gobernada por un Emir subordinado al gobernador de Túnez. En este período se da
un clima de luchas internas en las que por un lado se enfrentan distintas tribus árabes por controlar el
gobierno y por otro también se enfrentan árabes con bereberes, dada la discriminación que hemos visto
que estos sufren en al reparto de los territorios conquistados. Paralelamente se produce la caída de la
familia Omeya, asesinada en Damasco y sustituida por los Abasíes que gobernarán desde Bagdad. El
único superviviente Omeya, el futuro Abderramán I, huye y llega a Al-Ándalus, donde se hace con el poder
sirviéndose precisamente de las divisiones internas existentes entre los musulmanes.

2)El EMIRATO INDEPENDIENTE (756-929): Abderramán I funda el Emirato de Córdoba, un emirato


independiente del poder de Bagdad desde el punto de vista político, aunque acatando todavía la
autoridad religiosa del califa. Al-Ándalus se convirtió en un Estado independiente que se caracterizará por:
a) su poder absoluto, b) su organización centralizada, (aunque a veces peligraba por la tendencia de los
poderes locales a independizarse, sobre todo en las provincias fronterizas o marcas: la inferior en torno a
Badajoz, la media alrededor de Toledo y la superior con capital en Zaragoza. c) El cobro de fuertes
impuestos para sostener todo el aparato estatal. En principio sólo los pagarían los no musulmanes (judíos
y mozárabes) pero con el tiempo, las necesidades económicas en aumento hicieron incluir a los recién
convertidos al Islam (los muladíes). d) El mantenimiento de un fuerte ejército cuyos mandos fueron
fundamentalmente árabes pero buena parte de los soldados eran mercenarios, sobre todo bereberes y
esclavos (llamados “eslavos”). Esta organización peligraba constantemente por revueltas que se daban en
las marcas, o por revueltas protagonizadas por los muladíes descontentos ante el aumento de
impuestos. En tiempos de Abderramán II (emir que fundará la ciudad de Murcia en el 825) se levantaron
también los cristianos cordobeses. La situación refleja una debilidad política que suponía un peligro
importante puesto que la organización de los cristianos en el norte peninsular constituía una amenaza
cada vez más sólida.

3)El CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031): el Emir Abderramán III sube al poder en el 912 y se encarga
en primer lugar de reforzar su poder terminando con las rebeliones internas que estaba sufriendo. De
ellas, la más dificultosa, puesto que se prolongó durante unos 30 años, fue la protagonizada por Omar Ibn
Hafsun, perteneciente a una familia de muladíes y que viene a representar el descontento de éstos por ser
considerados ciudadanos de 2ª. En segundo lugar, fortalece también su poder en el exterior, frenando el
avance de los cristianos, a los que convierte en tributarios a cambio de controlar las razzias o
expediciones de rapiña realizadas por sus tropas en la frontera. En el año 929 Abderrahamán III había
alcanzado sus objetivos y se autoproclama califa, asumiendo el liderazgo religioso de la comunidad
andalusí que se convierte en independiente desde el punto de vista político y religioso. Durante el gobierno
de su hijo Al-Hakam II, Al Andalus se convierte en la sociedad culturalmente más avanzada de su época.
Pero el crecimiento militar y burocrático que todo esto requería hizo aparecer una acumulación de poder
enorme en manos de caudillos militares como Almanzor, que se convirtió en verdadero dictador militar
bajo el califato del niño Hisham II. Esta dictadura se asentaba básicamente en los éxitos militares contra
los cristianos (destruye Barcelona y Santiago) pero terminó por dejar en evidencia el papel de unos califas
cada vez menos implicados en el poder. Cuando muere Almanzor baja el nivel de autoridad y reaparecen
las luchas internas que serán muy graves y conducirán a la desaparición del califato de Córdoba y al

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inicio de un período que cambiará la relación de superioridad mantenida con los reinos cristianos del
norte.

Reinos de Taifas.
Con la caída del califato, Al-Ándalus se divide en reinos de taifas , época que señala el declive musulmán
frente al resurgir de los pueblos cristianos. Las taifas se dividen en tres grupos: taifas árabes, beréberes y
eslavonas. Todas ellas desarrollaron una brillante cultura pero su debilidad política y militar les obligó al
pago de parias a los reinos cristianos. La conquista de la ciudad de Toledo en el año 1085 por el rey
Alfonso VI llevó a los musulmanes a recurrir a los almorávides un pueblo del norte de África, derrotaron a
Alfono VI , se apoderaron de las taifas y unificaron Al-Ándalus. Alfonso I conquistó Zaragoza; teniendo así
los pequeños núcleos mozárabes que emigrar a la España cristiana. Se produjo un nuevo
desmembramiento de Al-Ándalus (segundas taifas) debido a la rudeza de los nuevos dominadores y la
aparición de un nuevo poder en el norte de África. Los almohades. Establecieron su capital en Sevilla,
aunque frenaron momentáneamente la reconquista con la derrota en la Batalla de las Navas de Tolosa
(1212), la cual marca el inicio de su decadencia. Surgieron así las terceras taifas, siendo ocupadas en el
siglo XII por Castilla y Aragón. La taifa de Sevilla fue conquistada, solo sobrevivió Granada.

g) Reino nazarí de Granada (-1492).


La presencia musulmana en la península queda reducida al reino de Granada. Su larga duración se debe
a su vasallaje a Castilla, los problemas del siglo XIV y el carácter montañoso del territorio.
El momento de máximo esplendor se dio en el siglo XIV, coincidiendo con los gobiernos de Yusuf I y
Muhammad V. la unión de Castilla y Aragón impulsó el dinamismo conquistador. En 1492, Boabdil rinde
Granada a los Reyes Católicos. El tratado estipulaba que la población musulmana podría quedarse,
respetarían su religión, costumbres y tradiciones, pero no se cumpliría.

2. ECONOMÍA Y SOCIEDAD.
La economía, en contraposición con la España cristiana, fue muy floreciente y gracias a Al-Andalus
llegaron a Europa productos de Asia. En la agricultura se sigue con la trilogía mediterránea (cereales, vid y
olivo). Los excedentes de trigo y aceite se dedicaban a la exportación, y el vino se seguía consumiendo,
pese a las prohibiciones religiosas. En cuanto al regadío se perfeccionaron los sistemas de regadío con
acequias, norias e introdujeron el arroz, el algodón, el azafrán y la caña de azúcar. La artesanía adquirió
una gran importancia, destacando los artículos de lujo (marfiles, cordobanes de cuero, tejidos,brocados…).
Durante parte de su existencia Al-Andalus controló las rutas del oro del Sudán, que sería la base de su
sistema monetario: el dinar de oro y el dirhem de plata (décima parte del dinar). Las rutas comerciales iban
hasta Bizancio y la India.. De la misma manera se comerciaba con la Europa cristiana y el oro andalusí
contribuyó a revitalizar también la economía cristiana. En cuanto a la sociedad las ciudades adquirieron
gran importancia. Unas eran herencia de romano-visigoda, pero otras fueron fundadas como Murcia,
Almería, o Madrid. En la cúspide de la población libre se encontraba la aristocracia (jassa), formada por los
linajes árabes y la nobleza que desempeñaban puestos en la administración. Estos últimos podían ser de
origen árabe, aunque también de beréberes o conversos. Por debajo de este grupo había una capa
intermedia de comerciantes, artesanos, médicos, juristas y propietarios de tierras. Entre ellos abundaban
los de origen muladí o “renegados” (cristianos convertidos al Islam). En la base de la población figuraba la
plebe urbana o rural (amma) formada por pequeños comerciantes, dueños de talleres y jornaleros. Los
esclavos procedían de África, cautivos de las luchas contra los cristianos o del mercado europeo. La
mayoría trabajaba en el campo o en los talleres de las ciudades. Fuera de esta estructura social estaban
los no musulmanes, mozárabes (cristianos de Al-Andalus) y judíos, sobre los que pesaba un tributo
especial. Mantenían sus estructuras administrativas y autoridades propias, pero su condición fue
empeorando con el tiempo, sobre todo con las invasiones de almorávides y almohades. Ante la
intolerancia, la respuesta fue la conversión al Islam, o el traslado a los reinos cristianos.

Conclusión
Al-Ándalus fue una sociedad diversa, tanto desde el punto de vista étnico como cultural, que alcanzó su
máximo esplendor en el s.X, con el califato. Fue la sociedad urbana más adelantada de Europa. Por
último, comentar que el legado andalusí en España no tiene comparación en toda Europa occidental y es
muy notable en la agricultura, el urbanismo, el pensamiento , la literatura y el arte.

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