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1.- La conquista musulmana (711 – 718). Los musulmanes ocuparon en tan solo siete
años casi toda la Península Ibérica, derrotando a los visigodos, que se encontraban en guerra
civil entre los partidarios del nuevo rey don Rodrigo y los del aspirante al trono Agila.
Precisamente la debilidad interna de la Monarquía Visigoda y el ímpetu expansionista del Islam
explican la rapidez de la conquista.
2.- El Emirato Dependiente (714 – 756). Antes incluso de que finalizara la conquista, y
dado que el tamaño de lo conquistado en tan poco tiempo era tan grande, el Califa de
Damasco acordó la formación de una provincia (=emirato en árabe) en la Península Ibérica.
Esta provincia recibió el nombre de Al Ándalus. Nace de esta forma el primer Estado andalusí,
una provincia gobernada desde Damasco por un califa de la dinastía Omeya, a través de un
emir o gobernador, también de la misma familia. Pero en el año 750 los Omeya fueron
depuestos violentamente del por la dinastía Abasí, que los persiguió y asesinó, hasta acabar
con todos; o casi todos, porque el príncipe heredero, Abderramán, consiguió huir y llegar al
sitio más alejado de Damasco: Al Ándalus.
4.- El Califato (929 – 1031). El Califato de Córdoba, que duró muy poco más de cien años,
constituye la época de mayor esplendor de Al Ándalus. Los califas fortalecieron sólidamente la
estructura del nuevo Estado, con un Califa todopoderoso (máxima autoridad, política,
legislativa, judicial, militar, religiosa), auxiliado por un Hachib o Primer Ministro y éste a su vez
por los Visires (secretarios o ministros). Los impuestos ordinarios, los botines de guerra y el
cobro de parias a los reinos del norte le permitieron mantener un potente ejército mercenario
y someter a sus enemigos internos y externos.
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Pero poco antes del año 1000 comienza una grave crisis. Es la época del hachib
Almanzor y del califa Hisham II. Cuando Hisham era un niño, se le había asignado como
preceptor a Almanzor; cuando el niño fue proclamado califa, Almanzor fue nombrado hachib,
y, habiendo anulado la voluntad de Hisham, concentró en sus manos todo el poder político y
militar. Fue una época de esplendor para Al Ándalus, pero también de muchas tensiones; y por
eso, a la muerte de Almanzor, en el año 1002, comenzó una guerra civil entre las principales
familias del reino por controlar el poder. Esta guerra terminó en el año 1031 y acabó
desintegrando Al Ándalus en multitud de pequeños reinos llamados Taifas.
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2.- RESUME LOS CAMBIOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES
INTRODUCIDOS POR LOS MUSULMANES EN AL ÁNDALUS
2.1.- Cambios económicos
En una sociedad agrícola, como era la medieval, fue en la agricultura donde los
musulmanes introdujeron los cambios más significativos, que en principio sólo afectaron a Al
Ándalus. Estos cambios están relacionados con la técnica del regadío y la consiguiente red de
acequias y norias; con la introducción de cultivos novedosos como el naranjo y el arroz; con el
desarrollo de la horticultura o con la explotación de plantas con fines industriales, como la
morera, para producir seda. Era una agricultura muy orientada al mercado.
En cuanto a la artesanía intensificaron el uso de materiales como el cuero, el pergamino,
el papel, el vidrio, el azulejo, el yeso, la madera, etc. que trabajaban con maestría; y también
destacaron en la orfebrería y en la construcción de barcos.
Y no podemos olvidar las actividades comerciales, muy intensas en todo el
Mediterráneo. Y esto fue así gracias al desarrollo las ciudades (el mundo islámico era en gran
medida urbano), con sus zocos o mercados diarios que abastecían a la población y al uso de
monedas de oro (dinar) y plata (dírham) que circulaban por todo el mundo islámico.
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3.-EXPLICA EL ORIGEN DE LAS CORTES EN LOS REINOS
CRISTIANOS Y SUS PRINCIPALES FUNCIONES
Durante la Edad Media el Rey se situaba en la cima del llamado Régimen Señorial y
era, por tanto, señor de señores y de todos los vasallos. Podemos pensar entonces que su
poder era absoluto, pero para eso todavía faltará mucho tiempo. En la práctica el poder del
rey estaba limitado por la gran autonomía de los señoríos laicos y eclesiásticos y por los
privilegios de la nobleza, el clero y los fueros de las ciudades.
Precisamente las principales familias de la nobleza y las más altas jerarquías del clero
(que en muchos casos venían a coincidir) formaban junto al rey la Curia Regia o Curia Real, el
principal órgano del gobierno en la Edad Media.
Pero desde finales del siglo XII (el primer ejemplo es el del Reino de León) y
primeras décadas del siglo XIII los reyes comenzaron a celebrar reuniones extraordinarias
de la Curia Regia a las que convocaban a los representantes elegidos por las ciudades del
reino. En estas reuniones extraordinarias los participantes se agrupaban por brazos o
estamentos: la nobleza, el clero y el pueblo. Y así nacieron las Cortes medievales (ese es su
origen).
Pero, ¿en qué momento los reyes necesitaron convocar a sus reuniones de magnates a
los representantes de las ciudades?: en el momento en que necesitaron aportaciones
extraordinarias de fondos, normalmente para emprender acciones militares contra otros
reinos, puesto que la nobleza y la Iglesia estaban exentos de pagar impuestos. A cambio de
pagar más impuestos, a los representantes de las ciudades se les dejaba hacer peticiones y
quejas al rey. Así pues, la principal función de las Cortes medievales no era legislativa, sino
la de discutir y votar las peticiones económicas que realizaba el rey, normalmente para
emprender campañas militares. Solían convocar Cortes los reyes que no tenían la fuerza
suficiente para imponer sus decisiones.
Las primeras Cortes que se formaron fueron las del Reino de León, en 1188 ,
convocadas por el rey Alfonso IX en el claustro de la basílica de San Isidoro. En 1217 se crearon
las del Reino de Castilla. Cuando en 1230 los reinos de Castilla y de León se unieron
definitivamente con Fernando III el Santo (nace ahí la Corona de Castilla) estas Cortes
comenzaron a celebrarse conjuntamente, aunque también hubo convocatorias por separado
hasta el siglo XV. En todo caso siempre mantuvieron un carácter consultivo y de aprobación de
impuestos y subsidios. Los poderes de las Cortes de Castilla y León fueron muy limitados.
En la Corona de Aragón por su parte, cada reino tuvo sus propias Cortes (las de
Cataluña se crearon a principios del siglo XIII y de ahí en adelante se crearon las de Aragón y
las de Valencia; el Reino de Mallorca carecía de Cortes propias. A diferencia de las de Castilla
gozaban de cierta función legislativa y las de Cataluña, además, habían creado, para cuando las
Cotes no estuvieran reunidas, una delegación permanente, la Generalitat, cuya función
principal era la de recaudar los impuestos aprobados, pero también la de velar por el
cumplimiento de los acuerdos tomados.
En el Reino de Navarra las Cortes se reunieron por primera vez a mediados del siglo
XIII y obligaban al rey de turno a respetar los fueros, derechos y tradiciones del Reino.
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4.- COMENTA EL ÁMBITO TERRITORIAL Y CARACTERÍSTICAS DE
CADA SISTEMA DE REPOBLACIÓN, ASÍ COMO SUS CAUSAS Y
CONSECUENCIAS
La repoblación es el proceso mediante el cual, las tierras deshabitadas (en un primer
momento, las situadas al norte del Duero, zona de frontera, muy peligrosa) y las
reconquistadas a los musulmanes, se van poblando unas veces con cristianos procedentes
del norte, otras con mozárabes del sur ––sobre todo en las épocas del fanatismo religioso–– y
otras con francos. Este proceso de repoblación se produce al mismo tiempo que el proceso de
Reconquista, son simultáneos.
La repoblación no se hizo de manera homogénea. Hay diferencias notables según los
territorios conquistados, el reino conquistador y las necesidades del momento. Y estos
diferentes modos de repoblar determinarán la estructura de la propiedad de la tierra en la
Península y las relaciones sociales. Y así veremos cómo, a grandes rasgos, en el tercio norte
predominará el campesino libre pequeño propietario; mientras que en la mitad sur
predominarán los grandes señores latifundistas laicos y eclesiásticos y el campesino siervo
(que serán los jornaleros del siglo XIX, cuando desaparezca la servidumbre). Éstas son las
principales formas de Repoblación:
La repoblación libre: aprisio o presura (siglos VIII-X). La aprisio en Aragón y la
presura en Castilla consistían en conceder la propiedad de la tierra a quien la roturara, la
cultivara y recogiera la primera cosecha (para un campesino medieval, en un mundo
feudal, ser propietario de sus propias tierras, y por lo tanto libre, era lo máximo a lo que
podía aspirar). Aragón la practicó en el valle del Ebro y Castilla en el del Duero, y a
estos valles acudieron miles de campesinos con la esperanza de obtener tierras de las que
vivir y, además, en propiedad. Desde finales del siglo IX los reyes y grandes señores
otorgaban cartas puebla y fueros (una especie de “contratos” en los que concedían
beneficios y privilegios) a quienes se asentaran en determinadas zonas de frontera. Por
este procedimiento nacerán en el norte y centro de la península polas, pueblas,
pobladuras y comunidades de aldea con fueros propios.
La repoblación Concejil (siglos XI y XII). Tras la caída del Califato y la fragmentación
de Al Ándalus en taifas, esta forma de repoblación, dirigida por los propios reyes,
pretendió el asentamiento masivo de cristianos en zonas recién reconquistadas y que
tenían, por tanto, una población sobre todo musulmana. La practicó Castilla entre los
valles del Duero y el Tajo y Aragón en el curso del Ebro. Y estuvo acompañada también de
la concesión de fueros y cartas puebla, que otorgaban libertades y privilegios a los que se
asentaran en esas zonas tan peligrosas.
El repartimiento (desde el siglo XIII). Este sistema lo puso en marcha la Corona de
Aragón en Valencia y Murcia y Castilla en los valles del Tajo, del Guadiana y del
Guadalquivir, las más prósperas para la agricultura, pero también las que tenían más
población musulmana. Consistía en hacer lotes con las tierras reconquistadas y repartirlos
entre quienes hubieran participado en las conquistas. Los más beneficiados fueron las
órdenes religiosas-militares (Santiago, Calatrava y Alcántara en Castilla y Montesa en
Aragón), y la alta nobleza, que obtuvieron los más grandes y los mejores lotes. En los
territorios ocupados por las Órdenes religioso-militares se desarrolló la cría de oveja y la
formación de las más importantes cabañas ganaderas, que estarán muy relacionadas con
la Mesta. En estos territorios la población musulmana resultó muy diezmada: hubo
conversiones y huidas masivas al reino de Granada.
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5.- Explica el origen y características del régimen señorial y la
sociedad estamental en el ámbito cristiano
5.1.- El Régimen Señorial: origen y características
El Régimen feudal o señorial nació en la Edad Media y como su nombre indica está
relacionado con los señoríos, es decir, territorios (o feudos) en los que se dividía el reino , y
que habían sido concedidos por el rey a un noble o a la Iglesia, como pago por algún servicio.
La intención era que los señores, en nombre del rey, gobernaran, juzgaran y recaudaran
impuestos allí donde el rey no llegaba. Y a su vez, en una época muy convulsa y peligrosa, estos
señores quedaban obligados a asistir y proteger a sus vasallos y a velar por la integridad
territorial del señorío.
El régimen señorial en España, aunque tiene un origen y estructuras similares a las
del resto de Europa, muestra también unas características propias, que están determinadas
por el fenómeno de la reconquista. El monarca entregaba propiedades a los nobles ––que
tenían la función de las armas–– y a las órdenes militares a cambio de servicios militares para
ganar territorios a los musulmanes y ampliar la extensión del reino. Al mismo tiempo, las
campañas militares aportaban nuevos territorios, y esto permitía formar nuevos señoríos, que
servían para pagar los favores y los servicios prestados. Se creaba así un sistema fuertemente
clientelar (dependencias y favores) que reforzaba la señorialización de la sociedad.
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porque a él tenían acceso tanto la nobleza como el pueblo llano, aunque los primeros
acaparaban en la Iglesia los más altos cargos o dignidades (alto clero).
El Pueblo llano. Su función era mantener la sociedad con su trabajo, aportando los
bienes necesarios que ésta requería y prestando los servicios más elementales. Era el
estamento más numeroso y heterogéneo. La mayoría eran campesinos ––libres o siervos––, y
los que no se dedicaban al campo, los burgueses, se ocupaban de las artesanías y el comercio.
Este estamento carecía de privilegios y era el único en el que había pecheros, es decir, que
pagaban o pechaban. Sus condiciones de vida eran las más difíciles y también eran los más
expuestos a las vicisitudes de aquellas sociedades, como las hambrunas, las guerras, las
epidemias, etc.
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