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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA


DIRECCIÓN DE POSTGRADO

EFECTOS DE LA DECLARATORIA DE ESTADO DE


EXCEPCIÓN DECRETADO EN VENEZUELA POR LA
PANDEMIA DEL CORONAVIRUS (COVID-19) ENTRE LOS
AÑOS 2020-2021

Autor: Abog. Juan Orta


Tutor: Dr. José Carlos Ortiz

San Diego, enero de 2023

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA
DIRECCIÓN DE POSTGRADO

EFECTOS DE LA DECLARATORIA DE ESTADO DE


EXCEPCIÓN DECRETADO EN VENEZUELA POR LA
PANDEMIA DEL CORONAVIRUS (COVID-19) ENTRE LOS
AÑOS 2020-2021
Proyecto de Trabajo Especial de Grado para optar al Título de
Especialista en Derecho Constitucional

Autor: Juan Orta


Tutor: Dr. José Carlos Ortiz

San Diego, enero de 2023

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA
DIRECCIÓN DE POSTGRADO

APROBACIÓN DEL TUTOR

Por la presente hago constar que luego de leído el Proyecto de Trabajo Especial de
Grado, titulado: EFECTOS DE LA DECLARATORIA DE ESTADO DE
EXCEPCIÓN DECRETADO EN VENEZUELA POR LA PANDEMIA DEL
CORONAVIRUS (COVID-19) ENTRE LOS AÑOS 2020-2021, y presentado(a) por
el (la) ciudadano (a) Orta Muñoz Juan José para optar al Grado de Especialista en
Derecho Constitucional he aceptado asesorar a dicho estudiante, en calidad de Tutor,
durante la etapa de desarrollo del trabajo hasta su presentación y evaluación.

En la ciudad de San Diego, a los once días del mes de enero de 2023

Atentamente,
________________________

Nombre del Tutor: _____________________________


Cedula de Identidad: ____________________________
E-mail:_______________________________________
Teléfono: _____________________________________

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ACTA DE EVALUACION DEL PROYECTO DE TRABAJO DE
GRADO Y DEL PROYECTO DE TESIS
UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE POSTGRADO

ACTA DE EVALUACION DEL PROYECTO DE TRABAJO DE GRADO

Quienes suscriben:

Prof. (Coordinador) ______________________________________________________________

Prof. ___________________________________________________________________________

Prof. ___________________________________________________________________________

En nuestra condición de miembros de la Comisión Técnica Evaluadora del Proyecto de


Trabajo de Grado o de la Tesis titulado(a):
EFECTOS DE LA DECLARATORIA DE ESTADO DE EXCEPCIÓN
DECRETADO EN VENEZUELA POR LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS
(COVID-19) ENTRE LOS AÑOS 2020-2021
De la Especialización en : Maestría en: Doctorado en:
Cuyo autor es: Orta Muñoz Juan José C. I. N 12.751.897

Certificamos que hemos evaluado el referido Proyecto con el siguiente resultado


APROBADO NO APROBADO DIFERIDO

De igual forma se deja constancia de la revisión de las credenciales del Tutor


propuesto, siendo el resultado:
APROBADO NO APROBADO
Firmas y cédulas de identidad de los miembros de la Comisión Técnica Evaluadora:
Prof. (Coordinador) ______________________________C. I. N ________________________

Prof. ________________________________________C. I. N ________________________

Prof. ________________________________________C. I. N ________________________

En San Diego, a los once días del mes de enero del año 2023

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ÍNDICE GENERAL

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P.
Aprobación Del Tutor………………………………..……………………………
Acta De Evaluación Del Proyecto De Trabajo De Grado…….………………….
Acta de Instalación del Jurado…………..…………………………………………

INTRODUCCIÓN……………..………………………………………….……

CAPÍTULO I EL PROBLEMA…….…………………………………...………

Planteamiento del Problema……..…………………………….…..……….……


Formulación del Problema…….……………………………..….…………………
Objetivos de la investigación…..……………………………………..………..…..
Justificación de la Investigación……………………..……..…………….………

CAPÍTULO II UBICACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO EN EL


CONTEXTO

Antecedentes…………….…………………………………………………………
Bases Teóricas…………………………………………….....…..………………..
Bases Normativas……………..…………………………………....………………

CAPÍTULO III METODOLOGÍA………..…………………………………..

Nivel y Modalidad de la Investigación……..……………………………………


Diseño y Método de la Investigación………..………….………………………….
Población y Muestra…………………..…………………………………………
Técnicas e Instrumento de Recolección de la Información……..……………….
Procedimiento………………………………….………...………………………

CAPÍTULO IV: PLAN DE TRABAJO…………………………………………

vi
Actividades a realizar………….……………….………...………………………
Tiempo de ejecución……………..…………….………...………………………
Recursos………………………….…………….………...………………………

Referencias Bibliográficas……………………………...………………………
Referencias Normativas……………………….……..…...………………………
Referencias Electrónicas en línea……………………………..……………….

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

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UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA
DIRECCIÓN DE POSTGRADO

EFECTOS DE LA DECLARATORIA DE ESTADO DE EXCEPCIÓN


DECRETADO EN VENEZUELA POR LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS
(COVID-19)
ENTRE LOS AÑOS 2020-2021

Autor:
Juan Orta
Tutor:
Dr. José Carlos Ortiz.
Año: 2023

SINTESIS DESCRIPTIVA

Los estados de excepción son regímenes especiales concebidos para situaciones de


anormalidad, se trata de regímenes concebidos al interior del derecho y no fuera de él,
es decir, todo estado de excepción es un régimen de juridicidad y precisamente por
eso son objeto de una detenida regulación del constituyente y del legislador
estatutario, pues provee el Estado de ciertos elementos especiales que conllevan a
vencer toda situación de crisis, pero sin renunciar a la capacidad de articulación social
y de legitimación propia del derecho, de ahí que la investigación se plantee como
objetivo general analizar efectos de la declaratoria de estado de excepción decretado
en Venezuela por la pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021
El estudio se fundamenta en las conceptualizaciones de los estados de excepción
además de las bases normativas. Se aplica como metodología según las características
del estudio, el nivel y modalidad de la investigación es de campo-descriptivo y
analítico-descriptivo, el diseño y método será bibliográfico y lógico deductivo.
Población y muestra, estará conformada por todos los documentos que versen sobre
efectos de la declaratoria de estado de excepción decretado en Venezuela por la
pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021 Se emplean técnicas
e instrumentos de recolección de información, como técnica de revisión bibliográfica
y el análisis de contenido.

Descriptores: estado de excepción.

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INTRODUCCIÒN

El estudio de los estados de excepción en el ordenamiento constitucional


venezolano constituye el objeto del presente trabajo, y pese a la relevancia del mismo
en cualquier país, y sobre todo en los de América Latina, resulta necesario por
razones metodológicas, que previamente procedamos a establecer sus límites
conceptuales, en virtud de que en el Derecho comparado y en el propio Derecho
nacional, frecuentemente se recurre a dos denominaciones distintas para referirse a la
misma institución, a saber: derecho de excepción y estados de excepción. En la
búsqueda del esclarecimiento del asunto, luce lógico determinar si dichas
denominaciones aluden a connotaciones conceptuales distintas, o si por el contrario,
ambas responden a la misma connotación que subyace a una única institución, y en
tal sentido, es necesario recordar que históricamente surge primero la denominación
derecho de excepción, traducida en el conferimiento de poderes extraordinarios al
Estado para encarar crisis originadas en situaciones de emergencias de variada índole
y de tal magnitud, que ponían en peligro lo que hoy se denomina institucionalidad.

Esa es la idea que late en las primeras figuras que con el correr del tiempo van a
ser asociadas por la doctrina a la institución bajo examen, desde los tiempos romanos,
en la época de la República, pasando en la edad media en Inglaterra por la ley marcial
y la Riot Act, y en la edad moderna por el estado de sitio, y la suspensión de garantías
durante la Revolución Francesa así como el período de Imperio, en Francia a finales
del siglo XVIII y principios del siglo XIX, hasta llegar al siglo XX, con la
denominada dictadura constitucional en la Constitución de Weimar de 1919, y sobre
todo en las Constituciones posteriores a la segunda guerra mundial, en las cuales
aparece perfilada la institución, la cual termina de desarrollarse con la colaboración
del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Dentro de un modelo democrático y participativo, el respeto al normal


funcionamiento de las ramas del poder público, en un marco de autonomía e

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independencia, marcan el principio del ejercicio de funciones separadas y la
colaboración armónica, para logar el cumplimiento de los fines esenciales del Estado
social de Derecho, y con ello, el respeto a los derechos y garantías constitucionales de
los asociados, los cuales constituyen los elementos sobre los cuales se estructura el
ejercicio legítimo del poder en nuestro tiempo, para lograr la materialización de los
derechos de la libertad y la igualdad en condiciones reales y efectivas.

En una democracia moderna, se parte de la base fundamental del equilibrio de


poderes dado por la propia Constitución, en la que a cada uno de los órganos o ramas
del poder público se le asignan expresamente el ejercicio de determinadas funciones,
dentro de un marco de competencias, en virtud del cual cada órgano o dependencia
solo puede ejercer las funciones que la Constitución, la ley y los reglamentos le
autorice, y cumpliendo los requisitos, es decir los procedimientos establecidos en la
Constitución y la ley. En el Caso venezolano, la misma Constitución establece que
ninguna autoridad puede inmiscuirse en funciones de otra, lo cual refuerza el
principio fundamental del Estado Social de Derecho, relacionado con la autonomía e
independencia en las decisiones de cada uno de sus órganos, que básicamente busca
evitar la concentración del poder y establecer sistemas mutuos de control, lo que en la
Revolución Francesa se llamó el poder controla el poder.

Esta investigación se conforma por cuatro capítulos. En el capítulo I; se presenta el


problema: planteamiento del problema, formulación del problema, objetivos de la
investigación además se expone la justificación de la investigación. Capítulo II; se
despliega el objeto de estudio en el contexto teórico, allí los antecedentes que sirven
de respaldo a la investigación, las bases teóricas, las bases normativas, y la definición
de términos básicos.

Ahora bien, el capítulo III contiene; el área metódica. Aquí se presenta la


metodología que se utilizó para dar respuesta a la investigación y cumplir con los
objetivos planteados, empezando por el nivel, modalidad, diseño y método de la

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investigación, la población y muestra y las técnicas e instrumento de recolección de la
información, y el procedimiento. Por otra parte, en el capítulo IV se presenta el plan
de trabajo, compuesto por las actividades a realizar, el tiempo de ejecución, y los
recursos. Finalmente se presenta, las referencias consultadas en el desarrollo de la
investigación.

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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

Entre el 2020 y el 2021 en la mayoría de los países del mundo la población fue
afectada por una enfermedad infecciosa producida por un agente viral perteneciente a
la familia de los Coronavirus, conocida como la COVID-19, con graves
consecuencias a la salud de las personas contagiadas con alta probabilidad de muerte.
Este virus es de fácil y rápida transmisión, por lo cual la Organización Mundial de la
Salud (OMS) declaró una situación grave de pandemia en fecha 12 de marzo de 2020,
realizando conjuntamente con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), una
serie de recomendaciones a los Estados y a las personas, sobre las medidas de
protección de la salud y prevención de la propagación de la pandemia a los fines de
mitigar su impacto en la sociedad, pues se trató fundamentalmente de una crisis de
salud pública sin precedentes en la historia reciente que exigió capacidad de respuesta
colectiva.

En ese contexto, la protección de la salud solo debe y puede realizarse a través de


las reglas del Estado de Derecho y de las instituciones democráticas, visto que la
pandemia no implica que la legalidad esté en cuarentena. Consecuentemente, el
derecho en particular fue sobrepasado por la emergencia y por la aplicación de
medidas exorbitantes para atenderla, influyendo en todas sus instituciones, tanto de
derecho público como de derecho privado, cuyos efectos se determinan en función de
los desafíos asociados a la impredecibilidad y la anormalidad de estas circunstancias

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fuera del control de los afectados; incidiendo directamente en la actividad jurídica de
cualquier país afectado.

En este sentido, las restricciones pueden imposibilitar o complicar el cumplimiento


de obligaciones, legales, tributarias, así como a las estrictamente contractuales, sean
laborales, mercantiles o civiles. Dentro de este marco, circuló la Gaceta Oficial
(G.O.) N° 6.519 extraordinario del día viernes 13 de marzo de 2020, contentiva del
Decreto N° 4.160 de la misma fecha, por medio del cual el Ejecutivo, declaró el
estado de alarma en todo el territorio nacional para atender la emergencia sanitaria del
coronavirus (COVID-19). En su artículo 1° establece que:

Se decreta el Estado de Alarma en todo el Territorio Nacional, dadas las


circunstancias de orden social que ponen gravemente en riesgo la salud
pública y la seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas habitantes de la
República Bolivariana, a fin de que el Ejecutivo Nacional adopte las
medidas urgentes, efectivas y necesarias, de protección y preservación de
la salud de la población venezolana, a fin de mitigar y erradicar los
riesgos de epidemia relacionados con el coronavirus (COVID-19) y sus
posibles cepas garantizando la atención oportuna, eficaz y eficiente de los
casos que se originen.(p.1)

Por consiguiente la decisión anterior respondió al hecho, según se desprende de su


motivación que existían circunstancias excepcionales, extraordinarias y coyunturales
que motivan la declaratoria de Estado de Excepción y de Alarma, habida cuenta la
calamidad pública que implica la epidemia mundial de la enfermedad epidémica
coronavirus que causa la COVID-19, por lo que se requiere adoptar medidas con la
finalidad de proteger y garantizar los derechos a la vida, la salud, la alimentación, y la
seguridad, debido a que en el país diariamente se registraron contagios.

Dentro de esta perspectiva, los estados de excepción en los sistemas políticos


democráticos modernos, constituyen regímenes jurídicos excepcionales, consagrados
en el orden constitucional para atender situaciones sobrevenidas relacionadas con
circunstancias de orden social, económico, político, natural o ecológico, catástrofes,
calamidades públicas u otros acontecimientos similares que pongan seriamente en

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peligro la seguridad de la nación, las instituciones o de sus ciudadanos, a cuyo
respecto resultan insuficientes las facultades de las cuales se disponen para hacer
frente a tales hechos, debiendo ser siempre enmarcados dentro de un ámbito de
restricción temporal fundamentado en los principios de necesidad, proporcionalidad,
temporalidad y gradualidad.

Tomando en cuenta el control, jurisdiccional de la Sala Constitucional del Tribunal


Supremo de Justicia (TSJ), a la par del control político por parte de la Asamblea
Nacional (AN) sobre el Decreto que declara el Estado de Excepción. Asimismo, se
establece como parámetro el cumplimiento de las exigencias, principios y garantías
establecidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

En cuanto a la prórroga de los Estados de Excepción corresponde a la AN a


solicitud del Presidente de la República, y la posibilidad de revocatoria, corresponde
al Ejecutivo Nacional o a la Asamblea Nacional; o por Comisión Delegada en caso de
receso del órgano legislativo. Deben ser, los órganos del Estado la clave para
mantener la armonía entre la normalidad constitucional y la necesaria previsión de la
excepcionalidad constitucionalmente regulada en el marco de un derecho de
necesidad. Ahora bien, en el decreto N° 4.160 citado anteriormente, específicamente
en la octava de las disposiciones finales señala que, “tendrá una vigencia de 30 días,
prorrogables por igual período, hasta tanto se estime adecuada el estado de
contención del virus epidémico coronavirus (COVID-19) o sus posibles cepas, y
controlados sus factores de contagio”. (p.6).

Sin embargo, el ejecutivo promulgó desde marzo 2020 hasta febrero 2021, cinco
(5) decretos y (7) siete decretos prorroga, para un total de doce decretos, cada uno con
su respectiva sentencia de constitucionalidad para un total de doce recursos de
constitucionalidad de ley dictadas por la Sala Constitucional del TSJ, con retardos en
la publicación del fallo complicando más la situación, especialmente porque

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promovió aún más la inseguridad y la falta de información pública en medio de la
emergencia sanitaria que demandaba más transparencia y objetividad en la toma de
decisiones. Ignorando: informar a la Organización de Naciones Unidas (ONU) como
lo ordena el artículo 4.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ni al
control político que debe realizar la Asamblea Nacional; convirtiendo lo excepcional
en rutinario, estableciendo el estado de alarma en un estado de excepción cuasi
permanente, lo que a simple vista podría parecer parte de una política intervencionista
por el ejecutivo nacional.

Lo cual pareciera una trasgresión de la Constitución de la República Bolivariana


de Venezuela (CRBV) publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria N° 36.860 de
fecha 30 de diciembre de 1.999, reimpresa por error del ente emisor y publicada en la
Gaceta Oficial Extraordinaria N° 5.453 del 24 de marzo de 2000, al no cumplir con
los supuestos de hecho, trámites y tiempos de esta figura, establecida en el Capítulo II
del título VIII de la vigente carta magna, constituyéndose al margen del ordenamiento
constitucional.

En este sentido, al afirmar que lo excepcional se hace rutinario, obedece al uso de


la entidad del Estado de Excepción, como acto de gobierno formal, con las
circunstancias de hecho que lo justifican, pero desde la perspectiva de la razón de
estado, en medio de ese recuento, sucede pues que, el decreto N° 4.160 in comento,
lanzó lo que podría inferirse como una suspensión genérica de las garantías
constitucionales; pues aunque fundamenta las acciones que se van a desarrollar en el
marco de los estados de excepción, dejando ambiguas las garantías constitucionales
que limita, ni mucho menos precisa la naturaleza de las restricciones que está
acordando, sabiendo que el artículo 339 de la Constitución obliga a precisar el
derecho regulado, es decir dicha exigencia está dispuesta en los siguientes términos:
“El decreto que declare el estado de excepción, en el cual se regulará el ejercicio del
derecho cuya garantía se restringe”.(p.41). De modo que el decreto ha debido precisar

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a cuáles derechos se le estaban suprimiendo las garantías y en qué consistían las
limitaciones.

Se consagró, entonces una suspensión general de las garantías y derechos


constitucionales, violando lo dispuesto en el artículo 337 constitucional, que
expresamente establece la prohibición absoluta de suspender o restringir los derechos:
“(…) a la vida, prohibición de incomunicación o tortura, el derecho al debido
proceso, el derecho a la información y los demás derechos humanos intangibles”.
(p.41).

Dentro de este marco, la Ley Orgánica sobre Estados de Excepción, publicada en


la Gaceta Oficial Nº 37.261, de fecha 15 de agosto de 2001, al desarrollar las normas
constitucionales sobre esta materia, precisa que los derechos constitucionales no
pueden ser regulados en un decreto de esta naturaleza. En consecuencia, el
incumplimiento de las disposiciones constitucionales por parte del gobierno en la cual
cualquier funcionario, en nombre del estado de excepción bien sea en la figura de
estado de alarma, procede a interpretarlo de manera subjetiva, obviando el sentido y
alcance de los estados de excepción.

Asimismo, se hace mención a otra contradicción entre el decreto N° 4.160 y la


constitución, la cual tiene que ver con el lapso de duración del estado de alarma,
debido a que el artículo 338 de la carta magna, establece una duración de hasta treinta
días, prorrogables por una sola vez y solo hasta por treinta días adicionales, para la
vigencia de una suspensión o limitación de las garantías constitucionales, siendo
evidente que en el capítulo V, Disposiciones Finales, en la disposición octava, del
mencionado decreto se deja la posibilidad de un plazo abierto para la vigencia del
decreto, pudiendo observarse una laguna jurídica que contraviene la norma
constitucional. en función de que, el decreto fija el plazo en los siguientes términos:
“Este decreto tendrá una vigencia de 30 días, prorrogables por igual período, hasta
tanto se estime adecuada el estado de contención de la enfermedad epidémica

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coronavirus (COVID-19) o sus posibles cepas, y controlados sus factores de
contagio” (p.6).

Ahora bien, un análisis más preciso de la redacción establecida en el decreto, in


comento, deja ver entre líneas que el estado de excepción puede mantenerse durante
el tiempo que la administración estime necesario para considerar que se tiene
controlada la situación. De esto se desprende que, al expresar que el decreto puede ser
prorrogable por igual período, dejando abierta la posibilidad de que al término de los
30 días vuelva a acordarse otra prórroga por igual número de días, y así
indefinidamente, obviando el mandato constitucional que dispone la prórroga hasta
por 30 días más.

Adicionalmente, el decreto 4.160 deja en evidencia el poder del gobierno, en vista


de que en ninguna parte del texto del decreto se ordena su remisión a la Asamblea
Nacional, órgano del poder público al que compete el control político del mismo, lo
cual podría afectar los derechos fundamentales de los ciudadanos, ya que no pueden
ser solo aprobados por el órgano ejecutivo del poder público, sino que, requieren de
una aprobación del Parlamento y de un control de constitucionalidad, por parte de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia; además de la notificación de
los estados de excepción a los organismos internacionales de Derechos Humanos de
los que Venezuela es parte, aun cuando la iniciativa provenga del ejecutivo nacional.

En todo caso, puede observarse que el Ejecutivo convirtió en permanente lo que es


excepcional, lo que podría interpretarse, de acuerdo a la ley que rige la materia, como
delito de abuso de poder al atribuirse competencias de las demás ramas del poder
público nacional, pues el principio de responsabilidad, es un atributo esencial del
Estado de derecho, pero lo es también de los estados de excepción, como se ha
señalado reiteradamente que la configuración de las circunstancias excepcionales en
ningún momento se traduce en la desaplicación de los principios generales del
derecho, o más categóricamente del desconocimiento del Estado de derecho.

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Por consiguiente, la aplicación de medidas durante los estados de excepción que
puedan generar responsabilidad de los agentes del Estado, por resultar violatorias del
derecho de excepción, darán lugar a imposición de las sanciones correspondientes. La
importancia de los controles radica en que se proscribe totalmente la invocación de la
inmunidad por parte de los agentes del Estado, así, el estado de excepción, es
incompatible con un sistema donde la anormalidad constitucional es la regla,
mancillando así, la vigencia del verdadero estado constitucional, en los cuales debe
privar el estado de derecho, impidiendo que se institucionalicen como una excepción
concreta al derecho, abriendo un paréntesis a la legalidad dejando al buen juicio de
los gobernantes el manejo de la crisis.

Desde estas perspectivas, este estudio plantea analizar los efectos de la declaratoria
de estado de excepción decretado en Venezuela por la pandemia del coronavirus
(COVID-19) entre los años 2020-2021, en los cuales las garantías constitucionales no
han sido claramente identificadas de acuerdo con lo dispuesto en la constitución, a su
vez deben ser promulgados por el poder ejecutivo nacional, tomando de referencia los
principios y garantías que estos deben cumplir, concatenados con el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y la Convención Americana de
Derechos Humanos (CADH), entre otros instrumentos normativos aplicables en la
materia, atendiendo a la importancia de la separación de poderes que deben estar
enmarcados en garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos que habitan
el territorio nacional. De acuerdo a la situación descrita, se plantean las siguientes
interrogantes:

Formulación del Problema

¿Cuál es la importancia de los principios que fundamentan los estados de


excepción en el ordenamiento jurídico venezolano?

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¿Cuáles son los decretos de estado de excepción decretado en Venezuela por la
pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021?

¿Qué efectos tuvo la declaratoria de estado de excepción decretado en Venezuela


por la pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021?

Objetivos de la investigación

Objetivo general

Analizar los efectos de la declaratoria de estado de excepción decretado en


Venezuela por la pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021.

Objetivos específicos

Establecer la importancia de los principios que fundamentan los estados de


excepción en el ordenamiento jurídico venezolano.

Señalar los decretos de estado de excepción decretado en Venezuela por la


pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021.

Describir los efectos de la declaratoria de estado de excepción decretado en


Venezuela por la pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021.

Justificación de la investigación

En este contexto, todas aquellas medidas que los Estados adopten para hacer frente
a esta pandemia y afecten o restrinjan el goce y ejercicio de derechos humanos, deben
ser limitadas temporalmente, legales, ajustadas a los objetivos definidos conforme a
criterios científicos, razonables, estrictamente necesarios y proporcionales, acordes
con los requisitos desarrollados en el derecho internacional de los Derechos
Humanos. Siendo indispensable que se garantice el acceso a la justicia y al debido
proceso, a los mecanismos de denuncia, que no están restringidos, que se permita el

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acceso a la información veraz y fiable, que las restricciones de la pandemia no sean
utilizadas como un pretexto para violar los derechos y garantías de los ciudadanos.

Además, se deben analizar si las medidas adoptadas porque las facultades legales
de los entes públicos no resultan suficientes para hacer frente a los hechos, para poder
dictarlas, si exceden de lo que está previsto y regulado en las leyes, resulta ineludible
e indispensable entonces, para poder dictarlas, hacer uso de la potestad de restringir
las garantías constitucionales de los derechos, como lo indica el artículo 337 de la
Constitución, particularmente la garantía de la reserva legal para regular las
limitaciones y restricciones de los derechos. Sin embargo, en el Decreto N° 4.160, no
se restringió garantía constitucional alguna, por lo que, por una parte, las medidas que
anunció solo podrían realizarse en el marco de la legislación vigente; y por la otra, las
medidas que efectivamente impuso restrictivas de las garantías de los derechos,
carecen de base constitucional.

Pareciera que el estado de excepción formó parte, junto a las sentencias del
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de la estrategia que el Ejecutivo implementó para
anular a la Asamblea Nacional (AN), mediante la promulgación de treinta y un
decretos que imponían este régimen mucho más allá de los 120 días fijados en el
artículo 338 de la constitución, observándose una mayor concentración de facultades
en el ejecutivo nacional que correspondían a los legisladores, teniendo como norte la
defensa de la justicia, el Estado de derecho, la separación de poderes, la
independencia judicial, la democracia, la libertad y los derechos humanos.

Independientemente de los resultados de la investigación, será un aporte muy útil


que servirá como fuente de consulta para futuros abogados, que deseen ampliar sus
conocimientos sobre efectos de la declaratoria de estado de excepción decretado en
Venezuela por la pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021;
fortaleciendo sus conocimientos teóricos, basados en doctrinas, leyes, normas, y
obras de consulta.

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CAPÍTULO II

UBICACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO EN EL CONTEXTO

Una vez definida la problemática de la investigación, formulados los objetivos de


estudio y realizada la justificación, se procede a desarrollar el marco teórico con el
propósito de formar un soporte para la investigación, es decir, tal como lo menciona
Martins y Palella (2017) “el marco teórico debe destacar la estrecha relación existente
entre la teoría, la práctica, el proceso de investigación y el entorno”, (p. 62)

Antecedentes

En esta investigación se presentaron varios estudios donde la temática tiene gran


relación al presente trabajo, señala Arias, (2016) que los antecedentes muestran
“como han sido tratado un problema específico de investigación: qué tipos de estudio
se han efectuado, con qué sujetos, cómo han sido recolectados los datos, en qué
lugares se han llevado a cabo, que diseños se han utilizado”, (p.62). De tal manera se
presentan los siguientes antecedentes:

Barraza, (2020) realizó una investigación titulada Los Estados de Excepción y su


Control Judicial en Colombia para optar al grado de Maestría en derecho
Administrativo de la Universidad Libre, Bogotá, Colombia. En este trabajo se hizo un
recorrido jurisprudencial para observar cuál ha sido el tratamiento dado por la Corte
Constitucional al respecto en las diferentes sentencias, un breve recuento de las
declaratorias desde la expedición de la Carta política de 1991, un análisis de los actos
políticos y un recorrido por las Constituciones de América para observar cómo se
plasman los regímenes especiales en cada uno de los Estados hermanos. Aportó las

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citas correspondientes, las declaratorias de los estados de excepción hasta el momento
y la suerte de cada uno de ellos a la luz de las correspondientes sentencias.

Encontró casos, en los que se han declarado inexequibles, la declaratoria de los


estados de excepción y a pesar de ello, alcanzan a producir efectos y lograr el
objetivo para el cual fueron dictados, que lamentablemente no siempre son para
conjurar situaciones en crisis, sino por el contrario, para desconocer derechos, como
ocurrió en el caso de la huelga judicial del 2008, y la emergencia social del 2009.

Ante esta situación, planteó que se debe reforzar el control automático de


constitucionalidad de la Corte, creando una especie de medida cautelar, que le
permita a la Corporación suspender la medida, mientras se decide de fondo si la
declaratoria del estado de excepción, es constitucional o no. Esa medida, sería una
salida, para evitar que se abuse de la institución y obligue a los gobiernos de turno, a
adelantar procesos de planeación legislativa y a tomar decisiones consultando el
interés general, garantizando la efectividad de los derechos constitucionales, dentro
del marco del estado social y democrático de derecho, que se pregona desde las altas
esferas del Estado, y se repite en los claustros académicos.

También Picón, (2019) realizó una investigación titulada Contradicciones legales


en la ejecución del Estado de Excepción en Ecuador de la maestría en derecho
procesal de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ecuador. Define en su
estudio varios conceptos de Estado a fin de comprender lo que representa este ente
jurídico y de su funcionamiento como agente regulador de las relaciones sociales,
dentro de dicha concepción establece un énfasis importante referente a la seguridad
pública, dado que la preservación de la misma y el contribuir a una mejor aplicación
del estado de excepción constituye su propuesta, siendo que se plantea que el
Presidente de la República delegue funciones para dicho cometido. Considera para su
planteamiento un amplio análisis de las causas o motivos por los cuales procede su
declaratoria, además de los principios que debe observar. En la investigación se

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presenta legislación comparada a fin de conocer las distintas formas de declaratoria y
aplicación del estado de excepción.

Concluye en que el estado de excepción obedece a declaratorias de emergencia, las


cuales tienen por finalidades preservar el orden y el bienestar social, la
institucionalidad del Estado y la integridad de los ciudadanos frente a
acontecimientos de grave riesgo que comprometan los factores descritos. Dentro de
dicha declaratoria el Presidente de la República puede ejercer ciertas facultades que le
son reconocidas constitucionalmente para afrontar las emergencias y solucionar los
problemas que presenten o las secuelas que se hayan producido. El estado de
excepción faculta a que el primer mandatario pueda suspender o limitar de forma
temporal ciertos derechos, esto en tanto no tenga que ver con el núcleo esencial de los
derechos constitucionales y de aquellos que tengan carácter intangible.

No obstante, estima que en el criterio de las causales que justifican la declaratoria


de estado de excepción, no existe una precisión conceptual concreta, por lo que en
términos como la grave conmoción interna deben ser mejor definidos en sus hechos,
características y efectos, puesto que en relación con su invocación se han decretado
estados de emergencia pero sin tener un presupuesto real o definido de lo que
representa exactamente la grave conmoción social, lo que significa aplicar decretos
que no están apegados a los requisitos formales y materiales para su declaratoria,
siendo que no está definido con precisión ni por la Constitución, ni por la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional..

Por último, Salas, (2019) realizó una investigación titulada Los Estados de
Excepción en el marco legal de Venezuela de la especialización en derecho
constitucional de la Universidad de Los Andes, (ULA). Los estados de excepción,
cuyas bases normativas en la Constitución de 1999 tienen un carácter novedoso y
reflejan tendencias modernas presentes en el Derecho comparado, las investigaciones
en Derecho, esta tiene un carácter documental, que ha implicado realizar un análisis

15
exhaustivo y sistemático de las correspondientes fuentes, es decir, de la poca doctrina
nacional existente, y por supuesto de la doctrina extranjera, de la cual se ha
correspondido seleccionar los trabajos que he considerado más representativos en
América Latina y en Europa; de la poca doctrina jurisprudencial venezolana,
aproximándome a alguna extranjera, sobre todo de América Latina, y de la
principalísima normativa contenida en la Constitución, así como de la
complementaria contenida básicamente en la Ley Orgánica sobre Estados de
Excepción, y de alguna otra normativa importante del Derecho comparado.

Atendiendo a la naturaleza de la investigación y la metodología empleada, antes


enunciadas, se considera que se ha hilvanado un conjunto de argumentos sustentados
en un razonamiento riguroso, razón por la cual el trabajo tiene un carácter sistemático
y pretendidamente integral. Los estados de excepción si bien empoderan a las
autoridades sobre la base de las potestades que les confiere el correspondiente
derecho excepcional, este al mismo tiempo debe garantizar al máximo, durante la
vigencia del decreto declaratorio de los mismos, los derechos fundamentales a los
ciudadanos, que como es sabido son los primeros afectados por el referido
empoderamiento; de allí, la necesidad de la apertura del aludido debate.

Bases Teóricas

Tamayo y Tamayo, (2014) refiere al área teórica como “una ayuda para precisar y
organizar los elementos contenidos en la descripción del problema para luego ser
manejados y convertidos en acciones completas” (p. 145). De tal forma, en esta
sección se busca y analiza teorías y conceptos referentes al tema que sirva para el
estudio y el soporte completo del mismo.

16
Estado de Excepción

De acuerdo a Friedrich, (1946), el estado de excepción es: “una situación


extraordinaria, un estado de cosas que amenaza la continuidad del mantenimiento del
imperio del Derecho, para cuyo enervamiento se acude a la vigencia de instituciones
caracterizadas por ser método de concentración de poderes” (p. 234). En sentido
estricto Beltrán, (2005), afirma:

Los estados de excepción son regímenes especiales concebidos para


situaciones de anormalidad, se trata de regímenes concebidos al interior
del derecho y no fuera de él, es decir, todo estado de excepción es un
régimen de juridicidad [y] precisamente por eso son objeto de una
detenida regulación del constituyente y del legislador estatutario, pues de
se provee el Estado de ciertos elementos especiales que conllevan a
vencer toda situación de crisis estadual, pero sin renunciar a la capacidad
de articulación social y de legitimación propia del derecho. Ello explica
que el decreto legislativo de declaratoria del estado de excepción y los
decretos legislativos de desarrollo dictados con base en él sean objeto de
un control automático de constitucionalidad y que los actos que
reglamenten a estos sean objeto de un control inmediato de legalidad (p.
146).

Parafraseando, el estado de excepción es la prevención que toma el Estado frente a


situaciones que comprometan su seguridad, institucionalidad y la integridad de los
ciudadanos ante acontecimientos de gravedad, peligrosidad, riesgo y de potencial
expansión que comprometa el bienestar público. El estado de excepción tiene la
particularidad de suspender ciertos derechos para proteger otros, por lo que amerita el
buen criterio y racionalidad de parte del poder ejecutivo para decretarlo con justa
motivación, y que su aplicación sea efectiva en beneficio de los derechos de los
ciudadanos que requieren de una protección especial del régimen gubernamental.

Así, el sistema de división de poderes, contemplado en la Constitución, muestra un


equilibrio entre las tres ramas del poder público, con funciones separadas y
colaboración armónica. Ese equilibrio del que nos habla la Constitución presenta
múltiples alteraciones en ocasiones por exceso de concentración de funciones en el

17
Ejecutivo, o por circunstancias especiales de anormalidad que requieren ser tratadas
de manera inmediata y urgente. Es entonces cuando surge el estado de excepción en
cualquiera de sus modalidades, figura que se consagra constitucionalmente para
defender la soberanía, preservar la seguridad del Estado, la estabilidad institucional,
la convivencia ciudadana o el orden económico y social.

Pero no siempre el régimen de excepción solo busca cumplir esos propósitos, sino
que puede generar un exceso de concentración de poder en el Ejecutivo, en desmedro
de los derechos de los asociados, lo cual conduce a que la medida, produzca efectos
contrarios a los propósitos que inicialmente se pretendía poniendo en crisis el Estado
Democrático de Derecho. Con acertada razón dice Zovatto, (1990) refiriéndose a
América Latina, que

La frecuencia, continuidad y, en algunos casos, el empleo de los estados


de emergencia o excepción como procedimiento normal de gobierno,
aplicado casi ininterrumpidamente durante larguísimos años, constituye
una característica típica, lamentablemente individualizante, de la realidad
política y constitucional latinoamericana. (p.45)

Continúa diciendo el autor que “ya sea para cumplir con sus fines, dentro del
marco del orden jurídico vigente; para servir de prólogo a la ruptura de la
institucionalidad democrática; o para mantener y asegurar un régimen de facto, los
estados de excepción son, en nuestra América Latina, una realidad sin cuyo análisis
no puede comprenderse la situación política del hoy y del ayer” (p.47). Ante lo
disímil que puede resultar la declaratoria e implementación de un estado de
excepción, ya sea para mantener el orden jurídico o servir de prólogo al régimen de
facto, como dice el autor en cita, surge la imperiosa necesidad de fortalecer los
medios de control, especialmente el del control jurisdiccional, para que el órgano
encargado de la defensa de la Constitución actúe como guardián de la misma y en el
momento de juzgar las medidas de excepción actúe sin benevolencia y tome la
decisión acorde a la Constitución. De otra manera, no solo se pierde independencia y
credibilidad, sino que se da paso a los gobiernos autoritarios, que de vez en cuando

18
aparecen arropados con el manto de la democracia a la que juran defender
independientemente de las medidas que se tomen para lograrlo. Por su parte Alcalá
(2010)

Constituyen un conjunto sistematizado de normas constitucionales y de


Derecho Internacional, que, informados por los principios de necesidad y
temporalidad, tienen por objeto las situaciones de crisis y por finalidad la
mantención o restablecimiento del Estado de Derecho Constitucional
Democrático (p. 13).

En cambio, Casal (2012) sostiene “Son regímenes jurídicos especiales originados


en circunstancias extraordinarias de variada índole –natural, ecológica, sanitaria,
económica, política- que ponen en peligro la estabilidad de las instituciones, o la vida
de la nación o de sus habitantes” (p.69) Por último, Rondón (2002)

Las circunstancias extraordinarias dotadas de las características de la


irresistibilidad de los fenómenos y la lesividad de sus efectos, que se
plantean en un régimen constitucional, afectando o amenazando con
hacerlo a sus instituciones fundamentales, impidiendo el normal
desarrollo de la vida ciudadana y alterando la organización y
funcionamiento de los poderes públicos (p.78)

La lectura de las definiciones transcritas revela la indeterminación en el uso de la


terminología a que nos referimos en el primer punto de este trabajo, con la finalidad
de delimitar su objeto. Así Alcalá y Casal, construyen su definición a partir del
corpus jurídico integrado por el conjunto de normas que confieren poderes
extraordinarios para encarar las graves crisis institucionales, dándole menor
importancia en esas definiciones a las situaciones fácticas que dan origen a esas
crisis. En cambio, Rondón coloca el énfasis de su definición precisamente en esas
situaciones fácticas, otorgándole menos importancia a la variable corpus jurídico
antes referida. Sobre esas diferencias formales evidenciada entre los autores, ya nos
pronunciamos, pero reiteramos que participamos de la tesis según la cual los estados
de excepción, en su visión de conjunto, deben ser definidos a partir del corpus
jurídico especial, o derecho de excepción, en todo caso la finalidad de este es
procurar el pronto restablecimiento de la normalidad, pues constituyen, una respuesta

19
jurídica a fenómenos naturales o a acontecimientos políticos, sociales o económicos
extraordinarios.

Principios generales.

Es necesario recordar que el derecho de excepción va a ser construido en un largo


período histórico, hasta llegar a su concepción actual, lo que ha permitido que la
doctrina durante ese período haya logrado elaborar un conjunto de principios que
nutren o informan a dicho corpus jurídico, los cuales posteriormente han sido
positivizados en las distintas Constituciones y en los tratados internacionales relativos
a derechos humanos. Dentro de esos principios informadores del derecho de
excepción, destacamos los siguientes:

a) Principio de Necesidad.
Este principio implica la exigencia constitucional de que necesariamente debe
configurarse, de manera cierta e inequívoca, una situación extraordinaria, que origine
una crisis institucional, la cual no pueda ser encarada ni solventada recurriendo a los
procedimientos y vías contemplados en el derecho constitucional ordinario, para que
sea válidamente declarado el estado de excepción y aplicado el derecho de excepción.
En el Derecho Internacional de los Derechos Humanos es denominado por la doctrina
como principio de amenaza excepcional, la amenaza debe ser de tal magnitud y
gravedad que ponga en peligro la vida de la Nación, tal como lo establece el artículo
4.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (PIDCP). Es decir, que
el carácter de la crisis que genera la referida amenaza torne insuficiente las medidas
que ordinariamente se dictan para conservar la seguridad del Estado. Además, el
peligro implicado en esa amenaza debe ser actual e inminente.

Igualmente, el principio de necesidad se extiende hasta las medidas que sean


dictadas durante la vigencia de un estado de excepción, tanto en relación con su
contenido como con su duración; por tanto, tienen que resultar indispensables para

20
asegurar que la situación vuelva a la normalidad, variable esta que suele ir aparejada,
dependiendo a la naturaleza de las circunstancias extraordinarias, a un lapso de
duración predeterminado por la Constitución. Por supuesto, la determinación de esas
medidas, supone la delimitación del ámbito espacial de aplicación, el cual puede
comprender todo el territorio nacional, o solo una parte de él.

b) Principio de Proporcionalidad.
En estrecha relación con el principio de necesidad, la proporcionalidad exige que
exista una adecuación entre las circunstancias excepcionales y las medidas adoptadas
por el Estado. Concretamente, con la aplicación de este principio se pretende que
antes de adoptar unas de esas medidas con la intención de enfrentar o encarar la
situación extraordinaria, el órgano competente realice una ponderación, con la
finalidad, en primer lugar, como dijimos antes, de lograr que dicha respuesta sea
adecuada para obtener el fin propuesto y; en segundo lugar, que la medida sea
necesaria en cuanto que no quepa otra menos gravosa para intentar poner fin a la
crisis. En otras palabras, este principio tiene como propósito obligar a que el Estado
ejerza sus potestades extraordinarias dentro de los estrictos límites establecidos en el
ordenamiento, pues no debe olvidarse que a la postre ese ejercicio, suele surtir efectos
sobre los derechos fundamentales.

Inclusive el principio bajo examen deviene en un parámetro para que los jueces
puedan determinar si la actuación de esas potestades resulta excesiva o arbitraria. Así,
por ejemplo, en un estado de conmoción interior, frente a grandes manifestaciones
que lesionen gravemente al orden público, y los cuerpos policiales resulten
insuficientes para repelerlas, no podría el gobierno ordenar a la Fuerza Aérea que
proceda a bombardearlas, porque a simple vista se trataría de una medida
absolutamente desproporcionada, y así deberían declararlo los órganos
jurisdiccionales.

21
Este principio aparece en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos en el
artículo 4.1. del PIDCP, que prescribe: “En situaciones excepcionales que pongan en
peligro la vida de la nación, y cuya existencia haya sido proclamada oficialmente, los
Estados Partes en el presente Pacto podrán adoptar disposiciones que, en la medida
estrictamente limitadas a las exigencias de la situación, suspendan las obligaciones
contraídas en virtud de este Pacto, siempre que tales disposiciones no sean
compatibles con las demás obligaciones que les impone el derecho internacional…”.

En relación al alcance de la frase “medidas estrictamente limitadas a las exigencias


de la situación”, que es vista como el trasunto del principio, vale traer a colación las
directivas recogidas en el Documento N° E/CN.4/1985/4, Anexo, (1985), del Consejo
Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas, contentivo de los
“principios de Siracusa sobre las disposiciones de Limitación y derogación del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos”, según los cuales “la gravedad,
duración, ámbito geográfico de toda medida de derogación se adaptarán a lo
estrictamente necesario para hacer frente a la amenaza a la vida de la nación y
deberán ser proporcionales a su naturaleza y alcance”.

En resumen, como bien asienta la doctrina, la complementariedad entre el


principio de proporcionalidad respecto del de estricta necesidad, determina que toda
medida excepcional que sea puesta en vigor por un Estado parte, debe ser no solo
proporcional sino necesaria para contrarrestar la amenaza que ponga en peligro la
seguridad del Estado. Este principio está contemplado en términos similares en el
artículo 27.1. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH).

c) Principio de temporalidad o de provisionalidad.


Una de las características de los estados de excepción, como ya dijimos, presente
en los ordenamientos constitucionales se traduce en la exigencia de fijar su lapso de
vigencia, con la finalidad evitar que el ejercicio de los poderes extraordinarios
carezca de límites temporales en detrimento de los derechos ciudadanos. Por

22
consiguiente, conforme a este principio, cuando finaliza o decae la situación de
emergencia, consecuencialmente lo hace la declaratoria del estado de excepción y,
por ende, las medidas dictadas con ocasión al mismo, ya que se entiende que se ha
restablecido la normalidad, y cobra vigencia el derecho ordinario. Ahora bien, en caso
de que la causa que originó la aludida declaratoria de cese antes del transcurso del
lapso de duración previamente establecido, se impone el acortamiento de la vigencia
del estado de excepción, y consecuencialmente su fenecimiento. Este principio
encuentra recepción en el artículo 27.1. de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, según el cual las medidas excepcionales deban ser adoptadas en la medida
y por el tiempo estrictamente limitado a las exigencias de la situación.

Otra manifestación indirecta de este principio es el establecimiento de límites en


las prórrogas o la no consagración de prórrogas, pues por lo general, los
ordenamientos jurídicos suelen prever una o dos prórrogas como máximo,
dependiendo del tipo de estado de excepción de que se trate. También es común que
las prórrogas sean sujetas a un tipo de control parlamentario, debido a que se
condiciona su procedencia a la aprobación del órgano legislativo a solicitud del
Gobierno. Cabe señalar que normas de este tenor están presentes en casi todas las
Constituciones, y en tal sentido basta citar la española (art. 116.2 y 3) y la colombiana
(art. 213). Por supuesto que para otorgar la prórroga o prórrogas resulta indispensable
que, en criterio del Parlamento, subsistan las situaciones extraordinarias que dieron
lugar a la declaratoria original, razón por la cual en esa valoración juega un papel
importante el aludido principio de necesidad.

d) Principios de Publicidad y de Notificación.


El primero también llamado por parte de la doctrina como principio de
proclamación, cuya aplicación tiene como finalidad la divulgación en los medios
formales previstos en el ordenamiento (gacetas, boletines, etc.) de la declaración de
los estados de excepción. La doctrina destaca que específicamente con la aplicación
de este principio se persigue que el Gobierno precise los hechos que califica como

23
situación excepcional, y, en consecuencia, las medidas necesarias que se van a
adoptar para hacerle frente a la situación y comunicar a los habitantes del país sobre
la existencia de la situación y los efectos que puede surtir la declaratoria en el disfrute
y ejercicio de los derechos humanos.

A mayor abundamiento es necesario subrayar que si la publicación o publicidad


rige como un principio general para todos los actos de los órganos del Estado, ella
adquiere mayor importancia cuando se declara un estado de excepción, en virtud de
que es necesario dar a conocer el tipo de emergencia que da lugar a esa declaratoria, y
en qué consiste ese ordenamiento alternativo que va a regir, esto es, los poderes
extraordinarios de los que va a hacer uso el Ejecutivo y sus posibles efectos sobre los
derechos de las personas.

El denominado principio de notificación encuentra su fundamentación en que si


bien el anterior (publicidad), cobra vigencia en el orden interno del país que declara el
estado de excepción, este por ser parte de una comunidad internacional tiene la
obligación de informar mediante los medios establecidos y en los términos indicados
en el correspondiente tratado, de tal situación al resto de los países (notificación). Así
lo disponen el referido Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 4.3.)
y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (art. 27.3), pues ambos exigen
que el país que declara el estado de excepción informe inmediatamente a los demás
Estados partes, de las disposiciones cuyas aplicaciones haya suspendido, los motivos
que hayan dado lugar a la suspensión y la fecha en que de por terminada tal
suspensión.

De manera pues, que el denominado principio de notificación complementa el de


publicidad, porque opera de manera inmediata a la proclamación del estado de
excepción, solo que va dirigido a sujetos distintos, ya que no se trata de los habitantes
del país en que se declaró el estado de excepción, si no de los países integrantes del
pacto internacional. Habría que añadir como destinatario de la información a la que

24
alude el artículo 27.3. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (que está facultada para solicitar a
los gobiernos informes sobre las medidas que se adopten en materia de derechos
humanos), a la población del Estado porque se trata de una obligación implícita del
artículo 30 de la misma, y a las autoridades judiciales porque de la proclamación
oficial de la emergencia permitirá a las autoridades ejercer el control judicial de las
medidas dispuestas por el gobierno. No obstante, la posición del referido autor,
pensamos que la publicación o proclamación del estado de excepción surte efectos
informativos con relación tanto a la población como a las autoridades judiciales, pero
no se trata de una notificación propiamente, como la exigida en los mencionados
tratados.

A lo anterior habría que añadir que el principio de notificación, en los términos


antes descritos, constituye uno de los mecanismos de control que ejerce la comunidad
internacional sobre los Estados Partes que declaran los estados excepción en su
ejercicio de la potestad extraordinaria implicada en la declaración de estados de
excepción. Esa supervisión internacional, recae sobre dos aspectos: el primero,
referido a la constatación de si las características de la emergencia corresponden a las
previstas en la Convención y el segundo, permite controlar si el uso que los Estados
hacen de ese derecho, y la forma como lo aplican, con el fin de verificar son
compatibles con los propósitos previstos en el tratado internacional.

e) Principio de la intangibilidad.
Tal como se ha dejado entrever y se explicará más adelante, la declaración de un
estado de excepción puede traer aparejada la suspensión o restricción de los derechos
humanos, o de la garantía de dichos derechos. En este escenario encuentra aplicación
el denominado doctrinariamente, en el ámbito internacional de los derechos humanos,
principio de intangibilidad, conforme al cual ciertos y determinados derechos bajo
ningún pretexto o supuesto (razones de seguridad de Estado, terrorismo, etc.) pueden

25
ser suspendidos. Es necesario aclarar que el término de suspensión se equipara a
restricción o limitación de su ejercicio, no a su desconocimiento total.

Ahora bien, el problema que se plantea es como determinar cuáles son los
derechos que en ningún caso pueden suspenderse, y en tal sentido es posible
orientarse por el listado de derechos y garantías previstos tanto en el PIDCP como en
la CADH, aunque difieren entre sí, ya que la Convención amplía el número de esas
garantías. En todo caso, resultan de gran utilidad los criterios por los que se orienta la
doctrina, cuando señala que no podrían verse afectados ni siquiera mínimamente por
los estados de excepción los derechos fundamentales que representan la esencia del
Estado de derecho, así como otros derechos que no tendría sentido menoscabar,
porque su ejercicio se sitúa al margen de los estados de excepción o no representan
obstáculo alguno para la superación de la emergencia (verbigracia, el derecho a la
educación).

Pues bien, el artículo 4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos


prohíbe la suspensión de los derechos previstos en sus artículos 6,7,8 (párrafos 1 y 2)
11,15,16 y 18, a saber: derecho a la vida, la prohibición de tortura y penas o tratos
crueles o inhumanos, la prohibición de esclavitud y de servidumbre, la prohibición de
encarcelamiento por una obligación contractual, el principio de legalidad penal, el
derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica y el derecho a la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión.

Por su parte, el artículo 27 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,


proscribe la suspensión de los derechos consagrados en los siguientes artículos: 3,
derecho al reconocimiento de personalidad jurídica; 4, derecho a la vida, 5, derecho a
la integridad personal; 6, prohibición de esclavitud y servidumbre; 9, principio de
legalidad y retroactividad, y 12, libertad de conciencia y de religión, y en otros
artículos añade los siguientes: protección a la familia (art. 17), derecho al nombre
(art. 18), derechos del niño (art. 19), derecho a la nacionalidad (art. 20); derechos

26
políticos (art. 18), así como las garantías judiciales indispensables para la protección
de tales derechos. Finalmente, cabe destacar como lo hace la Zovatto (ob. Cit), que la
suspensión de los derechos suspendibles no puede ser absoluta y sin límites, ya que
debe estar en función de la naturaleza de la emergencia que se invoca y no puede ir
más allá de lo estrictamente necesario para superarla.

f) Principio de no discriminación.
Formulado por la doctrina a la luz de las disposiciones recogidas en los tratados
internacionales de derechos humanos, conforme al cual se prohíbe que las medidas
que sean adoptadas en un estado de excepción puedan resultar discriminatoria por
cualquier motivo, a saber: raza, color, sexo, idioma, religión y origen social. Así
aparece consagrado en el artículo 4.1. del PDCP.

g) Principio de responsabilidad.
El principio de responsabilidad es un atributo esencial del Estado de derecho, pero
lo es también de los estados de excepción, pues hemos señalado reiteradamente que la
configuración de las circunstancias excepcionales en ningún momento se traduce en
la desaplicación de los principios generales del derecho, o más categóricamente del
desconocimiento del Estado de derecho. Por consiguiente, la aplicación de las
medidas durante los estados de excepción que puedan generar responsabilidad de los
agentes del Estado, por resultar violatorias del derecho de excepción, darán lugar a
imposición de las sanciones correspondientes, desde luego, respetando el derecho al
debido proceso. La importancia de la consagración de este principio radica en que se
proscribe totalmente la invocación de la indemnidad por parte de los agentes del
Estado.

En efecto, el corpus jurídico contentivo de las potestades extraordinarias que se le


confieren al Poder Ejecutivo constituye el marco que servirá a los jueces o al
Parlamento para analizar si la conducta de la autoridad se ajustó o no al mismo, y de
resultar antijurídica, verbigracia si vulneró derechos humanos, se desencadenarán los

27
efectos del principio bajo examen, derivados de la responsabilidad política, civil o
penal.

Cabe finalmente señalar que la responsabilidad que genere del acto dictado
contraviniendo el marco regulatorio del estado de excepción, o que produzca su
desnaturalización, no solo se circunscribe a responsabilidad política, sino también a la
penal, así como cualquier otra que pudiere estar prevista en el ordenamiento jurídico
general. El artículo 116.6 de la Constitución española es un claro ejemplo de la
recepción de este principio en dicho ordenamiento, pues en tal sentido el citado
precepto pauta: “La declaración de los estados de alarma, de excepción y de sitio no
modificará el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes reconocidos
en la Constitución y en las leyes”.

Declaratoria de los estados de excepción.

Es necesario recordar que la declaratoria de un estado de excepción comporta la


modificación de manera transitoria y parcial del régimen constitucional, mediante la
creación del derecho de excepción, el cual le confiere cobertura jurídica al ejercicio
de un conjunto de potestades extraordinarias, que se concretan en la adopción de
medidas, la mayoría de las cuales suelen estar tipificadas en el mencionado derecho
de excepción, pero otras pueden aparecer solamente enunciadas en forma genérica.
En términos generales esas medidas tienden a afectar algunos derechos
fundamentales, debido que uno de los efectos del referido derecho excepcional es
precisamente la suspensión o restricción de las garantías de los mismos. Pero esas
medidas pueden no incidir directamente sobre esos derechos; no obstante, igualmente
que las antes mencionadas están destinadas a encarar la situación de emergencia,
encontrando su fundamento en la declaratoria del estado de excepción; desde luego
que siempre podrán tener una incidencia extraordinaria sobre la vida de los
ciudadanos, verbigracia cuando en el curso del estado de excepción se decreta la

28
movilización militar, la limitación del uso de servicios públicos o de consumos de
primera necesidad, etc.

En todo caso, uno de los efectos generales de los estados de excepción es la


suspensión parcial de la garantía de la reserva legal, porque bien que se adopten
medidas sustentadas en la restricción de garantías constitucionales o sustentada en la
correspondiente declaratoria, casi siempre serán de naturaleza normativa de rango
legal, lo que supone que el Poder Ejecutivo pasa a ejercer, de manera extraordinaria,
funciones atribuidas constitucionalmente de manera exclusiva al Parlamento,
afectándose en cierto sentido la garantía general implicada en el principio de
separación de poderes, desde luego, siempre con carácter temporal, en virtud de que
el término de duración del ejercicio de dichas funciones es fijado por la propia
Constitución.

Ahora bien, como se comprenderá en la construcción del marco teórico del tema a
lo más que se puede llegar en esta parte es a enunciar los efectos generales de los
estados de excepción presentes en casi todos los ordenamientos, pues se refiere a los
específicos, aunque fuera en forma esquemática, supondría estudiar múltiples
ordenamientos, lo que escapa a los objetivos del presente trabajo, que de ninguna
manera pretende ser de Derecho comparado. Sin embargo, a continuación, se pasa a
realizar algunas precisiones sobre los referidos efectos generales.

Bases Normativas

Los fundamentos normativos representan aquellas normas nacionales e


internacionales que regulan o están relacionadas con el tema de investigación y que la
sustentan de manera jurídica. Tal como lo indicó Arias (2016) "Representa el
basamento legal que sustenta la investigación, mediante una jerarquía jurídica"
(p.107)

29
Convención Americana sobre Derechos Humanos

En su artículo 27, numerales:


1. En caso de guerra, de peligro público o de otra emergencia que
amenace la independencia o seguridad del Estado parte, éste podrá
adoptar disposiciones que, en la medida y por el tiempo estrictamente
limitados a las exigencias de la situación, suspendan las obligaciones
contraídas en virtud de esta Convención, siempre que tales disposiciones
no sean incompatibles con las demás obligaciones que les impone el
derecho internacional y no entrañen discriminación alguna fundada en
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión u origen social.
2. La disposición precedente no autoriza la suspensión de los derechos
determinados en los siguientes artículos: 3 (Derecho al Reconocimiento
de la Personalidad Jurídica); 4 (Derecho a la Vida); 5 (Derecho a la
Integridad Personal); 6 (Prohibición de la Esclavitud y Servidumbre); 9
(Principio de Legalidad y de Retroactividad); 12 (Libertad de Conciencia
y de Religión); 17 (Protección a la Familia); 18 (Derecho al Nombre); 19
(Derechos del Niño); 20 (Derecho a la Nacionalidad), y 23 (Derechos
Políticos), ni de las garantías judiciales indispensables para la protección
de tales derechos.
3. Todo Estado parte que haga uso del derecho de suspensión deberá
informar inmediatamente a los demás Estados Partes en la presente
Convención, por conducto del Secretario General de la Organización de
los Estados Americanos, de las disposiciones cuya aplicación haya
suspendido, de los motivos que hayan suscitado la suspensión y de la
fecha en que haya dado por terminada tal suspensión.

Para la Corte Interamericana, la figura prevista en dicho precepto: “…no se trata


de una suspensión de garantías en sentido absoluto, ni de la suspensión de los
derechos, ya que siendo éstos consustanciales a la persona humana lo único que
podría suspenderse sería su pleno y efectivo ejercicio. En cualquier caso, lo
importante, es que bajo ningún caso la antes llamada suspensión o restricción de
garantías, puede suponer una desaparición temporal de un derecho constitucional ni
tampoco un cercenamiento de sus garantías.

No está demás reiterar que las garantías judiciales de los derechos permanecen
incólumes durante los estados de excepción, ya que a través de ellas es posible
examinar si las autoridades se han ceñido a las disposiciones constitucionales y a los

30
principios rectores de los estados de excepción con las consecuencias que en cada
caso correspondan: el restablecimiento del derecho vulnerado, la indemnización de
daños y perjuicios causados, o la condena de los responsables de un delito. Es
oportuno recordar que, las garantías de los derechos en particular las garantías
judiciales y las garantías referidas a la nulidad de los actos del poder público
violatorios de derechos fundamentales, y a la responsabilidad del Estado y de los
funcionarios autores de la violación, entre otras, no son susceptibles de restricción.

Esta alusión a los derechos humanos intangibles podría generar confusión, ya que
tal concepto no es empleado por otras normas de la constitución ni por los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos. No obstante, si ha sido utilizado por la
doctrina para referirse a los derechos que, según tales tratados, no son susceptibles de
suspensión. Este es el sentido que ha de atribuirse a tal expresión, por lo que han de
considerarse constitucionalizados los listados formulados por los artículos 27.2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 4.2 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos.

Conviene recordar que entre las garantías no susceptibles de suspensión o


restricción se encuentra el amparo constitucional, conforme a la interpretación del
artículo 27.2 de la Convención Americana sentada con la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, y a lo establecido en el artículo 27 de la constitución de 1999.
Tampoco podría afectarse el derecho a ser juzgado por los jueces naturales, ya que
forma parte de la regulación constitucional del derecho al debido proceso, el cual ha
sido excluido por el artículo 337 de la posibilidad de restricción. De ahí que ni
siquiera en estados de excepción se pueda instaurar válidamente tribunales de
excepción o ad hoc, como tampoco extender la competencia de los tribunales
militares al conocimiento de delitos presuntamente perpetrados violando derechos
humanos (art. 29 de la constitución).

31
Por otro lado, la declaratoria de estado de excepción “no interrumpe el
funcionamiento de los órganos del poder público”, lo cual es obvio, pues las otras
ramas del poder público a nivel nacional y los estados y municipios conservan las
atribuciones que les confiere el ordenamiento jurídico. El decreto que declare el
estado de excepción y la restricción de algunas garantías debe regular “el ejercicio del
derecho cuya garantía se restringe” (art. 339).

Lo cual significa que el propio decreto debe prever el marco normativo básico al
cual ha de ceñirse el Ejecutivo para adoptar medidas extraordinarias respecto del
derecho afectado. A nuestro juicio, esto no implica la necesidad de una regulación
pormenorizada, pero sí la determinación del tipo de medidas que pretenden ser
adoptadas con fundamento en la declaratoria del estado de excepción y de sus
presupuestos facticos.

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)


Artículo 337. El Presidente o Presidenta de la República, en Consejo de
Ministros, podrá decretar los estados de excepción. Se califican
expresamente como tales las circunstancias de orden social, económico,
político, natural o ecológico, que afecten gravemente la seguridad de la
Nación, de las instituciones y de los ciudadanos y ciudadanas, a cuyo
respecto resultan insuficientes las facultades de las cuales se disponen
para hacer frente a tales hechos. En tal caso, podrán ser restringidas
temporalmente las garantías consagradas en esta Constitución, salvo las
referidas a los derechos a la vida, prohibición de incomunicación o
tortura, el derecho al debido proceso, el derecho a la información y los
demás derechos humanos intangibles.

Artículo 338. Podrá decretarse el estado de alarma cuando se produzcan


catástrofes, calamidades públicas u otros acontecimientos similares que
pongan seriamente en peligro la seguridad de la Nación, o de sus
ciudadanos y ciudadanas. Dicho estado de excepción durará hasta treinta
días, siendo prorrogable hasta por treinta días más.

Podrá decretarse el estado de emergencia económica cuando se susciten


circunstancias económicas extraordinarias que afecten gravemente la vida económica
de la Nación. Su duración será de hasta sesenta días, prorrogable por un plazo igual.

32
Podrá decretarse el estado de conmoción interior o exterior en caso de conflicto
interno o externo, que ponga seriamente en peligro la seguridad de la Nación, de sus
ciudadanos y ciudadanas, o de sus instituciones. Se prolongará hasta por noventa días,
siendo prorrogable hasta por noventa días más. La aprobación de la prórroga de los
estados de excepción corresponde a la Asamblea Nacional. Una ley orgánica regulará
los estados de excepción y determinará las medidas que pueden adoptarse con base en
los mismos.

Ley Orgánica Sobre Los Estados De Excepción

En su artículo 3 establece que, “El Decreto que declare los estados de


excepción no interrumpe el funcionamiento de los Poderes Públicos, los
cuales deben además cooperar con el Ejecutivo Nacional a los fines de la
realización de las medidas contenidas en dicho decreto”. También en el
artículo 4 consagra el principio de proporcionalidad, en el sentido de que
“Toda medida de excepción debe ser proporcional a la situación que se
quiere afrontar en lo que respecta a gravedad, naturaleza y ámbito de
aplicación”.

Por su parte, el artículo 6, siguiendo las previsiones constitucionales establece que


“el decreto que declare los estados de excepción, será dictado en caso de estricta
necesidad para solventar la situación de anormalidad, ampliando las facultades del
Ejecutivo Nacional, con la restricción temporal de las garantías constitucionales
permitidas y la ejecución, seguimiento, supervisión e inspección de las medidas que
se adopten conforme a derecho. El Presidente de la República, en Consejo de
Ministros, podrá ratificar las medidas que no impliquen la restricción de una garantía
o de un derecho constitucional. Dicho decreto será sometido a los controles que
establece esta Ley”. Estos controles a los que se refiere la Ley Orgánica sobre
Estados de Excepción, estriban en la aprobación del Decreto por parte de la Asamblea
Nacional o su Comisión Delegada y al control de constitucionalidad ejercido por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.

33
CAPÍTULO III

METODOLOGÍA

En este capítulo queda entendido, cómo se desarrollará la investigación, es decir,


métodos y procedimientos que se siguieron y las herramientas con las cuales se
trabajó al tratar de conseguir y analizar la información necesaria para proponer una
solución al problema planteado. Para Hurtado, I. (2012).

El Marco Metodológico constituye la médula de la investigación. Se


refiere al desarrollo propiamente dicho del trabajo investigativo la
definición de la población sujeta a estudio y la selección de la muestra,
diseño y aplicación de los instrumentos, recolección de los datos, la
tabulación, análisis, e interpretación de los datos (p.102)

De acuerdo a lo expresado por el autor, el marco metodológico significa un


proceso, en el cual, se especifican los elementos implicados en la investigación: el
investigador organiza y sistematiza los elementos involucrados a fin de seguir unas
pautas o un orden que garanticen el logro de los objetivos propuestos.

Nivel y Modalidad de la Investigación.

De acuerdo a sus características metodológicas, el mismo corresponde a una


investigación dogmático-jurídica, la cual, según Tantaleán (2016)
Describe, analiza, interpreta y aplica normas jurídicas; para ello, conoce y
estudia las normas jurídicas, elabora conceptos y métodos para construir
instituciones y un ordenamiento dinámico, ayuda a la producción y
creación de otras nuevas normas, las interpreta y aplica, contribuye a
regular con ellas comportamientos humanos y a resolver conflictos de
efectividad (p.158-159)

34
También, una investigación socio-jurídica, de acuerdo Díaz, (1998) “es la que
percibe al derecho como hecho social, contribuye a resaltar las complementarias
dimensiones fácticas de toda normatividad positiva, ello por cuanto la sociología
jurídica es la otra disciplina fundamental al lado de la estrictamente normativa”
(p.156)

Asimismo, tiene un carácter descriptivo. El objetivo central de los estudios de


campo, según Palella y Martins (2017), “consiste en la recolección de datos
directamente de la realidad donde ocurren los hechos sin manipular o controlar
variables” (p.88). Con relación al carácter descriptivo Hernández, Fernández y
Baptista (2018), busca “especificar las propiedades importantes de personas, grupos,
comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis” (p.60). En
consecuencia, el propósito del investigador es decir cómo se manifiesta lo que
estudia; en otras palabras, al hacer evaluación descriptiva se mide y evalúa, en forma
independiente las variables o componentes de un fenómeno, para llegar a especificar
o referir, con la mayor precisión posible, el objeto sometido a estudio.

Acerca de la Modalidad de Investigación, esta tiene un carácter de Tesis Jurídica,


análisis descriptivos, el cual, según Prieto, (2018) consiste en

Describir las tendencias claves en los datos existentes y observar las


situaciones que conduzcan a nuevos hechos. Este método se basa en una o
varias preguntas de investigación y no tiene una hipótesis. Además,
incluye la recopilación de datos relacionados, posteriormente, los
organiza, tabula y describe el resultado” (p.69)

35
Diseño y Método.

Esta investigación se enmarcará en un diseño bibliográfico, el cual según Palella y


Martins (2017), lo definen como el que

Se fundamenta en la revisión sistemática, rigurosa y profunda del material


documental de cualquier clase. Se procura el análisis de los fenómenos o
el establecimiento de la relación entre dos o más variables. Cuando opta
por este tipo de estudio, el investigador utiliza documentos, los recolecta,
selecciona, analiza y presenta resultados coherentes. (p.87)

Este diseño proporciona un modelo de verificación que permita contrastar hechos


con teorías, y su forma es la de una estrategia o plan general que determina las
operaciones necesarias para hacerlo, empleando los datos recolectados en otras
investigaciones. A estos datos les da el nombre de datos secundarios, por cuanto son
conocidos por informes elaborados por otros autores.

Referente al método se empleará el lógico deductivo, de acuerdo a Tamayo y


Tamayo (2014) consiste en la

Totalidad de reglas y procesos, con cuya ayuda es posible deducir


conclusiones finales a partir de unos enunciados supuestos llamados
premisas, si de una hipótesis se sigue una consecuencia y esa hipótesis se
da, entonces, necesariamente, se da la consecuencia (p.229)

En otras palabras, este método utiliza el pensamiento en sus funciones de


deducción, análisis y síntesis. Las principales formas que asume esta tipología son el
lógico deductivo y el lógico inductivo.

Población y Muestra.

Para definir la población se toma el planteamiento de Arnau (2010). Quien destaca


que la población es “un conjunto de elementos, seres o eventos concordantes entre sí
en cuanto a una serie de características, de las cuales se desea alguna información”.

36
(p.71). En cuanto a la muestra Hernández y Otros (2018), indican que: “la muestra
representa un subgrupo de la población”. Es importante destacar en cuanto a la
población y la muestra, que cuando la información no puede ser obtenida
directamente de las unidades de estudio y se debe recurrir a otras fuentes, el
investigador define su población referencial. “la población referencial es un conjunto
de fuentes de las cuales se obtiene información sobre la población de estudio”
(p.268).

En términos de lo planteado y visto que se trata de una investigación documental,


la población referencial está conformada por todos los documentos que versen sobre
los efectos de la declaratoria de estado de excepción decretado en Venezuela por la
pandemia del coronavirus (COVID-19) entre los años 2020-2021 La muestra estará
conformada por un número limitado de documentos (trabajos de investigación,
artículos publicados en revistas especializadas y libros de texto en formato impreso o
digitalizado), así como las leyes, decretos y reglamentos que se apliquen al ámbito de
estudio.

Técnicas e Instrumento de Recolección de la Información.

En cuanto a este punto, Hurtado de Barrera (2010), destaca que: “Una vez definido
el evento y sus indicios, así como las unidades de estudio, es necesario que el
investigador seleccione las técnicas y los instrumentos mediante los cuales obtendrá
la información necesaria para llevar a cabo la investigación” (p.153). Así mismo, la
autora complementa que: “Las técnicas tienen que ver con los procedimientos
utilizados para recolección de los datos, es decir, el cómo. Estas pueden ser revisión
documental, observación, encuesta y técnicas sociométricas, entre otras” y “Los
instrumentos representan la herramienta con la cual se va a recoger, filtrar y codificar
la información, es decir, el con que” (p.153)

37
Para conceptualizar la técnica de revisión documental, esta investigación retoma la
definición que brinda la Universidad Nacional Abierta (2016), en torno a que esta
consiste en la recopilación de datos e información, que una vez resumida, se ordenan
y clasifican (p.329). Es de destacar que, todo este proceso corresponde a la técnica de
revisión bibliográfica que, en un principio, implica la búsqueda de información en
materiales escritos publicados, con el propósito de acercarse al conocimiento
existente acerca de una determinada temática. Por otra parte, conduce a la
documentación o búsqueda focalizada, exhaustiva y organizada acerca de un evento
ya definido en la revisión previa.

Asimismo, se empleará como técnica el análisis de contenido, definido por


Hernández y otros. (2018) como el que

Establece comparaciones y estudia en profundidad diversos materiales, en


la medida que la aplicación de la técnica permite hacer apreciaciones
sistemáticas, encontrar coincidencias y discrepancias y, en general,
obtener un tipo de información bastante profunda en temas que de por sí
son difíciles de estudiar. (p.343)

Tal indagación de información en materiales escritos o no escritos, publicados o


no publicados, y en evidencias concretas (llamadas retos cuando corresponden al
pasado) que poseen valor documental con respecto a la pregunta que se quiere
responder mediante la investigación y cuyo desarrollo se está iniciando.

Procedimiento

Para el desarrollo de cada una de las fases o pasos requeridos para desarrollar este
estudio documental, el autor de la investigación asumió los planteamientos que al
respecto ofrece Alfonso (2015) y la Universidad Nacional Abierta (2016), quienes
coinciden en su significado y estructura.

38
Dichas fases se describen a continuación:

1) Selección y delimitación del tema. Esto sugiere el proceso que lleva el


investigador para escoger el tema que desea desarrollar, asimismo establecer los
límites entre los cuales trabajara. Es en este punto donde se desarrolla la
problemática, se determina el propósito y ámbito de aplicación, además de definir los
objetivos que se esperan lograr y la justificación del estudio realizado.

2) Acopio de información o de fuentes de información. Al definirse el tema y


delimitados los aspectos que se tomaran en consideración, se procede a realizar la
recolección de la información documental que, según el criterio del investigador,
servirá para desarrollar la investigación y, de esta manera, lograr los objetivos
planteados.

3) Organización de los datos y elaboración de un esquema conceptual del tema.


Una vez revisados y clasificados los datos documentales, es recomendado por los
diferentes metodólogos, realizar un esquema conceptual, que permita organizar de
forma gráfica, los elementos teóricos que componen la investigación y realizar un
cruce o correlación de los mismos.

4) Análisis de datos y organización de la investigación. Una vez esquematizada


la investigación, se desarrollan los temas, se analizan los documentos, y se realiza una
síntesis de los elementos que den repuesta a los objetivos planteados. Se realizan
análisis, comparaciones, conjeturas, y todos los procesos necesarios que permitan la
obtención de las conclusiones de parte del investigador.

5) Redacción del informe de la investigación y presentación final (oral y escrita).


Una vez recopilados, clasificados, y analizados los datos que fueron empleados con el
fin de dar respuestas a los objetivos planteados por el investigador, se procede a
redactar un informe final, tomando en cuenta las consideraciones de composición,
redacción metodológica existente según el área de estudio, presentándose un informe
definitivo para el estudio de la comunidad académica, de investigación, o científica.

39
CAPÍTULO IV

PLAN DE TRABAJO

Según Arias, (2016) este apartado comprende los aspectos administrativos, en el


cual se expresan los recursos y el tiempo necesario para el desarrollo o ejecución de
la investigación. (p.111), Por tanto, este se refiere al valor monetario, en este caso
bolívares utilizados durante la elaboración del trabajo de investigación. Asimismo, se
realiza la inversión de un tiempo establecido en el que se delimitan las horas y días
pautados para su ejecución.

Actividades a realizar

Entre las actividades a realizar están la selección del tema y delimitación del
objeto de estudio, elaboración de las pinas preliminares, elaboración del capítulo I
problema de investigación, elaboración del capítulo II contexto teórico, asesorías
metodológicas y de contenido, elaboración del capítulo III marco metodológico,
elaboración del capítulo iv: resultados de la investigación, elaboración de los
materiales de referencia, transcripción, encuadernación, etc.

Tiempo de ejecución

Se tiene previsto para la realización de este proyecto en un lapso de cuatro (4)


meses aproximadamente, como se puede apreciar en el Cronograma de Actividades
(Diagrama de Gantt), en el cual se especifica la forma y el tiempo en que se van a
cumplir los objetivos propuestos en el proyecto.

40
CUADRO Nº2CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES (Diagrama de Gantt)
Meses Enero febrero marzo abril
Actividades
tema, cap. I (planteamiento)
Elaboración del Capítulo I y II,
Capítulo III
Elaboración del Capítulo IV aspectos
administrativos ( recursos, humanos,
institucionales, materiales, diagrama de
Gantt)
Entrega y presentación del Trabajo de
Investigación.
Presentación del TG
Fuente: Orta (2023)

41
Recursos

Recursos Humanos

No se ha requerido de personal adicional a la investigación, para la realización del


anteproyecto a excepción del tutor de contenido quien de manera detallada realiza
una evaluación previa, para así corregir y/o aprobar el contenido plasmado por el
autor. En segundo lugar, la Tutor metodológica quien en conjunto con la autora ha
revisado minuciosamente la estructura, así como la metodología de la investigación.

Descripción Bs.
1 Tutor A convenir
1 Metodólogo A convenir
Fuente: Orta (2023)

Recursos Institucionales
Los recursos institucionales son los que de una u otra forma están involucrados y
sirven de soporte en la búsqueda de la información relacionada al anteproyecto, en
este caso se tiene: la Biblioteca de la Universidad Arturo Michelena, y de otras
universidades nacionales, a través de la Web (internet) e igualmente el lugar donde se
realizará la investigación.

Recursos Financieros

Son los recursos con que se cuentan para la elaboración y desarrollo del proyecto,
y que deben incluirse en el presupuesto del mismo, éstos son en gran medida
determinantes para llevar a cabo la investigación; en este sentido los recursos vendrán
directamente de la autora, es decir, serán recursos propios.

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REFERENCIAS CONSULTADAS

Arias, F. (2016). El Proyecto de Investigación. Introducción a la Metodología


Científica. (7° Edición), Editorial Episteme Caracas, Venezuela.

Barraza, A. (2020) Los Estados de Excepción y su Control Judicial en Colombia.


Trabajo de grado. Universidad de Bucaramanga. Bogotá.

Brewer A. y Romero H. (2020) “Estudios Jurídicos son la Pandemia COVID-19 y


el Decreto de Estado de Alarma en Venezuela”. Academia de Ciencias
Políticas y Sociales, colección de estudios N° 123. Editorial Jurídica
Venezolana International 2020, Caracas, Venezuela.

Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta


Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 36.860, de fecha 30 de
diciembre de 1999.

Convención Americana sobre Derechos Humanos (1978), suscrita, tras la


Conferencia Especializada Interamericana de Derechos Humanos, el 22 de
noviembre de 1969 en la ciudad de San José en Costa Rica y entró en vigencia
el 18 de julio de 1978.

Díaz, E. (1998) Curso de Filosofía del Derecho. Barcelona - Madrid: Marcial Pons.

Guía para la Elaboración de los Trabajos Especiales de Grado (2017).


Producción Editorial: Fundación Escuela Nacional de Fiscales, Carcas,
Venezuela.

Hernández Sampieri, R. y otros. (2008). Metodología De La Investigación. México:


McGraw-Hill (4ª edición).

Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (1976), adoptado por la


Asamblea General de las Naciones Unidas el 16 de diciembre de 1966 y entró
en vigor el 23 de marzo de1976.

Peña, J. (2001) “Manual De Derecho Administrativo Adaptado a la Constitución


de 1999”, Volumen Primero. Colección de Estudios Jurídicos Tribunal
Supremo de Justicia, Caracas/Venezuela.

Peña, J. (2015). “Lecciones de Derecho Constitucional Venezolano, Tomo III,


(Los Poderes Públicos Nacionales, Estadales y Municipales)”,
Caracas/Venezuela.

43
Picón, E. (2019) Contradicciones legales en la ejecución del Estado de Excepción
en Ecuador. Trabajo de grado. Universidad Internacional SEK, Quito.

Salas, J. (2018) Los Estados de Excepción en el marco legal de Venezuela. Trabajo


de grado. Universidad de Carabobo.

Tamayo Y Tamayo (2014). El proceso de la investigación científica (4ª ed.)


México: Noriega

Tantaleán, R. (2016) Cómo resolver un caso de invalidez negocial socio-ética – A


propósito de la nulidad virtual de un acto jurídico. Actualidad Jurídica –
Información especializada para abogados y jueces (Gaceta Jurídica Editores),
nº 203

Zovatto G. Daniel. Los estados de excepción y los derechos humanos en América


Latina. Editorial Jurídica Venezolana. Caracas, 1990, p. 45

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