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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

El DELITO DE SECUESTRO Y SU VINCULACIÓN CON LA


DELINCUENCIA ORGANIZADA
Trabajo especial de grado para optar al título de Especialista en Ciencias
Penales y Criminológicas

Autor: Abg. Manuel J Rengel


Tutor: Dr. Edgar Tovar

San Juan de los Morros, marzo de 2023


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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
DE LOS LLANOS CENTRALES
“RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

El DELITO DE SECUESTRO Y SU VINCULACIÓN CON LA


DELINCUENCIA ORGANIZADA EN LA LEGISLACION VENEZOLANA

Autor: Abg. Manuel J Rengel


Tutor: Dr. Edgar Tovar

San Juan de los Morros, marzo de 2023


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Ciudadano (a):
Coordinador (a) y demás miembros de
la comisión Técnica de Trabajo de Grado o
Tesis Doctoral
Universidad Rómulo Gallegos
Su Despacho. –

ACEPTACION DEL TUTOR

En mi carácter de Tutor (a) del Trabajo Especial de Grado, TITULADO:


El DELITO DE SECUESTRO Y SU VINCULACIÓN CON LA DELINCUENCIA
ORGANIZADA EN LA LEGISLACION VENEZOLANA, realizado por el
ciudadano: Manuel J Rengel, Cedula de identidad numero: 14.552.451, para
optar al grado de Especialista en Ciencias Penales y Criminológicas considero
que dicho (a) trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para ser
sometido (a) a la presentación pública y evaluación por parte del Jurado
Examinador que se designe.

En San Juan de los Morros, a los 14 días del mes de abril de 2023.

Dr. Edgar Tovar


C.I. Nº 9.883.586
0414-4656007
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DEDICATORIA

Le dedico este trabajo Especial de Grado a mi Dios del alma que me da


cada día la fortaleza de seguir adelante y sobre todo la vida
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INDICE GENERAL

Carta de aceptación del tutor.…………………………………………… ii

Dedicatoria……………..…………………...…………………..…………… iii
Agradecimiento…………………………………………………….…………… iv
Índice general………………………………………………….………………… v
Resumen……………………………………………………………............... vi
Introducción…………………………………………………..………................. 1

I. EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema…………………..……..………………………… 4


Objetivos de la Investigación…………...........................................................10
Objetivo General ..……………….…………………………………………….10
Objetivos Específicos ………………………………………………….…...10
Justificación de la Investigación ……………………….……………………...11
II. MARCO TEÓRICO

Antecedentes de la Investigación…………..…………………………..……… 13
Bases Teóricas………………………………………………..….…….…...…… 17
Bases Legales ………………………………………………………………43

III. MARCO METODOLÓGICO

Tipo de Investigación………………........................................................... 52

Técnica de Análisis de los Datos……………………………………………. 54

IV. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones……………………………….....................………………............58
Recomendaciones………………………………………....................................62
Referencia Bibliográficas……………….…………….……………………….. 64
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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


DE LOS LLANOS CENTRALES “RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE POSTGRADO

El DELITO DE SECUESTRO Y SU VINCULACIÓN CON LA


DELINCUENCIA ORGANIZADA EN LA LEGISLACION VENEZOLANA

Autor: Abg. Manuel J Rengel


Tutor: Dr. Edgar Tovar
Fecha: 2023
Resumen
La presente investigación tuvo como propósito, analizar el delito de secuestro
y su vinculación con la delincuencia organizada en la legislación venezolana,
ya que, por su naturaleza y gran dimensión, afecta gravemente el sosiego de
los venezolanos, y por ende, la convivencia social, constituyendo un flagelo
que atenta contra bienes jurídicos de relevancia, y que en los últimos tiempos
ha proliferado indistintamente de la exagerada tipificación penal. El motivo de
un secuestro, así como el resultado buscado por los delincuentes (y terroristas)
involucrados, varía significativamente. Aunque estas distinciones no siempre
se reconocen en la ley, pueden ser útiles para comprender el modus operandi
y los objetivos del secuestrador, así como para determinar la respuesta más
apropiada de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley. En tal
sentido, la metodología que se utilizó en la investigación es de tipo dogmático
jurídico, ya que la información se obtuvo a través del análisis e interpretación
de textos legales, y de jurisprudencias. Para ello se utilizó la técnica de
recolección de información como lo es la observación documental. Así mismo,
para el cumplimiento de los objetivos específicos la investigación se dividió en
capítulos que permitieron concluir al investigador que es que en la figura del
secuestro la consumación está representada por la privación de la libertad,
siempre y cuando se identifique en el autor la intención de obtener una ventaja
patrimonial, derivando con ello que por lo general es un delito que lleva
implícito una organización para ser ejecutado por los agentes activos del delito,
y como recomendación principal se señaló que la política criminal del Estado
venezolano, no puede fundamentarse solamente en el aumento de las penas
(Derecho Penal del enemigo entendido en un sentido represivo); tiene que ir
mucho más allá, hay que educar, crear fuentes de empleo y acabar con la
corrupción policial.

Descriptores: Delito, Secuestro, Delincuencia Organizada


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INTRODUCCIÓN

El delito de secuestro en Venezuela ha cambiado de manera notable


sus patrones. De ser predominantemente político, fronterizo y ejecutado por
grupos organizados, pasó a ser un delito de objetivos, en especial económicos,
urbano y desarrollado con un ánimo de lucro por la delincuencia organizada
común, que produce grandes ganancias y en realidad de poco riesgo

Una revisión histórica de la legislación penal venezolana muestra que


el delito de secuestro siempre ha formado parte de los delitos contra la
propiedad. Aparece por primera vez en el Código Penal (CP) de Venezuela de
1889, manteniendo más o menos las mismas características hasta 1926. En
la reforma parcial del CP de 1964 se introduce el agregado del secuestro para
causar alarma. (Febres, 1993: 505-506). Actualmente la regulación normativa
de esta figura delictiva muestra novedosos elementos que no estaban
presentes en ninguna de las regulaciones anteriores.

La delincuencia tiene la tendencia natural a organizarse, ya que este


proceso les permite a los criminales obtener mayores beneficios en sus golpes
criminales, por ello no es de extrañar la proliferación de bandas delictivas en
el territorio nacional, dedicadas al Secuestro y la Extorsión.

El secuestro es un hecho en el que está presente desde su inicio la


violencia como mecanismo de control y coerción. Al respecto Barbeito y
Caireta (2004) la definen como: “el comportamiento que constituye una
violación o una privación al ser humano de una cosa que le es esencial como
persona (integridad física, psíquica o moral, derechos, libertades).” (Pág. 9).
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (2002) define la violencia
como: “El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de
amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad,
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que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños


psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”. (Pág. 4)

De esta forma, una de las características más relevantes del secuestro


es la práctica de la violencia en todas sus manifestaciones, representando una
violación a los derechos fundamentales del ser humano al privársele de su
libertad de forma ilícita, empleando como mecanismo la agresión e
intimidación que llevan a la víctima a daños físicos y psicológicos, que pueden
llegar hasta el desenlace fatal, de generarse conflictos en el proceso.
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CAPITULO I

EL PROBLEMA
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En todo el mundo hay vestigios de los estragos causados por el delito


de secuestro. Cada país, en su tiempo, ha sido protagonista de un escenario
en el cual este delito ha sido la bandera de poder para procurar imponer
condiciones políticas, económicas y sociales. Cada caso de secuestro no es
sólo un delito grave; es también un incidente de carácter crítico y una amenaza
para la vida.

No obstante, el Estado, a través de sus políticas criminales ha diseñado


planes y estrategias, entre las que destacan, algunas medidas de carácter
legislativo,( la Ley contra el Secuestro y la Extorsión (2009), sin descuidar en
este recorrido la aprobación de la Ley Orgánica contra la Delincuencia
Organizada y Financiamiento al Terrorismo (2012)), y de acuerdo con la
proyección sobre los índices de ocurrencia del delito, que de seguidas se
presentará, lejos de haber disminuido su incidencia, se ha fortalecido, y en
muchos casos se ha diversificado.

Añez y Han (2011), analizando la problemática social y criminológica


del delito de secuestro en Venezuela, tomando como referencia los datos del
Instituto Nacional de Estadísticas y del Cuerpo de Investigaciones Científicas,
Penales y Criminalísticas, arriban a similares conclusiones que el autor supra
señalado, precisando con datos en manos que el delito de secuestro en
Venezuela ha cambiado de manera notable sus patrones, por cuanto de ser
predominantemente político, fronterizo y ejecutado por grupos organizados,
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pasó a ser un delito urbano, desarrollado con un fin de lucro por la delincuencia
organizada común, que produce grandes ganancias y en realidad poco riesgo.

Ahora bien, el secuestro adopta diferentes formas y entraña diferentes


tipos de delincuencia. Hay pruebas de una tendencia creciente de los grupos
de delincuentes organizados a recurrir al secuestro, especialmente con fines
de extorsión, como un medio de acumular capital para consolidar sus
operaciones delictivas. De conformidad con la resolución 59/154 de la
Asamblea General, de 20 de diciembre de 2004, la Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito ha venido trabajando en la elaboración de
un manual contra el secuestro, que incluye prácticas comprobadas y
prometedoras que las autoridades competentes pueden utilizar para combatir
este fenómeno.

En este mismo orden de ideas, Uribe (2005) señala que el secuestro es


un acto caracterizado por la detención a la fuerza de una persona en un
período de tiempo indefinido, en el cual él o los autores dominan bajo
amenaza, ultrajes y forcejeos a la víctima, con el propósito de obtener ciertos
beneficios. Es así como este hecho representa una acción deliberada en
contra la libertad y seguridad de las víctimas a quienes les son violentados
derechos fundamentales establecidos en los artículos 3 y 5 de la Declaración
de los Derechos Humanos referidos a la vida, libertad, seguridad de toda
persona, el primero; y el concerniente a la prohibición contra todo acto de
tortura, tratos crueles, degradantes o inhumanos, el segundo

En este sentido, si el secuestro afecta un número relativamente bajo de


víctimas, el impacto, repercusión y conmoción en la opinión pública es
profundo y significativo. El delito de secuestro implica la retención por días,
semanas, meses o incluso años de la víctima, una negociación con la familia,
ya que extorsionan exigiendo grandes sumas de dinero que requieren
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operaciones financieras para los familiares, el pago de un rescate acordado


mediante negociación y la liberación.

Aunado a esto a través de la extorsión, obligan a las personas, a través


de la utilización de violencia o intimidación, a realizar u omitir un acto o negocio
jurídico con ánimo de lucro y con la intención de producir un perjuicio de
carácter patrimonial o bien del sujeto pasivo. Al efecto, Mendoza (1989),
señala que la extorsión:

Consiste la acción, en constreñir a alguno a enviar, depositar o


poner a disposición del culpable, dinero, cosas, títulos o
documentos que produzcan algún efecto jurídico. (…) La
intimidación, es un medio de compulsión moral traducido en la
amenaza de un grave daño para lograr la desposesión de los
determinados objetos materiales de ataque y puede ser
intimidación al honor, que concreta en el derecho francés, la
figura del chantaje e intimidación de grave daño en los bienes,
esto es, al patrimonio moral y económico. (p.549)

Cabe destacar, la doctrina de derecho comparado ha unido al delito de


Secuestro y al delito de Extorsión tal como se ha definido en su clasificación
como Secuestro Extorsivo, el cual es aquel en el cual se arrebata, se sustrae,
retiene u oculta a una persona, con el propósito de exigir por su libertad algún
provecho, o cualquier beneficio para que se haga u omita algo, o con fines
publicitarios o de carácter político, es decir, que en esta modalidad del
secuestro el sujeto activo tiene el propósito de exigir algo por la libertad de la
víctima.

Y en este sentido, debe indicarse que el delito de secuestro tipificado en


el artículo 3 de la Ley contra el Secuestro y la Extorsión (2009), establece:

Quien ilegítimamente prive de libertad, retenga, oculte, arrebate


o traslade a una o más personas, por cualquier medio, a un lugar
distinto, al que se hallaba, para obtener de ellas o de terceras
xii

personas dinero, bienes, títulos, documentos, beneficios,


acciones u omisiones que produzcan efectos jurídicos o que
alteren de cualquier manera sus derechos a cambio de su
libertad, será sancionado con prisión de veinte a treinta años.
Incurrirá en la misma pena cuando las circunstancias del hecho,
evidencien la existencia de los supuestos previstos en este
artículo, aun cuando el perpetrador o perpetradora no haya
solicitado a la víctima o terceras personas u obtenido de ellas
dinero, bienes, títulos, documentos, beneficios u acciones u
omisiones que produzcan efectos jurídicos o que alteren de
cualquier manera sus derechos a cambio de la libertad del
secuestrado o secuestrada. (p.2)

Bajo esta perspectiva, el secuestro tiene un carácter pluriofensivo al


lesionar bienes jurídicos protegidos constitucional y legalmente como son: la
libertad individual y la propiedad. Se evidencia entonces la importancia de esta
investigación que trata de aclarar que para que exista la utilización apropiada
de la palabra secuestro extorsivo, es necesario que los delincuentes exijan una
suma de dinero por su liberación y exista negociación en ese proceso. Dentro
de este marco, se coinciden con el postulado de Chiossone, T (1972, p. 487),
expresa que el secuestro de una persona, que es esencialmente un delito
como la libertad individual o contra las personas dentro de las novísimas
clasificaciones, se convierte en un delito para un patrimonio cuando el fin del
secuestro es obtener rescate. De ahí que, en la presente investigación se
analizara el delito de Secuestro y su relación con la delincuencia organizada.
Realizándose las siguientes preguntas:

¿Cómo se tipifica el delito en la legislación venezolana?

¿Cuáles son las características fundamentales para que el Delito de Secuestro


sea considerado delincuencia organizada en la legislación venezolana?

¿Cuáles son los factores que han influido en el incremento del delito de
Secuestro en Venezuela?
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OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Analizar el delito de secuestro y su vinculación con la Delincuencia Organizada


en la legislación venezolana

OBJETIVOS ESPECIFICOS

1. Describir la tipificación del delito de secuestro en la legislación


venezolana
2. Identificar las características fundamentales para que el Delito de
Secuestro sea considerado delincuencia organizada en la legislación
venezolana
3. Contextualizar los factores que han influido en el incremento del delito
de Secuestro en Venezuela.

JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

El delito organizado no es nuevo en la sociedad, lo que sí es nuevo es


su conceptualización, la relevancia que ha tomado en el imaginario social y el
surgimiento de políticas públicas especializadas para combatirlo. El secuestro
es uno de los delitos que mayor impacto tiene en la sociedad. Puede adquirir
diferentes características y motivaciones. A veces su definición puede variar,
según las legislaciones de los países. Es una modalidad delictiva típica de la
Delincuencia Organizada. Así mismo, puede incluir a delincuentes
organizados, infractores menores u oportunistas. Los delincuentes son
innovadores y sus métodos están en constante evolución. A medida que los
gobiernos y los organismos encargados de hacer cumplir la ley desarrollan y
xiv

mejoran las estrategias de prevención e investigación, los delincuentes buscan


nuevas maneras de superarlos.
El delito de secuestro, especialmente el de Secuestro con Extorsión
genera impactos variados y profundos en la sociedad que los padece, incluso
peores, según algunos expertos, a los causados por el homicidio. No sólo la
víctima y la familia del secuestrado se ven sometidos a una serie de terribles
daños físicos, emocionales y económicos, con secuelas inmensurables, sino
que el delito de secuestro genera costos económicos directos e indirectos,
impacto social, afecta al Estado, a las inversiones e incide de forma notable
sobre la ética de los cuerpos policiales y sistema judicial.
De la referida Ley contra el Secuestro y la Extorsión (2009), se
desprende la conducta que debe realizar el sujeto o sujetos activos y el castigo
a imponer por esa conducta, siendo de carácter pluriofensivo por atentar
contra los derechos tutelados por el Estado como el Derecho a la Libertad
Individual y Propiedad, es decir tienen que darse estas características para
poder determinar que nos encontramos en el delito de secuestro, si solo se
afecta el derecho a la libertad individual no se puede hablar de secuestro por
cuanto tiene que haber por lo menor la Intención de afectar de alguna manera
el derecho patrimonial de la víctima o de un tercero. El fin último es lucrarse
económicamente por esa privación ilegítima de libertad
Por otro lado, el delito de secuestro es un delito permanente, cuyo
proceso ejecutivo se prolonga por un lapso más o menos largo, dura a voluntad
del sujeto activo. Este delito se está perpetrando mientras el secuestrador
mantenga privada de su libertad a la persona secuestrada, además es un delito
complejo, porque ofende dos bienes jurídicos; el de la propiedad y el de la
libertad. En lo que atañe al bien jurídico de la propiedad, el secuestro es un
delito de peligro, en efecto para que se consume éste delito no es menester
que el secuestrador consiga su intento, no es preciso que obtenga el precio o
rescate que ha fijado para restituir su libertad a la persona secuestrada, en lo
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que concierne al bien jurídico de la libertad, es un delito de daño, porque hay


una persona efectivamente privada de tal bien jurídico.
De todo lo expresado se desprende la importancia de la presente
investigación ya que este tipo de delito lesiona gravemente la familia, la
sociedad por la violencia psicológica y física que tienen tanto el ciudadano
secuestrado como los familiares normalmente extorsionados y que tienen que
vivir la experiencia de negociación con los delincuentes, todo esto con una
relación directa con los cuerpos policiales.
Asimismo, la presenta investigación se inserta dentro de la Línea de
investigación Derecho Procesal Penal y Multiculturalidad del Programa de
Ciencias Penales y criminológicas de Universidad Rómulo Gallegos. es
necesario destacar que el tema de estudio es important, porque constituirá
conocimientos que pueden ser utilizados como basamentos futuros de otra
investigación relativa a esta investigación. También para el autor de esta
investigación, ya que, a través de lectura e investigación tanto doctrinal, legal
y jurisprudencial, me permitirá ser mejor a la hora de asumir la defensa de
algún representado.
xvi

CAPITULO II

MARCO REFERENCIAL

Antecedentes de la investigación

Para llevar a cabo la investigación, se consideró necesaria la revisión


de trabajos realizados por otros investigadores, con la finalidad de profundizar
y apoyar las bases del estudio y demostrar su vigencia y novedad, razón por
la cual a continuación se ofrecen diversas exploraciones que guardan relación
con el tema planteado.

Al respecto, Hochman y Montero (1998) mencionan que los


antecedentes se refieren a: “…la revisión bibliográfica que se hace para
consultar e informarse sobre lo ya investigado del tema y realizar un primer
contacto con el problema a estudiar” (p. 80), de los cuales se seleccionan los
siguientes:
Internacionales

Muñoz (2019) en su trabajo titulado “El Delito de Secuestro” de la


Universidad de Panamá Facultad de Derecho y Ciencias Política. Para optar
al título de licenciado en Ciencias Jurídicas. De acuerdo a la metodología
utilizada la investigación se catalogó como evaluativo, documental, la
población para esta investigación fueron principalmente las diversas leyes
venezolanas, doctrinas, textos jurisprudenciales. El secuestro es un delito
grave que va en aumento, que atenta contra la libertad, en concreto la libertad
ambulatoria por cuanto el sujeto no puede trasladarse de un lugar a otro, y en
segundo lugar el patrimonio económico del mismo ya que está siendo obligado
xvii

a entregar algo a cambio de su libertad. Al igual que en los delitos de privación


de libertad, se afecta la libertad, sin embargo, en el secuestro consiste en
secuestrar a la persona para obtener de ello o de otra como precio de
liberación, dinero, bienes, información u otros documentos con efecto jurídico.

La Constitución de Panamá indica en su artículo 21 que nadie puede


ser privado de su libertad, sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad
competente, expedido de acuerdo con las formalidades legales y por motivo
previamente definido en la Ley, principio igualmente en convenios de derechos
humanos.

El aporte fue teórico, en base a lo establecido y estipulado en la doctrina


y leyes panameñas en cuanto al tipo penal del Secuestro y como se vincula
con la Delincuencia organizada.

Toc (2019) en su trabajo titulado el “Estudio sobre el delito de secuestro


en la sociedad guatemalteca” de la Universidad de San Carlos de Guatemala
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. para optar a que título de Licenciado
en Ciencias Jurídicas. El presente trabajo trata sobre el delito de secuestro
que es un tema importante y delicado, muy de moda en nuestra sociedad
guatemalteca, y por eso podemos remitirnos a los antecedentes, las causas,
la tentativa y sus consecuencias surgidas a raíz del mismo, tanto morales,
físicas y pecuniarias de las víctimas de dicho delito; tanto familiares y la
sociedad en general corren peligro ya que es un atentado contra la libertad y
la vida del hombre, derechos intrínsecos esenciales con lo que puede contar
todo ser humano.

Mucho se habla y escribe sobre el secuestro en Guatemala, desde el


punto de vista de nuestra legislación vigente, y desde la fría estadística y
tratamiento jurídico que al tema se le da en nuestro país. Pero de lo que no se
conoce mucho es de las verdaderas investigaciones sobre el fenómeno del
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secuestro respecto a su faceta humana con relación al secuestrado y su


cautiverio, su trauma durante y después de su retención, el trauma de su
familia, el contacto con los plagiarios, las negociaciones, las relaciones
interfamiliares, el regreso de la víctima y el postrauma.
Los elementos constitutivos del secuestro son la existencia material de
la detención de una persona, la detención arbitraria o ilegal y la intencionalidad
y fines de la detención. El secuestro es un delito que viola directamente la
libertad, originando serios trastornos a las víctimas y a sus familiares, tanto
físicos, psicológicos y económicos; este delito no es distintivo de clases
sociales. El mismo es perpetuado por personas ligadas de una forma u otra
con las instituciones públicas y privadas.
Nacionales
Bertolino (2020) en su trabajo titulado “Secuestro extorsivo
convencional y secuestro exprés. Una visión desde lo educativo”, de la
Universidad Militar Bolivariana de Venezuela. La presente investigación
pretende brindar un análisis actual sobre el secuestro, centrándose en
proponer algunas alternativas de solución para ser consideradas desde los
centros educativos, como instituciones sociales garantes de formar el
ciudadano que requiere la nación. El tipo de investigación fue jurídica teórica-
documental con una población objeto de estudio constituido por el conjunto de
documentos reflejados en la carta magna (1999). Para que esto se ejecute en
el centro educativo, es vital, que todos los miembros de la institución
promuevan la cultura de prevención del secuestro, a través de programas de
concientización y estrategias de prevención, con la posibilidad de articular
positivamente con el sector seguridad, con la finalidad de instaurar programas
de trabajo con base de una visión interdisciplinaria y multidisciplinaria donde
se comprenda la realidad actual y el desarrollo buenas prácticas y hábitos que
favorezcan el desarrollo integral preventivo del ciudadano que se pretende
formar.
xix

Las vías a seguir para establecer políticas de Estado en materia de


secuestros están claramente definidas en el “Manual de lucha contra el
Secuestro” delas Naciones Unidas, que requiere, por supuesto, interpretación
y adaptación para cada realidad nacional, con la participación abierta, clara,
transparente y plural de la sociedad civil, principalmente de gremios afectados,
víctimas, académicos, investigadores, iglesia, comunidades y medios de
comunicación; así como la investigación social pertinente.

Todo esto con el fin de evaluar el resultado de la investigación en el cual


se concluyó y nos dejó como aporte que, en la colectividad venezolana no
existe información con referencia al delito de secuestro y que los entes
jurisdiccionales no trabajan en pro de evitar el instrumento estadístico que se
presenta por lo que el aporte de esta investigación es Doctrinal y Legal servirá
para dar a conocer esta situación.

Agobian (2018) en su trabajo titulado “Viaje a las entrañas de la mujer


secuestradora. Un fenómeno que se advierte en Venezuela: Reportaje de
investigación sobre el rol de las mujeres venezolanas en el delito de secuestro
entre los años 2010 y 2014”, de la Universidad central de Venezuela.
Históricamente en Venezuela se ha relacionado la práctica del secuestro con
la figura masculina y se ha excluido el rol de la mujer. Algunas veces este
ocultamiento parece obedecer a razones de género, fuerza y percepción social
sobre el papel de la mujer en el ejercicio de la violencia criminal. Según una
encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, publicada en 2006, el
100% de los victimarios del secuestro de aquel año fueron hombres.

En 2010, la misma institución del Estado publicó un nuevo estudio: para


ese momento las personas de sexo masculino ya no eran la totalidad de los
victimarios, al menos el 20,45% eran mujeres. Desde entonces no se publican
xx

boletines de este rigor en el país. Sin embargo, los medios impresos y digitales,
tanto regionales y nacionales, han reportado la incidencia.

De acuerdo a estos reportes nos permiten suponer, pese a la


invisibilización oficial, la participación activa de mujeres en el delito de
secuestro. En ese sentido, el presente trabajo revela, con base en las
publicaciones de los medios entre 2010 y 2014, el rol de las mujeres en esta
actividad delictiva. Para ello se utiliza el género del reportaje de tipo
interpretativo que a través de sus técnicas y herramientas propias del
periodismo de investigación pondrá en evidencia el fenómeno.

Añez (2020) en su trabajo titulado “Metamorfosis del delito de secuestro


en el Estado Zulia, Venezuela” de la Universidad del Zulia. El delito de
secuestro es un flagelo social que ha experimentado mutaciones en el tiempo.
El año 2009 terminó con una cifra sin precedentes en cuanto a los secuestros
reportados en Venezuela. Los datos aportados por los organismos oficiales
revelan que durante el 2008 hubo 537 secuestros, lo cual representa un
aumento de 52% respecto al total del 2007, mientras que en el 2009 la cifra se
incrementó en un 62,82%, en relación con el año anterior.

Esta investigación tiene como objetivo describir el delito de secuestro


en Venezuela, con especial referencia al Estado Zulia, población fronteriza
limítrofe con Colombia. Para ello se emplea una metodología de tipo
documental-descriptiva. Se revela que no existen esquemas predefinidos que
permitan caracterizar este tipo penal, pues, tal y como ha venido sucediendo,
es susceptible de llevarse a cabo en cualquier momento y circunstancia, no de
modo exclusivo en sujetos de alto estatus socioeconómico, sino con mínimos
medios para responder a las exigencias de los plagiarios; de aquí la
proliferación de la modalidad del llamado secuestro exprés.
xxi

Esta investigación fue un gran aporte por que se evidencia como puede
variar dependiendo de la región, ya que el delito de secuestro en Venezuela
ha cambiado en forma notable sus patrones: de ser un delito
predominantemente político, fronterizo y ejecutado por grupos organizados, ha
pasado a ser uno de objetivos sobre todo económicos, urbano, y ejecutado
con un fin de lucro por la delincuencia común. En verdad, el Estado Zulia sigue
repuntando en la lista de los estados con mayor incidencia de este delito en
Venezuela, pero no es el principal, pues ha sido desplazado en
posicionamiento por otras urbes del país, encabezadas en la actualidad por la
ciudad capital de Caracas.

Bases teóricas

El Secuestro

Según el Diccionario de la Real Academia Española, el verbo


“secuestrar”, del latín “sequesträre”, en su primera acepción significa: “Retener
indebidamente a una persona para exigir dinero por su rescate, o para otros
fines”. En consecuencia, “Secuestro” es la “Acción y efecto de secuestrar”.

En Venezuela, la Ley contra el secuestro y la extorsión2 en vigencia


desde junio del 2009, define el Secuestro:

Artículo 3. Quien ilegítimamente prive de su libertad, retenga,


oculte, arrebate o traslade a una o más personas, por cualquier
medio, a un lugar distinto al que se hallaba, para obtener de ellas o
de terceras personas dinero, bienes, títulos, documentos,
beneficios, acciones u omisiones que produzcan efectos jurídicos o
que alteren de cualquier manera sus derechos a cambio de su
libertad, será sancionado o sancionada con prisión de veinte a
treinta años. (p.2)
xxii

En cuanto al “Secuestro Exprés”, la ley venezolana hace una simple


consideración temporal para ese tipo de delito:

Artículo 6. Quien secuestre por un tiempo no mayor de un día a una


o más personas, para obtener de ellas o de terceras, personas
dinero, bienes, títulos, documentos, beneficios, acciones u
omisiones que produzcan efectos jurídicos o que alteren de
cualquier manera sus derechos a cambio de su libertad, será
sancionado o sancionada con prisión de quince a veinte años. (p.2)
La diferenciación que la legislación venezolana hace entre las tipologías
del delito de Secuestro y Secuestro Exprés, partiendo sólo en base al tiempo
de retención de la víctima, aunque son modalidades distintas y son cometidas
por otras bandas podría estar generando cierta confusión, en cuanto a cifras y
operaciones para enfrentarlas.

Para la Fundación País Libre colombiana;

(…) El secuestro es un delito atroz que atenta contra el derecho


fundamental de la libertad. En el mundo jurídico se habla de
privación ilegal de la libertad para hacer referencia a la acción por
la cual una persona es despojada de su capacidad individual de
autodeterminación física y moral. Pero además de la
autodeterminación en el tiempo y el espacio, todo secuestro implica
la cosificación de la persona, con desprecio por su dignidad. (p.23)
Por su parte, el Manual de lucha contra el Secuestro de las Naciones
Unidas establece:

Cada caso de secuestro no es sólo un delito grave; es también un


incidente de carácter crítico y una amenaza para la vida. Es una
violación de la libertad individual que socava los derechos humanos.
Hay suficientes pruebas de que muchas víctimas nunca se
recuperan plenamente del trauma asociado con este delito. El
secuestro también tiene repercusiones devastadoras sobre los
familiares, los amigos íntimos y los colegas. Crea temores y dudas
en las comunidades y puede tener consecuencias adversas para la
economía y la seguridad de los Estados. (p.212)
xxiii

El secuestro adopta diferentes formas y entraña diferentes tipos de


delincuencia. Hay pruebas de una tendencia creciente de los grupos de
delincuentes organizados a recurrir al secuestro, especialmente con fines de
extorsión, como un medio de acumular capital para consolidar sus operaciones
delictivas y cometer otros delitos, incluidos el tráfico de drogas, la trata de
personas, el blanqueo de dinero, el tráfico de armas de fuego y delitos
relacionados con el terrorismo. Cada vez con más frecuencia, los delincuentes
involucrados en este delito operan internacionalmente, procurando explotar las
diferencias entre las jurisdicciones nacionales.
Según el diccionario enciclopédico Quillet (1991, p.9). Para el derecho
penal, el secuestro es un delito contra la libertad individual que consiste en
detener o aprender arbitrario e ilegalmente a una persona, o incomunicarlas
totalmente del mundo anterior. Son circunstancias agravantes. Las violencias,
amenazas, el propósito de locro o de venganza, el parentesco del agente con
la víctima, el grave daño que resulte a la persona o a los negocios de ofendido

Antecedentes historicos

Desde los tiempos más remotos de la humanidad, con el paso de los


años se ha podido ir observando la existencia de una variedad de normas que
han estado encaminadas a mantener dentro de ciertos cánones, las diferentes
y complejas relaciones que sobrellevaban los miembros de la comunidad
social. En sus inicios las leyes estaban contempladas dentro de los códigos
religiosos, y muchas veces sus preceptos se encontraban entremezclados con
las nociones del pecado y del remordimiento. Estaban moldeadas y
fuertemente influenciadas en las ideas religiosas.
Las formas de ir regulando las conductas humanas al pasar el tiempo
han variado sustancialmente, en especial a partir de la Revolución Francesa,
la que con sus principios de libertad, igualdad y justicia social reaccionó
xxiv

fuertemente contra los aspectos tan característicos de épocas anteriores, que


relacionaban a la divinidad con la sanción penal. Transformaciones que dieron
origen al nacimiento del Derecho Penal Liberal, más que todo imbuido en
concepciones racionalistas sobre los orígenes del delito, y con fondos
dogmáticos sobre el fenómeno de la criminalidad: eran las ideas abstractas
sobre el delito y la pena.
Las características de este periodo pueden ser resumidas de la
siguiente manera: La poca importancia que se le concedía al autor del delito,
ya que su contenido se reducía prácticamente al delito y la pena; su labor se
basaba en criterios racionales, no teniendo en cuenta la realidad social del
delito, ni histórica, tan importantes. Veces para la elaboración de conceptos
(quizá ello obedecía a la desconfianza sobre el derecho penal del antiguo
régimen); y escaso valor concedido a la prevención especial y corrección del
delincuente.
Con el surgimiento del Derecho Penal Positivo (nuevo positivismo) se
propusieron nuevas medidas para defender a la sociedad del delito (método
inductivo o positivo de observación y experiencia), propiciada en gran medida
por el advenimiento y la evolución de las ciencias de la naturaleza. Nueva
época del derecho penal que estuvo encabezada por el célebre César
Lombroso, el cual opta por retomar un aspecto sumamente importante que con
el transcurrir del tiempo se había dejado de lado: el hombre delincuente, para
cuyo estudio y comprensión los conceptos y planteamientos de orden
básicamente abstractos utilizados hasta entonces, resultaban inoperantes e
ineficaces.
De esta forma se suscita una nueva manera de concebir el fenómeno
de la criminalidad. Lo que daría inicio a una intensa lucha en la Europa de
principios de siglo, entre los partidaristas de la escuela clásica más conocida
como el Derecho Penal Liberal y los positivistas. Cuya máxima expresión para
los primeros fue el Código Penal Italiano de 1889, más conocido como el
xxv

“Código de Zanardelli”, cuyos aspectos centrales partían de los conceptos dela


retribución de la pena y el libre albedrío como fundamentos básicos de la
culpabilidad del delincuente, rechazando por consiguiente los renovadores
planteamientos relativos a las medidas de seguridad y al tratamiento del
delincuente, esgrimidos por Lombroso en su magistral obra titulada “El hombre
delincuente”, posteriormente continuado por Ferri y Garófalo.
Y mientras estas discusiones se desarrollaban en el Viejo Mundo, en
nuestro país se empezaba a desarrollar el movimiento de reforma que
culminaría años más tarde con la promulgación del Código Penal de 1924 que
hasta la fecha se encuentra vigente. El que se inició con el nombramiento de
una comisión parlamentaria en enero de 1915 para que elaborase un proyecto
que fue preparado por Víctor Maúrtua, ponente del código. Para poder
comprender correctamente el proceso de reforma de nuestro derecho penal,
cuyos hitos principales se acaba de señalar, resulta necesario ubicarlo dentro
del movimiento legislativo que se operó en Europa y América Latina, y del cual,
ciertamente nuestra reforma fue en cierta manera una repercusión.

Antecedentes de gran importancia no sólo por su gran influencia en el


código penal vigente, sino también porque de este cuerpo de leyes ha
provenido la última modificación referente a la problemática jurídica punitiva,
que es de donde parte nuestro análisis de la llamada “Ley Antisecuestro” y del
capítulo referente a los Delitos Contra la libertad individual, los mismos que se
encuentran vigentes en una gran proporción.

Clases de Secuestros

En la actualidad se conocen varias clases de secuestros, que a su vez


se subdividen en otros tipos, entre ellos se encuentran:
xxvi

El Secuestro Extorsivo, el cual es aquel que arrebate, sustraiga,


retenga u oculte a una persona, con el propósito de exigir por su libertad algún
provecho, o cualquier utilidad, o para que se haga u omita algo, o con fines
publicitarios o de carácter político, es decir, que en esta modalidad del
secuestro el sujeto activo tiene el propósito de exigir algo por la libertad de la
víctima.

Dentro de esta modalidad está el Secuestro Económico; el cual es


responsivo de los resentimientos sociales o producto del secuestro y la
extorsión. Esta modalidad es la más usual y presenta las siguientes.
Generalmente, los criminales realizan este tipo de secuestro a personas
dedicadas a negocios o que se desenvuelven en el ambiente de las finanzas,
la industria, el sector agrícola e incluso la política. Estas actividades los ubican
como potenciales víctimas y oportunidades para que los plagiarios obtengan
valiosas cuantías. Tiene como características: No requiere ni conviene
publicidad. Los autores permanecen en el anonimato o se identifican con otras
organizaciones, generalmente como Delincuencia Común. El dinero
recolectado se emplea para el desarrollo de planes terroristas, planeamiento
de otros secuestros, adquisición de material de guerra y para usufructo
personal.

Dentro del secuestro económico se ubican dos modalidades de


secuestro, primeramente, el Secuestro Express; modalidad delictiva originaria
de Colombia y México lentamente se ha ido consolidando en las ciudades
venezolanas. Éste plagio se caracteriza por su rapidez, ya que las
organizaciones delictivas que lo realizan no tienen la logística necesaria para
mantener cautivo más de 48 horas a las víctimas. Otra modalidad de extorsión
que frecuentemente se confunde con secuestro express es aquella en la que
los delincuentes retienen a la víctima y la someten a sacar su dinero de los
telecajeros o cajeros electrónicos. También le roban el vehículo y sus
xxvii

pertenencias de valor como las joyas y el teléfono celular y luego la dejan


abandonada en algún sitio. Además, se han presentado casos en que obligan
a la víctima a ir no sólo a los telecajeros sino también a cobrar cheques, o a ir
a tiendas a comprar joyas o artículos de valor.

Vale la pena aclarar que para que exista la utilización apropiada de la


palabra secuestro extorsivo, es necesario que los delincuentes exijan una
suma de dinero por su liberación y exista negociación en ese proceso. La
segunda modalidad mencionada anteriormente no podría llamarse secuestro,
ya que es literalmente un rapto con robo.

También está el Secuestro Virtual, aquí 1os “secuestradores” se


aprovechan la ausencia de una persona para extorsionar a su familia y obtener
montos de cifras fáciles de reunir en un par de horas.

El fenómeno de los secuestros “virtuales” empezó a presentarse


aproximadamente en el año 2003. La base de esta estafa está en que quien
pide el rescate no tiene a nadie secuestrado. Busca, en general al azar, alguien
a quien llamar y lo hace entrar en el engaño. Lo apura para que pague antes
de que pueda confirmar, por algún lado, que ninguno de sus familiares está
cautivo. Y cobra el rescate también en forma virtual: obliga a la víctima a
comprar tarjetas prepagas con pulsos telefónicos. Ya que el falso
secuestrador, se determinó, suele estar encerrado en una cárcel, donde las
tarjetas equivalen a efectivo en la mano.

También tenemos el Secuestro Simple: Es aquel que con propósitos


distintos a los mencionados anteriormente arrebate, sustraiga, retenga u oculte
a una persona. Bajo esta modalidad se clasificaron todos aquellos casos que
no reunieron las características para ser calificados como secuestro extorsivo,
es decir, en los que no hay exigencia manifiesta de dinero o pretensiones
políticas.
xxviii

En términos generales, se citaron una compleja tipología de secuestros,


todos vigentes en el país. Todas las modalidades de secuestro tienen en
común el elemento interno, que consiste en la privación de la libertad de una
o varias personas. Sin embargo, difieren en el elemento subjetivo, es decir, la
finalidad que ellos persiguen. En el secuestro extorsivo, el sujeto activo tiene
el propósito de exigir algo por la libertad de la víctima. En el secuestro simple,
basta que se prive de la libertad a una persona para que se configure el delito.

Características del delito de secuestro y su carácter pluriofensivo

Precisándose en la disposición normativa descrita que el secuestro es


un delito de resultado, cuya perpetración se materializa con la realización de
los elementos descriptivos del tipo delictual, es decir, privación ilegítima de
libertad, retención, ocultamiento, arrebato o traslado forzado de la víctima (por
cualquier medio).

Destacándose que el fin del estado de sujeción al que es sometido el


sujeto pasivo, es obtener de ella o de terceras personas dinero, bienes, títulos
o documentos, beneficios o acciones que produzcan efectos jurídicos o alteren
de cualquier manera sus derechos en sacrificio de su libertad.”.

Bajo esta perspectiva, el secuestro tiene un carácter pluriofensivo al


lesionar bienes jurídicos protegidos constitucional y legalmente como son: la
libertad individual y la propiedad.

De ahí que, constituyen características esenciales del delito de


secuestro, ser doloso, permanente y de daño. Por tanto, no es necesario que
se cumpla el propósito del delito para que sea sancionado (recibir el rescate).
Reconociéndose que es de ejecución permanente y, en consecuencia, puede
haber participación cuando se está ya en el período ejecutivo (consumativo),
pues la conducta que lo integra se sigue realizando.
xxix

La Consumación Delito de Secuestro. Reformatio In Peius

En sentencia N° 525 del 06/12/2010 la Sala de Casación Penal del


Tribunal Supremo de Justicia, ratifico el criterio en relación al delito de
secuestro como un delito permanente, doloso, y de daño, alejándose del
criterio restrictivo de doctrinario patrios y extranjeros que los señalan como un
delito de resultado, dirigido a afectar sólo a la propiedad. La Sala Penal
estableció que el delito de secuestro se consuma cuando se retiene o priva de
su libertad a la víctima, sin necesidad de que se realice la solicitud del rescate
o el cobro del mismo. Es un delito permanente.

Señala la Sala Penal, que delito de secuestro se consuma, apenas es


efectuada la retención o privación de libertad de la víctima, es decir, se ha
materializado el estado de sujeción sin necesidad de que se realice la solicitud
del rescate o el cobro del mismo.

Recalca que en este tipo penal el bien jurídico protegido es la libertad


individual de una persona y la propiedad. El tipo supone la privación efectiva
de la libertad de una persona y que el autor o autores del hecho como precio
por la libertad de la persona, pretenden obtener cosas, dinero, títulos o
documentos que produzcan efecto jurídico.

Las características esenciales del delito de secuestro, es doloso,


permanente y de daño. Como se dijo no es necesario que se cumpla el
propósito del delito para que este sea penado (recibir el rescate), en relación
con la característica de delito permanente la jurisprudencia dicta. El delito de
secuestro es de ejecución permanente y por lo tanto, puede haber
participación cuando se está ya en el período ejecutivo consumativo, pues la
conducta que lo integra se sigue realizando.

Para algunos doctrinarios patrios y extranjeros el delito de secuestro es


catalogado como un delito de resultado, dirigido a afectar sólo a la propiedad,
xxx

por el contrario, la doctrina de la Sala Penal lo cataloga como un delito


permanente, doloso, y de daño, alejándose de este un criterio restrictivo, ya
que consideran que sería anteponer la afectación de la propiedad al peligro
latente del grave daño a la vida, por cuanto en el delito de secuestro se sustrae
a la víctima de su entorno, se mantiene privado de libertad con graves
amenazas a su vida y se busca obtener un beneficio.

En relación al Iter Criminis señalo que significa “camino del delito”,


utilizada en derecho penal para referirse al proceso de desarrollo de un delito,
es decir, las etapas que posee, desde el momento en que se idea la comisión
de un delito hasta que se consuma. El Iter Criminis es un desarrollo dogmático,
creado por la doctrina jurídica, con idea de diferenciar cada fase del proceso,
asignando a cada fase un grado de consumación que permita luego aplicar las
diferentes penas para el tipo penal específico en el cual se subsume la acción
desplegada por el o los sujetos activos.

El principio de la reformatio in peius o reforma en perjuicio consiste en


la prohibición, al juez de alzada, de que empeore la situación de quien apela,
en los casos en que no ha mediado recurso de su contraparte. Es una Garantía
Constitucional, una garantía fundamental integrante del derecho al debido
proceso y una garantía Procesal para el recurrente.

…nuestro sistema de apelación está dominado por el principio


que prohíbe la reformatio in peius, por lo cual el juez de alzada
no puede reformar la sentencia empeorando la situación del
apelante principal, sino cuando la contraparte haya interpuesto
también apelación principal o adherido a la apelación contraria.
(p.62)
En relación con la reforma en perjuicio la Sala Constitucional ha
expresado con reiteración lo siguiente:

… La prohibición de la reformatio in peius es una garantía


fundamental que forma parte del derecho al debido proceso y
xxxi

tiene por finalidad evitar que el imputado sea sorprendido ex


officio con una sanción que no ha tenido oportunidad de
rechazar. Por lo que su naturaleza es, además de limitar al poder
punitivo del Estado, la de garantizar la efectividad del derecho
fundamental de defensa y de favorecer al condenado con la
revisión de la sentencia respecto a las pretensiones solicitadas,
garantizando así la operatividad del sistema acusatorio.La
consagración legal de la prohibición de reformatio in peius nace
en razón de la necesidad de preservar el principio acusatorio
para alcanzar la mayor independencia y equilibrio del juez, sin
que éste pueda anular o sustituir las funciones atribuidas a las
partes en el proceso. Dicha prohibición se sostiene sobre tres
puntales: la máxima ‘tantum apellatum, quantodevolutum’, el
principio de impetración y el principio acusatorio. Los dos
primeros son formulaciones diferentes de una misma situación:
la disponibilidad de los derechos o el principio dispositivo;
mientras que, el principio acusatorio comporta el requisito de
contradicción en el proceso penal, referido a su vez a garantizar
la posición acusadora, la defensora y la relación entre ambas
…”. (Negrillas de la sentencia. Sentencia N° 811, Sala
Constitucional del 11 de mayo de 2005).

Estado actual de las políticas públicas relativas al delito de Secuestro

A fin de verificar lo relativo a la efectividad y eficiencia de los planes


antes delineados, se presentarán en este acápite, los criterios que autores
como Mármol, Núñez, Añez y Han, han esbozado en este particular, con los
datos que manejan las principales dependencias del Estado y las
organizaciones no gubernamentales, todo lo cual recreará el escenario real de
aplicación de los mismos, dando como resultado la respuesta acerca del
estado actual de las políticas públicas en materia criminal.

En este orden, Mármol (2011), destacado criminólogo, indicó en


entrevista recogida en el Diario El Universal, que el crecimiento del delito de
secuestro en Venezuela ha sido sostenido desde 1999, registrándose
unaumento del 470% hasta diciembre de 2010, razón por la cual, la revista
xxxii

Fortune 500, en sus investigaciones incluyó a Venezuela en la lista de los


países del mundo con mayor incidencia, ocupando desde 2007, el quinto lugar.
En referencia particular al delito de secuestro, y de acuerdo con el criminólogo,
se precisan dos aspectos.

En primer lugar, que en Venezuela no existe algún otro delito que haya
demostrado un incremento tan pronunciado como el secuestro; en segundo
lugar, lejos del ideal de prevención propugnado, son 12 mil las bandas
delictivas que operan en Venezuela, las cuales se dedican a la comisión de
delitos violentos, y dentro de estás el 30% se dedican al secuestro. Lo que
lleva a Mármol (2011), a cuestionar al Estado, de quien advierte, no ha
implementado políticas públicas eficaces que detengan la proliferación el
delito, y tampoco ha equipado y organizado a los cuerpos de seguridad,
acotando que esta institución no cuenta con suficiente personal, y que el
Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) sólo colabora
tecnológicamente con casos puntuales y no de forma permanente para
desmantelar las aludidas bandas.

Por su parte, Añez y Han (2011), analizando la problemática social y


criminológica del delito de secuestro en Venezuela, tomando como referencia
los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas, arriban a similares conclusiones que el
autor supra señalado, precisando con datos en manos que el delito de
secuestro en Venezuela ha cambiado de manera notable sus patrones, por
cuanto de ser predominantemente político, fronterizo y ejecutado por grupos
organizados, pasó a ser un delito urbano, desarrollado con un fin de lucro por
la delincuencia común, que produce grandes ganancias y en realidad poco
riesgo.
xxxiii

Finalmente, cuestionan que, ante el visible incremento de los índices de


criminalidad, el justificado sentimiento de inseguridad por parte de la
colectividad y la alarma social generada por el sensacionalismo noticioso, la
tendencia gubernamental ha sido emplear una política criminal más represiva
que preventiva, queriendo apaciguar el escenario con sucesivas reformas,
basadas en la creación de nuevos tipos penales y la modificación de otros,
agravando las penas, tanto en el Código Penal como por medio de leyes
especiales; pero que, sin embargo, la realidad parece mostrar cómo la teoría
de prevención general ha fracasado, pues la sucesiva cadena de aumentos de
penas en las reformas del Código Penal y aún con la puesta en vigenciade
leyes especiales, como la Ley contra el Secuestro y la Extorsión, no ha
disminuido el impacto del secuestro como modalidad delictiva.

Concatenado a lo expuesto por los criminólogos Añez y Han, aparecen


algunas consideraciones contenidas en el reporte de prensa publicado en el
portal de la Organización sin fines de lucro Venezuela sin Secuestro: “Cada
tres días se registran 4 secuestros en Venezuela, publicado en el mes de mayo
de 2009, las cuales dan cuenta de que el secuestro:

Ya no es exclusivo de la frontera, tampoco es un flagelo para


quienes cuentan con economía holgada. Ya no. Ahora, el secuestro
es un problema que debe preocupar a todos, en todo el territorio
nacional. Y es que cada tres días plagian a cuatro personas, sin
distingos económicos, en el país. Hace seis meses, por ejemplo, en
el barrio Mi Jardín de la ciudad de Barinas le arrebataron a una
mujer su hija de tres años. Ella estaba en una parada de buses,
cuando tres hombres, a plena luz del día, la empujaron y le quitaron
a la niña. Pocos días después la contactaron y le pidieron una
cuantiosa cantidad de dinero. Ella no contaba con esa suma. El
único bien de valor que tenía era su nevera. Se lo dijo al
secuestrador y él la mandó a venderla. El monto que reunió fue el
que luego le exigieron para liberar a su niña. (p.89)
A los efectos del estudio en desarrollo, y en el mismo portal supra
mencionado, aparecen las cifras suministradas en el año 2009, por la
xxxiv

federación que agrupa a los ganaderos, conocida por sus siglas como
FEDENAGA, revelando que:

Según la cifra de Fedenaga, hasta el 8 de mayo, ellos registraron


134 secuestros en 2009. De esos, 59 han sido liberados, 33
rescatados, uno liberado por presión policial, cuatro escapados y
otros cuatro murieron. Por su parte, el Cicpc, para el mismo período
registró 166; es decir que en el país secuestran a cuatro
venezolanos cada tres días en promedio. (p.45)
Parece claro que entidades como estas, lleven un registro de casos, ya
que fueron por un tiempo, sujetos pasivos por excelencia, del delito de
secuestro, información que desde luego contrasta con los datos ofrecidos por
el propio Gobierno Venezolano.

Evolución de la tipificación penal del delito de secuestro en la


Legislación Penal Venezolana

El Secuestro en la Tradición Jurídica del Derecho Positivo

Antecedentes opiniones doctrinales:

Como bien señala Alberto Bortone Alcalá en su artículo “El Delito de


Secuestro en el Derecho Penal Venezolano”, el eximio maestro de Pisa,
Francesco Carrara denomina el delito de secuestro como “Hurto con Rescate
o con Secuestro” y lo define como:

el hecho de los que reducen a un hombre a su propio


arbitrio y lo mantienen prisionero mientras sus parientes no
le hayan entregado una suma determinada con términos
prescritos para pagarla y con amenaza de muerte o de
mutilación en casos de desobediencia. (p.231)
Luego estudia la evolución histórica de este delito y afirma que ello da
motivo a distintas observaciones. Que está claro que su origen se remonta
hasta las costumbres de la guerra legítima y que es la imitación de un derecho
reconocido por los publicistas.
xxxv

Afirma igualmente que:

al desaparecer el uso bárbaro de dar muerte a los


prisioneros de guerra y el semi-bárbaro de hacerlos esclavos
predominó la costumbre de conservarlos para efectuar
cambios con ellos o para obtener un precio como rescate;
esta práctica dura hasta nuestros días, y es reconocida
como el ejercicio de un derecho adquirido sobre los
enemigos al hacerlos cautivos (p.129)
Señala Bortone que Carrara afirma:

que este delito es menos feroz y menos terrible que la del


ladrón que mata a un transeúnte para quitarle el reloj o los
vestidos. Igualmente sostiene el eminente tratadista clásico
italiano que al quedarse bajo el libre dominio de los principios
jurídicos y según éstos, repito que el hurto con rescate no es
sino una forma de hurto violento; en efecto uno y otro atacan
la libertad individual como medio de lucro, aunque en el
primero la ofensa contra la Libertad es más manifestada y
prolongada, uno y otro ponen en peligro la seguridad
personal, y aunque el hurto con rescate puede mirarse como
la forma más temible del hurto violento ordinario, ambos son
inferiores al hurto con homicidio y deben ser menos
castigados que éste.(p.124) Finalmente se plantea este
afamado autor la duda de cuando se consuma el delito de
hurto con rescate: “Consiste en el aprisionamiento o en la
consecución de la suma exigida” (p.125) y concluye “Es
verdad que sin ésta no se obtendría el fin del agente y que la
lesión del derecho de propiedad no sería perfecta; y por esto
mientras se mantenga este delito en la clase de los hurtos en
dicha hipótesis no podrá verse sino una tentativa. (p.125)

De tal manera se debe considerar este delito más bien como un rapto o
plagio calificado por el fin. Siendo innegable que la pérdida del dinero exigido
es a la vez menos sensible que las incomodidades y las terribles angustias del
cautiverio y las amenazas.
Ahora bien, en la Legislación Penal Venezolana, el 19 de Abril de 1863,
en el Gobierno dictatorial del General José Antonio Páez, en su condición de
Jefe Supremo de la República se decreta el Código Penal, el cuál fue el
xxxvi

primero dictado en Venezuela. De acuerdo a su Disposición final comenzaría


a regir desde el 05 de julio del mismo año. En el mismo, no se hace mención
a la figura del secuestro.10 El segundo Código Penal de la República,
inspirado en el Código Español de 1870, fue promulgado el 17 de abril de 1873
por el Presidente de la República, Antonio Guzmán Blanco, en éste se
consagra el principio de la legalidad de la pena y continúa sin ser mencionado
el delito de secuestro.
Luego se presenta el Código Penal de 1897, promulgado el 14 de mayo
de ese mismo año bajo el Gobierno de Joaquín Crespo, inspirado en el Codice
Zanardell (1889)11. Destaca en contraposición la presencia dentro del Codice
el delito de secuestro en su Capítulo II denominado “Della rapina, della
estorsione e del ricatto”, mientras que en este el Código Penal venezolano el
secuestro se suprime en su denominación, aun cuando, se presenta el título
X, Delitos contra la Propiedad, Capítulo II, “De la rapiña y otras extorciones”.
En el artículo 416 se tipifica el delito de extorsión, que se corresponde
con el artículo 409 del Código Zanardelli, y, en el artículo 417, lo mismo que
en su correspondiente italiano, que es el artículo 410, se tipifica el delito de
Secuestro en los siguientes términos:

Art. 417: El que haya secuestrado a una persona para obtener de ella o
de un tercero, como precio de su libertad, dinero, objetos muebles, títulos o
documentos que produzcan un efecto jurídico cualquiera a favor del culpable
o de otro que éste indique, y aunque la tentativa sea infructuosa será castigado
con presidio abierto de tres a ocho años.

En 1904 se reforma el Código Penal, bajo la Presidencia del General,


Cipriano Castro donde se retoma un modelo más hispánico en su contenido,
restituyendo la orientación del Código Penal de 1873; el mismo fue
promulgado el 28 de octubre de 1903 y entra en vigencia el 19 de abril de
190412. Luego, en el año 1912 se lleva a cabo una reforma donde nuevamente
xxxvii

se puede observar la influencia italiana del Código Penal de 1897, bajo el


Gobierno Dictatorial del General, Juan Vicente Gómez; el mismo fue
sancionado el 15 de junio de 1912 por el Congreso de los Estados Unidos de
Venezuela y entró en vigencia el 24 de julio del mismo año.

El Código Penal venezolano de 1915 fue el sexto del país, sancionado


por el Congreso de la República el 21 de junio de 1915 y entra en vigencia el
30 de junio del mismo año, bajo el mandato del Presidente, Victorino Márquez
Bustillos; adoptó como modelo principal el Código Penal italiano (1889) y en
menor medida de los Códigos Penales españoles, en especial el de 1870 en
el que se basa el Código Penal venezolano de 1873.

En opinión de Héctor Febres Cordero (1993) “En el Código Penal


Venezolano de 1926, se mantuvo la disposición del de 1915, señalándose
como pena la de presidio de cuatro a nueve años y considerándose sólo como
el delito el hecho previsto en la primera parte del artículo 462, pues el agregado
de “si el secuestro se ejecutare para causar alarma, y que se sanciona con
una pena menor, fue producto de la Reforma Parcial del Código Penal de 1964,
que también aumento la pena para el típico secuestro de personas con fines
de lucro.”

Ahora bien cabe destacar que sobre el origen de la figura delictiva


“secuestro por causar alarma”, Grisanti y Grisanti analizan:

El 24 de Agosto de 1993, fue aprehendido, en Caracas, el famoso


futbolista ALFREDO DI STEFANO, por un grupo armado, dos días después,
fue dejado en libertad cerca de la embajada de España, que para entonces
estaba ubicada en la Urbanización Los Caobos. Los agentes nunca pidieron
rescate alguno. El 27 de noviembre del mismo año, un grupo armado capturó
al Coronel norteamericano James Chenault, a la sazón miembro de la Misión
Militar Norteamericana en Venezuela. Permaneció en manos de los sujetos
xxxviii

activos 180 horas. No se fijó precio a su libertad. A raíz de estos hechos, los
periodistas caraqueños emplearon reiteradamente, el término de secuestro.
Luego los Legisladores que reformaron el Código Penal en 1964, “razonaron”
de la siguiente forma: si se trata de un secuestro, es un delito contra La
propiedad y como tal lo tipificaron. Nada más absurdo … (p.214)

El Secuestro previsto en los Códigos Penales Venezolanos de 1964


y 2005.
Reforma Parcial del Código Penal Venezolano de 1964
En 1964 se realiza una reforma parcial del Código Penal de 1926, donde
se modificó la regulación del delito de secuestro, específicamente los artículos
462 y 463, contenidos en el

Título X, en el aparte “De los Delitos Contra la Propiedad”,


específicamente en el Capítulo II. El artículo 462 reza:

Art. 462: El que haya secuestrado a una persona para obtener de ella o
un tercero, como precio de su libertad, dinero, cosas, títulos o documentos que
produzcan un efecto jurídico cualquiera a favor del culpable o de otro que este
indique, aun cuando no consiga su intento, será castigado con presidio de diez
a veinte años. Si el secuestro se ejecutare para causar alarma, la pena será
de dos a cinco años de presidio.17

Al respecto se pueden identificar en este Artículo los elementos que


componen el delito de secuestro en el año 1964:

• El ánimo de lucro: se puede observar en la primera parte de esta


disposición penal que se tipifica el secuestro con fines lucrativos y se tiende a
proteger la propiedad en general y la libertad física de las personas, contra
cualquier coacción realizada con miras a obtener algún tipo de ganancia ilícita.
xxxix

•La acción: consiste en secuestrar a una persona, es decir, privar


ilegítimamente de la libertad personal a un individuo. Se afirma que la acción
puede frustrarse y el autor no conseguir su intento, pero siempre el ejecutante
incurrirá en delito. Es importante señalar que el secuestro a pesar de ser un
delito contra el patrimonio, su consumación no radica en la afectación del
patrimonio, sino en la libertad personal.

•La tentativa: el delito de secuestro existe aun en estado de tentativa, ya


que, el artículo contempla la siguiente expresión:

“aunque no consiga su intento”. Al respecto existe un sector de la doctrina


que considera que “la consumación de la actividad delictuosa no reside en la
privación de la libertad personal, porque es un delito contra la propiedad,
estimado como una especie de rescate, el ataque a la propiedad no está
perfecto” En el artículo previamente mencionado, pareciera establecerse la
primacía del valor bien económico sobre el bien libertad personal.

•La tipicidad: en cuanto al sujeto activo, el legislador de la época se


refiere a “El qué”, lo que significa que el sujeto activo de la acción puede ser
cualquier individuo que haya ejecutado la privación de la libertad y que a su
control esté sometida la persona secuestrada. Es decir, es un delito en el cual
el sujeto activo es indiferente, lo medular del artículo es el hecho perpetrado.
Referente al sujeto pasivo, el secuestrado puede ser distinto de la persona que
sufre la afectación en su patrimonio.

Existiría en este caso dos sujetos pasivos, “por un lado, la persona


privada de la libertad; y por otro, el perjudicado patrimonialmente”

•Medios de comisión: cualquier medio es válido, ya que el legislador no


establece ninguno en particular. Puede utilizarse la coacción física, el fraude,
el engaño, las amenazas, entre otras acciones.
xl

•Antijuridicidad: de acuerdo a Carrara y Manzini, citados por Mendoza el


secuestro es una forma de extorsión, que se caracteriza por la intimidación al
momento de la pérdida de la libertad personal. El legislador en este caso
ampara dos bienes, la propiedad y la seguridad personal.

•Culpabilidad: el delito de secuestro es doloso ya que, existe la voluntad


consciente y libre, además de la intención clara de agredir el derecho a la
libertad personal y de obtener una remuneración ilícita por el rescate.

•Penalidad: el legislador ha sido muy estricto al establecer las penas, ya


que el delito en cuestión genera mucha angustia y un estado de intranquilidad
en la sociedad, afectando así la cotidianidad de los ciudadanos.

• Delito de peligro: el secuestro es un delito de peligro y se diferencia de


la extorsión y robo que son delitos de daño, ya que, para su perfección, el
legislador no requiere que el secuestrador consiga su intento, no es necesario
que obtenga el rescate a cambio de la libertad personal. En cuanto a la
intención del rescate en la privación de la libertad personal se configura como
peligroso para la propiedad, pero en relación al secuestro de la persona se
considera como daño, porque para los secuestradores las víctimas no son
individuos, sino productos negociables, medios para alcanzar un fin, sin más
valor intrínseco que el ser objetos de cambio. El secuestrador no intenta ver a
las víctimas como individuos con personalidad, deseos y necesidades, sino
únicamente en función de lo que les pueda reportar a cambio de sus vidas.

•Delito permanente: el secuestro es un delito de carácter permanente y


subsiste mientras la víctima esté secuestrada ya que, durante ese tiempo se
mantiene la amenaza contra la libertad y la propiedad de dicha persona.

•Consumación: se lleva a cabo con el sólo hecho de la privación de la


libertad tendiente a conseguir los fines establecidos en el precepto legal. No
se necesita que se obtenga el precio del rescate, ni mucho menos que este
xli

sea solicitado, es decir, “el delito se consuma en el momento en que se priva


de la libertad a la persona con el ánimo de lucro, pero la acción antijurídica
subsiste hasta que sea puesta nuevamente en libertad, haya conseguido o no
el intento el culpable”.

En tanto al secuestro “para causar alarma” se puede decir que es un


delito complejo, ya que ofende dos bienes jurídicos, como lo son la libertad y
el orden público, en ningún momento parece afectar al bien jurídica propiedad,
por eso es recomendable según la doctrina patria ubicar esta figura dentro de
los delitos contra la propiedad o dentro de los delitos contra el orden público.
Este tipo delictivo se origina de acuerdo a Grisanti y Grisanti (2009)
debido a los secuestros del futbolista, Alfredo Di Stefano y del Coronel, James
Chenault como se mencionó anteriormente.21 Este hecho señalado ut supra
generó una matriz de opinión dentro de los periodistas caraqueños, quienes
empezaron a catalogar estos sucesos como secuestros. Pasado un corto
periodo de tiempo, los legisladores que reformaron el código en el año 1964,
consideraron que este tipo de secuestro afectaba el bien jurídico propiedad y
así lo tipificaron.
En cuanto a los sujetos, es un delito en el cual el sujeto activo y pasivo
son indiferentes. Sin embargo, como lo que se trata de castigar en este artículo
es la generación de alarma e intranquilidad en la colectividad, el sujeto pasivo
debe ser una persona distinguida, especial, popular, que se haga notar en la
sociedad. El elemento subjetivo está claramente especificado y es el de
“causar alarma” y no el de obtener un rescate como precio de la libertad del
sujeto pasivo.
No es necesariamente indispensable que la alarma se produzca ya que,
el precepto legal indica “para causar alarma”.

Reforma Parcial del Código Penal Venezolano de 2005


xlii

El Artículo 460, reformado en 2005, establece lo siguiente:

Art. 460: Quien haya secuestrado a una persona para obtener de ella o
un tercero, como precio de su libertad, dinero, cosas, títulos o documentos a
favor del culpable o de otro que éste indique, aun cuando no consiga su
intento, será castigado con prisión de veinte años a treinta años. Si el
secuestro se ejecutare por causar alarma, la pena será de diez años a veinte
años de prisión. Quienes utilicen cualquier medio para planificar, incurrir,
propiciar, participar, dirigir, ejecutar, colaborar, amparar, proteger o ejercer
autoría intelectual, autoría material, que permita, faciliten o realicen el
cautiverio, que oculten o mantengan a rehenes, que hagan posible el
secuestro, extorsión y cobro de rescate, que obtengan un enriquecimiento
producto del secuestro de personas, por el canje de éstas por bienes u objetos
materiales, sufrirán pena de prisión no menor de quince años ni mayor a
veinticinco años, aun no consumado el hecho.

PARÁGRAFO PRIMERO.

- Los cooperadores inmediatos y facilitadores serán penalizados de ocho


años a catorce años de prisión. Igualmente los actos de acción u omisión que
facilite o permita estos delitos de secuestro, extorsión y cobro de rescate, y
que intermedien sin estar autorizado por la autoridad competente.

PARÁGRAFO SEGUNDO.

- La pena del delito previsto en este artículo se elevará en un tercio


cuando se realice contra niños, niñas, adolescentes y ancianos, o personas
que padezcan enfermedades y sus vidas sean amenazadas, o cuando la
víctima sea sometida a violencia, torturas, maltrato físico y psicológico. Si la
persona secuestrada muere durante el cautiverio o a consecuencia de este
delito, se le aplicará la pena máxima. Si en estos delitos se involucraran
funcionarios públicos, la aplicación de la pena será en su límite máximo.
xliii

PARÁGRAFO TERCERO.

- Quienes recurran al delito de secuestro con fines políticos o para exigir


liberación o canje de personas condenadas por Tribunales de la República
Bolivariana de Venezuela, se les aplicará pena de doce años a veinticuatro
años de prisión.

PARÁGRAFO CUARTO.

- Quienes resulten implicados en cualquiera de los supuestos anteriores,


no tendrán derecho a gozar de los beneficios procesales de la ley ni a la
aplicación de medidas alternativas del cumplimiento de la pena.(p.22)

El citado artículo mantiene la descripción típica del delito, aunque, se


observa un incremento sustancial en la pena del mismo y en “el mal llamado
‘secuestro por causar alarma’

Sobre éste último, se puede decir que su propósito se pervierte en su


tipificación, quizás debido a una denominación etérea y ubicación en medio de
los delitos contra la propiedad, aunque contra ésta no se produce ninguna
ofensa. Así, el secuestro para causar alarma “debería estar tipificado entre los
delitos contra la libertad o, mejor aun atendiendo a la meta perseguida, entre
los delitos contra el orden público” (p.24) ya que, su principal objetivo es
obtener un fin político o social, a través de la privación de libertad de uno o
varios sujetos.

Ahora bien, en el Primer aparte y Parágrafo Primero, se identifican una


serie de actores que pueden formar parte del delito de secuestro y se describe
la posible injerencia de los mismos, lo que deja entrever una falla lamentable
en la ausencia del uso de los dispositivos amplificadores de tipo, donde se
desarrollan y analizan de forma más adecuada los niveles y momentos de
intervención de estos actores para presentar así, una relación apropiada entre
xliv

la pena y el delito, ya que, en el artículo la diferencia en las penas es muy


amplia, incurriendo el Código Civil en duplicidad típica. En este sentido,
también se debe señalar que la contemplación de los intermediarios sin la
aprobación de autoridades competentes en el Parágrafo Primero, se puede
tipificar también en el delito de complicidad especial o favorecimiento del
secuestro, desarrollado en el Artículo 461, lo que a su vez evidencia la
duplicidad mencionada anteriormente.

Igualmente, en el Parágrafo Segundo se introduce una agravante de un


tercio sobre la pena cuando el delito se cometa contra niños, niñas,
adolescentes, ancianos, personas que padezcan alguna enfermedad y,
cuando se cometa violencia, tortura, maltrato físico y psicológico, cuando se
cause la muerte en cautiverio e inclusive, contempla la pena máxima en caso
de que se involucre un funcionario público, pero todo ello, sin esclarecer los
límites de esta afirmación ni sobre quién recaería la pena en medio de la
presencia de tantos actores y posibles formas de intervención en el secuestro.

Finalmente, en el Parágrafo Tercero se incurre en el mismo error de


tipificación del “secuestro para causar alarma” puesto que, el secuestro con
fines políticos o para exigir liberación o canje de personas que se encuentren
en el cumplimiento de una pena “tampoco

es un delito contra la propiedad, por cuanto no vulnera este bien jurídico”.

Bases Legales

El hecho es que todo eso atenta con lo estipulado en el artículo 44 de


la Carta Magna el cual se cita a continuación:

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


xlv

Artículo 55. Toda persona tiene derecho a la protección por parte


del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana
regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza,
vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus
propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus
deberes. La participación de los ciudadanos y ciudadanas en los
programas destinados a la prevención, seguridad ciudadana y
administración de emergencias será regulada por una ley especial.
Los cuerpos de seguridad del Estado respetarán la dignidad y los
derechos humanos de todas las personas. El uso de armas o
sustancias tóxicas por parte del funcionario policial y de seguridad
estará limitado por principios de necesidad, conveniencia,
oportunidad y proporcionalidad, conforme a la ley.

La Carta Magna se ha caracterizado por su estricto apego al respeto,


garantía y protección de los derechos humanos, tal como se evidencia en
el artículo 55.

Código Penal

Artículo 174. Cualquiera que ilegítimamente haya privado a alguno


de su libertad personal será castigado con prisión de quince días a
treinta meses.
Si el culpable para cometer el delito o durante su comisión, hizo uso
de amenazas, sevicia o engaño, o si lo cometió por espíritu de
venganza o lucro, o con el fin o pretexto de religión, o si secuestró
la persona para ponerla al servicio militar de país extranjero, la
prisión será de dos a cuatro años.
Si el delito se ha cometido contra algún ascendiente o cónyuge,
contra algún miembro de la Asamblea Nacional; de los consejos
legislativos de los estados, contra algún Magistrado del Tribunal
Supremo de Justicia o contra cualquier otro Magistrado Público, por
razón de sus funciones, o si del hecho ha resultado algún perjuicio
grave para la persona, la salud o los bienes del agraviado, la pena
de prisión será de treinta meses a siete años.
Si el culpable, espontáneamente, ha puesto en libertad a la persona
antes de toda diligencia de enjuiciamiento, sin haber conseguido el
xlvi

fin que se proponía ni haberle ocasionado daño alguno, la pena será


de quince meses a tres y medio años”.

Como se puede apreciar el legislador al definir el delito de Secuestro, en


el Código Penal, iguala el delito imperfecto al delito consumado, es decir, que
el delito se perfecciona, con la sola privación de libertad de una persona, con
la intención de obtener de ella o de un tercero dinero, cosas, o títulos o
documentos que causen algún efecto jurídico.

Ley contra secuestro y la extorsión. (2009)

En la legislación penal venezolana, el delito de secuestro está


contemplado o tipificado en la Ley contra el Secuestro y la Extorsión, aprobada
por la Asamblea Nacional en 2009. En dicho instrumento legal se contemplan
seis modalidades o tipos de secuestros, además del genérico o núcleo rector.
Estos son: simulación de secuestro (5 a 10 años); secuestro con fines políticos,
conmoción o alarma (20 a 30 años); secuestro breve (no mayor de un día, 15
a 20 años); secuestro en medios de transporte (20 a 25 años); secuestro para
canje de personas (10 a 15 años) y alistamiento forzoso (15 a 20 años).

El legislador ha sido muy estricto al establecer las penas, ya que el delito


en cuestión genera mucha angustia y un estado de intranquilidad en la
sociedad, afectando así la cotidianidad de los ciudadanos. El secuestro es un
delito de peligro y aunado a la extorsión son delitos de daño, ya que, para su
perfección, el legislador no requiere que el secuestrador consiga su intento, no
es necesario que obtenga el rescate a cambio de la libertad personal. En
cuanto a la intención del rescate en la privación de la libertad personal se
configura como peligroso para la propiedad, pero en relación al secuestro de
la persona se considera como daño, porque para los secuestradores las
xlvii

víctimas no son individuos, sino productos negociables, medios para alcanzar


un fin, sin más valor intrínseco que el ser objetos de cambio.

Artículo 3 (LCSE). Quien ilegítimamente prive de su libertad,


retenga, oculte, arrebate o traslade a una o más personas, por
cualquier medio, a un lugar distinto al que se hallaba, para obtener
de ellas o de terceras personas dinero, bienes, títulos, documentos,
beneficios, acciones u omisiones que produzcan efectos jurídicos o
que alteren de cualquier manera sus derechos a cambio de su
libertad, será sancionado o sancionada con prisión de veinte a
treinta años Incurrirá en la misma pena cuando las circunstancias
del hecho evidencien la existencia de los supuestos previstos en
este artículo, aun cuando el perpetrador o perpetradora no haya
solicitado a la víctima o terceras personas u obtenido de ellas
dinero, bienes, títulos, documentos, beneficios, acciones u
omisiones que produzcan efectos jurídicos o que alteren de
cualquier manera sus derechos a cambio de la libertad del
secuestrado o secuestrada.
Artículo 5 (LCSE). Quien secuestre a una o más personas
como parte de una conspiración contra la integridad de la Nación o
sus instituciones, o con la finalidad de atentar contra la estabilidad
de los órganos del Poder Público, dar publicidad o propaganda a
una causa política, ideológica o religiosa; o para generar conmoción
o alarma pública, será sancionado o sancionada con prisión de
veinte a treinta años. Igual pena será aplicada para quienes
perpetren el delito establecido en este artículo en asociación con
países o repúblicas extranjeras, enemigos exteriores, grupos
armados irregulares o subversivos.
Artículo 10 (LCSE). Las penas de los delitos previstos en los
artículos anteriores serán. Aumentadas en una tercera parte,
cuando:
1. La victima fuere niño, niña o adolescente, adulto o adulta mayor,
Personas con discapacidad física o mental, mujeres en estado de
gravidez o personas que padezcan enfermedades que
comprometan su vida.
2. Se hayan ejercido actos de tortura o violencia física, sexual o
psicológica en contra del secuestrado o secuestrada, o de cualquier
otra forma hayan menoscabado sus derechos humanos.
xlviii

3. Se hayan cometido contra funcionarios o funcionarias de elección


popular, magistrados o magistradas, jueces o juezas del Poder
Judicial, ministros o ministras, Procurador o Procuradora General
de la República, el o la Fiscal General de la República, los o las
fiscales del Ministerio Público, Contralor o Contralora General de la
República, Defensor o Defensora del Pueblo, rectores o rectoras del
Poder Electoral, los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana en situación de actividad y en el ejercicio de sus
funciones, funcionarios o funcionarias de los cuerpos y órganos de
seguridad ciudadana, jefes o jefas de misiones diplomáticas o
consulares debidamente acreditados o acreditadas en el país, y de
sus respectivos familiares dentro del tercer grado de
consanguinidad y segundo de afinidad.
4. La persona secuestrada sea trasladada a territorio extranjero.
5. Es perpetrado contra un o una pariente dentro del cuarto grado
de consanguinidad y segundo de afinidad, cónyuges o concubinos
o concubinas, o aprovechando la confianza dada por la victima al
autor o autora.
6. Es cometido usando ilícitamente uniformes de las autoridades del
Estado, hábito religioso o disfraz, en ocasión a la confianza que
genera su investidura.
7. Por causa o consecuencia del secuestro sobrevenga la muerte
de la víctima.
8. El secuestro se prolongue por un tiempo mayor de tres días.
9. Se hubiere cometido en lugar despoblado, rural o fronterizo.
10. La víctima sea entregada a un tercero o a un grupo delictivo a
cambio de un beneficio.
11. Es cometido por funcionarios públicos o funcionarias públicas.
12. Es cometido mediante amenazas, sevicia, engaño o venganza.
13. Es cometido en zonas de seguridad establecidas en la ley
respectiva.
14. La víctima es sometida a la mendicidad, prostitución o trabajo
forzoso.
15. Es cometido para garantizar la huida o la impunidad de un hecho
punible perpetrado con anterioridad al del secuestro.
xlix

16. Es cometido con armas.


17. Es cometido con el uso de estupefacientes o sustancias
psicotrópicas.

Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al


Terrorismo

Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada engloba entre los


delitos de delincuencia organizada en su artículo 4 numeral 1, literal C el cual
establece como acto de terrorismo el secuestro y toma de rehenes; donde el
legislador establece el determinar el nivel de conexión entre el hecho punible
y su relación concreta con la delincuencia organizada, es decir que el hecho
punible debe ser ejecutado por un grupo de delincuencia organizada o por una
persona que forme parte de este, para que se considere un delito de
delincuencia organizada, y por, ende aplicar las disposiciones previstas en
esta Ley, sino deberá regirse por la le ley especial sobre la extorsión y el
secuestro.
Así mismo la Ley especial, en su artículo 4 numeral noveno define la
delincuencia organizada, como “la acción u omisión de tres o más personas
asociadas por cierto tiempo con la intención de cometer los delitos
establecidos en esta Ley y obtener, directa o indirectamente, un beneficio
económico o de cualquier índole para sí o para terceros. Igualmente, se
considera delincuencia organizada la actividad realizada por una sola persona
actuando como órgano de una persona jurídica o asociativa, con la intención
de cometer los delitos previstos en esta Ley".

Artículo 27. Se consideran delitos de delincuencia organizada,


además de los tipificados en esta Ley, todos aquellos contemplados
en el Código Penal y demás leyes especiales, cuando sean
cometidos o ejecutados por un grupo de delincuencia organizada
l

en los términos señalados en esta Ley. También serán sancionados


los delitos cometidos o ejecutados por una sola persona de
conformidad con lo establecido en el artículo 4 de esta Ley.

Artículo 28. Cuando los delitos previstos en la presente Ley, en el


Código Penal y demás leyes especiales sean cometidos o
ejecutados por un grupo de delincuencia organizada, la sanción
será incrementada en la mitad de la pena aplicable.

Artículo 37. Quien forme parte de un grupo de delincuencia


organizada, será penado o penada por el solo hecho de la
asociación con prisión de seis a diez años.

De la norma antes transcrita, se colige de forma indiscutible que para


que se configure el delito de Asociación para Delinquir que prevé el artículo 37
de la citada Ley Especial, deben ser concurrentes varios requisitos, entre ellos
la acción u omisión de tres o más personas asociadas para cometer ilícitos
establecidos en nuestro orden penal, se trata de un grupo social con una cierta
estructura y con miembros que se organizan para cometer acciones delictivas,
que a diferencia del delincuente que actúa en solitario, los individuos que
forman parte de una banda de delincuencia organizada deben responder a la
estructura y cumplir con una determinada función.

Definiciones de los Términos Básicos

Acción Penal: La que se ejercita para establecer la responsabilidad criminal, y


en caso, la civil ocasionada por la comisión del delito o falta. Osorio M, (1963).

Plagio: Llama base así en derecho romano al delito consistente en hurtar hijos,
esclavos ajenos con el propósito de utilizarlos como propios a venderlos. En
la Argentina y en otros países que no utiliza la expresión plagio, el delito sería
considerado como atentatorio. (Ossorio M, 1963).
li

Secuestro: Delito mixto contra la libertad individual y de la integridad de las


personas y por lo común de la propiedad, ya que su objetivo primordial consiste
en obtener una suma de dinero a costo del rescate de una persona.
(Caballanes, 1979).

Víctima: Persona que sufre violencia injusta en si o en su derecho, otro será,


el sujeto pasivo del delito. (Osorrio M, 1963)

Negociación: Trato comercial. II acto lucrativo, II cesión, Traspaso, II endoso


compra venta de efectos, títulos o valores mercantiles.II gestión diplomática
importante o complicada. (Ossorio M, 1963).

Cautiverio: Estado de la persona que, aprisionada en la guerra, vive enel poder


del Enemigo. (Cabanellas, 1979).

Rehén: Persona de estimación y calidad, que como prenda queda en poder


del enemigo o parcialidad enemistada, mientras está pendiente un ajuste o
tratado. II plaza, castillo o cualquier otra cosa que queda como fianza o seguro.
(Ossorio M, 1963).

Secuestro de Persona: Para la academia, el verbo secuestro quiere decir, en


la acepción jurídica que interesa, aprehender indebidamente a una persona
para exigir dinero para su rescate o para otros en las legislaciones penal, se
suele definir ese delito con alcance más limitado que en la definición
lingüística, ya que se configura por el hecho de que secuestro se realice con
el propósito, logrado o no, de obtener rescate, y de ahí que se ha incluido entre
los delitos contra la propiedad. (Ossorio M, 1963).
lii

Jurisprudencia

En este contexto, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de


Justicia, en sentencia Nro 525 del 06/12/2010, ilustra sobre este delito:

… Al analizar este tipo penal, se debe partir que


Etimológicamente, la palabra secuestro tiene su origen en el
vocablo latín sequestrare, que significa apoderarse de una persona
para exigir rescate, o encerrar a una persona ilegalmente. El delito
de secuestro se consuma, apenas es efectuada la retención o
privación de libertad de la víctima, es decir, se ha materializado el
estado de sujeción sin necesidad de que se realice la solicitud del
rescate o el cobro del mismo.
En este tipo penal el bien jurídico protegido es la libertad
individual de una persona y la propiedad. El tipo supone la privación
efectiva de la libertad de una persona y que el autor o autores del
hecho como precio por la libertad de la persona, pretenden obtener
cosas, dinero, títulos o documentos que produzcan efecto jurídico.
liii

CAPÍTULO III

MARCO METODOLÓGICO

Tipo de Investigación

El marco metodológico es definido como el paso a paso a seguir durante


el proceso científico que refleja las etapas de la investigación realizada, que
en atención a lo explicado por Hernández, Fernández y Baptista (2010) está
referido: “…al momento que alude al conjunto de procedimientos lógicos,
tecno-operacionales implícitos en todo proceso de investigación, con el objeto
de ponerlos de manifiesto y sistematizarlos” (p. 67).

En función de lo señalado, a continuación, se presenta el tipo de


investigación, diseño, técnicas e instrumentos de recolección de información,
así como las técnicas e instrumentos de recolección de la información, y las
fases de investigación que llevaron a cabo para el desarrollo del estudio
orientado al análisis de los alcances de la admisión de los hechos en el
proceso penal venezolano.

Tipo de Investigación

La investigación realizada es de tipo documental, el cual permite


mediante un análisis general de documentos existentes describir una particular
con apoyo de la teoría del tema estudiado.

De acuerdo con Arias (2012), el diseño bibliográfico


liv

…es un proceso basado en la búsqueda, recuperación,


análisis, crítica e interpretación de datos secundarios, es
decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores en
fuentes documentales: impresas, audiovisuales o electrónica.
Como en toda investigación, el propósito de este diseño es el
aporte de nuevos conocimientos”. (p. 27).

Por otro lado, el Manual de la Universidad Pedagógica Experimental


Libertador define la investigación documental como el estudio de problemas
con el propósito de ampliar y profundizar el conocimiento de su naturaleza, un
apoyo principalmente, en trabajos previos, información y datos divulgados por
medios impresos, audiovisuales o electrónicos. La originalidad del estudio se
refleja en el enfoque, criterios, conceptualización, reflexiones, conclusiones,
recomendaciones y en general en el pensamiento del autor.

Así mismo, la investigación documental es definida por Arias (op cit)

…como aquella que consiste en un análisis de la información


escrita sobre un determinado tema, con el propósito de
establecer relaciones, referencias etapas, posturas o estado
actual del conocimiento respecto al tema objeto de
estudio.(p.12)

Por esto se puede definir la investigación documental como un


procedimiento sistemático que basados en trabajos previos referente al tema
a investigar, se recolecta y organiza la información para darle un análisis
particular o adaptado al criterio del autor.
Por lo tanto, la presente investigación es de tipo documental, ya que se
efectuó una revisión de un conjunto de fuentes bibliográficas relacionadas con
la materia objeto de estudio y que se enfoca en “Analizar el carácter
pluriofensivo del delito de secuestro y su vinculación con la Delincuencia
lv

Organizada y que es realizado partiendo de un conjunto de variables ya


existentes y definidas, como es el carácter pluriofensivo del secuestro, que
origina efectos sobre el acusado al vincularse con los delitos de la Ley
Orgánica de la delincuencia Organizada.
La investigación objeto de estudio, según su diseño, tiene un enfoque
analítico documental, tal como lo define Hurtado, J. (2000), “…es la modalidad
en la que se incluyen los diseños cuyas fuentes son documentos, puesto que
se recopila información documental y se analiza su contenido en función del
evento crítico, es decir, tener criterio de análisis, en este sentido se incluye el
análisis de libros, escritos, jurisprudencias, entre otros”. (p.263). De tal manera
que en la presente investigación se quiere describir y “Analizar el carácter
pluriofensivo del delito de secuestro y su vinculación con la Delincuencia
Organizada

Diseño de Investigación
Con relación, al Diseño de la Investigación, Hurtado (op cit),
lo define:

…como el esbozo, esquema, prototipo o modelo que indica el


conjunto de decisiones, pasos y actividades a realizar para
guiar el curso de una investigación”. Por otro lado, el diseño
bibliográfico es definido, por Balestrini “...los diseños
bibliográficos, los datos se obtienen a partir de la aplicación
de las técnicas documentales, en los informes de otras
investigaciones donde se recolectaron esos datos, y/o a
través de las diversas fuentes documentales.(p.45)

Entonces, se puede fijar en vista de la definición de diseño de la


investigación, que el diseño utilizado es bibliográfico, basado generalmente en
libros, folletos, manuales y tesis anteriores, con el fin de estudiar las
implicaciones, evolución y tendencias actuales, además de plasmar la relación
entre las variables definidas.
lvi

En el marco de la investigación planteada, referido al análisis del


carácter del delito de secuestro y su vinculación con la Delincuencia
Organizada, se empleó el diseño bibliográfico, ya que las fuentes requeridas
para recolectar la información durante la elaboración del proyecto, y que
apoyan que la naturaleza de la investigación es documental son: trabajos
especiales de grado, basados en antecedentes de estudios anteriores en
Venezuela, tesis de grado y libros para apoyar los fundamentos teóricos, leyes,
direcciones en Internet y algunas guías referentes a metodologías de
investigación.
Dada la naturaleza del estudio y en función de los datos que se
requieren, tanto del momento teórico, como del momento metodológico de la
investigación, así como con la presentación del trabajo escrito, en primer lugar,
se sitúan, las denominadas técnicas y protocolos instrumentales de la
investigación documental. Empleándose de ellas fundamentalmente, para el
análisis de las fuentes documentales, que nos permitirán abordar y desarrollar
los requisitos del momento teórico de la investigación, la observación
documental, de presentación resumida, resumen analítico y análisis críticos.
Dentro de este ámbito, también se usarán una serie de técnicas operacionales
para mejorar las fuentes documentales, desde una dimensión estrictamente
técnica y común a todas las ciencias, a saber: de subrayado, fichajes
bibliográficos, de citas y notas de referencias bibliográficas y de ampliación de
texto, construcción y presentación de índices, presentación de cuadros,
gráficos e ilustraciones, presentación de trabajos escritos, etc. En segundo
lugar, se introducirá la técnica de observación directa, no participante y
sistemática en el realizado objeto de estudio.
lvii

Técnicas e Instrumentos de Recolección de la Información


La técnica es aquella que indica cómo abordar algo, por lo que en la
presente investigación para la recolección de los datos por tratarse de una
investigación teórica jurídica-documental, la técnica consiste en el conjunto de
procedimientos aplicados para recoger la información sobre la cual debe
trabajar el investigador donde las fuentes por excelencia son los documentos.
En lo que respecta al proceso de recolección de datos en este estudio
se realizó utilizando para ello la técnica de observación documental, que
comprendió la revisión de los documentos relativos a la temática en estudio y
en atención a lo planteado por Montero y Hochman (op cit) también se utilizan
la técnica del subrayado utilizada para: “…determinar la lectura del plan real
de las ideas de un autor” (p. 20) con el objeto de ir aislando las ideas según
un plan estructurado de manera lógica que facilite la comprensión de las ideas.

Técnicas de Análisis de la Información


En este aparte se señalan las técnicas de análisis que se aplicaron para
llevar a cabo el procesamiento de la información. Dentro de esta perspectiva,
se emplearon las de análisis de contenido, el análisis interpretativo, resumen
analítico, análisis crítico, el resaltado, análisis de tipo selectivo, revisión de las
investigaciones realizadas con anterioridad que guarden relación directa o
indirectamente con el tema objeto de estudio, la comparación, presentación
resumida de un texto y la confirmación. En esta dirección, también es
pertinente destacar que se manejaron las técnicas de interpretación jurídica
que atención a García (op cit) representan métodos que sirven para darle
significado y aplicación a las normas jurídicas, donde la hermenéutica y la
heurística son las herramientas que permiten consolidar el proceso analítico
es decir, cuando no hubiere disposición precisa de la ley se tendrán en
consideración las disposiciones que regulan casos semejantes o materias
análogas y si hubiere todavía dudas se aplicarán los principios generales del
lviii

Derecho, lo cual permite expresar que éstas técnicas fueron las idóneas para
el desarrollo y culminación del trabajo investigativo.
Adicionalmente puede afirmarse que las técnicas propiciaron el éxito de
la interpretación de los resultados recabados durante la investigación, de allí
que la selección de la información haya sido cuidadosa, por cuanto de ella
depende la posible resolución del problema planteado, motivo por el cual se
realizaron lecturas preliminares y análisis de contenido de diferente origen
para llevar a cabo la descripción objetiva, sistemática y cualitativa sobre cada
una de los objetivos específicos trazados en el tema objeto de estudio; lo que
a la par permitió el ordenamiento de los hallazgos alcanzados de manera
sencilla y cronológica, resaltando las características consideradas importantes
desde el punto de vista del Derecho y la investigación penal en Venezuela.

Fases de la Investigación
El proceso sistemático que se adoptó para el alcance de los objetivos
establecidos se cumplió siguiendo las siguientes fases:

Fase I. Arqueo bibliográfico: consistió en la búsqueda, recopilación,


selección y análisis de los datos secundarios a través del uso de la observación
documental.
Fase II. Procesamiento y análisis de datos de fuentes primarias: en esta
etapa el investigador procedió a formular, validar, recolectar y analizar los
datos extraídos.
Fase III. Formulación de conclusiones y recomendaciones: se
analizaron los resultados obtenidos, relacionándolos con las interrogantes y
objetivos planteados en la investigación con la finalidad de evaluar la
correspondencia y articulación del conocimiento obtenido.
lix

CAPITULO IV

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Conclusiones

La delincuencia avanza rápido tecnológicamente y la única respuesta


posible que deben dar los órganos competentes ante ello, es la especialización
profesional permanente, aplicando medios y técnicas de investigación más
avanzadas para poder competir, ya que el potencial tecnológico, y sobretodo
económico de muchos grupos delictivos, no deja lugar a otra posibilidad.
Podría decirse que la delincuencia en general evoluciona con los años y se
aprovecha de los avances tecnológicos, y si esto es lo que normalmente hace
cualquier delincuente, ya sea habitual u ocasional, imaginemos hasta dónde
puede llegar la delincuencia organizada, en donde hay una división precisa del
trabajo, los roles están claramente establecidos y se tiende a la especialización
delictiva, como si de una sociedad mercantil se tratara, si bien ello no la
excluye a su vez de ser heterogénea en sus actividades, haciendo también
uso de la violencia si lo considera necesario, la cual constituye, además, una
nota característica de la gran mayoría de grupos delincuenciales organizados.

La Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento


al Terrorismo, de Gaceta Oficial N°39.912 del 30 de abril del año 2012, define
a la Delincuencia Organizada como la acción u omisión de tres o más personas
asociadas por cierto tiempo con la intención de cometer los delitos
establecidos en dicha Ley y obtener, directa o indirectamente, un beneficio
económico o de cualquier índole para sí o para terceros. Igualmente, se
considera delincuencia organizada la actividad realizada por una sola persona
lx

actuando como órgano de una persona jurídica o asociativa, con la intención


de cometer los delitos previstos en esta Ley.

Otro punto a ser tomado en cuenta en relación con la criminalidad


organizada es que la misma se sirve o utiliza medios ilícitos para conseguir
sus fines lucrativos, por lo que en muchos casos las organizaciones criminales
actúan en un ámbito fronterizo o límite entre lo conforme y lo contrario a
Derecho. En tal virtud, podrían distinguirse tres tipos básicos de
organizaciones relacionadas con el crimen, a saber: estructuras empresariales
ilegales, como los llamados carteles de la droga; firmas legales que se
involucran en el delito financiero, como los bancos cuando se prestan para el
lavado de dinero; y, finalmente, empresas lícitas pero creadas, total o
parcialmente, con dinero obtenido del crimen organizado (Arlacchi, 2001).

En consideración a lo anterior, la doctrina penal especializada ha


establecido que el delito de secuestro no es un delito sólo de resultado sino de
peligro por cuanto “…no es menester que el secuestrador consiga su intento,
no es preciso que obtenga el precio o rescate que ha fijado para restituir su
libertad a la persona secuestrada. (Hernando Grisanti Aveledo; Manual de
Derecho Penal Parte Especial; página 292).

Bajo la legislación penal venezolana el delito de secuestro posee un


carácter complejo porque ofende dos bienes jurídicos: el de la propiedad y el
de la libertad y pluriofensivo porque en su comisión se busca afectar la
propiedad a través de la privación ilegítima de la libertad, ocasionando un daño
no sólo patrimonial sino también psicológico, social y familiar en el entorno de
la víctima. Delito este que ha sido objeto a través del tiempo de organizaciones
criminales que durante mucho tiempo se mantenían en las zonas fronterizas
pero que a través del tiempo avanzaron a las grandes ciudades, modernizando
el delito dependiendo la región.
lxi

Entonces la acción es permanente y dolosa, es decir, de un delito cuyo


proceso ejecutivo se prolonga por un lapso más o menos largo, que dura a
voluntad del sujeto activo y que amerita toda una organización para poder
mantener el tiempo a la víctima en resguardo y así poder obtener a través de
una buena negociación el lucro requerido. Este delito se está perpetrando
mientras el secuestrador mantenga privada de su libertad a la persona
secuestrada.

De allí que para Fontán Balestra (2023) manifiesta que: “por la


característica que señala el verbo secuestrar, se trata de un delito permanente,
que se consuma al privar de la libertad al sujeto pasivo, situación que se
prolonga en el tiempo y cesa solamente cuando el autor la modifica de modo
que la privación de libertad deje de tener lugar” (p.76), por lo que se materializa
con la aprehensión de la víctima y su consumación no está sujeta al pago de
rescate, por lo que no requiere que éste se haya solicitado, pues, se advierte
que la intención es retener a la víctima con el ánimo de conseguir un beneficio,
por lo que el delito se materializa cuando la actividad desplegada por el agresor
está dirigida a procurar las condiciones necesarias que permitan exigir el pago
o precio por la libertad.
Los secuestradores en Venezuela surgieron en la frontera con
Colombia: debido a que los delincuentes comunes vieron el éxito obtenido por
la industria del secuestro y la extorsión en el vecino país y copiaron la
modalidad de venta de sus víctimas.
El delito del secuestro ha ido invadiendo cada vez más a la población y
ha ido dirigiéndose hacia las grandes ciudades, ya que Inicialmente los plagios
se realizaban muy cerca de las haciendas, luego se comenzaron a efectuar en
los lugares de trabajo y ahora se realizan secuestros en las propias casas, con
estrategias muy bien planificadas.
lxii

Se puede observar entonces que los factores sociales como la cultura


son fundamentales en el avance del Secuestro, ya que a medida que la
humanidad avanza y evoluciona, los avances tecnológicos la delincuencia
también avanza y el secuestro exprés es una evolución para el delincuente
que antes robaba, ahora el dinero fue sustituido por dinero plástico es decir las
tarjetas, es por esto que los delincuentes buscaron las maneras de hacerse
con este dinero y lo hacen cambiando la forma de realizar sus delitos.
Así mismo, se tiene que señalar el factor económico, ecológico, político
y otro factor muy importante el biológico que son los internos como el uso
indiscriminado de drogas de estos delincuentes el cual los estimula a cometer
estos actos, todo esto enmarcado dentro de la criminología que estudia la
conducta criminal, pero no solo el factor de la conducta criminal nos ocupara
porque hay factores que conllevan a que muchas personas sean víctimas de
este flagelo y es la conducta de la víctima (victimologia) que debe ser de gran
estudio para buscar patrones que nos ayuden a prevenir este delito.
lxiii

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