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REINTEGRO DEL
TRABAJADOR
El despido es justo cuando existe una justa causa para la terminación del contrato de
trabajo, y además el despido del trabajador se hace de la forma correcta sin contrariar lo
que la ley ha dispuesto.
Conclusión
Por regla general el empleador es libre de despedir a un trabajador exista o no justa
causa, y la sanción en caso en que el despido sea sin justa causa, es la indemnización por
despido injusto que contempla el artículo 64 del Código Sustantivo del Trabajo.
El reintegro del trabajador es excepcional y procede sólo en determinados casos cuando
la ley prohíbe el despido en determinadas circunstancias, o impone unas formalidades
especíicas, que de no cumplirse tornan en ilegal el despido, como, por ejemplo:
• Trabajadoras en estado de embarazo o lactancia.
• Trabajadores discapacitados.
• Trabajadores con fuero sindical.
• Trabajadores que han denunciado acoso laboral.
Eventualmente un juez puede ordenar el reintegro de un trabajador que ha sido
despedido alegándose una justa causa sin garantizársele el derecho a la defensa y al debido
proceso, es decir, es despedido arbitrariamente, por lo tanto, es importante que al despedir
un trabajador por justa causa siga el procedimiento adecuado.
En el pasado el reintegro era una posibilidad optativa, pero eso desapareció con la Ley
50 de 1990, por lo que ahora es excepcional en los casos ya señalados.
Uno de los temas más recurrentes en la parte laboral es la liquidación del contrato
de trabajo.
Un contrato de trabajo se liquida en los siguientes casos:
• Por la inalización el tiempo pactado en el caso de los contratos de trabajo a término
ijo.
• Por el retiro del trabajador por jubilación.
• Por la terminación unilateral por cualquiera de las partes en cualquier momento,
sea o no con justa causa. Aplica para contratos a término ijo y para indeinidos.
Cuando se liquida un contrato de trabajo se deben liquidar todos los conceptos que
la empresa debe al trabajador como prestaciones sociales, y demás derivados de la relación
laboral tales como los aportes paraiscales cuando haya lugar a ellos.
Hay que tener muy claro algunos aspectos antes de proceder a liquidar cualquier
contrato: se liquidará únicamente los valores aún no liquidados, por lo que no es necesario
liquidar conceptos de años atrás, puesto que se supone que en su momento fueron liquidados
y pagados.
Sucede por ejemplo con la prima de servicios. Esta se liquida cada seis meses, de modo
que el contrato puede haber durado 5 o más años, pero a la hora de liquidar la prima de
servicios, se liquidará únicamente el último semestre, puesto que los anteriores ya debieron
haberse liquidado. Igual sucede con cada uno de los conceptos de la nómina.
En la eventualidad en que no se hayan liquidado algunos conceptos cuando debió
hacerse, signiica que esos conceptos se adeudan al trabajador, y desde luego hay que
liquidarlos al inalizar el contrato de trabajo.
En el caso de las cesantías estas deben ser liquidadas cada año, por lo que sólo se
liquidará el último año al terminar el contrato de trabajo. Igual sucede con los intereses
sobre las cesantías.
Respecto a los aportes a seguridad social y los paraiscales, estos se deben liquidar y
pagar cada mes, de modo que, al terminar el contrato de trabajo, sólo se requiere liquidar
el último mes.
En este orden de idea, liquidar un contrato de trabajo supone menos trabajo del que
generalmente se cree.