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Capítulo 25

Ineficacia del negocio jurídico

Julia Ruiz-Rico Ruiz-Morón

SUMARIO: I . TIPOS DE INEFICACIA DEL NEGOCIO JURÍDICO. II. LA INVALIDEZ DEL NEGOCIO. 1 . Nulidad
absoluta. A) Concepto y caracteres. B) Conversión del negocio nulo. 2. Anulabilidad. A) Significado y caracte
res. B) La convalidación del negocio anulable. 3. Invalidez parcial.

I. TIPOS DE INEFICACIA DEL NEGOCIO JURÍDICO


Negocio ineficaz es el que no produce los efectos jurídicos que les son pro
pios y que llevaron su celebración, aunque sí provoque, en ocasiones, otros
distintos. El CC no ofrece un tratamiento unitario de la ineficacia, limitándose
a contemplar tipos concretos de ineficacia con ocasión de la regulación de los
contratos, del matrimonio y del testamento. La dificultad a la hora de dife
renciarlos y ordenarlos justifica sobradamente el desconcierto reinante en la
doctrina y la variada terminología que se utiliza al respecto.
La ineficacia puede obedecer a causas intrínsecas o extrínsecas al negocio.
En el primer caso, la ineficacia se justifica por faltar al negocio un elemento
esencial (inexistencia) o padecer un defecto en sus elementos constitutivos (in
validez). La ineficacia por causas extrínsecas comprende una mayor variedad
de hipótesis, si bien en todas ellas el negocio reúne los elementos esenciales
requeridos y éstos no presenta defecto alguno: cuando faltan los llamados pre
supuestos de eficacia (ineficacia en sentido estricto) (ej.: incumplimiento de la
condición suspensiva que se estableció; o la no celebración del matrimonio, en
el plazo del año fijado por el art. 1334, que deja sin efecto las capitulaciones
matrimoniales); cuando la ley, en atención al perjuicio que el negocio supone
(rescisión) (ej.: art. 1291 CC), o por razón del tipo de negocio en unión de
otras circunstancias (revocación), o por causa de incumplimiento de la obli
gación que se asumió por virtud del mismo negocio (resolución), permite de
jarlo sin efecto mediante el ejercicio de la acción correspondiente; o también,
cuando el negocio nace con una eficacia limitada en el tiempo o dependiente
de determinadas circunstancias (ej.: negocio a término final).
De las distintas categorías de ineficacia, interesa ahora la invalidez por re
sultar aplicable a todos los negocios jurídicos, en su doble modalidad de nuli
dad (nulidad absoluta, radical o de pleno derecho) y de anulabilidad (nulidad
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respecto, que el CC utiliza en


relativa o impugnabilidad). Hay que advertir, al respecto,
ocasiones la palabra nulidad comprendiendo las dos hipótesis mencionadas.
Igualmente conviene apuntar que ciertos negocios jurídicos presentan un ré
gimen peculiar que se aparta, en cierta medida del que ahora se expone y que
será objeto de estudio en su lugar correspondiente (así, el matrimonio o el
testamento).
En lo que respecta a la inexistencia del negocio jurídico, que, para quienes
categoría autónoma, también es aplicable a todos los nego
la admiten como categoría
cios jurídicos, la mayor parte de la doctrina la incluye dentro de la nulidad, al
ser las consecuencias jurídicas de una y otra las mismas.

II. NEGOCIO
n. LA INVALIDEZ DEL NEGOCIO

11.. Nulidad absoluta

A) Concepto y caracteres
La nulidad absoluta, de pleno derecho o radical, es la máxima sanción que
el Ordenamiento impone para cuando el negocio adolece de una irregularidad
o deficiencia especialmente grave. El negocio nulo, precisamente por la irre
gularidad que le afecta, no es apto para provocar los efectos jurídicos que le
caso.
corresponderían en otro caso.
Que el negocio nulo no sea apto para desencadenar los efectos que les sonson
propios, no impide que pueda servir de fundamento para la producción de
efectos distintos; como la responsabilidad por daños a cargo del causante de la
nulidad y en favor de quien experimenta el perjuicio (v. art. 1902 CC).
Son causas que motivan la nulidad: la falta de alguno de los elementos
esenciales del negocio jurídico (la declaración de voluntad o consentimiento,
el objeto, la causa y, en aquellos negocios para los que se exige con carácter
ad solemnitatem, la forma establecida) (v. art. 1261 CC); la discrepancia en
tre voluntad y declaración, siempre que por aplicación de los principios de
responsabilidad y de confianza no proceda el mantenimiento del negocio; la
ilicitud de la causa (v. art. 1275 CC); la ilicitud o indeterminación del objeto
(v. art. 1271 y 1273 CC); y haber traspasado, con el negocio, los límites de la
autonomía privada (v. art. 1255 CC), salvo que, existiendo contravención de
norma imperativa o prohibitiva, ésta disponga una sanción diferente a la de
nulidad (v. art. 6.3 CC).
La nulidad absoluta no precisa declaración judicial ni, por tanto, el ejerci
cio de acción alguna tendente a ponerla de manifiesto; opera ipso iure. Al no
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producir el negocio los efectos pretendidos con su celebración, la situación


jurídica permanece tal y como estaba antes de su conclusión. No No obstante,
en ocasiones puede ser conveniente, e incluso necesario, destruir la apariencia
creada con la realización del negocio, bien porque a su amparo se pretendan
provocar, precisamente por
aquellos efectos que el negocio no es susceptible de provocar,
la nulidad que le afecta, bien porque la apariencia creada obstaculiza el ejer
cicio de ciertos derechos (v. STS 3-1-1947, 16-3-1959, 6-5-1961, 4-11-1969,
29-4-1986, entre otras). En estos casos, la acción de nulidad, que es
7-3-1972, 29-4-1986,
imprescriptible, está al alcance de cualquiera que tenga un interés legítimo en
que ésta conste, haya sido o no parte en el negocio; incluso puede ser apreciada
de oficio por los Tribunales (al respecto, v. STS 15-12-1993, 24-4-1997). La
sentencia a que conduzca el ejercicio de la acción es simplemente declarativa;
no origina ella misma la nulidad sino que se limita a poner de manifiesto la
ineficacia que, desde la celebración, afectaba al negocio. Declarado nulo el ne
gocio, se restablecerá la situación al estado que tenía antes de su celebración;
ello supone la devolución de las prestaciones que, en su caso, se hayan realiza
do y la ineficacia de los actos y negocios que hayan tenido su base en el que se
declara nulo, quedando a salvo los derechos adquiridos por terceros de buena
fe que hayan confiado legítimamente en la apariencia que con él se creó (v. arts.
1303 y ss. CC y art. 34 LH).
1303
La nulidad es, además, definitiva. El negocio nulo, salvo excepciones, no es
susceptible de convalidación o confirmación (v. art. 1310 CC), aunque sí cabe
la conversión.

B) Conversión del negocio nulo


La conversión es un remedio para evitar la sanción de nulidad. Consiste en
mantener el negocio celebrado dándole una calificación distinta para la que se
pueden aprovechar, por ser suficientes en ésta, los elementos y requisitos del
negocio nulo.
Se distinguen dos tipos de conversión: formal y material. La conversión es
formal cuando el documento en que consta el negocio, que carece de algún re
quisito necesario para la validez de la forma documental elegida, llega a valer
conforme a otra forma de documento cuyos requisitos reúne (DE CASTRO)
(ej.: el testamento cerrado nulo por no haberse observado, en su otorgamiento,
las formalidades establecidas, será válido como testamento ológrafo si todo
él estuviese escrito y firmado por el testador, art. 715 CC). La conversión ma
terial supone un cambio en el tipo de negocio [ej.: la donación (nula) queda
convertida en comodato].
El CC no regula la figura de la conversión. Su admisión se deduce de al
gunos preceptos que la aplican en casos concretos (v. art. 597, 1223,
597, 715, 1223,
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1768...) y también del principio de conservación del negocio que avala una
interpretación del mismo favorable a su validez (v. arts. 1284 y 1289).
Fuera de los casos concretos en que está prevista legalmente, la conversión
del negocio es posible siempre que los autores del negocio nulo no la hayan
excluido expresamente. No existiendo tal exclusión, la conversión procederá
cuando el fin práctico perseguido con el negocio celebrado se consiga igual
mente con aquél otro negocio resultante de la conversión.

2. Anulabilidad

A) Significado y caracteres
La anulabilidad (nulidad relativa o impugnabilidad) es también una san
ción del Ordenamiento que, comocomo la nulidad absoluta, obedece a una causa
intrínseca al negocio, pero a diferencia de ésta, en la anulabilidad, por razón de
la menor entidad del defecto concurrente y porque la norma infringida protege
un interés puramente particular, la ineficacia se hace depender del ejercicio
de la correspondiente acción por parte del legitimado para ello. El negocio
anulable, en tanto reúne los elementos esenciales requeridos legalmente, pro
duce todos los efectos que le son propios si bien su eficacia es claudicante o
provisional, está pendiente de que la persona, a quien se reconoce el poder de
impugnar, ejercite o no la acción de impugnación; si lo hace dentro del plazo
establecido al efecto, procederá la destrucción de los efectos negocíales, en otro
caso el negocio deviene definitivamente eficaz e inatacable.
Son causas de anulabilidad los vicios de la voluntad (error, dolo, violencia e
1300 y 1301
intimidación) (v. art. 1300 1301 CC), la falta de capacidad (art. 1263, 1301
CC) y la no concurrencia del complemento de capacidad o de los consenti
mientos o autorizaciones que la ley exige para que el sujeto celebre válidamen
323, 1300, 1301 y 1322.1° CC).
te determinados negocios (v. arts. 323,
En tanto dirigida la anulabilidad a la protección de determinados intereses,
precisamente aquéllos que tutela la norma infringida, la legitimación para el
ejercicio de la acción de impugnación se reconoce a propio perjudicado (así,
quien ha padecido el error, violencia, intimidación o dolo; el menor.... v. arts.
1301 y 1302
1301 1302 CC); al representante legal, en su caso; a la persona cuyo com
plemento o consentimiento, siendo necesario, se omitió; y a quien, por virtud
del contrato anulable, resulta obligado subsidiariamente (v. art. 1302 CC). El
plazo —de caducidad— para el ejercicio de la acción de impugnación es de
cuatro años.
Cuando se impugna el negocio, la sentencia que lo declara inválido tiene
alcance retroactivo. Procederá en consecuencia el restablecimiento de la si
tuación al estado que tenía antes de la conclusión del negocio, borrándose los
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efectos producidos entre tanto en los mismos términos que cuando se ejercita
una acción de nulidad. En su caso, habrá lugar también a la indemnización de
los daños y perjuicios que se hayan causado (v. art. 1902 CC).

B) La convalidación del negocio anulable


La convalidación, que equivale a eliminación de la posibilidad de impugnar,
presupone un negocio que reúne los elementos esenciales requeridos por la
ley (v. art. 1310 CC). Su origen puede estar en la voluntad del sujeto a quien
corresponde en poder de impugnar el negocio o en la propia ley.
- Supuesto de convalidación voluntaria es la confirmación. Se define como
la declaración de voluntad unilateral realizada por la parte legitimada para ha
cerla, concurriendo los requisitos exigidos por la ley, y en virtud de la cual un
negocio afectado de vicios que lo invalidan se convierte en plenamente válido
y eficaz como si jamás hubiera estado afectado por vicio alguno (SERRANO
ALONSO).
Por virtud de esa declaración, el sujeto —a quien correspondía el poder de
impugnar el negocio (v art. 1312 CC) CC)—— manifiesta su voluntad favorable al
mantenimiento de dicho negocio o bien renuncia al ejercicio de la acción de
impugnación. Es imprescindible, para confirmar válidamente, el conocimiento
de la causa de impugnación y que ésta haya cesado (v. art. 1311). 1311). Además
quien confirma un negocio ha de tener la capacidad requerida para la celebra
ción de éste.
La confirmación, como resulta del art. 1311 CC, puede hacerse expresa o
tácitamente. Esta última forma se da cuando, quien tiene derecho a invocar la
invalidez, ejecuta un acto que implica necesariamente la voluntad de renun
(ej.: la parte que había incurrido en error vicio, y una vez advertido éste,
ciarlo (ej.:
procede a la ejecución voluntaria del contrato que celebró).
Como consecuencia de la confirmación se extingue la acción de impugna
ción (art. 1309 CC) y el negocio queda purificado de los vicios de que adole
ciera desde el momento de su celebración (art. 1313 CC).
- También hay convalidación, aunque por obra de la ley, al transcurrir el
plazo establecido para la acción de impugnación sin haberse ésta ejercitado
(prescripción sanatoria) y cuando se pierde la cosa que fue objeto de contrato
mediando dolo o culpa de quien podía ejercitar la acción de impugnación (art.
1314 CC).
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3. Invalidez parcial
Nulidad o anulabilidad parcial es la que afecta sólo a alguna de las cláusu
las o pactos que integran el negocio jurídico (ej.: cláusula testamentaria ilegal
o contraria a las buenas costumbres).
La cuestión que suscita la invalidez parcial es la de su posible propagación
a todo el negocio jurídico. En nuestro Derecho no se establece una solución
única; en ocasiones la invalidez, aunque sólo de alguna disposición, desencade
na la ineficacia del negocio entero (ej.: 1115 CC), mientras que en otros casos
tal extensión no se produce, bien porque la ley dispone que se tengan por no
puestas las cláusulas inválidas (ej.: arts. 641, 767 CC), bien porque ordena su
sustitución por otra regulación ajustada a Derecho (ej.: art. 10 LGDCU).
Para aquellos supuestos no contemplados expresamente en la ley, el princi
pio de conservación del negocio lleva a defender la solución favorable a su efi
cacia, prescindiendo claro está de las cláusulas inválidas; salvo que se demues
tre que sin éstas no se consigue el fin práctico perseguido con el acto negocial.

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