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EL NEGOCIO JURÍDICO. Artículos 1251 al 1318 c.c.

Un negocio jurídico es una declaración o acuerdo de voluntades con que las partes
se proponen conseguir un resultado, consistente en la adquisición, modificación o
extinción de un derecho subjetivo, que el Derecho estima digno de su especial
tutela.

¿Qué entendemos por negocio jurídico?

No se recoge en nuestro Código Civil el concepto de negocio jurídico y, sin


embargo, la doctrina científica lo considera una figura básica de la dogmática del
Derecho privado. Ha sido definido como la declaración o acuerdo de voluntades con
que los particulares se proponen conseguir un resultado (consistente en la
adquisición, modificación o extinción de un derecho subjetivo), que el Derecho
estima digno de su especial tutela, sea en base sólo a dicha declaración o acuerdo,
sea completado con otros hechos o actos. Así, la declaración de voluntad se erige
como el fundamento del negocio jurídico, englobando figuras como los contratos,
testamentos, las renuncias de derechos, aceptación de herencias, etc.

Tradicionalmente se ha distinguido tres tipos de elementos en todo negocio


jurídico:

1) Elementos esenciales: Son aquellos que de forma necesaria deben integrar el


negocio jurídico para que se considere válido y eficaz. Estos elementos serían el
consentimiento, la causa y el objeto, si bien algunos autores añaden la forma y otros
no consideran como tales los dos últimos.

2) Elementos naturales: Son aquellos que la ley considera como parte del negocio,
pero que el sujeto o las partes pueden excluir.

3) Elementos accidentales: Aquellos que por voluntad de los sujetos pueden


incorporarse al negocio jurídico en concreto (la condición, el término y el modo).

¿Qué tipo de negocio jurídico es más idóneo?


Se pueden realizar múltiples clasificaciones de los negocios jurídicos, según el
criterio que se considere. Así, entre las más importantes, cabe destacar:

a) Negocios patrimoniales y negocios personales. Los primeros regulan las


relaciones jurídicas de carácter económico (contratos, testamentos, ...). A su vez,
pueden ser dispositivos, obligatorios o de administración. Frente a ellos, los
negocios personales hacen referencia a relaciones jurídicas de naturaleza
primordialmente extrapatrimonial y que afectan al estado civil de las personas
(matrimonio, adquisición de nacionalidad, ...), sin perjuicio de que puedan existir
negocios de índole familiar con contenido netamente patrimonial (como es el caso
de la estipulación del régimen económico matrimonial).

b) Negocios unilaterales, bilaterales o plurilaterales, según el número de partes -no


tanto de sujetos- que intervengan en el mismo. Así, será unilateral el negocio
cuando la declaración de voluntad sea de una sola parte, como la renuncia de un
derecho. A su vez, puede ser recepticio o no recepticio, según necesite o no para
su eficacia que su existencia y contenido sea conocido por otra persona; este último
es el caso del testamento, que se erige como negocio unilateral y no recepticio. El
negocio bilateral es el que nace de la declaración de voluntad o comportamiento de
dos partes, como es el supuesto del contrato. Los negocios plurilaterales se
caracterizan porque son obra de tres o más partes (la creación de una sociedad).

c) Negocios inter vivos y negocios mortis causa. Son negocios mortis causa los que
tienen por objeto regular las relaciones jurídicas de una persona para después de
su fallecimiento (por ejemplo, el testamento). Éstos, generalmente, son unilaterales
y, por tanto, revocables mientras no se produzca el fallecimiento de la persona que
los crea. Los negocios inter vivos despliegan sus efectos sin esperar al fallecimiento
de ninguno de sus sujetos.

d) Negocios formales (o solemnes) y no formales. Los primeros son aquellos que


para producir los efectos que le son propios deben asumir una forma determinada,
legalmente prescrita (por ejemplo, la donación de bienes inmuebles). Los no
formales se perfeccionan y son eficaces al concurrir el consentimiento y demás
elementos esenciales, cualquiera que sea la forma en la que se manifiesten.

e) Negocios típicos y negocios atípicos. Los negocios típicos tienen una especial
regulación normativa en nuestro Derecho (la compraventa, la permuta, la donación,
el arrendamiento, etc.), sin embargo, los atípicos se regirán por la voluntad de
las partes y por las normas generales de las obligaciones y contratos.

f) Negocios gratuitos y negocios onerosos. En los primeros, también llamados


lucrativos, uno de los sujetos obtiene un beneficio a consecuencia del negocio, sin
asumir carga o contraprestación alguna (donación, préstamo). Frente a ellos, en los
negocios onerosos la prestación de una parte encuentra su razón de ser en la
contraprestación de la otra (arrendamiento).

¿Cuándo es eficaz el negocio jurídico?

Hay determinados supuestos en que el negocio jurídico no llega a producir los


efectos a los que estaba dirigido o deja de producirlos en un determinado momento.
Los supuestos de ineficacia negocial pueden integrarse en dos grandes grupos: La
invalidez -que hace referencia a los supuestos en que existen circunstancias
intrínsecas a cualquiera de sus elementos esenciales que son rechazadas por el
ordenamiento jurídico, y comprende los supuestos de nulidad y anulabilidad-, y la
ineficacia en sentido estricto -en que defectos extrínsecos al negocio jurídico
conlleva su falta de efectos, como son los supuestos de mutuo disenso,
desistimiento unilateral, resolución por incumplimiento, rescisión, etc.-.

Nulidad absoluta

La nulidad absoluta es el supuesto más grave de ineficacia; tiene lugar cuando el


acto es contrario a las normas imperativas o prohibitivas o cuando no tiene
existencia por carecer de alguno de sus elementos esenciales. La acción de nulidad
es imprescriptible y puede ejercitarla cualquier persona interesada en deshacer el
negocio jurídico nulo.

Anulabilidad

Un negocio jurídico anulable es aquel que reuniendo los requisitos esenciales y no


contraviniendo ninguna norma imperativa, incurre en otros defectos. En estos
supuestos la anulabilidad dependerá exclusivamente de que el titular del interés
protegido ejercite la correspondiente acción. El contrato anulable puede ser
confirmado. También es posible que la nulidad sea parcial, esto es, que afecte a
determinados efectos. Las causas de anulabilidad, de menor gravedad que las de
la nulidad, pueden concretarse en las siguientes: los vicios de la voluntad (error,
violencia, intimidación y dolo), y en la inexistencia de plena capacidad de obrar en
alguno de los sujetos del negocio (los menores no emancipados, las personas
sometidas a tutela o curatela, etc.).

Conforme a los referidos preceptos de dicho texto legal, declarada la nulidad de una
obligación, los contratantes deben restituirse recíprocamente las cosas que
hubiesen sido materia del contrato, con sus frutos, y el precio con los intereses, si
bien cuando la nulidad proceda de la incapacidad de uno de los contratantes, no
está obligado el incapaz a restituir sino en cuanto se enriqueció con la cosa o precio
que recibiera y cuando la nulidad provenga de ser ilícita la causa u objeto del
contrato, si el hecho constituye un delito o falta común a ambos contratantes,
carecerán de toda acción entre sí, y se procederá contra ellos, dándose, además, a
las cosas o precio que hubiesen sido materia del contrato, la aplicación prevenida
en el Código Penal respecto a los efectos o instrumentos del delito o falta (esta
disposición es aplicable al caso en que sólo hubiere delito o falta de parte de uno
de los contratantes; pero el no culpado podrá reclamar lo que hubiese dado, y no
estará obligado a cumplir lo que hubiera prometido).

Si el hecho en que consiste la causa torpe no constituyere delito ni falta, se


observarán las reglas siguientes: Cuando la culpa esté de parte de ambos
contratantes, ninguno de ellos podrá repetir lo que hubiera dado a virtud del
contrato, ni reclamar el cumplimiento de lo que el otro hubiese ofrecido. Cuando
esté de parte de un solo contratante, no podrá éste repetir lo que hubiese dado a
virtud del contrato, ni pedir el cumplimiento de lo que se le hubiera ofrecido. El otro,
que fuera extraño a la causa torpe, podrá reclamar lo que hubiera dado, sin
obligación de cumplir lo que hubiera ofrecido.

Siempre que el obligado por la declaración de nulidad a la devolución de la cosa no


pueda devolverla por haberse perdido, deberá restituir los frutos percibidos y el valor
que tenía la cosa cuando se perdió, con los intereses desde la misma fecha.

Mientras uno de los contratantes no realice la devolución de aquello a que en virtud


de la declaración de nulidad esté obligado, no puede el otro ser compelido a cumplir
por su parte lo que le incumba.

Por otro lado, la acción de nulidad queda extinguida desde el momento en que el
contrato haya sido confirmado válidamente. La confirmación purifica al contrato de
los vicios de que adoleciera desde el momento de su celebración (si bien sólo son
confirmables los contratos que reúnan los requisitos esenciales del negocio). La
confirmación puede hacerse expresa o tácitamente y no necesita el concurso de
aquel de los contratantes a quien no correspondiese ejercitar la acción de nulidad.
Se entenderá que hay confirmación tácita cuando, con conocimiento de la causa de
nulidad y habiendo ésta cesado, el que tuviese derecho a invocarla ejecutase un
acto que implique necesariamente la voluntad de renunciarlo.

Finalmente, se extinguirá la acción de nulidad de los contratos cuando la cosa,


objeto de éstos, se hubiese perdido por dolo o culpa del que pudiera ejercitar
aquélla. Si la causa de la acción fuere la incapacidad de alguno de los contratantes,
la pérdida de la cosa no será obstáculo para que la acción prevalezca, a menos que
hubiese ocurrido por dolo o culpa del reclamante después de haber adquirido la
capacidad.
OBLIGACIONES

Artículos de lectura obligatoria del 1319 al 1407)

De las obligaciones en general

Fuente de las Obligaciones: Actualmente existen diferentes tratadistas que conocen


el tema de las fuentes de las obligaciones, ya que con el transcurrir del tiempo, se
ha modernizado el concepto de fuente de obligaciones. El autor guatemalteco
Alfonso Brañas las denomina así: a) Las que provienen de contratos b) Las que
proceden de hechos lícitos sin convenio; c) Las que se derivan de hechos ilícitos.

1. Obligaciones provenientes de contratos: Son aquellas que están pactadas en un


contrato, en el cual se hace constar la voluntad de las partes.

2. Obligaciones que proceden de hechos lícitos sin convenio: Son aquellas


obligaciones en las cuales se pacta determinada negociación sin firmar ningún
documento que prueba la realización del mismo, es más que todo, cuando las
negociaciones se realizan en forma verbal.

3. Obligaciones que se derivan de hechos ilícitos: Son aquellas obligaciones en las


cuales se pactan condiciones que no están establecidas en la ley, las cuales pueden
causar daños patrimoniales a las personas que se obligan a su cumplimiento, por lo
que las mismas provienen de hechos ilícitos.

Definiciones de obligación: Deber jurídico normativo establecido de realizar u


omitir determinado acto, y a cuyo incumplimiento por parte del obligado es imputada,
como consecuencia, una sanción coactiva, es decir un castigo traducible en un acto
de fuerza física organizada.

Declaración de voluntad, consistente en dar, hacer o no hacer determinada cosa.


Cuando se trata de obligaciones personales, ésta quedará garantizada con bienes
enajenables que posee el deudor. La obligación puede manifestarse como una
necesidad jurídica de dar, hacer alguna cosa.
Es la relación jurídica constituida en virtud de ciertos hechos entre dos o más
personas, por la cual una llamada acreedor puede exigir de otra llamada deudor,
una determinada prestación.

Naturaleza Jurídica de las obligaciones: La naturaleza jurídica de las


obligaciones puede ser: a) De hacer; b) De no hacer, c) De dar cosa cierta; d) De
dar cosas inciertas; e) De dar sumas de dinero. El derecho de exigir la cosa que es
objeto de la obligación, es un crédito, y la obligación de hacer o no hacer, o de dar
una cosa, es una deuda. A todo derecho personal corresponde una obligación
personal.

No hay obligación sin causa, es decir que sea derivada de uno de los hechos, o de
uno de los actos lícitos o ilícitos, de las relaciones de familia o de las relaciones
civiles. Aunque la causa no esté expresada en la legislación, se presume que existe,
mientras el deudor no pruebe lo contrario. Las obligaciones no producen efecto sino
entre acreedor y deudor. Y sus sucesores a quienes se transmiten.

Características de la obligación:

1.Declaración de voluntad: Es aquella que se requiere para darle validez que su


objeto sea crear, transferir, modificar derechos y obligaciones. 2 Relación jurídica
contractual: Vínculo de derecho que existe entre dos o más personas provenientes
de un contrato. 3. Prestación: Deber jurídico, el cual equivale a dar, hacer o no
hacer. 4 Cumplimiento de la obligación: Es un medio por el cual se extinguen las
obligaciones, ya sean extracontractuales o provenientes de contratos.

Incumplimiento de la obligación:

Deber jurídico que no se cumple, en la cual la ley establece medios judiciales para
que el acreedor exija el cumplimiento, sino también las responsabilidades de orden
pecuniario en que incurre el deudor.
Elementos de la obligación.

1. Personales: Puede ser activo y pasivo. Al estar constituida una obligación el


sujeto activo esta llamado a exigir y el sujeto pasivo esta obligado a cumplirla.

2 Elemento real: Constituye la prestación, lo que el acreedor esta legalmente


capacitado a exigir.

3. Elemento formal: Se caracterizan en cuanto a la forma en que debe cumplirse la


obligación.

Clasificación de las obligaciones:

1. Obligaciones naturales: Son aquellas que el acreedor no puede exigir el


cumplimiento de la misma, ya que depende de la voluntad espontánea del deudor.

2. Obligaciones alternativas: Son aquellas obligaciones cuyo objeto consiste en dos


o más prestaciones debidas.

3. Obligaciones facultativas: Es aquella en la cual el deudor debe una prestación


única con facultad de liberarse de la misma, cumpliendo otra prestación
determinada en lugar de la debida.

4. Obligaciones conjuntivas: Son aquellas llamadas complejas, que comprenden


varias prestaciones, quedando el deudor obligado a ejecutar diversas cosas, en tal
forma y manera dando todas las cosas.

5. Obligaciones divisibles: Son susceptibles de cumplimiento parcial en distintos


momentos y por partes de un todo o por etapas.

6. Obligaciones indivisibles: Es aquella que constan de un objeto o prestación que


no admite sino cumplimiento total.

7. Obligaciones mancomunadas: Cuando reconocen varios deudores o acreedores,


no obstante estar representadas por una sola prestación.
8 Obligaciones solidarias: Son aquellas en que existiendo varios acreedores o
deudores, cada acreedor puede exigir y cada deudor debe prestar íntegramente la
prestación, de tal forma que la obligación queda totalmente extinguida por la
reclamación de un solo acreedor y el pago de un solo deudor.

El Código Civil en su Artículo 1352, establece: “Que la obligación mancomunada es


solidaria cuando varios deudores están obligados a una misma cosa de manera que
todos o cualquiera de ellos pueden ser constreñidos al cumplimiento total de la
obligación, y el pago hecho por uno solo libera a los demás; y es solidaria con
respecto a los acreedores cuando cualquiera de ellos tiene el derecho de exigir la
totalidad del crédito, y el pago hecho a uno de ellos libera al deudor.

9 Obligaciones principales y accesorias:

a. Principales: Son aquellas obligaciones que surgen a la vida jurídica con un fin
determinado que solo guardan relación con el mismo y no dependen de otro para
su existencia.

b. Accesorias: Son aquellas que dependen de una obligación principal para su


existencia.

10 Obligaciones puras: Son aquellas que para su cumplimiento no dependen de


condición o plazo para que surta efectos jurídicos.

11. Obligaciones condicionales: Son aquellas que para que se de el cumplimiento


dependen de la realización o no de un acontecimiento futuro e incierto.

12. Obligaciones a plazo: La obligación es a plazo cuando el ejercicio del derecho


que a ella corresponde estuviere subordinado a un plazo suspensivo o resolutorio.
El plazo suspensivo o resolutorio puede ser cierto o incierto. Es cierto cuando fuese
fijado para terminar en determinado año, mes o día. El plazo es incierto cuando
fuese fijado con relación a un hecho futuro necesario para terminar el día.
13. Obligaciones bajo condición resolutoria: La obligación es formada bajo condición
resolutoria cuando las partes subordinaren a un hecho incierto y futuro de un
derecho adquirido.

14. Obligaciones con cláusula penal: La cláusula penal es aquella en que una
persona, para asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena,
que consiste en dar o hacer algo en caso de no ejecutar o de retardar la obligación
principal. Antes de constituirse el deudor en mora, el acreedor no puede demandar
la obligación principal o la pena, sino solo la obligación principal. La cláusula penal
es aquella mediante la cual una persona, para asegurar el cumplimiento de una
obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o de no ejecutar la
obligación. Se refiere asimismo al supuesto en que una persona para asegurar el
cumplimiento de una obligación se sujeta a una pena o multa.}

Efectos de las obligaciones.

Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede
ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales. Los contratos
deben ejecutarse de buena fe, y por consiguiente obligan no sólo a lo que en ellos
se expresa, sino a todas las cosas que emanan precisamente de la naturaleza de
la obligación, o que por la ley o la costumbre pertenecen a ella.

Se debe la indemnización de perjuicios desde que el deudor se ha constituido en


mora, o si la obligación es de no hacer, desde el momento de la contravención. Si
no se puede imputar al deudor, sólo es responsable de los perjuicios que fueron una
consecuencia inmediata o directa de no haberse cumplido la obligación o de
haberse demorado su cumplimiento.

La mora producida por fuerza mayor o caso fortuito no da lugar a indemnización de


perjuicio. Las estipulaciones de los contratantes podrán modificar estas reglas. Si la
obligación es de pagar una cantidad de dinero, la indemnización de perjuicio por la
mora está sujeta a las reglas siguientes:
Se siguen debiendo los intereses convencionales, si se ha pactado un interés
superior al legal, o empiezan a deberse los intereses legales, en el caso contrario;
quedando, sin embargo, en su fuerza las disposiciones especiales que autoricen el
cobro de los intereses corrientes en ciertos casos. El acreedor no tiene necesidad
de justificar perjuicios cuando solo cobra intereses; basta el hecho del retardo. Los
intereses atrasados no producen interés.

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