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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


UNIDAD 271

ALUMNA:
ANA RUTH MÉNDEZ LÁZARO

ASESOR:
MTRO. LUIS MANUEL CERINO PÉREZ

MAESTRÍA:
GESTIÓN EDUCATIVA

Villahermosa Tabasco septiembre de 2021


Nuevas teorías pedagógicas

Hablar de la Escuela Nueva nos remonta a fines del XIX que es donde tiene su origen,

este origen se da debido a diversos hechos o acontecimientos, principalmente a los cambios

socio económicos y la aparición de nuevas ideas filosóficas y psicológicas; dichos cambios

tuvieron sus orígenes en Europa y posteriormente en el resto del mundo, todo esto ante el

desacuerdo con la corriente tradicionalista, ante la oposición a una corriente que estaba basada

en el autoritarismo, la memorización, la tradición, donde el centro del aprendizaje esta en el

profesor quien fungía como el poseedor del conocimiento absoluto quien era el encargado de

transmitir todos los saberes a los alumnos a quienes no se les otorgaba el derecho de réplica si

así lo requería. “Dichas corrientes son las empiristas, positivistas, pragmatistas, que se

concretan en las ciencias. Esta concepción pedagógica, cuyo progenitor fue Dewey (1859 –

1952) en EUA, centra el interés en el niño y en el desarrollo de sus capacidades” (Blog de

pedagogía docente, noviembre 2012). Este artículo menciona que esta nueva concepción de la

pedagogía tiene como objeto principal de la enseñanza al individuo, donde el estudiante es el

centro del aprendizaje, de esta forma hay un giro drástico entre una corriente y otra, pues

anteriormente el proceso educativo estaba centrado en el docente, mientras que esta nueva

corriente educativa cree y defiende a la vez al estudiante haciéndolo el principal objetivo

educativo, para que desarrolle sus habilidades creativas, ejerciendo de esta forma libertad y

autonomía de aprendizaje. “fruto ciertamente de una renovación general que valoraba la

autoformación y la actividad espontánea del niño” (Gadotti, 2000, p. 147).

Existe otro elemento que identifica esta tendencia pedagógica y es, que la educación se

considera como un proceso social y para asegurar su propio desarrollo. La escuela prepara
para que el niño viva en su sociedad, y ella misma se concibe como una comunidad en

miniatura, en la que se “aprende haciendo”.

... No se refiere a un solo tipo de escuela o sistema didáctico determinado, sino a todo
un conjunto de principios tendientes a rever las formas tradicionales de la enseñanza.
Esos principios derivaron generalmente de una nueva comprensión de las
necesidades de la infancia, inspirada en las conclusiones de los estudios que la
biología y la psicología iniciaban entonces. Pero luego se ampliaron, relacionándose
con otros, muy numerosos, relativos a las funciones de la escuela frente a las nuevas
exigencias de la vida social (Filho, 1964).

Está claro que el surgimiento de esta nueva corriente filosófica se da a través de la

necesidad de hacer al estudiante un ser pensante, capaz de reflexionar y crear sus propias

conclusiones ante los diferentes hechos o vivencias de la vida y del mundo que lo rodea.

Existe una pedagogía de Dewey que considera:

Genética: la educación como un desarrollo que va de dentro (poderes e instintos del

niño) hacia afuera y que debían ser desarrollados.

Funcional: desarrolla los procesos mentales teniendo en cuenta la significación

biológica.

De valor social: porque hay que preparar al individuo para ser útil a la sociedad.

Su método educativo se basa en que el alumno tenga experiencias directas, que se le

plantee un problema auténtico, que estimule su pensamiento, que posea información y haga

observaciones; que las soluciones se le ocurran al alumno y que tenga oportunidades para

comprobar sus ideas.


Con estos conceptos surge una renovación metodológica que consiste en:

o Que el alumno adopte una posición activa frente al aprendizaje (activismo),

pedagogía del descubrimiento, o del redescubrimiento.

o La educación debe basarse en intereses del alumno.

o El sistema educativo debe ser flexible: escuela a la medida.

o Se enfatiza la enseñanza socializada como complemento a la individualizada.

o Necesidad de globalizar los contenidos.

o La colaboración escuela – familia.

Estas tendencias pedagógicas provocaron un giro sustancial en la pedagogía de la época y

tuvieron repercusiones en todo el siglo; entre ellas Rodríguez A. G. incluye la aparición de

métodos activos, técnicas grupales, la globalización curricular, el vínculo de la enseñanza con

la vida, con la práctica, el énfasis de los aspectos motivacionales en la enseñanza y la

educación no sólo de aspectos instructivos, sino los educativos.

También existen diferentes aportaciones a la Escuela Nueva que contribuyeron a su

construcción, son experiencias y autores de diferentes países que, para decirlo a la propuesta

utilizada por Cousinet (1959), corresponden a tres corrientes: la mística, la científica y la

filosófica. De éstas se considera que la primera es la más sólida y fuerte y es la que se

encuentra a lo largo de toda la historia de la educación nueva, y se remonta a Rousseau a

quien se reconoce como el gran inspirador de ese movimiento, no obstante que se habla,

asimismo, de precursores de los apóstoles de la nueva pedagogía desde la antigüedad, como

Sócrates, Platón, San Agustín y Montaigne (Foulquié, 1968), entre otros. Los planteamientos

del ginebrino Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) en su obra Emilio, acerca de la infancia, al
decir que ésta no es en modo alguno una simple vía de acceso o de preparación para la vida

adulta, sino que es un estado indispensable –es el estado de la naturaleza, considerado

perfecto–, con un valor en sí, con su propio fin, son asumidos en Rusia por León Tolstoi

(1828-1910), a quien se menciona como uno de los precursores de la Escuela Nueva desde el

punto de vista de la comprensión social de la institución escolar, y se tiene como uno de los

más fervientes discípulos y continuador de la mística rousoniana, según la cual la perfección y

la naturaleza son una sola y misma cosa (Cousinet, 1959) Tales nociones de Rousseau acerca

de la educación –de manera particular sobre la “educación negativa”, vista como la

resultancia del libre ejercicio de las capacidades infantiles y su desarrollo– en una perspectiva

que trasciende el ámbito escolar, si bien no estaban rigurosamente definidas en su obra,

fueron profundizadas posteriormente en las elaboraciones aún no del todo bien

sistematizadas de pedagogos como Juan Enrique Pestalozzi (1746-1827).

Posteriormente surgen iniciativas que se inscriben en lo que el autor antes

mencionado llama la era de las técnicas y de los sistemas. Como parte de ésta pueden

considerarse los aportes hechos a la Escuela Nueva por María Montessori, Ovide Decroly,

John Dewey, Georg Kerschensteiner, Edouard Claparède, Adolphe Ferrière, Roger Cousinet y

Célestin Freinet, entre otros, quienes “... basados en observaciones más largas y seguras,

intentaron establecer sistemas educativos completos, asentados en técnicas y métodos

concretos e incluso en concepciones más estudiadas del hombre y los fines educativos

llevados a cabo” (Gal, 1978, p. 36).


Por último, La Escuela Nueva tiene limitaciones que se registran esencialmente en que

provoca un espontaneísmo en la enseñanza, en la falta de una mayor orientación y control de

las acciones del alumno, apreciándose también problemas en la estructuración de los

contenidos, todo lo cual exige, y son también limitaciones, un personal altamente calificado y

buenas condiciones materiales.

Rol del docente: Dirige el aprendizaje. Responde preguntas cuando el alumno necesita.

Propicia el medio que estimule la respuesta necesaria.

Rol del estudiante:

Papel activo. Se prepara para vivir en su medio social. Vive experiencias directas. Trabaja en

grupo de forma cooperada. Participa en la elaboración del programa según intereses. Moviliza

y facilita la actividad intelectual y natural del niño. Se mueve libremente por el aula, realiza

actividades de descubrir conocimiento.

Características de la clase:

Resalta el estudio de los hechos, el papel de la experiencia del individuo. Se apoya en el

interés del niño. Se propicia la democracia y la participación del niño en colectivo. Estructura

el contenido en bloque en correspondencia con necesidades e intereses de los niños. Despierta

espíritu investigativo. Sitúa al alumno en una posición activa ante el aprendizaje. Se adapta a

particularidades del niño. Utiliza métodos activos y técnicas grupales.


Fuentes bibliográficas

Cousinet, R. (1959). ¿Qué es la educación nueva? Buenos Aires: Editorial Kapelusz.

Dewey, J. (1995). Democracia y educación. Madrid: Ediciones Morata, S.L.  

Gadotti, M. (2000). Historia de las ideas pedagógicas. México: Siglo veintiuno editores, S.A.
de C.V.

Gal, R. (1978). Significado histórico de la educación nueva. En Gastón Mialaret. Educación


nueva y mundo moderno. Barcelona: Editorial Planeta. 

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