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Parte 1
https://youtu.be/6TEfdQ2_tWc
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Diátesis hemorrágica: Predisposición orgánica a sufrir una hemorragia.
Existen algunos “scores” que contribuyen en la detección a determinados trastornos
de la hemostasia, como el que vemos en esta diapositiva, que fue extraído del libro
de Hematología Clínica de Sans Sabrafen. Como acá ven, la historia familiar
positiva, la edad, y las características del sangrado van a importar a la hora de
sospechar la presencia o no de un trastorno hemorrágico.
Entonces, como vemos en este cuadro, los síntomas, siendo los predominantes el
sangrado, según donde se encuentre dicho sangrado, nos va a orientar a saber si la
alteración se encuentra en la etapa vásculo-plaquetaria, o es consecuencia de una
coagulopatía. Entonces, viendo este cuadrito, el sangrado mucocutáneo, sea en la
cavidad oral, nasal, gastrointestinal, o genitourinario, nos orienta a una alteración en
la etapa vásculo-plaquetaria. Mientras que el sangrado en tejidos profundos, ya
sean articulaciones o músculos, nos orienta a una coagulopatía.
Un sangrado, luego de un corte menor, nos orienta mucho más a una alteración en
la etapa vásculo-plaquetaria, no así en la coagulopatía.
La presencia de petequias y equimosis son frecuentes en las alteraciones de la
hemostasia primaria y son infrecuentes en las coagulopatías.
La presencia de hemartrosis y/o hematomas musculares nos orienta más a una
coagulopatía, porque son sangrados profundos.
Y los sangrados con procedimientos invasivos, como, por ejemplo, cirugía o
extracción dentaria, son inmediatos cuando existen alteraciones en la etapa
vásculo-plaquetaria, y el sangrado es tardío cuando existe una coagulopatía.
Vamos a hablar, entonces, ahora, de los trastornos de la hemorragia primaria. Es
decir, la etapa vásculo-plaquetaria. Como bien lo refiere su nombre, en la etapa
vásculo-plaquetaria, pueden estar alteradas tanto las plaquetas como los vasos
sanguíneos. A nivel plaquetario puede estar alterado su número o su función. Algo
importante a destacar es que,también, como vimos en el cuadro anterior, las
alteraciones clínicamente manifiestas de la etapa vásculo-plaquetaria se manifiestan
más con sangrados cutáneo-mucosos, cutáneos o mucosos. Entonces, las
características de este sangrado también nos va a orientar a saber si lo que está
alterado es la plaqueta o el vaso sanguíneo. ¿Cómo? Pues las petequias, en lo que
son las alteraciones en las plaquetas, van a ser monomorfas, es decir, todas
igualitas. Además, van a ser planas, es decir no van ser sobreelevadas. Y además
van a involucrar tanto la piel como las mucosas. Es decir, es un sangrado universal.
Por otro lado, las alteraciones vasculares, es decir, las púrpuras vasculares, se van
a caracterizar por ser polimorfas. Es decir, todas diferentes entre sí, sobreelevadas,
y sólo cutáneas, no comprometen las mucosas. Y además, van a ser
gravitacionales. Las alteraciones cuantitativas de las plaquetas son las llamadas
trombocitopenias, las cuales pueden ser adquiridas o congénitas. Las congénitas
son varias, no son muy frecuentes, y la más frecuente, dentro de ellas, es la anemia
de Fanconi2. Dentro de las adquiridas, podemos clasificarlas como de “destrucción
periférica” o “central”. A nivel periférico, podemos clasificarlas, también, en
“mecanismo inmune” o “no inmune”. Dentro de lo no inmune, hay varias etiologías,
dentro de las cuales se encuentra el hiperconsumo (la hemodiálisis, las pérdidas por
sangrado, entre otras). Dentro del mecanismo inmune, puede diferenciarse en un
mecanismo “aloinmune” o “autoinmune”, siendo las aloinmune, por ejemplo, las
secundarias a transfusiones, la trombocitopenia fetal, y neonatal, entre otros. Las de
mecanismo autoinmune encontramos, por ejemplo, la trombocitopenia inmune
(anteriormente llamada como PTI o púrpura trombocitopénica inmune o idiopática),
la utilización de determinados fármacos, el “HIT” (que es la trombocitopenia inducida
por heparina), el síndrome de anticuerpos antifosfolipídico (SAF), entre otros.
Bien. Dentro de las adquiridas de origen central, podemos encontrar lo que es la
insuficiencia medular, dada por la aplasia, disfunción, o sustitución medular. Pero
podemos encontrar, también, otras, como, por ejemplo, las consecuencias del
alcohol. Dentro de las alteraciones cualitativas o funcionales de las plaquetas,
también podemos dividirlas en congénitas y adquiridas. Dentro de las adquiridas,
podemos encontrar varias etiologías, que son, en general, secundarias a otras
enfermedades, al consumo de determinados fármacos, valvulopatías, enfermedades
autoinmunes, etc. Dentro de las congénitas, podemos clasificar en “defectos
intrínsecos” a la plaqueta y “defectos extrínsecos”. Dentro de los “defectos
intrínsecos” a las plaquetas, podemos encontrar defectos en los receptores
plaquetarios, como, por ejemplo, un déficit de Glicoproteína-Ib-IX, conformando el
síndrome de Bernard-Soulier3; o el déficit de la Glicoproteína-IIb-IIIa, conformando
de la Trombastenia de Glanzmann4.
Las púrpuras vasculares, por otro lado, también pueden diferenciarse en
“congénitas” y “adquiridas”, como veremos a continuación.
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Anemia de Fanconi: Trastorno hereditario raro por el que la médula ósea no produce suficientes
células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Por lo general, se diagnostica
antes de los 15 años. Los signos y síntomas incluyen infecciones frecuentes, hemorragia fácil y
cansancio extremo.
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El síndrome de Bernard-Soulier (BSS) es un trastorno hereditario raro de la coagulación de la
sangre caracterizado por plaquetas inusualmente grandes, bajo recuento de plaquetas
(trombocitopenia) y tiempo de sangrado prolongado (dificultad en la coagulación) . Las personas
afectadas tienden a sangrar en exceso y a tener moretones con facilidad.
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La trombastenia de Glanzmann es causada por la falta de una proteína que normalmente está en la
superficie de las plaquetas. Esta sustancia es necesaria para que las plaquetas se aglutinen o
agrupen para formar coágulos sanguíneos. La afección es congénita, lo cual significa que está
presente desde el nacimiento.
Acá es simplemente es un cuadro, donde muestra ejemplos de determinadas
patologías. Por ejemplo, dentro de las “púrpuras angiopáticas congénitas”, se
encuentra la enfermedad Rendu-Osler-Weber5, la enfermedad de Fabry6, el
síndrome de Ehlers-Danlos7, el síndrome de Marfan8, y la osteogénesis imperfecta9.
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La telangiectasia hemorrágica hereditaria (HHT o síndrome de Osler-Weber-Rendu) es un trastorno
hereditario caracterizado por malformaciones de varios vasos sanguíneos (displasia vascular), lo que
puede provocar sangrado (hemorragia) y derivación de la sangre .
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La enfermedad de Fabry , también conocida como enfermedad de Anderson-Fabry , es una
enfermedad genética rara que puede afectar muchas partes del cuerpo, incluidos los riñones , el
corazón y la piel . La enfermedad de Fabry es una de un grupo de condiciones conocidas como
enfermedades de almacenamiento lisosomal . La mutación genética que causa la enfermedad de
Fabry interfiere con la función de una enzima que procesa biomoléculas conocidas como
esfingolípidos , lo que hace que estas sustancias se acumulen en las paredes de los vasos
sanguíneos y otros órganos. Se hereda ligada al cromosoma X.
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El síndrome de Ehlers-Danlos es un grupo de trastornos que afectan los tejidos conectivos que
sostienen la piel, los huesos, los vasos sanguíneos y muchos otros órganos y tejidos . Los defectos
en los tejidos conectivos causan los signos y síntomas de estas afecciones, que van desde
articulaciones ligeramente sueltas hasta complicaciones potencialmente mortales.
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El síndrome de Marfan es un trastorno genético multisistémico que afecta el tejido conectivo. Las
personas con la afección tienden a ser altas y delgadas, con brazos, piernas , dedos de manos y pies
largos . Por lo general, también tienen articulaciones demasiado flexibles y escoliosis. Las
complicaciones más graves involucran el corazón y la aorta , con un mayor riesgo de prolapso de la
válvula mitral y aneurisma aórtico . Los pulmones, los ojos, los huesos y la cubierta de la médula
espinal también se ven comúnmente afectados. La gravedad de los síntomas es variable. El
síndrome de Marfan es causado por una mutación en FBN1 , uno de los genes que produce fibrilina ,
lo que resulta en tejido conectivo anormal. Es un trastorno autosómico dominante.
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La osteogénesis imperfecta es un trastorno genético en el cual los huesos se fracturan (se rompen)
con facilidad. Algunas veces, los huesos se fracturan sin un motivo aparente. También puede causar
músculos débiles, dientes quebradizos, una columna desviada y pérdida del sentido del oído.
Por otro lado, dentro de las púrpuras angiopáticas adquiridas, se encuentra el
síndrome de Schonlein Henoch10, el púrpura por autoinmunización eritrocitaria11, la
púrpura secundaria fármacos, la púrpura corticoidea, la crioglobulinemia mixta12, el
escorbuto13, la púrpura senil14, la púrpura caquéctica, la púrpura ortostática, y la
púrpura mecánica.
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La púrpura de Schonlein-Henoch (también conocida como vasculitis por IgA) es un trastorno que
hace que los pequeños vasos sanguíneos de la piel, las articulaciones, los intestinos y los riñones se
inflamen y sangren. La característica más llamativa de esta forma de vasculitis es una erupción de
color púrpura, comúnmente en la parte inferior de las piernas y los glúteos. La púrpura de Schoenlein
Henoch también puede causar dolor abdominal y en las articulaciones. Es poco frecuente que
ocurran daños graves en el riñón.
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La púrpura psicógena (también conocida como síndrome de Gardner-Diamond, sensibilización de
autoeritrocitos o síndrome de hematomas dolorosos) es una presentación clínica rara y poco
conocida en la que los pacientes desarrollan hematomas dolorosos inexplicables, principalmente en
las extremidades y/o la cara, durante momentos de estrés.
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La crioglobulinemia es parte de un grupo de enfermedades que causan daño e inflamación de los
vasos sanguíneos en todo el cuerpo (vasculitis). Existen tres tipos principales de esta afección. Están
agrupados de acuerdo al tipo de anticuerpo que se produce. Los tipos II y III también se denominan
crioglobulinemia mixta.
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Es una enfermedad que ocurre cuando usted tiene una carencia grave de vitamina C (ácido
ascórbico) en la alimentación. El escorbuto causa debilidad general, anemia, gingivitis y hemorragias
cutáneas.
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La púrpura senil causa equimosis y se debe a aumento de la fragilidad vascular por daño del tejido
conectivo o la atrofia en la dermis causada por exposición crónica al sol, envejecimiento y fármacos.
Este es un cuadro donde vemos otra forma de clasificar las trombocitopatías, donde
las clasifica, entonces, según la activación plaquetaria, en las cardiopatías, en las
alteraciones vasculares, microangiopatías y otros. Además, también, según la
presencia de proteínas circulantes, como las inmunoglobulinas, o productos de la
degradación de fibrina, la presencia de fármacos que interfieren con lo que es la
función plaquetaria, y otros.
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El síndrome de Evans es una enfermedad autoinmune muy rara en el cual el sistema inmune
destruye los glóbulos rojos, glóbulos blancos, y / o plaquetas del cuerpo.
Sin embargo, la destrucción de las plaquetas, no es el único mecanismo que va a
contribuir a la progresión de esta enfermedad. La producción plaquetaria
insuficiente, también forma parte de la patogénesis de esta enfermedad. La
producción de las plaquetas se reduce cuando los anticuerpos antiplaquetarios
acceden a la médula ósea, y se unen a los megacariocitos sanos, inhibiendo la
maduración, aumentando la apoptosis y, en última instancia, disminuyendo la
producción y la liberación de las plaquetas. La trombopoyetina (TPO) es un factor de
crecimiento que estimula la producción de las plaquetas. La trombopoyetina
circulante, normalmente, se une a las plaquetas y a los megacariocitos. Cuando
ambas células se destruyen, también se pierde la TPO unida a ellas, lo que hace
que disminuya la cantidad de TPO disponible para estimular la producción
plaquetaria. Esto explica por qué, en la trombocitopenia inmune, junto con el
aumento de la destrucción plaquetaria, no se produce un aumento de la
concentración sérica de TPO.
Bien. La decisión, igualmente, de iniciar el tratamiento se basa, fundamentalmente,
en la presencia de manifestaciones hemorrágicas. Y, en determinadas ocasiones, en
la cifra de plaquetas. Con recuentos inferiores a 20.000-30.000 plaquetas, los
pacientes pueden ser candidatos a recibir un tratamiento, independientemente de si
tienen o no manifestaciones de hemorragia. Los pacientes que tienen recuentos
plaquetarios entre 30.000 y 50.000 suelen tener un curso estable y sin
complicaciones hemorrágicas, y no son candidatos a recibir un tratamiento, excepto
que presenten, obviamente, hemorragia, o vayan a ser intervenidos
quirúrgicamente. Sin embargo, de aunque el criterio de remisión completa exige un
recuento superior a 100 mil plaquetas, recuentos superiores a 30.000 ya reducen
notablemente el riesgo de hemorragia. Como vemos, entonces, acá, en este
algoritmo terapéutico, como dijimos, con un recuento plaquetario menor a 30.000
plaquetas y/o la presencia de síntomas hemorrágicos, se requerirá el uso de
corticoides, como tratamiento de primera línea. Y luego, posteriormente del uso de
corticoides, acá, en este esquema, lo que hace es colocar como tratamiento de
segunda línea a la esplenectomía o el Rituximab. Sin embargo, actualmente, no hay
un consenso establecido que diga “segunda línea es esto”. Sin embargo, bueno, se
van adaptando los tratamientos disponibles. Para elegir el tratamiento de segunda
línea debemos considerar el recuento de plaquetas, la etapa de la enfermedad (es
decir, si es persistente o crónica), y la respuesta mostrada al tratamiento inicial. La
Sociedad Argentina de Hematología, en la Guía del 2019, recomienda como
tratamiento de segunda línea a los agonistas del receptor de la TPO sobre el
Rituximab, y cualquiera de ambos sobre la esplenectomía, antes del año del
diagnóstico. En la trombocitopenia inmune crónica, sin embargo, lo que hace es
recomendar discutir con el paciente el tratamiento médico o la esplenectomía.
https://youtu.be/5v0Kyhquhrg
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Los cuerpos de Weibel-Palade son gránulos de almacenamiento que poseen las células
endoteliales que revisten el interior de los vasos sanguíneos. Almacenan y liberan principalmente dos
moléculas, el factor de von Willebrand y la Selectina P, por lo que juegan un papel fundamental en la
hemostasis y la inflamación.
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Los gránulos α son reservorios de proteínas que van desde factores de crecimiento hasta
moléculas de adhesión o receptores que utiliza la plaqueta para interaccionar con otras células.
En cuanto a la clasificación de la enfermedad de Von Willebrand, se basa tanto en la
cantidad como en la calidad del factor en el plasma, y en las plaquetas. Entonces,
se distinguen los siguientes subtipos que vemos acá. El tipo 1 es la deficiencia
cuantitativa parcial, que es la variedad más frecuente. La presentación clínica de la
enfermedad de Von Willebrand de tipo 1 varía de leve a grave, según lo
determinado por los síntomas de sangrado. Sin embargo, algunos pacientes con
enfermedad de tipo 1 son asintomáticos, y se han descubierto, incidentalmente, en
estudios que investigan a familiares con enfermedad de tipo 3. La herencia en este
caso es autosómica dominante. El tipo 2 es un defecto cualitativo, y se distinguen
los diversos subtipos, que vemos acá en la diapositiva. El tipo 2A se caracteriza por
una deficiencia de multímetros mayores en plasma y plaquetas, lo cual determina
una alteración en la unión con la Glicoproteína Ib. En el tipo 2B el factor de Von
Willebrand plaquetario es normal, pero hay ausencia de multímeros de alto peso
molecular en el plasma, debido al consumo por aumento de su afinidad de unión
con la Glicoproteína Ib. En el tipo 2M el factor de Von Willebrand no puede unirse
al subendotelio. El tipo 2N se caracteriza por una deficiente formación del complejo
Factor de Von Willebrand- Factor VIII, el cual es necesario para la estabilización y
sobrevida normal del factor VIII en la circulación. Este último, del tipo 2N, se hereda
de forma autosómica recesiva, diferente a todos los anteriores, que es de forma
autosómica dominante. Es decir, todos estos, tipo 2, son de déficit cualitativo. El tipo
3 es por un déficit cuantitativo total, que es la variedad, entonces, más grave, es de
muy alto riesgo de hemorrágico, ya que la cantidad de factor de Von Willebrand es
mínima, tanto en el subendotelio como en el plasma y en las plaquetas. Y al igual
que la 2N, se hereda de forma autosómica recesiva, y su frecuencia es muy baja.
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Epistaxis: Sangrado nasal.
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La exodoncia es la intervención quirúrgica en el que se extrae un diente de la cavidad oral.
En relación a la historia familiar, la historia familiar positiva requiere historia de
sangrado mucocutáneo o un laboratorio compatible en al menos un consanguíneo
de primer grado, o dos de segundo grado. En las formas recesivas la historia
familiar, en realidad, es negativa.
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La ristocetina es un antibiótico glicopeptídico utilizado anteriormente para tratar infecciones
estafilocócicas . Ya no se usa clínicamente porque causaba trombocitopenia y aglutinación de
plaquetas . Ahora se usa únicamente para analizar esas funciones in vitro en el diagnóstico de
afecciones como la enfermedad de von Willebrand (vWD) y el síndrome de Bernard-Soulier . La
aglutinación de plaquetas causada por la ristocetina solo puede ocurrir en presencia de los
multímeros del factor de von Willebrand, por lo que si se agrega ristocetina a la sangre que carece
del factor (o su receptor), las plaquetas no se acumularán.
RIPA), un cofactor de ristocetina descendido, la disminución de la interacción del
factor de Von Willebrand con el colágeno, y la modificación en la estructura
multimérica del factor de Von Willebrand antigénico. Y acá, en este cuadro,
podemos ver cómo se encuentran estas diferentes pruebas, según los tipos de
enfermedad de Von Willebrand.
Por último, y no menos importante, hablar un poquito, nada más clasificar, las
principales causas de coagulopatías adquiridas. Decir que existen las que se
asocian a déficit es de síntesis de factores, como, por ejemplo, el de vitamina K,
principalmente. Otra causa puede ser el aumento del consumo de los factores
por una coagulopatía intravascular diseminada (CID), por ejemplo. Y otra causa
puede ser la presencia de inhibidores o anticuerpos circulantes como, por ejemplo,
la hemofilia A adquirida, la enfermedad de Von WIllebrand adquirida, y las
paraproteinemias21. Y no olvidar que, como los factores de la coagulación son
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Paraproteinemias: Grupo de enfermedades relacionadas que se caracterizan por un desequilibrio o
proliferación desproporcionada de las células productoras de inmunoglobulinas, usualmente de un
solo clon. Estas células frecuentemente segregan una inmunoglobulina estructuralmente homogénea
(componente M) y/o una inmunoglobulina anormal.
principalmente sintetizados a nivel hepático, no es de extrañar que, en las
enfermedades hepáticas, también, haya una coagulopatía asociada, por déficit de
síntesis de los factores de la coagulación. Bueno, espero que les haya servido y
vayan a profundizar en las bibliografías que tengan al alcance.