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A ntecedentes de la idea de constitución y etapas del constitucionalismo
Escuela de Derecho, Universidad Católica Silva Henríquez
© Francisco Vega Méndez
Impreso en Donnebaum
Santiago, Chile
Segunda Parte
Etapas del constitucionalismo
Introducción
El co n stitu cion alism o, co m o corriente jurídica-política m oderna, nace
a fines del siglo x v m y adquiere su prim era expresión en docum entos
escritos, so lem n es y d e m od ificación dificultada, com o la C on stitución
norteam ericana de 1 7 8 7 y las con stituciones del con tinente europeo
originadas en la revolu ción francesa.
D urante el siglo xrx la in flu en cia de estas con stituciones difundió los
principios del co n stitu cio n alism o en Europa y en la Am érica hispana.
Algunas con stitu cion es del siglo xdc adquirieron, a su vez, justa fama
y contribuyeron a con solid ar los prin cip ios d e esta primera etapa del
con stitucionalism o .1 Por otra parte, en Iberoam érica las declaraciones
de independencia p o lítica q u e se suceden desde la segunda década del
siglo x ix invariablem ente so n seguidas d e la prom ulgación de un texto
constitucional, el cual, según destaca Sánchez Agesta, se transforma en
una especie de certificado d e in d ep en dencia (Sánchez, 1987, pp. 2 5 -
2 6 ).2 Esta práctica configura una fu n ció n propiam ente constitutiva de la
carta p olítica, pues, co m o señala V ergottini, «la C on stitu ción atestigua
ante la com u n id ad in ternacional el surgim iento de un nuevo com p o
n en te que se afirma co m o sujeto co n p len o derecho de la misma» (B o-
bbio et al., 1 9 8 8 a, p. 3 2 4 ) .3
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalism o
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S egu n d a Parte Etapas del constitucionalismo
por ello parece preferible denom inar a esta nueva etapa en térm inos
sitivos, a partir de sus rasgos propios, com o «Estado constitucional de
^Derecho»(Pérez Luño, 2 0 0 2 ). Pérez Luño, ha destacado que el transito
desde el Estado de D erecho al Estado constitucional ha operado com o
consecuencia de un triple desplazam iento: desde la primacía de la ley y
desde la reserva de ley a la prim acía de la C on stitución y a la reserva de
Constitución, respectivam ente, y desde el control jurisdiccional de lega
lidad al control jurisdiccional de constitucionalidad (Pérez Luño 2002 ,
p 61), donde la nota fundam ental es el desplazam iento del im perio de
la ley por la supremacía de la C on stitución .
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etap as del C onstitucionalism o
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Capítulo I
Constitucionalismo clásico o liberal
Introducción
Las distintas etapas q u e configuran el con stitu cion alism o d esde sus orí
genes hasta nuestros días, n o ob stan te sus avances y retrocesos, tienen
un carácter d e com p lem en taried ad recon ocid o am pliam en te por la d oc
trina (Garrorena, 2 0 1 3 , p. 4 8 ), es d ecir cada etapa sucesiva n o edifica
sobre la previa d estru cción de la anterior, sin o que reacciona, corrige,
com plem enta o p rofun d iza lo s rasgos de esta.
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
Hecha esta precisión sobre la tensión existente desde sus inicios entre los
pilares fundamentales del constitucionalismo, se tratará a continuación
sobre los principios desarrollados en los textos constitucionales, escritos
y rígidos, en su primer periodo liberal, del denominado constituciona
lismo clásico, a saber:
| - Gobierno representativo.
I
| *
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Capítulo I Constitucionalismo clásico o liberal
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
¡guales, que el Estado no debía alterar sino dejar en libertad» (Torres del Moral, 1996,
p. 48-49).
6 La Constitución de Estados Unidos de América comienza con la declaración «Noso
tros el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más perfecta, establecer
la justicia, afianzar la tranquilidad interior, proveer a la defensa común, promover e
bienestar general y asegurar para nosotros mismos y para nuestros descendientes os
beneficios de la libertad, estatuimos y sancionamos esta Constitución para los Esta os
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Capítulo I Constitucionalismo clásico o libera!
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C ap ítulo I Constitucionalismo clásico o liberal
i <, * msc#r S‘6UC cn este punto, y cita a Eiscnmann, Charles: «El espíritu de las Leyes
«La CParac^ n Poderes». Mélangcs Carré de Malberg, París, 1933, pp. 190 y ss.
1968CnS g°nst*tut*onc^c Montesquieu», Colección Sircy, pp. 133-160 (Althusser,
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalism o
11 Blackstone: «Comentarios a las Leyes de Inglaterra», citado por Pérez Serrano, Ni
colás, en (Argente del Castillo et al., 1949, p. 27).
Por una parte, Bentham dirige radicales criticas a la noción de equilibrio de poderes,
que solo estima en el ámbito internacional; pero que, a su juicio, sugiere una inmovi
lidad absurda en el ámbito interno de los Estados. Además considera que de los tres
poderes separados, «cada uno persigue afanosamente su propio interés; y sus intereses
respectivos, aunque difieren poco entre sí, se oponen por igual al interés de la parte más
numerosa del pueblo» (Bentham, 1990, pp. 145-148).
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C a p ítu lo I Constitucionalismo clásico o liberal
hab ° ®cnt^ am» en h síntesis de N eum ann, ¿qué garantía de libertad puede
tha Vqq05 ^ 0<^eres scPara<los, si los tres se bailan controlados por un grupo? (Bcn-
fu c c ' I ^ ^ eum ann> 1968: 135). N eum ann advierte que M ontesquicu no
¡nadccuadCtam|Cn*tC *nsCnsi^ e a objeción, «puesto que, aun cuando de una manera
«el orín 3 Z* fC ac*°n(^ j os trcs poderes con grupos sociales», la respuesta apunta a que
prinriní 1*>I° .c° " s^ cuci° nal úe la separación de los poderes se ve así completado por el
ocio ogico del equilibrio de las fuerzas sociales» (Neumann, 1968, p. 135).
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C ap ítulo I Constitucionalismo clásico o liberal
£sta última observación de Burdeau pareciera pasar por alto, sin em-
I o la idea, ya planteada por Locke, de que el poder ejecutivo - o , en
términos, la á m ció n gubernam ental y la función ejecutiva- actúa
enmarcado en leyes que son anteriores a su ejercicio (Blanco, 1998,
$6-57)- En sum a, <l ue Poc^er legislativo es una actividad de mayor
alcánce temporal que el poder ejecutivo ocupado de las contingencias;
ro además, y m uy principalm ente, en el caso de Locke, este tuvo en
vista las leyes fundam entales del reino que el monarca -p o d er ejecutivo-
no debe desconocen
• gr., en Chile la alusión al principio de separación de poderes por parte del go-
icrno para justificar procedimientos de censura previa de la libertad de expresión. Cf.,
§r«, cntencia de 5 de febrero de 2001, de la Corte Intcramcricana de Derechos Hu
manos, caso «La última tentación de Cristo», (Olmedo Bustos y Otros versus Chile).
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Capitulo I Constitucionalismo clásico o liberal
1. Cuestiones metodológicas
Desde una perspectiva m etodológica, en la síntesis de Antonio de Cabo
(C bo 2007) los derechos fundamentales suelen ser abordados desde
un^ontexto histórico (Cabo, 2007; Peces Barba et al., 1987, p. 11);
desde un punto de vista teórico-práctico; desde una tesitura realista o
crítica, y finalmente desde un enfoque genealógico.
En primer lugar, desde una perspectiva histórica, porque los derechos solo
tienen existencia inmanente a este mundo en un determinado contexto
histórico y, en tal sentido, su comprensión y explicación se adhieren a una
realidad espacio-temporal determinada (Peces Barba et al., 1987, p. 11).17
17 S‘ r~r^---------------
HkiyJ^-Í j6 Precísar 9UC C1übro citado, como indica su título, discurre sobre la
historicidad de los derechos fundamentales.
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Capitulo I Constitucionalismo clásico o liberal
Para Grocio, «es diferente de esta significación del derecho la otra, pero derivada de
ta» que se refiere a la persona; en el cual sentido, derecho es la cualidad moral corres-
pon icntc a la persona, para poseer u obrar algo justamente». Por su parte, Francisco
U. rc^ chnc el derecho o iiis como «cierto poder o facultad moral que cada uno tiene
sobre lo que es suyo o sobre lo que se le debe» (Lora, 2006, p. 29).
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Antecedentes de la Idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Antecedentes de (a idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capítulo I Constitucionalismo clásico o liberal
filósofos del Derecho, que, a veces, sin embargo, prefieren la de derechos fundamentales,
no porque esta designe algo distinto, sino para evitar connotaciones consideradas inde
seables (Rubio Llórente 2012, p. 1089).
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
22 Cari Schmitt considera que «esto se ve con toda claridad en los derechos de libertad,
que históricamente significan el comienzo de los derechos fundamentales: la libertad de
religión, la libertad personal, propiedad, derecho a la libre manifestación de opiniones,
existen según esta concepción, antes que el Estado; no reciben su contenido de ningunas
leyes, no con arreglo a las leyes o dentro de los límites de las leyes; describen el ámbito,
incontrolable en principio, de la libertad individual; el Estado sirve para su protección, y
encuentra en ella la justificación de su existencia. El derecho de resistencia del individuo
es el medio más extremado de defensa, y un derecho inalienable, pero también mor-
ganizable. Pertenece de modo esencial a los derechos fundamentales» (Schmitt, 1992,
p. 169). En el listado de derechos de libertad del individuo aislado Schmitt ^
libertad de conciencia, la libertad personal, la propiedad privada, la ¡nviolabilida e
domicilio y el secreto de la correspondencia (Schmitt, 1992, p. 175).
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Capítulo I Constitucionalismo clásico o liberal
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Garantías de jurisdicción, entendida esta en su sentido material
como «una función del Estado para la protección del derecho en
su totalidad» (Jellinek, 1970, p. 595), y destaca en particular el
control jurisdiccional de legalidad y los conflictos de competencia.
Jellinek valora la extensión de la jurisdicción al ámbito del Dere
cho público para la protección del Derecho objetivo; pero sobre
todo, «como garanua de los derechos públicos subjetivos de los
individuos y de las asociaciones» (Jellinek, 1970, p. 595).
40 Garantías jurídicas consistentes en medios jurídicos. Se trata, en
este caso de m ecanism os jurídicos a disposición de los individuos,
cuyo objeto es asegurar el ejercicio de los derechos públicos sub
jetivos. D e su ejercicio puede derivar responsabilidad funcionada
civil y penal, e incluso responsabilidad civil del Estado. Jellinek
destaca entre estos m edios la posibilidad de ejercer acciones en
contra de la administración del Estado, com o asimismo, el ejerci
cio del derecho de petición (Jellinek, 1970, p. 595).
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
1996, p. 141). Según destaca Torces del Moral, existe una gran variedad
de garantías establecidas por los ordenamientos jurídicos democráticos
que van «desde el simple derecho de la persona a guardar silencio hasta
la creación de órganos específicamente destinados a la protección de los
derechos» (Torres del Moral, 1996, p. 141).26
26 Cari Schmitt establece una nítida distinción entre el concepto de derechos funda
mentales y el de garantías institucionales. En efecto, según su concepción, «los derechos
fundamentales han de distinguirse de otros derechos garantizados y protegidos en la Ley
constitucional. No todo derecho fundamental se encuentra garantido en las Constitu
ciones del Estado de Derecho por una regulación constitucional, y, a la inversa, no toda
protección contra la reforma por ley ordinaria significa ya un derecho fundamental»
(Schmitr, 1992, p. 169).
27 Harrington plantea: «¿dígannos los que creen que el poder, si se limita, no puede
ser soberano, si nuestros propios ríos no gozan de un reinado más seguro y fructífero
dentro de sus propias orillas que si se les permitiera extenderse (...)?». El sentido de
esta limitación del poder prefigura la separación de poderes de Montesquieu desde una
perspectiva republicana: «una república, ha de estar formada, como lo han mostrado
la razón y la experiencia, por tres órdenes generales, es decir, el senado que discute y
propone, el pueblo que resuelve y la magistratura que ejecuta (...) Los dos primeros ór
denes, es decir, el senado y el pueblo, son legislativos (...) y el tercer orden es ejecutivo»
(Harrington 1996, p. 79-80).
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C ap itu lo I Constitucionalismo clásico o liberal
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
misma». Sin embargo, Linares Quintana precisa que de las cuatro acepciones señaladas,
la segunda, o sea, la estricta, es la exacta, de ahí se sigue su definición de garandas cons
titucionales «como los medios jurídicos encaminados a la protección y al amparo de la
libertad constitucional» (Linares, 1956, V-335).
29 Los autores caracterizan la acción constitucional como «un derecho público subje
tivo cuyo ejercicio, reconocido por la propia Constitución, tiene la virtud de poner en
movimiento el aparato jurisdiccional del Estado con el objeto de obtener la protección
o cautela de un derecho protegido por el ordenamiento constitucional», definida así en
forma más amplia que lo que corresponde en rigor a un recurso procesal, cuya noción
corresponde a «un medio procesal de impugnación que la ley franquea a las partes. A
objeto de instar por la invalidación, modificación o corrección de una determinada
resolución judicial dictada en un proceso judicial y que el recurrente estima perjudici
para sus derechos» (Zúñiga et al., 2003, p. 11).
30 Klaus Stern indica que «las normas de garantía puras aseguran instituciones jurí i-
co-púbücas o privadas, como la autonomía municipal (Art. 28.2 L. E B.), el funciona
riado profesional (Art. 33.5 L. F. B), la escuela privada (Art. 7.4 L. F. B,), el derecho e
autodeterminación de las iglesias (Art. 140 L. F. B). Si garantizan institutos jurídicos e
naturaleza jurídico-privada se les llama Institut garanden; si garantizan instítuciones ju
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Capítulo l Constitucionalismo clásico o liberal
Por otra parte, en los ú ltim os años, Luigi Ferrajoli ha hecho una distin
ción de las garantías a partir de los m ecanism os de tutela, entregarantios
primarias, para referirse con ellas al reconocim iento constitucional de
los derechos fundam entales, esto es, aquellas garantías que «consisten
en expectativas negativas o positivas a las que corresponden obligaciones
(de prestación) o prohibiciones (de lesión)» (Ferrajoli, 20 0 6 , p. 43), y
garantios secundarias para referirse «a las obligaciones de reparar o san
cionar judicialm ente las lesiones de los derechos, es decir, las violaciones
de sus garantías primarias» (Ferrajoli, 2 0 0 6 , p. 43 ). Esta distinción sirve
a Ferrajoli para cuestionar la tesis que tiende a negar la existencia de los
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C apitulo I Constitucionalismo clásico o liberal
11 V. gr„ es el caso de México, 1857; Argentina, 1853; Brasil, 1891, y de ios países
que fueron colonias inglesas (Hauriou, 1927, p. 335). Bn Chile, Colombo Campbell
k a a que el modelo norteamericano, con variantes, fue seguido «por Argentina, Brasil.
0 om ¡a, México, Australia, Canadá, Japón, Suecia, Noruega y Dinamarca» (Pfcffer
« al.. 2011, p. 58).
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3 Principio d e su p re m a cío fo rm a l
La supremacía formal d e la C on stitu ción consiste en general, en que
todas las normas del orden jurídico estatal deben conformarse con la
Constitución para los efectos de su generación, observando rigurosa
mente los órganos y supuestos que la C on stitución establece para la
creación de las norm as, co m o asim ism o los procedim ientos que con
ducen a la p roducción norm ativa.37 Este principio ha adquirido, desde
luego, su m ayor im portancia frente a las norm as legislativas, por lo que,
a partir de él, se han desarrollado diversos controles de constinacionali
dad de las leyes, que encuentran su m áxim a expresión en los m odelos de
jurisdicción con stitucional norteam ericano y europeo.
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N .
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ércz Luño resalta esta vinculación entre democracia y Estado social de Derecho
que a sido expresada nítidamente por Wolfang Abendroth: «La interna conexión de los
momentos democracia y cstatalidad social se pone en seguida de manifiesto si se tiene en
ucnta que las posiciones de fuerza económicas suministran mucho dominio político en
na democracia entendida de un modo solo político-formal» (Abendroth, 1973, p. 277;
Díaz, 1983, pp. 85-88).
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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C apítulo 1 Constitucionalismo clásico o liberal
El concepto de «daño evitable» ya había sido previsto en el siglo xrx por John
Stuart Mili como un límite a la libertad, y ha sido desarrollado posteriormente con
diversos matices por Judith Sklar y Amarcya Sen, entre otros (Mili, 1970; Sklar, 2013;
Sen, 2013).
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
marcha lindamente ( ...) la sociedad, lejos de ser una cosa bonita, es una
cosa terrible» (Ortega, 1960, p. 109).
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C ap itulo I Constitucionalismo clásico o liberal
Por tanto, las insuficiencias del Estado liberal de Derecho en que se desen
vuelve el constitucionalismo clásico, v. gr., respecto de la protección ma
terial efectiva de los derechos fundam entales (Díaz, 1983, p. 33; Grimm,
2006, p. 103),49 condujeron a la segunda etapa constituida por el Estado
social de Derecho y su expresión jurídica, que es el constitucionalismo
social, en cuya configuración confluyen el socialismo democrático y el
« En este sentido, Hellcr ha señalado que «la idea del Estado de Derecho,
en el siglo xix, redujo su aspiración a la igualdad formal ante la ley. igua a an
la ley, independientemente de que la ley se hubiera formado por un P™** irni^nC0
absolutista o constitucional o democrático (...) Se llama Estado [liberal] c ere
aquella forma de gobierno en que la esfera del poder de los órganos de 0 respecto
al ciudadano está de algún modo delimitada por medio de un precepto jurí ico orm
independientemente de que del mismo derive una mayor desigualdad y sujcci n» e
Hcr, 1930,87-88). «Con razón se ha dicho que los postulados de la Revolución burguesa
de 1789 no fueron liberté, egalité, fraternité, sino más bien liberte, egalitc, propnet
(De Juan, 1984, pp. 72-73; Haberle, 1998).
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A ntecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalism o
50 Pérez Luño apunta que «la impronta liberal tiene su manifestación más precisa en
ias tesis de Keynes, principal inspirador del Welfáre State, que defendían la posibilida
de una transformación de la política estatal por vía democrática y respetando la econo
mía de mercado (...) así como el derecho de propiedad sobre los bienes de producción.
Se acepta, sin embargo, un abandono del dogma del laissez faire a favor de un interven
cionismo de los poderes públicos en el proceso económico» (Pérez Luño, 1991. p-
51 Este tránsito expresa complementaricdad; no sustitución. En este sentido, «e ’ ta
do social de Derecho está, como un paso más, aunque de cierto alcance, en la mea
Estado liberal de Derecho» (Díaz, 1983, p. 85).
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Capítulo II
Constitucionalismo social
Introducción
La comprobación de qu e el con stitucionalism o nació liberal, significa
destacar que es una corriente d e pen sam ien to qu e n o nació políticam en
te neutral, sino que fue la expresión jurídica del liberalism o político. Sin
embargo, tam bién es cierto que durante su desarrollo incorporó im por
tantes elem entos de otras doctrinas políticas. Es lo que ocurrió durante
el siglo xx, con el d en o m in ad o con stitucionalism o social - e n correspon
dencia con el Estado social d e D e r e c h o -, que incluye tendencias socia
listas y democráticas. Posteriorm ente, la d ifusión del sufragio universal,
en la segunda m ita d d el siglo XX, con solid ó la vigencia de principios
democráticos que el con stitu cion alism o hizo p rop ios.1 Incluso después
de 1945 un sector de la d octrin a com en zó a distinguir una nueva etapa
denominada «Estado d em ocrático y social de D erecho», expresión reco
gida en diversos textos con stitucionales (D íaz, 1 9 8 3 ).2
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A n tecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
4 Se trata de una tesis continuamente pasada en silencio, aunque es, en realidad, clásica,
pues se encuentra, v. gr., en Maquiavclo en su referencia a los humores que se enfrentan
en todas las sociedades: d deseo de dominar y oprimir y el deseo de no ser dominado y
oprimido, según ya se ha señalado. Pero también, en tiempos recientes, v. gr„ a través de
la necesidad de fortalecer las instituciones políticas democráticas que propician un espacio
de igualdad, a través de sociedades complejas y heterogéneas, para contrarrestar los abusos
de las fuerzas sociales que encarnan las desigualdades (Huntington, 1990, pp. 19-20).
5 «La distinción entre las dos acepciones -sociedad civil como sociedad política y
sociedad civil como sociedad civilizada- es importante porque, mientras en la mayor
pane de los escritores de los siglos xvii y xvm los dos significados se superponen -en
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C ap ítulo II Constitucionalismo social
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capitulo II Constitucionalismo social
dási C' autor español que, de acuerdo con la realidad del constitucionalismo
ncccs¡t’áC ' t:u'° abstencionista liberal dejó de scrlocadavezque la sociedad burguesa lo
(Torres dc|CM C®1n^ ° Cn P^ano interno, políticas proteccionistas y de orden público
143
A n teced en tes d e la ¡dea de Constitución y etap as del Constitucionalism o
D e este m o d o , el con stitu cion alism o se erige sobre la base de una inte
racción d el Estado y la socied ad civil, en la fórm ula alem ana acuñada
p o r E rnst Forsthoff, «Estado de procura existencial» —Daseinvorsorge-, el
Estado social «es u n Estado q u e garantiza la subsistencia y, por lo tanto,
es E stad o de prestaciones y d e redistribución de la riqueza» (Abendroth
e t al., 1 9 8 6 , p . 49 ; B óckenfórd e, 2 0 0 0 , p. 3 5 ).
9 Por otra parte, desde una perspectiva antropológica, la ideología que subyace a esta
concepción del liberalismo económ ico puede ser cuestionada como un enfoque ecno-
ccntrista, según ha planteado la antropología pob'tica de las últimas décadas a partir de la
crítica de la denom inación misma de «sociedades primitivas», y de sus supuestas carac
terísticas «primitivas», a saber, se trataría, entre otras cosas, de sociedades sin merca o,
sociedades con economías de subsistencia. «La idea de economía de subsistencia conde
nc la afirmación im plícita de que, si las sociedades primitivas no producen exce entes
es porque son incapaces, p o r estar ocupadas en producir el m ínim o necesario para a
supervivencia, la subsistencia» (Clastres, 2013, p. 160), para cuya explicación «se
el subequipam iento técnico, la inferioridad tecnológica (Clastres, 2013, p. 1 1* ¿ 1
com o con razón señala Pierre Clastres, «si se entiende por técnica el conjunto de os
procedimientos de los que se dotan los hom bres no para asegurar el dominio a
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C a p itu lo II Constitucionalismo social
de la naturaleza (...) sino para asegurarse u n dom inio del medio natural adaptado a y en
relación con sus necesidades, entonces no podem os en absoluto hablar de la inferioridad
técnica de las sociedades primitivas; ellas dem uestran su capacidad para satisfacer sus
necesidades por lo menos igual a la que enorgullece a la sociedad industrial o técnica. Es
ccir que todo grupo hum ano llega, p o r la fuerza, a ejercer el mínimo de dominación
sobre el medio que ocupa» (Clastres, 2013, p. 160). La ideología económica liberal en
cuestión se funda en una discutible prioridad hum ana p o r la acumulación, p or sobre el
°oo. Para las llamadas sociedades «primitivas», en cambio, «la actividad de producción
“ exactamente medida, delim itada p o r las necesidades a satisfacer (...) una vez que se
. R utado la satisfacción global de las necesidades energéticas, nada podía incitar a las
te a es primitivas a querer producir más, es decir, a alienar su tiempo en un trabajo
(Cl CStm0’ CU'1IU'0 e se tiem po está disponible para el ocio, el juego, la guerra o la fiesta»
astres, 2013, pp. 160-161). En la tesis de Clastres las sociedades «primitivas» no son
sus ° mi3.S subsistcncia, sino econom ías de abundancia, que hace incomprensible a
jos e deseo de acum ulación o de sobreabundancia (Clastres, 2013, p. 170).
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A n teceden tes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalism o
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C ap ítulo II Constitucionalismo social
10 T
Las expresiones «derechos sociales» y «derechos económicos, sociales y culturales»,
se usarán como equivalentes, no obstante que la segunda es de uso preferente en el ám
bito internacional a partir del Pacto sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales
.C * corno precisa Pisarcllo: «La expresión ‘derechos sociales’ pertenece sobre todo
]n m **? ^ os°í!a política y jurídica y del Derecho Constitucional. En el Derecho
ntcrnacional, en cambio, suele ser más usual la fórmula ‘derechos económicos, sociales
y culturales» (Pisarcllo, 2007 , p. 11).
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A ntecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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C apítulo II Constitucionalismo social
13 Hubo, sin embargo, en la segunda parte del siglo xdc, desarrollos graduales que pre
pararon el reconocimiento pleno de la educación como un derecho. En Gran Bretaña «la
Ley de Educación de 1870 comprometía al gobierno a ofrecer sistemáticamente educación
universal por primera vez. Lá educación pasó a ser gratuita en 1891- La edad de finali
zación de los estudios se fijó en once años en 1893. En 1889, se aumentó a doce, y se
introdujeron disposiciones especiales para hijos de familias necesitadas» (Accmoglu et al„
2013, p. 371). En Chile existió una Ley de Instrucción Primaria, de 1860, que estableció
la gratuidad de la enseñanza primaria y la proporción de población por escuela (Jaksic ct
al., 2011, p. 200).
En ello se aprecia la continuidad del Estado social de Derecho con respecto al Es
tado liberal de Derecho pues, «sin renunciar a las garantías jurídicas del Estado [liberal]
de Derecho, el Estado social de Derecho ha supuesto además la garantía material de
los postulados y libertades proclamadas por el Estado liberal de Derecho (...) [En este
sentido] el Estado social de Derecho ha entrañado una fórmula de compromiso entre
a úcfcnsa de las libertades tradicionales de signo individual y las exigencias de justicia
social» (Pérez Luño, 1991, p. 226)..
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A ntecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
de edad, que sepan leer y escribir y estén inscritos en los registros electo
rales del departamento» (Valencia, 1984, p. 20 7 ), aunque el artículo 16
d e la Ley de Elecciones, de 12 de noviembre de 1874, había establecido
que se presum ía de derecho que quienes sabían leer y escribir tenían la
renta necesaria para inscribirse y, por tanto, poseían las condiciones nan
sufragar (Roldan, 1917, p. 132). P
152
Capítulo II Constitucionalismo social
17 En Gran Bretaña, la formación del partido whig ocurrió hada 1670, «para repre
sentar los nuevos intereses mercantiles y económicos, era la organización principal que
había tras la Revolución gloriosa» (Accmoglu ct al., 2013, p. 356).
11 Bentham recuerda, a propósito de los epítetos que entícrran la hilada de petidón
tic principio, que «a comienzos del reinado de Jorge in , el partido Whig era motejado
de facción, como opuesto a la autoridad real (que sostenían sin límites los Torys) y, por
ende, a los intereses nacionales», y citando a Bolingbroke, señala como rasgo distintivo
de la facción «el ocasional sacrificio y permanente subordinación de los intereses nado-
nales a los personales» (Bentham, 1990, p. 129).
19 Bluntschli indica que «los partidos no son una institución de derecho público, sino
de política, ni miembros del organismo del Estado, sino de grupos sociales» (Bluntschli,
1880, ih-311). Por su parte Xifra Hcras, apunta que «el Estado liberal del siglo xix
adoptó una postura agnóstica en relación con los partidos políticos. El legislador los
ignora. Son simples agrupaciones sujetas a las leyes de asociaciones. Jcllinck creía que
d partido no tiene ningún objeto en el orden estatal, y Triepcl, aun en 192S, calificaba
a los partidos de fenómenos cxtraconsdtucionales extraños a la vida del Estado» (Xifra,
1%5, p. 188).
153
Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
la actitud adversa ante los parados políticos, advirtiendo que dicha críti
ca apunta en definitiva contra la democracia (Kelsen, 1992, p. 36) 20
tal sentido, debido al carácter representativo de la democracia modern
señala categóricamente que «la democracia, necesaria e inevitablemente
requiere un estado de partidos» (Kelsen, 1992, p. 37).
20 Kelsen deplora que «aun hoy no se tiene plena conciencia de que la hostilidad de las
antiguas monarquías centroeuropeas contra los partidos (...) no era sino una enemista
mal disimulada contra la democracia» (Kelsen, 1992, p. 36).
21 Xifra Heras destaca que «la importancia creciente de los partidos, convertidos en
piezas fundamentales de las democracias, no pasó desapercibida para el legislador, que se
vio constreñido a tener en cuenta su actividad en las leyes electorales, en los Rcg amcn
i tos parlamentarios y, finalmente en las propias constituciones» (Xifra, 1965, p- 1
154
Capítulo III
Constitucionalismo social y democrático
Introducción
Las tendencias constitucionales de la segunda mitad del siglo xx apare
cen marcadas por la difusión de la democracia com o régimen político, a
partir del reconocim iento creciente del sufragio universal, por la univer
salización de los derechos fundam entales y la progresiva implantación
de la jurisdicción constitucional, com o rasgos principales. Desde 1945
se advierte el esfuerzo del sector más progresista de la doctrina «tenden
te a potenciar la virtualidad del principio democrático en el seno del
Estado social de Derecho» (Pérez Luño, 1991, p. 229), según destaca
Pérez Luño, «estas posturas teóricas n o posm iaban la conformación de
un Estado democrático de D erecho com o alternativa al Estado social»
(Pérez Luño 1991, p. 2 2 9 ), sin o más bien buscaban en el primero una
profundización y extensión de este últim o.
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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C ap ítu lo 111 Constitucionalismo soda! y democrático
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
158
Capítulo III Constitucionalismo social y democrático
El pproceso
E1 r o c e s o de reconocim iento universal de los derechos humanos fue
a c o m p a ñ a d o del desarrollo de sistemas internacionales de garantía a tra
acom F
vés ddee la creación de Tribunales en Europa,
c ----------- L . América y, África.
— -----En las Na-
------- —
dones Unidas se contem pla un Consejo Económico Social, un Consejo
de Derechos H um anos y el A lto Com isionado de Naciones Unidas para
los Derechos Humanos.
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A ntecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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C a p itu lo III Constitucionalismo social y democrático
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Capitulo III Constitucionalismo social y democrático
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capítulo IV
Estado constitucional de Derecho
Introducción
Refiere Pérez Luño que en 1928, Cari Schmitt empleó la expresión
«Buido constitucional» en su Teoría de la Constitución y que, aunque
también fue utilizada en 1 957 por Karl Loewenstein en su obra clásica,
solo se difundió desde la década de 1980, en Alemania a través de Peter
Haberle, Klaus Stern y M artin Kriele; en Italia con Gustavo Zagrebels-
ky, y en España con Rubio Llórente y García Pascual, entre otros (Pérez
Luño, 2002, p. 58).
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Antecedentes de !a ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capitulo IV Estado constitucional de Derecho
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
1. Imperio de la ley
D e esta concepción de la ley com o centro de las fuentes formales del
Derecho ,2 aparecen ciertas notas que caracterizaron a la ley como nor
ma jurídica durante el constitucionalismo clásico y el Estado liberal de
Derecho.3
3 «En el Estado liberal de Derecho la ley aparece como la fuente jurídica suprema»
(Pérez Luño, 2002, p. 61).
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Capítulo IV Estado constitucional de Derecho
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Antecedentes de !a idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capitulo IV Estado constitucional de Derecho
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A n teceden tes de la ¡dea de Constitución y etap as del Constitucionalism o
ciudadanos, y las com petencias y procedim ientos fijados por ley para ]a
A d m in istración estatal .11
180
C ap itu lo IV Estado constitucional de Derechi
1. Antecedentes
La doctrina ha destacado el m érito d e la C on stitución norteamerican^ ,
al vincular el principio p o lítico d e la soberanía popular con el principio
jurídico de la suprem acía d e la C on stitu ción . Sin embargo, a a vez, s
le ha reprochado la falta de previsión explícita de m ecanism os e
guardo de la suprem acía con stitucional. D e este m odo, se ha señ a o
que este habría sid o «el gran o lv id o d e los redactores de la C onstitución
americana, y al que, co m o laguna con stitu cion al im portante, se vio o i
gado a dar respuesta el Tribunal Suprem o el año 1803» (Vega, 2 ,
P' 41), en el con ocid o caso «M tirbu ry versus Madison».
181
Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
S in em b a rgo, d u ran te el p eriod o del con stitu cion alism o clásico, se fue
ron desarrolland o diversos in ten tos de resguardo con el objeto de hacer
efectiva la su p eriorid ad d e la C o n stitu c ió n respecto a las demás nor
m as d el o rd en a m ien to ju ríd ico. E n los siguientes párrafos se trata de los
m eca n ism o s d e p ro tecció n del prin cip io d e suprem acía constitucional,
q u e se en cu en tran en el carácter escrito y rígido de las constituciones;
la d eclaración expresa d e su suprem acía en los m ism os textos constitu
cio n a les y, el m ás im p ortan te y tardío d e to d o s ellos, el control e cons
titu cio n a lid a d d e las leyes, p u es, en la práctica, la m ayor garan<;»
p rin cip io d e su p rem acía d e la C o n stitu c ió n se halla en a juris
co n stitu c io n a l.
182
C ap itulo IV Estado constitucional de Derecho
2 Constituciones escritas
Constituciones escritas son aquellas «consignadas expresamente en un
documento o d ocu m en tos solem nes» (Bryce, 1988, p. 6) que se impo_
nen a gobernantes y gobernados. Se opone, en los manuales y tratados
de Derecho C on stitucion al, a la categoría de las Constituciones no es
critas o consuetudinarias, esto es, a aquellas «cuyo origen no está en un
acuerdo o en una estipulación formal, sino en un uso (itsage) que vive
en el recuerdo de los hom bres» (Bryce, 1988, p. 6 ). Se trata pues de una
clasificación hecha d esde el criterio de su materialidad, sobre el supuesto
de las ventajas de la ley sobre la costum bre com o fuente del Derecho,
por la mayor claridad y certeza que otorgaría la ley escrita frente a la
costumbre (Izaga, 1 9 2 3 , pp. 2 1 8 -2 4 0 ; M olina, 20 0 9 , p. 271). En este
sentido, las con stituciones escritas se erigían com o un lím ite a la potes
tad de los gobernantes, «ya que la C on stitu ción era una racionalización
normativa del poder político» (M olina, 2 0 0 9 , p. 27 2 ), com o destacó
en su oportunidad García Pelayo al configurar el tipo de C onstitución
racional-normativa (M o lin a, 2 0 0 9 , p. 272); pero, además, se les confe
ría un valor educativo, pues se consideraba que la Constitución escrita
«representaba tam bién u n m ed io d e educación política, puesto que en
un documento breve, preciso y claro se exponían los principios esencia
les del G obierno y lo s derechos d e los ciudadanos ».12 El efecto benéfico
para lo protección de las libertades y derechos atribuido a las Constitu
ciones escritas se encuentra señalado ya en Izaga (1923, p. 240).
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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C ap ítu lo IV Estado constitucional de Derecho
3. Constituciones rígidas
Según señala Jam es B ryce en su texto clásico sobre la m n v r i, i .
do para esta clasificación d e las C on stitu cion es p u ed e encontrarse en la
relación de cada C o n s titu c ió n co n Jas leyes ordinarias v m n l . . .
ordinaria que las dicta» (Bryce, 1 9 8 8 : 9 ) . ^ co " <a a t o n d a d
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
15 Según enseñó Maquiavelo hace quinientos años: «Porque en todas las ciudades exis
ten dos tipos de humor; que nacen del hecho de que el pueblo no quiere ser gobernado
ni oprimido por los grandes y en cambio los grandes desean dominar y oprimir al Puc
blo» (Maquiavelo, 1996 a, p. 38). Asimismo, «...en toda república hay dos partidos, d
de los nobles y el del pueblo. Todas las leyes que se hacen a favor de la libertad nacen
desacuerdo entre estos dos partidos» (Maquiavelo, 1952, p. 69).
16 Aunque Barroso destaca respecto de la sentencia «Marbury versus Ma -c ^ u ^e n
«sin embargo, no era pionera ni original. De hecho había precedentes identi
diversos períodos de la historia (...) El argumento ya había sido utilizado en e
colonial, teniendo como fundamento el derecho inglés, o con base en las c o ^s e ^
inferiores y estaduales. Además, en el plano teórico, Alexander Hamilton, E e c
N° 78, había expuesto analíticamente esta tesis en 1788. No obstante, fue con
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Capitulo IV Estado constitucional de Derecho
187
Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
Sin embargo, durante el siglo xdc se destacó como una ventaja de este
control, por una parte, la legitimidad del legislativo como representante
de la soberanía nacional, y por el -su p u esto - conocimiento político de
los parlamentarios para interpretar la Constitución política; desde luego
su desventaja radicaba en su probable ausencia de conocimientos jurídi
cos. Este control rigió durante el siglo xdc en distintos sistemas políticos
En Francia se atenúa con la Constitución de 1946 para dar paso al mo
delo europeo de control constitucional con la institución del Consejo
constitucional;18 en Chile rigió bajo la Constitución conservadora de
1833, donde correspondía al Congreso el control de constitucionalidad
de las leyes.19 El defecto fundamental de esta categoría es mucho más
profundo, pues en realidad el control político no es defectuoso porque
sea político, sino porque al ser un autocontrol, no es en absoluto un
control.
18 André Hauriou ya asumía una justificada posición critica ante este sistema e auto
control francés por estimar que se apartaba singularmente de los postulados e a ^
rama nacional y de la supremacía de la Constitución escrita (Hauriou, 1971, P-
19 Cf. Artículo $8 de la Constitución de Chile de 1833 (Valencia, 1986, p. 1 - •
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Capítulo IV Estado constitucional de Derecho
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capítulo IV Estado constitucional de Derecho
La doctrina tiende a considerar el con trol con creto d e las norm as com o
sarr |Í^CC'C desviación del m o d elo original d e K elsen, y qu e se de
italiano 3 ^art'- k Prax‘s de L°s Tribunales con stitucionales alem án,
Ptrtribunal^ff ^°' ^UC’ SC®“ n Favoreu, se asem ejan cada vez m ás a «su
misiones ' Casac'° n “> Pues en los tres casos se resuelve contra de-
curso c o n s ti't ICC'° na^es’ aunqu e p or diferentes vías. «En efecto, el re-
tuctonal alemán va esen cialm en te d irigido contra decisiones
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
25 El autor cita a G arcía Pelayo q uien ya señalaba que «el Estado Constitucional de de
cho no anula sino que perfecciona el Estado legal d e derecho» (Pérez Luño, 2002, p.
Capítulo IV Estado constitucional de Derecho
76 Por otra parte, cabe agregar a los rasgos anotados u n a característica que esta en pro
ceso de debate do c trin ario . Se tra ta d e la transform ación de los derechos am ent es
en objetivos a perseguir p o r el o rd en a m ie n to ju ríd ico (G rtm m , 2006).
27 Es u na referencia a la e x te n sió n d e la in te rp re tac ió n de la C o nstitución, particu
larm ente tra tán d o se d e d e re c h o s fu n d am e n ta le s q ue influyen en todo c or
to jurídico, e incluso e n las relaciones ju ríd icas en tre particulares. (Car one
PP- 18-19).
201
Capítulo V
Meoconstitucionalismo
Antecedentes
Desde que Susanna Pozzolo, en 1 9 9 7 , llam ó «neoconstitucionalismo» a
la corriente jurídica que recoge los cam bios experim entados por las cons
tituciones a partir de la segunda m itad del siglo x x e intensificados desde
la década de 1 9 7 0 ,2 la d en o m in ación se ha difundido progresivamente
en Europa y Am érica Latina. Sin em bargo, bajo este nom bre, «que fue
ensado para identificar una perspectiva iusfilosófica antiiuspositivista»
(Pozzolo, 2 0 1 0 , p. 1 6 5 ), se in clu yen diversas, y a veces opuestas, concep
ciones filosóficas y jurídicas, e incluyen autores com o R onald Dworkin,
Robert Alexy, G ustavo Zagrebelsky, y co n ciertos m atices importantes
Luigi Ferrajoli y Carlos S. N iñ o .3 Por tal razón, conviene precisar qué
se entiende por n eo co n stitu cion alism o, com o corriente que integra a
diversos autores de la escuela genovesa, adem ás de Pozzolo, tales com o
Paolo Com anducci, M auro Barberis y Riccardo G uastini, y que se inicia
con una crítica de ciertas corrientes pospositivistas de la filosofía jurídica
actual (C om anducci, 2 0 1 0 , p. 2 5 1 ).
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capítulo V Neoconstitucionalismo
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capitulo V Neoconstitucionalismo
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Antecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
1. Principios jurídicos
Una presencia ingente de principios en las constituciones contemporá
neas, predom inando sobre las reglas,6 concebidos -principios y reg[.u
com o especies del género normas jurídicas.
Paolo Com anducci distingue principalm ente dos versiones sobre la se
paración entre principios y reglas, una tesis «fuerte» y una tesis «débil»
o moderada. En primer térm ino, la tesis de la separación fuerte, soste
nida por Ronald D w orldn, Robert Alexy, M anuel Atienza, y Juan Ruiz
Mañero (Com anducci, 2 0 1 0 , p. 81). Según esta tesis, «la diversidad en
la dpología de las normas entre principios y reglas es condición nece
saria y suficiente para la diversidad en la interpretación y aplicación de
principios y reglas, para la diversidad en la argumentación a partir de
principios o a partir de reglas, y de la diversidad en la solución de los
conflictos entre principios y reglas» (C om anducci, 20 1 0 , p. 80).
Para Com anducci, esta tesis, concebida com o tesis teórica, no parece
superar la prueba de la realidad, «ya que n o siem pre aquellas normas que
son configuradas com o principios ( ...) presentan las características (es
tructurales y /o funcionales) que se les atribuyen» (Comanducci, 2010,
pp. 81-8 2 ),7 ni las reglas las de los principios.
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Capitulo V Neoconstitudonalismo
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas deí Constitucionalismo
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Capítulo V Neoconstítucionalísmo
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Antecedentes de la Idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
9 En efecto, señala el autor español que «aun cuando aceptásemos que los principios
supongan una teoría de la interpretación propia, en ningún momento se ha dicho que
los principios sean exclusivos de la Constitución», desde luego están presentes en las
leyes, y no se ve la diferencia en la forma de aplicación, y lo único que se puede advertir
es una mayor presencia de principios en la Constitución, lo que en el neoconstitucio-
nalismo se traduce en una invocación a la ponderación más que a la subsunción (Prieto
Sanchís, 2001, p. 211). En el mismo sentido, Comanducci observa la tendencia de la
doctrina reciente «a configurar las peculiaridades de la interpretación constitucional res
pecto de la interpretación de Ja ley como una cuestión de grado, y no como diferencias
cualitativas» (Comanducci, 2010, p. 254).
10 La doctrina, en general, parece estar de acuerdo con la tesis de una diferencia cuan
titativa de la interpretación constitucional (Prieto, 2001, p. 211)
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Capítulo V Neoconstitucionalismo
Por su parte, Paolo Com anducci, advierte nuevos mostos en odres vie
jos, al destacar que «la teoría del Derecho neoconstitucionalista resulta
ser nada más que el positivism o jurídico de nuestros días», esto es, se
decanta por la tesis que sostiene que el neoconstitucionalismo teórico
«no es más que la continuación, con el mismo método pero con un
objeto (parcialmente) m odificado, del iuspositivismo» (Prieto Sanchís,
2001, pp. 207-208), y, por tanto, en contra de quienes consideran el
neoconstitucionalismo teórico com o una teoría que presenta diferencias
cualitativas respecto del iuspositivismo teórico, debido a «las transfor
maciones del objeto de investigación que exigirían un cambio radical de
metodología» (Comanducci, 2010, p. 253).
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capítulo V Neoconstitucionalismo
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capitulo V ^constitucionalismo
5 4 «Sobreinterpretación» de la constitución
Este rasgo significaría una extensión de la interpretación constitucional
más allá de la interpretación literal, y consistiría en utilizar «cuando sea
posible el argumento a similL A través de este tipo de interpretación
(...) se puede extraer del texto constitucional innumerables normas im
plícitas, idóneas para regular casi cualquier aspecto de la vida social y
política» (Carbonell, 2 0 1 1 , p. 18).
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Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
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Capítulo V Neoconstitucionalismo
227
Antecedentes de la idea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
tivas fundamentales respecto a las demás reglas del conjunto, pero que
pasan a ser ‘Constitución en razón del particular contenido que expre
san, y no en razón del sujeto que ha redactado el documento» (Pozzolo
1998, p. 342).
228
Capitulo V Neoconstitucionalismo
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A ntecedentes de la ¡dea de Constitución y etapas del Constitucionalismo
230
V
Capítulo Neoconstitudonafcmo