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EL CONSTITUCIONALISMO EN LA HISTORIA
(Epígrafe segundo del Bloque 1.1)
(Este epígrafe hay que completarlo con el estudio de los temas I, III y IV del
manual indicado en la guía docente desarrollada)

1. El significado histórico del constitucionalismo 1


1. 1. El significado histórico del constitucionalismo: el concepto moderno de
Constitución y de constitucionalismo; el sistema constitucional.

Con el término constitucionalismo se hace referencia al movimiento que, en


buena medida, sanciona y afirma el triunfo de las revoluciones burguesas y
que, desde finales del S. XVIII, alumbra y consolida el concepto moderno de
Constitución.
Nace como expresión jurídico política del liberalismo en oposición al
absolutismo. Así, mientras el liberalismo expresa en el orden ideológico las
exigencias del capitalismo y la realidad de la sociedad de clases y de
relaciones de género, el constitucionalismo las expresa en el orden jurídico-
político contribuyendo, de manera decisiva, a configurar el Estado como la
forma de organización política de las formaciones sociales capitalistas. No
obstante, en su versión liberal-democrática (garantía de los derechos y
extensión de los mismos, sistema de controles del poder, etc.), representó un
indudable progreso de liberación política de las clases dominadas, si bien las
mujeres tuvieron que esperar al siglo XX, para su reconocimiento constitucional
como sujetos de derechos (aún hoy no suficientemente expresado en las
Constituciones).

El significado político del término Constitución responde al sentido que,


históricamente, ha tenido el constitucionalismo como movimiento ideológico y
político: asegurar la garantía de la libertad frente al poder público (tal y como se
expresó en el artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano, francesa, de 1789).

Es un concepto nacido del liberalismo, en oposición al absolutismo, que


pretende la limitación del poder y la garantía de la libertad, cuyos principios,
basados en uno de los principales postulados del liberalismo, el individualismo
y la primacía del individuo y de la sociedad frente al Estado, se expresarán en
la transformación del Estado moderno en Estado Liberal, cuyos rasgos
característicos o ejes principales giran en torno al principio de libertad y a la
limitación del poder. Los principales mecanismos para la limitación del poder
serán: las Declaraciones de Derechos, la división de poderes y la idea y
plasmación del Estado de Derecho.

Por tanto el sistema constitucional significa que la organización del Estado


obedece a unos determinados principios (libertad, igualdad, justicia, pluralismo

1
Como resumen general de este punto y para complementar el estudio del mismo se facilitará un power
point con explicaciones adicionales. Este power point, a diferencia de otros usados en clase, SÍ se tiene
que estudiar.
2

político2) y que las instituciones del Estado están configuradas de manera que
el poder resulte limitado y la libertad (los derechos) garantizada.

Esta organización se plasma en un texto (excepto el modelo inglés) que recibe


el nombre de Constitución, siendo las primeras escritas la norteamericana de
1787, la francesa de 1791 y la española de 1812.

La Constitución, en sentido moderno y con la precisión jurídica y específico


contenido y función políticas, como expresión o estructura jurídica-política
de un Estado, aparece en el S. XVIII con las revoluciones burguesas y, lo
hace, bajo tres formas que configuran tres modelos históricos de
constitucionalismo: el evolutivo (inglés), el originario (americano), el
revolucionario (francés).

El objetivo garantista de la constitución y del constitucionalismo se persigue,


así, mediante una determinada forma de organización del poder del Estado,
pero también normativamente: la Constitución es, efectivamente, una norma
jurídica que obliga a los poderes del Estado y cuya infracción resulta
antijurídica3.

Hablar hoy de Constitución o sistema constitucional designa, no sólo un


sistema político determinado, sino también designa una norma jurídica a la
que deben sujetarse los poderes del Estado.

El constitucionalismo contribuye a configurar el Estado de manera decisiva, y


la Teoría del Estado y el Derecho Constitucional dan cuenta de la
inseparabilidad de la realidad Estado y de la realidad de la Constitución. El
Derecho Constitucional pretende dar cuenta de la complejidad específica del
entramado de relaciones que significa el concepto moderno de Constitución.

1.1.1. Las aportaciones del siglo XVIII: las teorías del poder constituyente
y las Declaraciones de Derechos.

En la etapa, que podemos denominar pre-constitucional, por ser la inmediata a


las primeras constituciones escritas, las dos aportaciones fundamentales,
serán:
 en el orden teórico y de la reflexión jurídico-política, las teorías del poder
constituyente; y
 en el orden positivo, las Declaraciones de Derechos.

Las teorías del poder constituyente

Las teorías del poder constituyente se asientan sobre la ficción de un pacto o


contrato social entre individuos para abandonar el “estado de naturaleza” 4. Con
2
Aunque estos principios (valores superiores propugnados por el ordenamiento jurídico, según el art. 1.1
de la Constitución española) estarán presentes sólo gradualmente, a medida que evolucione el Estado
Liberal hasta el Estado Social. Los principios iniciales serán igualdad y libertad.
3
En el sentido actual, no originariamente. Excepto, como veremos, en el caso de EEUU.
4
El contrato social establece una comunidad de hombres libres e iguales. La cuestión es que
para que hombres libres e iguales puedan construir un orden social nuevo debe haberse
firmado previamente un contrato sexual a partir del cual los varones regulen el acceso sexual
3

este “pactum societatis” nace la sociedad civil de los individuos, que es


autónomamente capaz de ejercer el poder constituyente, es decir, de decidir y
de fundar cierto tipo de Estado, de asociación política a la que dicha sociedad
civil decide someterse (“pactum subiectionis”). Las teorías del poder

constituyente aportarán, a su vez, el soporte teórico de la línea contractualista


para justificar o fundamentar la existencia del Estado y el principio
representativo.

La teoría del poder constituyente se debe situar en el contexto histórico-político


en el que surge, finales del S. XVIII 5, en el que se dan dos procesos que
coinciden con dos de los modelos constitucionales históricos: el
norteamericano y el francés.

A. El proceso norteamericano

Partiendo de las teorías puritanas y los convenants (acuerdos de las


asambleas de colonos), se produce el tipo de órgano constituyente: la
convención nacional.

La Constitución Federal de 1787 responde a esa concepción: la aceptación


del pacto del pueblo unido en convención es el que se da la norma
suprema -la Constitución- a la que todos (particulares y poderes públicos)
estaban sometidos.

No sabemos si eran conscientes de que estaban inaugurando una nueva


época, pero sí que eran conscientes de que, con el hecho de dotarse de una
Constitución, estaban fundando (políticamente) una serie de nuevos Estados y
el Estado Federal.

B. El proceso francés

Por su parte, en la Francia de 1789, la realidad es bien distinta de la


norteamericana. En Francia ya hay un Estado sólidamente estructurado y
fundamentado; no se trataba de crearlo, sino de configurarlo de determinada
manera según la nueva filosofía política y el nuevo concepto de Nación. Se
trata, en definitiva, de cambiar la titularidad de la soberanía, que pasa del
Monarca absoluto a la Nación.

La idea de Nación se amplía; ya no es sólo la patria natal, la lengua, los usos y


costumbres propios de una tierra (la nación “natural”), sino la gente que quiere

al cuerpo de las mujeres. El contrato sexual, por tanto, crea una relación de subordinación de
las mujeres respecto de los varones, de forma que cuando se firma el contrato social, las
mujeres están excluidas de él como sujetos.
5
Aunque sus orígenes se puedan encontrar en el S. XVII (en los supuestos de la escuela del
derecho natural y los documentos escritos convenants americanos e ingleses de la revolución
puritana), es en la reflexión jurídico política del S.XVIII, y en Rousseau, uno de sus más claros
ejemplos, la que extrae y expresa, ahora con libertad, las consecuencias que se derivan de los
principios que se formularon en el siglo anterior.
4

ser Nación: es la voluntad de unión política (idea tendencialmente jurídica); la


Nación se crea a sí misma y en ella reside la soberanía [“Una ley común y una
representación común, he ahí lo que constituye una Nación” ¿Que es el Tercer
Estado? Emmanuel Sieyès (1747-1836)]

El concepto de Nación de la Revolución Francesa: ficción jurídico-política


de representación colectiva; persona moral (opuesta a la persona física del
rey), distinta de los individuos que la componen, a quien se transfiere la
soberanía; entidad originaria, soberana, que refuerza la idea de unidad del
Estado (unidad de la soberanía); el poder constituyente es de la Nación que,
mediante la Constitución, constituye el Estado con el que se identifica.

Es Emmanuel Sieyès, en su obra ¿Que es el Tercer estado?, el que más


coherente y sistemáticamente elaboró la teoría del poder constituyente, que es
la aportación más definitiva al concepto moderno de Constitución. Los puntos
básicos de su teoría son los siguientes:

a) en la Nación, que “es el origen de todo” reside el Poder constituyente, que es


un poder diferente a los poderes constituidos (ejecutivo, legislativo, judicial) que
“no han podido constituirse por ellos mismos”, porque han sido constituidos por
la Constitución.

b) este Poder no es necesario que sea ejercido por todos y cada uno de los
miembros de la Nación o el pueblo (que se ejerza individualmente: democracia
directa); pueden dar su confianza a representantes que se reunirán en
Asamblea a este único objeto (Asamblea Constituyente), para establecer una
Constitución, compuesta por representantes extraordinarios; representación
que se establece como necesaria.

c) el Poder constituyente lo posee siempre la Nación que puede cambiar en


cualquier momento la Constitución “cualquiera que sea su voluntad no puede
perder su derecho a su derecho a cambiarla”. Por eso en las constituciones
deben figurar “los medios de formar y reformar todas las partes de la
constitución”.

Las Declaraciones de Derechos

Suponen una novedad radical pues en ellas se reconocen una serie de


derechos del hombre como individuo. Supone la plasmación del reconocimiento
patente y solemne de unos derechos individuales que acoten una esfera de la
libertad individual frente al poder del Estado, los demás individuos y las
corporaciones6.

6
Estas Declaraciones aunque coincidan con las Cartas medievales, en que, de una u otra
forma, constituyen limitaciones al ejercicio del poder establecido, difieren (las medievales / las
modernas, respectivamente) en los supuestos en que se asientan, su estructura, los sujetos a
los que van dirigidas y la forma en que se expresan:
-supuestos: dirigidas al reconocimiento de situaciones de determinadas corporaciones o
entidades / dirigidas en abstracto a la totalidad de los ciudadanos.
-estructura: derechos subjetivos heterogéneos en su contenido y significación / regla de
derecho objetivo.
5

Estas modernas Declaraciones de Derechos del siglo XVIII, son la expresión o


los “manifiestos” básicos del liberalismo y de las Revoluciones burguesas, sin
las cuales no se puede concebir el Derecho constitucional, íntimamente ligados
desde su origen (art.16 de la Declaración de derechos del Hombre y del
Ciudadano) y el significado que para la historia de la organización política ha
tenido y tiene el constitucionalismo.

Entre ellas podemos destacar, ya en el siglo XVII, las antecedentes inglesas


como el Habeas Corpus Act de 1679 o el Bill of Rights de 1689. En el siglo
XVIII, las norteamericanas como la Declaración de Derechos del Buen Pueblo
de Virginia de 12 de junio de 1776, la Declaración de Independencia de 4 de
Julio de 1776 y, la propia Constitución de los Estados Unidos de América de 17
de septiembre de 1787 y sus diez primeras enmiendas (Bill of Rights) de 15 de
diciembre de 1791, y la paradigmática francesa Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano de 26 de agosto de 1789.

Estas Declaraciones son la realización, en el campo del derecho positivo, del


conjunto de ideas del orden natural y de la Escuela del Derecho Natural y de la
concepción individualista del liberalismo. El contenido de las declaraciones
norteamericanas y francesa, revela los presupuestos del iusnaturalismo e
individualismo que las inspiran y ambas corresponden a los objetivos de la
burguesía frente a los obstáculos del Estado Absoluto: la propiedad y la
libertad, frente al sistema estamental y el mercantilismo (política económica del
absolutismo); la libertad de pensamiento y expresión, frente a la intolerancia
religiosa y la censura; la libertad y seguridad personales, frente a las
detenciones arbitrarias.

El derecho a la libertad, propiedad, y búsqueda de la felicidad (americana)


corresponden a todo individuo por el mero hecho de su nacimiento, es decir,
por su naturaleza. Son derechos universales, absolutos, inviolables e
imprescriptibles, que emanan de las leyes de la propia naturaleza y que el
derecho positivo no puede contradecir, ni crear, ni conceder, sino reconocer o
“declarar” y garantizar.

La libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión (francesa),


son derechos cuyo disfrute sólo la Ley podrá limitar (principio de legalidad).

Sobre el contenido concreto de las declaraciones, podemos diferenciar dos


categorías de derechos: los derechos del hombre y los derechos del
ciudadano7.
-sujetos: los derechos y franquicias dirigidas al individuo en cuanto sujeto inmerso en una
corporación o estamento (nobleza, clero, ciudades libres) / dirigidas al individuo aislado.
-forma (instrumento distinto): normas particularizadas (fuero, pacto) / norma jurídica de carácter
general.
7
Un supuesto básico de la filosofía política liberal-burguesa es precisamente el axioma de que
el “Estado” y la “sociedad” son dos esferas separadas. Esta separación entre una esfera estatal
(o política, que es el ámbito de lo público) y una esfera social (que es el ámbito de lo privado)
conduce a aceptar la idea de que los individuos en cuanto tales no están implicados en la
actividad y los fines del Estado.
Las contingencias particulares de los individuos y la realización de sus intereses se producen
en los ámbitos social y económico, mientras que el Estado no está autorizado más que a tener
en cuenta al hombre en cuanto ciudadano.
6

Los derechos del hombre se hacen corresponder con los derechos naturales
derivados de la propia naturaleza humana y por tanto de carácter pre-social
(básicamente, la libertad, la propiedad y la seguridad).

Los derechos del ciudadano derivan de la comunidad política, nacida del


pacto social, subordinada al respeto y conservación de los derechos naturales.
La libertad es ahora entendida como el derecho a participar en la conformación
de la voluntad general, y es a la Nación a quien corresponde ejercer la
soberanía.

Por último, como caracteres podemos señalar: a) racionalismo, pues los


derechos son fruto de la razón mediante una operación intelectual; b)
universalismo, los derechos corresponden a la naturaleza humana que es
universal; c) individualismo, se desconocen los grupos sociales no
reconociéndose el derecho de asociación, pasando incluso más tarde a
prohibirse expresamente; d) derechos de contenido negativo, son derechos
frente al Estado, que no debe intervenir, sin que se prevea que el ciudadano
pueda exigir prestaciones.

Como hemos mencionado más arriba, estas Declaraciones son la realización,


en el campo del derecho positivo, del conjunto de ideas del orden natural y de
la Escuela del Derecho Natural, de la concepción individualista del liberalismo,
y suponen la positivación del sujeto individual (varón) en el ámbito del Derecho
Público, como lo será la Codificación napoleónica, en el ámbito del Derecho
Privado. En este orden, la Declaración francesa de 1789, consagra la
separación entre la esfera pública y la esfera privada8.

De la esfera o ámbito público, quedarán excluidas las mujeres y, en la esfera o


ámbito privado, las mujeres, estarán en una situación de dependencia,
configurándose en el mismo, un espacio privado-doméstico, en el que las
relaciones entre los sexos se articulan en una relación de dominación (varones)
/ subordinación (mujeres). Su justificación la encontramos en la Ilustración,
sobre la supuesta adscripción de las mujeres, “por naturaleza”, al ámbito
doméstico. La exclusión de las mujeres de la esfera pública y, en
consecuencia, de la ciudadanía, de la consideración como sujetos de derechos,
fue contestada por mujeres como la francesa Olympe de Gouges que,
proclama la Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791), o
la inglesa Mary Wollstonecraft, que con su obra Vindicación de los derechos de
la mujer (1792), reveló la irracionalidad de los postulados defendidos por
Rousseau. También algunos varones, como Condorcet y Guyomar,

Así, la contribución tal vez más decisiva del constitucionalismo liberal consistió en mantener
una línea divisoria entre lo público y lo privado, sirviendo para ello un conjunto de instituciones
jurídicas en torno al principio de la representación política. La representación política de corte
liberal y el parlamento en que ésta se encarna actuará como el vínculo que permitirá relacionar
la sociedad con el Estado. Hay que tener en cuenta que esta línea divisoria ignora la
subdivisión que dentro de lo privado se produce entre la esfera socioeconómica, de relevancia
pública, y la esfera doméstica, de aparente irrelevancia pública.
8
Ver nota al pie anterior
7

entendieron dicha exclusión como la negación misma de la razón ilustrada 9.


Esta situación de exclusión persistió hasta el siglo XX.

1.1.2. Las revoluciones liberales y los modelos constitucionales


históricos.

El estudio del concepto moderno de Constitución y del constitucionalismo, es


inseparable del contenido y características de las revoluciones burguesas: las
inglesas, del siglo XVII, y las americana y francesa, del siglo XVIII, ya que a
partir de éstas es cuando aparece el constitucionalismo, bajo tres
manifestaciones que terminarán por configurarse en los modelos
constitucionales históricos: evolutivo (inglés), originario (norteamericano) y
revolucionario (francés).

El actual concepto de Constitución, y su objetivo garantista , reúne las


características de estos tres modelos o manifestaciones históricas del
constitucionalismo, a través de los criterios del contenido, la forma y el origen
de la Constitución.

A. en cuanto al contenido: la limitación del poder, mediante el reconocimiento


de derechos, la división de poderes y la fórmula “Estado de Derecho”.

B. en cuanto a la forma: la Constitución como norma suprema.

C. en cuanto al origen de la Constitución: con origen en la comunidad, Pueblo


o Nación (democrático).

Los modelos constitucionales históricos.

El constitucionalismo evolutivo: así se denomina al constitucionalismo


inglés.

Es una experiencia singular pues la transformación, desaparición o aparición


de sus instituciones se llevó a cabo, básicamente, a través de determinadas
prácticas, convenciones, usos y prácticas políticas, más que por normas
escritas (que también las hay) de las que fue surgiendo una Constitución “no
escrita”, pero universalmente conocida en la teoría y en la práctica.

Desde la Carta Magna en el siglo XIII (1215), pasando por el common law
(derecho histórico), los documentos nacidos de las revoluciones del siglo XVII
y las consecuencias de las mismas (limitación del poder del monarca y la
consecución de más competencias para el parlamento inglés), dentro de una
relativa continuidad de las instituciones inglesas, se pasará de una Monarquía
limitada en 1689 a una Monarquía Parlamentaria a partir de 1714 (soberanía
del parlamento, responsabilidad del gobierno ante el parlamento, que dará

9
Cabe citar también aquí la denominada “Declaración de Intenciones de Seneca Falls”, 1848,
donde se reividicaba para las mujeres los derechos de los que ya gozaban los varones. Sobre
Condorcet o Guyomar, es recomendable consultar sus referencias en el power point sobre el
patriarcado que está colgado en el campus virtual.
8

lugar al modelo de gobierno parlamentario) y, más adelante, a la ampliación del


sufragio y una progresiva aparición de los partidos políticos.

Aspectos básicos y caracteres:

A. en cuanto al origen: ausencia de un momento de ruptura radical y, por tanto,


ausencia de un verdadero proceso constituyente y de una Constitución,
producto del mismo, establecida racionalmente y de una sola vez o con las
características formales de las normas emanadas del poder soberano.

B. en cuanto a la forma: las normas que regulan los contenidos constitucionales


son normas de derecho ordinario, es decir, con el mismo régimen de
producción y modificación que las demás.

C. en cuanto al contenido: limitación del poder


a) No existen “declaraciones de derechos” y su correlativo sistema de garantías
a la manera continental. Los derechos existen y se ha venido disfrutando con
una continuidad histórica de conquista y formulación de derechos, desde la
Carta Magna (1215), la Petición de Derechos o el Bill of Rights, pero no se han
declarado de una vez (como la Declaración de Derechos del Hombre y del
Ciudadano francesa) y su delimitación es fruto de la constante y sucesiva
actuación judicial: a todo ciudadano inglés le está permitido aquello que no está
expresamente prohibido y los poderes públicos sólo pueden actuar en las
circunstancias y formas expresamente establecidas.

b) No existe tampoco la idea de Estado como concepción abstracta del poder


que se da en el continente y las consecuencias que de él derivan (el Estado
sujeto de derecho, la personalidad jurídica del Estado, la categoría de derechos
públicos subjetivos o la distinción -formal- entre normas constitucionales y
ordinarias), sino la idea de Gobierno del Derecho (Rule of Law). La peculiar
fórmula del Estado de Derecho se traduce en la rule of law inglesa, que
expresa la supremacía de las leyes del Parlamento sobre las resoluciones de
cualquier otro órgano, pero lleva implícito los límites de hecho del complejo de
privilegios, derechos y garantías procesales del derecho histórico inglés
(common law)

c) En la lucha por evitar el poder absoluto de la Corona, se concederá una


especial relevancia al Derecho como garantía frente a ese poder. Este hecho y
el enfrentamiento Corona-Parlamento, contribuyeron a configurar el peculiar
sistema inglés y los mecanismos de producción del derecho constitucional
inglés:
- El triunfo del Parlamento lo convierte en la institución superior y central de
sistema político. Los statute law (o derecho estatutario), son las normas
emanadas del Parlamento, que ocupan el lugar más alto y todo lo pueden
cambiar.
- En cuanto al poder judicial, el enfrentamiento Corona-Parlamento contribuye a
potenciarlo en su función creadora del derecho, mediante la fijación del
common law (derecho histórico) e interpretación del statute law (derecho del
parlamento); no obstante, el common law está sometido al statute law.
9

- Hay que tener en cuenta también la importancia de las convenciones, esto es,
actuaciones, comportamientos, formas de relacionarse, en la práctica, las
distintas instituciones; no son ni statute law, ni common law, pero su
desconocimiento implicaría, en buena medida, la quiebra del sistema en su
conjunto.
Ejemplo: son convenciones la exigencia de la responsabilidad política del
Gabinete por parte de los Comunes o la posibilidad del Gabinete de disolver
esa cámara.

El constitucionalismo originario: norteamericano.

Se le denomina originario (y, también, fundacional y revolucionario) porque en


la revolución norteamericana, al independizarse las colonias inglesas de la
metrópoli, se originaron Estados hasta entonces inexistentes. Como
consecuencia de ello, se aprobó la primera Constitución escrita (Constitución
de 1787) y, con ella, se constituyó el Estado Federal de los Estados Unidos de
América del Norte. Su nota más destacada es la consagración, tanto en la
teoría como en la práctica, del carácter de norma suprema de la Constitución.

Sus caracteres, aspectos básicos y aportaciones fundamentales, proceden de


una determinada concepción política (iusnaturalismo, puritanismo político y el
orden jurídico anterior a la independencia).

Caracteres y aspectos básicos:

A. en cuanto al origen: el acuerdo y el consentimiento.

a) pacto entre individuos poseedores de derechos con el fin de constituir un


orden jurídico-político.

b) la idea de poder constituyente se concreta en la aceptación del pacto


(Constitución) del pueblo reunido en convención, ya que sólo él podía darse la
norma suprema a la que todos estaban sometidos (de aquí la consideración de
la Constitución como norma suprema: la constitución es la soberana).

B. en cuanto a la forma: la Constitución es la “Ley suprema del país” (artículo


VI).

La consideración de la Constitución como norma suprema (supremacía


normativa de la Constitución) está directamente relacionada con su finalidad: la
garantía de los derechos individuales y garantía del Estado Federal recién
creado. Se manifiesta en dos efectos:

a) rigidez de la constitución (dificultad para su modificación, artículos 5 y 6)


para mantener la unidad política, el orden político y el orden económico
(asegurar la propiedad y el tráfico comercial).

b) la llamada revisión judicial (judicial review) o competencia del poder judicial


para “revisar” la adecuación de las Leyes a la Constitución e inaplicar las que
se estimen contrarias a ella.
10

El origen concreto del principio se recogió tempranamente en la sentencia del


juez Marshall, caso Marbury versus Madison en 1803: “los poderes del
legislativo son definidos y limitados y para que tales límites no se confundan u
olviden, se ha escrito la Constitución”. La Constitución como norma suprema no
puede ser modificada por una ley ordinaria (pues no sería derecho) y el juez,
ante el conflicto de normas, debe aplicar la superior, la Constitución.
Este sistema judicial, da lugar al llamado sistema de “control difuso” de la
constitucionalidad de las leyes, en donde el juez no expulsa del ordenamiento
jurídico a la ley, sino que no la aplica (distinto de sistema llamado de “control
concentrado” como el de la CE con Tribunal Constitucional y la cuestión de
inconstitucionalidad10).

C. en cuanto al contenido: la limitación del poder mediante el reconocimiento


de derechos (las declaraciones de derechos), una determinada organización
del poder (la doctrina de la separación o división de poderes) y la idea de
Estado de Derecho.

a) las Declaraciones de Derechos:


Se producen en distintas colonias, como la Declaración de Derechos del Buen
Pueblo de Virginia en junio de 1776, que, junto a la Declaración de
Independencia de 4 de julio del mismo año y la Constitución de 1787, reflejan
claramente los principios del iusnaturalismo racionalista11 y del individualismo
liberal burgués. Estas Declaraciones tienen por objeto la protección o defensa
de una libertad concreta o de una práctica política (pragmatismo).
No son ni la gran formulación política, ni aspiran a presentar un sistema social
de validez universal (al contrario que la Declaración de Derechos francesa),
sino ser un instrumento útil para una situación específica: la justificación de la
independencia.
Las Constituciones de las que se habían dotado la mayor parte de las antiguas
colonias americanas en 1776, contenían una parte de Declaración de
Derechos, pero en la Convención Constituyente (Filadelfia, mayo de 1787),
imperó la teoría de que los “derechos tradicionales” no necesitaban de una
específica protección constitucional pues la separación de poderes y otros
controles garantizaban el “gobierno limitado”.
Esta postura no convenció a un buen número de Estados, por lo que en la
ratificación de la Constitución Federal en septiembre de 1787, requirieron que
se añadieran enmiendas protectoras de los derechos individuales, lo que
produjo con la aprobación de las diez primeras Enmiendas el 15 de diciembre
de 1791.

b) La organización del poder.


La Constitución establece un sistema de gobierno de separación de poderes y
de gobierno moderado, con una clara influencia de Locke y Montesquieu.
-determina con cuidado las funciones de los tres poderes y establece
abundantes conexiones entre ellos, aunque con preeminencia del Ejecutivo.
-dota de un gran poder de dirección y gobierno al Presidente, que evoca al de
los Monarcas ingleses (“poder unitario”) y dará lugar a la forma de gobierno
Presidencialista.
10
Art 163 Constitución española
11
“suponemos como evidentes...” (Declaración de Independencia)
11

-crea un poder judicial fuerte, independiente e interpretador, que dará lugar al


sistema de “control difuso” de la constitucionalidad de las leyes.

c) La idea de Estado de Derecho.


La sumisión del Estado a unas normas jurídicas precisas es una idea que nace
con el derecho positivo de las revoluciones americana y francesa (“gobierno de
las leyes que no de los hombres”). Aquí la idea de Estado de Derecho se
plasma de forma evidente con la afirmación de la supremacía normativa de la
Constitución en primer lugar.

El constitucionalismo revolucionario: así se denomina al surgido de la


Revolución francesa que significó una ruptura radical con el régimen anterior
del Estado Absoluto.

Caracteres y aspectos básicos:

A. en cuanto al origen: la idea de que la normativa constitucional procede de la


propia comunidad (expresada de distinta manera que la americana) y la idea
del poder constituyente, como poder libre e incondicionado que “pertenece al
pueblo o a la Nación”, después corregida dando lugar a las teorías expresadas
en Rousseau y Sieyès, de la soberanía popular y la soberanía nacional y a las
teorías de la representación política.

B. en cuanto a la forma: consagra la Constitución escrita como norma suprema


(como la americana), aunque de manera más racionalista y organizadora,
“codificada”, en partes bien diferenciadas.
No obstante, la lucha entre la soberanía monárquica y la parlamentaria,
supuso, durante un tiempo, poner el énfasis en la primacía de la Ley, de las
normas emanadas de las asambleas, y entender a la Constitución más
como documento político que como norma suprema.

C. en cuanto al contenido: la limitación del poder, expresada en el artículo 16


de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789: “Toda
sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada ni la
separación de poderes determinada, no tiene constitución”. Así, la limitación del
poder se lleva a cabo mediante el reconocimiento de derechos (las
declaraciones de derechos), una determinada organización del poder (la
doctrina de la separación o división de poderes) y la idea de Estado de
Derecho.

a) Las Declaraciones de Derechos.


Son la positivación de los derechos naturales y del individualismo liberal. Se las
incluye en las Constituciones y las encabezan desde la primera de 1791
(excepto la de 1875).

b) La organización del poder.


La separación (o división) de poderes tiene una base y configuración
racionalista. No es fruto de la realidad o de la historia, como la inglesa, sino
12

fruto de la Razón, lo que no significa que no guarde relación con la propia


realidad histórica francesa; en realidad es más una voluntad jurídica de
establecer tres poderes a fin de limitar el poder del monarca absolutista (poder
ejecutivo), para controlar a los tribunales contrarrevolucionarios (poder judicial)
y para proteger a la asamblea parlamentaria (poder legislativo).

c) El Estado de Derecho.
El principio de legalidad o reserva de ley significa el sometimiento de todos los
poderes del Estado al orden jurídico12. El ordenamiento jurídico se articula
jerárquicamente y la organización del Estado se configura como un sistema de
distribución y asignación de competencias (de cada poder del Estado y de la
Administración) cuidadosamente circunscritas y acotadas. La Ley es ahora la
garantía de la libertad.

1. 2. La constitucionalización de los derechos fundamentales.

La constitucionalización de los derechos fundamentales y libertades públicas


será una de las consecuencias más destacadas de las revoluciones de fines
del siglo XVIII. A partir de entonces los derechos se incorporan a la historia del
constitucionalismo y, su reconocimiento y extensión, a las transformaciones del
Estado y del constitucionalismo.

En una primera etapa, el constitucionalismo se caracteriza por la fijación en un


texto de los principios y normas concernientes a la organización del Estado y
del poder, pero todavía no significará una ruptura radical con el Antiguo
Régimen, sino el comienzo de un prolongado proceso de transformaciones de
las estructuras sociales y políticas que se prolongará hasta después de la I
Guerra Mundial.

En este primer proceso, lleno de numerosos conflictos propios del cambio, se


producirán fases de reacción absolutista, avances de los principios liberales y
la inclusión en las constituciones de una serie de derechos y libertades más o
menos amplia según dichas fases, pero todavía enmarcadas por la ideología
individualista.

En Francia, a la cabeza de la primera Constitución de 3 de setiembre de 1791,


se situó la Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano de 1789, y
la Constitución de 24 de junio1793 (jacobina), se inicia con una tabla de
derechos del hombre (de la que se sigue excluyendo a las mujeres) de
contenido democrático y declaración de los primeros “derechos sociales”
(derecho al trabajo, protección frente a la pobreza, derecho a la educación)13.

En España, la Constitución de 1812, aunque no contiene una declaración


sistemática de derechos, reconoce una amplia relación de libertades
diseminadas por su articulado sobre la base de la cláusula general de su art.4

12
La primera Constitución Francesa proclama que “no hay en Francia autoridad superior a la
Ley”.
13
Recuérdese lo dicho sobre la Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, de
1791.
13

que proclama la obligación nacional de “conservar y proteger por leyes sabias y


justas la libertad civil, la propiedad, y los demás derechos legítimos de los
individuos que la componen.”

Por su parte en los Estados Unidos de Norteamérica, se adoptan otras


Enmiendas constitucionales como la 13ª, en 1865, que abolió la esclavitud,
después de la Guerra de Secesión, la 14ª en 1868 sobre debido proceso legal
o la 15ª en 1870 de derecho al voto de todos los varones independientemente
de su raza, derecho que las mujeres no alcanzaron plenamente hasta el siglo
XX con la 19ª enmienda (1920)14.

A lo largo del S.XIX, en distintos Estados europeos se incluyen en los textos


constitucionales una serie de derechos y libertades más o menos amplia según
la inspiración de sus autores, con un claro contenido programático y con la
sujeción de su ejercicio a la previa mediación del legislador, es decir, el
derecho vale tanto como lo que diga la Ley15.

No obstante, en algunos países se produce una tendencia a superar el carácter


programático de los derechos y libertades, incluyendo en la Constitución, junto
con normas de contenido general y de principio, otras que regulaban aspectos
más detallados que no hicieran necesaria la posterior intervención del
legislador (Constitución Belga de 1831).

En esta etapa se produce un proceso de progresiva relativización del contenido


iusnaturalista de los derechos, en el sentido de que los derechos sólo existen
en la medida de su reconocimiento por el ordenamiento jurídico estatal y, en su
mayor parte, los textos constitucionales europeos responden a una marcada
línea individualista y son los derechos del hombre burgués (sufragio censitario
masculino y el carácter inviolable y sagrado de la propiedad).

A medida que avanza el proceso de industrialización, el proletariado se va


conformando como clase que cobra conciencia de su situación. La aparición de
la clase obrera como protagonista en la historia, las revoluciones liberal-
democráticas, entre los años 1830-1871 en Europa y las ideas socialistas y
comunistas, supondrán la emergencia de los derechos económicos y sociales y
la progresiva consolidación del Estado Liberal, sobre los restos del absolutismo
monárquico y sus intentos de restauración.

En las revoluciones liberal-democráticas, en el último tercio del siglo XIX, con el


nacimiento de los partidos obreros de masas, el proletariado no sólo lucha por
la igualdad de derechos y por la implantación del sufragio universal, sino
también contra la explotación económica y las condiciones de vida impuestas
por el modo de producción capitalista, y reivindica el reconocimiento de unos
nuevos derechos de carácter económico y social (derecho al trabajo, a sus
frutos, a la seguridad social), cuya protección jurídica se reclama.

14
Recuérdese lo dicho sobre la Declaración de Seneca Falls, 1848.
15
Eso significa que los derechos contenidos en las Constituciones, en esa época, no eran de
aplicación directa, por no considerarse éstas normas supremas.
14

El Manifiesto Comunista de Marx y Engels de 1848, expresa esta nueva


situación y la Constitución Francesa de la II República de este mismo año va a
tener un contenido doctrinal de carácter social y el reconocimiento del sufragio
para todos los varones.

El sufragio universal no se alcanzará hasta bien entrado el S.XX, con el


sufragio femenino, gracias a la específica lucha de las mujeres por su
reconocimiento como sujetos de derecho y sujetos jurídico-políticos, que se
organizan en el movimiento sufragista a finales del siglo XIX (especialmente en
EEUU y Gran Bretaña), y gracias al feminismo, como movimiento de mujeres
teórico y reivindicativo en su permanente reflexión sobre las causas de la
desigualdad de mujeres y hombres16.

Tras el triunfo de la Revolución Soviética en 1917, la Declaración de Derechos


del Pueblo trabajador y explotado, redactada por Lenin, que encabeza la
Constitución soviética de 1918, se presenta como una Declaración frente a las
Declaraciones burguesas e ignora el reconocimiento de los derechos
individuales. La Constitución de 1936 sí reconoce derechos políticos para todos
los ciudadanos y sirvió de base para el estatuto de los derechos fundamentales
en los demás países socialistas.

Tras la I Guerra Mundial (1914-1918), se abre una etapa de progresiva


democratización de los Estados liberales europeos en dos fases: la primera y
segunda postguerras, a las que se corresponden dos movimientos de
constitucionalización: de un lado, la conformación del Estado Social como
Estado interventor y regulador de los procesos económicos y prestador de
servicios y, de otro, la plasmación en las constituciones de los nuevos derechos
de carácter económico, social y cultural así como de principios para la
consecución de la igualdad material o real.

Después de la II Guerra Mundial, y con el fin de ordenar el mundo de la


postguerra, se creó la Organización de la Naciones Unidas (Carta fundacional
aprobada el 27 de Junio de 1945 en San Francisco 17) cuyos fines son el
mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, la prevención de
amenazas a la paz, represión de los actos de agresión y la resolución de
conflictos internacionales por medios pacíficos

Las terribles consecuencias de las guerras, la necesidad de reconocer el


derecho de autodeterminación de los pueblos en el proceso de
descolonización, los graves atentados contra los derechos del género humano,
la necesidad de afirmación de los derechos de las mujeres, etc., fueron
exigencias que obligaron a considerar el carácter supranacional o supraestatal
de los derechos y establecer cauces internacionales de reconocimiento y
protección de los mismos.

16
Buen ejemplo de ello será la Declaración de Sentimientos, elaborada en Seneca Falls en
1848, y que “actualiza”, de alguna manera, la Declaración de Independencia de los Estados
Unidos de América de 1776.
17
Con el precedente de la Sociedad de Naciones, creada en 1919 con el Tratado de Versalles.
15

Para ello, la ONU promulgó el 10 de diciembre de 1948, La Declaración


Universal de los Derechos Humanos18, a la que siguieron distintas
Declaraciones sobre derechos específicos y los Pactos Internacionales sobre
Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto sobre Derechos Civiles
y Políticos en diciembre de 1966 y, en el ámbito europeo, instrumentos
equivalentes a los anteriores.

El aspecto más importante de la evolución del contenido de los derechos


es la progresiva superación del individualismo propio de las primeras
declaraciones así como de su carácter exclusivamente formal. Es decir, los
sujetos a los que van dirigidos no son los individuos aislados o considerados en
abstracto, sino situados en una concreta situación económica y social. Estos
nuevos derechos se suelen incluir en la categoría genérica de derechos
sociales, frente a los tradicionales de naturaleza individualista y negativa (frente
al Estado).

La Constitución Mexicana de 1917, fue el primer intento de conciliar los


derechos de libertad (del liberalismo) con los derechos sociales, pero es la
Constitución alemana de Weimar de 1919, en el tránsito al constitucionalismo
social, la que mejor refleja el nuevo estatuto de los derechos fundamentales:
con la fórmula “los derechos y deberes fundamentales de los alemanes” se
reconocían, junto con las libertades individuales tradicionales, derechos
sociales referidos a la protección de la familia, la educación y el trabajo.

Esta Constitución será inspiradora de la Constitución Española de 1931 (la


primera que reconoce el voto de las mujeres 19), y de las de la segunda
postguerra: la Francesa de 1946, la Italiana de 1947 o la Ley Fundamental de
Bonn de 1949, en donde alcanzarán una mayor perfección técnica, hasta las
más contemporáneas Grecia (1975), Portugal (1976) y España (1978).

Por lo que respecta a las mujeres, a pesar del progresivo reconocimiento de la


igualdad formal y de las indudables transformaciones sociales, culturales y
legales, la realidad de la situación de subordinación y exclusión, que han
padecido las mujeres en todos los tiempos, como consecuencia de estructuras
discriminatorias, y la pervivencia (cuando no perpetuación) de determinados
roles tradicionales y la perenne infravaloración de la actividad femenina, limitan
en la práctica la capacidad de las mujeres para ejercitar plenamente y en
igualdad con los varones, los derechos fundamentales de las que son titulares.

Esta realidad hizo necesario que la ONU declarara en 1975 los años 1976 a
1985, como el Decenio de Naciones Unidas de la Mujer durante el cual se
aprobó, en 1979, la Convención sobre la eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer (CEDAW), cuya relevancia hizo que se
conociera el texto como la Declaración de los Derechos de las Mujeres. Esta
Convención supuso la entrada de la realidad de la discriminación de las
mujeres en la agenda jurídico-política y, a partir de ese momento, se insta a los
18
Conviene recordar que la referencia a ‘derechos humanos’ en el título de la Declaración se
debe a Eleanor Roosevelt. En sus primeras versiones el título era ‘Declaración Universal de los
Derechos del Hombre’, en el erróneo entendido que la expresión “hombre” abarca a todo el
género humano, es decir, hombres y mujeres.
19
Gracias al empeño de la diputada Clara Campoamor.
16

gobiernos a establecer, formalmente, la igualdad de derechos y combatir la


desigualdad de oportunidades, para garantizar el ejercicio de todos los
derechos y libertades para cualquier persona. A la CEDAW le han sucedido
otras de carácter universal y específica normativa europea.

1.3. Las grandes fases del movimiento constitucional.

Aunque se suele simplificar la evolución del movimiento constitucional en tres


grandes fases (liberal, democrático y social20), ello no da cuenta de los avances
y retrocesos del movimiento ni de otras realidades ni de la realidad
contemporánea. Por esta razón, señalaremos las grandes fases del movimiento
constitucional con su correspondencia con las fases de construcción del Estado
contemporáneo según el siguiente esquema:

1ª Revoluciones Liberales frente al absolutismo monárquico: Las


revoluciones inglesas del S.XVII y las americana y francesa del S.XVIII. La
francesa abre un ciclo liberal en Europa (como por ejemplo la CE de 1812).

Es la fase fundacional del constitucionalismo con los modelos británico,


americano y francés. El sufragio es restringido (censitario o capacitario y sólo
varones).

2ª Etapa contrarrevolucionaria: Restauración del antiguo régimen; la caída


de Napoleón permitió un restablecimiento momentáneo del absolutismo en
Europa, aunque con distintas variantes: Francia, Italia, Austria; Fernando VII en
España…

Es la época de las Cartas Otorgadas, que se corresponde a la superación del


primer restablecimiento momentáneo del absolutismo (restauración de la
monarquía en Francia) y con el denominado liberalismo doctrinario
(conservador); no obstante, se abrirá paso un nuevo tipo de Monarquía
limitada21.

3ª Democratización del Estado Liberal: Fruto de las revoluciones


democráticas, en Europa, entre los años 1848 a 1872.
20
Así se exponen en el power point que hay que estudiar. Para visualizarlos claramente se
recomienda consultar el esquema general que ya se utilizó para la explicación del epígrafe 1
del bloque 1.1.
21
Con la denominación de Cartas otorgadas, nos referimos a una serie de documentos
constitucionales, que generalmente adoptaron el nombre de Carta (origen medieval-estamental.
pacto entre el rey y los Estamentos) que los Monarcas tuvieron que conceder (los monarcas
“otorgan” “aceptan promulgar”) ante las presiones populares. Fueron un intento contradictorio
de hacer compatible la soberanía tradicional con ciertas libertades estamentales y burguesas y
de alcance liberalizador muy limitado y, su origen “regio” les veda el carácter constituyente.
Ejemplos:
-Estatuto de Bayona, de 1808, de José Bonaparte en España.
-La Carta Constitucional Francesa, de 1814, de Luis XVIII “Hemos acordado y acordamos,
voluntariamente y por el libre ejercicio de nuestra autoridad regia, hacer concesión y
otorgamiento a nuestros súbditos...”
En algunos casos, la Carta otorgada reconoce el principio de soberanía nacional: formalmente,
al Rey, le corresponde el poder constituyente; materialmente, a una Asamblea representativa
El otorgamiento supone una “autolimitación” del poder del monarca en favor de una progresiva
parlamentarización (Constitución Belga de 1831).
17

Es la fase de las primeras Constituciones democráticas, en la que se producen


reformas de los sistemas de representación y de las instituciones políticas,
como la progresiva implantación del sufragio universal masculino, si bien las
mujeres no alcanzarán el derecho al sufragio hasta el siglo XX.

La revolución soviética, por un lado, y el final de la I Guerra Mundial (noviembre


1918), por otro, acelerarán las transformaciones políticas hacia un liberalismo
renovado: el liberalismo democrático, que se impone en dos movimientos
históricos, de organización estatal, los posteriores a las I y II Guerras
Mundiales, respectivamente.

En esta fase podemos distinguir dos etapas constitucionales: A) las


primeras constituciones democráticas y B) los movimientos
constitucionales de las primera y segunda postguerras hacia el
constitucionalismo social.

A. Las primeras constituciones democráticas: Se corresponden con la etapa de


las revoluciones democráticas europeas (de la segunda mitad del S. XIX), y
fruto de las mismas, serán el precedente decimonónico del constitucionalismo
democrático generalizado en el siglo XX.
a) en Estados que se dan una estructura Federal como Suiza y Alemania: de la
Confederación Suiza de 1815, al estado Federal (Confederación Helvética)
C.1848; de la Confederación Germánica de 1815, al estado Federal C.1871 (es
un ejemplo “menos” democrático por la hegemonía prusiana de monarquía
semi-autoritaria con vocación de estado imperial)
b) en Estados que superan la monarquía limitada mediante una República
presidencial, en Francia C.1848 (onda expansiva de ésta y las siguientes) o
mediante una Monarquía Parlamentaria, en Holanda C1848, Dinamarca
C.1849, España C.1869.

B. Los movimientos constitucionales de las primera y segunda postguerras: Se


corresponden a una amplia etapa de progresiva democratización de los
Estados liberales europeos.
a) Primer movimiento: el posterior a la I Guerra Mundial (entre 1918 y 1932).
Impulsado por la aparición de nuevos Estados Nacionales a la caída de
antiguos Imperios plurinacionales como Austria, Alemania, Turquía, Rusia (en
parte), y aspira a la fundación o renovación de los Estados.
Ejemplos: Finlandia 1919, Estados Bálticos 1920-1922, Polonia 1921,
Checoslovaquia 1920, Yugoslavia 1921, Alemania 1919 (Constitución de
Weimar), Austria 1920, Hungría 1920, Turquía 1924, Irlanda 1922, Grecia 1927
y España 1931 (al margen de las consecuencias directas de la I Guerra
Mundial pero influida por ellas).

Coexiste con dos fenómenos nuevos: el constitucionalismo que surge de la


revolución soviética (las Constituciones de 1918 y la Federal de 1924) y los
fascismos, respuesta a la crisis del capitalismo, que supone crisis en
constitucionalismo clásico o democrático (Italia con el fascismo 1922;
Alemania con el nazismo 1933; después España, a partir de 1939 con el
franquismo).
18

b) Segundo movimiento: el posterior a la II Guerra Mundial.


Después de la derrota de los fascismos alemán e italiano, aparece lo que
denominamos Constitucionalismo Social, que tiende a reproducir los
elementos del liberalismo clásico, reforzando los elementos democráticos:
-insiste en la garantía de los derechos de las personas y grupos y en los
derechos sociales, al menos, en su programación.
-racionalización más flexible y pragmática del sistema de gobierno (el llamado
parlamentarismo “racionalizado”).

Pero, además, el Estado social supone un modelo estatal que se pretende


superador del liberalismo clásico en cuanto se constituye en gestor y
administrador de una parte de los bienes sociales, con la finalidad de corregir
determinadas contradicciones existentes en el seno de la sociedad y, en
especial, la desigualdad social y económica que aquella produce. Es
intervencionista en lo económico (con fines de redistribución de la riqueza) y
procura un mínimo existencial básico (“procura existencial”), allí donde las
personas y grupos no llegan.

Significa una opción a favor de un Estado decididamente intervencionista,


aunque mantenga claramente las estructuras del capitalismo (art. 38 CE 1978)
y otros, hacia una consecución de una nueva dimensión de la libertad y la
igualdad, que pueda llegar a una transformación de la sociedad en un sentido
más justo e igualitario (art.40.1 CE 1978).
Ejemplos: Francia 1946 (con De Gaulle, C.1958 más “autoritaria”), Japón 1946,
Italia 1947, Alemania 1949 (Ley Fundamental de Bonn), Dinamarca 1953,
enmiendas a las constituciones de Holanda y Bélgica, Suecia 1975.

Fuera de este segundo movimiento de constitucionalización, pero dentro del


denominado constitucionalismo social, las constituciones de Grecia 1975,
Portugal 1976, España 1978, Estados europeos que, después de la II Guerra
Mundial, sufrieron aún el fascismo o regímenes dictatoriales o autoritarios.

4ª Creación de los Estados Socialistas (en las órbitas soviética, china o más
o menos autónomos de éstas) y creación de Estados nuevos, nacidos en
las ex-colonias europeas (en África y Asia), entre los años 50 y 80 del S.XX.

Entre 1945 a 1960, en unos casos, se importó el sistema parlamentario (con


vigencia sólo en la India) y en otros casos regímenes socialistas.

Es la fase de los movimientos constitucionales del socialismo y de los


países descolonizados

A. El constitucionalismo socialista. (sólo unas notas, dada su escasa


existencia actual)
Inaugurado por la revolución soviética, el carácter pretendidamente transitorio
del Estado (la dictadura del proletariado hacia la sociedad sin clases y sin el
aparato de dominación de clase, el Estado), las constituciones socialistas, más
que una constitución de un Estado, son de un período determinado dentro de la
historia de construcción de una nueva sociedad.
19

Se expande después de la II Guerra Mundial en Europa y tras procesos


revolucionarios en otras partes del mundo y permite distinguir distintos grupos
de Estados y constituciones socialistas.

B. El constitucionalismo de las ex-colonias.


En este movimiento de constitucionalización, que se prolifera en el espacio y en
el tiempo, hay que tener en cuenta: la heterogeneidad de las realidades
económicas, sociales, culturales y políticas de estos países, la inexistencia de
las etapas de construcción del Estado, la realidad de un capitalismo
subdesarrollado (coincidiendo en algunos lugares con relaciones pre-
capitalistas), el momento de la descolonización (y de quién se
‘descolonizaban’) y el acceso a la independencia. Las circunstancias apuntadas
de todos estos países, han venido desembocando en dictaduras militares,
presidencialismos autoritarios o regímenes de partido único y similares.

Se podría, simplificando, afirmar que se produce un mimetismo del


constitucionalismo norteamericano o europeo:
a) Constitucionalismo latinoamericano: influido mayoritariamente por EEUU
b) Constitucionalismo asiático y africano: influido por antiguas colonias
francesas, holandesas, inglesas, belgas, etc.

5ª La fase más contemporánea.

Aparición de nuevos Estados consecuencia de la desaparición de la Unión


Soviética y de su órbita (Europa del Este), que se han dotado de nuevas
constituciones similares al resto de Europa.
Las transformaciones por la inclusión de Estados Europeos en instancias
supraestatales (Unión Europea) o las transformaciones constitucionales en
Estados de Hispanoamérica, muchas de ellas tras largos períodos de
dictaduras militares.

Dentro de las tendencias en el mundo contemporáneo podemos destacar:

a) la “globalización”, la mundialización de la política: mercado, comunicaciones,


etc.
b) áreas supranacionales: económicas, políticas y militares; de los dos
“bloques” (capitalista y socialista) y un “tercer” mundo, a la hegemonía de los
EEUU (un nuevo imperialismo) y otros Estados emergentes como China; la
Unión Europea (UE), la Organización de Estados Americanos (OEA), Mercosur,
etc.
c) rebrote de fundamentalismos religiosos, guerras tribales; terrorismo
internacional; crisis del papel de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
d) persistencia de ámbitos de desigualdad y discriminación de las mujeres y de
la violencia de género.
e) neoliberalismo; pobreza.

Cómo afecta la situación del mundo a la organización política estatal (se


ampliará con explicaciones en clase y otros materiales)
20

El Estado, mientras pierde o sufre límites a su soberanía en el ámbito


internacional, en el interior se refuerza como instancia insustituible (ampliación
de funciones, cometidos y finalidades sociales) a la vez que aparece impotente
para resolver una serie de problemas (crisis económicas, bienestar material,
paz, seguridad).

Tendencias que se pueden señalar:


a) crisis del Estado social
b) concentración del poder en el Ejecutivo
c) limitaciones (en la práctica) a la democracia
d) apertura a comunidades más amplias
21

2. El constitucionalismo en España22.

2.1. Algunas notas sobre la historia constitucional en España: aspectos a


considerar en la formación del Estado contemporáneo en España.

La historia constitucional de un Estado, por sí sola, no explica la historia de un


Estado pero, las constituciones, son un reflejo de las realidades sociales de su
época y uno de los elementos que nos permiten conocer esas realidades.

Los “cambios” constitucionales son el resultado de varios factores: los cambios


profundos o relativos de la dinámica histórica del Estado y las insuficiencias
internas del propio sistema constitucional.

A. Niveles de explicación en el análisis de la historia constitucional de un


Estado (esquema).

1º La estructura jurídico-constitucional: Constituciones elaboradas por órganos


constituyentes legitimados, promulgadas o no y otras normas con rango
constitucional.

2º El sistema de aparatos e instituciones que constituyen el Estado teniendo en


cuenta que se han podido formar históricamente, aunque sea de manera
desigual y heterogénea; las relaciones entre ellos, no siempre son armónicas;
aparatos e instituciones que, a veces, aparecen en las Constituciones pero,
muy a menudo, no aparecen en ésta sino que hay que buscarlas y encontrarlas
en la legislación ordinaria e, incluso, en la práctica, como realidad de hecho, y
que suelen perdurar por encima de los cambios constitucionales, asegurando la
continuidad del Estado

3º La correlación de las diversas fuerzas sociales (clases y grupos sociales),


históricamente variable, dependiendo del desarrollo de los elementos
económicos y sociales y las relaciones y conflictos que originen; correlación,
sin la cual, no se pueden entender las categorías jurídicas del Derecho
Constitucional.

4º Las formas de conciencia social: las ideas filosófico-jurídicas y religiosas, las


relaciones de género y las distintas formas de organización de esa conciencia
(sindicatos, partidos, iglesias, etc.) y su incidencia en la vida política.

5º El elemento internacional: tanto, como marco político global, como por la


influencia en el propio Estado y adaptación de otros modelos jurídico-
constitucionales.

B. Aspectos a considerar en la formación del Estado contemporáneo en


España.

1º La estructuración y desarrollo del Estado bajo la construcción de una


oligarquía en la que ejercen el papel hegemónico las fracciones superiores de
la burguesía y en la que paulatinamente se integra la antigua nobleza y
22
Bibliografía básica si se quiere ampliar este epígrafe: Jordi Solé Tura y Eliseo Aja,
Constitución y períodos constituyentes en España (1808 - 1936), Ed. Siglo XXI.
22

condiciona el desarrollo del capitalismo y de las instituciones constitucionales y


proyecta un Estado bajo la capa del liberalismo doctrinario.

2º Se edifica un Estado centralista y burocrático: a la centralización del poder


económico en una oligarquía encerrada en sí misma correspondió una
ideología de centralización del poder político y que supuso el abandono de
cualquier idea de desarrollo económico; sólo se desarrollan “autónomamente”,
aquellas zonas que, por tradición anterior u otras circunstancias, se prestan al
desarrollo industrial y/o comercial, pero sin fuerza suficiente, en sus
enfrentamientos con la oligarquía, para propiciar un cambio en el conjunto del
Estado y, consecuentemente, incapacidad para generar mecanismos
modernos de reclutamiento de élites gobernantes en sus territorios,
favoreciendo el caciquismo.

3º Carácter minoritario y oligárquico de la construcción del Estado: forjado bajo


los moderados y la Restauración, apartó sistemáticamente a las masas
populares de la participación en los aparatos e instituciones del Estado y la
inmensa mayoría de la población española no pudo tener ningún papel en la
forja de dichas instituciones.

4º Inexistencia de un verdadero sistema de partidos: la incapacidad de las


clases dominantes de conformar de un verdadero sistema de partidos, que
funcionaron más como camarillas civiles y militares que giraban alrededor de
personalidades concretas; el protagonismo de los militares, desde los inicios
del constitucionalismo, fue dejando un espacio, cada vez más amplio, a su
intervención en la política.

5º La práctica de los derechos y libertades: una vez “asegurados” por la


burguesía hegemónica los derechos y libertades clásicos del liberalismo en su
lucha contra el absolutismo, limitó los mismos, siendo entonces, el movimiento
obrero en ascenso, el que recuperó su potencial transformador (lucha por los
derechos de asociación, manifestación, libertad religiosa, reunión, etc),
coincidiendo en alguna de sus pretensiones con otros grupos que también
necesitaban de esos derechos para asegurar su actuación (republicanos,
nacionalistas, amplios sectores de las burguesías medias...)

En resumen, mientras en otros Estados europeos las luchas democráticas y


populares introdujeron importantes elementos de democratización en las
instituciones liberal-representativas hasta formar un sistema liberal-
democrático, en España, el sistema creado por la oligarquía mantuvo su rigidez
y, ante los avances en la democracia, bajo la II República, tuvo que recurrir a
una guerra para destrozarla, imponiendo un régimen autoritario, centralista, de
concentración de poderes y falta de libertades y represión, que fue la dictadura
franquista.

Durante la dictadura, las propias contradicciones de las clases dominantes, los


nuevos retos del capitalismo, para el que las estructuras del régimen franquista
empezaban a ser un freno, junto con la resistencia y lucha de las fuerzas
democráticas nunca detenida, significaron algunas tímidas reformas en la
década de los 60-70 del s. XX, hasta que, tras la muerte del dictador, se
anunciara el comienzo de la transición democrática hacia la Constitución de
23

1978.

2. 2. El desarrollo histórico del constitucionalismo español (en negrilla las


Constituciones que han estado vigentes hasta la actual de 1978).

1ª CE 1812. Primera Constitución Española de signo liberal


1814-1820: vuelta al absolutismo
Se declara vigente: 1820-1823, trienio constitucional-liberal
1823-1833: vuelta al absolutismo
1834-1836: Estatuto Real = Carta Otorgada
Se declara vigente en 1836, mientras se abre un proceso constitucional

2ª CE 1837. Consolida el régimen constitucional liberal.

3ª CE 1845. Esta Constitución impone la ideología, las instituciones y el orden


moderado y, tras el trienio liberal-progresista (1854-1856), sufre modificaciones
de signo reaccionario y conservador.
1852: proyecto de Constitución de signo conservador que significaba la vuelta
al espíritu del Estatuto Real.

Constitución no promulgada de1856. Texto constitucional de signo democrático


que no llegó a estar vigente.

4ª CE 1869. Esta Constitución, tras la revolución “gloriosa” de 1868, puede


considerarse la primera constitución liberal-democrática de nuestra historia y se
intenta construir un Estado democrático.

1873-1874: Iª República
1873, Proyecto de Constitución Federal republicana
1875: restauración monárquica

5ª CE 1876. Constitución de signo liberal-doctrinario.


Progresiva crisis de la restauración, quiebra de la monarquía.
1923: dictadura de Primo de Rivera.
1929: Proyecto de institucionalización de la dictadura.

1931: Proclamación de la IIª República

6ª CE 1931. Avanza el constitucionalismo democrático-social, y proclama el


Estado integral (precedente del actual Estado autonómico).
febrero de 1936: victoria electoral del Frente Popular
julio de 1936: sublevación militar encabezada por el general Franco.
1936-1939: guerra civil

1936-1978: la dictadura franquista, el eclipse constitucional, más largo de


nuestra historia.

1975-1978: transición política


1977: Ley para la reforma política

7ª CE 1978. Vigente.

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