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Módulo 6.

Educación e historicidad 2021-2

Actividad 2. Educación para la ciudadanía.

Alumna: Carmina Díaz Martínez

Ciudadanía y enseñanza de la historia.

La función socializadora nos comprende que se puede conservar una enseñanza


histórica, relacionada con la identidad nacionalista. Resaltando este proceso histórico,
menciona que “es el aprendizaje de los jóvenes, de valores, normas, conductas,
actitudes o habilidades, centrándose en los principales aspectos socioculturales, en el
contexto político y económico al que pertenece. Todo proceso de socialización
constriñe de nuevo la forma en que una generación se comporta.

La función de transmisión de una cultura común sólo puede lograrse mediante una
cuidadosa selección del conocimiento histórico escolar. Este conocimiento histórico de
la escuela fue considerado, y aún lo es todavía para algunos. Los jóvenes se vuelven
parte de la sociedad adulta. (Pagès, 2007)

La historia para ubicarse en el presente conforma el propósito moral y social de la


enseñanza de la historia se resiste al cambio y explica el bajo impacto de las
actualizaciones pedagógicas y, más recientemente, las sugerencias de la teoría social
crítica. Sin embargo, existe un discurso creciente en el que la enseñanza de la historia
y la educación cívica van de la mano y brindan argumentos valiosos para guiar el
cambio en la práctica.

OSBORNE (1999) para quien la historia debe aportar a los estudiantes los
conocimientos, las habilidades y los valores para a) ser un miembro productivo de la
sociedad, b) ser crítico y comprometerse en la mejora de la sociedad, y c) fomentar
sus competencias e intereses para su pleno desarrollo como personas y miembros
de su sociedad.
También creen que hay muchas oportunidades para que la enseñanza de la historia
ayude a dar forma a diferentes aspectos de la ciudadanía, en particular hacer una
comunidad internacional democráticamente organizada.

Con base a lo anterior es preciso el formular cuales funciones son imprescindibles para
perfilar una educación que apuntale a una ciudadanía pro-activa, siendo en
consideración la función socializadora, ya que esta motiva a la ciudadanía joven a la
participación, esto siendo aprovechado en el ámbito académico para su
enriquecimiento intelectual y desarrollo social.

Además, la función trasmisión, que funge como guía para enseñanza dinámica,
mediante la selección cuidadosa y adecuada a cada alumnado, siendo una base en la
cual un estudiante se puede apoyar para reforzar los conocimientos.

Bibliografía
OSBORNE, K. (1999). «The Teaching of History and Democratic Citizenship» in R.
Case. The Canadian Anthology of Social Studies. Pacific Educational, pp. 29-41.

Pagès, J. (2007). La educación para la ciudadanía y la enseñanza de la historia. Las


competencias profesionales para la enseñanza-aprendizaje de las Ciencias
Sociales ante el reto europeo y la globalización., p. 205-215.

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