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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN E INNOVACIÓN


PEDAGÓGICA
MODULO 6. EDUCACIÓN E HISTORICIDAD
UNIDAD 3. CRISIS DEL ESTADO EDUCADOR E IDENTIDADES EN LA
SOCIEDAD GLOBALIZADA
SEMANA 8. IMPACTO EN LAS POLITICAS NEOLIBERALES EN EL SISTEMA
EDUCATIVO MEXICANO
ACTIVIDAD 3. EDUCACION E HISTORIA EN AL DEFINICION DE LA
IDENTIDAD NACIONAL
NOMBRE DEL ALUMNO: RAÚL PÉREZ BAUTISTA

NOMBRE DEL MAESTRO: MARIO ALBERTO CUATEPOTZO DURÁN

HUEJUTLA DE REYES, HIDALGO, A 05 DE MARZO DE 2022


EDUCACIÓN E HISTORIA EN LA DEFINICIÓN DE LA IDENTIDAD NACIONAL

La identidad nacional, es el conjunto de características de la identidad colectiva de


una comunidad política a la que todos los ciudadanos son incitados a pertenecer.
Lo cual, esta identidad se forma a través de la cultura cívica, la cultura social, el
patrimonio (que incluye naturaleza, historia, culturas, lenguas patrimoniales y
producciones culturales) y el patriotismo.

Por otra parte, la consciencia histórica en términos de interconexión de


interpretaciones del pasado no sólo con la comprensión del presente sino
igualmente con la concepción de aspiraciones referidas al futuro. La historia se
percibe ante todo como un conjunto de fenómenos que engloban el pasado, el
presente y el futuro. Dicho de otra manera, se utiliza la palabra historia para
calificar el tipo de procesos socioculturales en los que evoluciona el ser humano.
Es decir, que con esta palabra se entiende a la vez existir en el corazón de
procesos socioculturales de naturaleza temporal y vivir dichos procesos.

Ahora bien, al abordar el papel que ha tenido la educación en la construcción de


un proyecto de nación, inmediatamente nos lleva a varias interpretaciones de la
sociedad vistas desde diferentes estratos, esta problemática social, nos lleva a
pensar en una responsabilidad profunda de índole nacional.

Los maestros son los actores más cercanos frente a esta problemática, pero
no son los únicos responsables, ya que ellos se han acatado a políticas educativas
cuyas calificaciones populares han sido un tanto burdas.

Las decisiones que se toman en un país donde la verdad se puede disfrazar, han
desencadenado un hartazgo hacia los discursos oficiales, ya que al pueblo no se
le puede engañar, porque para las mayorías (pueblos indígenas) esto no es
legítimo.

Analizando esta falta de legitimidad, se escuchan diferentes voces con críticas con
una posición que muchas veces es vendida y tomada por realidad y más para
aquellas mentes con poco sentido de pertenencia.
Desde cualquier óptica, es tan importante el papel que tienen los maestros para
proponer con una base sólida (con democracia participativa), para formar un
proyecto de nación autentico que no sea copiado de otras latitudes que poco
tiene que ver con la realidad cultural de nuestro México.

Por último, la enseñanza de la historia, al igual que la de la geografía, desde sus


orígenes el pasado, y su enseñanza escolar, ha sido utilizado política e
ideológicamente. Sin embargo, los cambios sociales, políticos, tecnológicos,
culturales, etc. a los que estamos asistiendo, más los nuevos enfoques señalados
en los apartados anteriores, exigen que nos planteemos cuáles deben ser los
objetivos y los contenidos más adecuados para ubicarse ante el mundo y formar a
los jóvenes para que quieran participar en la vida democrática de sus sociedades.
La historia está explícitamente destinada a promocionar la ciudadanía a través de
proporcionar oportunidades a los alumnos para discutir la naturaleza y la
diversidad de las sociedades, una parte de la memoria y del conocimiento histórico
juegan en nuestras vidas y se focalizan en la palabra memoria que nos conecta el
presente a través de las interrelaciones pasado-presente. El pasado vive en el
presente y consecuentemente es importante como lo recordamos. El peligro que
suscita es que podemos acabar con una memoria dominante que es abierta a la
explotación por los gobiernos nacionales como un foco para animar una lealtad
mecánica y un patriotismo de la nueva generación.

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