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Para que enseñar historia

(Hay que comprender que este texto esta echo en base a una critica del sistema educativo mexicano, todo lo que aquí se habla es sobre ese
sist. Educ.)

La enseñanza de la historia es indispensable para el conocimiento del ser humano viviendo en sociedad.

En México se muestra claramente el desastre en el sistema educativo nacional, se observan claras deficiencias y expone la necesidad de
una reforma radical de la enseñanza de la historia.

Enseñamos historia propia y la de otros pueblos para hacerlos conscientes de que son parte de la gran corriente de la historia humana, un
proceso que se inicio hace miles de años y por el que han transitado pueblos y civilizaciones distintos a los nuestros. Enseñamos el pasado
porque somos conscientes de que “el pasado fue el modelo para el presente y el futuro”.

Enseñar el desarrollo histórico de los pueblos equivale entonces a ser conscientes, de nuestra temporalidad, a situarnos en nuestra propia
circunstancia histórica.

La primera lección del conocimiento histórico es hacernos conscientes de nuestra historicidad. “La vida humana se desarrolla en el tiempo,
es en el tiempo donde ocurren los acontecimientos y es en el transcurso del tiempo que los hombres escriben la historia”.

La conciencia de que nuestras vidas se realizan en el tiempo y se modifican con el transcurrir temporal la adquirimos en el seno de la vida
familiar y en el propio entorno social. En el seno de la familia el niño adquiere por primera vez conciencia de que es un eslabón temporal
de un grupo social cuyos orígenes se sitúan en un pasado remoto. Va adquiriendo noción de los cambios que el paso del tiempo induce en
la vida humana. Mas tarde esta percepción individua de la temporalidad se convierte en percepción social cuando el joven o el adulto entran
a formar parte de generaciones, grupos y clases sociales.

El proceso histórico, además de verificarse en el tiempo, ocurre en el espacio. Tiempo y espacio son los dos ejes del acontecer histórico.
Los hechos históricos, requieren ser ubicados en el lugar donde ocurren, deben ser registrados en una geografía precisa. La historia marcha
emparejada con la geografía. No puede haber conocimiento fidedigno de los acontecimientos sin el registro pormenorizado del territorio
donde estos ocurrieron.

El conocimiento histórico enseña que desde los tiempos mas remotos los seres humanos se organizaron en grupos, tribus, pueblos y naciones
dotados de un profundo sentimiento de solidaridad e identidad. El conocimiento histórico destaca la naturaleza social de los seres humanos,
los artefactos que contribuyeron a soldar los lazos sociales: la lengua, los rasgos étnicos, el territorio, las relaciones familiares, la
organización etc.

Se puede afirmar que el conocimiento histórico es indispensable para preparar a los niños y los jóvenes a vivir en sociedad: proporciona un
conocimiento global del desarrollo de los seres humanos y del mundo que los rodea. El conocimiento histórico es conocimiento del ser
humano viviendo en sociedad. Si las nuevas generaciones están obligadas a conocer el presente, es conveniente que lo hagan a partir del
pasado que ha construido ese presente. Desde el inicio de la vida civilizada el conocimiento histórico ha sido el mejor instrumento para
difundir los valores de la cultura nacional y para comprender el sentido de la civilización humana. La historia, al recoger y ordenar el
conocimiento del pasado, se convierte en el almacén de la memoria colectiva, en la salvaguarda de la nación.

Para que la historia pueda cumplir sus funciones culturales, sociales, nacionales y educativas es preciso los sig. requisitos:

1) Ofrecer a los niños conocimientos básicos sobre la historia y la geografía, con el fin de familiarizarlos con los fundamentos de la cultura
nacional, equivale a darles una visión del mundo y una memoria.
2) Despertar la curiosidad de los niños y jóvenes por su pasado. Fomentar, el estudio de los orígenes familiares y sociales, así como los
de la región y de la nación. Esta enseñanza permite encontrar su identidad.
3) Hacer sentir a los niños y jóvenes que los conocimientos históricos no son adquisiciones definitivas, sino saberes sujetos a revisión
constante. La historia como un proceso en constante renovación, y estimular el sentido crítico y el espíritu de observación.
4) Debe estimular “la capacidad critica de análisis, la curiosidad, ejercitar el juicio crítico y el razonamiento.
5) Hacer comprender a los jóvenes la importancia de la civilización y de la historia de otros pueblos. El conocimiento de otras culturas y
tradiciones es la mejor manera de estimular la comprensión y el espíritu de tolerancia entre los jóvenes.
6) Utilizar los ejemplos históricos para enseñar cómo funciona la vida y la sociedad, como se forjaron los valores que sostienen y
alimentan al conjunto social. Comprender el mundo contemporáneo y actuar sobre el como persona libre y responsable.
7) Reafirmar la idea de que educar “es creer en la perfectibilidad humana, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por
medio del conocimiento.

Desde los inicios de nuestro sistema educativo la historia fue considerada una asignatura importante, sus contenidos, los modos de enseñarla,
la formación de los profesores, los métodos que la difunden y sus resultados poco han contribuido a formar mejores ciudadanos y mexicanos.
Una catástrofe silenciosa recorre los diferentes ámbitos del sistema educativo nacional
Los contenidos. La enseñanza de la historia debería ofrecer a los niños y jóvenes una idea general sobre la formación de su país, sobre los
principales procesos históricos que intervinieron en su desarrollo y sobre la diversidad de su población. La historia debería ser un apoyo de
la formación cívica de los estudiantes, debería capacitarlos para comprender la realidad social y el mundo que los rodea, y ofrecerles
instrumentos básicos para actuar en el mundo exterior. Debería preparar a los niños y jóvenes a pensar bien, a reflexionar con propiedad
para que puedan transitar de la vida escolar a la vida productiva como individuos activos, participativos y creativos.
En la realidad, los contenidos de los libros de texto y de los programas escolares se dedican a formar en las mentes de los niños una
concepción estrecha del desarrollo histórico del país. Los métodos regidos por la memorización y las practicas obsoletas. No esta claro que
se quiere enseñar de la historia de México, ni para qué ni cómo. Los libros de textos tampoco enseñan a pensar explicar los procesos
históricos. En fin, la educación básica padece las siguientes deficiencias:
En la primaria y la secundaria, continúa basada en una pedagogía abstracta, de información, irrelevante para la vida real de los estudiantes;
se transmiten contenidos desvinculados del entorno social especifico. Divorcio entre conocimiento escolar y las demandas efectivas de la
sociedad.
Las horas dedicadas a la enseñanza de la historia resultan insuficientes. Los niños unánimemente tienen esa materia como la más aburrida
y la consideran un verdadero suplicio. Según algunas encuestas los niños y jóvenes rechazan las clases de historia porque están basadas en
la memorización y en procedimientos tradicionales. Los profesores no fomentan el trabajo colectivo o las practicas en grupo, y también en
contra de los métodos experimentales, las innovaciones pedagógicas y las visitas a museos o a los lugares históricos. En general, se
manifiestan en contra de las técnicas que ponen en relación directa al alumno con los temas de estudio, y con las practicas que los hacen
pensar y actuar como individuos racionales.
Los educadores. “El elemento constitutivo central de la educación es el maestro”. Los profesores son, uno de los puntos mas débiles del
actual sistema educativo. Están mal pagados y carecen de motivaciones sociales e intelectuales para cumplir con su cometido. No tienen
una preparación especializada, por su propia formación deficiente los profesores son los primeros en reproducir en el salón de clases los
conocimientos obsoletos, las pedagogías inapropiadas y la frustración entre los alumnos. Son también los primeros en evadir el análisis y
la autocrítica.
Otro de los problemas que afecta la enseñanza de la historia es la desvinculación entre el profesor de la materia, las autoridades de la escuela
y los padres de los alumnos. Los directores de la escuela y los jefes de la Enseñanza desconocen los enfoques, las pedagogías y las
necesidades del programa de historia, no prestan oídos a los planteamientos que hacen los docentes, los docentes no están organizados para
hacer valer sus criticas y propuestas. Los padres de familia no tienen voz ni voto en la educación que se imparte a sus hijos. Están marginados
del sistema escolar.
En resumen, entre los retos que enfrenta el sistema educativo está el de “desarrollar su capacidad para atender integralmente al docente,
desde su formación inicial y hasta su actualización, procurar el mejoramiento de las condiciones de trabajo y de salario, y reconocer su
valorización social.
Los alumnos. Uno de los sectores más agraviados. El primer agravio proviene de la frustración que experimenta el niño cuando va a la
escuela a aprender la historia de su patria y recibe en cambio una suma de fechas y acontecimientos que antes que comprender tiene que
memorizar. El segundo agravio, en lugar de que la escuela establezca una relación de mutuo aprendizaje entre él y sus profesores, propicia
una relación gobernada por el autoritarismo, la no comunicación y la represión. El tercer agravio es la carga de aburrimiento, apatía, rechazo
y nulo aprovechamiento, una carga que ahoga cualquier estimulo para estudiar, comprender o investigar.
La enseñanza de la historia es contraria a los ideales básicos del sistema educativo. En lugar de enseñar inocula deficiencias en la formación
de los alumnos y malquista al estudiante con la educación, los profesores y la escuela. Antes que estimular a los alumnos a ejercitar la
critica y abrirse al entendimiento de nuevos problemas, los encierra en la memorización insustancial y la apatía.
Hay una crisis general de la enseñanza de la historia en el sistema educativo mexicano (básica, media y superior).
Los mexicanos estamos obligados a emprender una reforma radical de la enseñanza de la historia, porque la historia está plagada de
deficiencias y se enseña mal. La reforma que necesitamos debe:
Primero. Promover una encuesta exhaustiva de la situación actual del sistema educativo, debe ser exhaustiva, amplia y sistemática, que
permita elaborar un diagnostico realista de los problemas que hoy afectan a las tareas educativas. Esta acción se debe encomendar a personas
capacitadas y comprometidas.
Segundo. Elaboración de un programa de reformas basado en los resultados de la encuesta anterior. Elaborada por una comisión integrada
por un equipo de profesores, pedagogos, historiadores, padres de familia, escolares y expertos altamente calificados.
Tercero. El programa de reformas debe estar integrado por acciones inmediatas, seguidas por otras de mediano y largo plazo, y las tres
deberán ser objeto de evaluaciones periódicas que habrán de darse a conocer a la opinión publica.
La reforma de la enseñanza de la historia y del sistema educativo no puede olvidar que la enseñanza “nunca es una mera transmisión de
conocimientos o destrezas prácticas, sino que se acompaña de un ideal de vida y de un proyecto de sociedad. La nueva propuesta educativa
debe ser coherente con el proyecto de sociedad democrática, debe rechazar los ideales de educación negativos.
La magnitud y trascendencia de la obra educativa que reclama el futuro de México entraña la participación de cuantos intervienen en los
procesos educativos, por lo que es indispensable fortalecer la capacidad de organización y participación en la base del sistema: la escuela
misma, los maestros, los padres de familia y los alumnos. Se trataba de desplegar la energía social para un decidido enriquecimiento de la
educación, fundado en una amplia participación social en la educación.

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