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didáctica 1: Los estudiantes de Educación Secundaria
1. Estudio de caso
2. Desarrollo de contenidos
2.1. Introducción
2.2. Contextos educativos
2.3. Desarrollo físico: la pubertad
2.4. Desarrollo cognitivo
Desarrollo cognitivo (II)
Desarrollo cognitivo (III) Actividad
3. Resumen
4. Mapa conceptual
5. Mediateca y fuentes
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Unidad didáctica 1: Los estudiantes de Educación Secundaria
Bienvenidos a la asignatura «Aprendizaje y desarrollo de la personalidad» y a la formación del
siglo XXI, en donde el aprendizaje ha dejado de ser vertical y descendente(un profesor
subido a una tarima ofrecía sus conocimientos a unos alumnos en un plano inferior), para
convertirse en un hecho horizontal en donde tanto profesores como alumnos aprenden unos de
otros, de manera que, en esta ocasión, el tutor de la asignatura se va a sentar virtualmente a
vuestro lado y entre todos vais a trabajar para crear una comunidad de conocimiento en donde
todos estéis dispuestos a aprender unos de otros, ya que cada uno tiene mucho que aportar al
resto.
No perdáis de vista a la figura de vuestro docente, va a serviros de guía y orientaros en esta
aventura que es el conocimiento de las bases psicológicas principales de los alumnos de
Secundaria que son el propio aprendizaje y el desarrollo de la personalidad de los que serán
alumnos vuestros. Esta compleja tarea, por lo que de idiosincrático tiene el propio concepto
que habremos de desarrollar, se intentará abordar de forma sencilla y amena.
Es muy importante que os liberéis lo antes posible de las trinchas que sujetan la mochila de
combate que puede que alguno de vosotros lleve llena de prejuicios y de conceptos, sobre lo
que ha de ser la relación entre el alumno y el profesor.
Por otro lado, se usará, a modo de mapa, los contenidos que sugiere el propio Ministerio de
Educación, puesto que no se debe olvidar que no solo hay que formar y aprender, sino que hay
que estar preparados para que podáis hacer en el futuro lo que se espera de vosotros como
profesionales competentes en la docencia dentro del marco de la Educación Secundaria.
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Estudio de Caso
1. Estudio de caso
En abril de 2010 tuvo lugar en Zamora un congreso sobre Psicología Positiva que organizó
INFAD, Asociación de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia, Adolescencia, Mayores
y Discapacidad, y en dicho congreso participó como ponente un profesor de instituto
llamado Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que en otros tiempos también se había dedicado a la
política.
✔ Es la primera vez en la historia en el que las
nuevas generaciones (los adolescentes) están enseñando a sus mayores y no al
revés: «hijo, enséñame a… que a ti esto se te da mejor».
✔ Nuestros problemas ya no son los mismos que los de las personas que conocieron a
Napoleón. (Era Moderna).
✔ Está cambiando el valor de las cosas, ya no se valora más lo que escasea (petróleo,
oro, diamantes); hoy no se puede vivir sin lo que más abunda (teléfono móvil,
internet…), que además o bien es económico o bien es incluso gratuito.
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En general, estas son una serie de ideas que deben tenerse muy en cuenta, pero no se
quedó ahí, puesto que se puso a analizar el papel de la educación en nuestros tiempos y a
Ibarra le llamaba poderosamente la atención, que a diferencia de lo que ocurría en otras
ciencias, como por ejemplo la medicina, en la que si pudiéramos teletransportar a un
cirujano del siglo XIX a un quirófano de nuestros días, el hombre no sabría desenvolverse y
desconocería para qué sirven la mayoría de los aparatos que le rodean, pero que si
pudiéramos hacer lo mismo con profesor por ejemplo de literatura o de geografía y le
lleváramos a un aula de la actualidad, el profesor se podría desenvolver perfectamente en
ese entorno, de manera que se han ido produciendo diferentes revoluciones en muy
distintos ámbitos; sin embargo en la educación la revolución está pendiente.
De entre las ideas que definió sobre la educación se pueden resumir las siguientes:
✔ «Pobre del profesor que piense que sabe más que Google».
✔ El sistema educativo destruye la imaginación de los alumnos.
✔ Las nuevas tecnologías generan nuevas personalidades. (Ya se habla de la
personalidad virtual de los individuos).
✔ El profesor es quien transforma la información en conocimiento y con eso se habrá
de ganar la autoridad.
✔ Es fundamental descubrir la auténtica vocación de los alumnos; lo importante no es
informar a los jóvenes, sino buscar la pasión que les mueve para ayudarlas a
progresar en su vida.
✔ Innovar es hacer hoy lo que va a necesitar la gente pasado mañana.
✔ Si son las nuevas generaciones las que enseñan a las anteriores, habrá que
ayudarles a que lo hagan de forma eficaz.
✔ La educación ya no es bidimensional (profesor frente a alumno).
ed).jp
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Por lo que a este respecto, para iniciar el estudio de esta unidad, sería interesante
que reflexionarais sobre las siguientes cuestiones:
En un análisis y comparación del sistema educativa de hace 40 o 60
años con respecto al actual, ¿cuáles son los elementos fundamentales
en los que convergen y divergen?
¿Cuál sería el detonante de una revolución en educación?
Reflexiona sobre tu opinión en lo referente al uso de móviles, tabletas…
por los alumnos en las aulas.
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2. Desarrollo de contenidos
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2.1. Introducción
Durante este período el ser humano deja atrás la infancia y
comienza una adaptación, a todos los niveles (psicológico,
físico, moral, sexual, social…), para entrar en la vida adulta y como en cualquier periodo de
tránsito, el cambio es muy sensible a cualquier influencia tanto del entorno como del propio
interior de las personas.
Como docentes, por un lado se ha de tener en cuenta no solo la peculiaridad de esta etapa
evolutiva del ser humano y por otro las propias características personales individuales para
poder servir de modelos positivos y adecuados de su comportamiento, ya que para los
alumnos, nos convertimos en un referente comportamental.
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2.2. Contextos educativos
El ser humano se desarrolla en relación con su entorno, de
manera que este se convierte en un contexto que influye
sobre su comportamiento, por lo que el contexto educativo
debe adaptarse a los cambios, no solo generales, sino
también singulares que el adolescente experimenta.
Eduard Punset en su programa
Redes titulado «La adolescencia
En una sociedad globalizada como la nuestra, las variables
nos hace humanos».
contextuales se enriquecen por razones de igualdad de
género, inmigración, integración de personas con
discapacidad, virtualización de las relaciones… Por eso, hay
que trabajar para conseguir que desaparezcan los
estereotipos, las estigmatizaciones y el aislamiento de los
grupos minoritarios, que además, a lo largo de este proceso
evolutivo, se pueden formar por criterios sorprendentemente
ridículos, al menos desde el punto de vista del docente adulto.
Para poder trabajar en este sentido, lo ideal es formular una definición representativa de este
período en positivo, alejada entonces de conceptos como conflicto, rebeldía, desequilibrio…, ya
que el propio esquema o imagen mental que elaboremos sobre la figura del adolescente influirá
sobre nuestro comportamiento, por lo tanto sobre la propia relación que establezcamos con los
alumnos, de manera que hay que preguntarse: «¿cuál es mi actitud frente a la adolescencia?».
Para ayudarte a elaborar la respuesta a esta difícil cuestión, te ruego veas en este momento
las entrevistas que realiza Eduard Punset en su programa Redes titulado «La adolescencia nos
hace humanos».
Como puedes ver, para el ser humano esta etapa de su vida no solo es imprescindible, sino
que además es idiosincrática, y para los adolescentes entre las cosas que necesitan, están
modelos de referencia, por eso, en este sentido el papel del docente es fundamental, ya que
sin quererlo, de forma inconsciente en muchos sentidos, el profesor va a transmitir a sus
alumnos sus emociones, sus miedos, sus inseguridades, pero también su entusiasmo, su
disposición positiva incondicional hacia el alumno, su ilusión…; en definitiva, su madurez, de
manera que no hay que olvidar una máxima que, a mi modo de ver, es fundamental en el
proceso de la docencia: se aprende más de quien quieres o te cae bien que de quien sabe
mucho. Así pues, mi consejo, amigos es que miréis dentro de vuestro corazón y busquéis la
razón última por la que estáis haciendo este máster, y si esa razón es porque os gusta
relacionaros con los adolescentes y así poderles enseñar lo que sabéis, entonces tenéis el
éxito asegurado.
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2.3. Desarrollo físico: la pubertad
Muchos entienden la pubertad como un período temporal, pero aunque sea cierto
que se desarrolla en el tiempo, la pubertad es en realidad más que un período,
un proceso de cambio tanto a nivel físico como psicológico.
El cuerpo de los niños y de las niñas se transforma drásticamente para
convertirse en el cuerpo de un adulto y una adulta, de manera que lo más visible
es el «estirón» como forma brusca de crecimiento y de aumento de la masa
corporal, pero el cambio fundamental se centra en el desarrollo de su
sexualidad. Teniendo en cuenta la explosión hormonal característica de este
proceso, influye sobre todo el organismo en general y no solo sobre el aparato
reproductor en particular, con la aparición de la menarquía en las mujeres y la
espermaquia en los hombres.
La edad de comienzo suele ser en torno a los 10/11 años y se prolonga alrededor
de 4 o 5 años, pero cada caso es particular y diferente, incluso a nivel genérico,
ya que las mujeres, por lo general, se desarrollan antes: así pues, dentro de las
aulas de Educación Secundaria nos podremos encontrar con diferentes niveles
de evolución del proceso.
Por su parte, el cerebro se desarrolla en el córtex prefontal y parietal asumiendo
funciones ligadas a la toma de decisiones, al control de las respuestas y al
desarrollo de funciones intelectuales, de manera que el aumento de las
capacidades intelectuales le van a llevar al adolescente a desear poner en
práctica y averiguar cuáles son los límites de dichas capacidades que está
estrenando.
El funcionamiento del cerebro de los adolescentes es singularmente diferente al
de los adultos, y esto provoca una respuesta inmediata más visceral y menos
controlada. Por lo tanto, la conducta adolescente es más impulsiva y
determinada por la necesidad de encontrar la satisfacción inmediata a los
deseos, por el incremento de la búsqueda de nuevos estímulos y de los nuevos
límites, lo que puede llevar al aumento del riesgo a través de la recién estrenada
toma de decisiones.
La evolución y desarrollo del cerebro no es una enfermedad, sino una
característica y como tal hay que interpretarlo, ya que se modifica su capacidad
para aprender influenciada no solo ya por la motivación interna, que le lleva a
desear hacer y querer «ser» cosas nuevas y diferentes a las que quería cuando
era niño, sino también por la reacción de su nuevo entorno social, que va más
allá de la familia y en la que entra de lleno el rol del docente tal y como él lo
percibe en este proceso.
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En muchos casos, el reconocimiento de la propia imagen está ligado a la
comparación con los iguales, que sustituyen a los padres como figuras de
referencia para su comportamiento, y la falta de otros recursos más apropiados
puede llevar a la ridiculización de los rasgos distintivos que se desarrollan en
este proceso, convirtiendo al adolescente en víctima de sus propios cambios, por
lo que la labor del docente es contribuir a la reflexión en busca de un equilibrio
ideal entre el aspecto externo y las capacidades internas del alumno.
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Por otro lado, la imagen que el adolescente tiene sobre su propio cuerpo es
cultural y simbólica. En este proceso el adolescente comienza a ensayar su
nuevo rol de adulto sexuado y diferenciado, y así aparecen nuevas emociones
como el atractivo por sí mismo y por los demás, además de los complejos
derivados de la asunción de expectativas sociales y culturales imposibles de
asumir en este momento y que pueden incluso llevar a la aparición de
enfermedades ligadas a su imagen, que se expresan normalmente en los
trastornos de la alimentación.
La explosión hormonal y los cambios en el cuerpo del adolecente están
asociados al aumento del deseo por la experimentación de sus nuevas facultades
sexuales ligadas a emociones como el placer sexual, el enamoramiento,
el gusto por comunicarse y compartir con sus iguales sus pensamientos y sus
sentimientos. Por ello, es muy importante que el docente haga una introspección
para evaluar su propia capacidad a la hora de comunicarse como ser sexuado, ya
que el adolescente necesita modelos maduros, seguros de sí mismos, que no
transmitan miedos, inseguridades, reproches, ansiedad, ridiculización… fruto
incluso de propios traumas, sino que se comuniquen de forma relajada, sincera,
próxima y comprensible con el adolescente, partiendo de una sencilla premisa:
la comunicación es un acto entre seres sexuados; por lo tanto, es el primer
eslabón de la conducta sexual y si se tiene en cuenta que durante la Educación
Secundaria muchos de los alumnos van a experimentar su primera relación
sexual completa, se ha de estar bien preparado en este ámbito para poder
abordar todas las posibles situaciones a las que el docente se enfrenta, y que
pueden ir desde el desconsuelo por un amor no correspondido hasta el contagio
de enfermedades de transmisión sexual, pasando por los embarazos no deseados
e incluso en ocasiones no consentidos.
También se espera que los docentes sepan abordar situaciones referidas a la
propia orientación sexual del adolescente en orden para contribuir a que no se
desarrollen climas de homofobia y se puedam ofrecer modelos positivos e
integradores alternativos al modelo heterosexual.
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2.4. Desarrollo cognitivo
La generación de hipótesis se acompaña del deseo por la contrastación de las
mismas y así poder elaborar conclusiones por sí mismo a través del proceso de
la deducción lógica.
El adolescente, al analizar un problema, puede utilizar varias relaciones posibles
que podrían ser verdaderas y no contradictorias. Mediante la propia
experimentación, el adolecente va descartando las relaciones entre diferentes
variables que resultan no ser verdaderas (hipótesis). Este razonamiento puede
realizarse operando sobre factores o representaciones verbales. Piaget
denomina factores a los diferentes tipos de propiedades que puede tener un
objeto, como por ejemplo su longitud, peso, volumen, impulso inicial, velocidad…
En este período el adolescente puede abstraer los diferentes factores y
combinarlos de distintas maneras. Cada combinación de factores o nueva
hipótesis es puesta a prueba con vistas a encontrar la solución al problema
planteado.
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Este desarrollo intelectual posibilita al adolescente para enfrentarse a las normas
establecidas de forma lógica y racional; así pues, pondrá en tela de juicio los
valores tanto sociales como familiares, siendo capaz de construir universos
posibles y alternativos impregnados de creatividad y entusiasmo, aunque por
otro lado, este descubrimiento suele ir acompañado generalmente por un
entusiasmo desmedido que no deja espacio a la crítica de su desarrollo lógico, y
es por eso por lo que esta impenetrabilidad de su razonamiento, que raya en
ocasiones la cabezonería, se le conozca como el egocentrismo adolescente.
Su capacidad para poder reflexionar sobre su propio razonamiento les hace más
reflexivos, y además su capacidad de empatía les posibilita el poder ponerse
en el lugar del otro a nivel emocional y a nivel cognitivo, lo que hace que
puedan anticipar de forma más eficaz las intenciones y los propósitos de las
personas que les rodean, condicionando sus respuestas a dicha capacidad, y así
de esta manera se pueden adaptar su conducta por ejemplo a las expectativas
de los demás o a sus estados emocionales.
En esta etapa educativa es conveniente activar la reflexión en el estudiante,
hacer que se pueda enfrentar incluso a los propios errores de pensamiento que
no es capaz de percibir sin la ayuda adecuada y además conviene poner en valor
sus recién estrenadas nociones sobre pensamiento político, nacionalidad,
religión, economía, globalización… e incluir la idea de proceso y cambio como un
factor necesario de la realidad social .
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Fomentando su capacidad de reflexión,
se opera a la vez sobre una de sus
nuevas capacidades que se relaciona
con la toma de decisiones. Esta nueva
capacidad es fundamental, ya que
dependiendo de dónde obtenga la
información, de cuáles sean sus apoyos,
motivaciones, aptitudes y actitudes, va
a comenzar a actuar de forma que, de
ella, se deriven cambios que le pueden
influir para el resto de su vida, como por
ejemplo la elección de itinerarios.
Los seres humanos nos pasamos la vida tomando decisiones y la mayoría de
ellas son triviales, de manera que sus consecuencias apenas tienen repercusión
en el destino del individuo, como por ejemplo escoger el color del traje que nos
vamos a poner por la mañana, pero sin embargo existen otras que pueden
cambiar el destino de la persona, y en esos casos el docente se puede convertir
en un referente del alumno, ayudándole tanto en la obtención de información
pertinente, rica y variada, comó no, en el desarrollo de su análisis, y como no,
en la propia asunción de las consecuencias de su decisión.
El desarrollo de la habilidad en la toma de decisiones está intrínsecamente unido
al desarrollo de la propia identidad del individuo, ya que el resultado de sus
decisiones, o al menos la interpretación que el adolescente hace de sus
resultados, va a tener como consecuencia la influencia sobre su autoestima, su
autoconcepto y la seguridad en sí mismo y sus capacidades .
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Desarrollo cognitivo (II)
Hay que tener en cuenta, que a diferencia de la
etapa infantil, el adolescente comienza a
preguntarse «¿quien soy yo?», y a partir de
ese momento tendrá que esforzarse, por un
lado, para ir respondiendo a esa cuestión, y por
otro, para hacerse hueco en un mundo nuevo al
que acaba de llegar. Para poder dar respuesta
a esa pregunta, el adolescente se va a mirar en
varios espejos: el de la familia, el de la
sociedad, pero sobre todo se va a mirar en el
espejo de los iguales, de los que están en su
mismo plano y con los que más se va a identificar, ya que percibe que tienen los mismos
problemas y viven bajo circunstancias similares a él.
El desarrollo de la propia identidad se realiza a través de la asimilación de rasgos psicológicos,
sistemas de creencias, valores sociales y valores morales, que serán la base de otra de las
grandes cuestiones que se va a plantear el adolescente y que es: «¿quién quiero ser yo?». En
la respuesta a esta pregunta, el adolescente va a buscar modelos a los que parecerse,
personas que le ofrezcan un nuevo guion en su vida y así poder desenvolverse en un nuevo
entorno personal y social. Puesto que los niños suelen idealizar generalmente a sus padres, ya
que con ellos se sienten seguros y protegidos, cuando estos niños entran en la adolescencia
han de romper estos vínculos de dependencia, y para ello buscan figuras representativas que
sustituyan a las figuras parentales, por lo que en este caso, el docente se puede convertir en
ese ídolo siempre que tenga en cuenta que es mejor un buen ejemplo que un buen consejo,
aunque bien es verdad que el adolescente suele buscar a sus ídolos entre sus iguales, ya que
percibe que tienen problemas, inquietudes, gustos, aficiones y emociones similares.
Una vez que el adolescente fija sus ídolos o modelos, percibe cómo se comportan, cómo se
enfrentan a los problemas en busca de soluciones, cómo reaccionan frente a las situaciones
que interpresa que son normales, el adolescente podrá hacer un ejercicio profundo de
introspección sobre sus propias metas y valores, por lo que la importancia de los modelos que
seleccione el adolescente es fundamental ya que le puede ayudar a crecer y desarrollarse a
nivel personal, educativo, profesional, y además, le servirá como referencia en cuanto a
valores y creencias en el terreno social y personal.
Por supuesto que el desarrollo cognitivo e identitario no es sencillo, ya EriKson (1974)
desarrolló el concepto de difusión de la identidad, para referirse a los adolescentes que se
sienten perdidos o aislados, resistiéndose a planear el futuro, lo que les lleva en ocasiones a
oscilar entre posiciones extremas que van desde la parálisis emocional a la actuación
compulsiva, de manera que, o bien no se concentran en nada, o lo hacen en una sola actividad
de forma exclusiva.
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En estos casos el adolescente puede seguir buscando la protección de sus figuras
representativas, que suelen ser los padres, sin hacer crítica de la situación en la que se
encuentran, ya que perciben que es beneficioso para ellos una sobreprotección que, sin
embargo, no les ayuda a crecer ni personal, ni educativa, ni profesionalmente hablando,
por lo que corren peligro de perder el avance generacional que supone su adolescencia y
quedar atrapados en una «generación nini» de adolescentes sin motivación ni intereses
abocada a una dependencia agónica y desadaptada.
Por el contrario, en el otro extremo, puede ocurrir el caso que el adolescente se defina
exclusivamente por la oposición al modelo que durante la niñez le resultó adecuado, pero
contra el que se revela con todas sus fuerzas, a veces incluso fuerza física. Hay que
entender que estos jóvenes pueden interpretar que la violencia es un recurso
adecuado para conseguir sus propósitos, e incluso, puede que si no se desarrollan
adecuadamente a nivel cognitivo, sea el recurso que sustituya al razonamiento lógico por
carecer de la suficiente experiencia en su desarrollo.
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Desarrollo cognitivo (III)
J. Marcia (1980), que considera que el logro de la propia identidad supone la superación de una
crisis o período en el que se toma una decisión consciente, a través de la presencia del
compromiso o interés personal en una ocupación o una ideología, define la identidad como
«una organización interna, autoconstruida, dinámica de impulsos, habilidades, creencias e
historia individual», e identifica niveles diferentes de acuerdo a la presencia o ausencia de
crisis y compromiso.
Para Marcia, la crisis es normativa, y aunque supone cierto desequilibrio, no tiene por qué
suponer la presencia de una patología, sino que más bien es una oportunidad de desarrollo que
comunica con una adaptación eficaz y positiva al entorno.
Por otro lado, la identidad personal se acompaña de identidades grupales, tanto de género
en la que se produce una focalización sobre los estereotipos masculinos y femeninos con el fin
de subrayar su pertenencia a uno de los dos, como étnicas, en las que se incluye una
pertenencia a un grupo en el que se siente aceptado en exclusión del resto de las alternativas
grupales. Muchas de estas identidades son flexibles y dinámicas, de manera que pueden ir
evolucionando dependiendo del contexto y de los intereses de la persona. Aunque este cambio
se resiste más, cuanto más arraigada esté la identidad al propio concepto del ser y así, por
ejemplo, es muy poco común que un adolescente que se identifica con un equipo de fútbol
reconociendo incluso «yo soy del…» , cambie dicho «ser» a pesar de comprobar jornada tras
jornada y liga tras liga, que existen equipos con mejores resultados objetivos. Por lo tanto, el
ser humano es un ser subjetivo, que se considera a sí mismo como ser una identidad concreta.
En este proceso de búsqueda de identidades grupales nuevas en las que reflejarse, la familia
pierde peso respecto al vínculo que se producía en la niñez, pero no tiene por qué perder el
vínculo afectivo que les unía, a pesar de que son los iguales los que han sustituido la
referencia principal del comportamiento y de la toma de decisiones del adolescente, ya que
este busca en su nuevo grupo de referencia al que idolatra, no solo hacer cosas juntos y pasar
tiempo en su compañía, sino que va más allá en la búsqueda de confianza, afecto, lealtad,
apoyo, confidencialidad y consejo.
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La interacción con los iguales beneficia no solo de aspectos intelectuales, como por ejemplo la
adopción de la perspectiva del otro y por lo tanto el ejercicio del apego, sino también sociales,
como por ejemplo la autorregulación del comportamiento, o la socialización de la agresividad
(entendida esta como una respuesta adaptada y diferenciada de la violencia), y es por ello por
lo que si se produce un rechazo del grupo sobre el individuo, este corre peligro de
desestabilizarse emitiendo comportamientos desadaptativos.
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3. Resumen
Como hemos visto, la adolescencia no es un período, sino un
proceso, y este está determinado por un cambio rápido y
radical en un corto espacio de tiempo, que es flexible e
individual.
El contexto en el que los adolescentes se desarrollan a esta
edad es fundamental, por lo que el papel de la educación y de
los educadores promueve la toma de decisiones que va a
determinar la vida futura del alumno, aunque en muchos casos
no haya consciencia de ello por ninguna de las partes
implicadas.
El autoconocimiento, la reflexión, la toma de decisiones, la elaboración de hipótesis, la
solución de problemas son algunas de las nuevas habilidades de los adolescentes, pero el
epicentro del auténtico terremoto que se produce en este proceso será el cambio a nivel sexual
que se hará consciente en el adolescente y que será el impulsor, en muchos casos, de su
deseo, lógico y normal, de averiguar dónde se encuentran los límites de su nueva vida.
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4. Mapa conceptual
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5. Mediateca y fuentes
Mediateca
Bibliografía Básica
Arguís, R., Bolsas, A. P., Hernández, S. y Salvador M. M. (2010). Programa «Aulas
Felices», psicología positiva aplicada a la educación, equipo SATI, Zaragoza, 2010.
Erikson, E.H. (1974). Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: Paidós
Seligman, M.E.P. (2002). La auténtica felicidad . Barcelona: Vergara.
Bibliografía Complementaria
Marcia, J. (1980). «Identity in adolescence». En J. Adelson (ed.), Handbook of
Adolescent Psychology (pp. 159187). Nueva York: Wiley.
Peterson, C. y Seligman, M.E.P. (2004). Character Strengths and Virtues. A Handbok
and Classification. Washington, D.C.: APA Press and Oxford University Press.
Otros Recursos
INJUVE: Instituto de la Juventud.
Educación temprana: esquema de las etapas del desarrollo de Piaget.
EDUCACyL y Juventud JCyL: portales de educación y juventud de la Junta de Castilla
y León.
Juventud Cruz Roja: guía de recursos de la juventud de Cruz Roja.
Educación: revista de educación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
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