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Todo sobre los pilares de educación de la UNESCO

Los pilares de la educación son, desde mediados de los noventa, el nuevo paradigma en
que se basa la UNESCO para promover y garantizar una enseñanza de calidad alrededor
del mundo. Conócelos y aplícalos en tu escuela.

El objetivo de este artículo es ofrecer un amplio panorama, diagnóstico de los cambios y


transformaciones que ha tenido la educación en América Latina durante la última década,
poniendo especial atención en los efectos que el confinamiento por la pandemia mundial
dejaron en el sector educativo.

Los pilares de la educación fueron desarrollados por quien en su momento fue presidente
de la Comisión Europea, Jaques Delors, en su famoso ensayo “La educación encierra un
tesoro”, publicado en 1996. A partir de entonces se les conoce como los cuatro pilares de
la educación de la UNESCO. Posteriormente, se agregó un quinto pilar para el desarrollo
sostenible, del que hablaremos más adelante.

A pesar de tener casi tres décadas de antigüedad, estos pilares siguen estando vigentes,
pues apuntan claramente a la construcción de competencias para la vida en un contexto
social, económico y cultural vertiginosamente cambiante y caracterizado por las nuevas
tecnologías y la amplia disponibilidad de la información.

¿Cuáles son los pilares de la educación y por qué rompen el paradigma tradicional
del aprendizaje?

Es importante considerar que, antes de la llamada era de la información, la disponibilidad


del conocimiento, así como las competencias necesarias para la empleabilidad, eran muy
diferentes.

Antes del Internet, las personas dependían casi por completo del conocimiento que las
instituciones y los docentes consideraban adecuado impartir. Ellos eran el intermediario
entre el usuario y la fuente “directa” de la información y, por tanto, quienes elegían y
curaban aquello que se enseñaba.

En muchos casos, por ignorancia o por interés, esto llevó a que se promovieran ideas que
hoy sabemos que son falsas o incluso que atentan contra la salud y/o la equidad social.
Por ejemplo, antes de la guerra de secesión estadounidense, era común enseñar a los
niños sureños de familias acomodadas que, por orden natural, los esclavos eran
inferiores.

Hoy en día, cualquier persona con acceso a un dispositivo móvil conectado a la red del
conocimiento, tendría las herramientas necesarias para comprobar que la esclavitud no es
aceptable en ninguna circunstancia. (ASPECTOS SOCIALES)

En el terreno de la empleabilidad las cosas también han cambiado mucho. La


estandarización de la educación, como la conocemos hoy en día, coincidió en gran
medida con la primera revolución industrial. En aquel momento, para garantizar una vida
“digna” a los individuos, bastaba con entrenarlos en procesos relacionados con operar
maquinaria o líneas de producción.

Si tomamos ambos fenómenos en conjunto, podemos comprobar por qué la educación se


basaba en adquirir una gran cantidad de conocimientos -algunas veces muy arbitrarios-
con la esperanza de que fueran suficientes para garantizar la inserción social y la
productividad del individuo el resto de su vida.

Actualmente, la disponibilidad de la información (incluso de un exceso de esta) si no es


absoluta, es abismalmente superior a la que existía antes del Internet, y cada vez son
menos los puestos de trabajo que requieren un operario/máquina y más los que
demandan una persona integral capaz de resolver problemas complejos con creatividad y
autonomía.

Los cuatro pilares de la educación que propuso Jacques Delors van de la mano
justamente con este cambio en el paradigma social y económico, y ante su gran
pertinencia, la UNESCO los ha adoptado por años como la brújula que le permitirá llegar a
su objetivo de equidad y bienestar global a partir de la educación. El más reciente de los
pilares va más enfocado a la visión actual del mundo en que se requiere que nos
reinventemos como personas y como sociedad para buscar el futuro que deseamos para
nosotros y el planeta.

Pilar #1: Aprender a conocer (o aprender a aprender)

Aprender a conocer es el primer y más importante pilar de la educación. Marca la


transición a una época en la que ya no se busca dotar al alumno de un determinado set
de conocimientos con los que tendrá que apañárselas el resto de su vida, sino darle las
herramientas necesarias para aprovechar las oportunidades de aprender a lo largo de
todo su ciclo vital.

Entre otras cosas, saber aprender permite:


 Ser protagonistas de nuestro propio aprendizaje y tomar conciencia de los procesos
que lo acompañan.
 Obtener una comprensión global y creciente del mundo que habitamos.
 Entender la relevancia práctica y social del aprendizaje.
 Razonar y tomar decisiones con autonomía.
 Fortalecer el sentido crítico.
 Despertar el amor por el aprendizaje y la curiosidad intelectual.
 Ejercitar procesos cognitivos generales como la atención, la memoria y el
pensamiento abstracto.

Por poner un ejemplo, mientras que en la educación tradicional el énfasis se ponía en


“aprender a leer y escribir”, hoy se pone en “aprender a comunicarnos adecuadamente en
distintos tipos de situaciones, que en muchos casos son imprevistas o desconocidas”.

Esto implica una serie de competencias y habilidades mucho más sofisticadas, que
incluyen aprender a identificar claves sociales, aprender a sondear adecuadamente las
expectativas de los demás, aprender nuevos idiomas o modismos, etc.

Aprender a conocer es un pilar que interpreta todo de lo que no se tiene conocimiento


como la mejor oportunidad para seguir desarrollándose, pero enfrentarse a lo
desconocido también puede generar incertidumbre y resistencias. La dimensión cognitiva
de este pilar debe ir de la mano con la dimensión emocional, fortaleciendo elementos
como la autoconfianza, la autonomía y la flexibilidad, entre muchos otros.

Pilar # 2: Aprender a hacer-

Como su nombre nos permite deducir, aprender a hacer tiene que ver con transformar el
conocimiento en acciones, destrezas o habilidades prácticas.

No solo se trata de la capacidad de aplicar en el mundo real lo que hemos aprendido de la


teoría, también implica una actitud positiva ante los retos y una búsqueda constante de
formas más eficientes y novedosas de hacer las cosas, encontrar soluciones o resolver
conflictos.

Aprender a hacer también significa adaptar el aprendizaje a las demandas de la realidad,


en este caso, orientarlo hacia la empleabilidad en el mercado laboral actual, pero también
a los retos sociales más importantes de nuestra comunidad.

En pocas palabras, aprender a hacer tiene que ver con un constante esfuerzo de
responder a la pregunta: ¿cómo esto que estoy aprendiendo puede ayudarme a mí y a mi
comunidad a tener mayor bienestar?

Para aplicar este pilar a la enseñanza es fundamental que los docentes y las instituciones
procuren espacios en los cuales los alumnos puedan poner en práctica sus
conocimientos. Debemos buscar actividades alineadas con situaciones del mundo real y,
de preferencia, en el contexto de proyectos multidisciplinarios.(METODOLOGIAS
ACTIVAS)

Pilar #3: Aprender a vivir juntos

Convivir en armonía con los demás se ha vuelto más importante que nunca ahora que la
globalización nos lleva a integrarnos con personas de distintas nacionalidades, culturas y
formas de pensar.

Incluso dentro de nuestra misma comunidad puede haber diferencias sociales que es
necesario zanjar y abordar con proyectos colaborativos que busquen el bienestar común y
dejen patente que lo que nos une es mucho más que lo que nos separa.

En este tenor, el pilar de aprender a vivir con los demás apuesta por una enseñanza
permeada por el trabajo en equipo, el civismo, la participación y, sobre todo, la empatía.

Pilar # 4: Aprender a ser

Este pilar busca el desarrollo holístico de la persona, no solo a nivel intelectual o


cognitivo, también en su dimensión social, física, cultural, espiritual y artística.
Aprender a ser significa que sabemos cómo cultivar de manera permanente nuestra
mente, nuestro cuerpo, nuestro sentido estético y nuestra personalidad de acuerdo con
nuestros valores e intereses.

Los docentes no pueden perder de vista que, además de aprendices, sus estudiantes son
seres humanos completos con inquietudes que van más allá de lo meramente
académico.

Pilar #5: Aprender a transformarse

Este pilar se agregó de manera complementaria en años recientes, como resultado de la


necesidad de integrar el pensamiento prospectivo e interdisciplinario en la educación para
el desarrollo sostenible y la creación de estilos de vida responsables.

Aprender a transformarnos significa que somos capaces de entender y movilizar los


cambios individuales y colectivos que se necesitan para avanzar hacia una sociedad más
justa y equitativa, y sobre todo para hacer uso racional de recursos naturales que son
limitados, comenzando con acciones en nuestra propia comunidad.

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