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Estudiantes:
Asignatura:
Derecho Concursal
Catedrático:
CHANCHAMAYO - PERÚ
2022 – II
Una nueva perspectiva del derecho a morir con
La vida de esta ciudadana cambio radicalmente a partir del año 2015, cuando decayó y le
practicaron dos operaciones, que le causaron un trauma por las circunstancias que
sucedían, desde ese momento paso a ser dependiente, ESSALUD le accede el servicio de
clínica en casa con aparatos clínicos y de manera diaria, por ello siente que ha perdido el
derecho a la intimidad; el Hospital Rebagliatti, dispuso que firmara un escrito legalizado
por su abogado y un profesional médico, para consignar su responsabilidad por cualquier
incidente que derive de tener relaciones sexuales, es por eso que ve limitado su actividad
sexual, por todo eso no hay actividad que le genere felicidad, es así que el Defensor de
pueblo, Walter Gutiérrez Camacho en representación de la persona indicada, entabla
demanda de acción de amparo contra el MINSA, ESSALUD Y MINJUS, siendo la
pretensión principal que se inaplique el art. 112 del C. P. al profesional médico que le
practique la eutanasia y como pretensión accesoria es que sea el estado quien haga
cumplir dicha decisión mediante las entidades competentes.
• El art. 112 del C.P. Homicidio Piadoso.- El que, por piedad, mata a un enfermo
incurable que le solicita de manera expresa y consciente para poner fin a sus
intolerables dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
tres años.
• Para enfocarnos en este delito, en primer lugar debemos de tener en claro que el
bien jurídico protegido en este tipo de delitos es la vida, sin embargo este BJP,
tiene límites que regula la constitución y algunas otras normas de carácter general
tales como la pena de muerte en caso de guerra exterior y situaciones no punibles,
como el suicidio, la legitima defensa, el aborto terapéutico, y la acción necesaria
de la policía, (actuación conforme al deber y sin excesos). Esto en razón que se
pone en riesgo la vida de un ser humano que pide morir, por las complicaciones
que su enfermedad aqueja.
• Existe una tesis que sostiene que el Estado debe proteger la vida, aún en contra de
la voluntad de su titular, de acuerdo con esta tesis, prevalece la voluntad del
Estado, que el derecho a la vida no implicaría un derecho a morir, es esto lo que
en el caso en alusión se ha podido apreciar y que los demandados han tratado de
absolver.
La señora Ana Estrada tiene el derecho fundamental a la muerte digna, este derecho si
bien no es reconocido por nuestra constitución en el catálogo de derechos fundamentales,
el juez de la causa indica claramente que insta al proceso porque existe la condición de un
derecho fundamental de numerus apertus que si bien no está prescrito, puede tener
relevancia y protección constitucional, así como el derecho fundamental a la verdad, que
no está prescrito en la constitución, pero que mediante sentencia del TC, se reconoció
como derecho.
Sin embargo durante el desarrollo de su sentencia reconoce que la persona descrita tiene
derecho a una muerte digna y que esta deriva de su derecho a la autonomía y al libre
desarrollo de su personalidad, entonces ella puede decidir sobre su vida y el estado no
puede ser paternalista en el aspecto de quererla proteger cuando ella no quiera o sienta
que esa protección en si le genera un daño e incluso el deterioro de su propia dignidad,
este último supone que uno tiene la capacidad suficiente para decidir y tomar decisiones,
esto quiere decir que la autopercepción es propia de cada uno y uno mismo evalúa esa
circunstancia.
Por tanto, ella puede decidir acabar con su vida, y el juez reconoce que la recurrente tiene
el derecho a una muerte digna, sin embargo, no reconoce que el derecho a la muerte
digna sea un derecho fundamental, puesto que estos derechos se respetan y se promueven,
por tanto, no puede existir un aspecto contradictorio.
De este modo, podemos concluir válidamente que, existe el derecho a una vida digna, que
tiene como base a la libertad y autonomía; empero, la misma validez de este concepto,
implica que exista el derecho a proyectar su vida y en ese proyecto pensar en su final
como lo es el caso en alusión y lo que en palabras de la demandante considera una muerte
digna.
Tanto es así que el estado con el único afán de proteger la vida y permitir que la
naturaleza humana concluya su trabajo en el caso tratado, ha intervenido con las diversas
entidades de salud comprometidas, pero lo único que han hecho es alargarle la vida de
sufrimientos, ya que si no se le hubiera aplicado los necesarios tratamientos a los que se
le ha sometido, ella tal vez, ya habría fallecido, de tal forma el estado protege derechos
fundamentales (vida), pero vulnera otros como el desarrollo de la libre personalidad,
intimidad y otros, es así que se menciona el rol paternalista que se hizo alusión
anteriormente.