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UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas


Escuela Profesional de Derecho

ENSAYO SOBRE EL DERECHO A MORIR CON DIGNIDAD.

Estudiantes:

Palomino Perez, Carlos Daniel

Asignatura:

Derecho Concursal

Catedrático:

Dra. Edith Chachi Vicuña

CHANCHAMAYO - PERÚ

2022 – II
Una nueva perspectiva del derecho a morir con

dignidad en un estado constitucional de derecho.

La vida de esta ciudadana cambio radicalmente a partir del año 2015, cuando decayó y le
practicaron dos operaciones, que le causaron un trauma por las circunstancias que
sucedían, desde ese momento paso a ser dependiente, ESSALUD le accede el servicio de
clínica en casa con aparatos clínicos y de manera diaria, por ello siente que ha perdido el
derecho a la intimidad; el Hospital Rebagliatti, dispuso que firmara un escrito legalizado
por su abogado y un profesional médico, para consignar su responsabilidad por cualquier
incidente que derive de tener relaciones sexuales, es por eso que ve limitado su actividad
sexual, por todo eso no hay actividad que le genere felicidad, es así que el Defensor de
pueblo, Walter Gutiérrez Camacho en representación de la persona indicada, entabla
demanda de acción de amparo contra el MINSA, ESSALUD Y MINJUS, siendo la
pretensión principal que se inaplique el art. 112 del C. P. al profesional médico que le
practique la eutanasia y como pretensión accesoria es que sea el estado quien haga
cumplir dicha decisión mediante las entidades competentes.

ANA ESTRADA UGARTE, ciudadana peruana, de profesión psicóloga, sin embargo, a


temprana edad tendió a tener enfermedades y que tiempo después se le diagnostico
polimiositis, enfermedad que daña los tejidos del cuerpo y poco a poco la capacidad
orgánica de los músculos, es así que con el devenir del tiempo deteriora más su salud por
ser una enfermedad incurable, progresiva y degenerativa.

• El art. 112 del C.P. Homicidio Piadoso.- El que, por piedad, mata a un enfermo
incurable que le solicita de manera expresa y consciente para poner fin a sus
intolerables dolores, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de
tres años.

• Pues, como vemos, en nuestro ordenamiento jurídico se sanciona al sujeto activo


hasta con tres años de pena privativa de libertad, lo que significa que todo actuar
enmarcado en esta norma es susceptible de ser sancionado, y lo que solicita el
actor con la demanda incoada, es que se inaplique el articulo en mención y a
consecuencia del mismo no se genere sanción penal contra el profesional que va a
efectuar la eutanasia.

• Para enfocarnos en este delito, en primer lugar debemos de tener en claro que el
bien jurídico protegido en este tipo de delitos es la vida, sin embargo este BJP,
tiene límites que regula la constitución y algunas otras normas de carácter general
tales como la pena de muerte en caso de guerra exterior y situaciones no punibles,
como el suicidio, la legitima defensa, el aborto terapéutico, y la acción necesaria
de la policía, (actuación conforme al deber y sin excesos). Esto en razón que se
pone en riesgo la vida de un ser humano que pide morir, por las complicaciones
que su enfermedad aqueja.

• Existe una tesis que sostiene que el Estado debe proteger la vida, aún en contra de
la voluntad de su titular, de acuerdo con esta tesis, prevalece la voluntad del
Estado, que el derecho a la vida no implicaría un derecho a morir, es esto lo que
en el caso en alusión se ha podido apreciar y que los demandados han tratado de
absolver.

• Por el contrario, la autonomía es un presupuesto para la vida concebida como


aquella que implica la dignidad de principio a fin, o sea cada individuo nace con
derechos inherentes. En ese sentido, resulta errónea la aproximación del Código
Penal cuando pretende proteger a la vida como una entidad biológica o sea por el
simple hecho de ser un ser vivo (humano), sin tomar en consideración la dignidad
y la autonomía de la persona. Por ello señalan que el articulo 112 del c.p. es
incompatible con un Estado Constitucional de derecho.

• La vida es un bien jurídico inherentemente ligado a la dignidad y la voluntad. No


es solo un sustrato o aspecto biológico, no solo con el hecho de vivir el estado me
tiene que proteger peor aun cuando esa protección va más allá de mi dignidad no
debe ser únicamente lo biológico, al momento de prohibir y sancionar el delito de
homicidio piadoso en el articulo 112º del Código Penal contraviene el contenido
que debe tener todo bien jurídico para justificar la intervención del Derecho Penal
en un Estado Constitucional de Derecho, basado en la autonomía y la libertad de
la persona.

La señora Ana Estrada tiene el derecho fundamental a la muerte digna, este derecho si
bien no es reconocido por nuestra constitución en el catálogo de derechos fundamentales,
el juez de la causa indica claramente que insta al proceso porque existe la condición de un
derecho fundamental de numerus apertus que si bien no está prescrito, puede tener
relevancia y protección constitucional, así como el derecho fundamental a la verdad, que
no está prescrito en la constitución, pero que mediante sentencia del TC, se reconoció
como derecho.

Sin embargo durante el desarrollo de su sentencia reconoce que la persona descrita tiene
derecho a una muerte digna y que esta deriva de su derecho a la autonomía y al libre
desarrollo de su personalidad, entonces ella puede decidir sobre su vida y el estado no
puede ser paternalista en el aspecto de quererla proteger cuando ella no quiera o sienta
que esa protección en si le genera un daño e incluso el deterioro de su propia dignidad,
este último supone que uno tiene la capacidad suficiente para decidir y tomar decisiones,
esto quiere decir que la autopercepción es propia de cada uno y uno mismo evalúa esa
circunstancia.

Por tanto, ella puede decidir acabar con su vida, y el juez reconoce que la recurrente tiene
el derecho a una muerte digna, sin embargo, no reconoce que el derecho a la muerte
digna sea un derecho fundamental, puesto que estos derechos se respetan y se promueven,
por tanto, no puede existir un aspecto contradictorio.

Ya que el estado no puede promover la defensa de la persona y al mismo tiempo


promover la muerte, además se podría generar un abuso de este derecho por tanto debe
seguir penalizado porque esto evita que un hijo mate a su padre sustentando que este
padecía de dolores y enfermedades y la verdad es que se quería quedar con los bienes que
este tenía.

De este modo, podemos concluir válidamente que, existe el derecho a una vida digna, que
tiene como base a la libertad y autonomía; empero, la misma validez de este concepto,
implica que exista el derecho a proyectar su vida y en ese proyecto pensar en su final
como lo es el caso en alusión y lo que en palabras de la demandante considera una muerte
digna.

Ya que el estado no puede promover la defensa de la persona y al mismo tiempo


promover la muerte, además se podría generar un abuso de este derecho por tanto debe
seguir penalizado porque esto evita que un hijo mate a su padre sustentando que este
padecía de dolores y enfermedades y la verdad es que se quería quedar con los bienes que
este tenía
En posición estricta de la señora Ana Estrada, ya que no todas las personas se encuentran
en esa misma capacidad, por tanto, el juez constitucional avoca ello porque la dignidad de
la persona en un enfoque de autopercepción puede decidir cómo desarrollar su propia
vida o como ponerle fin, en el caso en concreto la recurrente insta en acabar con su vida,
pues la enfermedad que padece, es incurable y que día a día solamente le viene
ocasionando perdida de sus tejidos, emociones y afectos que llevan al resquebrajamiento
de su dignidad.

Tanto es así que el estado con el único afán de proteger la vida y permitir que la
naturaleza humana concluya su trabajo en el caso tratado, ha intervenido con las diversas
entidades de salud comprometidas, pero lo único que han hecho es alargarle la vida de
sufrimientos, ya que si no se le hubiera aplicado los necesarios tratamientos a los que se
le ha sometido, ella tal vez, ya habría fallecido, de tal forma el estado protege derechos
fundamentales (vida), pero vulnera otros como el desarrollo de la libre personalidad,
intimidad y otros, es así que se menciona el rol paternalista que se hizo alusión
anteriormente.

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