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Línea jurisprudencial homicidio por piedad

Gabriela Mahecha Casallas 51202172104

Maira Alejandra Baquero 5120171098

Gabriela Rios Diaz 5120171054

Andrés Felipe Guerrero 5120151187

Presentado a:

César Andrés Barrera

Universidad de Ibagué

Facultad de Derecho

Ibagué – Tolima

2019
Índice.

Introducción…………….………………………………………………………….pág. 3.

Problema Jurídico………………………………………………………………….pág. 3.

Contenido.

TIPIFICACIÓN………………………………………………………………………………
..

ELEMENTOS DEL TIPO…………………………………………………………

DEFINICIÓN………………………………………………………………………….

TRATAMIENTO JURISPRUDENCIAL…………………………………………...

CONCLUSION………………………………………………………………….
INTRODUCCIÓN

Dentro de las principales obligaciones del Estado Colombiano, como lo tipifica el


artículo segundo de nuestra carta política, se establece:

“Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad


general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes
consagrados en la Constitución”. (Constitución Política , art 2 )

Es decir, concebir un sistema de protección legal efectivo que excluya cualquier


posibilidad permisiva de actos que están directa y deliberadamente encaminados
a provocar total o parcialmente la lesión de alguno de los derechos consagrados
en la constitución; No obstante, empero, uno de los temas más controversiales, se
centra en el artículo once constitucional que resalta el derecho a la vida y
establece su inviolabilidad y el derecho a la dignidad humana como valor supremo.

Nuestro Estado Colombiano está fundado en el respeto a la dignidad de la


persona, es decir, de la dignidad emana el conjunto de derechos fundamentales
reconocidos, los cuales atienden específicamente al respeto en todo momento de
la autonomía e identidad de cada individuo.

Con base lo anterior, en Colombia ha sido reconocido el derecho a morir


dignamente como un derecho fundamental y autónomo, pero esto ha sido
producto de diferentes debates y diversas discusiones jurisprudenciales, además,
ésta figura no ha tenido una sólida regulación propiamente dicha. En las recientes
sentencias la Corte Constitucional sentó su posición y fue la de no prolongar en el
tiempo padecimientos físicos insufribles de personas que son víctimas de
enfermedades y padecimientos incurables y terminales, por los varios derechos
que se ven vulnerados como lo son la autonomía personal, el respeto a la dignidad
humana, y el libre desarrollo a la personalidad entre otros.
PROBLEMA JURÍDICO

Siendo un estado social y democrático de Derecho, del principio que considera a


la vida como un valor fundamental, nacen los demás derechos, pero cuando nos
referimos a las personas que padecen enfermedades graves e incurables, nos
encontramos con varios interrogantes, dentro de los cuales la corte se ha
pronunciado y uno de ellos es, ¿si la persona puede elegir seguir viviendo o morir
anticipadamente?. Es importante señalar que el Estado se encuentra obligado a
proteger la vida, pero ésta obligación choca con el derecho a la dignidad humana.

TIPIFICACIÓN

El Homicidio Por Piedad se tipifica en el artículo 106 de nuestra norma sustancial


penal vigente la cual señala:

“El que matare a otro por piedad, para poner fin a intensos sufrimientos
provenientes de lesión corporal o enfermedad grave e incurable, incurrirá en
prisión de dieciséis (16) a cincuenta y cuatro (54) meses.”

Éste tipo penal se clasifica de la siguiente manera:

ELEMENTOS DEL TIPO

1. S. ACTIVO: Monosubjetivo, indeterminado.

2. S. PASIVO: Monosubjetivo, indeterminado.

3. BIEN JURIDICO TUTELADO: La vida y la integridad personal.

· CONDUCTA.
1. VERBO RECTOR: inducir o mantener a otro en error por medio de artificios
o engaños.

2. MODELO DESCRIPTIVO: Positivo (conducta de accion), simple (el


legislador no es especifico).

· OBJETO.

1. JURIDICO: PATRIMONIO ECONOMICO.

2. MATERIAL: Tangible, dinero.

· INGREDIENTES.

1. NORMATIVO: Jurídico, PENAL

2. SUBJETIVO: Obtener provecho ilícito

· CLASIFICACIÓN DEL TIPO.

1. SEGÚN SU ESTRUCTURA: Básico, compuesto, autónomo, longa mano.

2. SEGÚN EL BIEN JURÍDICO: Mono ofensivo, lesión.

3. EN RELACIÓN CON SU CONTENIDO: De resultado, conducta instantánea,


abierto.
DEFINICIÓN

Para el desarrollo de la presente línea jurisprudencial, es necesario realizar ciertas


precisiones terminológicas:

derecho a la vida, derecho a la dignidad humana, derecho a la salud, derecho al


libre desarrollo de la personalidad, autonomía de la voluntad, homicidio por piedad
o pietístico, eutanasia,

En nuestra legislación colombiana se evidencian distintos puntos de vista de esta


conducta que hoy por hoy es considerada punible desde el punto de vista del
derecho penal. A continuación, analizaremos distintos extractos jurídicos con el fin
de ver las distintas posiciones sobre tema.
El inicio de ésta línea jurisprudencial tiene como base la sentencia C 239/97.

SENTENCIA C-239-1997

Los hechos jurídicamente relevantes se basan en la acción pública de


inconstitucionalidad que ejerce el señor EURÍPIDES PARRA PARRA al inferir que
hay vulneración directa de los derechos fundamentales, al hacer permisible los
términos de pena carcelaria que se incentiva en la presente sentencia, que en ese
entonces se establecía el artículo 326 del código penal y actualmente se rige por
el artículo 106 del mismo código tratándose de homicidio por piedad. Derechos
tales como la vida al aclarar que el Estado debe velar por este derecho que si bien
es cierto es inviolable y por consiguiente debe respetarse por todos los
particulares y todas las entidades o personas jurídicas, ya que se trata de un
derecho personal consagrado en la norma de normas.(Constitución Política, art
11)

Así mismo el derecho a la igualdad (artículo 13 Constitución Política) por ejercer


un trato distinto a la hora de morir aplicando la coerción de otro sin saber que el
que está sufriendo puede que quiera o no, pues solo refleja el fin de librarse de la
carga social, aplicando dicho homicidio por piedad.

Finalmente se cataloga este tipo de homicidio como un eje comunista al incentivar


por sí mismo o por una entidad la ayuda de morir mejor a determinada persona.

Consideraciones por las cuales se basó la Ratio Decidendi:

La Corte Constitucional (1997) con ponencia al honorable magistrado Antonio


Barrera Carbonell, para referirse al caso sub examine manifestó lo siguiente:
" El homicidio por piedad pretende acabar con el sufrimiento irreparable de una
persona ya sea por lesiones físicas o enfermedad, por tanto el derecho penal lo ha
catalogado como tal en su legislación por provenir de un accionar es decir de una
conducta basada a un fin doloso y por ser así se le impone un grado de
culpabilidad para que el autor del mismo cumpla determinado nivel de sanción por
la realización de este homicidio".(Corte Constitucional, sentencia C-239/97)

Por otro lado el legislador quiso imponer este tipo de homicidio de manera
autónoma puesto que se basa en la determinación altruista de la persona que
acabó con el sufrimiento indefinido de otra. Por tal razón se impone una sanción
de homicidio pero de un grado menor al culposo siendo el término aplicable de
este último a quien lo cometeré de 32 a 108 meses y multa de 26.66 a 150
salarios mínimos legales mensuales vigentes. (Código Penal artículo 109). Y a su
vez al homicidio agravado siendo el término aplicable a quien lo cometeré de 208
a 450 meses ( Código penal artículo 104). A diferencia del término que se
consagra en el homicidio por piedad de 16 a 54 meses razón aplicable se da por
no tener intenciones exacerbantes. Por lo tanto no desconoce el derecho a la vida
porque no le quita la calidad de ser un acto antijurídico al imponer sanción.

Por consiguiente, es deber de las personas, actuar humanitariamente ante


situaciones que pongan en peligro la vida de sus semejantes y encontrarse en un
estado de padecimiento enfermizo es estar en una situación que pone en peligro
su vida al reposar de manera indefinida en dicho estado de sufrimiento.
(constitución política artículo 95, ordinal 2)

Finalmente, el inciso último del artículo 49 de la Constitución Política establece


implícitamente un deber para todos los habitantes de Colombia de conservar al
máximo su vida. En efecto, esa norma establece que toda persona debe cuidar
integralmente su salud, lo cual implica a fortiori que es su obligación cuidar de su
vida. Esas normas superiores muestran que la Carta no es neutra frente al valor
de la vida sino que es un ordenamiento claramente en favor de él, opción política
que tiene implicaciones, ya que comporta efectivamente un deber del Estado de
proteger la vida. Sin embargo, tal y como la Corte ya lo mostró en anteriores
decisiones, el Estado no puede pretender cumplir esa obligación desconociendo la
autonomía y la dignidad de las propias personas que recae en dar el
consentimiento o dejar que otra dé fin al sufrimiento adaptando el fin de su vida
como única alternativa o solución (sentencia C 239/97)

Resuelve:

Cómo se evidencia a lo largo del análisis en ningún caso el homicidio por piedad
va en contra de la constitución política puesto que tiene su normatividad penal
autonomía y eficiente en los términos de aplicación de determinada sanción y
además invoca varios principios constitucionales como el derecho a una muerte
digna sin perdurar en el sufrimiento, derecho a la protección de la salud siendo
aplicable al caso como tomar la única alternativa de ponerle fin a su vida, así que
por lo tanto la corte ha establecido expresamente lo siguiente:

Primero: Declarar EXEQUIBLE el artículo 326 del decreto 100 de 1980 (Código
Penal) actualmente artículo 106 de la ley 599 del 2000, con la advertencia de que
en el caso de los enfermos terminales en que concurra la voluntad libre del sujeto
pasivo del acto, no podrá derivarse responsabilidad para el médico autor, pues la
conducta está justificada.

Segundo: Exhortar al Congreso para que en el tiempo más breve posible, y


conforme a los principios constitucionales y a elementales consideraciones de
humanidad, regule el tema de la muerte digna.

A modo de conclusión, se puede inferir que en la citada sentencia no opera la


viabilidad jurídica de declarar inexequible el artículo 106 de la ley 599 del 2000,
puesto que actuar de forma altruista impera sobre el régimen penitenciario que
transcurre en el accionar del homicidio que tiene como causa la culpabilidad o el
agravio, teniendo en cuenta que estos últimos tienen como fin acabar con la vida
de una persona que NO está en un intenso sufrimiento o enfermedad grave
incurable o indefinida, como sucede en el homicidio por piedad. Eso no quiere
decir que este último no incurra en una sanción, teniendo como base los
principios constitucionales que integran la justificación de la aplicación de la pena
al mismo. Por lo tanto es acertado y justo que el citado artículo prevalezca con su
respectiva normativa establecida por el legislador.

Además cabe aclarar que el derecho a la vida no es absoluto e incluso ponerle fin
a la misma, es una forma de velar y aplicar el derecho que tiene la persona que
está sufriendo de morir dignamente.

SENTENCIA C-355-2006

En ésta corporación, se hace especial énfasis frente al carácter NO ABSOLUTO


DE LA VIDA, pues “Si bien corresponde al Congreso adoptar las medidas idóneas
para cumplir con el deber de protección de la vida, y que sean de su cargo, esto
no significa que estén justificadas todas las que dicte con dicha finalidad, porque a
pesar de su relevancia constitucional la vida no tiene el carácter de un valor o de
un derecho de carácter absoluto y debe ser ponderada con los otros valores,
principios y derechos constitucionales.” (Sentencia C-355-2006)

Es decir, nuestro Estado no puede ir en contra posición a la decisión del individuo


al cual la vida no le es viable debido a que sufre una enfermedad terminal que le
produce dolores insoportables e incompatibles con su idea de dignidad y que pide
ayuda para morir. En el especifico caso de que un sujeto, se encuentre en las
condiciones objetivas y expresas tipificadas en nuestra norma penal considera que
su vida debe concluir, porque la juzga incompatible con su dignidad, puede
proceder en consecuencia, en ejercicio de su libertad, sin que el Estado esté
habilitado para oponerse a su designio, ni impedir, a través de la prohibición o de
la sanción, que un tercero le ayude a hacer uso de su opción.
Sin que, por medio de ningún tipo de interpretación arbitraria, se le reste
importancia al deber del Estado de proteger y garantizar dicho bien jurídico
tutelado que es la vida, sino que, como se ha tratado, se reconozca que esta
obligación no se traduce en la preservación d la vida como sólo hecho biológico.

SENTENCIA T- 970-2014

En relación con la posibilidad de provocar la muerte, la Corte indicó que:

“ El deber constitucional del Estado de protección de la vida debe ser compatible


con otros derechos como la dignidad y la autonomía. De ahí que frente a aquellas
personas que padecen una enfermedad terminal ese deber cede ante su
autonomía individual y a “su consentimiento informado del paciente que desea
morir en forma digna”. En este preciso evento, las labores del Estado pasan de
ser positivas a negativas. Eso cuando existen argumentos médicos razonables de
los que se infiere que la muerte vendrá en poco tiempo, ante lo cual la persona no
escoge entre vivir y mucho tiempo, sino entre morir dignamente y vivir sin calidad.
Ella como sujeto autónomo y moral, es quien decide qué hacer con su vida.

En efecto, el deber de no matar encuentra excepciones en la legislación a través


de figuras como la legítima defensa o el estado de necesidad. En virtud de esas
disposiciones, el daño no sería antijurídico. En el homicidio por piedad, cuando
medie el consentimiento del sujeto pasivo, “el carácter relativo de esta prohibición
jurídica se traduce en el respeto a la voluntad del sujeto que sufre una
enfermedad terminal que le produce grandes padecimientos, y que no desea
alargar su vida dolorosa. La actuación del sujeto activo carece de antijuridicidad,
porque se trata de un acto solidario que no se realiza por la decisión personal de
suprimir una vida, sino por la solicitud de aquél que por sus intensos sufrimientos,
producto de una enfermedad terminal, pide le ayuden a morir”. En consecuencia,
no sería reprochable penalmente. Pese a ello, si no se media el consentimiento, la
figura penal recobra vigencia y por tanto debería sancionarse la conducta. Sin
embargo, con el fin de aportar elementos que permitan una interpretación fiable y
precisa de la figura, la corte estableció unos criterios “ (Sentencia T-970-2014)

Y en cuanto al derecho a morir dignamente como derecho fundamental, la corte


estableció lo siguiente:

“A partir de lo expuesto, para esta Corte no cabe duda que el derecho a morir
dignamente tiene la categoría de fundamental. Y ello es así por varias razones.
Siguiendo sus razonamientos, esta Corporación ha señalado que un derecho
fundamental busca garantizar la dignidad del ser humano. Es decir, para que una
garantía pueda ser considerada como fundamental, debe tener una estrecha
relación con la dignidad como valor, principio y derecho de nuestro ordenamiento
constitucional. En el caso de la muerte digna, la Sala de Revisión, al igual que la
Sala Plena en la Sentencia C-239 de 1997, considera que su principal propósito
es permitir que la vida no consista en la subsistencia vital de una persona sino que
vaya mucho más allá. Esos aspectos adicionales son propios de un sujeto dotado
de dignidad que como agente moral, puede llevar a cabo su proyecto de vida.
Cuando ello no sucede, las personas no viven con dignidad. ” (Sentencia T-970-
2014)

En esta sentencia la corte ha confirmado lo estipulado por la sentencia C-239-


1997 en cuanto al derecho a morir dignamente, refiriéndose acerca de los
supuestos fácticos que deben ocurrir para permitir que una persona elija
libremente poner fin a su sufrimiento y solicitar que se le practique la eutanasia
que son 1) que el paciente padezca de una enfermedad terminal que le cause
sufrimiento y dolor intenso, 2 ) el consentimiento libre e informado del paciente , 3)
que el sujeto activo, es decir, quien realiza el procedimiento, sea un médico.

Pero además, la corte ha establecido en esta sentencia que el derecho a morir es


un derecho fundamental, autónomo e independiente y que a su vez esta
relacionado con la vida y otros derechos ya que como lo ha pronunciado la corte
en varias ocasiones, los derechos fundamentales buscan proteger la dignidad
humana, como lo es en este caso, ya que el derecho fundamental a morir
dignamente, es una opción firme para una persona que está llevando su vida bajo
sufrimiento intenso debido a una enfermedad terminal de la cual no existen
posibilidades de salvarse, viéndose impedido para realizar las actividades
normales que realiza cualquier persona en su vida cotidiana , lo cual implica una
perturbación en su dignidad humana en cuanto a sus características de vivir bien,
vivir como se quiere y vivir sin humillaciones. Y por lo tanto, si el derecho a vivir
dignamente es igual o más importante que el derecho a la vida en sí mismo, el
derecho a morir dignamente también merece el carácter de fundamental.

También es importante destacar que en esta sentencia la corte ordena al


Ministerio de Salud la creación de un comité científico interdisciplinario que debe
cumplir con varias funciones, para cuando se solicite el derecho a una muerte
digna, entre ellas brindar un acompañamiento al paciente y su familia durante las
fases del desarrollo del procedimiento, en cuanto a materia psicológica, social y
médica, por medio de un protocolo que deberá impartirse en los hospitales, EPS,
IPS, y a todos los prestadores del servicio de salud.

SENTENCIA T-423/2017

En esta sentencia es importante mencionar que lo que le dio cabida al tema a


tratar y son importantes traer a coalición son las sentencias C-239 de 1997 y T-
970 de 2014, en las cuales se dio inicialmente el conocimiento del tema estudiado.
Puesto que estas mismas han sido precedente para que esta actividad sea
realizada en la vida cotidiana de una persona que está padeciendo de una
enfermedad. Por lo tanto, existe el consentimiento autónomo de la paciente la cual
se encontraba en la capacidad de saber en las condiciones que estaba la
enfermedad, para el procedimiento de la eutanasia puesto que cumplía con el
requisito principal el cual es padecer de una enfermedad terminal y esto generaba
que sus condiciones de vida desmejoraron.

Es importante mencionar que lo que sustenta el procedimiento de eutanasia o


homicidio por piedad es necesariamente la protección de la dignidad humana, lo
cual radica en vivir bien, vivir como se quiere y vivir sin humillaciones. Por lo tanto
es de suma importancia que las personas estén dotadas de las tres características
anteriormente mencionadas, pero una persona que se quiere practicar este
procedimiento es consecuencia de que su condición de vida carece de estas
mismas, que está padeciendo de una enfermedad que en ultimas va encaminada
a la cesación de la vida del mismo, por lo tanto el individuo lo que pretende es no
seguir sometiéndose a la vida en estas condiciones, si no por el contrario es tener
una muerte digna.

Este procedimiento que tiene como finalidad la muerte de la persona, y esta


misma puede ser tanto pasiva como activa. Se habla de carácter activa, cuando
se procede a una acción para causar la muerte, es brindar a la persona un
medicamento, y de carácter pasivo cuando existe una omisión por parte del
tratante para obtener como finalidad la muerte de la persona. También es válido
mencionar que existe tanto la eutanasia voluntaria que devenga de la autonomía
propia de la persona que de manera autónoma pide el procedimiento, y por otro
lado de manera involuntaria en la cual la persona no puede manifestar su
voluntad. En estas dos lo que tiene como finalidad es la defunción de una persona
que está padeciendo, que está sufriendo por una enfermedad terminal y lo que
busca es que esta persona deje de padecer y muera dignamente.

En síntesis, La corte constitucional en reiterado que es un derecho fundamental


morir dignamente puesto que:

“Es deber del Estado de proteger la vida debe ser entonces compatible con el
respeto a la dignidad humana y al libre desarrollo de la personalidad. Por ello la
Corte considera que frente a los enfermos terminales que experimentan intensos
sufrimientos, este deber estatal cede frente al consentimiento informado del
paciente que desea morir en forma digna. En efecto, en este caso, el deber estatal
se debilita considerablemente por cuanto, en virtud de los informes médicos,
puede sostenerse que, más allá de toda duda razonable, la muerte es inevitable
en un tiempo relativamente corto. En cambio, la decisión de cómo enfrentar la
muerte adquiere una importancia decisiva para el enfermo terminal, que sabe que
no puede ser curado, y que por ende no está optando entre la muerte y muchos
años de vida plena, sino entre morir en condiciones que él escoge, o morir poco
tiempo después en circunstancias dolorosas y que juzga indignas. El derecho
fundamental a vivir en forma digna implica entonces el derecho a morir
dignamente, pues condenar a una persona a prolongar por un tiempo escaso su
existencia, cuando no lo desea y padece profundas aflicciones, equivale no sólo a
un trato cruel e inhumano, prohibido por la Carta (CP art.12), sino a una anulación
de su dignidad y de su autonomía como sujeto moral.” ( Sentencia C-239 de 1997)

Así mismo según La Resolución 1216 de 2015 la eutanasia no solo garantiza la


autonomía del paciente sino también la imparcialidad de los profesionales que
intervienen, como todo el equipo necesario para que el procedimiento sea
responsable, un abogado, médico especializado y el acompañamiento psicológico.

SENTENCIA T-544-2017

En esta sentencia la Corte constitucional se pronuncia sobre el derecho a morir


dignamente para los menores de edad y llega a la siguiente conclusión:

“La gravedad del vacío normativo se hizo evidente en el sufrimiento de Francisco,


el cual demostró la urgencia de la intervención del juez constitucional para evitar
que otros NNA sean víctimas de un trato cruel e inhumano derivado de la
negación de su derecho a morir dignamente, el cual incluye determinar si
concurren las condiciones para hacer efectivo el procedimiento de eutanasia. En
consecuencia, la Sala destacó la necesidad de la regulación que garantice el
derecho a la muerte digna de los NNA, en la que se consideren los elementos
diferenciados en relación con dichos sujetos, razón por la que ordenó al Ministerio
de Salud y Protección Social que expida la reglamentación correspondiente con
los parámetros diferenciados desarrollados en la parte considerativa de la
sentencia.” (Sentencia T-544-2017)

En esta sentencia la Corte Constitucional da un gran avance en la materia de la


eutanasia, que se había legalizado desde hace más de 20 años, al ordenar al
ministerio de salud reglamentar el procedimiento de la eutanasia en niños , niñas y
adolescentes, y así estos puedan ejercer el derecho a morir dignamente.

Esta decisión la toma la corte constitucional en base al principio del interés


superior del niño, niña y adolescente; El derecho fundamental a la seguridad social
y a la salud de los niños, niñas, y adolescentes y la dignidad humana, como
sujetos de especial protección constitucional. Marcando así un precedente
jurisprudencial al ser un tema novedoso y de poca regulación en distintos países.
CONCLUSIÓN

Estamos de acuerdo en que la eutanasia ha sido y es un tema controversial, que


orienta a diversas opiniones, más, sin embargo, esta decisión, desde nuestro
punto de vista, no debe ser reprochable ya que la persona que solicita terminar
con su vida es debido, a que, ya no le resulta digno vivir; la razón de esto, es
porque ya no tiene la posibilidad de disfrutar íntegramente de su vida como
consecuencia de una enfermedad grave e incurable o una lesión permanente que
tienen una directa consecuencia en su salud y le generan intenso sufrimiento, lo
que establece la base suficiente para la práctica del procedimiento idóneo en el
que un sujeto agente, por piedad y por sentimientos de misericordia, termina con
el gran sufrimiento del sujeto pasivo.

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