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7
LIDERAZGO
HABILIDADES Y
COMPETENCIAS GUÍA DE ESTUDIO UNIDAD 7
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
DIRECTIVAS
Napoleón
• El tercer epígrafe pretende dar una visión global acerca de los rasgos esenciales
que señalan el perfil del líder.
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vos, definiendo los conceptos básicos y los criterios para su implantación.
• Por último, el décimo epígrafe trata el tema del directivo del siglo XXI.
Al finalizar la Unidad, el alumno dispone de una serie de Supuestos Prácticos con sus
correspondientes cuestiones. Su objetivo es demostrar y ejercitar sus habilidades en la
aplicación de los conceptos explicados.
•••
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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1. INTRODUCCIÓN
El ejercicio del liderazgo ya estaba incluido en las clásicas funciones directivas o ro-
les enunciados por MINTZBERG. Según este autor, el trabajo directivo se describe en fun-
ción de varios roles o conjuntos organizados de comportamientos identificados con el
puesto, según el esquema adjunto.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 2
AUTORIDAD FORMAL
Y «STATUS»
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FUNCIONES FUNCIONES FUNCIONES DECISORIAS
INTERPERSONALES INFORMACIONALES
• Promotor
• Cabeza visible • Detector • Resolutor de problemas
• Líder • Programador • Distribuidor de recursos
• Enlace • Portavoz • Negociador
Cuadro 1
En otro orden de cosas, hay que tener presente también el ejercicio indirecto de esta
función de liderazgo. Todo mando tiene que motivar y estimular a sus colaboradores, ajus-
tando, de alguna forma, las nec\esidades individuales a los objetivos de la organización.
En casi todos los contactos que el mando tiene con sus colaboradores, éstos buscan y po-
nen a prueba signos de liderazgo. Es en esta función indirecta del liderazgo donde puede
observarse con mayor claridad la influencia del mando. La autoridad formal le proporcio-
na un poder potencial; el liderazgo determina qué parte de este poder utiliza realmente.
Los términos líder, dirigente y liderazgo se utilizan de forma arbitraria tanto en la bi-
bliografía como en el lenguaje cotidiano, lo que lleva a equívocas interpretaciones de lo
que queremos decir realmente cuando utilizamos dichos términos.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 3
El líder, en el lenguaje corriente, es aquella persona que «tiene carisma», que atrae a
la gente como si fuese un imán. Es aquel individuo a quien otros quieren seguir y que co-
munica confianza, respeto y lealtad.
Sin embargo, los líderes tienen una naturaleza mucho más terrenal. Éstos son los pre-
sidentes de los comités de asociaciones de padres de familia y maestros, los ejecutivos de
las grandes empresas, los altos funcionarios de la administración...
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Una distinción importante que debemos considerar y que, normalmente, genera con-
fusiones es la diferencia entre posición de liderazgo emergente y posición de liderazgo
formal. Un dirigente emergente surge en un grupo que anteriormente no tenía líder sin la
ayuda de la designación institucional. Por otra parte, la posición formal de liderazgo se la
confiere al individuo la organización de la cual su grupo forma parte.
b) Concepto de relación que incluye dos términos: el agente que influye y la perso-
na influida (KATZ y KAHN, 1978).
c) El liderazgo no se puede importar del exterior, es algo que surge, crece y se con-
sigue, no basta poseer determinadas cualidades de personalidad y de realización
identificables con aquél. Tampoco es suficiente haber experimentado aceptación
de liderazgo por uno o más grupos en el pasado. El liderazgo es tanto una fun-
ción de la situación, la cultura, el contexto y las costumbres de un grupo u orga-
nización, como de atributos personales y de necesidades de grupo (Murray G.
ROSS y Charles E. HENDRY: «New understanding of Leadership». New York, As-
sociation Press, 1957).
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k) El líder, en una situación dada, no lo es necesariamente en todas, incluso en el
mismo grupo. Coyunturas diferentes exigen distintos tipos de liderazgo. El mis-
mo individuo puede mostrar rasgos diversos de su personalidad para tratar pro-
blemas diferentes (Alex BALEVAS: «Leadership: Man and Function» – The Natu-
re and Scope of Management– Editado por Marreck S. Wadia, 1966).
l) Los líderes no necesitan legitimarse en sus papeles como tales. Actúan y ejerci-
tan su poder con independencia de la estructura formal existente en la empresa
(Philip B. APPLEWHITE: «Organizational Behavior» - Englewood Cliffs, N.J.:
Prentice Hall, 1965).
o) El dirigente es el hombre que más se acerca a realizar las normas que el grupo
más estima; esta conformidad le proporciona su elevada categoría que atrae a la
gente e implica el derecho de asumir el control del grupo (HOMANS, 1950).
Murray ROSS y Charles HENDRY señalan el perfil del líder, partiendo de numerosos
tests realizados con el fin de identificar sus rasgos esenciales (ROSS y HENDRY: «New Un-
derstandings of Leadership»):
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 5
• El líder suele ser más inteligente que el promedio de las personas que dirige, con
independencia del grupo. La inteligencia de un líder puede no ser mucho mayor
que la de sus compañeros, pero le permite ver la interrelación entre la tarea y las
personalidades de aquellos que deben realizarla.
GIBB (1969) en sus investigaciones señala que rasgos tales como inteligencia, extro-
versión, ajuste, dominancia y empatía parecen caracterizar a líderes de diferentes tipos en
determinadas situaciones. ROBBINS (1969) señala que rasgos como inteligencia, extrover-
sión, seguridad en sí mismo y empatía son características que los líderes tienden a poseer
en un grado relativamente mayor que los otros miembros del grupo que dirigen.
Por otra parte, respecto a las funciones de liderazgo, los grupos de trabajo tienen va-
rios líderes que desempeñan cometidos distintos. Estas divisiones en la responsabilidad
del liderazgo reflejan el reconocimiento, por parte del grupo, de la fortaleza y debilidad de
las personas implicadas. En ocasiones, la responsabilidad del liderazgo se divide para
mantener la cohesión del grupo (DOWLING y SAYLES: How Managers Motivate: The Impe-
ratives of supervision. New York, McGraw- Hill Book Co., 1971).
Las funciones de liderazgo son más complejas que los objetivos. Cuando el líder inte-
gra las necesidades colectivas con la realidad exterior lo que está haciendo es desarrollar
el ego del grupo mediante el acoplamiento de los fines y objetivos de dicho grupo con el
ámbito exterior al mismo, la satisfacción de las necesidades interpersonales en su seno y
el establecimiento de una atmósfera libre de conflictos para sus miembros (Philip B. AP-
PLEWHITE: «Organizational Behavior». Englewood Cliffs, N.J.: Prentice Hall, 1965).
Las acciones del líder reflejan diferentes tipos de funciones que desarrollan con el fin
de mantener el grupo unificado y actuando con eficacia. Ninguna de las funciones del li-
derazgo es necesariamente aplicable a cada líder y es difícil atribuir todas ellas a un solo
líder y en el mismo momento. Debemos decir que existen funciones para cada ocasión que
dependen de las necesidades y exigencias del grupo.
frentarse con problemas que exigen tanta capacidad de comunicación personal como
competencia técnica. En el cuadro siguiente BENNIS señala las nuevas funciones del lide-
razgo organizativo:
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Integración
Influencia social
Colaboración
Adaptación
Identidad
Revitalización
minada, departamento o grupo de trabajo. Los estudios conductuales intentan, por consi-
guiente, establecer los determinantes conductuales del liderazgo, con lo cual se podría en-
trenar a las personas para llegar a convertirse en líderes eficaces.
Uno de los estudios más importantes sobre el liderazgo como conducta fue desarro-
llado por miembros del Personnell Research Board de la Ohio State University dirigido
por HEMPHILL, FLEISHMAN, STODGILL, SHARTLE y PEPINSKY.
El estudio intentaba identificar las dimensiones necesarias para caracterizar los prin-
cipales factores de conducta de los líderes, resumiéndose, finalmente, en dos de ellas: la
dimensión de consideración y la dimensión de iniciación de estructura. La primera de ella
representa el grado en que el líder tiene en cuenta los sentimientos de sus subordinados; la
segunda se relaciona con el grado en que el líder facilita las interacciones de grupo enca-
minadas a la obtención de la meta.
HALPIN y WINER describen al líder «considerado» como aquel que ayuda a sus subor-
dinados con problemas personales, los trata como iguales y se muestra amistoso y próximo.
Por otra parte, el líder con alta «iniciación de estructura» es aquel que asigna a los miem-
bros del grupo tareas concretas y enfatiza el cumplimiento de los plazos de realización.
• HALPIN y WINER en 1957: los líderes de alta consideración tienden a tener su-
bordinados que están más satisfechos con ellos que los líderes de baja conside-
ración.
• FLEISHMAN, HARRIS y BURH, 1955, 1962: los subordinados de los líderes con alta
consideración faltan menos al trabajo y tienen una tasa de quejas más reducida.
• ROBBINS, 1979: los líderes con alta puntuación en las dos dimensiones tienden a
lograr en sus subordinados una buena realización y una alta satisfacción.
4. ESTILOS DE DIRECCIÓN
Existen, lógicamente, teorías diversas acerca de los estilos de dirección, cuya dife-
rencia básica está en los elementos o factores que se han elegido para definir una u otra
teoría. No obstante, todas estas teorías tienen una base común: no existen estilos de lide-
razgo buenos o malos, sino adecuados o inadecuados a las situaciones en las que ha de
aplicarse.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 8
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de Dirección» y «Rejilla Gerencial o Empresa-
rial»), que señala la existencia de dos dimensiones
independientes, el «Interés por la tarea» (IT) y el
«Interés por las personas y sus relaciones dentro
del grupo de trabajo» (IR), dimensiones que son esenciales para el liderazgo efectivo.
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Director Director
Mucho
1.9 9.9
9
Cuadro 2
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 9
9
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1.9 sa a lo
cuidado El trabaj 9.9
Atención al o lo ejecu
8 ec es it a el person personas
que está
tan
que n la s sagradas n con-
sf ac er
para sati a él. La m
utua
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lt ad o u n ambien interés co
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de tra- impera co
7 el ritmo nfian-
baj o . za, estim
ula-
ción.
5.5
El de-
sempeño ade-
cuado en la or-
ganización es factible si se
5 equilibra la necesidad de
realizar el trabajo y al
mismo tiempo el mantener
el estado de ánimo de
quienes lo ejecutan
en un plano
satisfactorio.
4
9.1
1.1 La eficien-
cia en las ope-
Es el esfuerzo raciones provie-
mínimo para ne de que imperan
2 ejecutar el trabajo y condiciones de trabajo
es el apropiado para tales que los elementos
que no se retiren los humanos intervienen en
miembros del forma mínima.
organismo.
1 2 3 4 5 6 7 8 9
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8
1.9 9.9
E C
Paternalista Participativo
DIRECCIÓN
6
TRANSACCIONAL
5.5
5 B
Manipulador
4
1.1 9.1
A D
1 2 3 4 5 6 7 8 9
• Características:
– Actitud derrotista.
– No hay voluntarios para nada.
– Forma de vida: matar el tiempo.
– Intereses ajenos al servicio.
– No se cuestionan procedimientos establecidos (no nuevas iniciativas).
– Se remiten a otros.
– Aplazamiento hasta que se tengan más datos.
– Renuncia a la responsabilidad.
• Características:
– Diplomático.
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• Principios: persuade, solicita.
– Considera que los intereses hacia el personal y hacia la tarea son contra-
puestos por lo que recurre a manipulaciones.
– No se corren riesgos:
• Características:
• Principios: una unidad bien mandada es algo más que la suma de sus medios.
Desarrollo eficaz de la unidad:
– Hacerle frente.
– Examen por las partes implicadas.
– Discusión de soluciones.
• Características:
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– Máximo énfasis en la tarea.
– Motivación:
• Manejo de conflictos:
– Con subordinados:
• Características:
– Su opinión es la de la mayoría.
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– Hará las tareas más difíciles y no esperará que los subordinados se valgan
por sí mismos, lo que no crea un ambiente que favorezca la iniciativa.
A) «Abúlico»
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• Después de haber planteado el asunto de un modo muy general, deja que el gru-
po vaya a su aire. El objetivo corre el riesgo de no ser verdaderamente escogido
por el grupo, sino impuesto por los demás líderes naturales de dicho grupo.
• Apenas piensa en proponer procedimientos y actividades, y si lo hace es de un
modo vago.
• El clima que se da en el grupo es de «clanes» y aislamiento de algunos miem-
bros. Da la impresión de ineficacia y pérdida de tiempo.
B) «Manipulador»
• Convoca al grupo para discutir sobre un objetivo, que aunque él ya lo tiene ele-
gido, aparentemente lo somete a la reconsideración de los demás, dando la im-
presión de que las decisiones finales son del grupo, cuando en realidad se hace
siempre lo que él quiere.
• Intenta controlar a las personas ofreciéndoles favores para que estén en deuda
con él y de esta forma sea más fácil influir muy sutilmente en sus decisiones.
C) «Participativo»
• Pide al grupo que formule sus objetivos, ayudándoles a escoger del modo más
clarividente posible. Es el grupo el que decide.
• El reparto de tareas se hace en común. Todos los miembros del grupo toman ini-
ciativas y tienen responsabilidades.
• «Reconozco…»
• «Reconozco…»
D) «Autoritario»
mente esté preparado para realizar su trabajo –no es lo más frecuente– pero lo realiza sin
tener en cuenta absolutamente las opiniones de sus subordinados, sin aclarar dudas y sin
dar facilidades para resolver los problemas que se van planteando.
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Entre los comportamientos de este estilo de mando en el grupo se pueden mencionar,
entre otros, los siguientes:
• Es el líder autoritario: lo dirige todo, lo hace todo, lo regula todo. Los miembros
del grupo hacen lo que él les dice sin iniciativa ninguna por su parte.
Los líderes «X» o líderes autocráticos aplican la autoridad que se les ha otorgado por
sus conocimientos o categoría. Esta actitud no es hostil ni negativa frente a los demás, si-
no que refleja, más bien, seguridad y confianza en la voluntad propia, ya que imparte ór-
denes en la creencia de que han de ser obedecidos.
El estilo autocrático de mando es eficaz, sobre todo, en situaciones en las que se deba de-
cidir y actuar con rapidez y sin conflictos. Los trabajadores se adaptan a este método, ya que
las instrucciones son claras y detalladas y cualquier tipo de ambigüedad se resuelve de manera
fácil. Ahora bien, con este estilo autocrático, los subordinados disfrutan de poca libertad.
Los líderes participativos o líderes «Y» permiten compartir las decisiones, ya que su
estilo permite la libertad de los subordinados. Emplean el menor grado de control posible y
se preocupan de las interrelaciones internas del grupo, al tiempo que del trabajo a realizar.
Los líderes participativos animan a sus subordinados a que opinen, informen y parti-
cipen en la toma de decisiones, lo que supone una retroalimentación informativa constan-
te. La mayoría de las personas suelen mostrar una productividad más alta cuando se les
concede más libertad, ya que así obtienen un reconocimiento de sus tareas y una satisfac-
ción personal.
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• Trabajo en común del mando con los subordinados
para ayudar a fijar objetivos.
• Ayuda del mando al subordinado en la resolución de
problemas.
• Preocupación del mando por no resolver los proble-
mas en lugar de los subordinados, sino ayudarles de manera constructiva.
• Consejo del mando sobre los métodos de trabajo y la manera de mejorarlos.
• Delegación de responsabilidades por parte del mando, buscando y valorando las
ideas del subordinado.
• Reconocimiento de los resultados obtenidos por el subordinado para favorecer su
promoción.
• Preocupación del mando por asegurar al subordinado la formación necesaria de
cara a la tarea.
• Preocupación por los problemas personales de los subordinados.
LIKERT establece cuatro sistemas en los que incluye los estilos de dirección corres-
pondientes:
A) Sistema 1: AUTORITARIO-EXPLOTADOR
• Método de dirección:
– Autocrático.
• Establecimiento de objetivos:
• Toma de decisiones:
• Proceso de control:
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• Influencia:
• Comunicación:
• Fuerzas motivacionales:
B) Sistema 2: AUTORITARIO-PATERNALISTA
• Método de dirección:
– De naturaleza autoritaria.
• Establecimiento de objetivos:
• Toma de decisiones:
• Proceso de control:
• Influencia:
• Comunicación:
• Fuerzas motivacionales:
– Los motivos se basan en las necesidades de dinero, del ego, del poder, y
algunas veces en el miedo.
C) Sistema 3: CONSULTIVO
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• Método de dirección:
• Establecimiento de objetivos:
• Toma de decisiones:
• Proceso de control:
• Influencia:
• Comunicación:
• Fuerzas motivacionales:
D) Sistema 4: PARTICIPATIVO
• Método de dirección:
• Establecimiento de objetivos:
• Toma de decisiones:
• Proceso de control:
• Influencia:
• Comunicación:
• Fuerzas motivacionales:
LIKERT sostiene que la aplicación del sistema 4 produce una mayor productividad y
unas mejores relaciones laborales; sin embargo, algunos autores muestran su desacuerdo
en que éste sea el mejor sistema para todas las empresas y en todas las circunstancias.
JEFE
(características generales)
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MEDIO ORGANIZACIÓN
LIDERAZGO
(social, económico, político) (objetivos, estructura, …)
SUBORDINADOS
(capacidades, actitudes,
necesidades, …)
Este cuadro expresa que el líder no está aislado, que su actividad no depende sólo de
sus «características personales», sino que, además de éstas, en el ejercicio del liderazgo
interactúan: la organización o empresa (su cultura, sus valores, su misión, su estrategia...),
sus subordinados o colaboradores (mientras unos necesitan un estilo de liderazgo relativa-
mente autoritario, otros lo precisan totalmente participativo, por ejemplo) y, por último, el
medio (social, económico, político: hablamos de cultura a nivel de país; por ejemplo, en
China y en Somalia es probable que el perfil del líder presente rasgos diferenciales). O
sea, el liderazgo depende no sólo del líder y de sus características personales.
Para FIEDLER la dirección es esencialmente una relación en la que una persona utiliza
su poder e influencia para lograr que numerosas personas trabajen juntas y realicen una ta-
rea en común. En base a ello identifica dos estilos de liderazgo:
Para determinar cuál de los dos estilos es el más adecuado al momento, y después de
las investigaciones efectuadas, FIEDLER aisló tres dimensiones principales que parecen de-
terminar, en gran parte, el estilo de dirección que se requiere en situaciones diferentes:
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 25
• Las relaciones entre el mando y los subordinados. Punto hasta el cual los miem-
bros del grupo confían en el dirigente, le tienen afecto y están dispuestos a seguir
sus indicaciones.
• El poder legítimo del puesto. Distinto del poder personal que pueda poseer el di-
rigente.
La teoría del liderazgo situacional, formulada por Paul HERSEY y Ken BLANCHARD, se
basa en las siguientes variables:
• «Nivel de madurez» que demuestran los seguidores en una tarea, función u obje-
tivo específico que el líder intenta realizar a través de un individuo o grupo.
Estos patrones de conductas del líder pueden representarse en dos ejes separados:
HABILIDADES Y UNIDAD 7
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DIRECTIVAS 26
(ELEVADO)
COMPORTAMIENTO DE APOYO
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S3 S2
S4 S1
COMPORTAMIENTO DIRECTIVO
COMPORTAMIENTO DE RELACIÓN
Cuadro 8
• La conducta de tarea indica el grado en que el líder inicia una comunicación des-
cendente, explicando lo que ha de hacer cada uno de sus seguidores, así como
también cuándo, dónde y cómo se ha de realizar la tarea.
• La conducta de relación indica el grado en que el líder inicia una comunicación
bilateral, proporcionando apoyo socioemocional –«caricias psicológicas»– y fa-
cilitando el trabajo.
• La madurez se define como la capacidad de formular metas altas pero alcanza-
bles (motivación de logro), la disposición y habilidad para asumir responsabili-
dades y la educación y/o experiencia de un individuo o grupo.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 27
A medida que el nivel de madurez del empleado aumenta en relación con el logro de un
objetivo específico, el líder debe comenzar a reducir la conducta de tarea, y a incrementar la
de relación. Cuando el individuo o grupo alcanza un nivel superior al promedio de madurez,
el líder no sólo disminuirá la conducta de tarea, sino también la conducta de relación.
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(ELEVADO)
ELEVADA ELEVADA
RELACIÓN TAREA
ESCASA ELEVADA
TAREA RELACIÓN
COMPORTAMIENTO DE TAREA
S3 S2
ESTILO
del líder
S4 S1
ESCASA ELEVADA
RELACIÓN TAREA
ESCASA ESCASA
TAREA RELACIÓN
Cuadro 9
El estilo apropiado de liderazgo para los niveles dados de madurez del seguidor se re-
presenta por una función curvilínea sobre los cuatro cuadrantes del liderazgo. El nivel de
madurez de los seguidores se representa debajo del modelo de liderazgo como un continuo
que va del comportamiento inmaduro al comportamiento maduro:
Para determinar cuál es el estilo de liderazgo apropiado en una situación dada, el jefe
debe antes determinar el nivel de madurez de los seguidores, pero en relación a un objeti-
vo o tarea específica. Una vez identificado este nivel de madurez, podrá determinar el esti-
lo apropiado de liderazgo trazando una línea perpendicular desde el punto continuo que
identifica el nivel de madurez del seguidor, al punto donde se corte la función curvilínea
en la posición del estilo del líder del modelo.
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El cuadrante en que tal intersección ocurra nos indica el estilo apropiado que debe
utilizar el líder en la citada situación con un seguidor de ese nivel de madurez.
Los cuatro estilos de mando que define la teoría del liderazgo situacional son:
Y esto ha de realizarlo paso a paso premiando lo más posible cada mínimo rasgo de
conducta apropiada que el sujeto siga en la dirección deseada. Cuando el individuo llega a
asumir una responsabilidad significativa y rinde como persona de moderada madurez, no
sólo es capaz de proporcionar por sí mismo su propia dirección para las actividades que
desempeña, sino que también comienza a dar cumplida satisfacción a sus propias necesi-
dades interpersonales y emocionales.
Los líderes efectivos deben conocer a su personal lo suficientemente bien para dar
respuesta apropiada a las demandas que las habilidades siempre cambiantes de sus subor-
dinados exigen en todo momento. El líder debe recordar que, a lo largo del tiempo, los se-
guidores como individuos y como grupos desarrollan sus propios patrones de conducta y
formas de operar, por ejemplo, normas, costumbres, hábitos...
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 29
Si bien el líder puede usar un estilo específico para el grupo de trabajo en cuanto gru-
po, puede que con frecuencia tenga que comportarse de modo diferente con cada uno de
sus hombres, porque están en diferentes niveles de madurez. En cualquier caso, bien sea
trabajando con un grupo o con un individuo, los cambios en el estilo de dirección deben
ser graduales. Este proceso por su propia naturaleza no puede ser revolucionario sino que
debe ser evolutivo: cambios graduales de desarrollo como resultado de un crecimiento
planificado y la creación de un clima de mutuo respeto y confianza.
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(ELEVADO)
ELEVADA ELEVADA
RELACIÓN TAREA
ELEVADA
N
ESCASA
CIÓ
TAREA RELACIÓN
PE
IPA
RS
COMPORTAMIENTO DE RELACIÓN
UA
IC
RT
SIÓ
PA
S3 S2
S4 S1
ÓN
Ó
CI
RD
GA
EN
LE
ES
ESCASA ELEVADA
DE
RELACIÓN TAREA
ESCASA ESCASA
TAREA RELACIÓN
Cuadro 10
Las características de cada uno de los cuatro estilos de liderazgo desarrollados por
HERSEY, así como las características del comportamiento positivo o adecuado y negativo o
inadecuado a cada estilo de liderazgo, son las siguientes:
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 30
DIRIGIR
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• Su fuerza emana de la estructura, no de la persona.
PERSUADIR/VENDER
• Tendencia a conquistar objetivos con los menos roces posibles mediante la influencia.
• El poder empleado es la persuasión.
PARTICIPACIÓN
• Sostiene ideas firmes hasta que • Su factor determinante son los as-
aparecen alternativas mejores. pectos tecnológicos.
• Admite el feed-back, lo coteja y calcula • Pretende dar soluciones técnicas a
riesgos. conflictos emocionales.
• Política preventiva de conflictos. • Busca más demostrar teorías que lo-
grar eficacia.
• Trata de conseguir los mejores resul- • Tolera la participación hasta donde la
tados para las partes (ganar-ganar). ley le permite.
• Motiva escuchando y negociando. • Utiliza la ley como arma manipulativa.
• Vigila compromisos y comenta resul- • Hay planes ocultos.
tados.
DELEGACIÓN
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• Interés por las personas y sus relaciones dentro del
grupo de trabajo (IR).
• Promotor.
• Ejecutivo.
• Burócrata.
• Autócrata benevolente.
• Misionero.
• Contemporizador.
• Desertor.
• Autócrata.
• Promotor:
• Ejecutivo:
• Burócrata:
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
• Autócrata benevolente:
• Misionero:
– Evita el conflicto.
– Evita iniciar actividades.
– Es dependiente, y busca aceptación.
– Escasa preocupación por la producción, por las normas y por el control.
• Contemporizador:
• Desertor:
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
• Autócrata:
ESTILOS EFICACES
IR
ESTILOS POCO
IR EFICACES
Promotor Ejecutivo
C2 D2
Contempo-
Misionero rizador
A2 B2
C1 D1
Burócrata Autócrata
Benevolente
A1 B1
Desertor
a IT
caIcAi
AfiC
EFICE Autócrata
Cuadro 11
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 35
dualizada y la estimulación intelectual para dirigir a sus hombres, logra transformarles para
conseguir metas más elevadas de las que inicialmente se creía posible en una situación dada.
El liderazgo, así entendido, supone un elevado grado de influencia sobre los subordi-
nados, de carácter esencialmente personal.
Esta transformación de los subordinados puede lograrse por medio de tres vías:
• Carisma
• Consideración individualista
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– Conocimiento de las características personales de cada sujeto.
– Sentido de autocrítica.
• Estimulación intelectual
El líder transaccional, por otra parte, es aquel que concibe a los subordinados como
objeto de intercambio de una cosa por otra. Sus relaciones con ellos son:
• Compensación contingente
El mando que ejerce este tipo de dirección interviene únicamente cuando las co-
sas van mal. Su manera de intervenir tiene mucho que ver con el feed-back nega-
tivo y con el esfuerzo, lo que no es aconsejable. La penalización de conducta, sin
más, conduce a la degradación de la autoestima, la pérdida de confianza, la inde-
cisión y la falta de compromiso.
• El entorno exterior.
• El entorno organizacional.
• La personalidad del líder.
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A) El entorno exterior
Un entorno estable y bien estructurado, con normas claras y fuertes, propicia más la
aparición de un liderazgo transaccional.
B) El entorno organizacional
En el líder transformacional suelen darse una serie de rasgos típicos entre los que des-
tacan:
• Tendencia al liderazgo.
• Socialmente atrevida.
• Introspectiva.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 39
L: reconoce lo que el S
L: reconoce lo que el S
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L: despertar
confianza en el S
L: elevar
L: elevar el valor de los
probabilidades
resultados fijados al S
subjetivas de éxito del S
L: cambio en la cultura
organizacional
Liderazgo transaccional
S: motivación
incrementada para
S: situación actual del
alcanzar los resultados
esfuerzo esperado
señalados
(esfuerzo extra)
S: desempeño
S: desempeño esperado
superior a lo esperado
• No existe ningún método de liderazgo que sea adecuado a todas las situaciones.
• Los estilos de liderazgo varían dependiendo del grado de participación de los su-
bordinados y del número de éstos.
El modelo propuesto por VROOM y YETTON muestra que los líderes usan métodos par-
ticipativos cuando es importante que los subordinados acepten la decisión y es improbable
que esto ocurra si no se les permite una participación en la decisión, y cuando es posible
suponer que los subordinados prestarán mayor interés a los objetivos del grupo que a sus
propias referencias.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 42
Robert TANNEBAUM y W.H. SCHMIDT realizan una serie de estudios en los que con-
templan el liderazgo en una progresión continua según se centre en mayor o menor medi-
da en los subordinados o en el jefe:
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• El líder «vende» su decisión, intentando convencer a sus subordinados de que la
acepten. Reconoce la posibilidad de que exista alguna resistencia entre aquellos
que serán afectados por la decisión y pretende reducir tal resistencia.
• El líder presenta sus ideas y solicita preguntas, lo que permite explorar más cui-
dadosamente las implicaciones de la decisión.
• El líder presenta una decisión como sujeta a cambios, pero se reserva la solución final.
El líder, después, elige la solución que considere mejor entre la amplia lista de
soluciones posibles.
• El líder define el problema a resolver y los límites dentro de los cuales debe to-
marse la solución, y solicita que el grupo tome la decisión.
ÁREA DE
LIBERTAD DE LOS El mando define los límites
SUBORDINADOS y pide al grupo que tome una
decisión.
Cuadro 14
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 43
Los factores que el líder ha de tener en cuenta a la hora de decidir son esencialmente tres:
• Su sistema de valores.
• La confianza en sus subordinados.
• Las propias inclinaciones en materia de liderazgo.
• Los sentimientos de seguridad en una situación de incertidumbre.
• Variables de personalidad.
• Expectativas con respecto a la forma en que el jefe debe relacionarse con
ellos.
• Tipo de organización.
• Efectividad del grupo.
• El problema mismo.
• La presión del tiempo.
particular, sino que tienden a utilizar la mayoría de estos estilos a lo largo de un período
determinado –de forma armoniosa y gradual– en función de la situación del negocio».
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3.º «Los líderes afiliativos fomentan lazos afectivos y relaciones armoniosas con su
gente».
5.º «Los líderes imitativos esperan que su equipo implícitamente asuma el modelo
que ellos ofrecen».
Pues bien, según esta investigación, cada uno de estos estilos tiene una influencia sobre
el clima laboral distinto. Concretamente, GOLEMAN ha tomado seis indicadores de clima de
una organización: flexibilidad (grado de libertad que los colaboradores sienten); responsabi-
lidad hacia la organización; el nivel de estándares que se les fijan; la sensación de que el
feed-back y la evaluación que reciben sobre su desempeño es adecuado y se les recompensa
de forma justa; la claridad que las personas de la organización tienen acerca de su misión y
valores; el nivel de compromiso con un propósito común. Pues bien, el cuadro siguiente
explica «el impacto de los estilos de liderazgo sobre las variables de clima»:
El modus operandi Exige obediencia in- Motiva a las perso- Busca armonía y fo- Crea consenso a tra- Fija estándares de ex- Desarrolla a las per-
del líder ..................... mediata nas a trabajar por un menta las relaciones vés de la partici- celencia exigentes sonas para el futuro
objetivo pación
El lema del estilo .... «Haz lo que te digo» «Ven conmigo» «Las personas pri- «¿Qué piensas?» «Haz como yo» «Inténtalo»
mero»
Las competencias de Orientación al logro, Autoconfianza, em- Empatía, desarrollo Colaboración, lide- Constancia, orienta- Desarrollo de otros,
inteligencia emocio- iniciativa, autocontrol patía, catalización del de relaciones, comu- razgo, comunicación ción al logro, iniciativa empatía, conciencia
nal de base ................ cambio nicación emocional
Cuándo funciona En momentos de cri- Cuando los cambios re- En situaciones de Para fomentar el con- Para obtener resulta- Para ayudar a los em-
LIDERAZGO
mejor ......................... sis, para remontar un quieren una nueva vi- estrés es cuando es senso o el compromi- dos rápidos de un pleados a mejorar su
negocio o con emplea- sión o cuando es nece- necesario motivar al so, o para conseguir equipo muy motivado desempeño o desa-
dos problemáticos saria una dirección clara equipo o para mejo- que empleados con y experimentado rrollar su potencial a
rar las relaciones en talento aporten largo plazo
el equipo
razgo tienen efectos positivos sobre el clima y sobre los resultados.
El siguiente cuadro muestra las características esenciales de los seis estilos de liderazgo:
Sostiene GOLEMAN, en virtud de estos resultados, que sólo cuatro de los estilos de lide-
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 46
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Puesto que casi ningún líder posee los seis estilos, lo que procede es ampliar la gama
de estilos.
5. TOMA DE DECISIONES
Ahora bien, no todos los problemas son iguales, entre los que están perfectamente
identificados y son bien entendidos y aquellos ambiguos y poco inteligibles hay un abani-
co de posibilidades; de manera similar, no todas las soluciones son iguales, de nuevo exis-
te un continuo de opciones desde las precisas y bien conocidas hasta las ambiguas, nuevas
y nunca empleadas en el pasado. Ello permite distinguir entre decisiones rutinarias (habi-
tuales), adaptativas e innovadoras, según sea el tipo de problema que se afronta y la solu-
ción manejada (HELLRIEGEL y SLOCUM, 1989).
Una decisión rutinaria es aquella que resuelve problemas estandarizados y bien cono-
cidos. Ello permite diseñar una rutina más o menos compleja para resolverla, no hay que
tratarla cada vez que aparezca como nueva. Son las decisiones programadas que deben su
nombre precisamente a su similitud con programas de ordenador. La programación de la
producción, las decisiones sobre pedidos de compra, la contabilización de las operaciones
entran dentro de esta categoría.
Las decisiones adaptativas son aquellas que suponen cambios incrementales sobre la
situación precedente. Cuando los problemas a resolver son parcialmente desconocidos
suelen buscarse soluciones que son variantes de otras bien conocidas, ya experimentadas
en el pasado. Las decisiones adaptativas son propias de los procesos de mejora continua.
Se trata de ir haciendo pequeños y constantes cambios sobre la situación precedente, que
incorporen alguna mejora sobre ella.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 47
INUSUALES Y
AMBIGUOS
Decisiones innovadoras
Decisiones
de rutina
Tipos de
CONOCIDOS Y AMBIGUAS Y
BIEN DEFINIDOS POCO CONOCIDAS
soluciones alternativas
Decidir es algo más complejo que la mera selección de una alternativa entre varias; es
un proceso que abarca toda la actividad de resolución de problemas, desde que se identifi-
can hasta que se toman las medidas necesarias para resolverlos.
En primer lugar, es preciso identificar cuáles son las características que definen al
problema que se trata de resolver. Por ejemplo, si las ventas de la empresa caen de forma
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 48
continuada, habrá que determinar si esa caída obedece a un cambio de los gustos de los
consumidores, a problemas con la calidad del producto ofertado, con el precio o con la
distribución. Es muy importante hacer una buena identificación de las causas de un pro-
blema, que vaya más allá de la enumeración de síntomas; pero no siempre es fácil, pri-
mero por la falta de información con la que muchas veces nos encontramos, y segundo,
por la tendencia, muy común, a encasillar los problemas nuevos que vayan surgiendo en
esquemas mentales predeterminados, restringiendo, sin necesidad, las formas de abor-
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darlos.
DETECCIÓN FIJACIÓN
BÚSQUEDA DE
Y DIAGNOSIS DE CRITERIOS
ALTERNATIVAS
DEL PROBLEMA DE EVALUACIÓN
CONTROL
EVALUACIÓN
PUESTA
ELECCIÓN DE LAS
EN PRÁCTICA
ALTERNATIVAS
Una vez que esté el problema bien identificado y comprendido, habrá que buscar for-
mas de resolverlo. Para ello, hay que emprender un proceso de búsqueda de posibles alter-
nativas de solución y evaluarlas, de acuerdo con el marco valorativo o los criterios de eva-
luación fijados con anterioridad.
En efecto, para tomar una decisión, para optar entre varias alternativas, es preciso
compararlas, lo que supone identificar cuáles son las consecuencias que pueden esperarse
de cada una de ellas y, a partir de ahí elegir la mejor de acuerdo con el criterio de evalua-
ción seleccionado.
caso contrario, la decisión se quedará en una mera declaración de intenciones, sin ninguna
consecuencia en el mundo real. Las decisiones tienen que traducirse en acciones.
Para pasar de un ambiente a otro anterior es necesario obtener un cierto grado de in-
formación: cuanto mayor sea la información menor será la incertidumbre. En teoría de la
decisión, a ese proceso de consecución de la información, que en algún caso permite pasar
de un ambiente a otro, se le denomina proceso de aprendizaje.
6. HABILIDADES DIRECTIVAS
Conducta Habilidad
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2. Mantener actualizados a los miembros del
equipo con regularidad ................................. Comunicación
Cuadro 19
Hay mandos con una tendencia natural a la escucha activa (MCCANN 1989). Son ca-
paces de centrar su atención en las palabras que les llegan desde fuentes externas; por eso
se las conoce como personas con «audición digital externa». Son capaces de eliminar de
sus mentes su propio diálogo interno y prestar toda su atención a lo que los otros dicen.
Por el contrario, existen mandos que deben esforzarse por mantener su habilidad de
escuchar (MCCANN 1989). Al tiempo que escuchan a otros, es posible que, inconsciente-
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nes que padecen «problemas de comunicación»; y ciertamente, gran parte de los proble-
mas de las organizaciones tienen su origen en la comunicación ineficaz. Con frecuencia,
directivos y mandos asumen erróneamente que la distribución de la información equivale
a comunicación. El hecho es que una gran mayoría puede reconocer que existe un exceso
de información. Pero este mismo volumen de información que reclama su atención es el
causante de que el nivel de comunicación esté severamente restringido. Por consiguiente,
reconocer la necesidad vital de contar con nuevas habilidades de comunicación debe ser
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
una prioridad para todos.
• Las personas responden mejor en grupos pequeños. Es más fácil aclarar un tema
en un grupo pequeño que en una reunión más concurrida, donde es necesario ser
más formal con objeto de que funcione con eficacia. El grupo pequeño ofrece
también un entorno más válido para los comentarios y la información de retorno
constructivos.
• La sesión debe ser presidida por el director o el responsable del equipo. Después
de dar él ejemplo, puede dejar en otras manos, a niveles inferiores, la dirección
de la reunión. Sin embargo, la comunicación solamente es eficaz cuando des-
ciende rápidamente en cascada. Si las personas obtienen información de fuentes
ajenas al equipo, es posible que se sientan excluidos de la cadena de comunica-
ción; incluso es posible que se aprovechen de las áreas en las que ellos se consi-
deran mejor informados y retengan información para aumentar su poder personal
(la información es poder).
• Las reuniones deben ser periódicas. Para algunos equipos, quizá sea necesaria
una reunión semanal; para otros, puede ser más adecuado una vez al mes. Los te-
mas incluidos deben ser importantes para todos los involucrados. Si esta relevan-
cia no es evidente es necesario asegurarse de que se establecen las conexiones.
Una tercera parte de la reunión debe dedicarse a que el responsable del equipo
comunique la información relevante y ejerza el liderazgo adecuado. No es nece-
sario estructurar el resto, sino dejar que el equipo discuta y participe.
• El flujo de la información debe ser de doble vía. Casi siempre, los que conocen
mejor los problemas son los que están más cerca de ellos. Por consiguiente, es
necesario que todos los miembros del equipo tengan libertad para comentar los
problemas y las oportunidades existentes.
propias reuniones, es muy posible que se esté perdiendo el tiempo. Los mandos y
directivos no deben temer los comentarios en las reuniones, sino intentar modifi-
car sus actuaciones en consecuencia. Es necesario preguntar al equipo: «¿En qué
hemos de insistir y qué hemos de evitar para mejorar nuestra eficacia?». Si direc-
tivos y mandos fomentan el desarrollo de estas reuniones en los niveles inferiores
de la organización, recibirán información de retorno de los mandos medios y de
sus equipos sobre la eficacia de las mismas de cara al conjunto del trabajo.
«Estar disponible y
ser receptivo a los pro-
blemas de los demás».
La disponibilidad o el estar disponible (en ocasiones llamado «estar al pie del ca-
ñón») para discutir los problemas, no garantiza el éxito de un directivo. Por el contrario,
puede fomentar la dependencia y servir de invitación permanente a interrupciones que
pueden estar fragmentando toda la jornada de un mando. También puede provocar una de-
legación ascendente de las decisiones, obligando a los mandos a trabajar en temas que no
corresponden a su nivel, e involucrándoles en detalles que les hacen perder tiempo.
Sin embargo, y dicho todo esto, es importante que su gente sepa cuándo va a estar
disponible, para poder comunicarse con usted, en lugar de intentar «cazarle» cuando pasa
frente a la puerta o «colarse» en su despacho. Los miembros de su equipo tienen que estar
convencidos de que cuenta con tiempo para tratar sus problemas con ellos, en lugar de in-
tentar hacerlo todo sobre la marcha.
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
respuesta. En otros casos, quieren tenerla pero no están disponibles. Es importante resaltar
que ambas cosas son necesarias.
El trabajo en equipo incluye la solución de los problemas. Los equipos se crean para
lograr un objetivo o terminar una tarea. El éxito de un equipo depende del grado en que
todos sus miembros comprendan qué van a hacer y quién será responsable de hacerlo.
El proceso de resolución eficaz de problemas en equipo incluye cinco pasos clave que
resumimos en el siguiente modelo:
C Compartir la información
Seguir este proceso paso a paso ofrece un conjunto de ayudas a los miembros del
equipo para poder evaluar sus progresos y corregir posibles errores.
Directivos y mandos son cada vez más conscientes de que una parte significativa de
su rol incluye la función de seguimiento de su personal, con objeto de ayudarles a desarro-
llar la suficiente confianza personal para resolver sus propios problemas en el trabajo. El
directivo preocupado por la integración es aquel que va entrenando habilidades y compe-
tencias en el seguimiento de su gente, como si de una verdadera tutoría se tratara.
«Desarrollar un equipo
equilibrado».
En este sentido, es importante que el directivo o líder reconozca que, en los equipos
no equilibrados, es fácil que las áreas de puntos fuertes se conviertan en puntos débiles. Es
necesario formar a algunos de los miembros del equipo para cubrir las áreas más débiles;
si no fuera posible, debería al menos sensibilizarse al equipo sobre sus «puntos débiles».
Todos los mandos y directivos deberían analizar el trabajo que realizan los miembros
de su equipo. Es necesario describir adecuadamente las tareas que asignan a cada persona
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
y determinar el porcentaje de coincidencia entre el trabajo asignado y las preferencias in-
dividuales. Si la coincidencia es inferior al 50%, es muy probable que la productividad se
resienta, debido al desajuste entre tareas y preferencias en el trabajo; en otras palabras, el
trabajo se ha asignado incorrectamente. Mostramos este concepto en la figura 1.
Incorrecta
asignación
Correcta
asignación
Es cierto que las personas pueden tener destrezas en áreas que difieren de sus preferen-
cias en el trabajo, pero en nuestra experiencia estos casos representan una minoría. Lo que
nosotros llamamos la «Ley de las Tres P» explica por qué todos tendemos a practicar lo que
preferimos. Por ejemplo, quizás una persona prefiera jugar al golf y no al tenis. Por consi-
guiente, siempre que se presente la oportunidad, es muy probable que vaya al campo de golf
y no a la pista de tenis. Cuanto más practique el golf, más probabilidades tendrá de jugar
mejor; es decir, de adquirir pericia. Lo mismo sucede en el trabajo. Todos tendemos a practi-
car lo que preferimos y, con el tiempo, adquirimos pericia en esas áreas de preferencia.
para los miembros de un equipo. Sin embargo, es importante impedir que los miembros de
su equipo utilicen sus «preferencias en el trabajo» como excusas para no hacer lo que tie-
nen que hacer. Los roles y las responsabilidades del trabajo deben mantenerse siempre.
Es necesario revisar con regularidad esta habilidad, en especial cuando hay cam-
bios en la composición del equipo o cuando se rediseñan algunos puestos de tra-
bajo. La buena integración consiste en revisar con regularidad los roles y las res-
ponsabilidades de los miembros del equipo e intentar el mejor ajuste posible entre
las tareas del equipo y las preferencias individuales en el trabajo.
ejemplo más evidente de estos prejuicios y estereotipos. La integración eficaz exige una do-
ble habilidad: reconocer las propias ideas fijas y prejuicios, y responder con sensibilidad a
las de los demás, con objeto de poder superarlas cuando obstaculizan la eficacia del equipo.
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
Si los miembros del equipo comprenden las cualidades especiales y las aportaciones de
cada persona al trabajo, es más fácil desarrollar el respeto mutuo. Al asumir las funciones del
trabajo y las preferencias de roles, todos comienzan a valorar los puntos fuertes de los demás y
a reconocer que cada individuo tiene un papel clave que desempeñar en la actividad del grupo.
Las actividades que no están directamente relacionadas con el trabajo sirven también pa-
ra fomentar el respeto y la comprensión mutua entre los miembros del equipo. Es cada vez
más frecuente que las organizaciones creen oportunidades para derribar las barreras jerárqui-
cas. Aunque a veces pueda parecer que estas actividades distraen del «trabajo real», buscar la
integración significa fomentar la participación en estas actividades para, más adelante, reco-
ger en el lugar de trabajo los frutos que ellas hayan producido. En un momento dado, estas
actividades pueden llegar a convertirse en parte integrante de la «cultura de la organización».
Hemos comprobado con bastante frecuencia que muchos directivos esperan pasar di-
rectamente de la selección de los miembros de su equipo a la delegación. Sin embargo, en-
tre una y otra hay varios pasos (véase cuadro 20).
Comenzando desde abajo hacia arriba, comprobará que todos delegamos tareas en
aquellas personas en quienes confiamos que sabrán (podrán) y querrán (desearán) hacer la
tarea encomendada.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 59
Si continuamos hacia arriba en el cuadro, nos fiamos de las personas solamente cuan-
do tenemos seguridad en sus capacidades, motivación, conocimientos y habilidades. De-
sarrollamos esta confianza mediante la observación y permitiendo a los demás que nos de-
muestren su cualificación.
Por último, las personas están dispuestas y son capaces de demostrar su nivel de com-
petencia si trabajamos con ellos y nos aseguramos de que reciben la formación y el apoyo
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
SELECCIÓN
FORMACIÓN
CUALIFICACIÓN
SEGURIDAD
CONFIANZA
DELEGACIÓN
mente planificado. Los miembros del equipo siguen las expectativas de su líder sobre lo
que se espera y acepta de ellos. Las presiones que resultan de dirigir situaciones complejas
y cambiantes hacen que algunas veces olvidemos el impacto que nuestro comportamiento
tiene en nuestros subordinados.
Sin embargo, todos podemos ser muy hábiles para establecer determinadas rutinas
que nos protejan a nosotros y a nuestros colegas de las molestias y los momentos de incer-
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
tidumbre. Por ejemplo, podemos llegar al acuerdo tácito que presentar una nueva propues-
ta al director técnico durante la semana anterior a la auditoría supone una soberana pérdi-
da de tiempo. Todos sabemos que su mente está ocupada en otra cosa y que nuestra pro-
puesta no recibirá la atención que se merece. Esto se convierte en una defensa rutinaria
que poco a poco llega a integrarse en nuestros patrones de comportamiento en la empresa.
El mando o directivo que continuamente llega más tarde que los miembros de su
equipo, y se marcha a la hora en punto, no debe sorprenderse si sus subordinados no están
dispuestos a trabajar y es posible que aconsejen con los hechos a ese otro colega que tra-
baja horas interminables, sobre el impacto negativo que su ejemplo tendrá en la calidad
del resultado del equipo. Si el mando o directivo es un «adicto al trabajo», no debe esperar
que los demás se comporten de manera similar. Muchas personas tienen fuertes intereses
no laborales que les permiten mantener su «equilibrio psíquico». Pero el jefe que siempre
está llamando por teléfono a casa, fuera de las horas de oficina, o que espera que los su-
bordinados continuamente trabajen horas de más, está dando un ejemplo que, en un mo-
mento dado, puede tener un efecto negativo en la moral de las personas y del equipo.
Al igual que con la mayoría de las cosas, el problema es cómo establecer el equilibrio
adecuado. El líder del equipo que llega temprano a su trabajo y se queda hasta tarde cuan-
do es necesario para terminar un trabajo o enfrentarse a una crisis, y no como hábito, está
dando a su equipo un ejemplo positivo.
Cuando el mando o directivo da ejemplo –bien sea bueno o malo– actúa como «mode-
lo de rol». Los miembros del equipo no solamente consideran a su jefe como una fuente de
autoridad, sino también como un individuo que se gana el respeto por el ejemplo que da.
No estamos sugiriendo que todo mando sea un dechado de virtudes. Nadie puede ser exce-
lente en todos los aspectos del trabajo (si fuera así, no habría necesidad de hacer equipo),
pero cuanto mejor perciba el mando o directivo su propio comportamiento, y el impacto
que tiene, mayores son las posibilidades de crear comportamientos triunfadores y de miti-
gar las consecuencias negativas de sus propias rutinas defensivas y de las de su equipo.
Como norma, directivos y mandos tienen que esforzarse por alcanzar niveles altos de
calidad en todo lo que hacen y en la forma en que lo hacen. Es un hecho reconocido que la
«calidad» es clave para el éxito de cualquier organización. Los productos y servicios de
baja calidad pueden aniquilar una compañía, pero un comportamiento directivo de mala
calidad puede ser el responsable de la baja calidad de los productos o servicios.
significa preocuparse tanto por el largo plazo como por el corto. En este sentido, la «cali-
dad» es un aspecto muy importante, no solamente en cuanto a los factores físicos impli-
cados, sino también los factores sociales. Los directivos que propician la integración ana-
lizan «el rendimiento del equipo» en áreas tales como la satisfacción del cliente, el desa-
rrollo de su personal, la mejora del rendimiento del producto y la mejora de la calidad de
vida laboral.
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sible fijar metas un poco más altas.
Las metas tienen que obligar a los miembros del equipo a «tensarse» pero no tanto
que llegue a «dolerles». La frase «sin dolor, no se gana» puede ser adecuada en los depor-
tes, pero no se aplica al mundo empresarial. Resumiendo, los objetivos tienen que ser lo
suficientemente difíciles como para que representen un verdadero reto, pero no tan difíci-
les que parezcan imposibles. Cuantos más logros conseguimos, y más los reconocemos y
celebramos, más probabilidades existen de que afrontemos el reto siguiente con entusias-
mo y compromiso.
6.9.4. Incentivos
Todo equipo tiene que producir resultados. Sin embargo, a veces encontramos que
muchos de sus miembros no tienen una clara visión sobre cuáles son sus resultados clave.
Por el contrario, tienden a concentrarse en los inputs –es decir, los recursos que necesitan,
cuántas horas deben asignar a cada tarea, sus ideas de mejora, etc.– y, aunque sean muy
importantes, con ello no avanzarán por muy bien que manejen estos inputs. Solamente ga-
narán cuando logren producir resultados, outputs. Incluso los mejores equipos tienden a
confundir los fines con los medios necesarios para lograrlos.
en base a los indicadores de resultados –«se ha hecho con eficacia»– y se olvidan del fac-
tor de eficiencia, que mide si se ha hecho o no lo correcto, a la primera y al menor coste.
La gestión de las relaciones es una de las habilidades clave del directivo moderno. En
algunos equipos, puede suponer hasta el 80% del tiempo del directivo. En otros, todos los
miembros comparten las funciones de integración interna y externa, y todos contribuyen a
esta gestión de relaciones.
Es un hecho aceptado que todos los directivos tienen que lograr que el trabajo se haga
contando con otras personas. Los que tienen más éxito son, por lo general, integradores
internos muy capacitados. No solamente asignan el trabajo a los miembros del equipo, y
ofrecen guía y orientación sobre las metas a conseguir, sino que también fomentan la
unión y la cooperación. Este último punto, por lo general, distingue el esfuerzo individual
del trabajo eficaz en equipo.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 64
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La figura 2 muestra la diferencia entre una correcta e incorrecta integración interna.
En el gráfico de la izquierda, el directivo estableció personalmente buenas relaciones con
los demás miembros del equipo, pero las relaciones entre ellos prácticamente no existían.
El estilo directivo del líder de este equipo es hacer que todos recurran a él cuando surgen
problemas. Muchas decisiones, si no todas, tienen que pasar por su mesa, con lo cual vive
sometido a presiones considerables. En el segundo ejemplo, la integración interna es bue-
na: se han establecido lazos sólidos entre los miembros del equipo y con el líder. Un equi-
po dirigido de esta manera está fuertemente integrado: es muy probable que actúe como
un todo y no como una suma de individuos. La cultura del equipo será de cooperación y
de apoyo mutuo.
LÍDER LÍDER
Todo equipo necesita alguien que lo represente adecuadamente ante los altos niveles
de la organización. Los mandos y directivos tienen que saber defender las necesidades de
P.º GRAL. MARTÍNEZ CAMPOS, 5 y PONZANO, 15. 28010 MADRID • GRAN DE GRÀCIA, 171. 08012 BARCELONA • ALBORAYA, 23. 46010 VALENCIA
su equipo si quieren alcanzar unos resultados brillantes. También tienen que saber vender
los esfuerzos, tanto individuales como del grupo, frente a las personas que tienen mayor
influencia dentro de la empresa.
Pero no basta la integración hacia arriba. Usted tiene que ser buen representante de su
equipo cuando trabaja con colegas de su mismo nivel –por ejemplo, otros departamentos o
divisiones– no sólo para la solución de problemas interdepartamentales, sino para hacer
que la justicia y la equidad prevalezcan. Ningún departamento puede hacer adecuadamen-
te su trabajo si no cuenta con la cooperación de las demás unidades. El rol del directivo
como integrador externo colateral es cada vez más importante, y exige destrezas específi-
cas de resolución de problemas y de comunicación. Con muchísima frecuencia, la moral
de los miembros del equipo depende de la eficacia de su líder para representarles.
Conforme nos vamos acercando al año 2000, el rol del directivo será cada vez más
difícil. El éxito del equipo puede, con frecuencia, depender de otros equipos, tanto inter-
nos como ajenos a la organización. Una de las habilidades clave del integrador externo se-
rá su capacidad para identificar las relaciones clave que afectan al éxito del equipo; es, por
tanto, indispensable dedicar tiempo y atención a estas relaciones.
A
LÍDER
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En los equipos de nueva creación, gran parte de la responsabilidad de integración recae
en el líder, pero en los ya más rodados todos pueden contribuir significativamente a esta ta-
rea empleando las típicas habilidades de gestión de las relaciones. Esto es especialmente
cierto en los equipos autodirigidos, donde todos están obligados a ser buenos integradores.
Cuando sólo hay una solución posible, explique las razones y gánese la confianza del
equipo. Convénzales de la solución, en lugar de imponerla; de esta forma, obtendrá bene-
ficios elevados a nivel de compromiso.
ED = C × A
donde:
ED = eficacia de la decisión
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C = calidad de la solución, y
A = aceptación de la solución
Se puede tener la «mejor» solución posible, pero si el nivel de aceptación por parte
del equipo es bajo, la eficacia de la decisión (C × A) se resentirá. En ocasiones –y siem-
pre que esto sea posible para no mermar la calidad de una decisión– es mejor acomodarse
a una decisión de calidad inferior, siempre que el nivel de aceptación sea alto entre los
miembros del equipo. De esta forma, obtiene un valor óptimo para la «eficacia de la deci-
sión» en la práctica.
Es conveniente aplicar a veces esta «Habilidad directiva n.º 11», junto con la n.º 9 «Fi-
jación de objetivos». En lugar de fijar los objetivos de los demás, quizá sea conveniente
preguntarles qué es lo que pueden conseguir durante el próximo año. Pueden llegar a fijar-
se a sí mismos metas más altas de las que usted tenía en mente, sólo por haberles involu-
crado democráticamente, en lugar de actuar autocráticamente imponiendo la solución.
Lo importante para el directivo es fijar los patrones y dar ejemplo a los demás. De es-
ta forma, van practicando destrezas de influencia, y aprenden a distinguir cuándo deben
preguntar a su grupo y cuándo dirigirlo con energía. Analizan cuidadosamente a quién de-
ben invitar a las reuniones y cómo lograr el mayor compromiso y participación de todos.
7.1. POLÍTICAS
1. Colaboración:
2. Lealtad:
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3. Trabajo de calidad:
4. Eficacia:
5. Simplificación:
• Simplificar tareas.
• Simplificar estructuras.
• Simplificar las comunicaciones.
6. Trabajo inteligente:
7. Acción decisiva:
8. Creatividad:
9. Espíritu de riesgo:
1. Estilo:
2. Tiempo:
3. Crea oportunidades:
• Propone objetivos claros y procura motivar a los suyos para que los
acepten.
• Delega tanto las responsabilidades como el derecho a cometer errores.
4. Aprendizaje:
5. Entorno:
7.3. HABILIDADES
HABILIDADES
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TOMA DE
COMUNICACIÓN MOTIVACIÓN
DECISIONES
Transmisión de un pensa- Habilidad para que las per- Elección consciente de una
miento de una persona a otra, sonas realicen de buen grado opción entre varias posibili-
asegurando comprensión. lo que debe realizarse y reali- dades con el fin de alcanzar
zarlo bien. un objetivo.
• Sentido:
– Ascendente. • La motivación deter- • Enunciar el caso.
mina. • Reunir hechos.
– Descendente.
– Horizontal. • El comportamiento con • Interpretarlos.
– Al exterior el fin de satisfacer.
• Determinar el proble-
• Cualidades: • Una necesidad: ma auténtico.
– Planificada. – Fisiológica. • Buscar diversas solu-
– Sencilla. – Psicológica. ciones.
– Directa. – Elegir una solu-
– Lógica. ción.
– Comprensiva. – Decidir.
– Verificada.
• Captar la atención.
Cuadro 21
7.4. ACTITUDES
• Poseer una formación amplia, con cultura económica y técnica que le permita
dialogar y trabajar eficazmente en distintas áreas.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 71
El nuevo estilo de dirección que se requerirá en las empresas del futuro deberá hacer
partícipes a los trabajadores de las decisiones que se tomen en el ámbito empresarial. Para
ello, además de mejorar la calidad en la toma de decisiones, el directivo deberá permitir, e
incluso fomentar, el trabajo en equipo.
Para poder conseguir un nuevo modelo de empresa es necesario, por un lado, que el
directivo parta de la consideración de que el factor humano es la clave de la problemática
de la empresa y, por otro lado, que una organización no puede tener éxito si no consigue
movilizar todos los efectivos humanos para lograr el objetivo común.
La adaptación a los profundos cambios en los que está sumida la sociedad actual obli-
ga a implantar sistemas de gestión cada vez más complejos que hacen inviable el que una
sola persona domine todos los campos y tenga las capacidades necesarias para implantar
las soluciones requeridas. Por ello es necesario implantar «las direcciones en equipo» o
«los equipos de dirección» que den respuestas coherentes y creativas a los problemas del
momento.
Todo ello dará lugar a un nuevo modelo de dirección que se basará en dos pilares:
DIRECCIÓN PARTICIPATIVA
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ALTERNATIVA ELEGIDA
SELECCIÓN DE ALTERNATIVAS
POR CONSENSO
ESTUDIO DE LA PROBLEMÁTICA
TRABAJADORES
Cuadro 22
El siguiente cuadro compara el modo de proceder según la empresa clásica por com-
paración con el de la empresa participativa.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 73
Cuadro 23
Las nuevas vías de gestión de liderazgo deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
• Hay que olvidarse del nivel jerárquico y emplear, para la consecución del objeti-
vo común, «el saber obrero», fomentarlo y aprovechar la iniciativa y creatividad
del empleado.
• Desarrollar una nueva cultura de empresa sobre la base de los valores del em-
pleado para realizar bien el trabajo y asumir riesgos con éxito.
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• Fomentar la preocupación por la calidad y el espíritu de innovación.
9. LIDERAZGO Y COACHING
Aunque se ha puesto de moda en los últimos años, no es una moda pasajera, porque
con él podemos deshacer los numerosos nudos que encontramos en los procesos de direc-
ción de personas. Por eso, es una de las metodologías que más literatura genera desde
comienzos de los 90. Eso ha motivado una excesiva generalización del concepto: hay
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Para desarrollar este epígrafe nos vamos a apoyar repetidamente en Joan PAYERAS,
Coaching y liderazgo. Madrid: Díaz de Santos, 2004.
Por eso, desde los años 90 este concepto se viene aplicando también a los directivos
de la empresa.
Para conseguir el mayor éxito, no basta con atender a las cuestiones técnicas, sino
que también hay que hacerlo a la vida personal de cada colaborador. Es decir, el coach
atiende a los problemas personales de sus colaboradores y estudia si influyen en el rendi-
miento del equipo y cómo lo hacen.
Este concepto fragua en «una metodología de ayuda para consolidar nuevas conductas
dentro de la organización» (op. cit.).
Como se ve, hay una fuerte conexión entre coaching y liderazgo. Hoy se predica que
el directivo ha de ser un coach. Por eso, es muy habitual desarrollar en los directivos las
habilidades propias de un coach. Porque, si bien anteriormente, el coach era –casi inevita-
blemente– un consultor externo a la empresa, hoy día se asume que todo líder ha de ser el
coach de sus colaboradores.
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 76
Pero quede bien claro que el objetivo principal del coaching es mejorar los resul-
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tados. Pero también mejorar la calidad de vida profesional.
En fin, el coaching es un proceso para mejorar las habilidades de gestión de los direc-
tivos para que aumente su rendimiento. Por lo tanto, «los resultados de un proceso de
coaching inciden positivamente no sólo en el cliente, sino también en su equipo y en la
organización en su conjunto» (…) Como vemos, «el sujeto del coaching es todo directivo
que tenga colaboradores» y que deba influir en la conducta de éstos para que consigan
unos resultados determinados (PAYERAS, op. cit.).
9.2. EL COACHING NO ES
Por desgracia, como bien escribe PAYERAS (op. cit.) numerosos líderes no están capa-
citados para ejercer como coach ni poseen las habilidades necesarias. Además, aún restan
empresas con una cultura autocrática: al no permitir gestionar de forma positiva el capital
humano, están perdiendo mucho dinero. Lamentablemente, aún son pocas las organiza-
ciones que aprovechan eficientemente el talento de sus colaboradores; pues bien, una de
las formas de hacerlo es teniendo líderes coach.
Es obvio que «el estilo de liderazgo influye de forma directa y muy fuerte en la
cultura (potenciando unas conductas y eliminando otras) y en el clima de la organiza-
ción (percepciones sobre reconocimiento, comunicación, orgullo de pertenencia, flexibi-
lidad organizativa…) y, por lo tanto, tiene un impacto directo en los resultados y puede
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 77
explicar en gran medida las causas de que unas empresas tengan éxito a largo plazo
mientras que otras simplemente se mantengan o desaparezcan del mercado» (PAYERAS,
op. cit.).
Pues bien, siguiendo al repetido PAYERAS (op. cit.) el estilo de líder coach caracteriza
al directivo que:
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El líder coach, como ha escrito PAYERAS (op. cit.), aporta las siguientes ventajas:
• Dedica esfuerzos para que las relaciones laborales sean productivas y no bloquea-
doras.
• Ayuda a sus colaboradores a analizar sus puntos fuertes y también sus áreas de
mejora.
• Permite que sus colaboradores encuentren su propia forma de realizar las tareas
que tienen encomendadas. Se preocupa más por la eficacia de los resultados que
por la eficiencia de las tareas bien hechas.
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• Delega de forma planificada, apoyando al colaborador y dando libertad para to-
mar decisiones y cometer errores sin una supervisión estrecha. Ello exige cono-
cer bien los límites de lo permitido y de lo no permitido. Las reglas de juego de-
ben estar muy claras (PAYERAS, op. cit.).
Como es fácil deducir, hay estilos de liderazgo incompatibles con el estilo coach: el
laissez-faire y el autoritario.
Como señala Peter SENGE, «hubo un tiempo en que nos referíamos a los directivos
como si fueran capitanes de empresa. Ahora lo que importa son los diseñadores de organiza-
ciones».
«En este cuadro observamos las dotes fundamentales para el líder del próximo siglo:
Hay estudios que demuestran que los altos directivos pasan un 95% de su tiempo
hablando, interactuando con sus colaboradores, generando ideas y haciéndolas
llegar a toda la organización. Pero esta comunicación debe partir del autoconoci-
miento personal. No es posible liderar a personas que no se conoce, y para pro-
fundizar en los sentimientos, preferencias y motivaciones de la gente es preciso
comenzar por conocerse a uno mismo.
• Toma de decisiones. Ésta es sin duda la cualidad que todo el mundo espera de un
líder, la acción de mando. Sin embargo, las técnicas que pueden utilizarse para
ejercer esta dirección son muy variadas y de ella dependerá el compromiso de to-
dos los empleados. El mando autoritario e irreflexivo ya no tiene sentido en nues-
tros días y, por lo general, aquellas decisiones que se toman de forma más partici-
pativa, tras consultas con los colaboradores más cercanos, suelen ser más efectivas.
Por ello, es preciso que el directivo mejore su networking, su capacidad para en-
tablar relaciones de negocio con todo tipo de interlocutores, sin barreras y de for-
ma transparente. Con una sensibilidad cultural que le abra las puertas a descono-
cidos mercados y le permita pensar globalmente pero actuar localmente, según la
expresión de J. NAISBITT.
Hablamos de una sensibilidad cultural que flexibilice los planteamientos y las in-
terpretaciones, que se adapte a la idiosincrasia de cada lugar y, aún más, la apro-
veche para mejorar su producto o servicio con herramientas y técnicas específi-
cas como la dialéctica, las dotes de comunicación y negociación. Pero, además,
HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS 80
que sea capaz de hacerlo teniendo en cuenta que tendrá trabajadores de la gene-
ración X y baby boomers, conviviendo en el mismo lugar de trabajo, y que unos
y otros presentarán valores y necesidades distintas.
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ganizaciones más complejas y virtuales traerán consigo un mayor número de con-
flictos y de nuevo cuño. Habrá que adaptarse a las nuevas reglas y modificarlas si
es preciso o tomar lo mejor de sus enseñanzas y aprovecharlas en bien propio. Las
discusiones y diversidad de enfoques ayudarán a romper el «pensamiento grupal»,
enriquecerán la organización y evitarán que se confirme la frase del General PAT-
TON, «cuando todo el mundo piensa igual, alguien no está pensando».
• Conocimientos en tecnología: son cada vez más necesarios en esta era digital
que inauguramos. Las TI forman parte ya de nuestras vidas, y el entorno profe-
sional las utiliza como herramientas habituales. Desconocer estas técnicas supo-
ne un obstáculo para desarrollar cualquier tarea. El líder del tercer milenio, sin
necesidad de ser un experto en las nuevas tecnologías, deberá estar atento a las
prestaciones que éstas ofrecen, aprovecharlas y convertirlas en ventaja competi-
tiva. ¿Cómo hacerlo?» (CASADO, 2000).
Para terminar, una larga cita de José María CARDONA: «En toda organización sólo se
dirigen personas. No se dirige ninguna otra cosa. No se dirigen "la información", ni "los
procesos", ni "las tareas". Quizá hasta ahora hemos hecho demasiado énfasis en los aspectos
"hard" de la gestión de la empresa.
•••
HABILIDADES Y SUPUESTO 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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DIRECTIVAS ENUNCIADO 1
Supuesto 7
1. Las personas trabajan, principalmente, por dinero y para alcanzar posiciones más
elevadas.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
3. La gente está disociada por naturaleza: las exigencias del trabajo son radical-
mente distintas de las actividades del ocio.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
HABILIDADES Y SUPUESTO 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS ENUNCIADO 2
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5. Las tareas son primordiales y deben realizarse; los empleados son seleccionados,
adiestrados y adaptados a tareas predefinidas.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
7. Las personas están naturalmente integradas: cuando el trabajo y el ocio están de-
masiado diferenciados, ambos se deterioran.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
HABILIDADES Y SUPUESTO 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS ENUNCIADO 3
10. Las personas se desarrollan constantemente; nunca es tarde para aprender; les
gusta adquirir nuevos conocimientos y aumentar su capacidad.
a) Sí.
b) No.
c) A veces.
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1. a) X 6. a) Y
b) Y b) X
c) Ninguno c) Ninguno
2. a) X 7. a) Y
b) Y b) X
c) Ninguno c) Ninguno
3. a) X 8. a) Y
b) Y b) X
c) Ninguno
4. a) X 9. a) Y
b) Y b) X
c) Ninguno c) Ninguno
5. a) X 10. a) Y
b) Y b) X
c) Ninguno
Si ha contestado usted más de cinco preguntas con la letra «c», es posible que el lide-
razgo no le merezca demasiada consideración. Algunas personas piensan que, quizá, dan-
do la respuesta «c» juegan sobre seguro, pero esto no significa poseer características del
líder en términos de dirección y solución de problemas.
Respondiendo «a» en las cinco primeras preguntas y «b» en las restantes, puede usted
considerarse un líder «X». Por el contrario, si sus contestaciones son «b» en los números
1 al 5 y «a» del 6 al 10, es usted un líder «Y».
Por tanto, las primeras cinco preguntas identifican al líder «X», y las segundas al lí-
der «Y», definidos en la teoría de MCGREGOR.
•••
HABILIDADES Y SUPUESTO 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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Solución propuesta
Supuesto 7
Por tratarse de una prueba de «autoevaluación», no es posible ofrecer una solución: cada
alumno la responderá con la mayor sinceridad.
No obstante, como ya informa el propio enunciado del supuesto, para ser un líder «Y»,
tendría que responder:
•••
HABILIDADES Y SUPUESTO 8
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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DIRECTIVAS ENUNCIADO 1
Supuesto 8
S = Siempre.
F = Frecuentemente.
O = Ocasionalmente.
R = Rara vez.
N = Nunca.
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13. Estoy dispuesto a introducir cambios. S F O R N
14. Soy poco favorable a una libertad de acción por parte de los
miembros del grupo. S F O R N
15. Hago ver a los demás cómo siguiendo mis ideas obtendrán
ventajas. S F O R N
ALTA 9
Estilo 1.9 Estilo 9.9
La consideración de las El equipo está motivado
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ganización.
6
Estilo 5.5
La realización del trabajo
5 se logra a través de un
equilibrio entre las exi-
gencias del trabajo y un
nivel satisfactorio de la
4 moral del equipo.
3
Estilo 1.1 Estilo 9.1
Se hace el mínimo esfuer- La eficacia resulta de or-
2 zo necesario para conse- ganizar las condiciones
guir el trabajo exigido y de trabajo de forma que
permanecer en la orga- el elemento humano in-
nización. terfiera lo más mínimo en
1 ellas.
BAJA
1 2 3 4 5 6 7 8 9
BAJA ALTA
INTERÉS POR LA TAREA
1.1 Abúlico
5.5 Manipulador
9.9 Participativo
9.1 Autocrático
1.9 Paternalista
• Asigne 5 puntos a cada pregunta que usted haya contestado «Siempre» (S); 4 pun-
tos para las respuestas «Frecuentemente» (F); 3 puntos para las respuestas «Oca-
sionalmente» (O); 2 puntos para las preguntas cuya respuesta sea «Rara vez» (R)
y 1 punto para las respuestas «Nunca» (N).
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• Sume ahora las puntuaciones de las preguntas pares por un lado y de las pregun-
tas impares por el otro.
• La suma obtenida de las preguntas impares debe ser dividida entre 5 y la puntua-
ción así conseguida nos dará el nivel que usted ha sacado en IR.
• Una vez obtenidas las dos puntuaciones, el siguiente paso consiste en trasladar-
las a los ejes correspondientes. La puntuación conseguida en IT debe colocarse
en el eje horizontal, mientras que la obtenida en IR se trasladará al eje vertical.
• Trace una línea desde cada uno de los ejes (vertical y horizontal) hasta que di-
chas líneas se unan. De esta forma usted habrá conseguido evaluar su estilo de
dirección según la Teoría de BLAKE y MOUTON.
•••
HABILIDADES Y SUPUESTO 8
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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Solución propuesta
Supuesto 8
Por tratarse de una prueba de «autoevaluación», no es posible ofrecer una solución: cada
alumno la responderá con la mayor sinceridad. El resultado será un perfil individual, propio
y exclusivo de cada uno.
•••
HABILIDADES Y SUPUESTO 9
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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DIRECTIVAS ENUNCIADO 1
Supuesto 9
El taller de reparaciones está dirigido por Germán Fisas. Fisas había sido, hasta hacía
dos años, Jefe del Departamento de Reparación de Automóviles en la Delegación de la
Ford en Masnou y allí es donde se había formado en los conocimientos del sector.
Claret y Martínez se habían conocido en el servicio militar, donde Martínez era el en-
cargado de un gran parque de vehículos del ejército. Una vez licenciados, Martínez estuvo
dos años sin trabajo, hasta que le volvió a encontrar Claret, quien le propuso el trabajo de
encargado de su establecimiento.
Jiménez había entrado casi juntamente con Fisas dos años antes. Es Ingeniero Técni-
co Industrial y había trabajado antes en una fábrica de transmisiones automáticas y aceptó
la oferta que le hizo Fisas de encargarse del Departamento de Mecánica y Electricidad del
establecimiento de Claret.
En la gestión de cada uno de los dos encargados existían, pues, algunas diferencias
esenciales que pueden describirse del siguiente modo:
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• Estudia todas las mañanas los encargos del día con sus dos supervisores; altera,
de acuerdo con su experiencia, los valores estimados y ordena en qué secuencia,
con qué materiales y en qué tiempo deben realizarse los trabajos.
Jiménez dejaba que se discutieran los encargos y las cuestiones técnicas entre clien-
tes, recepcionista y los propios supervisores.
• En una reunión matinal, aclaraba las dificultades que se preveían para el día.
Preguntaba a sus dos supervisores por sus planes para la solución de las dificul-
tades y los aceptaba si le parecían razonables. También les dejaba dividir su tra-
bajo como querían.
Martínez no había disfrutado de vacaciones durante los tres últimos años y daba
muestras de estar bastante agotado. «Pienso que también funcionará la cosa sin ti, Luis»,
le manifestó Claret, «tú sabes que te necesitamos constantemente y por ello te vas a ir de
vacaciones para recargar tus baterías». A Martínez le quedó poco tiempo para indicar a
sus supervisores cómo debían hacer un buen trabajo durante su ausencia.
Fisas quiso atender el taller en ausencia de Martínez. Reunió a los dos supervisores y
les dijo: «Como sabéis, Martínez se ha marchado de vacaciones por unas semanas. ¿Os
atrevéis a llevar solos el trabajo?, por el momento me debo ocupar más del Departamento
Comercial. Si necesitáis ayuda, decídmelo a mí o a Jiménez».
algunos planchistas estaban recargados de trabajo, mientras que otros no tenían nada que
hacer. Unos clientes fueron atendidos, en parte, por los supervisores sin mucha amabili-
dad, y otros ni lo fueron. Hubo quejas y Claret y Fisas recibieron algunas palabras de en-
fado de la clientela habitual, de manera que optaron por volver a llamar a Martínez de sus
vacaciones.
Una idea de Jiménez cambió la situación. Durante algunos días delegó en un super-
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visor experimentado del grupo de Martínez que hiciera algunas propuestas para la orga-
nización del trabajo. A partir de ahí el recepcionista establecía los contactos con los
clientes y decidía con los supervisores sobre plazos de ejecución, los supervisores esta-
blecieron subgrupos bajo la dirección de sus trabajadores más experimentados; grupos
que realizaban las órdenes utilizando los estándares existentes, pero, también, planifi-
cando sus programas de desarrollo de trabajo y sus necesidades de materiales por sí mis-
mos. Los supervisores se concentraron con más intensidad en las cuestiones de prepara-
ción del trabajo.
Cuando Martínez regresó de sus vacaciones, tuvo una primera charla con Fisas, quien le
informó sobre la experiencia efectuada en su ausencia: «Yo no tenía demasiado tiempo para
ocuparme de tu trabajo, sin embargo he podido ver que dos o tres subgrupos que se han po-
dido organizar por sí mismos el trabajo rendían un 20% por encima del estándar. Por el con-
trario, los grupos que no han sido capaces de dominar el problema no han logrado más que
un 70% del rendimiento anterior. Pienso que lo ocurrido tendría que hacerte reflexionar».
— «Sé mejor que usted cómo se debe pintar un coche, señor Martínez. Cuando es-
taba usted fuera, pinté 23 carrocerías y no hubo ni una sola queja de los clientes.
He aprendido a organizar mi propio trabajo, lo cual me gusta más que seguir
sus detalladísimas instrucciones y encuentro que no debería seguir indicándome
continuamente cómo debo hacer el trabajo».
HABILIDADES Y SUPUESTO 9
COMPETENCIAS LIDERAZGO
DIRECTIVAS ENUNCIADO 4
SE PIDE:
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aspectos positivos de tales estilos directivos.
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HABILIDADES Y SUPUESTO 9
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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Solución propuesta
Supuesto 9
en el principio de línea jerárquica, donde los subordinados deben acatar las órde-
nes de su superior, la estructura de la tarea está muy detallada y basada funda-
mentalmente en órdenes, y el poder utilizado es el poder legítimo del puesto.
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Martínez se identifica con el de «dirigir» debido a que se centra más en la tarea
que en la persona y se caracteriza por dar órdenes.
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• Favorece la comunicación con el equipo, ya que crea un clima de aper-
tura, puesto que está disponible en todo momento («se aseguraba que los
supervisores pudieran entrar en contacto con él durante el día…»).
3. ¿En qué deberían modificarse tales estilos para lograr una óptima conduc-
ción de sus colaboradores?
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HABILIDADES Y SUPUESTO 10
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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DIRECTIVAS ENUNCIADO 1
Supuesto 10
Conocí a Ernesto Lafuente en una fiesta. Sin darnos cuenta empezamos a hablar de
nuestro trabajo. Cuando se dio cuenta de que yo enseñaba comportamiento organizacional,
entendió mi interés en su trabajo. Lafuente era gerente de planta en una gran refinería quí-
mica del pueblo. Después de conversar unos 10 minutos, le pregunté qué tipo de liderazgo
utilizaba.
Lafuente: No. Dije que yo no tomo las decisiones. Se les paga a mis subordina-
dos para tomarlas. No tiene objeto que yo haga un trabajo que les co-
rresponde a ellos.
Lafuente empezó a decir que unos cinco años antes decidió que sus gerentes depen-
dían demasiado de él. Tras una deliberación, llegó a una decisión, y fue la última que to-
mó en su vida. Determinó que nunca volvería a tomar una decisión.
Me resistía a creer lo que acababa de oír. Creo que Lafuente se dio cuenta de lo que
pensaba, por lo cual me invitó a visitar su planta. Claro que yo no iba a perder semejante
oportunidad. Le pregunté qué día podía ir a verlo. «Cualquier día menos el lunes entre las
13 y las 15 de la tarde». «¿Cualquier día?» le pregunté. «Sí», me replicó. «Desde que opté
por no tomar más decisiones, no tengo nada que hacer».
Nuestra conversación comenzó cuando le pregunté qué hacía exactamente todos los
días. «Pues lo está viendo. Duermo mucho. Claro que leo los cuatro o cinco documentos
que recibo diariamente de la oficina central». No podía creer lo que oía. Estaba frente a un
ejecutivo próspero, de 50 años, que ganaba más de 72.000 euros al año y que decía no ha-
cer nada. Se dio cuenta de que yo no creía en sus palabras.
«Si no me cree pregunte a mis subordinados», me dijo. Me informó que tenía seis geren-
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tes de departamento trabajando para él. Le pedí escoger a uno con quien yo pudiera hablar.
«No. Eso no lo puedo hacer». «Primero, no tomo decisiones. Segundo, cuando el que
yo escoja confirme lo que acabo de decirle, pensará que todo está arreglado. Aquí están
los nombres y teléfonos de los gerentes del departamento. Llámelos usted».
Y lo hice. Escogí a Luis Benítez, que era jefe del Departamento de Control de Cali-
dad. Marqué su número de teléfono. Contestó al instante. Le dije que quería hablar con él
sobre el estilo de liderazgo de su jefe. Me contestó: «Venga usted. De todos modos yo no
tengo nada que hacer».
Cuando llegué a la oficina de Benítez, estaba frente a la ventana mirando hacia afue-
ra. Nos sentamos y empezó a reír. «Estoy seguro de que Lafuente le ha dicho que él no to-
ma decisiones». Me limité a asentir. «Es cierto», señaló. «Llevo aquí casi tres años y nun-
ca le he visto hacerlo».
No podía imaginar yo cómo era posible eso. «¿Cuántas personas trabajan aquí?». Le
pregunté.
Benítez: Pues no lo sé. Asiste a reuniones del staff los martes de 13 a 15 ho-
ras, pero eso es todo que yo sepa.
Autor: Ya comprendo. Toma todas las decisiones en esa reunión. ¿No es así?
«Le dije que no mentía», fue lo primero que me dijo. Siguió después una larga con-
versación en que me enteré de los hechos que a continuación reseño.
La reunión semanal de dos horas con el staff la preside uno de los jefes de departa-
mento. Escogen ellos mismos quién será el líder. Ésta es una posición permanente. Cual-
quier problema que se haya presentado en la semana es examinado por varios gerentes si
no puede ser resuelto por el del departamento. Únicamente en caso de que tampoco ellos
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logren solucionarlo, se pone a consideración del líder. Todas las cuestiones se resuelven
en ese nivel. Nunca se llevan al nivel de Lafuente.
Los tres gerentes de planta que antes trabajaron bajo las órdenes de Lafuente han es-
tablecido un estilo similar de liderazgo. Sus plantas han mostrado una considerable mejora
como lo atestiguan los informes generales de eficiencia de toda la empresa.
SE PIDE:
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HABILIDADES Y SUPUESTO 10
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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Solución propuesta
Supuesto 10
Este estilo se caracteriza por una conducta baja de relación y baja de tarea, lo que impli-
ca que sus colaboradores tienen la total iniciativa sobre su trabajo.
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bajo, permitiéndole hacer uso de su capacidad creadora (creatividad) para el desarro-
llo de sus funciones.
Permitir que el equipo tome la iniciativa y las decisiones hace que aumente la autoes-
tima de los colaboradores y que el desempeño de la tarea no se vea como una impo-
sición. De esta forma, el colaborador puede organizar su trabajo y conseguir que el
resultado del mismo sea fruto de su esfuerzo, reforzando de esta forma el trabajo bien
hecho.
Pero si tuviese que realizar un trabajo en el que tuviese una madurez técnica (supiese
hacer la tarea) y una madurez psicológica (estuviese motivado), preferiría un líder
como Ernesto Lafuente, que me permitiera realizar el trabajo según mi criterio, es
decir, preferiría la delegación.
6. ¿Le gustaría que Ernesto Lafuente trabajara para usted? ¿Por qué?
Por supuesto que sí, siempre y cuando llegase a ese estilo de delegación como fruto
de un proceso de delegación en el que previamente se hubiese tenido en cuenta a cada
colaborador y cada tarea en particular.
Podría deberse a una gran cantidad de factores pero, siguiendo el modelo de lideraz-
go situacional, podríamos agruparlo en dos:
De forma que habría que cambiar el estilo de liderazgo basado en la delegación, por
otro como dirigir, persuadir o participar.
Ernesto Lafuente corre el riesgo de estar delegando sobre unos gerentes que no ten-
gan el suficiente nivel de madurez técnica o psicológica.
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HABILIDADES Y UNIDAD 7
COMPETENCIAS LIDERAZGO
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Bibliografía (1)
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— Dirigir personas en la empresa: enfoque conceptual y aplicaciones
prácticas. Pirámide. Madrid, 2007.
• TYE, Jol. 1001 ideas para triunfar en su carrera. Gestión 2000. Barcelona, 2002.
• VALLS, Antonio. Las doce habilidades directivas básicas. Gestión 2000. Bar-
celona, 2000.
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