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Descripción general
La presión arterial alta (hipertensión) es una afección frecuente en la que la fuerza
que ejerce la sangre contra las paredes de tus arterias con el transcurso del
tiempo es lo suficientemente alta como para poder causarte problemas de salud,
como una enfermedad cardíaca.
La presión arterial está determinada tanto por la cantidad de sangre que el
corazón bombea como por el grado de resistencia al flujo de la sangre en las
arterias. Cuanta más sangre tu corazón bombee y cuanto más estrechas estén tus
arterias, mayor será tu presión arterial. La lectura de la presión arterial se
determina en milímetros de mercurio (mm Hg). Tiene dos números.
Valor superior (presión sistólica). El primero, o superior, mide la presión en las
arterias cuando el corazón late.
Valor inferior (presión diastólica). El segundo, o inferior, mide la presión en las
arterias entre los latidos.
Se puede tener presión arterial alta durante años sin presentar ningún síntoma. La
presión arterial alta no controlada aumenta el riesgo de padecer graves problemas
de salud, como el ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular.
Afortunadamente, la presión arterial alta se puede detectar fácilmente. Y, una vez
que sabes que tienes presión arterial alta, puedes trabajar con tu médico para
controlarla.
Síntomas
La mayoría de las personas con presión arterial alta no tienen signos ni síntomas,
incluso si las lecturas de presión arterial alcanzan niveles peligrosamente
elevados.
Algunas personas con presión arterial alta pueden tener dolor de cabeza, dificultad
para respirar o sangrado nasal, pero estos signos y síntomas no son específicos y,
por lo general, no se presentan hasta que dicho trastorno alcanza una etapa grave
o potencialmente fatal.
Cuando debes consultar con un médico
Probablemente te midan la presión arterial como parte de tu cita de rutina con el
médico.
Pídele a tu médico que te mida la presión arterial, al menos, cada dos años a partir
de los 18 años. Si tienes 40 años o más, o si tienes entre 18 y 39 años y presentas
un riesgo elevado de presión arterial alta, pídele a tu médico que te mida la
presión arterial todos los años.
Por lo general, la presión arterial se debe medir en ambos brazos para determinar
si hay alguna diferencia. Es importante usar un brazalete del tamaño adecuado.
Tu médico probablemente te recomendará medirte la presión con más frecuencia
si ya te han diagnosticado presión arterial alta o si tienes otros factores de riesgo
de enfermedad cardiovascular. A los niños de 3 años y mayores generalmente se
les medirá la presión arterial como parte de su examen anual de rutina.
Si no visitas a tu médico con regularidad, es posible que puedas medirte la presión
arterial gratis en una feria de salud u otros lugares en tu comunidad. También
puedes encontrar máquinas en algunas tiendas que te medirán la presión arterial
gratis.
Las máquinas públicas para medir la presión arterial, como las que encuentras en
las farmacias, pueden brindar información útil acerca de la presión arterial, pero
también pueden tener algunas limitaciones. La precisión depende de varios
factores, como el tamaño adecuado del brazalete y el uso correcto de las
máquinas. Pídeles a tu médico consejos sobre el uso de las máquinas públicas
para medir la presión arterial.
Causas
Hipertensión secundaria
Algunas personas tienen presión arterial alta causada por una enfermedad
subyacente. Este tipo de presión arterial alta, llamada hipertensión arterial
secundaria, tiende a aparecer repentinamente y causa una presión arterial más
alta que la hipertensión primaria. Diversos trastornos y medicamentos pueden
producir hipertensión arterial secundaria, entre ellos:
Apnea obstructiva del sueño
Enfermedad renal
Tumores de la glándula suprarrenal
Problemas de tiroides
Ciertos defectos de nacimiento (congénitos) en los vasos sanguíneos
Ciertos medicamentos, como las píldoras anticonceptivas, los antigripales, los
descongestionantes, los analgésicos de venta libre y algunos medicamentos
con receta médica
Drogas ilícitas, como la cocaína y las anfetaminas
Factores de riesgo
La presión arterial alta tiene muchos factores de riesgo, tales como:
Edad. El riesgo de tener presión arterial alta aumenta a medida que envejeces.
Hasta aproximadamente los 64 años, la presión arterial alta es más frecuente
en los hombres. Las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar presión
arterial alta después de los 65 años.
Raza. La presión arterial alta es particularmente frecuente en las personas de
ascendencia africana y, a menudo, aparece a una edad más temprana en
relación con las personas de raza blanca. Las complicaciones graves, como los
accidentes cerebrovasculares, los ataques cardíacos y las insuficiencias
renales, también son más frecuentes en las personas de ascendencia africana.
Antecedentes familiares. La presión arterial alta suele ser hereditaria.
Sobrepeso u obesidad. Cuantas más pesas, más sangre necesitas para
suministrarles oxígeno y nutrientes a los tejidos. A medida que la cantidad de
sangre que fluye a través de los vasos sanguíneos aumenta, también lo hace
la presión en las paredes de las arterias.
Falta de actividad física. Las personas que no están físicamente activas
tienden a tener una mayor frecuencia cardíaca. Cuanto mayor es la frecuencia
cardíaca, más deberá trabajar el corazón con cada contracción, y mayor será
la fuerza sobre las arterias. La falta de actividad física también aumenta el
riesgo de tener sobrepeso.
Consumo de tabaco. Fumar o mascar tabaco no solo aumenta de inmediato la
presión arterial en forma temporal, sino que las sustancias químicas que
contiene el tabaco pueden dañar el recubrimiento de las paredes de las
arterias. Esto puede provocar el estrechamiento de las arterias y aumentar el
riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. El tabaquismo pasivo también puede
aumentar el riesgo de padecer estas enfermedades.
Alto contenido de sal (sodio) en tu dieta. Demasiado sodio en tu dieta puede
hacer que tu cuerpo retenga líquido, lo que aumenta la presión arterial.
Cantidad insuficiente de potasio en tu dieta. El potasio ayuda a equilibrar la
cantidad de sodio en las células. Un equilibrio adecuado de potasio es
fundamental para mantener una buena salud del corazón. Si no obtienes
suficiente potasio con tu dieta o pierdes demasiado potasio debido a la
deshidratación u otras afecciones, el sodio puede acumularse en la sangre.
Consumo excesivo de alcohol. Con el tiempo, beber en exceso puede dañar el
corazón. Beber más de una copa al día para las mujeres y más de dos al día
para los hombres puede afectar la presión arterial.
Si consumes alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos sanos, beber con
moderación significa una copa al día para las mujeres y dos al día para los
hombres. Una copa equivale a 12 onzas (350 mL) de cerveza, 5 onzas (147
mL) de vino o 1,5 onzas (44 mL) de licor con graduación de 80 grados.
Estrés. Los niveles altos de estrés pueden provocar un aumento temporal de la
presión arterial. Los hábitos relacionados con el estrés, como comer en
exceso, fumar o beber alcohol, pueden provocar un mayor aumento de la
presión arterial.
Ciertas enfermedades crónicas. Ciertas enfermedades crónicas también
pueden aumentar el riesgo de tener presión arterial alta, incluidas la
enfermedad renal, la diabetes y la apnea del sueño.
A veces, el embarazo también contribuye a que se produzca la presión arterial
alta.
Aunque la presión arterial alta es más frecuente en los adultos, los niños también
pueden estar en riesgo. En algunos niños, la presión arterial alta se debe a
problemas en los riñones o en el corazón. Sin embargo, para una cantidad cada
vez mayor de niños, los malos hábitos del estilo de vida, como una alimentación
poco saludable y la falta de ejercicio, contribuyen a que tengan la presión arterial
alta.
Complicaciones
El exceso de presión en las paredes de las arterias que provoca la presión arterial
alta puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos. Mientras más alta sea la
presión arterial y más tiempo pase sin controlarse, mayor será el daño.
La presión arterial alta no controlada puede ocasionar complicaciones como las
siguientes:
Ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. La presión arterial alta puede
endurecer y engrosar las arterias (ateroesclerosis), lo cual puede ocasionar un
ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular u otras complicaciones.
Aneurisma. El aumento de la presión arterial puede causar el debilitamiento de
los vasos sanguíneos y la aparición de protuberancias en ellos, lo que provoca
la formación de un aneurisma. Si se rompe un aneurisma, puede ser mortal.
Insuficiencia cardíaca. Para bombear sangre con mayor presión en los vasos
sanguíneos, el corazón debe realizar mayores esfuerzos. Esto hace que las
paredes de la cámara de bombeo del corazón se engrosen (hipertrofia
ventricular izquierda). Con el tiempo, el músculo engrosado tiene más
dificultades para bombear la cantidad suficiente de sangre para cubrir las
necesidades del cuerpo, lo que puede ocasionar insuficiencia cardíaca.
Vasos sanguíneos debilitados y estrechos en los riñones. Esto puede provocar
el funcionamiento anormal de estos órganos.
Vasos sanguíneos engrosados, estrechos o rotos en los ojos. Esto puede
ocasionar la pérdida de la vista.
Síndrome metabólico. Este síndrome es un grupo de trastornos del
metabolismo del cuerpo que incluye un aumento del tamaño de la cintura,
niveles altos de triglicéridos, niveles bajos de colesterol de lipoproteína de alta
densidad (HDL) (el colesterol "bueno"), presión arterial alta y niveles altos de
insulina. Estos trastornos pueden incrementar las posibilidades de que tengas
diabetes, una enfermedad cardíaca y un accidente cerebrovascular.
Problemas de memoria o comprensión. La presión arterial alta no controlada
también puede afectar tu capacidad para pensar, recordar y aprender. Los
problemas con la memoria o con la comprensión de conceptos son más
comunes en personas con presión arterial alta.
Demencia. El estrechamiento o bloqueo de las arterias puede limitar el flujo
sanguíneo al cerebro y generar un cierto tipo de demencia (demencia
vascular). Un accidente cerebrovascular que interrumpe el flujo sanguíneo
hacia el cerebro también puede causar demencia vascular.
PRESIÓN ARTERIAL ALTA (HIPERTENSIÓN)
Diagnóstico
El médico te preguntará acerca de tus antecedentes médicos y te realizará una
exploración física. El médico, el enfermero u otro asistente médico colocará un
brazalete inflable alrededor del brazo y medirá la presión arterial con un
tensiómetro.
La presión arterial en general debe medirse en ambos brazos para determinar si
hay alguna diferencia. Es importante usar un brazalete del tamaño adecuado.
Medición de la presión arterial
Para medir tu presión arterial, un
especialista coloca un brazalete
inflable alrededor del brazo y mide
tu presión arterial mediante un
medidor de presión. Una lectura de
presión arterial, como se observa
en el tensiómetro de la imagen,
mide la presión en tus arterias
cuando el corazón late (presión
sistólica) en el primer número y la
presión en las arterias entre cada
latido (presión diastólica) en el
segundo número.
Las mediciones de la presión arterial se clasifican en varias categorías:
Presión arterial normal. Tu presión arterial es normal si se encuentra por
debajo de 120/80 mm Hg.
Presión arterial elevada. La presión arterial elevada es una presión sistólica
de 120 a 129 mm Hg y una presión diastólica por debajo (no por encima) de
80 mm Hg. La presión arterial elevada tiende a empeorar con el tiempo, a
menos que se tomen medidas para controlarla. La presión arterial elevada
también puede llamarse prehipertensión.
Hipertensión de etapa 1. La hipertensión de etapa 1 es una presión sistólica
que oscila entre 130 y 139 mm Hg o una presión diastólica que oscila entre 80
y 89 mm Hg.
Hipertensión de etapa 2. La hipertensión de etapa 2, que es una hipertensión
más grave, es una presión sistólica de 140 mm Hg o superior, o una presión
diastólica de 90 mm Hg o superior.
Crisis hipertensiva. Una presión arterial superior a los 180/120 mm Hg es una
situación de emergencia que requiere atención médica de urgencia. Si tienes
este resultado cuando tomas tus medicamentos para la presión arterial en
casa, espera algunos minutos y vuelve a hacer la prueba. Si tu presión arterial
todavía sigue alta, comunícate con tu médico de inmediato. Si también tienes
dolor en el pecho, problemas de visión, entumecimiento o debilidad, problemas
para respirar o algún signo o síntoma de un accidente cerebrovascular o
ataque cardíaco, llama al 911 o al número médico de emergencia local.
Ambos números en una lectura de presión arterial son importantes. Pero después
de los 50 años de edad, la medición sistólica es incluso más importante. La
hipertensión sistólica aislada es un trastorno en que la presión diastólica es normal
(menor de 80 mm Hg), pero la presión sistólica es alta (mayor de o igual a
130 mm Hg). Este es un tipo frecuente de presión arterial alta entre personas
mayores de 65 años.
Debido a que la presión arterial alta normalmente varía durante el día y puede
aumentar durante una consulta con el médico (hipertensión de bata blanca), el
médico probablemente te tomará varias lecturas de presión arterial en tres o más
citas médicas individuales antes de diagnosticarte presión arterial alta.
Pruebas
Si tienes presión arterial alta, el médico puede recomendar pruebas para confirmar
el diagnóstico y comprobar si existen afecciones subyacentes que puedan causar
la hipertensión.
Monitoreo ambulatorio. Esta prueba de control de la presión arterial durante
24 horas se utiliza para confirmar si tienes la presión arterial alta. El dispositivo
utilizado para esta prueba mide tu presión arterial a intervalos regulares
durante un período de 24 horas y brinda un panorama más preciso de los
cambios en la presión arterial en el transcurso de un día y noche promedios.
Sin embargo, esos dispositivos no están disponibles en todos los centros
médicos y es posible que no se reembolsen.
Análisis de laboratorio. El médico puede recomendarte una prueba de orina
(análisis de orina) y análisis de sangre, incluida una prueba de colesterol.
Electrocardiograma (ECG). Esta prueba rápida e indolora mide la actividad
eléctrica del corazón.
Ecocardiograma. En función de los signos y síntomas y de los resultados de
las pruebas, tu médico puede solicitar un ecocardiograma para verificar si hay
más signos de enfermedad cardíaca. Un ecocardiograma utiliza ondas de
sonido para producir imágenes del corazón.
Control de la presión arterial en el hogar
El médico puede pedirte que registres tu presión arterial en tu casa para obtener
más información y confirmar si tienes presión arterial alta.
El control de la presión arterial en casa es una forma importante de verificar si
tienes presión arterial, corroborar si el tratamiento para la presión arterial alta
funciona o diagnosticar el empeoramiento de la presión arterial alta.
Los monitores caseros de presión arterial son fáciles de conseguir, de un bajo
precio y no se necesita receta médica para comprarlos. El control de la presión
arterial en el hogar no reemplaza las visitas al médico, y los tensiómetros para el
hogar pueden tener algunas limitaciones.
Asegúrate de usar un dispositivo validado y de que el mango tenga buen calce.
Una vez al año, lleva el medidor contigo a la consulta médica para verificar su
precisión. Pregunta al médico acerca de cómo empezar a controlarte la presión
arterial en casa.
La American Heart Association (Asociación Estadounidense del Corazón) no
recomienda aquellos dispositivos que midan la presión arterial en la muñeca o en
el dedo porque pueden arrojar resultados menos fiables.
Tratamiento
Cambiar el estilo de vida puede ayudar a controlar la presión arterial alta. Es
posible que el médico te recomiende hacer cambios en el estilo de vida, que
incluyen:
Seguir una dieta saludable para el corazón con menos sal
Hacer actividad física con regularidad
Mantener un peso saludable o bajar de peso, si tienes sobrepeso u obesidad
Limitar la cantidad de alcohol que bebes
No obstante, a veces, los cambios en el estilo de vida no son suficientes. Si la
dieta y el ejercicio no ayudan, tu médico puede recomendarte medicamentos para
bajar la presión arterial.
Medicamentos
El tipo de medicamento que tu médico te recete para la presión arterial alta
depende de tus rangos de presión arterial y de tu salud general. Dos o más
medicamentos para la presión arterial suelen funcionar mejor que uno solo. A
veces, hallar el medicamento o la combinación más eficaz es una cuestión de
prueba y error.
El objetivo del tratamiento de la presión arterial debería ser menos de
130/80 mm Hg en los siguientes casos:
Eres un adulto sano de 65 años o más.
Eres un adulto sano menor de 65 años con un riesgo del 10 por ciento o más
de padecer una enfermedad cardiovascular en los próximos 10 años.
Padeces una enfermedad renal crónica, diabetes o una enfermedad de las
arterias coronarias.
Pregúntale al médico cuál debe ser tu objetivo de tratamiento de la presión arterial.
Además, el objetivo ideal del tratamiento de la presión arterial puede variar en
función de la edad y de las afecciones de salud, sobre todo si eres mayor de 65
años.
Los medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial alta incluyen los
siguientes:
Diuréticos. Los diuréticos son medicamentos que ayudan a los riñones a
eliminar el sodio y el agua del cuerpo. Estos medicamentos suelen ser los
primeros que se prueban para tratar la presión arterial alta.
Existen diferentes tipos de diuréticos, como tiazídicos, de asa y ahorradores de
potasio. El que te recomiende el médico depende de las mediciones de tu presión
arterial y de otras afecciones de la salud, como una enfermedad renal o una
insuficiencia cardíaca. Los diuréticos utilizados comúnmente para tratar la presión
arterial incluyen la clortalidona, la hidroclorotiazida (Microzide), entre otros.
Un efecto secundario común de los diuréticos es el aumento de la orina, que
podría reducir los niveles de potasio. Si tienes un nivel bajo de potasio, tu médico
puede incorporar a tu tratamiento un diurético ahorrador de potasio, como el
triamtereno (Dyazide y Maxide) o la espironolactona (Aldactone).
Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA). Estos
medicamentos, como el lisinopril (Prinivil y Zestril), el benazepril (Lotensin), el
captopril y otros, ayudan a relajar los vasos sanguíneos al bloquear la
formación de una sustancia química natural que los estrecha.
Antagonistas de receptores de la angiotensina II. Estos medicamentos
relajan los vasos sanguíneos al bloquear la acción, y no la formación, de una
sustancia química natural que los estrecha. Los antagonistas de receptores de
la angiotensina II incluyen el candesartán (Atacand), el losartán (Cozaar) y
otros.
Bloqueadores de los canales de calcio. Estos medicamentos, incluidos la
amlodipina (Norvasc), el diltiazem (Cardizem, Tiazac y otros), entre otros,
ayudan a relajar los músculos de los vasos sanguíneos. Algunos disminuyen la
frecuencia cardíaca. Los bloqueadores de los canales de calcio quizás
funcionen mejor que los inhibidores de la enzima convertidora de
angiotensina por sí solos para las personas con ascendencia africana y las de
mayor edad.
No comas ni bebas productos de pomelo cuando tomes bloqueadores de los
canales de calcio. El pomelo aumenta los niveles en sangre de ciertos
bloqueadores de los canales de calcio, lo que puede ser peligroso. Habla con el
médico o con el farmacéutico si tienes inquietudes acerca de las interacciones.
Otros medicamentos que se suelen administrar para tratar la presión arterial
alta
Si tienes problemas para alcanzar tu objetivo de presión arterial con las
combinaciones de los medicamentos mencionadas anteriormente, es posible que
el médico indique lo siguiente:
Alfabloqueadores. Estos medicamentos reducen las señales nerviosas hacia
los vasos sanguíneos, lo que disminuye los efectos de las sustancias químicas
naturales que estrechan los vasos sanguíneos. Los alfabloqueadores incluyen
la doxazosina (Cardura), la prazosina (Minipress) y otros.
Alfabetabloqueadores. Los alfabetabloqueadores bloquean las señales
nerviosas y disminuyen los latidos del corazón para reducir la cantidad de
sangre que se bombea a través de los vasos sanguíneos. Los
alfabetabloqueadores incluyen el carvedilol (Coreg) y el labetalol (Trandate).
Betabloqueadores. Estos medicamentos reducen la carga sobre el corazón y
ensanchan los vasos sanguíneos para que el corazón lata con menor
frecuencia y sin hacer tanto esfuerzo. Los betabloqueadores incluyen el
acebutolol, el atenolol (Tenormin) y otros.
Por lo general, no se recomiendan los betabloqueadores como medicamento
único, pero pueden ser eficaces en combinación con otros medicamentos para la
presión arterial.
Antagonistas de la aldosterona. Estos medicamentos también se consideran
diuréticos. Algunos ejemplos son la espironolactona y la eplerenona (Inspra).
Estos medicamentos bloquean el efecto de un químico natural que puede
ocasionar la acumulación de sal y líquidos, lo cual contribuye a la aparición de
presión arterial alta. Se pueden utilizar para tratar la hipertensión resistente.
Inhibidores de la renina. El medicamento aliskiren (Tekturna) disminuye la
producción de la renina, una enzima producida por los riñones y que comienza
una cadena de etapas químicas que aumentan la presión arterial.
Debido a que existe un riesgo de que se presenten complicaciones graves, que
incluyen el accidente cerebrovascular, no se debe tomar aliskiren con inhibidores
de la enzima convertidora de angiotensina o antagonistas de receptores de
angiotensina II.
Vasodilatadores. Estos medicamentos incluyen la hidralazina y el minoxidil.
Actúan directamente sobre los músculos de las paredes arteriales, y evitan que
se tensen tales músculos y se estrechen las arterias.
Agentes de acción central. Estos medicamentos evitan que el cerebro emita
señales al sistema nervioso para aumentar la frecuencia cardíaca y estrechar
los vasos sanguíneos. Algunos ejemplos son la clonidina (Catapres y Kapvay),
la guanfacina (Intuniv) y la metildopa.
Tratamiento de la hipertensión resistente
Si tu presión arterial sigue siendo excesivamente alta a pesar de haber tomado al
menos tres tipos diferentes de medicamentos para la presión arterial alta, de los
cuales uno generalmente debe ser un diurético, es posible que tengas
hipertensión resistente.
Tienes hipertensión resistente si tienes presión arterial alta controlada, pero tomas
cuatro tipos diferentes de medicamentos al mismo tiempo para lograr ese control.
Si este es el caso, el médico debe investigar la posibilidad de una causa
secundaria de la presión arterial alta.
Tener hipertensión resistente no significa que la presión arterial nunca bajará. Si tú
y tu médico pueden determinar la causa, se puede elaborar un plan de tratamiento
más eficaz para ayudarte a alcanzar tu objetivo de presión arterial.
El tratamiento de la hipertensión resistente puede incluir muchas medidas, como
las siguientes:
Cambiar los medicamentos para la presión arterial alta para determinar las
combinaciones y dosis más adecuadas
Revisar todos los medicamentos que tomas, incluyendo aquellos que tomas
para otras afecciones o compras sin receta médica
Controlar la presión arterial en casa para determinar si acudir al médico
aumenta la presión arterial (hipertensión de bata blanca)
Hacer cambios saludables en el estilo de vida, como llevar una alimentación
sana que incluya menos sal, mantener un peso saludable y limitar el consumo
de alcohol
Siempre debes tomar los medicamentos para la presión arterial según la
indicación médica. Nunca omitas una dosis ni interrumpas de manera abrupta la
toma de los medicamentos para la presión arterial. La interrupción repentina de
ciertos medicamentos para la presión arterial, como los betabloqueadores, puede
causar un aumento marcado en la presión arterial (hipertensión por rebote).
Si te salteas dosis porque no puedes pagar los medicamentos, porque tienes
efectos secundarios o simplemente porque te olvidas de tomar tus medicamentos,
habla con tu médico acerca de las soluciones. No modifiques tu tratamiento sin la
indicación del médico.
High blood pressure during pregnancy
If you have high blood pressure and are pregnant, discuss with your care providers
how to control blood pressure during your pregnancy.
Posibles tratamientos futuros
Los investigadores continúan estudiando la ecografía basada en catéter y la
ablación por radiofrecuencia de los nervios simpáticos del riñón (denervación
renal) como tratamiento para la hipertensión resistente. Estudios anteriores
mostraron algunos beneficios, pero estudios más sólidos mostraron que la terapia
no necesariamente baja la presión arterial en personas con hipertensión
resistente. Se están llevando a cabo más investigaciones para determinar la
posible función de la terapia en el tratamiento de la hipertensión, si la tuviese.
Medicina alternativa
Aunque la dieta y el ejercicio son las formas más adecuadas de bajar la presión
arterial, algunos suplementos también pueden ayudar a bajarla. No obstante, se
requiere más investigación para determinar los beneficios potenciales. Entre los
suplementos, se incluyen los siguientes:
Fibra, como psilio rubio y salvado de trigo
Minerales, como magnesio, calcio y potasio
Ácido fólico
Suplementos o productos que aumenten el óxido nítrico o que ensanchen los
vasos sanguíneos (vasodilatadores), como el cacao, la coenzima Q10, la L-
arginina y el ajo
Ácidos grasos omega-3, que se encuentran en pescado graso, suplementos de
aceite de pescado y linaza
Los investigadores también están estudiando si la vitamina D puede reducir la
presión arterial, pero la evidencia es contradictoria. Se necesitan más
investigaciones.
Si bien es mejor incluir en tu dieta estos suplementos como alimentos, también
puedes tomarlos en pastillas o cápsulas. Consulta con el médico antes de agregar
cualquiera de estos suplementos a tu tratamiento para la presión arterial. Algunos
suplementos pueden interactuar con los medicamentos y causar efectos
secundarios peligrosos, como un riesgo de sangrado que podría ser mortal.
También puedes practicar técnicas de relajamiento, como respiración profunda o
atención plena, para ayudarte a relajarte y reducir el nivel de estrés. Estas
prácticas pueden reducir temporalmente la presión arterial.