clínicos expuestos, a los que hay que agregarla buena respuesta al tratamiento con L-DOPA. El diagnóstico diferencial comprende los parkinsonismossecundarios y los síndromes parkinsonianos plus. Los parkinsonianos secundarios incluyen infecciones (encefalitis letárgica), intoxicaciones (p. ej., manganeso, monóxidode carbono o MPTP), administración de fármacos (p. ej., neurolépticos o cinarizina), tumores, traumatismos (p. ej., síndrome de los boxeadores), infartos profundos y calcificación de los ganglios basales. El diagnóstico diferencial con la enfermedad de Parkinson debe basarse en la exclusión anamnésica de estos procesos así como en los datos de la TC o la resonancia magnética (RM). Pese a todo, el parkinsonismo postencefalítico puede ser clínicamente indistinguible de esta enfermedad. En los síndromes parkinsonianos plus, la clínica extrapiramidal se acompaña de otras manifestaciones neurológicas (p. ej., demencia, ataxia, discinesias, amiotrofia o piramidalismo). Deben considerarse en este apartado la parálisis supranuclear progresiva (véase más adelante), las atrofias multisistémicas, la hidrocefalia con presión normal, la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades de los ganglios de la base (p. ej., enfermedades de Wilson, de Hallerworden- Spatz y de Huntington). En general, el diagnóstico diferencial no ofrece grandes dificultades excepto en el caso de la atrofia multisistémica que engloba la degeneración nigrostriada, la atrofia olivopontocerebelosa y el síndrome de Shy-Drager. La degeneración nigrostriada es un modelo de parkinsonismo presináptico y postsináptico en el que, a diferencia de la enfermedad de Parkinson, no hay respuesta a la terapéutica con L-DOPA. En la atrofia olivopontocerebelosa puede haber respuesta, pero la TC revela atrofia del tronco cerebral y del cerebelo. Tanto en la enfermedad de Parkinson como en el síndrome de Shy-Drager, el cuadro clínico puede circunscribirse a la semiología extrapiramidal y disautónoma, siendo imposible por tanto el diagnóstico diferencial; sólo la aparición de síntomas adicionales o la demostración neurorradiológica de atrofia cerebelosa o del tronco cerebral orientarán hacia el síndrome de Shy-Drager.
El diagnóstico diferencial de los síndromes parkinsonianos requiere
una anamnesis cuidadosa y una exploración física minuciosa. Las neuroimágenes por resonancia magnética (magnetic resonance imaging, MRI) resultan útiles para descartar trastornos como hidrocefalia con presión normal, enfermedad vascular o lesiones de tipo masa. La tomografía mediante emisión de positrones (positron emission tomography, PET) es útil para confirmar las formas atípicas sospechadas (véase más adelante en el presente capítulo "Degeneración corticobasal"). El temblor esencial (essential tremor, ET) a veces se confunde con el temblor de la enfermedad de Parkinson, pero la ausencia de otros signos de parkinsonismo y la bilateralidad, la mayor frecuencia (8 a 10 Hz) y la dependencia postural de los ET más el alivio importante incluso con una pequeña cantidad de alcohol, ayudan a distinguir esta forma de temblor en reposo de la enfermedad de Parkinson. En individuos de menos de 40 años de edad es importante descartar la enfermedad de Wilson (cap. 339). En individuos más jóvenes, la enfermedad de Huntington (Huntington's disease, HD) a veces se manifiesta por signos parkinsonianos sobresalientes. Si bien las manifestaciones parkinsonianas suelen presentarse en la AD, suelen ser superadas por los trastornos cognitivos y de la conducta. En la DLB, las manifestaciones parkinsonianas se complican por la aparición temprana de alucinaciones y trastornos en el comportamiento y en la lucidez. El parkinsonismo también se desarrolla tras la exposición a determinadas neurotoxinas, como monóxido de carbono o manganeso. Diagnóstico diferencial del parkinsonismo Parkinsonismo primario I. Enfermedad de Parkinson familiar ("primaria") (rara; véase cuadro 351-1) II. Enfermedad de Parkinson idiopática ("esporádica") (forma más común) El fenotipo puede estar influido por genes de vulnerabilidad y factores ambientales III. Otros trastornos neurodegenerativos A. Trastornos relacionados con alteraciones en la sinucleína alfa 1. Atrofias de múltiples sistemas (inclusiones gliales y neuronales) a. Degeneración nigroestriada b. Atrofia olivopontocerebelosa c. Síndrome de Shy-Drager d. Enfermedad de motoneurona con manifestaciones de PD 2. Demencia con cuerpos de Lewy (inclusiones corticales y neuronales del tronco encefálico) B. Trastornos relacionados con alteraciones tau primarias ("tauopatías") 1. Parálisis supranuclear progresiva 2. Degeneración corticobasal 3. Demencia frontotemporal C. Trastornos relacionados con alteraciones amiloides primarias ("amiloidopatías") 1. Enfermedad de Alzheimer con parkinsonismo IV. Trastornos mediados por factores genéticos con manifestaciones parkinsonianas ocasionales A. Enfermedad de Wilson B. Enfermedad de Hallervorden-Spatz C. Enfermedad de Chédiak-Higashi D. Ataxia espinocerebelosa SCA-3 E. Distonía y parkinsonismo ligado a X (DYT3) F. Premutación de X frágil vinculada a parkinsonismo con ataxia y temblor G. Enfermedad de Huntington (variante de Westphalt) H. Enfermedad de Prion V. Trastornos adquiridos diversos A. Parkinsonismo vascular B. Hidrocéfalo con presión normal C. Catatonia D. Parálisis cerebral Parkinsonismo secundario I. Traumatismo craneoencefálico repetido ("demencia pugilística" con manifestaciones parkinsonianas) II. Enfermedades infecciosas y posinfecciosas A. PD posencefalítica B. Neurosífilis III. Trastornos metabólicos A. Hipoparatiroidismo o seudohipoparatiroidismo con calcificaciones de ganglios basales B. Degeneración hepatolenticular no wilsoniana IV. Fármacos A. Neurolépticos (antipsicóticos típicos) B. Antipsicóticos atípicos selectos (véase texto) C. Antieméticos (p. ej., compazina, metoclopramida) D. Agentes que producen depleción de dopamina (reserpina, tetrabenacinas) E. -Metildopa F. Carbonato de litio G. Ácido valproico H. Fluoxetina V. Toxinas A. 1-metil-1,2,4,6 tetrahidropiridina (MPTP) B. Manganeso C. Cianuro D. Metanol E. Monóxido de carbono BIBLIOGRAFIA.- 1. FARRERAS P. VALENTÍ, MEDICINA INTERNA, Decimocuarta Edición, Elseiver, 2000. Sección 12 neurologia capitulo Parkinson y otras alteraciones pag. 1492 2. Stein S, Spettell C, Yopung G, Ross S.: Delayed and progressive brain injury in closed head trauma: Radiological demonstration. Neurosurgery, Vol 32, n°1, pag. 25-30, 1993. 3. Guarderas C, EL EXAMEN NÉDICO TEXTO DE ENSEÑANZA SEMIOTECNIA INTEGRADA GENERAL Y ESPECIAL, 1982 Quito – Ecuador
4. Súros B., SEMIOLOGIA MÉDICA Y TECNICA EXPLORATORIA,
2001, octava edición, Barcelona – España. Masson.
5. FATTORUSSO A, RITTER O. VADEMECUM CLÍNICO del
diagnóstico y tratamiento, Novena Edición 2001 Buenos aires argentina
6. HARRISON ONLINE > Parte XV. Trastornos neurológicos > Sección
2. Enfermedades del sistema nervioso central > Capítulo 351. Enfermedad de Parkinson y otros trastornos del movimiento 12455- 12457