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Cada vez que el corazón late, bombea sangre a los vasos, que llevan la sangre a todas las
partes del cuerpo. Por lo tanto, La tensión arterial es la fuerza que ejerce al empujar o chocar
contra las paredes de los vasos (las arterias) al ser bombeada por el corazón. La tensión arterial
tiene dos componentes o valores: (120/80)
Tensión sistólica: Es el número más alto. Representa la tensión que genera el corazón
cuando late (se contrae) y bombea la sangre al resto del cuerpo.
Tensión diastólica: Es el número más bajo. Se refiere a la presión en los vasos sanguíneos
entre los latidos del corazón, cuando el corazón esta en reposo (se relaja)
Valores normales:
La tensión arterial alta (HTA) Es una patología crónica que se presenta cuando uno de estos
números o ambos son altos. Los vasos sanguíneos tienen una tensión persistentemente alta, lo
que puede dañarlos y causar problemas de salud, como la enfermedad cardíaca. Esta
enfermedad se conoce también como hipertensión.
Se puede tener presión arterial alta (hipertensión) durante años sin tener ningún síntoma. Aun
sin síntomas, el daño a los vasos sanguíneos y a tu corazón se sigue produciendo y puede
detectarse.
Cuanta más alta es la tensión arterial, mayor es el riesgo de daño al corazón y a los vasos
sanguíneos de órganos principales como el cerebro y los riñones. La hipertensión es la
causa prevenible más importante de enfermedades cardiovasculares y ACV del mundo.
Si no se controla, la hipertensión puede provocar un infarto de miocardio, un
ensanchamiento del corazón y, a la larga, una insuficiencia cardiaca. Los vasos sanguíneos
pueden desarrollar protuberancias (aneurismas) y zonas débiles que los hacen más
susceptibles de obstruirse y romperse. La tensión arterial puede ocasionar que la sangre se
filtre en el cerebro y provocar un accidente cerebrovascular. La hipertensión también
puede provocar deficiencia renal, ceguera y deterioro cognitivo.
Edad: El riesgo de presión arterial alta aumenta con la edad. Hasta aproximadamente
los 64 años, la presión arterial alta es más común en los hombres.
Es obeso. Cuanto más pesas, más sangre necesitas para suministrar oxígeno y
nutrientes a tus tejidos.
Toma demasiado alcohol (más de 1 trago al día para las mujeres y más de 2 al día para
los hombres)
Consume demasiada sal. Demasiado sodio en tu dieta puede hacer que el cuerpo
retenga líquidos, lo cual aumenta la presión arterial.
Tiene diabetes
Fuma
Debido a que no hay ningún síntoma, las personas pueden sufrir enfermedad cardíaca y
problemas renales sin saber que tienen hipertensión arterial.
La hipertensión maligna es una forma peligrosa de presión arterial muy alta. Los síntomas
incluyen:
Dolor de cabeza fuerte
Náuseas o vómitos
Confusión
Cambios en la visión
Sangrado nasal
Aunque la presión arterial alta es más común en los adultos, los niños también pueden estar
en riesgo. Para algunos niños, la presión arterial alta tiene su origen en problemas con los
riñones, el corazón, enfermedades hereditarias o trastornos hormonales. Pero para un número
de niños que es cada vez mayor, los malos hábitos del estilo de vida, como una dieta poco
saludable, la obesidad y la falta de ejercicio, contribuyen a la presión arterial alta. Este tipo se
produce de manera independiente, sin una enfermedad subyacente.
Los niños que tienen presión arterial alta son más propensos a seguir padeciendo esta afección
de adultos a menos que reciban tratamiento.
Los cambios en el estilo de vida, como seguir una alimentación sana para el corazón y hacer
más actividad física, pueden ayudar a reducir la presión arterial alta en los niños. Pero es
posible que algunos niños deban tomar medicamentos.
¿Cómo se Diagnostica?
Un diagnóstico temprano de presión arterial alta puede ayudar a prevenir enfermedad
cardíaca, accidentes cerebrovasculares, problemas visuales y enfermedad renal crónica.
La primera línea de combate de la hipertensión son los equipos de atención primaria, tanto los
médicos, como las enfermeras. En la consulta tienen protocolos de actuación para que cuando
acudan los pacientes, por los motivos que sean, los sanitarios realicen una medición. Si el paciente no
está diagnosticado, a partir de ese momento puede empezar su tratamiento si le hiciera falta.
Otras áreas que ayudan a que el paciente identifique una hipertensión y que le advierte de que sería
recomendable que acudiera al especialista para obtener un posible diagnóstico son los chequeos
rutinarios que hacen las empresas o cuando los pacientes se hacen una revisión porque quieren
empezar a practicar algún deporte federado o semi profesional.
¿Cómo se puede tratar?
El objetivo del tratamiento es reducir la presión arterial de tal manera que tenga un menor
riesgo de presentar problemas de salud causados por la presión arterial elevada. A la hora de
tratar la hipertensión hay dos bloques fundamentales de acciones a realizar:
Reducir la cantidad de alcohol que toma a 1 trago al día para las mujeres y 2 para los
hombres o menos.
Reducir la cantidad de sodio (sal) que consume. Intente consumir menos de 1,500 mg
por día.
Reducir el estrés. Trate de evitar factores que le causen estrés y pruebe con
meditación o yoga para desestresarse.
Tratamientos farmacológicos
En caso de que los cambios de los hábitos de vida no funcionen, hoy en día
existen tratamientos farmacológicos que son muy útiles para controlar la presión arterial.
Inicialmente estos tratamientos comienzan con un solo fármaco. No obstante, en algunos casos esta
medida no es suficiente y necesitan combinar con dos o tres medicinas para controlar la presión
arterial.
Debido a que la hipertensión arterial es una enfermedad crónica, es fundamental que los
pacientes sean constantes con los tratamientos. Según los datos de la Seh-Lelha, el 90 por ciento de
los pacientes diagnosticados de hipertensión no lleva a cabo las recomendaciones de los especialistas
en materia de higiene o dieta y el 50 por ciento no sigue los tratamientos que tienen prescritos.
Esto se debe a que como es una patología que se padece durante muchos años, los pacientes tienden
a relajarse con las instrucciones que le da el médico. Esto puede tener una serie de consecuencias. La
principal es que tendrá la hipertensión mal controlada, lo que a largo
plazo puedederivar en complicaciones cardiovasculares mayores como infarto de miocardio, ictus,
deterioro de la función renal o de la circulación de las piernas, entre otros.
Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales
factores para prevenir la aparición de la hipertensión.
Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejerciciopuede ayudar a que la
población general esté exenta de sufrir esta patología.
En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una
predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de
atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial.