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Un cliente, desde el punto de vista de la economía, es una persona que utiliza o adquiere,
de manera frecuente u ocasional, los servicios o productos que pone a su disposición un
profesional, un comercio o una empresa. Un sinónimo de cliente puede ser comprador,
cuando se trata de una persona que adquiere un producto mediante una transacción
comercial.
2) Clientes fieles o leales: Manifiestan un patrón de conducta similar a los Apóstoles, pero con un
nivel de intensidad menor. Los leales son clientes que nunca nos fallan, aunque no manifiestan de
forma tan abierta su compromiso con la marca como los clientes apóstoles.
3) Clientes indiferentes: Este segmento agrupa a aquellos consumidores que tienen una actitud
neutra hacia el producto. En cierta forma, su actitud es del tipo “no está bien ni mal sino todo lo
contrario”.
4) Clientes rehenes: Son aquellos que, a pesar de no estar contentos con la empresa, permanecen
con la marca. Es decir, no se atreven a romper completamente el vínculo. Esto se debe a factores
como el monopolio de una empresa en ciertos sectores comerciales o la falta de mejores
alternativas.
7) Agresivos: Es el cliente fácilmente irritable y que siempre quiere que le den la razón, aun
cuando no la tenga. Tiene un carácter fuerte, difícil, y para seducirlo o ganarse su confianza es
necesario emplear todos nuestros recursos.
8) Clientes impacientes: A este cliente no lo mueven los detalles ni las explicaciones; lo que
realmente le importan son las soluciones a su problema. Se quedará con la marca que sepa
atender con mayor rapidez sus solicitudes.
9) Clientes indecisos: Se ubican en el mismo espectro que los clientes indiferentes, pero a
diferencia de éstos sí que demuestran algún interés por lo que se le ofrece. El asunto no es que
presten atención; el tema pasa por seducirlos para que realicen una buena elección.
10) Clientes objetivo: El carisma, la simpatía y la facilidad de palabra no convencen a este cliente,
al menos de entrada, pues su prioridad es valorar si lo que le ofrecen supone un verdadero
beneficio para sus necesidades. No es agresivo, pero no se implica como quisiéramos en la
situación; la clave para convencerlos es suministrarle información, datos, cifras y otros elementos
de juicio.