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Medicamentos y soluciones fuera del alcance del niño

Los medicamentos están destinados a ayudarlo a sentirse mejor. También pueden


ayudar a tratar una afección médica. Sin embargo, si los medicamentos no se
toman exactamente de la manera correcta, pueden ser dañinos. Esto es
especialmente cierto en el caso de los niños. Según los Centros para el Control y
la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), más de 60,000
niños pequeños acuden a la sala de emergencias cada año por ingerir
medicamentos mientras sus padres o cuidadores no estaban mirando. Por eso es
tan importante evitar que sus hijos alcancen sus medicamentos.
Los niños por no conocer lo que esta bien y lo que esta mal, lo que es bueno o no,
no miden ni saben de las consecuencias de muchas cosas por ser niños por ende
no saben si esas pastillas, capsulas o medicamentos que por accidente aunque no
debería pero si una enfermera comete un error de dejar un medicamento al
alcance de los niños o el paciente pediátrico, hay la posibilidad que su curiosidad y
sus ganas de ver, tocar y jugar todo aparezca y sienta al ver esa botella de
medicamento o solución, y como ellos suelen meterse cosas a la boca por el
simple hecho de descubrir (apetito del descubrimiento) pues como los
medicamentos suelen ser pequeños para poder tomarlos bien, al ser pequeño no
podrá medir su descubrimiento y terminara tragándose o tomandoce el
medicamento o solución y podría provocarle hasta la muerte.

Permanecer con el niño en cualquier procedimiento


Ayudar a un niño pequeño a prepararse para un examen o procedimiento médico
puede reducir su ansiedad, estimular la cooperación y ayudarle a que desarrolle
destrezas para hacerle frente a la situación.
Debe saber que antes del examen su hijo probablemente va a llorar. Incluso
aunque se prepare, su hijo puede sentir algo de molestia o dolor. Pruebe explicarle
con un juego lo que va a suceder durante el examen. Hacer esto puede ayudar a
conocer las inquietudes del niño. La manera más importante en la que usted
puede ayudarlo es preparándolo con anticipación y brindándole apoyo en el
momento del examen.
PREPARACIÓN ANTES DEL PROCEDIMIENTO
Reduzca las explicaciones acerca del procedimiento a 5 o 10 minutos, pues los
niños pequeños tienen un período de atención corto. Cualquier preparación debe
realizarse justo antes del examen o procedimiento.
pautas generales para preparar a un niño para un examen o procedimiento:
Explique el procedimiento en un lenguaje que el niño entienda, empleando
palabras sencillas. Evite usar terminología abstracta.
Asegúrese de que su hijo entiende cuál es la parte exacta de su cuerpo que estará
afectada por el examen y que el procedimiento se va a limitar a esa zona.
Trate de describir lo que se sentirá durante el examen.
Si el procedimiento afecta una parte del cuerpo que el niño necesita para ciertas
funciones (como hablar, oír u orinar), explique los cambios que se presentarán
después.
Permítale al niño gritar, llorar o expresar su dolor en otra forma empleando
sonidos o palabras. Estimúlelo para que le diga en dónde siente dolor.
Permítale al niño practicar las posiciones o los movimientos que sean necesarios
para el procedimiento, como la posición fetal para una punción lumbar.
Enfatice los beneficios del procedimiento. Háblele acerca de los aspectos que
pueden darle placer al niño posteriormente, como el hecho de sentirse mejor o
poder irse a casa. Puede ofrecerle un helado o hacerle una invitación similar para
después, pero que eso no esté condicionado a "portarse bien" durante el examen.
Permítale al niño hacer elecciones simples, como qué color de vendaje quiere
después del procedimiento.
Distraiga al niño con libros, canciones o una actividad simple como soplar
burbujas.
LA PREPARACIÓN CON JUEGO:
El juego puede ser una buena forma de explicar el procedimiento a su hijo y
también para buscar cualquier ansiedad que pueda tener. Adapte esta técnica a
su hijo. La mayoría de los centros médicos para niños utilizan el juego para
prepararlos para los procedimientos.
Muchos niños pequeños tienen un juguete favorito u objeto importante que se
puede emplear para explicar el examen. Puede ser menos amenazante para su
hijo expresar sus inquietudes a través de un objeto. Por ejemplo, un niño puede
entender un examen de sangre si se conversa sobre cómo se podría "sentir" la
muñeca durante dicho examen.
Los juguetes o muñecas también pueden ayudarle a explicarle el procedimiento al
niño pequeño. Estos ejemplos visuales pueden reemplazar las palabras
desconocidas para niños pequeños con un vocabulario limitado
Una vez que usted conozca la forma como se realizará el procedimiento,
demuestre brevemente en el juguete lo que su hijo va a experimentar. Muéstrele
las posiciones del cuerpo en las cuales el niño va a estar, dónde le pondrán los
vendajes y estetoscopios, cómo se hacen las incisiones, cómo se aplican las
inyecciones o cómo se introduce la vía intravenosa (VI). Después de explicarle,
permita que juegue con algunos de estos implementos (excepto agujas u otros
elementos punzantes). Observe a su hijo para buscar pistas sobre sus inquietudes
y miedos.
Independientemente de cuál sea el examen que se realice, lo más probable es
que el niño llore. Esta es una respuesta normal ante un ambiente extraño, con
personas que ellos no conocen y estar separado de usted. Saber esto desde el
comienzo puede ayudarle a usted a liberar algo de la ansiedad respecto a lo que
se espera que suceda.
¿POR QUÉ LA INMOVILIZACIÓN
El niño puede ser inmovilizado con las manos o con dispositivos físicos. Los niños
pequeños no tienen el control físico, la coordinación ni la capacidad de acatar
órdenes que los niños mayores y los adultos normalmente si tienen. La mayoría de
los exámenes y procedimientos requieren inmovilidad o movimiento limitado para
garantizar la precisión. Por ejemplo, para obtener resultados nítidos en una
radiografía, el niño no se puede mover.
Las inmovilizaciones se pueden utilizar para garantizar la seguridad del niño
durante un examen o procedimiento. Por ejemplo, se pueden emplear para
mantener a un niño a salvo cuando el personal debe salir de la sala
temporalmente durante estudios nucleares y radiológicos. Igualmente se pueden
emplear para mantener a un niño quieto mientras se le punza la piel para obtener
una muestra de sangre o colocarle una VI. Si el niño se mueve, la aguja podría
causarle una lesión.
El proveedor de atención médica de su hijo hará todo lo posible para garantizar la
seguridad y comodidad del niño. Dependiendo de la evaluación, se pueden utilizar
medicamentos para sedarlo.
La tarea suya como padre es consolar a su hijo
DURANTE EL PROCEDIMIENTO:
Su presencia ayuda a su hijo durante el procedimiento, sobre todo si el examen
permite que se mantenga un contacto físico. Si el procedimiento se realiza en el
hospital o en el consultorio de su proveedor, lo más probable es que usted tenga
la oportunidad de estar presente. Si no está seguro, pregunte si puede estar allí
Si usted cree que podría ponerse mal o ansioso, piense en la posibilidad de
permanecer a cierta distancia, pero quédese donde el niño todavía pueda verlo. Si
no puede estar presente, deje un objeto familiar acompañando al niño para que se
consuele.
Evite mostrar ansiedad, ya que esto sólo hará que su hijo se sienta más nervioso.
Las investigaciones sugieren que los niños cooperan más si sus padres toman
medidas para reducir la ansiedad.
Si se siente estresado y ansioso, contemple la posibilidad de pedirle ayuda a
amigos o familiares. Ellos pueden brindarles cuidados a los otros hermanos o
encargarse de las comidas para la familia, de manera que usted se pueda
concentrar en brindarle apoyo a su hijo.
Otras consideraciones:
Es probable que el niño se resista al procedimiento e incluso puede intentar
escapar. Un abordaje firme y directo por parte de usted y del personal médico
puede ser de utilidad.
Dé una sola instrucción a la vez durante el procedimiento, utilizando órdenes de
una o dos palabras.
Evite cubrir la cara del niño.
Solicite al proveedor de su hijo que limite el número de personas extrañas que
entren y salgan de la habitación durante el procedimiento, debido a que esto
puede aumentar la ansiedad.
Pregunte si el médico que ha compartido más tiempo con el niño puede estar
presente durante el procedimiento.
Pregunte si se puede usar anestesia, cuando sea adecuado, para reducir el nivel
de molestia del niño.
Solicite que los procedimientos dolorosos no se realicen en la cuna para que el
niño no asocie este lugar con dolor.
Si el niño lo puede ver durante el procedimiento, haga lo que al niño se le pide que
haga, como abrir la boca.
Utilice el sentido normal de curiosidad del niño como distracción durante el
procedimiento.
Pregunte si se puede crear un ambiente con un nivel bajo de estímulos
sensoriales.

Separación
En cuanto a la adaptación del niño al medio hospitalario, cuando el niño se
enfrenta al ambiente hospitalario, además de tener que lidiar con la enfermedad,
se le aparta del ambiente familiar, de los amigos, la escuela y de los objetos
personales. Este entorno requiere que el niño interactúe con personas
desconocidas, como enfermeras y médicos; que realice pruebas e intervenciones
que pueden ser dolorosas o incómodas, que cambie las rutinas diarias y que haya
ruido. Razones que pueden contribuir a que el niño perciba la hospitalización
como una experiencia traumática o estresante
En cuanto a las percepciones de la familia sobre las dificultades de adaptación del
niño durante la hospitalización, cabe señalar en primer lugar que el ambiente del
hospital cambia su capacidad de adaptación y aumenta su vulnerabilidad
En este contexto, la presencia de la familia al lado del niño se percibe por éste
como una protección, convirtiéndose en su punto de referencia, su afecto y su
fuente de seguridad. La hospitalización puede desencadenar una serie de
manifestaciones relacionadas con la dimensión emocional, presentando un cambio
de humor. La forma más común en que un niño manifiesta malestar, miedo y dolor
es a través del lloro. También pueden sentirse agitados y nerviosos, y tener
dificultades para dormir. Otra reacción común, percibida por las familias, es la
tranquilidad, el niño puede volverse más callado y, aparentemente, sin reacción.
Esta investigación apunta a la necesidad de humanizar el ambiente hospitalario
donde el niño está presente, incorporando a la familia en el cuidado. La forma en
que un niño se enfrenta a la hospitalización y a la enfermedad depende de su
proceso de adaptación, y la atención de enfermería es indispensable para que el
niño pueda procesar sus sentimientos mediante la disponibilidad afectiva, el
suministro de información, las actividades recreativas y la escucha activa. El
apoyo al cuidador es esencial para que pueda cuidarse a sí mismo y al niño,
relacionándose de forma positiva, construyendo relaciones que beneficien a todos
En la investigación se analizaron artículos específicos para la adaptación de los
niños en un contexto de enfermedades crónicas. En el estudio sobre la
hospitalización de adolescentes, se hizo referencia al impacto del internamiento en
la vida cotidiana. Éstas apuntan a las restricciones dietéticas como una
interferencia con la rutina, debido a las restricciones y a las nuevas
recomendaciones dietéticas, haciendo que ésta sea una de las partes más difíciles
del tratamiento. Cuando los adolescentes ven la nueva situación como un
problema a resolver y una oportunidad para aprender, se vuelven menos
vulnerables. Por lo tanto, es esencial que los niños/jóvenes conozcan su
diagnóstico y participen en el tratamiento para poder afrontar mejor la enfermedad
La hospitalización es también un momento estresante para la familia, y la atención
de enfermería debe planificarse en torno a las necesidades del niño y su familia
para minimizar los efectos negativos

Links
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1695-
61412021000100020
https://medlin eplus.gov/spanish/ency/article/002056.htm
https://www.bebesymas.com/otros/estas-son-las-medidas-para-garantizar-la-
seguridad-de-los-ninos-en-el-entorno-sanitario

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