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Tema:

Depresión Infantil

Autor(es)

Lady Cruz

Leslie Granda

Leidi Herrera

Elian Morocho

Anggie Polo

Linsy Pinargotty

Melania Rodriguez

Kevin Urgiles

Valentina Zapata

VI semestre

Docente:

Dra. Silvia Cedeño

Semestre A-2022
1. Concepto:

Podemos definir a la depresión infantil como una situación afectiva de suma tristeza
con una intensidad y duración que envuelve al niño/a hasta afectar por completo su
estado anímico y relaciones con el entorno; clasificado como un trastorno del humor
presentando sentimientos de desesperación y desaliento; siendo el eje principal de
la depresión infantil, la tristeza.

2. Etiología de la depresión infantil:

La depresión infantil es una realidad que no se debe ignorar, es necesario


aprender a reconocer los factores que pueden llevar a un niño a la depresión infantil.
Existe mucha vulnerabilidad psicológica considerando factores familiares y
socioculturales que combinados dan lugar a una conducta desajustada. Los padres
deben prestar atención a todo síntoma o alerta para un manejo adecuado y
prevención de la misma.

Es mucho más que un estado bajo de ánimo a pesar de que en muchas


ocasiones se puede experimentar estos sentimientos existen casos que no
desaparecen fácilmente y están acompañados de otros síntomas que afectan en la
vida cotidiana.

2.2 ¿Qué causa la depresión infantil?


Existen muchos sucesos que pueden actuar como desencadenadores de la
depresión. El cerebro usa mensajeros llamados neuro transmisores que emiten
señales a diferentes partes de nuestro cuerpo.

● Problemas escolares
● Depresión en los padres
● experiencias de pérdidas
● haber sufrido traumas físicos
● situaciones conflictivas en el entorno
Factores genéticos

No hay constancia alguna de que la depresión sea hereditaria, aun cuando en la


mitad de los casos de depresión infantil al menos uno de los padres sea depresivo.
Lo que sí determinan los estudios realizados es que los hijos de padres con
depresión tienen entre tres y seis veces más probabilidades de desarrollarla que los
niños de padres sanos. Pero aun así, este factor no es determinante; y a ello habrá
que sumar otros factores, como el ambiente familiar, sus relaciones sociales o sus
habilidades personales.

Factores sociofamiliares

La depresión infantil tiene en el ambiente familiar y la interacción social del niño con
sus padres uno de los factores más determinantes. Relaciones conflictivas entre los
padres, distanciamiento entre ellos, malos tratos, problemas de comunicación,
divorcio o separación, sobreprotección (generalmente materna) del niño, escasa
implicación de uno de los progenitores (el padre, con mayor frecuencia), actitudes
agresivas o de irritabilidad, comportamientos autoritarios y abusivos, son alguno de
los factores que pueden estar en el origen de una depresión infantil.

Factores sociales

Aunque la relación del niño con sus padres pueda considerarse una actividad social
y, al mismo tiempo, condicionan el modo en el que éste se va a relacionar fuera del
hogar familiar, hay otros factores psicosociales ajenos al entorno familiar que
pueden aumentar el estrés emocional y favorecer la depresión infantil. Entre ellos
podrían citarse la pérdida de un ser querido, el bullying o acoso escolar, o las
limitaciones impuestas desde la propia familia para relacionarse socialmente.

Factores biológicos

Las alteraciones en la secreción de serotonina que se producen en los pacientes


con depresión es un hecho biológico constatado, aunque no se ha podido establecer
con claridad si es una causa o una consecuencia de la depresión infantil. En
cualquiera de los casos, siempre puede tenerse como un factor facilitador y que
contribuye a mantener la depresión.
3. Epidemiología

En los últimos años, numerosas investigaciones han centrado su atención en


aspectos asociados con la salud mental de los niños y de los adolescentes
estudiando aspectos demográficos, epidemiológicos y de carga de la enfermedad.
En Ecuador, aproximadamente 2 de cada 100 niños, menores de 12 años, sufren
depresión. Entre los adolescentes, esta cifra aumenta a 5 de cada 100. Todos los
niños se sienten a veces tristes o abatidos, pero estos sentimientos no son
duraderos. Torres y Montoya (2018) mostraron en un estudio de salud mental cómo
el 13,3% de preadolescentes y adolescentes entre 12 y 15 años había sufrido
síntomas depresivos y que ese porcentaje aumentaba al 20.1% entre los jóvenes
entre los 16 y los 19 años.

4. Desarrollo

Respecto del desarrollo de la depresión infantil se han dado controversias. Se


argumenta que es inviable determinar este trastorno anímico en la niñez, debido a
que la constitución psíquica y emocional de los niños está en desarrollo y, por lo
tanto, son considerados como seres inmaduros a los que no se les puede atribuir
ese diagnóstico, la sintomatología por la que concurren enmascara el trastorno
anímico, dificultando la detección precoz y, por lo tanto, el acceso al tratamiento
adecuado. Si bien hay consenso que la depresión afecta más a las mujeres adultas
que a los hombres, existen controversias respecto de la prevalencia de determinado
género en el desarrollo del trastorno anímico en la infancia. American Psychiatric
Association, no ubica diferencias de género en niños preescolares de 4 a 12 años,
aunque sí determina la prevalencia de depresión en niñas entre 14 a 18 años. Sin
embargo, algunos autores refieren que la desigualdad de género está presente
antes de los 11 años, ubicando el inicio aproximadamente en los 6 años. En esta
línea, algunas investigaciones han demostrado la presencia de síntomas depresivos
en niñas que cursan la escolaridad primaria. Se considera a las niñas un grupo en
riesgo y con mayor vulnerabilidad debido a que la asimetría de género determina los
modos en que las personas viven, enferman, consultan y reciben la asistencia
correcta. Se generan repercusiones negativas a nivel personal, social y académico
que podrían ser evitadas con una detección incipiente del estado depresivo y con la
posibilidad de recibir el tratamiento adecuado. Es necesario profundizar el estudio
acerca de las manifestaciones de depresión en la infancia y su incidencia en el
desarrollo de los niños y niñas, así como la revisión desde una perspectiva de
género para su detección precoz, descartando prejuicios basados en modelos
socioculturales sobre las infancias

La OMS informa que 1 de cada 5 niños presenta trastornos mentales y que el inicio
se detecta antes de los 14 años. Sin embargo, en los últimos cinco años se han
realizado escasos estudios e investigaciones sobre la depresión en la infancia. En
cuanto al inicio del trastorno anímico, se ha diagnosticado en la última década
depresión en niños menores de 5 años, y se registra el pico entre los 7-8 años. Se
coincide en que las manifestaciones depresivas ocurren entre los 5 a los 12 años,
mientras que se observa la presencia de manifestaciones depresivas en niños y
niñas entre los 7-8 años. Los síntomas de depresión en niños de edad escolar que
refieren los autores mencionados son: llanto, irritabilidad, cambios en la actividad
motriz -hiperactividad o lentitud-, insomnio, sentimientos de desesperanza y
descenso del rendimiento escolar.

5. Diferencia niños y adultos

Las manifestaciones de depresión depende de la etapa de desarrollo en la que


estén:

● En lactantes se refleja en la alimentación y trastornos del sueño.


● Preescolares (2 a 5 años): temores, cambios de actitud, dejar de jugar,
necesidad de estar acompañado, conductas regresivas, pérdida de la
capacidad de disfrutar, agresividad y/o irritabilidad, trastornos del sueño,
ansiedad, hiperactividad, quejas somáticas (dolor de guatita y cefalea),
cuadros respiratorios, alergias que se agudizan.
● Escolares (6 a 11 años): inhibición, disminución del rendimiento escolar, baja
concentración, agresividad, irritabilidad por un tiempo prolongado,
manifestaciones ansiosas, desgano, desánimo, falta de motivación a
actividades placenteras, quejas somáticas (gastrointestinales, respiratorias,
neurológicas como cefaleas, etc.)
● Adolescentes (12 a 18 años): se asemeja más a la depresión de personas
mayores, pero en el contexto y características de la etapa evolutiva de la
adolescencia. Hay mayor impulsividad que en el niño y en el adulto. Es
posible la ideación e intento suicida; suele existir la sensación de que la vida
no tiene sentido, que no hay salida a los problemas y que están atrapados
por sus conflictos.

Si estos síntomas se observan en un periodo mayor a 15 días, es aconsejable


consultar a un especialista. Sin embargo, el diagnóstico de depresión se hace con el
antecedente de un mes de manifestación de síntomas, pero la consulta precoz es
importante en el pronóstico, principalmente si hay antecedentes familiares de
depresión o si hay sospecha o certeza de ideación suicida

6. Manifestaciones clínicas
Estados de ánimo caracterizados por:

la tristeza, retraimiento o irritabilidad y al menos tres de los siguientes síntomas.

● Está continuamente triste, llora con más facilidad


● Presenta fatiga y dolores de cabeza
● Ha perdido el interés por los juegos preferidos y por la escuela
● Se aleja de sus amigos y de la familia
● Se aburre y se cansa con facilidad
● Presenta menos energía o concentración.
● Está irritable o demasiado sensible frente a pequeñas frustraciones,
montando rabietas o berrinches con más facilidad
● Pensamientos recurrentes de muerte y suicidio.

Si estos síntomas duran por lo menos dos semanas, podemos estar en presencia de
una depresión infantil.

7. Criterios de Diagnóstico

Cinco o más de los síntomas siguientes, presentes durante las últimas dos semanas
y que representen un cambio al funcionamiento previo; Al menos uno de los
síntomas es Ánimo bajo o Pérdida del interés o de placer.

● Ánimo bajo la mayor parte del día, casi todos los días, ya sea por reporte
subjetivo u observado por otros. En niños y adolescentes, el estado de ánimo
puede ser irritable.
● Disminución importante del interés o placer en casi todas, de las actividades
todo el día, casi todos los días.

● Baja significativa de peso sin dieta o aumento de peso (5% de cambio) o


cambios en el apetito casi todos los días. En niños considerar el fracaso para
el aumento de peso esperado.

● Insomnio o hipersomnia casi todos los días.

● Agitación o retardo psicomotor casi todos los días.

● Fatigabilidad o pérdida de energía casi todos los días.

● Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva, casi todos los días.

● Disminución de la capacidad para concentrarse, casi todos los días.

● Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin plan


específico o intento suicida o plan específico para cometer suicidio.

● Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en las


funciones sociales, ocupacionales, u otras áreas importantes del
funcionamiento.

● El episodio no es atribuible a los efectos de sustancias u otra condición


médica.

● La ocurrencia de este episodio no se explica mejor por un trastorno


esquizoafectivo, esquizofrenia, trastorno esquizoide, alucinaciones u otro
trastorno especificado o no del espectro esquizoide y otros trastornos
psicóticos.

● Nunca ha presentado un episodio maníaco o hipomaníaco, no relacionado al


uso de sustancias.

8. Tratamiento

Hay diferentes variantes de tratamiento de la depresión infantil, no obstante, el


tratamiento siempre tiene que ser individualizado, adaptándolo al niño y a sus
condiciones. En el mismo tratamiento es fundamental involucrar a los padres para
que puedan intervenir en el entorno del paciente. Se puede tratar tanto con acción
psicoterápica, que debe extenderse al entorno familiar del niño, o en los casos más
severos con un tratamiento farmacológico con fármacos antidepresivos. A nivel
psicológico se incluyen técnicas congnitivo-conductales y terapia interpersonal con
las que el niño puede modificar su comportamiento frente a diferentes
acontecimientos. El tratamiento precoz es fundamental, por eso, cuando saltan las
alarmas es importante actuar.

Terapia cognitiva conductual

La Terapia Cognitiva- Conductual es un modelo de tratamiento de diversos


trastornos mentales, que trabaja ayudando al paciente a que cambie sus
pensamientos, emociones, conductas y respuestas fisiológicas disfuncionales por
otras más adaptativas para combatir sus problemas o en este caso la depresión. Y
que como su nombre lo indica, surgió por la unión de dos grandes teorías de la
psicología. Este modelo está conformado por un grupo de intervenciones que se
ponen en práctica luego de una exhaustiva evaluación de las características
biopsicosociales del paciente, y que tiene en cuenta el visto bueno, compromiso y
colaboración del mismo y sus allegados. Este modelo de psicoterapia es
estructurado, activo y centrado en el problema. El tratamiento dura normalmente
entre 10 y 20 sesiones 12, y los pacientes experimentan a menudo una reducción
considerable de los síntomas después de 4 o 6 semanas de tratamiento

Terapia interpersonal

La idea central de este tratamiento psicológico se basa en que la depresión tiene


lugar en un contexto interpersonal.
Contempla cuatro focos de tensión que se identifican y tratan. Los focos son los
siguientes:
Duelo complicado: al principio es normal sentir tristeza cuando perdemos a una
persona querida, pero hay veces que la tristeza se prolonga en el tiempo y se vuelve
patológica. La persona inicia una depresión con frecuencia cuando la relación con el
fallecido ha sido muy intensa emocionalmente (sentimientos agradable so
desagradables); cuando quedan asuntos pendientes o cuando las circunstancias de
la muerte han sido traumáticas.
Transición vital/transición de rol: todas las etapas de cambio implican perder y
ganar. Conllevan muchas veces renunciar a lo conocido y comprometerse con lo
desconocido. Ante estos cambios, si son bruscos o la persona no dispone de las
estrategias de afrontamiento necesarias, pueden desencadenar una depresión.
Estas transiciones pueden ser esperadas como el cambio a la adolescencia, a la
adultez o a la vejez; o inesperadas como rupturas sentimentales, separaciones de
seres queridos, cambios laborales o deterioro físico.
Disputa interpersonal: consiste en la presencia de un desacuerdo en un tema
importante con alguien significativo para la persona. Cuando ocurren estos
conflictos es muy frecuente que se acompañen de sentimientos como culpa,
resentimiento o impotencia que si se mantienen, terminan desembocando en una
depresión.
Déficits interpersonales: somos seres sociales. Necesitamos establecer y mantener
vínculos afectivos y lazos sociales. La falta de ellos o la insatisfacción con los
mismos conduce al aislamiento, depresión o sensación de vacío.

8.1 Otras alternativas de tratamiento

Antidepresivos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos


(FDA, por sus siglas en inglés) para niños y adolescentes.

Muchos de estos medicamentos también están disponibles en forma genérica. La


dosis inicial y la dosis máxima recomendadas varían según la edad.
Los antidepresivos también se pueden utilizar para otras afecciones. La
Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó
el antidepresivo imipramina para tratar la micción involuntaria diurna o nocturna
(enuresis infantil) en niños de 6 años en adelante.

Los médicos pueden usar su criterio médico para recetar otros antidepresivos para
niños para lo que se denomina aplicación alterna. Esta es una práctica común en el
caso de muchos tipos de medicamentos para niños y adultos.

9. Pronóstico

El pronóstico de la depresión depende de diversos factores. Por regla general, la


depresión es una enfermedad crónica y, por tanto, quien ha sufrido un episodio
depresivo tiene más riesgo de sufrir futuros episodios similares. Los factores que
más van a influir en que la enfermedad no se cronifique son: un diagnóstico y un
tratamiento temprano.

Evolución esperada de la Depresión

La duración esperada de un episodio depresivo mayor es de varios meses, a pesar


de que para realizar el diagnóstico solo sean necesarias dos semanas consecutivas
de síntomas. Cuanto menos tiempo lleve la persona deprimida y antes se
diagnostique la depresión, mejor respuesta puede tener al tratamiento. Por tanto, los
pacientes que llevan unos pocos meses deprimidos cuando empiezan el tratamiento
tienen mayor probabilidad de responder al tratamiento que los que llevan más de un
año.
El Trastorno depresivo mayor suele iniciarse en muchos casos a la edad de 20
años. Esto supone que al tener la persona toda una vida por delante tiene mayor
probabilidad de presentar recaídas. Aproximadamente dos de cada tres personas
que sufren depresión volverán a sufrir un episodio depresivo en los siguientes 15
años de sus vidas. Este porcentaje aumenta a medida que la persona acumulen
más episodios depresivos en su historial, llegando al 83 % si tiene cuatro o más
episodios a lo largo de su vida.
Respuesta de la Depresión al tratamiento

El pronóstico de la depresión que no recibe tratamiento es el de permanecer


deprimido durante un periodo largo e indeterminado. Muchas veces pueden pasar
años y los síntomas pueden no llegar a remitir del todo. La remisión espontánea
puede ocurrir en algunos episodios de corta duración, pero no es lo habitual. Por
ello, es muy importante hacer un correcto diagnóstico de la depresión.
Cuando se recibe tratamiento adecuado, la recuperación del episodio depresivo se
inicia dentro de los tres meses siguientes al comienzo del tratamiento en uno de
cada tres pacientes. Este porcentaje aumenta a dos de cada tres pacientes si se
toma como referencia el plazo de un año. Uno de los factores que mejor predice
esta respuesta a los tratamientos es el tiempo que lleva la persona deprimida.
Cuanto menos tiempo lleve el paciente con depresión, mejor respuesta puede tener
a la medicación. Por este motivo, es muy importante consultar con un especialista
en salud mental, psiquiatra o psicólogo clínico, lo antes posible.

Recaídas en Depresión

Como decíamos, las recaídas son muy comunes en Depresión y dos de cada tres
personas que han tenido un episodio depresivo mayor sufrirán una recaída en los
siguientes 15 años. El riesgo de recaída es mayor en los primeros meses tras la
remisión de los síntomas de la depresión. Por este motivo, se recomienda mantener
la medicación al menos durante 6 meses tras la remisión de los síntomas
depresivos.
El riesgo de recaída también es mayor cuando el episodio anterior fue grave, en las
personas que han tenido múltiples episodios y en los jóvenes. El riesgo de recaída
es mayor en las personas jóvenes, sencillamente porque les quedan más años de
vida por delante y, probablemente, tendrán más riesgo.

10. Anexos

Cuestionario de depresión infantil de Kovacs


11. Referencias

● Avila D. UNIVERSIDAD DE CUENCA FACULTAD DE PSICOLOGÍA


[Internet]. Available from:
https://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/2184/1/tps688.pdf
● Elia, J. (2022, 22 agosto). Trastornos depresivos en niños y adolescentes.
Manual MSD versión para profesionales.
https://www.msdmanuals.com/es/professional/pediatr%C3%ADa/trastornos-m
entales-en-ni%C3%B1os-y-adolescentes/trastornos-depresivos-en-ni%C3%B
1os-y-adolescentes
● Mardomingo, MJ. (2019) Depresión en el niño y en el adolescente.
Mardomingo Psiquiatría Infantil.
https://www.mardomingopsiquiatriainfantil.es/interrogantes/depresion/
● Martín, S. (2022). Ansiedad y depresión en niños y adultos: Señalesy
tratamientos. Independently Published.
● I., 2022. Diagnóstico y manejo de la depresión en niños y adolescentes en
Atención Primaria. [online] Escuela de Medicina. Available at:
<https://medicina.uc.cl/publicacion/diagnostico-manejo-depresion-ninos-adole
scentes/#:~:text=Agitaci%C3%B3n%20o%20retardo%20psicomotor%20casi,
concentrarse%2C%20casi%20todos%20los%20d%C3%ADas.> [Accessed
31 August 2022].
● Vinaccia S, Gaviria AM, Atehortúa LF, Martínez PH, Trujillo C, Quiceno JM.
Prevaléncia de depresión en niños escolarizados entre 8 y 12 años del
oriente antioqueño a partir del “child depression inventory” -CDI-. Diversitas.
2006 Jun 21;2(2):217.
● Cuestionario de Depresión Infantil | AGAPap [Internet]. Agapap.org. 2015
[cited 2022 Aug 31]. Available from:
http://www.agapap.org/druagapap/content/cuestionario-depresi%C3%B3n-inf
antil

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