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Universidad tecnológica de Santiago

(Utesa)

Nombre
Jenifer

Apellido
Pérez mora

Matrícula
1220644

Carrera
Psicología

Materia
Metodología de investigación

Profesor
Regino collado Gutiérrez

Fecha
15/04/2023

Santiago

República Dominicana
Tema: Depresión infantil

INTRODUCCIÓN

En esta introducción se va a indagar acerca del tema la depresión infantil y de porque se


produce esta.
La depresión en la infancia y adolescencia es uno de los trastornos mentales más
frecuentes y que más afectan al estado funcional en este grupo de edad, con tasas
acumuladas que indican que hasta un 20 % de los jóvenes de 18 años habrán sufrido en su
vida al menos un episodio depresivo clínicamente relevante.
En años recientes se ha dado mucha atención a los trastornos emocionales de los niños.
Psicólogos escolares, psiquiatras infantiles y otros especialistas han dedicado su tiempo al
estudio de niños y jóvenes victimas de diversos desequilibrios de la personalidad. Este
enfoque de los problemas de la niñez ha llevado a reconocer las reacciones depresivas en
los niños.

Hoy día se cree que muchos niños, tanto como adultos, padecen las etapas iniciales de la
depresión. Naturalmente, esos trastornos en la niñez suelen pasar inadvertidos, pues los
síntomas no son tan notables como en los adultos. Los padres, por ejemplo, pueden juzgar
a sus hijos como simplemente incómodos o descontentos. Padres y maestros pueden
atribuir el hecho de que un niño no obtenga satisfacción de sus relaciones sociales, a
diferencias individuales, a ciertas características del desarrollo o que el niño prefiere jugar
solo.
En realidad, el niño deprimido puede parecer activo e interesado en algunas actividades, y,
sin embargo, mostrar otros indicios de perturbadora depresión. Puede ser incapaz de
concentrarse en sus estudios y obtener bajas calificaciones no obstante poseer capacidad
intelectual mas que mediana. Frecuentemente prefiere jugar a solas y rehúsa participar en
actividades sociales.
El niño deprimido tiene sentimientos de auto condena y falta de valía. Suele pensar que no
vale la pena vivir, y en algunas ocasiones puede tener intentos suicidas.
Existen varios marcos teóricos que intentan explicar el origen de la depresión infantil,
tenemos así:

• Conductual: a través de la ausencia de refuerzos (Lazarus), deficiencia de habilidades


sociales y acontecimientos negativos ocurridos en la vida del niño.

• Cognitivo: la existencia de juicios negativos (Beck), experiencias de fracasos, modelos


depresivos(Bandura), indefensión aprendida(Seligman), ausencia de control, atribuciones
negativas.
• Psicodinámico: en relación a la pérdida de la autoestima (del yo-según Freud), y la pérdida
del objeto bueno (Spiz).

• Biológico: por una disfunción del sistema neuroendocrino (aumentan los niveles de cortisol
y disminuye la hormona de crecimiento), por una disminución de la actividad de la
serotonina (neurotransmisor cerebral), y por efecto de la herencia (caso de padres
depresivos).

En la actualidad más bien se admite una compleja interacción de distintos factores tanto de
carácter biológico como social que sirven de base a la aparición de las distintas conductas
normales y patológicas. Es necesario que se dé una cierta vulnerabilidad personal, familiar y
ambiental que combinadas dan lugar a la aparición de una conducta desajustada.

MARCO TEORICO

2.1.- Alternativas Teóricas depresión infantil

Se acepta que la depresión mayor es un trastorno que se desarrolla en la infancia y la


adolescencia con perfiles sintomáticos similares a la edad adulta, aunque puedan existir con
mayor frecuencia variaciones en la expresión de los síntomas, tipo de alteraciones de la
conducta, molestias somáticas o hiperactividad, según el momento del desarrollo emocional
y cognitivo. Los dos síntomas básicos de las depresiones en la edad adulta (bajo estado de
ánimo, y anhedonia o dificultad para disfrutar) no siempre son los dos más importantes en la
infancia.

En la actualidad, los criterios DSM-IV-TR utilizados en el niño y el adolescente para el


diagnóstico de un episodio depresivo mayor son similares a los del adulto, salvo dos
anotaciones. En primer lugar, el estado de ánimo en niños y adolescentes puede ser
irritable como un equivalente al ánimo deprimido, y en segundo lugar, más que valorar
pérdida de peso o aumento de peso (propio del adulto), se valorará el fracaso en lograr los
aumentos de peso esperables.

Son hogares disfuncionales, padres divorciados, causando incomunicación familiar, sin


tomar en cuenta los sentimientos del niño haciendo de él un ser inestable. Los padres
enviciados en el alcohol hacen de sus hijos agresivos adquiriendo el vulgar y soez
vocabulario que este utiliza.
La pobreza factor común que en la mayor parte de la población obligo a que todos los
integrantes de la familia trabajen encargando a los más pequeños al cuidado de su crianza
con familiares cercanos o amigos ocasionando poco entusiasmo por el aprendizaje,
inclinándose más bien al trabajo para tener dinero, unos piensan en surgir y otros caen en
malos pasos como drogas o delincuencia. La ausencia de uno de los padres ya sea por
muerte o migración hace del niño un ser aislado, deprimido siendo notorio el no lograra
sociabilizar con el grupo.

Siendo los niños el futuro de un mejor mañana y habiendo diagnosticando una serie de
problemas que afectan seriamente su comportamiento social y alteran su bienestar
emocional explicamos que la depresión le hace estar en un estado de ánimo decaído
exagerando siempre los aspectos negativos de todo lo que sucede y envolviendo en una
sensación de tristeza y desmotivación continua, se ha observado que el abandono de sus
padres, el maltrato físico y psicológico, el mal ejemplo que vive dentro del hogar o personas
que les rodean, etc.

Son consecuencias que le van al niño a ser un ente despreciado y marginado por la
sociedad, perturbando su mente experimentando una serie de desórdenes en su conducta.
La misma que le induce a vicios desagradables como la droga, el alcohol, la prostitución, la
delincuencia, suicidios, etc. Encontrando una sed de venganza con el prójimo, sintiendo
culpabilidad por todas las cosas negativas que se dan a su alrededor en su persona.

La depresión infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en
intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión mayor, cuando los
síntomas son mayores de 2 semanas, y de trastorno distímico, cuando estos síntomas
pasan de un mes.

La Depresión Infantil puede definirse como una situación afectiva de tristeza mayor en
intensidad y duración que ocurre en un niño. Se habla de depresión mayor, cuando los
síntomas son mayores de 2 semanas, y de trastorno distímico, cuando estos síntomas
pasan de un mes. Los partidarios de una depresión infantil específica se ubican en dos
tendencias, a saber: los evolucionistas, que opinan que la depresión infantil se va
transformando según la época evolutiva de la vida del niño en la que se presenta, sostienen
pues la existencia de una di evolutiva, y aquellos que sostienen la existencia de la depresión
infantil con una sintomatología propia, no equiparable a la del adulto, especialmente
relacionada con problemas de conducta, de allí el nombre de di Enmascarada, puesto que
muchos profesionales equivocan su diagnóstico.

Con niños de hasta tres años, las señales para preocuparse empiezan cuando estos
parecen tristes o decaídos, aun cuando se les están consolando. Pueden, incluso, que se
apeguen desesperadamente a quien se ocupa de ellos o que dejen de comunicarse. La
depresión en estos niños está casi siempre conectada con el cambio o pérdida de la
persona responsable de su cuidado, o cuando quien les cuida no es capaz de responder a
sus necesidades.

Lo primero que hay que decir es que cada niño es único en su forma de ser. Hay que
conocer muy bien al niño y saber lo que es realmente normal en su comportamiento. No hay
que apresurarse a sacar conclusiones. Si estos síntomas duran por lo menos dos semanas
podemos estar en presencia de una depresión infantil.

Mi tema es la depresión infantil

En años recientes se ha dado mucha atención a los trastornos emocionales de los niños.
Psicólogos escolares, psiquiatras infantiles y otros especialistas han dedicado su tiempo al
estudio de niños y jóvenes victimas de diversos desequilibrios de la personalidad. Este
enfoque de los problemas de la niñez ha llevado a reconocer las reacciones depresivas en los
niños.

Hoy día se cree que muchos niños, tanto como adultos, padecen las etapas iniciales de la
depresión. Naturalmente, esos trastornos en la niñez suelen pasar inadvertidos, pues los
síntomas no son tan notables como en los adultos. Los padres, por ejemplo, pueden juzgar a
sus hijos como simplemente incómodos o descontentos. Padres y maestros pueden atribuir el
hecho de que un niño no obtenga satisfacción de sus relaciones sociales, a diferencias
individuales, a ciertas características del desarrollo o que el niño prefiere jugar solo.

En realidad, el niño deprimido puede parecer activo e interesado en algunas actividades, y,


sin embargo, mostrar otros indicios de perturbadora depresión. Puede ser incapaz de
concentrarse en sus estudios y obtener bajas calificaciones no obstante poseer capacidad
intelectual mas que mediana. Frecuentemente prefiere jugar a solas y rehúsa participar en
actividades sociales. El niño deprimido tiene sentimientos de auto condena y falta de valía.
Suele pensar que no vale la pena vivir, y en algunas ocasiones puede tener intentos suicidas.

. ¿POR QUÉ SE PRODUCE LA DEPRESIÓN INFANTIL?

Existen varios marcos teóricos que intentan explicar el origen de la depresión infantil,
tenemos así:

• Conductual: a través de la ausencia de refuerzos (Lazarus), deficiencia de habilidades


sociales y acontecimientos negativos ocurridos en la vida del niño.

• Cognitivo: la existencia de juicios negativos (Beck), experiencias de fracasos, modelos


depresivos(Bandura), indefensión aprendida(Seligman), ausencia de control, atribuciones
negativas.

• Psicodinámico: en relación a la pérdida de la autoestima (del yo-según Freud), y la pérdida


del objeto bueno (Spiz).

• Biológico: por una disfunción del sistema neuroendocrino (aumentan los niveles de cortisol
y disminuye la hormona de crecimiento), por una disminución de la actividad de la serotonina
(neurotransmisor cerebral), y por efecto de la herencia (caso de padres depresivos).
En la actualidad más bien se admite una compleja interacción de distintos factores tanto de
carácter biológico como social que sirven de base a la aparición de las distintas conductas
normales y patológicas. Es necesario que se dé una cierta vulnerabilidad personal, familiar y
ambiental que combinadas dan lugar a la aparición de una conducta desajustada.

Discusión

La investigación en depresión infantil es un


área que desde su aparición indiscutiblemente ha venido creciendo y presentando nuevos
conocimientos en torno a su fenomenología. Los datos aquí presentados no pretenden
convertirse en verdades absolutas, pero sí brindan un amplio panorama de las tendencias
investigativas en la depresión infantil.

Los resultados obtenidos en este análisis bibliométrico muestran que existe una amplia
producción de artículos disponibles en las bases de datos indagadas. Se destacan, en el
habla inglesa, el autor Cole, y en la castellana, Del Barrio y Polaino-Lorente, quienes en
España son los pioneros, así lo demuestra Díez Zamorano (2003). Como se puede
observar, tanto los resultados aquí presentados como el anteriormente mencionado siguen
aún vigentes Polaino –Lorente y Del Barrio, con una mayor producción éste último; teniendo
en cuenta que es uno de los investigadores que, desde la aceptación de la depresión infantil
ha sido el pionero de los estudios en el tema.

En cuanto a los instrumentos de medición, es claro que el más aceptado y utilizado es el


CDI, aspecto que coincide con estudios como los de Chan, donde se expone que en la
literatura este es el instrumento más utilizado para identificar síntomas de depresión, tanto
en niños como en adolescentes. Asimismo, se ha demostrado ampliamente que el
instrumento posee una buena fiabilidad y confiabilidad en diversas culturas, algunos
ejemplos son: un estudio realizado en Suecia, donde el CDI mostró una consistencia interna
de O.86; asimismo en factores como afecto negativo, ineficacia, anhedonia y autoestima
negativas valores por encima de 0.60 (Ivarsson, Svalander.

Con relación a las áreas temáticas se evidencia una preocupación de los investigadores en
perfeccionar los métodos de evaluación de la depresión infantil. Es así como los estudios se
han encaminado en adaptar y validar instrumentos que sirvan en cada cultura como soporte
de un adecuado diagnóstico. En esta carrera por tener los mejores instrumentos de
medición es un hecho que el CDI es, hasta la actualidad, la mejor herramienta para
identificar la depresión en la infancia. Tal vez uno de los éxitos de éste, es que ha sido
diseñado para medir la depresión en sus diversos dominios, tal como lo aseguran Shaver y
Brennan, (1991), citados por Twenge y Hoeksema (2002), pues mide la depresión en lo
cognitivo, emocional, motivacional y psicomotor.

a profundidad es la relación existente entre depresión infantil y rendimiento neurocognitivo,


pues, como se puede observar en el estudio, es el área más rezagada. La explicación
puede estar en la “reciente" aceptación de la depresión y, lógicamente, en la aún más
reciente aparición de la neurociencia cognitiva, que empieza a surgir como una disciplina
que podría aproximarse a la depresión infantil de una forma integral. De igual forma, se
pude observar que las investigaciones se han destinado al diagnóstico, dejando de lado la
búsqueda de métodos de prevención e intervención. Respecto de los programas
preventivos, una interrogante todavía no abordada es cómo integrar los aspectos
psicosociales y biológicos en el desarrollo de programas preventivos, se han centrado casi
exclusivamente en aspectos psicológicos

Esta discusión Lo primero que tienes que hacer es validar sus emociones es decir, si él está
deprimido es muy normal que se sienta intolerante, que no tenga disposición para
aproximarse, que se sienta incómodo, esto podemos entenderlo no significa que lo
justifique, pero sí significa que puede ser amable a la vez de firme en los límites que
pongas.

Ayúdalo a saber cómo es que se está sintiendo es decir, si tú lo notas que está llorando o
que está muy aislado le puedes decir: "Hoy he notado que últimamente no ha sido el
mismo. No sé si este es triste, si estás enojado, o si éste es incómodo por algo". Le puedes
dar opciones incluso, si es que notas que él no sabe precisamente cómo se siente. Y
permítele que él escoja de estas opciones que tú le des o incluso que te dé alguna otra es
decir, él te puede confirmar "Sí me he sentido triste" o "No" o "No lo sé" y cuando tú notes
esto entonces puedes ayudarlo a que juntos lo descubran. Por otro lado, si tú notas que
esta sintomatología es persistente, entonces te invito a que te acerques a un profesional de
la salud mental.

Existen dificultades en la tarea diagnostico de este trastorno en los niños debido a:


1-Falta de unidad en la utilización del termino depresión.
2-Desarrollo o etapa evolutiva por la que atraviesa el niño.
3-Rendimiento intelectual y características emocionales.
4-Incapacidad de los niños, sobre todo de los más pequeños, para expresar con precisión
sus estados de ánimo.

Generalmente la consulta es solicitada por los padres o por observación de los maestros,
quienes son los que aportan los relatos y datos sobre los que se basará el profesional para
realizar su trabajo.
Se ha observado a través de técnica (Cuestionario sobre Depresión Infantil) que no siempre
los padres tienen capacidad para detectar síntomas depresivos en sus hijos.
Los estudios de Angold y Col. (1987) demuestran una baja sensibilidad en tal sentido.
El Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harbad y
Massachussets estructuro un sistema diagnostico basado en cinco etapas del desarrollo del
niño, siendo necesario en todos los casos la presencia del humor disfórico para el
diagnostico de este trastorno a cualquier edad. Para concretar el diagnostico deben estar
presentes por lo menos cuatro conductas disfunciones: trastornos del sueño, de la
alimentación, retrasos del desarrollo, alteraciones del lenguaje, de la conducta motriz,
agresividad, etc. Los mismos deben presentarse por lo menos durante dos semanas como
mínimo.
Los equivalentes depresivos aumentan la dificultad para realizar el diagnostico, podemos
definirlos como conductas antisociales y quejas somáticas (depresión enmascarada). En la
mayoría de los casos estos se presentan junto a síntomas depresivos convencionales. Es
difícil asegurar si la depresión es causa o síntoma secundario del trastorno de conducta.
Por ejemplo en el síndrome por déficit atencional con hiperactividad la depresión puede
aparecer como consecuencia de las dificultades en la adaptación social que aqueja a estos
niños.

La coexistencia de trastornos de conducta asociados a síndrome depresivos fueron


descriptos por Shafer (1974) quien afirma que en el 75% de los suicidios en niños y
adolescentes estos habrían presentado con anterioridad conductas antisociales.

No podemos atenernos a un criterio rígido aceptado como depresión infantil solamente los
criterios preestablecidos para los adultos. Para realizar una adecuada selección de las
estrategias clínicas es necesario basarse en un diagnóstico correcto, por lo cual se hace
necesario profundizar sobre el terna especialmente en la compresión del desarrollo de la
efectividad. Los criterios de severidad y duración han ayudado para distinguir la tristeza
normal de la patológica.

En cuanto al trabajo terapéutico con niños que padecen depresión primero hay que hacer
un diagnóstico diferencial de acuerdo a la edad de los mismos y las características e
intensidad de los síntomas.

CONCLUSIÓN

Al Concluir este trabajo podemos ver que En una dirección complementaria, las
intervenciones futuras en la depresión infantil y adolescente deberán diseñar estrategias,
procedimientos y técnicas que despierten y mantengan la motivación de los menores por la
terapia. A tenor de los datos ofrecidos por las investigaciones, parece inexcusable el abordaje
terapéutico de los aspectos cognitivos en los trastornos depresivos de niños y adolescentes.
Pero las técnicas que actualmente se utilizan para modificar esos aspectos están
excesivamente basadas en procedimientos lógicoverbales, los cuales, amén de su posible
dificultad para muchos menores, especialmente para niños más pequeños, son aburridos para
todos ellos. El desinterés resultante puede conducir a una terminación prematura de la terapia
o a la posibilidad de que el menor no se beneficie completamente del tratamiento. Por tanto,
sería deseable que los investigadores y profesionales desarrollaran otras estrategias y
procedimientos basados en juegos, historias y actividades, ajustadas a la edad y el contexto
sociocultural del menor, para poner en marcha las técnicas correspondientes.
BIBLIOGRAFÍA

Depresión infantil. Concepto, evaluación y tratamiento. Barcelona: Editorial Ariel. Del


Barrio, V. (1997b).

Www.depresión infantil.com

Depresión infantil. Madrid: Pirámide; 2008. 47. Fleming J, Offord DR. Epidemiology of
childhood depressive disorders: a critical review. J.

Estudio bibliometrico sobre depresion y suicidio en niños, niñas y adolescentes, periodo


2003-2014". Visionarios en ciencia y tecnología 3, n.º

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