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UNIDAD N° 11. RESPONDABILIDAD PUBLICA AMBIENTAL.

Daño ambiental (art. 27 LGA): toda alteración relevante que modifique negativamente el
ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.

El derecho ambiental constituye una rama del Derecho Administrativo que, por sus
peculiaridades, configura una suerte de derecho administrativo especial, con principios y
técnicas de derecho público. Esto no impide que otros derechos como el civil puedan regular la
reparación de los daños causados a las personas privadas de rebote como consecuencia de
daños provocados al medio ambiente. Como toda actividad estatal la gestión ambiental deberá
desenvolverse respetando la legalidad y la razonabilidad. Frente a semejante desafío los
administradores ambientales deben preservar el bien común sin desconocer los derechos
individuales. Limitar su ejercicio sin negar su existencia; reglamentarlos sin violar ni la letra ni
el espíritu de las cartas constitutivas. De ocurrir una extralimitación estatal en el ejercicio del
poder de policía, de presentarse una inaceptable prescindencia opuesta al deber de actuar, de
tolerarse lo intolerable, de dañarse oficialmente aquello que debe tutelarse, los particulares
podrán acudir ante el tribunal de lo contencioso administrativo para restituir la legalidad
ignorada.

La realización del bien común es el objetivo básico y central que persigue el Derecho
Administrativo lo cual se logra a través del equilibrio de intereses, dando a cada uno lo suyo,
según los criterios de justicia del derecho público, en los que la conmutación y/o
compensación juegan un papel subordinado. Estas razones son precisamente las que explican
por qué en el derecho ambiental prevalece el objetivo de la preservación de daños al medio
ambiente y la recomposición “in natura” del daño ambiental antes que la compensación o
reparación dineraria de los perjuicios. En este marco de principios no encuentran justificación
las denominadas licencias para contaminar y la fórmula conocida como la del que contamina
paga.

La LGA es una "ley mixta", y merece por esta causa una diferenciación fundamental. Por una
parte, congrega en su texto artículos que constituyen presupuestos mínimos de protección
ambiental y por otra, normativa de fondo. Justamente los artículos que tratan los diversos
aspectos del daño ambiental y los seguros ambientales (Artículo 22 y Artículos 27 a 34), a
diferencia del resto de la LGA, se enrolan en el concepto de derecho común o de fondo. Esta
distinción incide directamente sobre las competencias que la Nación y las provincias poseen.
Tratándose de normativa de fondo, la Nación, al igual que en el supuesto de los códigos civil,
penal, de minería debe sancionar la normativa sustantiva, y las jurisdicciones locales, sólo la
procedimental o de forma. En consecuencia, respecto de daño ambiental, las provincias no
poseen las facultades complementarias que revisten en materia de presupuestos mínimos de
protección ambiental.

Daño ambiental

Directo: daños provocados al ambiente en si mismo. Se hallan sometidos a las normas y


principios del derecho constitucional (en sus elementos básicos) y del derecho administrativo,
mediante la regulación que establecen las leyes y reglamentos dictados en ejercicio del poder
de policía o potestad legislativa ambiental. Se trata de un daño al ambiente en sí mismo,
independiente de las consecuencias dañosas que puede generar en la persona o los bienes de
un particular (Hutchinson).

Indirecto: daños que afectan la salud o los bienes de las personas que son causa del
menoscabo de un patrimonio concreto. Se encuentran sustancialmente regidos por el derecho
civil sin perjuicio de las regulaciones penales o de derecho público.

El daño ambiental individual se encuentra incluido en la noción clásica de daño del Derecho
Civil, mientras que el daño ambiental de incidencia colectiva está dentro del régimen creado
por la CN en su artículo 41, párrafo 1 y el respectivo de la LGA”.

La LGA ha regulado en diversos artículos el llamado daño ambiental de incidencia colectiva o


simplemente, daño ambiental colectivo (art. 30). Se trata de una responsabilidad
administrativa en la que el Estado actúa como representante de la sociedad, siendo el Estado
Nacional y las Provincias administradores de los aportes que realicen los sujetos responsables
de la carga ambiental (art. 34). En concordancia con ello, el art. 29, 2° parte de la LGA prescribe
que la responsabilidad civil o penal por daño ambiental, es independiente de la administrativa.

El factor de atribución de responsabilidad por daño ambiental colectivo es el incumplimiento,


por acción u omisión, del deber de preservar y/o recomponer el ambiente negativamente
(argumento del art. 27 de la LGA), deber que tiene base constitucional. Se trata de un factor de
atribución de tipo objetivo en el sentido de que prescinde de la culpa o del dolo como
presupuestos de la responsabilidad. El art. 28 dispone que el que cause daño ambiental será
objetivamente responsable de su restablecimiento al estado anterior a su producción. Se trata
de un factor de atribución basada en la falta de servicio, si se basa en una acción del Estado o
de una omisión habiendo en este caso un deber expreso (o razonablemente implícito de
actuar), o de la responsabilidad por culpa si había sólo un deber genérico de actuar

Tutela ambiental: el art. 41 CN prescribe el derecho de los habitantes a un ambiente sano,


equilibrado, apto para el desarrollo humano. También establece que las actividades
productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones
futuras. Se trata de una cláusula excesivamente genérica ya que el criterio rector para regir la
trascendencia de una actividad productiva en el futuro no puede ser otro que la configuración
del daño ambiental el cual requiere de una doble valoración: Incidencia actual y proyección
futura. La norma constitucional también prescribe el deber de preservar el medio ambiente a
cargo de todos los habitantes. Correlativamente, el art. 43 de la Constitución Nacional impone
a las autoridades una serie de deberes: 1) la utilización racional de los recursos; 2) la
preservación del patrimonio natural, cultural y de la diversidad biológica; 3) la información, lo
que contribuye a favorecer la participación ciudadana y 4) la educación ambiental. El
incumplimiento de estos deberes puede generar la responsabilidad del Estado y de los
funcionarios (en la medida que haya daño) aun cuando las respectivas conductas no fueran
directamente exigibles.

Presupuestos de la responsabilidad administrativa.


Art. 27 LGA El presente capítulo establece las normas que regirán los hechos o actos jurídicos,
lícitos o ilícitos que, por acción u omisión, causen daño ambiental de incidencia colectiva. Se
define el daño ambiental como toda alteración relevante que modifique negativamente el
ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o valores colectivos.

A nuestro juicio, se trata de una norma inconstitucional habida cuenta que siendo una carga
pública no respeta el principio constitucional de igualdad (art. 16 CN) ni la garantía de la
propiedad, toda vez que la norma impone un sacrificio especial por acto lícito sin
indemnización (art. 17 CN). La paradoja en este supuesto es que la indemnización
constitucional debida y la compensación ambiental vengan a coincidir por el simple hecho de
que el monto del sacrificio especial es el valor de la contribución al Fondo de Compensación
Ambiental. Es evidente pues que ello implica una norma confiscatoria ya que, en definitiva, el
Estado termina trasladando su responsabilidad por la legislación ambiental deficiente en
cabeza de los particulares en vez de asumirla como propia, dividiendo la carga de recomponer
los daños ambientales producidos por sus errores, aquiescencias o criterios establecidos para
determinar los riesgos ambientales tolerables.

El segundo presupuesto que tipifica la responsabilidad por daño ambiental colectivo viene
dado por un concepto jurídico indeterminado que se circunscribe a una “alteración ambiental
negativa relevante”. Para que se configure se conduce al establecimiento de pautas para
establecer los riesgos ambientales soportables o mínimos, al desarrollo sustentable de las
actividades humanas, especialmente las industrias. Ello exige que se establezcan los índices
soportables de contaminación ambiental que una comunidad está dispuesta a tolerar por sus
habitantes (v.gr. nivel de polución) sin grave riesgo para sus vidas y patrimonios.

Corresponde a la Administración por la propia función que cumple como gestora de los
intereses generales o del bien común, la competencia para discernir tales pautas y por ende, la
configuración o no de una alteración ambiental negativa relevante.

Diferencia entre daño ambiental e impacto ambiental: El daño ambiental deriva en principio
de acciones que degradan en forma relevante el ambiente y los recursos naturales en
contravención de las normas aplicables.

El impacto ambiental deriva de alteraciones concomitantes de determinada actividad sujetas a


las medidas razonablemente preventivas, mitigadoras y correctivas que deben implementarse
a tales fines; supone modificaciones en el ambiente debidamente identificadas y previstas por
el interesado, además de conocidas y auditadas por la autoridad administrativa; generan la
obligación de adoptar las medidas necesarias para que éstos tengan lugar dentro de
parámetros de alteración ambiental razonables y de conformidad con una gestión
ambientalmente responsable.

Diferencia entre perjuicio ecológico y contaminación: el perjuicio ecológico es toda agresión de


origen humano contra el medio físico o biológico, natural o artificial, en torno al hombre.
Mientras que la contaminación engloba todas las formas de deterioro ambiental, comprende a
aquellas que en el tiempo vayan siendo reconocidas científica y técnicamente (como la
contaminación lumínica y acústica) como productoras de perjuicios tanto a las personas, como
al entorno ambiental en conjunto.

Responsabilidad por daño ambiental (art. 29): La responsabilidad civil o penal, por daño
ambiental, es independiente de la administrativa.
Pueden darse, en este caso dos situaciones:

a) autor indeterminado dentro de un grupo determinado;

b) autor indeterminado dentro de un grupo también indeterminado. Estamos ante lo que ha


dado en llamarse la responsabilidad colectiva. Cabe decir que la doctrina distingue entre ese
tipo de responsabilidad (la causa del daño es individual, aunque ignorada) y el daño causado
colectivamente (la causa del daño es grupal); se trata de los daños causados colectivamente.

Siendo plural la intervención hay: a) causalidad conjunta o común (varios individuos cooperan
al resultado dañoso); b) causalidad acumulativa (varios individuos actúan de tal forma que sus
conductas, independientes entre sí, habrían producido el mismo daño de haber actuado
aislados, pero se atribuye a todos y cada uno el resultado final); o c) causalidad disyunta o
alternativa (la consecuencia final se atribuye a uno u otro de manera excluyente)

Responsabilidad colectiva por daño ambiental: aquella producida como consecuencia de la


conducta (comisiva u Omisiva) de los particulares o de entes públicos, pero en relación con
otro particular (responsabilidad civil o administrativa, según los casos) sino con el Estado
(como protector del ambiente) y la comunidad; es decir, nos ubicamos en el caso de que no
existan daños concretos algún bien de un particular, sino que estamos ante daños colectivos o
comunitarios (Hutchinson). El objetivo de este tipo de responsabilidad es la preservación de la
naturaleza.

Este daño colectivo o comunitario no consiste en una simple suma de daños individuales, sino
que es un daño actual y concreto desde el punto de vista de la colectividad que lo sufre; el
daño que es único afecta simultánea y coincidentemente al grupo que lo padece. Esta cuestión
afecta a la calidad de vida que debe asegurarse a toda la sociedad.

Recomposición (art. 28): la cláusula constitucional asigna un rango de prioridad a la


recomposición del ambiente por sobre la indemnización pecuniaria, la que no se encuentra
referida de un modo expreso en el citado art. 41 de la Constitución Nacional. El criterio de la
LGA al reglamentar la obligación de recomponer, comprende la restitución de las cosas al
estado anterior, sin embargo nada impide que de no ser ello posible in totum, se adopten (art.
34, 2° parte) aquellas medidas razonablemente sustitutivas o equivalentes que tiendan a la
recomposición, al menos en forma progresiva, del daño ambiental común (v. gr. plantación de
árboles en nuevas autopistas) o en acciones antipolutorias que hagan que los daños anormales
que sufren los habitantes se transformen en molestias consideradas normales dentro de los
límites de contaminación que determine la legislación.

la Constitución Nacional adopta el término recomposición en su artículo 41. En este sentido,


hace referencia a la necesaria reparación al status quo ante o in natura del ambiente dañado.
Como es sumamente dificultoso que las cosas puedan volver a su estado idéntico anterior
luego de acaecido el daño, la reparación en este sentido podría ocurrir volviendo las cosas al
cuasi status quo ante. De resultar esto imposible, podría considerarse el criterio de reparación
pecuniaria. La reparación pecuniaria, también ofrece ciertas dificultades que se relacionan con
el cálculo de la indemnización y el destinatario de la suma dineraria.
Para el caso de que la reparación del daño ambiental de incidencia colectiva no fuera técnica
mente factible y el juez fijase una indemnización sustitutiva, se la depositará en el Fondo de
Compensación Ambiental que la misma ley crea (artículo 28) (51). La ley se limita a ordenar el
depósito. No identifica la LGA al sujeto beneficiado por la indemnización; debe inducirse.
Puede interpretarse que la indemnización aludida compensa a la comunidad el daño colectivo
indeterminado e irreversible que se le causó y que los representantes legales de la comunidad
que la ley designa para accionar son quienes ella legitima y la autoridad competente de cada
jurisdicción que administra el Fondo lo hace en nombre la comunidad. No determina bases
para fijar la indemnización. Ello autoriza a interpretar que compensa indirectamente a la
colectividad con actividades y obras ambientales destinadas a garantizar la calidad ambiental,
la prevención y la mitigación de los efectos nocivos.

En consecuencia, los juzgadores deberán identificar cual es la indemnización que corresponde


derivar al Fondo de Compensación Ambiental cuando la reparación el daño especial de
incidencia colectiva no sea técnicamente factible y cuál es la que corresponda por el daño de
incidencia personal causado a las personas particulares, los Estados y las comunas (ley 25675,
artículo 28, in fine).

Seguro ambiental y fondo de restauración (art 22.)  — Toda persona física o jurídica, pública o
privada, que realice actividades riesgosas para el ambiente, los ecosistemas y sus elementos
constitutivos, deberá contratar un seguro de cobertura con entidad suficiente para garantizar
el financiamiento de la recomposición del daño que en su tipo pudiere producir; asimismo,
según el caso y las posibilidades, podrá integrar un fondo de restauración ambiental que
posibilite la instrumentación de acciones de reparación.

El art. 22 de la LGA tiene como finalidad garantizar que quien contamine asuma el costo de la
reparación, evitando que sea el Estado el responsable último ante el incumplimiento del
particular. Se protegen así los intereses económicos del Estado y de la comunidad toda, para
resguardar mínimamente el principio “contaminador – pagador” del derecho ambiental.

Hay una obligación principal previa, constitucionalmente establecida, entre quien contrata el
SAO y el beneficiario de ese seguro (el Estado), que es la de producir sin dañar el ambiente.

Lorenzetti “Con referencia al impacto al medio ambiente el Estado puede prohibir la


instalación de empresas que dañen al ambiente; o puede exigir a éstas que demuestren que
no causan perjuicios, como requisito para su instalación; o puede dejar que los detrimentos se
produzcan y luego obligar a indemnizar; y en este último caso puede hacer que la empresa sea
responsable o bien difundir el costo entre toda la comunidad. Estas medidas representan
diversos grados de solución del conflicto entre la propiedad empresaria y la protección
ambiental. (…) Actualmente se trata de que esos costos, o externalidades negativas, sean
soportadas por la empresa” 1. Y agregó: “Lo que sucede ahora es que, en la legislación, existe
una adjudicación de derechos: ‘El derecho a un medio ambiente sano’ (…) De manera que lo
que se produce es una transformación desde una situación en la que la empresa produce
externalizando los costos que son pagados por la comunidad, a otra en la que la empresa
produce internalizando los costos. El efecto de la imputación legal derivada del derecho a un
ambiente sano es que la empresa, que antes lucraba, ahora debe pagar por ese costo”.

Requiere instrumentar un sistema de seguros cuyo costo dependerá de las posibilidades


económico-financieras de cada industria u operador existiendo grandes dificultades para
determinar el riesgo asegurable en la medida en que no se establezcan criterios tasados o
límites para la extensión de la responsabilidad objetiva. El SAO es prioritaria y
fundamentalmente, una herramienta de gestión ambiental destinada a remediar el daño
ambiental, no un instrumento indemnizatorio, como el seguro de responsabilidad civil clásico.

Fondo de compensación (art. 34 LGA): crease el fondo de compensación ambiental, el que


será administrado por la autoridad competente de cada jurisdicción y estará destinado a
garantizar la calidad ambiental, la prevención y mitigación de efectos nocivos o peligrosos
sobre el ambiente, la atención de emergencias ambientales; asimismo, a la protección,
preservación, conservación o compensación de los sistemas ecológicos y el ambiente. Las
autoridades podrán determinar que dicho fondo contribuya a sustentar los costos de las
acciones de restauración que puedan minimizar el daño generado. La integración,
composición, administración y destino de dicho fondo serán tratados por ley especial.

Fallo Municipalidad de Tandil c/ Transporte La Estrella s/ Daños y perjuicios CCyC Azul, sala
2da, 22/10/96, ED 171-373, JA 1997-11-24, en el cual reconoció que dañar el complejo
escultórico Las Nereidas y una fuente sitos en la Ciudad de Tandil se estaba produciendo un
daño moral colectivo y que el mismo debía ser resarcido a la comunidad. Se decidió destinar el
monto de la indemnización a las obras de ornato y salubridad del presupuesto municipal,
considerando que la Municipalidad es el representante colectivo de los intereses difusos
afectados por dañar un grupo escultórico.

Legitimación para accionar (art 30 LGA): Producido el daño ambiental colectivo, tendrán
legitimación para obtener la recomposición del ambiente dañado, el afectado, el Defensor del
Pueblo y las asociaciones no gubernamentales de defensa ambiental, conforme lo prevé el
artículo 43 de la Constitución Nacional, y el Estado nacional, provincial o municipal; asimismo,
quedará legitimado para la acción de recomposición o de indemnización pertinente, la persona
directamente damnificada por el hecho dañoso acaecido en su jurisdicción.

Deducida demanda de daño ambiental colectivo por alguno de los titulares señalados, no
podrán interponerla los restantes, lo que no obsta a su derecho a intervenir como terceros.

Sin perjuicio de lo indicado precedentemente toda persona podrá solicitar, mediante acción de
amparo, la cesación de actividades generadoras de daño ambiental colectivo.

Legitimación pasiva/ Determinación de responsabilidad (art 31): Si en la comisión del daño


ambiental colectivo, hubieren participado dos o más personas, o no fuere posible la
determinación precisa de la medida del daño aportado por cada responsable, todos serán
responsables solidariamente de la reparación frente a la sociedad, sin perjuicio, en su caso, del
derecho de repetición entre sí para lo que el juez interviniente podrá determinar el grado de
responsabilidad de cada persona responsable. En el caso de que el daño sea producido por
personas jurídicas la responsabilidad se haga extensiva a sus autoridades y profesionales, en la
medida de su participación.
Jurisdicción (art. 32): Los tribunales en los cuales deben interponerse las demandas por daño
ambiental colectivo son de acuerdo al artículo 32 de la LGA, los correspondientes a las reglas
ordinarias de la competencia. Esto implicaría en un principio que la jurisdicción civil sería la
correspondiente mientras ni existan fueros ambientales específicos. en el supuesto de
suscitarse un conflicto entre el estado y los particulares, el mismo podría plantearse ante los
tribunales contencioso administrativo. En cuanto al lugar de radicación de la demanda, y la
preeminencia de la jurisdicción local, la jurisprudencia ha sido conteste en el relevante caso
Roca, por el cual se reconoció que correspondía a la justicia local resolver un conflicto entre
una norma local y un tratado internacional.

Medidas de urgencia (art. 32 in fine): En cualquier estado del proceso, aun con carácter de
medida precautoria, podrán solicitarse medidas de urgencia, aun sin audiencia de la parte
contraria, prestando debida caución por los daños y perjuicios que pudieran producirse. El juez
podrá, asimismo, disponerlas, sin petición de parte.

Efectos de la sentencia (art. 33): La sentencia hará cosa juzgada y tendrá efecto erga omnes, a
excepción de que la acción sea rechazada, aunque sea parcialmente, por cuestiones
probatorias. Se pone de manifiesto el doble rol del juez, en sus faces reparatoria y preventiva.

El alcance de la voz cosa juzgada abarca tanto su aspecto formal como material, impidiendo
que vuelva a tratarse en el mismo proceso o en uno posterior la cuestión decidida.

Diferencia ente demanda contencioso administrativa ambiental y amparo ambiental: El


contencioso administrativo es, en general, un juicio de plena jurisdicción, ordinario y amplio en
cuanto a la investigación probatoria; el amparo exige que la violación de las disposiciones
constitucionales sea evidente, no necesitada de una intensa labor probatoria. También existen
notorias distinciones respecto de la competencia y del trámite aplicable. Mientras el
contencioso administrativo queda reservado a los tribunales del fuero (en la mayoría de los
casos el Superior Tribunal Provincial), el amparo es residen

ciable ante cualquier juez (y sólo excepcionalmente ante el Tribunal Superior).

Pretensiones en el contencioso ambiental. a) Impugnación de actos administrativos: En el


contencioso ambiental, al igual que en cualquier otro proceso de esta naturaleza, la pretensión
más frecuente se encaminará a la anulación de una decisión previa adoptada por cualquier
poder del Estado en ejercicio de la función administrativa.

1)actos denegatorios de autorizaciones exenciones y privilegios; 2) actos de autorización; 3)


actos sancionatorios; 4) actos reglamentarios;

b) Cuestionamiento de la omisión material: El examen judicial de la violación estatal a sus


obligaciones de actuar, sobre todo en cuanto respecta a la legitimación y al alcance de la
pretensión, configura un problema complejo. La inactividad no se vincula con la omisión de
resolver o silencio administrativo sino la falta de la actuación debida en la prestación de los
servicios públicos, el ejercicio del poder de policía y en materia de fomento.

c) Responsabilidad del Estado Existen circunstancias en las cuales el Estado ocasiona daños a
los particulares sacrificando sus derechos individuales para proteger el entorno. Se trata de un
claro supuesto de responsabilidad estatal regida por el Derecho Público en el cual prevalece la
cuestión medioambiental como justificativo de la preeminencia de lo comunitario por sobre lo
individual. El análisis de la potestad pública, los alcances de la indemnización, en definitiva, el
diferendo en su conjunto, serán competencia del tribunal de lo contencioso administrativo.

UNIDAD N°12 DAÑO AMBIENTAL EN EL DERECHO PRIVADO.

Tutela ambiental. Art. 41 CN: “El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de
recomponer, según lo establezca la ley”.

Art. 2 CCCN-à art. 3, 4, 8, 27 LGA y 1709 CCCN

Art. 14 CCCN: Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código se reconocen:


a) derechos individuales; b) derechos de incidencia colectiva. La ley no ampara el ejercicio
abusivo de los derechos individuales cuando pueda afectar al ambiente y a los derechos de
incidencia colectiva en general.

Art. 1737 CCCN daño resarcible: se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio o un derecho de
incidencia colectiva (Padecidos por muchas personas, grupo o comunidad que tendrán
acciones colectivas; Objeto indivisible, titulares interminables o ligados por una circunstancia
de hecho)

Art. 27 LGA: …Se define el daño ambiental como toda alteración relevante que modifique
negativamente el ambiente, sus recursos, el equilibrio de los ecosistemas, o los bienes o
valores colectivos.

Derecho Ambiental: solo importa el daño injusto acaecido sin participación de sus víctimas.

Antijuricidad (art. 1717 CCCN): Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es
antijurídica si no está justificada.

art. 29 LGA- La exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que, a pesar de


haberse adoptado todas las medidas destinadas a evitarlo y sin mediar culpa concurrente del
responsable, los daños se produjeron por culpa exclusiva de la víctima o de un tercero por
quien no debe responder. La responsabilidad civil o penal, por daño ambiental, es
independiente de la administrativa.

LICITA: Cuenta con todos los permisos (art. 10, 14,

Bienes con relación a los derechos de incidencia colectiva (art. 240 CCCN): Límites al ejercicio
de los derechos individuales sobre los bienes. El ejercicio de los derechos individuales sobre los
bienes debe ser compatible con los derechos de incidencia colectiva. Debe conformarse a las
normas del derecho administrativo nacional y local dictadas en el interés público y no debe
afectar el funcionamiento ni la sustentabilidad de los ecosistemas de la flora, la fauna, la
biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, entre otros, según los criterios
previstos en la ley especial
Responsabilidad derivada de la intervención de cosas y de ciertas actividades (Art 1757 CCCN):
Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el
riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su
naturaleza, por los medios empleados o por las circunstancias de su realización.
La responsabilidad es objetiva. No son eximentes la autorización administrativa para el uso de
la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento de las técnicas de prevención

Inmisiones (art. 1973 CCCN)

ILICITA: Responde el contaminador directo y el Estado Por omisión

FUNCION PREVENTIVA/ DEBER DE PREVENCION (art. 1710): a) evitar causar un daño no


justificado; b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables
para evitar que se produzca un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o
disminuyen la magnitud de un daño del cual un tercero sería responsable, tiene derecho a que
éste le reembolse el valor de los gastos en que incurrió, conforme a las reglas del
enriquecimiento sin causa; c) no agravar el daño, si ya se produjo.

ACCION (art. 1711): La acción preventiva procede cuando una acción u omisión antijurídica
hace previsible la producción de un daño, su continuación o agravamiento. No es exigible la
concurrencia de ningún factor de atribución.

LEGITIMACION (art. 1712): Están legitimados para reclamar quienes acreditan un interés
razonable en la prevención del daño.

Sentencia (art. 1713): La sentencia que admite la acción preventiva debe disponer, a pedido de
parte o de oficio, en forma definitiva o provisoria, obligaciones de dar, hacer o no hacer, según
corresponda; debe ponderar los criterios de menor restricción posible y de medio más idóneo
para asegurar la eficacia en la obtención de la finalidad.

FUNCION RESARCITORIA/ DEBER DE REPARAR (art.1716): La violación del deber de no dañar a


otro o el incumplimiento de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado,
conforme con las disposiciones del código.

Presupuestos de daño

1) ANTIJURIDICIDAD (art. 1717): Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es
antijurídica si no está justificada.

2) RELACION DE CAUSALIDAD (art. 1726): Son reparables las consecuencias dañosas que tienen
nexo adecuado de causalidad con el hecho productor del daño. Excepto disposición legal en
contrario, se indemnizan las consecuencias inmediatas y las mediatas previsibles.

3)DAÑO (art. 1737): Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de
incidencia colectiva. Debe ser cierto para que sea resarcible.

4) FACTOR DE ATRIBUCION (art. 1721): La atribución de un daño al responsable puede basarse


en factores objetivos o subjetivos. En ausencia de normativa, el factor de atribución es la
culpa.
Factor objetivo (art. 1722) El factor de atribución es objetivo cuando la culpa del agente es
irrelevante a los efectos de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera
demostrando la causa ajena, excepto disposición legal en contrario.

Factores subjetivos (art. 1724). Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa
consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las
circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y
la impericia en el arte o profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de
manera intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.

Prueba de los factores de atribución y de las eximentes (art. 1734). Excepto disposición legal, la
carga de la prueba de los factores de atribución y de las circunstancias eximentes corresponde
a quien los alega.

Caso fortuito (art. 1730):  Se considera caso fortuito o fuerza mayor al hecho que no ha podido
ser previsto o que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso fortuito o fuerza
mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario.

Hecho de un tercero (art. 1731). Para eximir de responsabilidad, total o parcialmente, el hecho
de un tercero por quien no se debe responder debe reunir los caracteres del caso fortuito.

Causales de justificación (art. 1718): Legítima defensa, estado de necesidad y ejercicio regular
de un derecho .Está justificado el hecho que causa un daño: a) en ejercicio regular de un
derecho; b) en legítima defensa propia o de terceros, por un medio racionalmente
proporcionado, frente a una agresión actual o inminente, ilícita y no provocada; el tercero que
no fue agresor ilegítimo y sufre daños como consecuencia de un hecho realizado en legítima
defensa tiene derecho a obtener una reparación plena;
c) para evitar un mal, actual o inminente, de otro modo inevitable, que amenaza al agente o a
un tercero, si el peligro no se origina en un hecho suyo; el hecho se halla justificado
únicamente si el mal que se evita es mayor que el que se causa. En este caso, el damnificado
tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el juez lo considere equitativo.

Asunción de riesgos (art. 1719): La exposición voluntaria por parte de la víctima a una situación
de peligro no justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad a menos que por las
circunstancias del caso, ella pueda calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe
total o parcialmente el nexo causal.
Quien voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar la persona o los bienes
de otro tiene derecho en caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la
situación de peligro o por el beneficiado por el acto de abnegación. En este último caso, la
reparación procede únicamente en la medida del enriquecimiento por él obtenido.

Consentimiento del damnificado (art. 1720) Sin perjuicio de disposiciones especiales, el


consentimiento libre e informado del damnificado, en la medida en que no constituya una
cláusula abusiva, libera de la responsabilidad por los daños derivados de la lesión de bienes
disponibles.

Prueba de la relación de causalidad (art. 1736) La carga de la prueba de la relación de


causalidad corresponde a quien la alega, excepto que la ley la impute o la presuma. La carga de
la prueba de la causa ajena, o de la imposibilidad de cumplimiento, recae sobre quien la
invoca.

NEXO CAUSAL EN MATERIA AMBIENTAL: los daños se generan a raíz de procesos complejos y
difusos, que pueden aparecer en un tiempo y espacio demorado. A diferencia de la causalidad
tradicional que podría considerarse lineal, se trata de una causalidad circular: PEQUEÑAS
CAUSAS PUEDEN GENERAR GRANDES CONSECUENCIAS EN EL AMBIENTE

 DIFICIL PREVISIVILIDAD POR FALTA DE CONOCIMIENTO O CERTEZA CIENTIFICA

 SANA CRITICA Y EL CURSO ORDINARIO DE LA COSAS NO ES LO MAS ADECUADO

 SE HACE OPORTUNO DESTACAR EL PCIO PRECAUTORIO Y DE RESPONSABILIDAD (ART.


4, 28 Y 31 LGA)

Ruptura del nexo causal. Art. 28 LGA Culpa del agente irrelevante. El que cause el daño
ambiental será objetivamente responsable de su restablecimiento al estado anterior a su
producción.

Art. 29 eximirse responsabilidad objetiva: el autor debe demostrar ruptura del nexo causal.
La exención de responsabilidad sólo se producirá acreditando que, a pesar de haberse
adoptado todas las medidas destinadas a evitarlo y sin mediar culpa concurrente del
responsable, los daños se produjeron por culpa exclusiva de la víctima o de un tercero por
quien no debe responder.

Derecho de incidencia colectiva. En el fallo Halabi la CSJN brinda una categorización de tales
derechos en relación al artículo 43 CN; contiene tres tipos de amparos:

1. El amparo clásico, creado a partir de "Siri" y "Kot", que tutela bienes jurídicos individuales,
es decir, derechos subjetivos sobre un bien individualmente disponible por su titular. Se
propone defender derechos divisibles y no homogéneos y atender a daños sustancialmente
propios e individuales (considerando 10).

2. El amparo referido a derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto la custodia de
bienes colectivos, pertenecientes a toda la comunidad, de naturaleza indivisible y que no
admite exclusión alguna. El caso del ambiente resulta ser el más paradigmático. Están
legitimados el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones, pero no se atiende aquí a
garantizar bienes o agravios individuales, sino sociales (considerando 11).

3. El amparo en defensa de derechos de incidencia colectiva referentes a intereses individuales


homogéneos. Menciona la Corte que este caso se puede dar en relación al ambiente, a la
competencia, a los usuarios y consumidores y los casos de discriminación. Se trata de derechos
individuales y enteramente divisibles donde no hay un bien colectivo. Sí existe un acto lesivo
único o continuado, una causa fáctica homogénea (u "homogeneidad fáctica y normativa"),
que lesiona a todo un grupo. Para atender estos problemas, es "razonable la realización de un
solo juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte, salvo en lo que hace a
la prueba del daño (considerando. 12).

El derecho ambiental tiene un objeto propio y específico, se presenta como disciplina de


síntesis y no de mero reagrupamiento horizontal. Nace de la confluencia de varias ramas del
derecho en torno a una problemática común: la de la conservación ambiental. No responde a
las instituciones jurídicas tradicionales, sino que las replantea, de manera que obliga a utilizar
nuevos parámetros de interpretación, como los principios ambientales.

El derecho ambiental, está compuesto por 'derechos de incidencia colectiva', referidos al bien
colectivo ambiente (macro bien) o alguno de sus componentes (micro bienes), como dijo la
Corte, en la causa 'Mendoza, Silvia Beatriz y otros', 'Halabi, Pedro', entre otros casos
emblemáticos. Estos intereses plurales, homogéneos o supraindividuales son desde el punto
de vista subjetivo difusos en la titularidad, compartidos de manera fungible, impersonal, o
indiferenciado por grupos sociales, sectores, clases, categorías, la sociedad, colectividad o la
comunidad en su conjunto y recaen en general o tienen por objeto, 'bienes colectivos' o
'bienes no distributivos' o 'bienes comunes' (ambiente y cada uno de los elementos que
forman parte del mismo), por naturaleza o esencia indivisibles (no susceptibles de división), o
valores colectivos (vinculados con el patrimonio histórico cultural, nuestras tradiciones orales,
etcétera). Se trata entonces desde el derecho, —por una situación de desorganización inicial,
por encontrarse estos intereses desparramados, o debilidad estructural fáctica de origen, por
incidir en una pluralidad de sujetos, indeterminados o de difícil determinación—, de contar
con mecanismos reforzados o diferenciados de defensa o tutela del ambiente, que 'igualen
desiguales' (el administrado, el vecino, afectado, con los centros de poder económico), por lo
que sus normas presentan características tuitivas o protectorias (un plus de protección) de los
más débiles o vulnerables en la relación.

Competencia para legislar en materia civil (art. 75 inc. 12 CN) la competencia para el dictado
de la ley civil es exclusiva del Congreso Nacional, quedándole a las provincias sólo la facultad
de aplicar la norma, lo que implica no sólo la aplicación sino la competencia para dictar los
códigos procesales.

Competencia para legislar en materia ambiental (art. 41 3°parrafo) "Corresponde a la Nación


dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias,
las necesarias para complementarlas". Esto significa que las normas nacionales de
presupuestos mínimos de protección ambiental (PMPA) obligan a las provincias, por ser el piso
dictado por el Congreso federal, inderogable y supremo; el que invalida las normas locales que,
protegiendo menos los contraríen. Cuando nos referimos a las normas locales incluimos su
Constitución, los convenios interprovinciales, las leyes y los decretos provinciales. Las normas
provinciales y municipales deben complementar, y ello implica proteger más.

-Daño ambiental de incidencia colectiva: es el que afecta a la flora y fauna, el paisaje, el aire, el
agua, el ambiente, el que sufre el ecosistema, inhibiéndolo en sus funciones naturales. Este
daño no se posa sobre ningún bien de pertenencia individual sino sobre el ambiente como
bien colectivo. toda pérdida, disminución o menoscabo significativo inferido al medio
ambiente o a uno o más de sus componentes (Lorenzetti).

-Daños individuales por contaminación: Son los llamados daños a las personas o las cosas por
rebote de las alteraciones al ambiente. A la denominada contaminación que es un cambio en
un sistema ambiental, le puede seguir un daño a las personas en su salud o en sus bienes
individuales. No se trata de un daño directo al medio ambiente, sino de un daño a las personas
o a las cosas, por una alteración del medio ambiente.
Pluralismo jurídico: consiste en la existencia simultánea de sistemas jurídicos diferentes
aplicados a situaciones idénticas en el seno de un mismo orden jurídico, y también en la
coexistencia de una pluralidad de ordenamientos jurídicos distintos que establecen, o no,
relaciones de derecho entre ellos (Lorenzetti).

Ante la colisión normativa se imponen aquellas del sistema especial ambiental. Sin embargo, si
se está ante una norma que prevea un mayor nivel de protección ambiental en el sistema
general que en el especial, por imperio del principio de optimización en la protección y pro
homine la interpretación debe darse en favor de la regla que mejor opción de protección del
derecho fundamental al ambiente otorgue.

El CcyC consagra la función bipartita de la responsabilidad civil: prevenir y reparar. De este


modo la responsabilidad comprende dos etapas del daño: actuar ex ante para impedir su
producción, continuación o agravamiento, estableciéndose un deber general de hacer (realizar
una acción positiva para evitar causarlo) o de abstención (omitir ejecutar una conducta
potencialmente lesiva). Acaecido el hecho, se presenta la clásica función resarcitoria que
cuantitativamente es la más importante. Las funciones de la responsabilidad civil son
aplicables tanto a la responsabilidad contractual como la extracontractual.

El Estado necesariamente debe pensar en actuar antes, actuar sobre las causas y no sobre los
efectos. Esto se llama actuación proactiva a diferencia de la actuación reactiva. Como
consecuencia de estas nuevas pautas, el énfasis se pondrá en la actuación desde los principios
de prevención y precaución. Esto significa que el Estado podrá limitar derechos de particulares
desde un nuevo axioma -y reflejo de esto son los artículos 14, 240 y 1710 CCyC-. Es que este
aspecto en materia ambiental impondrá que el Estado proponga medidas de actuación
preventivas, anticipadas y proactivas. Deberán abandonarse las políticas reactivas, que sólo
actúan ante el daño consumado pasando a tener preponderancia la planificación y la
evaluación de estos planes mediante procedimientos como la evaluación de impacto
ambiental o la evaluación ambiental estratégica. Pasado el evento y devenidas sus
consecuencias, no se podrá lograr lo que el derecho civil denomina reparación in natura o
restablecimiento al estado anterior al evento contaminante el que por regla biológica es
imposible por la dinámica de los ecosistemas.

No se exige para la activación de la acción por prevención ningún factor de atribución.


Respecto a este requisito en materia ambiental ha dicho Cafferata que "en todos los casos de
daños ambientales, el factor de atribución de la responsabilidad es siempre objetivo, por
cuanto "el que contamina paga"; quien crea el "riesgo" al ambiente es el que debe reparar.

El daño al ambiente deriva en definitiva de cosas que desarrollan su funcionalidad, generando


paralelamente el riesgo de degradación del medio.

Todo daño es antijurídico en esta concepción si no se encuentra debidamente justificado. Se


responde aún por daños causados a través de actividades perfectamente lícitas y autorizadas
administrativamente.

Son intereses difusos los que pertenecen idénticamente a una pluralidad de sujetos, en cuanto
integrantes de grupos, clases o categorías de personas, ligadas en virtud de la pretensión de
goce, por parte de cada una de ellas, de una misma prerrogativa, de modo tal que la
satisfacción del fragmento o porción de interés que atañe a cada individuo se extiende por
naturaleza a todos. En igual sentido la lesión a cada uno afecta, simultánea y globalmente a los
integrantes del conjunto comunitario.

Permiso administrativo: La autorización administrativa para funcionar se otorga bajo la


condición implícita de responder por daños y perjuicios que puedan causarse a terceros -en el
caso vecinos-. No puede aceptarse, que como consecuencia de una actividad o de una omisión
de las autoridades a cargo del ejercicio del poder de policía, deba tolerarse la violación del
deber de no dañar por parte del contaminante. La emisión de efluentes perjudiciales ha sido
prolongada y continua, lo que hace que los parámetros administrativos reglamentarios sean
despreciables.

Daño moral colectivo: Cuando el interés es transindividual difuso, que afecta a toda la
comunidad, ese interés es público, el titular es la comunidad y el legitimado el Estado. En estos
casos aflora el rol del Estado como demandante y, en el derecho municipal local, incumbe al
Intendente -como en la Provincia al Fiscal de Estado- ejercer la defensa de los derechos
públicos subjetivos.

Relación de causalidad en el daño ambiental: la relación de causalidad constituye un requisito


o presupuesto necesario, aunque no suficiente, de la atribución de responsabilidad; y su
relevancia adquiere mayor protagonismo en las hipótesis en las cuales el factor de atribución
es objetivo; ellas son ajenas, naturalmente al análisis de la previsibilidad en concreto que es
propio de la noción de culpabilidad, pero las rige la idea de previsibilidad en abstracto, propia
de la teoría de la relación causal

Prescripción de la acción ambiental: Tratándose de hechos ilícitos el cómputo del plazo de


prescripción ha de correr desde que se produjo. Son imprescriptibles las obligaciones
constitucionales que pesan sobre todos y cada uno de los sujetos de la comunidad y sobre el
Estado mismo de no violar, lastimar, impedir o interferir el ejercicio de los derechos
constitucionales a la preservación del medio ambiente, a la vida y a la salud. Las acciones
resarcitorias de los perjuicios provocados por la polución son prescriptibles.

Teoría de la condición peligrosa: En la perspectiva del sistema de "responsabilidad objetiva",


para liberarse el ofensor debe probar que la culpa de la víctima la ha excluido. El nexo causal, a
su vez, sólo requiere el mero contacto. Los cuidados que se observan en el proceso industrial
resultan irrelevantes si, en definitiva, el daño se produce. Toda contaminación atmosférica
puede implicar de por sí un riesgo al menos potencial, para la salud de la población, por vía de
inhalación, independientemente de que pueda haber desprendimiento de componentes
volátiles.

Apreciación de la prueba en casos de daño ambiental: cuando se tratan de valorar los daños
provocados al medio ambiente, al análisis integral de los elementos de pruebas aportados se
suma la especial trascendencia que en el tema adquiere la prueba de presunción.

Se destaca el examen pormenorizado de la legislación ambiental aplicable con el objeto de


determinar un valor límite umbral o nivel estándar para el vertido y emanaciones de
combustibles, hidrocarburos, etc. En la valoración del material probatorio se aplicará el
sistema de la sana crítica en donde los indicios cobran suma importancia más, cuando, son
ellos los que permiten extraer las pautas en una materia por sí cambiante.

Naturaleza del daño ambiental: El daño ambiental se produce y debe ser resarcido, aunque se
manifieste actuando sobre personas sensibilizadas por alguna enfermedad que poseen desde
antes o si se trata de organismos débiles o debilitados: en el caso, existe un derecho primordial
a la vida y a la salud, cuya violación abre el derecho resarcitorio. Del daño ambiental derivarán
comúnmente otros tipos de daños, pero permanecerá un "daño residual" por deterioro o
menoscabo del entorno no sólo natural sino también social.

Pretensión del proceso ambiental: Las demandas individuales que dan vida a cada proceso
portan en su seno y frente a la empresa demandada dos pretensiones: a) la del cese de la
contaminación y b) la del resarcimiento de los daños que tal contaminación provoca.

Daño ambiental temido: al referirse a las funciones del control jurisdiccional en la evitación de
los daños entienden que la procedencia del remedio preventivo deviene incuestionable cuando
se trata de contrarrestar los efectos lesivos que han comenzado a originar una determinada
actividad con el fin de paralizar el daño, deteniendo su desarrollo.

Tiene por objeto el daño todavía no provocado pero que podría ser posteriormente causado si
la actividad prosiguiera, o actúa después que el daño ha empezado a ocasionarse para
combatirlo obstaculizando su producción, atacándolo en su causa en su raíz

"En teoría general, la prevención del daño plantea un problema de tutela preventiva tendiente
a impedir la realización posible de los daños, ya que cualquiera sea la fuente, deben ser
evitados". Cuando se trata de protección de intereses difusos, la tutela inhibitoria adquiere una
especial significación". Morello-Stiglitz. Se trata de normas de carácter preventivo. También se
ha recurrido, con ostensible función disuasiva a la imposición de montos indemnizatorios
elevados

Competencia local en materia ambiental: corresponde reconocer en las autoridades locales la


facultad de aplicar los criterios de protección ambiental que se consideren conducentes para el
bienestar de la Comunidad para la que gobiernan.

Es procedente el beneficio de litigar sin gastos para causas ambientales, debido al alto costo de
este tipo de juicios.

Legitimación del Defensor del Pueblo para obrar: Cuando no se afectan intereses comunitarios
o generales, sino un derecho subjetivo, de modo que el damnificado se encuentra en
condiciones de reclamar judicialmente el resarcimiento del perjuicio sufrido, el Defensor del
Pueblo no puede invocar la legitimación del art. 43 de la Constitución Nacional para interponer
acciones que su titular dejó de utilizar, ello, aunque se trate de un daño masivo.

UNIDAD N° 13. DERECHO PENAL AMBIENTAL.

El ordenamiento jurídico aparece como insuficiente a la hora de regular las múltiples


actividades o acciones con consecuencias ambientalmente perniciosas. En las legislaciones
proliferan las normas de carácter administrativo, es decir, que gran parte de ellas se refieren a
las obligaciones del Estado respecto del ambiente y a las acciones que se deben adoptar para
su protección, restauración y preservación y eventualmente, a las sanciones aplicables ante las
correspondientes infracciones. El derecho penal aparece como una herramienta útil a los fines
de completar la tarea de regulación de conductas.
El Código Penal, en el Libro Segundo, Título VII, recepta los "Delitos contra la Seguridad
Pública", y dentro del Capítulo IV, los "Delitos contra la Salud Pública" (arts. 200 a 208) tipifican
los delitos de envenenamiento o adulteración de aguas potables o alimentos o medicinas, los
que, si bien tienen una evidente conexión con la cuestión ambiental, responden a la necesidad
de proteger el bien jurídico “salud pública” pero no concretamente el "medio ambiente".

La ley 24.051 de Residuos Peligrosos contiene en su Capítulo 9 un régimen penal


correspondiente a la materia que regula, estableciendo en el art. 55 que "Será reprimido con
las mismas penas establecidas en el art. 200 del Código Penal, el que, utilizando los residuos a
que se refiere la presente ley, envenenare, adulterare o contaminare de un modo peligroso
para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general. Si el hecho fuere
seguido de la muerte de alguna persona, la pena será de diez a veinticinco años de reclusión o
prisión". de aquí surgen diferentes posturas, una de ellas radica en que art. 55 y ss. no se
restringe a la protección de la salud de la población, sino que tiene un alcance mayor, una
conceptualización más amplia comprensiva de la salud de todos los componentes vivos que
interactúan en el ecosistema (Creus). La otra postura sostiene que la referencia a la
peligrosidad para la salud lleva a considerar que, por muy ofensiva que sea para el medio
ambiente la conducta desplegada por el sujeto activo, si con ella no se pone en peligro "la
salud" no resultaría típica, de lo que se concluye que el bien jurídico tutelado sigue siendo la
"salud pública”.

El bien jurídico constituye una categoría fundamental del derecho penal, pues es su razón de
ser, el motivo que justifica la punición de conductas. El bien jurídico tutelado "medio
ambiente" se enmarca en una noción amplia y antropocéntrica, constituyéndose por el
patrimonio natural (aire, agua y suelo) y cultural, los recursos naturales y la diversidad
biológica.

Los problemas debidos a las conductas lesivas del ambiente, deberán de resolverse a través de
la razón y el acceso a la información, educando, sin depender de las sanciones que puedan
implementarse a través del derecho penal. No obstante, es necesario señalar que la dificultad
de penalizar las conductas que atentan contra el ambiente radica, entre otros factores, en el
hecho de que la mayoría no son bienes jurídicos de apropiación individual y, sin embargo, son
susceptibles de ser aprovechados por la colectividad, razón por la cual es fundamental su
protección jurídica, incluso, por la vía del derecho penal. (Márquez Buitrago).

Problemática/ delitos de peligro abstracto: el tipo de peligro abstracto es aquel en que la


norma castiga una conducta por considerarla peligrosa en sí misma sin necesidad de que se
produzca un resultado, es decir que la propia ley presume dicho peligro sin necesidad de ser
probado. De este modo se pretende evitar la efectiva producción de la consecuencia dañosa,
penalizando en forma anticipada.

las dificultades que plantean los bienes jurídicos colectivos en relación con su conflictividad
con otros intereses, es que en tales hechos delictivos el bien jurídico protegido sólo reconoce a
menudo de una forma difusa, porque los tipos delictivos, en lugar de describir formas
concretas de lesión del bien jurídico, tienden a describir situaciones de peligro abstracto que
se sitúan en una fase previa a la producción del daño.

En relación con la descripción típica usual en esta clase de hechos delictivos y la técnica
legislativa utilizada, debe advertirse que proliferan la tipificación de delitos de peligro
abstracto y la utilización de leyes penales en blanco (precepto incompleto, rellenado por otra
disposición legal o por decretos o reglamentos a los cuales queda remitida la ley penal; la
conducta delictiva solamente está determinada de una manera genérica).

No se trata de legislar penalmente por sobre encima de los límites constitucionales, sino de
extremar los cuidados al momento de legislar y estructurar los tipos penales. Aquí se advierte
con claridad que deviene indispensable establecer al "Medio Ambiente" como bien jurídico,
dentro del catálogo de delitos del Código Penal, a fin de no perder el norte a la hora de tipificar
aquellas conductas que lo afecten.

La tipificación penal que naturalmente es restrictiva, contempla la protección del ambiente


desde figuras acotadas, priorizando mayormente el bien jurídico salud pública, estando,
además, las normas dispersas por la misma falta de sistematización del régimen penal vigente,
tipificándose algunas figuras contra la fauna silvestre (ley 22.421) o por actos de
contaminación con residuos peligrosos del que deriven consecuencias graves contra las
personas y las especies (ley 24.051). Hay una protección ambiental indirecta.

Como ideario social la ampliación penal no es el objetivo, por el contrario, tenemos la


convicción de que la necesidad de expansión y tipificación ambiental es el reflejo del fracaso
administrativo en la gestión y el control de la protección del ambiente y la falta de conciencia y
solidaridad en el desarrollo, consumo y uso de los recursos por parte del sector privado y civil.

Argentina tiene sustento constitucional para delimitar perfectamente la protección ambiental,


experiencia acumulada en normas de presupuestos mínimos y tipos penales desperdigados en
leyes especiales, figuras que indirectamente tutelan en capítulos del Código Penal que tutelan
otros bienes jurídicos.

la ecología se refiere al estudio de todos los elementos que componen el planeta v de la


relación entre ellos (Ernest Haekel) se trata de una ciencia o un área del conocimiento dentro
de las ciencias naturales y no de un bien jurídico protegido en el sentido clásico, aunque desde
antaño se define a las lesiones al ambiente como delitos ecológicos.

La interdependencia entre el concepto de derecho ambiental y el bien jurídico protegido El


derecho penal solo protege subsidiaria y fragmentariamente los bienes jurídicos, lo que
implica la remisión a la definición de derecho ambiental, dado que solo lo jurídicamente
protegido es objeto de la tutela penal. Se excluyen conductas moralmente reprobables por la
religión o cultura. Y quedan fuera de la tutela penal los ilícitos ambientales no tipificados por
decisión de política criminal, sancionables administrativa o contravencionalmente.

Los delitos contra el ambiente tienen que tipificar conductas que afectan globalmente el
ambiente o que lesionan recursos naturales específicos cuyas consecuencias directa o
indirectamente producen alteraciones nocivas en los ecosistemas, excluyendo toda otra
conducta que puede quedar incriminada en otros tipos o no ser objeto de reproche penal.

Está en juego el orden público ambiental (art. 240 CCyC) y el patrimonio ambiental del
ciudadano común, que empieza a percibirse como individualmente afectado por el daño
ecológico, reclamando una protección penal, que además cumpla los principios de mínima
intervención y de necesidad y la función garantizadora de la ley penal. Esto requiere una
política criminal coherente que fije las conductas merecedoras de reproche penal,
estableciendo penas alternas a la privación de libertad, inhabilitación y multa, con su
correspondiente incidencia en la forma y finalidad del proceso penal en los casos de delitos
ambientales.
Existen posturas que consideran que la víctima es siempre la colectividad porque entienden
que siempre se trata de afectación de intereses difusos, quedando fuera de consideración
como sujetos pasivos los seres humanos individuales que conforman grupos de intereses
homogéneos y las futuras generaciones. Por otra parte, las figuras penales sin víctimas donde
la conducta punible se da por la afectación de un interés difuso en sí implican un peligroso
alejamiento de la dogmática penal, al faltar uno de los elementos esenciales de la figura penal,
salvo que se establezca dentro del concepto de víctima a las futuras generaciones, como
legitima la CN.

Daños acumulativos: El equilibrio ecológico se puede alterar en forma nociva mediante


impactos acumulativos provenientes de una sola o varias causas, que dificultan establecer cuál
de todas estas variables es la que inició el daño y a cuál se debe atribuir mayoritariamente el
daño que incidió en forma determinante en el resultado lesivo, lo concretó o potenció; o
impidió un daño evitable o su remediación o retrasó su recomposición. Las dificultades son
probatorias más que dogmáticas, aunque debe preverse que haya una retroalimentación entre
ambos aspectos.

Delitos contra la salud pública. Envenenar o adulterar aguas potables o alimentos o


medicinas (art 200) Será reprimido con reclusión o prisión de 3 a 10 años y multa de $ 10.000
a $ 200.000, el que envenenare, adulterare o falsificare de un modo peligroso para la salud,
aguas potables o sustancias alimenticias o medicinales destinadas al uso público o al consumo
de una colectividad de personas. Delito doloso de peligro concreto.

Art 201 bis. - Si como consecuencia del envenenamiento, adulteración o falsificación de aguas
potables o sustancias alimenticias o medicinales, resultare la muerte de alguna persona, la
pena será de 10 a 25 años de reclusión o prisión (la pena es mayor que la mínima por
homicidio); si resultaren lesiones gravísimas, la pena será de 3 a 15 años de reclusión o prisión;
si resultaren lesiones graves, la pena será de 3 a 10 años de reclusión o prisión. En todos los
casos se aplicará además multa de $ 10.000 a $ 200.000.

Art 202. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el que propagare una
enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas. Delito doloso.

Art 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los artículos anteriores fuere cometido por
imprudencia, negligencia, impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los deberes a
su cargo, se impondrá multa de $ 5.000 a $ 100.000; si tuviere como resultado enfermedad o
muerte se aplicará prisión de 6 meses a 5 años. Formula del delito imprudente.

Ley de Residuos Peligrosos. Ley 24.051 (1992) El art. 1, dispone que "la generación,
manipulación, transporte, tratamiento y disposición final de residuos peligrosos quedarán
sujetos a las disposiciones de la presente ley, cuando se tratare de residuos generados o
ubicados en lugares sometidos a jurisdicción nacional o, aunque ubicados en territorio de una
provincia estuvieren destinados al transporte fuera de ella, o cuando, a criterio de la autoridad
de aplicación, dichos residuos pudieren afectar a las personas o el ambiente más allá de la
frontera de la provincia en que se hubiesen generado, o cuando las medidas higiénicas o de
seguridad que a su respecto fuere conveniente disponer, tuvieren una repercusión económica
sensible tal, que tornare aconsejable uniformarlas en todo el territorio de la Nación, a fin de
garantizar la efectiva competencia de las empresas que debieran soportar la carga de dichas
medida.

1° supuesto: refiere a los residuos que fueran generados o se encuentren ubicados en lugares
sometidos a jurisdicción nacional.

Art. 75 inc. 30 CN Corresponde al Congreso... ejercer una legislación exclusiva en el territorio


de la capital de la Nación y dictar la legislación necesaria para el cumplimiento de los fines
específicos de los establecimientos de utilidad nacional en el territorio de la República. Las
autoridades provinciales y municipales conservarán los poderes de policía e imposición sobre
estos establecimientos, en tanto no interfieran en el cumplimiento de aquellos fines.

Casos de establecimientos de utilidad nacional, por guardar relación con ámbitos de posible
generación de residuos peligrosos: los puertos nacionales, los aeropuertos internacionales, los
aeródromos nacionales, las usinas eléctricas, las plantas depuradoras de agua, los
aprovechamientos hidroeléctricos, los yacimientos hidrocarburíferos, los parques nacionales,
entre otros.

2° supuesto: refiere a aquellos residuos peligrosos que "ubicados en territorio de una provincia
estuvieren destinados al transporte fuera de ella...". Este supuesto es el comúnmente
denominado interjurisdiccional.

3° supuesto: cuando, a criterio de la autoridad de aplicación, dichos residuos pudieren afectar


a las personas o el ambiente más allá de la frontera de la provincia en que se hubiesen
generado". Ello resulta en casos en que los residuos peligrosos generados en una provincia
trascienden sus límites y afectan el territorio de otra. Normalmente, este supuesto
corresponde al transporte de residuos peligrosos por cursos de agua o por la acción del viento.
En este caso, la competencia tiene su origen en el mandato constitucional, por tratarse de un
supuesto de afectación entre dos o más provincias, habilitado aquí por el art. 33, CN, mediante
el cual el constituyente estableció los derechos implícitos, y por la cláusula de comercio y la
cláusula de progreso, respectivamente, por la incidencia económica de la afectación y por la
protección del ambiente, la salud y el desarrollo humano.

4° supuesto: cuando las medidas higiénicas o de seguridad que a su respecto fuere


conveniente disponer, tuvieren una repercusión económica sensible tal, que tornare
aconsejable uniformarlas en todo el territorio de la Nación, a fin de garantizar la efectiva
competencia de las empresas que debieran soportar la carga de dichas medidas. Es una
herramienta del Estado federal para poder intervenir ante la eventualidad de distorsiones
económicas, producto de la falta de regulación sobre los residuos por parte de alguna
provincia

(art 2°) Será considerado peligroso, a los efectos de esta ley, todo residuo que pueda causar
daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el
ambiente en general. En particular serán considerados peligrosos los residuos indicados en el
Anexo I o que posean alguna de las características enumeradas en el Anexo II de esta ley. Las
disposiciones de la presente serán también de aplicación a aquellos residuos peligrosos que
pudieren constituirse en insumos para otros procesos industriales.
"Quedan excluidos de los alcances de esta ley los residuos domiciliarios, los radiactivos y los
derivados de las operaciones normales de los buques, los que se regirán por leyes especiales y
convenios internacionales vigentes en la materia".

El concepto de residuo "...todo material que resulte objeto de desecho o abandono..."

Puede que una sustancia o elemento que en condiciones normales no sea residuo, puede —de
acuerdo a las circunstancias— variar su naturaleza y ser considerado tal. De ahí la necesidad de
analizar y evaluar la situación fáctica de cada caso concreto, pues la conducta que afecte las
objetividades material y jurídica mediante el empleo de una sustancia o elemento peligroso
que no sea residuo será atípica. Cámara Federal de Apelaciones de La Plata en autos "B/T
Estrella Pampeana. Bandera Liberiana y B/M Sea Paraná - Bandera Alemana s/ Colisión y
Posterior Derrame de Hidrocarburos Km 93" (del 15/8/2002)

En el anexo I, ley 24051, se enumeran las denominadas categorías sometidas a control.

El anexo II establece una lista de características peligrosas conforme la clasificación de las


Naciones Unidas. De este modo, la norma especifica las características de peligrosidad que
pueden tener los residuos.

la autoridad (administrativa) de aplicación se encuentra legalmente facultada para formular


modificaciones a las categorías sometidas a control y al listado de características peligrosas
(contenidos en los Anexos I y II). , la autoridad de aplicación tendrá la función de establecer los
niveles guía o estándares de calidad ambiental por debajo de los cuales los riesgos para la
salud y el ambiente serían mínimos, de modo que hasta dichos límites existirían permisos de
vertidos o emisiones de residuos peligrosos.

El problema surge cuando se verifica una conducta que tiene la virtualidad de afectar el bien
jurídico, pero dicha acción se encuentra dentro de los límites de tolerancia previstos en la
norma administrativa. Ello ha planteado la cuestión de las relaciones que deben existir entre
las normas de carácter administrativo y las de tipo Documento © Thomson Reuters
Información Legal 7 penal, pues las reglamentaciones administrativas parecerían otorgar
"permisos para contaminar" hasta cierto punto. La autoridad administrativa carece de
facultades para eximir de responsabilidad penal a aquellas conductas que encuadran en los
extremos típicos.

El legislador ha instaurado un régimen en el cual la peligrosidad de un determinado residuo no


responde exclusivamente a sus características físico químicas intrínsecas sino a su origen, esto
es, al punto de generación del residuo. En la mayor parte de la normativa de la ley 24051 es de
carácter administrativo. Como tal, el derecho administrativo es eminentemente de carácter
local y, por ello, la aplicación de normativa administrativa federal a jurisdicciones locales se
aplica por vía de excepción en razón del carácter federal de la ley al verificarse alguno de los
supuestos previstos en el art. 1 de la norma.

los artículos y los capítulos citados de la ley 24051 constituyen ley de fondo que las provincias
deben respetar como ley nacional —de la misma manera que lo hacen con el Código Civil o el
Código Penal—, hayan adherido o no a la ley 24051.

Responsabilidad: Se presume, salvo prueba en contrario, que todo residuo peligroso es cosa
riesgosa (art. 45). En el ámbito de la responsabilidad extracontractual, no es oponible a
terceros la transmisión o abandono voluntario del dominio de los residuos peligrosos (art. 46).
El dueño o guardián de un residuo peligroso no se exime de responsabilidad por demostrar la
culpa de un tercero de quien no debe responder, cuya acción pudo ser evitada con el empleo
del debido cuidado y atendiendo a las circunstancias del caso (art. 47). La responsabilidad del
generador por los daños ocasionados por los residuos peligrosos no desaparece por la
transformación, especificación, desarrollo, evolución o tratamiento de éstos, a excepción de
aquellos daños causados por la mayor peligrosidad que un determinado residuo adquiere
como consecuencia de un tratamiento defectuoso realizado en la planta de tratamiento o
disposición final (art. 48).

la ley 24051 es mixta, de adhesión y orden público, integrada por normas de derecho común
(responsabilidad civil y penal) y por normas federales en los casos previstos en el art. 1 y
también en el art. 58 que fija la competencia de la justicia federal para entender en materia
criminal, que también funciona como ley local (normativa administrativa) en la jurisdicción
nacional y en las jurisdicciones locales que hubieran adherido a ésta.

Residuos patológicos (arts. 19 a 21): Este tipo de residuo, por las características del lugar de
generación y su entorno, así como por sus características intrínsecas de peligrosidad —
infecciosidad—, requieren un modo particular en su almacenamiento, manipulación,
transporte, tratamiento y disposición final.

Art 55. Será reprimido con las mismas penas establecidas en el art 200 del Código Penal, el
que, utilizando los residuos a que se refiere la presente ley, envenenare, adulterare o
CONTAMINARE de un modo peligroso para la salud, el suelo, el agua, la atmósfera o el
ambiente en general. Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la pena será
de 10 a 25 años de reclusión o prisión.

Contaminar: Introducir por un medio determinado cualquier elemento o factor que altere
negativamente el ambiente las propiedades básicas del mismo, superando provisoria o
definitivamente, parcial o totalmente, la capacidad defensiva y regenerativa del sistema para
digerir o reciclar elementos extraños, por no estar neutralizados por mecanismos
compensatorios naturales o artificiales.

Art 56 Cuando alguno de los hechos previstos en el artículo anterior fuere cometido por
imprudencia o negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por inobservancia de
los reglamentos u ordenanzas, se impondrá prisión de 1 mes a 2 años. Si resultare enfermedad
o muerte de alguna persona, la pena será de 6 meses a 3 años. Tipo imprudente con agravante
por enfermedad o muerte.

Art 57 Cuando alguno de los hechos previstos en los dos artículos anteriores se hubiera
producido por decisión de una persona jurídica, la pena se aplicará a los directores, gerentes,
síndicos, miembros del consejo de vigilancia, administradores, mandatarios o, representantes
de la misma que hubiesen intervenido en el hecho punible, sin perjuicio de las demás
responsabilidades penales que pudiesen existir.

Art 58 Será competente para conocer de las acciones penales que deriven de la presente ley la
Justicia Federal.

Con loable razonabilidad, atendiendo a la íntima vinculación existente entre el medio


ambiente y la salud (en tanto uno es presupuesto del otro), se elaboró un tipo penal en el que
el objeto de la conducta típica recae sobre los elementos constitutivos del ambiente y, por
ende, lo abarcaría de un modo indirecto.

La figura delictiva en estudio constituye un delito de peligro, pues no se requiere la efectiva


producción de una lesión al bien jurídico (salud pública). El delito de peligro abstracto es aquel
en que la conducta es considerada en sí misma un riesgo para el bien jurídico, en tanto que el
delito de peligro concreto exige que la consecuencia de la conducta importe un riesgo para el
bien jurídico de que se trate (una real puesta en peligro). La conducta no será típica si no se ve
afectada la objetividad jurídica.

No debe perderse de vista que al momento de investigar la presunta comisión del delito
previsto por el art. 55 de la ley 24.051 será necesario probar tanto la afectación del suelo, el
agua, la atmósfera o el ambiente en general, como el peligro para la salud pública.

Conservación de la Fauna. Ley 22.421. considerada de carácter mixto, debido a que una parte
de ley invita a la adhesión de las provincias y por otra parte tiene artículos de cumplimiento
efectivo en el todo el territorio, como son los artículos que regulan el régimen penal.

El bien jurídico protegido lo constituye la fauna silvestre, definiendo la ley en su art. 3º que "...
se entiende por fauna silvestre: 1) Los animales que viven libres e independientes del hombre,
en ambientes naturales o artificiales, 2) Los bravíos o salvajes que viven bajo control del
hombre, en cautividad o semicautividad, 3) Los originalmente domésticos que, por cualquier
circunstancia, vuelven a la vida salvaje convirtiéndose en cimarrones. Quedan excluidos del
régimen de la presente Ley los animales comprendidos en las leyes sobre pesca.

Clasificación de las especies: a) Especies en peligro de extinción: aquellas especies que están
en peligro inmediato de extinción y cuya supervivencia será improbable si los factores
causantes de su regresión continuar actuando, b) Especies amenazas: aquellas especies que
por exceso de caza, por destrucción de su hábitat o por otros factores, son susceptibles de
pasar a la situación de especies en peligro de extinción, c) Especies vulnerables: aquellas
especies que debido a su número poblacional, distribución geográfica u otros factores, aunque
no estén actualmente en peligro, ni amenazadas, podrían correr el riesgo de entrar en dichas
categorías, d) Especies no amenazadas: aquellas especies que no se sitúan en ninguna de las
categorías anteriores y cuyo riesgo de extinción o amenaza se considera bajo, y e) Especies
insuficientemente conocidas: aquellas especies que debido a la falta de información sobre el
grado de amenaza o riesgo, o sobre sus características biológicas, no pueden ser asignadas a
ninguna de las categorías anteriores.

Art 24. — Será reprimido con prisión de 1 mes a 1 año y con inhabilitación especial de hasta 3
años, el que cazare animales de la fauna silvestre en campo ajeno sin la autorización
establecida en el Artículo 16, inciso a).

Art 25. — Será reprimido con prisión de 2 meses a 2 años y con inhabilitación especial de hasta
5 años, el que cazare animales de la fauna silvestre cuya captura o comercialización estén
prohibidas o vedadas por la autoridad jurisdiccional de aplicación.

La pena será de 4 meses a 3 años de prisión con inhabilitación especial de hasta 10 años
cuando el hecho se cometiere de modo organizado o con el concurso de 3 o más personas o
con armas, artes o medios prohibidos por la autoridad jurisdiccional de aplicación.
Art 26. — Será reprimido con prisión de 2 meses a 2 años y con inhabilitación especial de hasta
5 años el que cazare animales de la fauna silvestre utilizando armas, artes o medios prohibidos
por la autoridad jurisdiccional de aplicación.

Art 27. — Las penas previstas en los artículos anteriores se aplicarán también al que a
sabiendas transportare, almacenare, comprare, vendiere, industrializare o de cualquier modo
pusiere en el comercio piezas, productos o subproductos provenientes de la caza furtiva o de
la depredación.

Competencia. en materia de delitos, no ha establecido la jurisdicción federal, estableciendo


que las cuestiones de competencia deben ser resueltas atendiendo al lugar de su comisión. La
problemática de la competencia se presenta principalmente cuando las especies que fueron
halladas no son oriundas de la provincia o ante supuestos de especies migratorias y que
comparten varias provincias.

ley 25.612 de Gestión Integral de Residuos Industriales y Actividades de Servicios. Derogada.

Daños (art. 183 C. Penal): Será reprimido con prisión de 15 días a un año, el que destruyere,
inutilizare, hiciere desaparecer o de cualquier modo dañare una cosa mueble o inmueble o un
animal, total o parcialmente ajeno, siempre que el hecho no constituya otro delito más
severamente penado.

Art 184. - La pena será de 3 meses a 4 años de prisión, si mediare cualquiera de las
circunstancias siguientes: 2. Producir infección o contagio en aves u otros animales
domésticos; 3. Emplear substancias venenosas o corrosivas; 5. Ejecutarlo en archivos,
registros, bibliotecas, museos o en puentes, caminos, paseos u otros bienes de uso público; o
en tumbas, signos conmemorativos, monumentos, estatuas, cuadros u otros objetos de arte
colocados en edificios o lugares públicos; o en datos, documentos, programas o sistemas
informáticos públicos;

Ley 25743. Protección del patrimonio arqueológico y paleontológico (2003)

Es objeto de la presente ley la preservación, protección y tutela del Patrimonio Arqueológico y


Paleontológico como parte integrante del Patrimonio Cultural de la Nación y el
aprovechamiento científico y cultural del mismo (art. 1)

Forman parte del Patrimonio Arqueológico las cosas muebles e inmuebles o vestigios de
cualquier naturaleza que se encuentren en la superficie, subsuelo o sumergidos en aguas
jurisdiccionales, que puedan proporcionar información sobre los grupos socioculturales que
habitaron el país desde épocas precolombinas hasta épocas históricas recientes (abarcan a los
últimos 100 años contados a partir de la fecha de sucedidos los hechos o actos de que se
trate).

Forman parte del Patrimonio Paleontológico los organismos o parte de organismos o indicios
de la actividad vital de organismos que vivieron en el pasado geológico y toda concentración
natural de fósiles en un cuerpo de roca o sedimentos expuestos en la superficie o situados en
el subsuelo o bajo las aguas jurisdiccionales (art. 2). La presente ley será de aplicación en todo
el territorio de la Nación (art. 3).
Serán facultades exclusivas del Estado nacional:

a) Ejercer la tutela del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico. En orden a ello deberá


adoptar las medidas tendientes a su preservación, investigación y a fomentar la divulgación.

b) Ejercer la defensa y custodia del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico en el ámbito


internacional, mediante la prevención y sanción de importaciones o exportaciones ilegales. En
orden a ello deberá instrumentar las acciones para gestionar la devolución de los bienes
arqueológicos y/o paleontológicos al correspondiente país de origen (art. 4).

Los bienes arqueológicos y paleontológicos son del dominio público del Estado nacional,
provincial o municipal, según el ámbito territorial en que se encuentren, conforme a lo
establecido por el artículo 121 y concordantes de la CN (art. 9). Los materiales arqueológicos y
paleontológicos procedentes de excavaciones realizadas mediante concesiones o resultantes
de decomisos pasarán a poder del Estado nacional, provincial o municipal, según
correspondiere, quedando los organismos de aplicación facultados a darle el destino que
consideren más adecuado y a fijar los espacios que reúnan los requisitos de organización y
seguridad indispensables para su preservación (art. 10).

Para realizar cualquier tipo de prospecciones e investigaciones en yacimientos arqueológicos o


paleontológicos del territorio nacional es necesario obtener previamente una concesión de la
autoridad competente correspondiente al ámbito jurisdiccional en que se encuentren los
yacimientos donde se efectuarán los estudios (art. 23)

Las autoridades de aplicación son el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento


Latinoamericano, en el caso de la arqueología y el Museo Nacional de Ciencias Naturales
"Bernardino Rivadavia" en el caso de la paleontología.

De los delitos y sus penas

Art 46. — Será reprimido de 1 mes a 1 año de prisión o de reclusión y con inhabilitación
especial de hasta 3 años, el que realizare por sí u ordenare realizar a terceros tareas de
prospección, remoción o excavación en yacimientos arqueológicos y paleontológicos. Se
entiende que es la realización de esas acciones sin la debida concesión que debe otorgar la
autoridad de aplicación correspondiente, nacional o provincial, en su caso, para tal fin. Ni
siquiera de los investigadores autorizados que sólo pueden ejercer una tenencia temporal
sobre ellos (art. 30).

Art 47. — Si durante la comisión del hecho descripto en la norma precedente, se produjere un
deterioro en los objetos ocasionándose una pérdida irreparable para el patrimonio cultural del
Estado, se estará incurso en el delito de daño prescripto en los artículos 183 y 184 del Código
Penal.

Art 48. — Será reprimido con prisión de 2 meses a 2 años y con inhabilitación especial de hasta
5 años, el que transportare, almacenare, comprare, vendiere, industrializare o de cualquier
modo pusiere en el comercio piezas, productos o subproductos provenientes de yacimientos
arqueológicos y paleontológicos nacionales e internacionales.

Art 49. — La tentativa de exportación e importación del territorio nacional de piezas,


productos o subproductos arqueológicos o paleontológicos y colecciones arqueológicas o
paleontológicas, será pasible de las penas previstas para el delito de contrabando establecidas
en los artículos 863 y concordantes del Código Aduanero. Este tipo de bienes sólo puede ser
exportado con el certificado de exportación expedido por el Instituto Nacional de Antropología
y Pensamiento Latinoamericano en el caso de los bienes arqueológicos o del Museo Nacional
de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia en el caso de los paleontológicos pues son las
autoridades nacionales de aplicación en cada caso.

Infracciones y sanciones: el Poder de Policía corresponde a las provincias en sus respectivas


jurisdicciones y la nación nunca podría haber legislado sobre él. Este poder corresponde, en
forma general y comprensiva, a las provincias (y por delegación de ellas a los municipios) por
ser una atribución implícita del gobierno local por ello resulta inaplicable esta sección de la ley.
Cada jurisdicción, o sea cada provincia y CABA, deberán dictar sus respectivas legislaciones
complementarias con el régimen sancionatorio administrativo, creando las infracciones que
fueran menester, e imponiéndoles en el marco limitado, por supuesto de la actuación, al
derecho administrativo local, las sanciones pertinentes.

La competencia judicial: Entendemos que la competencia para juzgar estos delitos es federal.
La tutela es la tutela jurídica, porque la propiedad de los bienes, que son de dominio público,
es de la Nación, las provincias o los municipios según el lugar donde se encuentren como dice
o prevé el artículo 9 de la ley 25.743. La aplicación de estas leyes especiales corresponde
exclusivamente a la justicia federal.

UNIDAD N° 14 Derecho procesal ambiental.

No existe una ley procesal ambiental unificada, por ello es de aplicación:

arts. 41 y 43 CN;

Arts. 20 acción de amparo; art. 28 de la constitución de Bs As Los habitantes de la Provincia


tienen el derecho a gozar de un ambiente sano y el deber de conservarlo y protegerlo en su
provecho y en el de las generaciones futuras.

Ley 25675; Art. 4 PRINICIPIOS; Art. 30 Amparo popular; Competencia art. 7 y 32; Legitimación
art 30; Medidas urgentes.

CCCN; acción preventiva/ acción de reparación.

CPCC; Tutela inhibitoria; Medidas cautelares; Acción Daño temido.

Ley de amparo 13928; art.3: competencia, art. Y 7 art. 21 Registro Público de Amparos de
Incidencia Colectiva

ley 11723;

El amparo en defensa de la garantía del derecho constitucional a la calidad de vida. El art. 41


CN, al reconocer que todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado y
apto para el desarrollo humano, ha reconocido a este derecho igual jerarquía constitucional a
la que gozan los demás derechos individuales que ella consagra, pues en la metodología de la
reforma del art. 41 es parte del nuevo cap. 2º que se refiere a "Nuevos derechos y garantías" y
forman con el cap. 1º que enuncia "Declaraciones, derechos y garantías", la primera parte de
la Constitución reformada. La Corte Sup. en los casos "Siri" - "Kot" (Fallos 239-459 JA 1958-II-
478 y Fallos 241-291 JA 1958-IV-227) ha sostenido que "las garantías individuales existen y
protegen a los individuos por el solo hecho de estar consagradas en la Constitución e
independientemente de las leyes reglamentarias". El art. 43 de la reforma de 1994 concede
esta acción de amparo a "toda persona", en los casos y condiciones que enuncia, aludiendo sin
duda a toda persona que se halle afectada en un interés legítimo o derecho subjetivo, con el
alcance que tradicionalmente ha tenido esta acción como recurso reconocido pretorianamente
por la Corte Suprema en los casos que hemos citado.

El amparo como defensa de los intereses difusos. La acción de amparo ha sido ampliada en la
reforma constitucional, extendiéndola a la defensa de los intereses difusos que menciona en el
párr. 2º del art. 43, es decir "contra cualquier forma de discriminación, y en lo relativo a los
derechos que protegen el ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a
los derechos de incidencia colectiva en genera “. La norma constitucional no categoriza el
interés difuso como interés legítimo, que por su esencia tiene carácter individual, sino que
legitima excepcionalmente para interponer esta acción al afectado, al defensor del pueblo y a
las asociaciones que propendan a esos fines en las condiciones que establece aquella norma.
La decisión judicial ordenará la inmediata cesación de las acciones u omisiones de todo acto de
autoridades públicas o de particulares que en forma actual o inminente lesione o amenace
dañar aquellos bienes comunes, y en particular impondrá prioritariamente la obligación de
recomponer.

Las vías sumarias de carácter ordinario. Si se trata del daño particular que comporta la
violación del derecho subjetivo a la calidad de vida y a la vida misma, así como a la integridad
de la persona o del patrimonio, la cuestión se introduce en el ámbito de la responsabilidad
civil, y allí puede el damnificado hallar las vías procesales ordinarias, pero de carácter sumario,
tanto para prevenir el daño como para obtener el debido resarcimiento de quien resulte
responsable.

La prevención del daño ambiental. La acción de amparo puede ser la vía rápida y expedita que
habilita el art. 43 de la CN, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo en punto a
rapidez o simplicidad. También puede ser una vía, aunque menos rápida que el amparo, pero
con más acopio de prueba directamente producida a través de una sumaria información, la
llamada denuncia de daño temido, que regula el art. 623 del CPCC (Quien tema que de un
edificio o de otra cosa derive un daño grave e inminente a sus bienes, puede solicitar al juez las
medidas de seguridad adecuadas, si no mediare anterior intervención de autoridad
administrativa por el mismo motivo).

La reparación o resarcimiento del daño ambiental Cuando la acción es ejercida por un


particular que ha sufrido un perjuicio en su persona o sus propios bienes como efecto de la
contaminación ambiental, sea del aire, del agua o del suelo, es aplicable el factor objetivo del
riesgo creado (art. 1113, 2ª parte del CC.), para responsabilizar al dueño o guardián de la cosa
cuyo vicio o riesgo fue la causa del perjuicio.

Amparo ambiental (art. 30 LGA): Producido el daño ambiental colectivo, tendrán legitimación
para obtener la recomposición del ambiente dañado, el afectado, el Defensor del Pueblo y las
asociaciones no gubernamentales de defensa ambiental, conforme lo prevé el artículo 43 de la
Constitución Nacional, y el Estado nacional, provincial o municipal; asimismo, quedará
legitimado para la acción de recomposición o de indemnización pertinente, la persona
directamente damnificada por el hecho dañoso acaecido en su jurisdicción.

Deducida demanda de daño ambiental colectivo por alguno de los titulares señalados, no
podrán interponerla los restantes, lo que no obsta a su derecho a intervenir como terceros.

Sin perjuicio de lo indicado precedentemente toda persona podrá solicitar, mediante acción de
amparo, la cesación de actividades generadoras de daño ambiental colectivo.

Daños provocados por el Estado.

Ley 11723 (Pcia. Bs as 1995). Protección del medio ambiente y recursos naturales

CAPITULO IV DE LA DEFENSA JURISDICCIONAL (art 34) Cuando a consecuencia de acciones del


Estado se produzcan daños o pudiera derivarse una situación de peligro al ambiente y/o
recursos naturales ubicados en territorio provincial, cualquier habitante de la Provincia podrá
acudir ante la dependencia que hubiere actuado u omitido actuar, a fin de solicitar se deje sin
efecto el acto y/o activar los mecanismos fiscalizadores pertinentes.

Art 35.- Cuando la decisión administrativa definitiva resulte contraria a lo peticionado el


afectado, el defensor del pueblo y/o las asociaciones que propendan a la protección del
ambiente, quedarán habilitados para acudir ante la justicia con competencia en lo contencioso
administrativo que dictaminará sobre la legalidad de la acción u omisión cuestionada.

Art 36.- En los casos en que el daño o la situación de peligro sea consecuencia de acciones u
omisiones de particulares, el afectado, el defensor del pueblo y/o las asociaciones que
propendan a la protección del ambiente podrán acudir directamente ante los tribunales
ordinarios competentes ejercitando:

a) Acción de protección a los fines de la prevención de los efectos degradantes que pudieran
producirse;

b) Acción de reparación tendiente a restaurar o recomponer el ambiente y/o los recursos


naturales ubicados en territorio provincial, que hubieren sufrido daños como consecuencia de
la intervención del hombre.

Art 37.- El trámite que se imprimirá a las actuaciones será el correspondiente al juicio
sumarísimo. El accionante podrá instrumentar toda la prueba que asista a sus derechos,
solicitar medidas cautelares, e interponer todos los recursos correspondientes.

Art. 38.- Las sentencias que dicten los tribunales en virtud de lo preceptuado por este Capítulo,
no harán cosa juzgada en los casos en que la decisión desfavorable al accionante, lo sea por
falta de prueba.

Medidas cautelares: en los procesos por daño ambiental, son admisibles todas las medidas
cautelares previstas por el Código Procesal Civil y Comercial.

Fallo Halabi: El 24 de febrero de 2009 la CSJN dictó el fallo “Halabi, Ernesto c. PEN – Ley 25.873
– Dto. 1563/04 s. Amparo” que confirmó la sentencia de segunda instancia que había
declarado la inconstitucionalidad con efectos erga omnes de ciertos artículos de la Ley Nº
25.873 y del Decreto Nº 1563/04 que autorizaban la intervención de las comunicaciones
telefónicas y por internet, sin que se determine en qué casos y con qué justificativos. La CSJN
clasificó los derechos en tres categorías:

• a) individuales, ejercidos por su titular; (amparo)

• b) de incidencia colectiva que tiene por objeto bienes colectivos, (defensor del pueblo, ONG,
afectado)

•c) de incidencia colectiva que tiene por objeto intereses individuales homogéneos: estarían
conformados por aquellos derechos personales o patrimoniales derivados de afectaciones al
ambiente y la competencia, de los derechos de usuarios y consumidores y los derechos de
sujetos discriminados, en cuyo caso existe un hecho, único o continuado, que provoca la lesión
a todos ellos y por lo tanto es identificable una homogeneidad fáctica y normativa que lleva a
considerar razonable la realización de un solo juicio con efectos expansivos de la cosa juzgada
que en él se dicte, salvo en lo que hace a la prueba del daño.

Código Contencioso Administrativo de la Pcia. De Bs As. Ley 12008. (art. 1). Corresponde a los
tribunales contencioso administrativos el conocimiento y decisión de las pretensiones que se
deduzcan en los casos originados por la actuación u omisión, en el ejercicio de funciones
administrativas, de los órganos de la Provincia, los Municipios, los entes descentralizados. La
actividad de los órganos del Poder Ejecutivo, de los Municipios y de los demás entes
provinciales o municipales, se presume realizada en el ejercicio de funciones administrativas y
regida por el derecho administrativo. Procederá esta presunción aun cuando se aplicaren por
analogía normas de derecho privado o principios generales del derecho.

Casos incluidos en la materia contencioso administrativa (art 2): La competencia contencioso -


administrativa comprende las siguientes controversias:

1. Las que tengan por objeto la impugnación de actos administrativos, de alcance particular o
general, y de ordenanzas municipales. Quedan incluidas en este inciso las impugnaciones que
se deduzcan en contra de las resoluciones emanadas del Tribunal de Cuentas, del Tribunal
Fiscal y de cualquier otro Tribunal de la Administración Pública, así como las que se deduzcan
en contra de actos sancionatorios dispuestos en el ejercicio de la policía administrativa - a
excepción de aquéllas sujetas al control del órgano judicial previsto en los artículos 166,
segundo párrafo, 172 y 216 de la Constitución de la Provincia y 24 inciso 3) de la Ley 11.922.

2. Las que se susciten entre prestadores de servicios públicos o concesionarios de obras


públicas y usuarios, en cuanto se encuentren regidas por el derecho administrativo.

3. Aquéllas en las que sea parte una persona pública no estatal, cuando actúe en el ejercicio de
prerrogativas regidas por el derecho administrativo.

4. Las que versen sobre la responsabilidad patrimonial, generada por la actividad lícita o ilícita
de la Provincia, los Municipios y los entes públicos estatales previstos en el artículo 1, regidas
por el derecho público, aun cuando se invocaren o aplicaren por analogía normas del derecho
privado.

6. Las relativas a los contratos administrativos.

7. Las que promuevan los entes públicos estatales previstos en el artículo 1, regidas por el
derecho administrativo. La enunciación anterior es meramente ejemplificativa. No implica la
exclusión del conocimiento por los tribunales contencioso- administrativos de otros casos
regidos por el derecho administrativo.

Legitimación activa (art 13): Está legitimada para deducir las pretensiones previstas en el
presente Código, toda persona que invoque una lesión, afectación o desconocimiento de sus
derechos o intereses tutelados por el ordenamiento jurídico.

Será necesario agotar la vía administrativa como requisito de admisibilidad de la pretensión


procesal (art. 14).

Agotamiento de la vía administrativa ante tribunales administrativos y entes reguladores. (art.


15): En el supuesto de pretensiones de anulación de actos administrativos emanados de
Tribunales de la Administración Pública o de entes reguladores de servicios públicos el
agotamiento de la vía administrativa se regirá por las disposiciones que determinen los
procedimientos ante los mismos. Las normas previstas en el presente Código serán de
aplicación supletoria.

Medidas cautelares (art. 22 ex// artículo 23 renumerado por Ley 13.101).

1. Las medidas cautelares podrán solicitarse en modo anticipado, simultáneo o posterior a la


promoción de la demanda. Se decretarán sin audiencia de la otra parte; sin perjuicio de lo cual
el juez, en atención a las circunstancias del caso, podrá requerir un informe previo a la parte
demandada o a la alcanzada por la medida solicitada, que deberá ser contestado en un plazo
no mayor de 5 días.

UNIDAD N° 15 Patrimonio Cultural

Patrimonio cultural es el conjunto de bienes materiales y no materiales seleccionados por una


sociedad en un determinado tiempo histórico para expresar la creatividad de ese grupo
humano y reforzar su sentido de identidad y pertenencia.

Los bienes materiales y no materiales que conforman el patrimonio cultural de un país pueden
ser heredados de anteriores generaciones o ser creaciones de su sociedad en un determinado
momento. Entre otros: Pinturas. Esculturas. Libros. Música. Material audiovisual. Danza.
Monumentos arquitectónicos. Restos arqueológicos. Restos paleontológicos. Sitios históricos y
arqueológicos. Rituales y celebraciones tradicionales. Paisajes y reservas naturales.

La UNESCO introdujo una nueva categoría denominada "Paisaje Cultural", que se refiere a las
obras combinadas de la naturaleza y el hombre, que ilustran la evolución del ambiente natural
ante fuerzas sociales y culturales.

Patrimonio tangible: Está constituido por objetos que tienen sustancia física y pueden ser
conservados y restaurados por algún tipo de intervención; son manifestaciones producto de la
arquitectura, el urbanismo, la arqueología, la artesanía, entre otros. Dentro de esta subdivisión
se encuentran los Bienes muebles y los Inmuebles, y por tanto tienen un valor arqueológico,
histórico, artístico, científico y/o técnico. Los pueblos y civilizaciones generan numerosos
bienes culturales entre objetos y edificaciones, que adquieren significado y relevancia con el
paso del tiempo y conforme se desarrollan los procesos históricos de las naciones. El
patrimonio cultural material también se manifiesta a través de manuscritos históricos, códices,
obras de arte, instalaciones industriales significativas para procesos históricos o arquitectura
vernácula representativa de pueblos y comunidades. Ej.: ruinas jesuíticas en San Ignacio
Misiones, Cueva de las manos en Chubut, Quebrada de Humahuaca, manzana y estancias
jesuíticas de Córdoba.

Patrimonio intangible: Se puede definir como el conjunto de elementos sin sustancia física o
formas de conducta que proceden de una cultura tradicional, popular o indígena y que se
transmite oralmente o mediante gestos y se modifica con el transcurso del tiempo. El
patrimonio cultural inmaterial reúne las diferentes expresiones y manifestaciones de la vida de
los pueblos. Se transmite de generación en generación, depende de los portadores para su
existencia y es fundamental para mantener la cohesión social entre los miembros del grupo.
Comprende los siguientes elementos: Tradición oral y narrativa. Conocimientos tradicionales
sobre cocina, ciclos agrícolas, herbolaria y medicina tradicional. Mitos y concepciones del
universo y la naturaleza. Espacios y entorno geográfico dotados de valor simbólico.
Expresiones dancísticas y musicales. Vida y festividades religiosas. Diseños en todas las artes
populares y oficios artesanales. Destrezas y habilidades de los creadores en todas las artes y
oficios artesanales, incluyendo las técnicas y tecnologías tradicionales.

¿Por qué debemos protegerlo? Porque es la base de la memoria colectiva y el elemento que
reúne la identidad y el sentido de pertenencia a una comunidad. Es el puente que vincula el
pasado con el presente y el futuro, y su difusión y conocimiento promueve la comprensión
entre los pueblos. El patrimonio cultural es la herencia que recibimos y es nuestra
responsabilidad transmitirla a las futuras generaciones.

Protección jurídica. Las leyes de protección del patrimonio cultural, arqueológico y


paleontológico tratan de evitar que los bienes muebles e inmuebles que forman parte de ese
patrimonio se destruyan, deterioren o salgan del país de manera ilícita.

Art. 41 CN 2° párrafo: Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la


utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y
cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales

Art. 75 inc. 19 CN 4° párrafo: Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural, la
libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios
culturales y audiovisuales.

Ley 25743. protección del patrimonio cultural, arqueológico y paleontológico. Sólo se puede
tener una colección privada si fue conformada antes de la sanción de la ley 25.743 (junio de
2003). La colección debe ser declarada y sus bienes registrados en la provincia en la que se
encuentra quien tenga la colección.

Ley 24633. Circulación internacional de obras de arte (1996).

Ley 25.257. Apruébese la Convención del Unidroit sobre Objetos Culturales Robados o
Exportados Ilegalmente, adoptada en Roma (2000). A los fines de esta Convención, los
objetos culturales son aquellos que, por motivos religiosos o laicos, son importantes para la
arqueología, prehistoria, historia, literatura, arte o ciencia y pertenecen a una de las categorías
enumeradas en el Anexo de esta Convención (art. 2). Esta Convención se aplica a los reclamos
internacionales para: (a) la restitución de objetos culturales robados; (b) la devolución de los
objetos culturales retirados fuera del territorio de un Estado Contratante en violación de las
leyes que reglamentan la exportación de dichos objetos, con el fin de proteger el patrimonio
cultural de ese Estado (en adelante "objetos culturales exportados ilegalmente").

Ley Nacional 25.517 y Decreto Reglamentario 701/10. Establece que deberán ser puestos a
disposición de los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que lo reclamen, los
restos mortales de aborígenes, que formen parte de museos y/o colecciones públicas o
privadas.

LEY 23.302. Ley sobre Política Indígena y apoyo a las Comunidades Aborígenes. Objetivos.
Comunidades Indígenas. Creación del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Adjudicación de
Tierras. Planes de Educación, Salud y Vivienda.

Código aduanero (arts. 863, 864 y 865). Delito de contrabando.

Código penal (arts. 183 y 184). Daños.

La Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972). Tiene
como objetivo promover la identificación, protección y preservación del patrimonio cultural y
natural de todo el mundo, el cual es considerado especialmente valioso para la humanidad.

Convención para la salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial. Se entiende por


patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y
técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes- que las comunidades, los grupos y, en algunos casos, los individuos reconozcan
como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se
transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y
grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles
un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la
diversidad cultural y la creatividad humana.

Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas (2007)
Tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, sus
conocimientos tradicionales"; "a practicar y revitalizar sus tradiciones y costumbres
culturales"; a practicar y enseñar sus propios idiomas y sus ceremonias espirituales; a
mantener y proteger sus lugares religiosos y culturales y a acceder a ellos; a mantener su
integridad como pueblos distintos, sus valores culturales e identidad étnica, así como a la
restitución de los bienes culturales y espirituales de los cuales hayan sido despojados.

Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre los pueblos indígenas y
tribales (1989.) Protege los valores y prácticas sociales, culturales, religiosos y espirituales
propios" de los pueblos”. Los servicios de salud para indígenas deberán organizarse en forma
comunitaria, incluyendo los métodos de prevención, prácticas curativas y medicamentos
tradicionales. Los programas de educación "deberán abarcar su historia, sus conocimientos y
técnicas, sus sistemas de valores" y además, deberán adoptarse disposiciones para preservar
las lenguas indígenas.

ICOMOS. Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (1965). Es responsable de proponer


los bienes que reciben el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Su principal objetivo
es el de promover la teoría, la metodología y la tecnología aplicada a la conservación, a la
protección y a la valorización de monumentos y de sitios de interés cultural.

Mecenazgo. Los contribuyentes de la Ciudad inscriptos en el Impuesto Sobre los Ingresos


Brutos pueden aportar directamente a proyectos culturales a través del Régimen de
Promoción Cultural. Deben seleccionar directamente el proyecto al cual quieren aportar de la
lista de proyectos aprobados, ingresando el monto correspondiente. Con esa información, el
sistema genera una boleta con la cual con la cual se realiza el pago en el banco.

LEY 14904. Régimen de Promoción Cultural de la Provincia de Buenos Aires. Destinado a


regular el mecenazgo cultural en esta Provincia y a estimular e incentivar la participación
privada en el financiamiento de todos aquellos proyectos que se enmarquen en las distintas
áreas de la cultura, como también de la promoción, protección o impulso del Patrimonio
Histórico Cultural. Deben ser sin fines de lucro y estar relacionados con el estudio,
capacitación, difusión, creación y producción en las diferentes áreas del arte y la cultura, como
también de toda actividad que promueva, proteja o impulse el Patrimonio Histórico Cultural de
la Humanidad, tanto de los bienes inmuebles como de los naturales o inmateriales conforme lo
establece la UNESCO.

Requisitos para ser beneficiario. Son beneficiarios del presente Régimen las personas físicas o
jurídicas que residan en la provincia de Buenos Aires y desarrollen las actividades artísticas y/o
culturales conforme a las finalidades de la presente Ley.

Obligación de los beneficiarios. Una vez obtenido el financiamiento a través del procedimiento
que establezca la Autoridad de Aplicación en la reglamentación de la presente Ley, los
beneficiarios tendrán la obligación de presentar trimestralmente informes a la Autoridad de
Aplicación sobre el curso del proyecto aprobado, así como una rendición de cuentas sobre el
destino de la financiación realizada por los benefactores y/o patrocinadores aportantes.

Patrocinadores. Son patrocinadores todos los contribuyentes del Impuesto sobre los Ingresos
Brutos que se comprometan al financiamiento de proyectos culturales aprobados por la
Autoridad de Aplicación, que relacionan su imagen o la de sus productos con el proyecto
patrocinado, o requieran algún tipo de contraprestación de los responsables del proyecto para
cuyo financiamiento contribuyen.

Benefactores. Son Benefactores todos los contribuyentes al Impuesto sobre los Ingresos
Brutos que se comprometan al financiamiento de proyectos culturales aprobados por la
Autoridad de Aplicación, sin relacionar su imagen con el mismo, ni exigir contraprestación de
ningún tipo por su aporte.

Beneficio fiscal
■ Patrocinadores. 50% del monto de los financiamientos efectuados por los patrocinadores en
virtud del presente Régimen, será considerado como un pago a cuenta del Impuesto sobre los
Ingresos Brutos correspondiente al ejercicio de su efectivización.

Beneficio fiscal

■ Benefactores. 100% del monto de los financiamientos efectuados por los Benefactores en
virtud del presente Régimen, será considerado como un pago a cuenta del Impuesto sobre los
Ingresos Brutos correspondiente al ejercicio de su efectivización.

Condición excluyente de contribuyente cumplidor. A los efectos de acceder al beneficio el


Patrocinador y/o Benefactor deberá encontrarse al día con sus obligaciones tributarias,
impositivas, previsionales y laborales.

Imposibilidad de mecenazgo ante vinculación económica familiar de benefactores y/o


patrocinadores con beneficiarios.

Prohibición de patrocinadores que promuevan conductas riesgosas. No pueden acogerse a los


beneficios fiscales de la presente ley como Patrocinadores las personas físicas o jurídicas, cuya
imagen esté vinculada a bebidas alcohólicas o con productos que contengan tabaco. Para
cualquier otro caso que genere controversia en la Autoridad de Aplicación, ésta será la
encargada de aceptar o no a un determinado Patrocinador. El rechazo deberá ser fundado y
será válido, únicamente en el supuesto de tratarse de una promoción que, en forma manifiesta
y contundente, incentive hábitos o conductas que puedan poner en riesgo la salud, la
integridad física o cualquier derecho inherente a la personalidad humana.

La Constitución de la Provincia de Buenos Aires de 1994 declara que la Provincia preserva,


enriquece y difunde su patrimonio cultural, histórico, arquitectónico, arqueológico y
urbanístico (artículo 44) en concordancia con el Art. 41 CN.

Ley Provincial 10.419. Comisión Provincial del Patrimonio Cultural de la Provincia de Buenos
Aires dependiente de la Dirección General de Escuelas y Cultura, con la misión de llevar a cabo
la planificación, ejecución y control de esa ejecución, de las políticas culturales de conservación
y preservación de los muebles e inmuebles, sean estos últimos sitios, lugares o inmuebles
propiamente dichos, públicos provinciales o municipales o privados declarados provisoria o
definitivamente como patrimonio cultural (artículos 1 y 2) y reglamenta la inclusión de bienes
del dominio público y privado en el patrimonio cultural (artículo 5, texto según la Ley 12.739).

Ley 12.739. Por medio de la cual se establece que la declaración como bien perteneciente al
patrimonio cultural podrá ser provisoria y definitiva y que toda declaración de afectación
definitiva deberá ser realizada mediante ley sancionada por la Legislatura provincial. Ley
Provincial 13.056. GARANTIZA A TODOS LOS HABITANTES DE LA PROVINCIA, el derecho de
acceso a la cultura, a preservar, enriquecer y difundir el patrimonio cultural e histórico, a
apoyar las manifestaciones culturales que afirmen la identidad local, regional, provincial y
nacional, a resguardar y estimular los modos de crear, hacer, vivir y ser de los habitantes de la
Provincia, a propender a la distribución regional equitativa de los recursos públicos destinados
a la cultura. Asimismo, la Provincia asume la obligación irrenunciable de invertir en el área
cultural, garantizando a través de las asignaciones presupuestarias la preservación,
enriquecimiento y difusión del patrimonio cultural.

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