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2022

SISTEMA CONCURSAL

Milagros Coaricona Quispe


Yamile Huaracha Sulla

2022
ÍNDICE

INTRODUCCION ………………………………………………………………………………………………… 3

1.- DEFINICÍON DEL SISTEMA CONCURSAL ……………………………………………………………. 5

2.- OBJETIVOS PRINCIPALES DEL SISTEMA CONCURSAL…………………………………………… 6

3.- PRINCIPIOS RECTORES DEL SISTEMA CONCURSAL: UNIVERSALIDAD, PROPORCIONALIDAD,


ETC ………………………………………………………………………………………………………………………. 8

4.- CLASES DE PROCEDIMIENTOS CONCURSALES …………………………………………………. 11

4.1.- PROCEDIMIENTO CONCURSAL ORDINARIO

4.1.1.- A SOLICITUD DEL DEUDOR………………………………………………………………………. 12

A) REQUISITOS DE FONDO: SITUACION DE LA DEUDA Y CAPITAL SOCIAL

B) REQUISITOS DE FORMA: DOCUMENTACION A PRESENTARSE

4.1.2 A SOLICITUD DEL ACREEDOR: …………………………………………………………………… 13

A) REQUISITOS DE FONDO: SITUACIÓN DE LA DEUDA Y CAPITAL SOCIAL

B) REQUISITOS DE FORMA: DOCUMENTACIÓN A PRESENTARSE

4.2.- PROCEDIMIENTOS CONCURSAL PREVENTIVO ……………………………………………… 14

4.2.1.- A SOLICITUD DEL DEUDOR

A) REQUISITOS DE FONDO: SITUACION DE LA DEUDA YCAPITAL SOCIAL

B) REQUISITOS DE FORMA: DOCUMENTACION A PRESENTARSE

5.- CONFORMACION DE LA JUNTA DE ACREEDORES Y ATRIBUCIIONES …………………… 15

6.- FLUJOGRAMA DEL PROCEDIMIENTO CONCURSAL ORDINARIO A PEDIDO DEL


ACREEDOR…………………………………………………………………………………………………………….. 18

7.- DECLARATORIA DE QUIEBRA: CONSECUENCIAS EMPRESARIALES Y PERSONALES …. 19

8.- CONCLUSIONES ……………………………………………………………………………………………………… 21

9.- GLOSARIO ………………………………………………………………………………………………………………. 22

10.- BIBLIOGRAFIA ………………………………………………………………………………………………………. 23


El presente trabajo no viene a ser sino un pequeño análisis aproximativo de
la norma del sistema concursal para poder arribar al verdadero objetivo de
un sistema concursal. Nuestros cortos conocimientos sobre la materia no
nos permiten la realización de un trabajo de mayor profundidad. Sin
embargo, hemos intentado dar una nueva perspectiva al respecto, óptica
que consideramos por demás revisable, criticable y hasta destruible.
Nuestro trabajo parte básicamente de cuestionar los objetivos y las
finalidades del sistema concursal peruano plasmados en la Ley 27809 - Ley
del Sistema Concursal.
En este punto creemos necesario abordar la finalidad del procedimiento
concursal establecido en la Ley en su artículo II de su título preliminar, por
considerar que tal finalidad también puede ser entendida como un
objetivo.
Y aunque se refiere a la meta del procedimiento concursal tranquilamente
puede ser extensible para el objetivo de todo el sistema concursal en
conjunto. En ese sentido y conforme al artículo 1° de la Ley N° 27809 por
crédito debemos entender el derecho del acreedor a obtener una
prestación asumida por el deudor como consecuencia de una relación
jurídica obligatoria. Pues bien, con respecto a este tema, el profesor
Carbonell (2002) apunta acertadamente que: “El objetivo de un
determinado sistema concursal, no es en estricto la protección del crédito,
pues dicha orientación debe entenderse como fin último”.

Creemos que lo que hace el sistema es otorgarles una potestad para poder
evaluar la real situación, ante la cual el deudor, quizás, por su propio estado
de cesación de pagos, no es capaz de visualizar de modo diáfano. Pero dicha
potestad no se agota en la evaluación que hacen los acreedores de la
situación de la unidad productiva, sino que va a donde muchos no quieren
llegar, como es la etapa de tomar una decisión.
Y como estamos hablando de riesgos, los acreedores tendrán que arriesgarse
y elegir si salvar al deudor o terminar por liquidarlo. Y esto se torna difícil
porque la responsabilidad ya no sólo es del deudor. Mejor dicho, el deudor
ya se equivocó. No es lógico que sus acreedores se equivoquen de nuevo. Al
respecto al profesor Gonzalo de las Casas (2006: 291) nos ilustra afirmando
que: “(…) las decisiones que toman los acreedores en los procesos de
reestructuración no necesariamente son decisiones eficientes y esto también
en base a la baja calidad de la información con que cuenta el acreedor para
tomar decisiones y, entonces, siempre se toma decisiones sin identificar la
(sic) causas de la crisis.” Como dijimos, se traslada parte de la responsabilidad
de modo tal que si los acreedores salen airosos (sea reestructurando o
liquidando) habrán ganado la batalla, demostrando al mercado que son
dignos de ser considerados como verdaderos entes comerciales. Si fracasan,
no podrán escatimar su culpa, apuntado al deudor, ya que ellos tuvieron en
sus manos una posibilidad (aunque remota) de asumir un riesgo al tomar una
decisión.
Finalmente, habrá que decir, que esa decisión procurará, desde la perspectiva
de los acreedores favorecer sus derechos crediticios al más alto nivel, es decir,
maximizarlos con su accionar.
El sistema concursal consiste en una serie de instituciones propias que
operan de manera excepcional en situaciones de imposibilidad de pagos
que afronta el deudor y siempre y cuando, el derecho común no le brinde
una solución. Asimismo, dicho sistema tiene como finalidad propiciar un
ambiente idóneo de negociación entre acreedores y deudores, que les
permita llegar a un acuerdo de reestructuración o una salida ordenada del
mercado, a reducidos costos de transacción.
Entre los agentes económicos quiénes pueden acceder a él están las
personas naturales o jurídicas, sociedades conyugales, sucesiones indivisas
y sucursales que realicen actividad empresarial y que se encuentren
atravesando una crisis financiera y/o económica.

En el Perú, podemos definir al derecho concursal como la rama del


derecho dedicada al estudio y desarrollo de la regulación jurídica de las
crisis empresariales, la suspensión de pagos, la insolvencia,
reestructuración y quiebra de los agentes del mercado, y los mecanismos
de tutela que requieren los acreedores de los deudores sometidos a un
procedimiento concursal. En otras palabras, el sistema concursal establece
las reglas de juego para afrontar las crisis económicas y financieras ante las
que se pueda encontrar un agente del mercado y tiene la finalidad de
viabilizar la alternativa más eficiente para los acreedores, el deudor y la
sociedad en general.
Ahora, es válido preguntarse si el sistema concursal está orientado a
favorecer al deudor que atraviesa una crisis o a los acreedores que
esperan recuperar sus créditos. Esta interrogante se encuentra en el
centro de todo sistema concursal, y la opción legislativa que cada país
decida adoptar dependerá del modelo económico y los intereses de orden
público que el Estado busque proteger. Nuestro sistema, como veremos
más adelante, está orientado al favorecimiento y protección de los
acreedores.
"ARTÍCULO I.- El objetivo del Sistema Concursa! es la permanencia de
la unidad productiva, la protección del crédito y el patrimonio de la
empresa. Los agentes del mercado procurarán una asignación eficiente de
sus recursos durante los procedimientos concursales, orientando sus
esfuerzos a conseguir el máximo valor del patrimonio en crisis."

La propuesta inicial del Artículo 1 del Título Preliminar de la LGSC


presentada por el lNDECOPI al Congreso de la República dista del texto
anterior. ¡En efecto, aquélla consagraba la protección del crédito como eje
central y finalidad básica del Sistema Concursa! Por cuanto este objetivo
tendía a otorgar seguridad a las operaciones comerciales llamando a una
tutela efectiva del crédito invertido por los acreedores. A la letra, se indicó
que "el objetivo del Sistema Concursal es la protección del crédito’’. Los
agentes del mercado procurarán una asignación eficiente de sus recursos
durante los procedimientos concursa/es, orientando sus esfuerzos a
conseguir el máximo valor del patrimonio en crisis"

"ARTÍCULO II.- Los procedimientos concursales tienen por finalidad


propiciar un ambiente idóneo para la negociación entre los acreedores y el
deudor sometido a concurso, que les permita llegar a un acuerdo de
reestructuración o, en su defecto, a la salida ordenada del mercado, bajo
reducidos costos de transacción."
Teniendo en cuenta el objetivo central referido en el artículo anterior, se
diseña un ambiente idóneo para la negociación a través de procedimientos
concursales de costos de transacción reducidos, los que son puestos a
disposición de los particulares con la finalidad de que puedan llegar a
acuerdos que permitan la reestructuración o la salida ordena del
patrimonio en crisis.
De esa forma, se hallan un número indefinido de agentes económicos
(deudores y acreedores) cada uno con intereses contrapuestos. En esa
situación de crisis empresarial, los mecanismos
comunes para enfrentarla, sobre la base de decisiones individuales, no son
los mejores. ¡Por ello, el procedimiento concursal! establece normas
transitorias y excepcionales que permiten llegar a una solución colectiva
eficiente. Con este fin, el Estado se encarga de formular reglas de juego
cuyo principal atractivo para los agentes privados es lo poco costoso que
implica participar en el concurso en contraposición con los beneficios que
pueden obtener de dicho procedimiento.

"ARTICULO III.- La viabilidad de los deudores en el mercado es definida


por los acreedores involucrados en los respectivos procedimientos
concursales, quienes asumen la responsabilidad y consecuencias de la
decisión adoptada."
Conforme a esta disposición el Sistema Concursal peruano no puede
concebirse como un sistema protector de empresas o negocios ineficientes
ni convertirse en un mecanismo de subsidio de empresas inviables por el
afán "altruista" de preservar a como dé lugar unidades empresariales,
puestos de trabajo y capacidad contributiva a favor del Estado.
En consecuencia, la conservación de empresas en el mercado depende de
su viabilidad, siendo los acreedores inmersos en los procedimientos
concursales los llamados a determinar cuál es el valor del negocio en
marcha y cuál es el valor del negocio en liquidación a fin de decidir el
destino del patrimonio concursado y las posteriores acciones a tomar.

• Con todo lo anterior, cerramos la explicación referida a los objetivos


que orientan nuestro Sistema Concursal y, esperamos, haber
clarificado la interpretación del "triple objetivo" recogido en el
artículo I del Título Preliminar de la LGSC, a partir del análisis de la
segunda parte del propio dispositivo, así como de la comprensión de
los artículos II y III del citado Título Preliminar.
los principios jurídicos del Derecho Concursal los encontramos recogidos en
el Título Preliminar de la LGSC, el cual contiene 10 normas:

1. Objetivo de la Ley.- Originalmente, la LGSC estableció que su


objetivo era la permanencia de la unidad productiva, la protección del
crédito y el patrimonio de la empresa (posición pro deudor), pero dicho
texto fue modificado mediante el Decreto Legislativo Nº 1050,
prescribiendo ahora que el objetivo es la recuperación del crédito (posición
pro acreedor) mediante la regulación de procedimientos concursales que
promuevan la asignación eficiente de recursos (teoría de la optimización) a
fin de conseguir el máximo valor posible del patrimonio del deudor (teoría
de la maximización).

2. Finalidad de los procedimientos concursales.- Siendo


que los procedimientos concursales surgen en un contexto de crisis
económica, en el cual concurren varios acreedores a cobrarle al deudor, se
busca propiciar un ambiente idóneo para la negociación entre los
acreedores y el deudor que les permita llegar: a un acuerdo de
reestructuración (si el deudor tiene viabilidad económica) o a la salida
ordenada del mercado mediante la liquidación y la extinción (si el deudor
no tiene viabilidad económica).

3. Decisión sobre el destino del deudor. - La viabilidad


económica o no del deudor (que permita llegar al acuerdo de
reestructuración o a la salida ordenada del mercado, respectivamente) es
decidida por los acreedores (reunidos en una junta de acreedores) quienes
asumen la responsabilidad y los efectos de su decisión.

4. Universalidad. - En principio, los procedimientos concursales


producen sus efectos sobre la totalidad del patrimonio del deudor, salvo
excepciones como los frutos del patrimonio familiar (art. 492 Código Civil),
los bienes inembargables (art. 648 Código Procesal Civil) y los créditos post
concursales (art. 16 LGSC).

5. Colectividad. - Los procedimientos concursales apuntan a la


colectividad, de modo que, por un lado, buscan la participación y el
beneficio de la totalidad de los acreedores involucrados en la crisis del
deudor (sin embargo, no basta ser acreedor, sino titular de un crédito
reconocido) y, por otro, hacen prevalecer el interés colectivo de la masa de
acreedores frente al interés individual de cada acreedor.

6. Proporcionalidad.- Para evitar el canibalismo del patrimonio del


deudor en donde pocos acreedores se llevan todo y muchos acreedores no
se llevan nada, se tiende a la participación proporcional de los acreedores
en el resultado económico de los procedimientos concursales, cuando el
patrimonio del deudor es insuficiente para atender todas las acreencias; ello
sin perjuicio del orden de preferencia en los procedimientos de disolución y
liquidación: primero, créditos laborales; segundo, créditos alimentarios;
tercero, créditos garantizados; cuarto, créditos tributarios; y, quinto, otros
créditos (art. 42 LGSC).

7. Inicio e impulso de los procedimientos concursales. -


El inicio de los procedimientos concursales es a instancia de parte (sea del
acreedor o del deudor). El impulso de los procedimientos concursales es a
instancia de parte y la intervención de la autoridad concursal (es decir, el
INDECOPI) es subsidiaria.

8. Conducta procesal.- Todos los partícipes de los procedimientos


concursales (sean acreedores, deudores, sus representantes, sus abogados,
entidades administradoras, entidades liquidadoras, etc.) deben adecuar su
conducta a los deberes de veracidad (lo contrario podría tipificarse como
delito contra la fe pública, art. 427 Código Penal), probidad (actuando con la
diligencia ordinaria), lealtad (como norma ética aplicable a la conducta
personal) y buena fe (que se presume), sancionándose la temeridad, mala fe
o cualquier otra conducta dolosa (como el cohecho activo, arts. 397 y 398
Código Penal).

9. Integración de la norma.- La laguna jurídica se produce cuando


hay defecto o deficiencia de la norma, en cuyo caso la autoridad concursal
(es decir, el INDECOPI) deberá acudir a la hermenéutica jurídica y realizar
una tarea de integración, aplicando los principios generales del Derecho
(como “lo accesorio sigue la suerte de lo principal” o “quien puede lo más,
puede lo menos”) con especial énfasis en los principios generales del
Derecho Concursal (como los que integran el Título Preliminar de la LGSC).

10. Rol promotor del Estado.- El régimen económico


constitucional es la economía social de mercado (art. 58 Constitución
Política del Perú) donde el Estado es un regulador del mercado, más no un
interventor; por ello, en los procedimientos concursales, el Estado (a través
del INDECOPI) promueve la negociación entre acreedores y deudores,
debiendo respetar la autonomía privada en aquellos asuntos que no sean
de orden público (como la votación en las juntas de acreedores que regula
el art. 53 LGSC).
PROCEDIMIENTO CONCURSAL ORDINARIO
Este procedimiento puede ser iniciado a solicitud del propio
deudor o de uno o varios de sus acreedores:

• A SOLICITUD DEL DEUDOR:


1.- Cualquier deudor podrá solicitar el inicio del Procedimiento
Concursal Ordinario siempre que acredite encontrarse en, cuando
menos, alguno de los siguientes casos:
A) Que más de un tercio del total de sus obligaciones se
encuentren vencidas e impaga por un período mayor a treinta (30)
días calendario;
B) Que tenga pérdidas acumuladas, deducidas las reservas, cuyo
importe sea mayor al tercio del capital social pagado.
2.- En caso de que la solicitud sea presentada por el deudor, éste
expresará su petición de llevar a cabo una reestructuración
patrimonial o uno de disolución y liquidación, de ser el caso,
teniendo en cuenta lo siguiente:
A) Para una reestructuración patrimonial, el deudor deberá
acreditar, mediante un informe suscrito por su representante legal
y por contador público colegiado, que sus pérdidas acumuladas,
deducidas las reservas, no superan al total de su capital social
pagado. El deudor también especificará los mecanismos y
requerimientos necesarios para hacer viable su reflotamiento, y
presentará una proyección preliminar de sus resultados y flujo de
caja por un período de dos (2) años.
B) De no encontrarse en el supuesto del inciso a) precedente, el
deudor sólo podrá solicitar su disolución y liquidación, la que se
declarará con la resolución que declara la situación de concurso
del deudor. Si el deudor solicita su acogimiento al Procedimiento
Concursal Ordinario al amparo del literal a) del numeral
precedente, pero tiene pérdidas acumuladas, deducidas reservas,
superiores al total de su capital social, sólo podrá plantear su
disolución y liquidación.
3.- La solicitud que se sustente en una situación distinta de las
señaladas en el párrafo precedente será declarada improcedente.
4.- Las personas naturales, sociedades conyugales o sucesiones
indivisas deberán cumplir, además, al menos uno de los siguientes
supuestos:
“A) Que más del 50% de sus ingresos se deriven del ejercicio de
una actividad empresarial desarrollada directamente y en nombre
propio por los mencionados sujetos.”
“B) Que más de las dos terceras partes de sus obligaciones se
hayan originado en la actividad empresarial desarrollada por los
mencionados sujetos. Se incluye para estos efectos, las
indemnizaciones y reparaciones por responsabilidad civil
generadas por el ejercicio de la referida actividad.”
• A SOLICITUD DEL ACREEDOR:

1.- Uno o varios acreedores impagos cuyos créditos exigibles se


encuentren vencidos, no hayan sido pagados dentro de los
treinta (30) días calendario siguientes a su vencimiento y que, en
conjunto, superen el equivalente a cincuenta (50) Unidades
Impositivas Tributarias vigentes a la fecha de presentación,
podrán solicitar el inicio del Procedimiento Concursal Ordinario
de su deudor. El desistimiento de alguno de los acreedores que
presentó la solicitud, luego de emplazado el deudor, no impedirá
la continuación del procedimiento
2.- No procede promover el Procedimiento Concursal Ordinario
por obligaciones impagas que se encuentren garantizadas con
bienes del deudor o de terceros, salvo que el proceso de
ejecución de dichas garantías resulte infructuoso”
3.- Difundido el procedimiento concursal conforme al Artículo 32,
y en cuanto subsista el trámite del mismo, se suspenderá la
disolución y liquidación del deudor al amparo de las
disposiciones establecidas en la Ley General de Sociedades,
quedando dicho deudor y sus representantes sujetos a las reglas
de la presente Ley.”
4.- La solicitud deberá indicar el nombre o razón, domicilio real y
la actividad económica del deudor con una declaración jurada del
acreedor sobre la existencia o inexistencia de vinculación con su
deudor, según el artículo 12. Acompañará copia de la
documentación sustentatoria de los respectivos créditos e
indicará el nombre o razón social, domicilio y, de ser el caso, el
nombre y los poderes del representante legal del solicitante
A SOLICITUD DEL DEUDOR
1.- Cualquier deudor podrá solicitar el inicio de un Procedimiento
Concursal Preventivo, que se regirá por el presente Título y
supletoriamente por el Capítulo V del Título II, siempre que no se
encuentre en ninguno de los supuestos establecidos en el primer
párrafo del artículo 24.
2.- Con este propósito, deberá presentar una solicitud a la
Comisión, adjuntando la documentación e información señaladas
en el artículo 25, en lo que resulte aplicable, la misma que
constituye requisito de admisibilidad de la solicitud.
El cronograma de los pagos a realizar, en el cual se deberá
precisar, bajo sanción de nulidad del Acuerdo Global de
Refinanciación, que de los fondos o recursos que se destinen al
año para el pago de los créditos, por lo menos un 30% se
asignará en partes iguales al pago de obligaciones laborales que
tengan el primer orden de preferencia, conforme al artículo 42.
La determinación del pago en partes iguales implica que el
derecho de cobro de cada acreedor laboral se determine en
función al número total de acreedores laborales reconocidos en
dicha prelación.”

Admisión de la solicitud
Verificado el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad
previstos en el artículo precedente, la Comisión admitirá a
trámite la solicitud y dispondrá la publicación del aviso
mencionado en el artículo 32
Impugnación y nulidad de acuerdos
El deudor o los acreedores que en conjunto representen créditos
de cuando menos el 10% del monto total de los créditos
reconocidos por la Comisión, podrán impugnar ante la misma, los
acuerdos adoptados en Junta dentro de los diez (10) días
siguientes del acuerdo, sea por el incumplimiento de las
formalidades legales, por inobservancia de las disposiciones
contenidas en el ordenamiento jurídico, o porque el acuerdo
constituye el ejercicio abusivo de un derecho.
Asimismo, cualquier cuestionamiento sobre la convocatoria y
reunión de la Junta de Acreedores deberá efectuarse mediante el
procedimiento previsto para la impugnación de acuerdos. 118.2
En los mismos casos señalados en el párrafo anterior, la
Comisión, de oficio, podrá declarar la nulidad del acuerdo
adoptado en Junta dentro de un plazo de treinta (30) días.

Tramitación de la impugnación de acuerdos


A) Si la impugnación es presentada por el deudor o acreedores
que estuvieron presentes en la sesión correspondiente, éstos
deberán haber dejado constancia en acta de su oposición al
acuerdo y su intención de impugnar el mismo.
B) Si no hubiesen asistido a la Junta, el plazo se computará desde
que tomaron conocimiento del acuerdo, siempre que acrediten
imposibilidad de conocer la convocatoria. En cualquier caso, el
derecho a impugnar un acuerdo caducará a los quince (15) días
de adoptado.
C) La Comisión correrá traslado dentro de los cinco (5) días
siguientes a la interposición de la impugnación, al presidente de
la Junta y al representante del deudor.
D) La Comisión resolverá la impugnación con la concurrencia o no
de las personas indicadas en el numeral anterior. Un extracto de
la citada resolución será publicado por la Comisión en el Diario
Oficial El peruano por una vez. Excepcionalmente, cuando a
criterio de la Comisión, el reducido número de acreedores no
amerite la publicación señalada, la Comisión notificará la
resolución al deudor, al administrador o liquidador y a cada uno
de los acreedores reconocidos por ésta.
E) A solicitud de parte, la Comisión podrá ordenar la suspensión
de los efectos del acuerdo observado o impugnado, aun cuando
estuviese en ejecución. En este caso, la Comisión deberá
disponer que los impugnantes otorguen una garantía idónea, que
será determinada por la Comisión, para el eventual resarcimiento
de los daños y perjuicios que pudiera causar la suspensión.
F) Las impugnaciones contra un mismo acuerdo de la Junta
deberán resolverse en un solo acto, para lo cual se acumularán,
de oficio, a la impugnación que se presentó en primer lugar.

2.- Los medios impugnatorios contra las resoluciones que


resuelvan impugnaciones contra acuerdos adoptados en Junta,
así como aquellas que pudieran expedirse de oficio en ejercicio
de las atribuciones establecidas en el artículo 118.2 se sujetarán
a los plazos y formalidades del artículo 115.

3.- La resolución de la Sala sobre los recursos de apelación


interpuestos, deberá ser notificada a todos los acreedores y
pondrá fin a la vía administrativa conforme al Artículo 16.2 del
Decreto Ley Nº 25868. La Sala podrá sustituir la notificación por
la publicación de la resolución en el Diario Oficial El Peruano por
una vez. Una vez que la junta de acreedores adopta la decisión
de crear un comité y logra conformarlo, procede en el mismo
acto a determinar las atribuciones que delegara en dicho órgano.
Recuérdese que la junta de acreedores puede delegar en el
comité todas las atribuciones que le confiere la LGSC, con
excepción de la adopción de los siguientes acuerdos:
• La decisión sobre el destino del deudor, es decir, su
reestructuración patrimonial o su disolución y liquidación o,
en todo caso, el cambio sobre dicha decisión, pasando de
una reestructuración patrimonial a una disolución y
liquidación o viceversa.
• La aprobación del plan de reestructuración si se optó por el
proceso de reestructuración patrimonial, o la aprobación
del convenio de liquidación si se optó por el proceso de
disolución y liquidación del deudor
• La decisión de practicar cualquier modificación al plan de
reestructuración o al convenio de liquidación

Ahora bien, exceptuando los citados acuerdos, en la practica la junta


de acreedores puede acordar la delegación al comité de atribuciones
genéricas o de atribuciones específicas.
Cuando la junta delega en el comité sus atribuciones genéricas significa
que le delega todas las atribuciones que la LGSC prevé para la junta,
teniendo en cuenta las excepciones legales, es decir, que el comité no
solo deberá cumplir con la función de ejecutar y supervisar el
cumplimiento de los acuerdos que adopte la junta sobre el destino del
deudor, la probación del plan de reestructuración o del convenio de
liquidación y sus eventuales modificaciones, sino que también podrá
adoptar sus propias decisiones si considera que con estas se promueve
un mejor desarrollo del proceso concursal
ARTICULO 26
1.- Uno o varios acreedores impagos cuyos créditos exigibles se
encuentren vencidos, no hayan sido pagados dentro de los
treinta (30) días calendario siguientes a su vencimiento y que, en
conjunto, superen el equivalente a cincuenta (50) Unidades
Impositivas Tributarias vigentes a la fecha de presentación,
podrán solicitar el inicio del Procedimiento Concursal Ordinario
de su deudor. El desistimiento de alguno de los acreedores que
presentó la solicitud, luego de emplazado el deudor, no impedirá
la continuación del procedimiento.”
2.- No procede promover el Procedimiento Concursal Ordinario
por obligaciones impagas que se encuentren garantizadas con
bienes del deudor o de terceros, salvo que el proceso de
ejecución de dichas garantías resulte infructuoso”.
3.- Difundido el procedimiento concursal conforme al Artículo 32,
y en cuanto subsista el trámite del mismo, se suspenderá la
disolución y liquidación del deudor al amparo de las
disposiciones establecidas en la Ley General de Sociedades,
quedando dicho deudor y sus representantes sujetos a las reglas
de la presente Ley.”
4.- La solicitud deberá indicar el nombre o razón, domicilio real y
la actividad económica del deudor con una declaración jurada del
acreedor sobre la existencia o inexistencia de vinculación con su
deudor, según el artículo 12. Acompañará copia de la
documentación sustentatoria de los respectivos créditos e
indicará el nombre o razón social, domicilio y, de ser el caso, el
nombre y los poderes del representante legal del solicitante.
ARTICULO 99

1.- Cuando en los procedimientos de disolución y liquidación se


verifique el supuesto previsto en el artículo 88.7 el Liquidador
deberá solicitar la declaración judicial de quiebra del deudor ante
el Juez Especializado en lo Civil.
2.- Presentada la demanda el Juez, dentro de los treinta (30) días
siguientes de presentada la solicitud, y previa verificación de la
extinción del patrimonio a partir del balance final de liquidación
que deberá adjuntarse en copia, sin más trámite, declarará la
quiebra del deudor y la incobrabilidad de sus deudas.
3.- El auto que declara la quiebra del deudor, la extinción del
patrimonio del deudor y la incobrabilidad de las deudas, deberá
ser publicado en el Diario Oficial El Peruano por dos (2) días
consecutivos.
4.- Consentida o ejecutoriada la resolución que declara la
quiebra, concluirá el procedimiento y el Juez ordenará su archivo,
así como la inscripción de la extinción del patrimonio del deudor,
en su caso, y emitirá los certificados de incobrabilidad para todos
los acreedores impagos. Asimismo, la declaración de la extinción
del patrimonio del deudor contenida en dicho auto, deberá ser
registrada por el Liquidador en el Registro Público
correspondiente.
5.- Los certificados de incobrabilidad también podrán ser
entregados por la Comisión en aquellos casos en los que un
acreedor manifieste su voluntad de obtenerlos una vez que se
acuerde o disponga la disolución y liquidación del deudor. Dichos
certificados generarán los mismos efectos que aquéllos
expedidos por la autoridad judicial en los procedimientos de
quiebra. En tal caso, la Comisión emitirá una resolución que
excluya a dicho acreedor del procedimiento concursal.
6.- La declaración de la incobrabilidad de un crédito frente a una
sucursal que es declarada en quiebra, no impide que el acreedor
impago procure por las vías legales pertinentes el cobro de su
crédito frente a la principal constituida en el exterior.

Efectos de la quiebra (ARTICULO 100)


1.- El quebrado, mientras dure ese estado, está impedido de:
A) Constituir sociedades o personas jurídicas, en general, o de
formar parte de las ya constituidas;
B) Ejercer cargos de director, gerente, apoderado o representante
de sociedades o personas jurídicas, en general;
C) Ser tutor o curador, o representante legal de personas
naturales;
D) Ser administrador o liquidador de deudores en los
procedimientos regulados en la Ley.
Quiebra en la Ley General de Sociedades (ARTICULO
102)

Cuando se produzca el supuesto previsto en el artículo 417 de la


Ley General de Sociedades, el Juez competente tramitará la
declaración de quiebra del deudor de conformidad con las
disposiciones establecidas en el presente Título, sin que para tal
efecto sea necesario que dicho deudor se someta al
Procedimiento Concursal Ordinario previsto en la Ley.
MILAGROS: Desde el punto de vista teórico, los resultados de
la presente investigación implican que si se desea cumplir con las
políticas sociales, laborales y tributarias de la norma la Teoría del
Derecho Económico no es de aplicación exclusiva al Sistema
Concursal Peruano.
El estudio de la materia concursal se ha realizado generalmente a
través de casos (ejecutorias y precedentes administrativos)
aunados a doctrinas y escuelas teóricas. El presente estudio utiliza
metodología mixta próxima a las ciencias sociales y combina
metodologías cualitativa y cuantitativa, lo que permite probar
hipótesis y ampliarlas en su aplicación.

YAMILE: La investigación del Sistema Concursal se ha llevado a


cabo a través de un procedimiento innovador en relación con otras
investigaciones realizadas sobre la temática concursal. El
procedimiento de investigación incorpora las siguientes ventajas:
utiliza metodología mixta, lo cual permite la medición de
constructos como son la eficiencia y racionalidad, cualificando
premisas sostenidas por la literatura. Al recurrir a la data por
sectores objetiviza criterios y patrones de conducta y permite el
desarrollo de políticas gubernamentales.
PRELIMINAR: Que sirve de introducción para tratar un tema o
una materia
ACREEDOR: Que tiene derecho a pedir que se cumpla una
obligación, especialmente que se le pague una deuda.
INSOLVENCIA: estado patrimonial en el que un deudor no
puede cumplir con sus obligaciones
por carecer de medios líquidos
LGSC: Ley General del Sistema
Concursal
INDECOPI: Instituto Nacional de
Defensa de la Competencia y de la
Protección de la Propiedad Intelectual
TIPIFICAR: Clasificar u organizar en
tipos o clases una realidad o un
conjunto de cosas
HERMENEUTICA: Técnica o
método de interpretación de textos
IMPUGNACION: Interposición de
un recurso contra una resolución
judicial, o de resolución "impugnable
REESTRUCTURACION: Modificación de la manera en que
está estructurada u organizada cierta cosa.
• calle, jean, Paul, (2003). Guía rapida de preguntas y
respuestas sobre la nueva ley general del sistema concursal,
gaceta jurídica
• Carbonell, esteban Meron, (2003) Interpretación de la ley
general del sistema concursal peruano. Editorial san marcos
lima-Perú
• Del águila, P. (2000). El concurso preventivo y su Regulación
en la Legislación Concursal Peruana. Ius et Veritas (20)
• Gomes Leo, O. (1992). Introducción al estudio del derecho
Concursal. Revista de Derecho Concursal y de obligaciones
• Ley General del Sistema Concursal
• PÁGINA WEB DE INDECOPI
https://www.indecopi.gob.pe/servicios-en-linea

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