CRITERIOS RADIOLÓGICOS PARA INTERPRETAR UNA RADIOGRAFÍA DE

TÓRAX

Existen varios criterios para la valoración de un Rx de tórax, los principales se citan a

continuación:

PENETRACIÓN: Se considera que una Rx está bien penetrada cuando es posible

visualizar la columna vertebral a través del corazón, fundamentalmente hasta T3-T4 en
adultos. En los niños es posible visualizar más vértebras torácicas.

INSPIRACIÓN: El mejor método para determinar el grado de inspiración es observar

el descenso del diafragma contando los pares de costillas que hay en la zona
pulmonar por encima del diafragma. Como norma, en una buena radiografía de tórax
PA hecha en pacientes adultos deben «verse» un mínimo de diez costillas. Para
averiguarlo, se debe empezar por arriba con la primera costilla, y luego contar hacia
abajo por detrás hasta llegar a la décima o undécima. También hay que comprobar
siempre que el diafragma se observe por debajo del nivel de, por lo menos, la décima
costilla.

ROTACIÓN: La rotación puede valorarse examinando los dos extremos esternales de

las clavículas y comprobando su simetría en relación con la columna vertebral
(específicamente con las apófisis espinosas). En una radiografía de tórax PA y sin
rotación alguna, los extremos esternales derecho e izquierdo de las clavículas estarán
a la misma distancia de la línea central de la columna. La dirección de la rotación
puede averiguarse comprobando cuál es el extremo esternal de la clavícula situado
más cerca de la columna. Nota: La escoliosis y una cifosis excesiva hacen más difícil
evitar la rotación.

POSICIÓN: Una posición correcta del paciente determina una mayor área valorable en
la imagen, por ello se deben tener ciertas consideraciones: (1) Mentón lo bastante
elevado como para evitar la superposición de los vértices. (2) Rotación de los hombros
lo bastante anterior como para impedir la superposición de las escápulas sobre los
campos pulmonares. (3) Sombras mamarias grandes (si las hay) situadas por fuera de
los campos pulmonares. (4) Hombros deprimidos hacia abajo para desplazar las
clavículas por debajo de los vértices.

Estos criterios proporcionan un estándar definible que permite evaluar la imagen de

una radiografía de tórax y determinar dónde pueden conseguirse mejorías