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TRASTORNOS DE ESPECTRO AUTISTA (TEA)

El TEA es un trastorno del neurodesarrollo de origen neurobiológico e inicio en la


infancia, que afecta el desarrollo de la comunicación social, como de la conducta, con la
presencia de comportamientos e intereses repetitivos y restringidos. Presenta una
evolución crónica, con diferentes grados de afectación, adaptación funcional y
funcionamiento en el área del lenguaje y desarrollo intelectual, según el caso y
momento evolutivo.

MANEJO

La detección temprana y la consecuente implementación de un programa de


intervención precoz continúa siendo la opción por excelencia, al relacionarse con una
mejor evolución clínica del niño.

La intervención va dirigida a cambiar el foco de atención preferente de los niños con


signos precoces de TEA (detectados a partir del año y antes de los 36 meses), por el
funcionamiento de los objetos hacia una motivación preferencial por el mundo social.

 El programa de intervención debe incorporar objetivos basados en los hitos del


desarrollo esperable de un niño “típico”.
 La intervención en estas edades tempranas gira alrededor de rutinas sociales
centradas en todo momento en la motivación e intereses del propio niño,
teniendo como finalidad, estimular y trabajar las áreas del neurodesarrollo más
afectadas en los niños con TEA, que son:
o La imitación, la comunicación y el lenguaje
o La iniciación y motivación social
o El desarrollo de las habilidades motoras, cognitivas, así como de juego,
siendo el centro de toda la intervención, la interacción con un adulto.
 Se da especial importancia a ser capaces de generar oportunidades de interacción
social en las que sea el propio niño con señales de TEA, el que inicie la
interacción espontáneamente.
 Mediante la imitación e iniciación de todo tipo de acciones, movimientos y
actividades en interacción con otra persona, se busca estimular las estructuras
cerebrales relacionadas con el seguimiento de la mirada, la atención conjunta, la
percepción facial, el reconocimiento de emociones y la imitación, entre otras.
Requisitos que debe cumplir cualquier tipo de intervención
 Inicio lo más temprano posible, incluso antes de los 3 años. En estas edades, cuando
la sospecha está presente, pero el diagnóstico puede aún no ser claro, es preciso hacer
un seguimiento periódico de su evolución e iniciar la intervención adecuada lo más
precozmente posible y que incida en los síntomas más relevantes de cada niño hasta
confirmar o descartar el diagnóstico.
 A todas las edades, la intervención debe ser compartida y coordinada entre los
padres, la escuela y el terapeuta responsable del niño. Padres y profesionales deben
conocer las dificultades específicas de los TEA y aplicar las estrategias adecuadas a
cada niño en concreto.
 Debe realizarse, siempre que sea posible, dentro de los entornos naturales del niño.
 La intervención debe ser intensiva. Debe incluir las horas que el niño está en la
escuela y las que pasa con su familia. Las pautas y estrategias que se deben utilizar
han de estar previamente consensuadas entre familia, escuela y terapeuta y deben ser
diseñadas específicamente para cada niño en concreto.
 En el proceso diagnóstico y en el diseño de la intervención, hay que contar con un
equipo multidisciplinar y tener la oportunidad de contar con la colaboración de otras
especialidades médicas, si se considera oportuno

Tratamiento farmacológico

 No existen, en la actualidad, fármacos de probada efectividad para los síntomas


nucleares propios del TEA.
 Para las comorbilidades asociadas al autismo
o Antipsicóticos atípicos: solo existe evidencia alta de eficacia en el
tratamiento del TEA (específicamente de la comorbilidad asociada al
TEA) para dos fármacos: el aripiprazol y la risperidona, mejorando:
irritabilidad, agitación, labilidad emocional, hiperactividad y conducta
estereotipada evaluada por la escala de autismo ABC.
o Fármacos utilizados en las alteraciones del sueño: La melatonina es
considerada como la hormona del sueño y se utiliza en TEA para mejorar
el inicio del sueño y disminuir los despertares nocturnos.
o Fármacos utilizados en agresión y agitación: Fármacos, como:
clonidina, guanfacina, antipsicóticos atípicos, propanolol, dyvalproex,
lithium, oxcarbazepine y clonazepam son posibilidades terapéuticas en
estos casos.

CLASIFICACIÓN DE ACUERDO A LOS NIVELES DE GRAVEDAD

TRASTORNO DEL DÉFICIT DE ATENCIÓN CON/SIN HIPERACTIVIDAD (TDAH)

Al no existir un tratamiento curativo del TDAH, nuestro objetivo es disminuir la


intensidad y la frecuencia de sus síntomas, mejorando con ello la calidad de vida del
paciente. El tratamiento del TDAH tiene tres partes principales: la psicoeducación y
manejo conductual, el apoyo académico y el tratamiento farmacológico.

Tratamiento psicológico
 La psicoeducación (informar sobre el trastorno y valorar su posible influencia en la
adaptación a lo largo de la vida del paciente) es el primer paso del tratamiento, y se
dirige al paciente y a su entorno familiar.
 Con las técnicas psicoeducativas se enseña al sujeto a afrontar los problemas
emocionales, conductuales y cognitivos asociados al trastorno, así como en el manejo
de la sintomatología que no responda al tratamiento farmacológico.
 El tratamiento conductual, mediante técnicas de modificación del comportamiento, es
el tratamiento no farmacológico más eficaz.

Apoyo académico
 Se dirige al entrenamiento neuropsicológico en funciones del sistema ejecutivo,
organización, flexibilidad cognitiva, motivación, memoria de trabajo, autoevaluación,
planificación, así como los ajustes necesarios durante las clases y evaluaciones.
 En ocasiones, estos niños pueden requerir además un apoyo específico de los
trastornos del aprendizaje que suelen asociarse al TDAH.

Tratamiento farmacológico
Fármacos psicoestimulantes
 Metilfenidato: Ha demostrado su eficacia tanto en la población infanto-juvenil
como en adultos con TDAH. Es el tratamiento de elección en el TDAH de niños
y adultos. Dosis máxima 60 mg/ día.
Fármacos no psicoestimulantes
 Atomoxetina: Inhibidor de la receptación presináptica de la adrenalina y
noradrenalina en los circuitos cerebrales ricos en dichos neurotransmisores,
especialmente en la corteza cerebral prefrontal. Es el medicamento de segunda
opción en el tratamiento del TDAH. La dosis eficaz para la mayoría de los
pacientes es de 1,2 mg/kg/día y hasta 1,8 mg/kg/día. Se comienza con dosis bajas
(0,5 mg/kg/día), aumentando progresivamente cada 7 días según repuesta.
Otros fármacos no psicoestimulantes
 Las medicaciones no aprobadas para el tratamiento del TDAH como el
bupropión y los antidepresivos tricíclicos como la desipramida tienen un nivel de
evidencia sobre su eficacia y seguridad mucho menor.

CAMBIOS DE LA SALUD MENTAL EN LA ADULTEZ TEMPRANA,


ADULTEZ MEDIA Y ADULTO MAYOR

ADULTEZ TEMPRANA

 Las capacidades cognitivas empiezan a estabilizarse

 Se consolida el pensamiento relativo


 Se empieza a mirar cada problemática desde varias perspectivas, y entendiendo que no
siempre hay una respuesta única y clara
 Se busca maneras de cumplir metas y objetivos, personales, laborales y académicos

 Se va dando una forma casi definitiva a la ideología política y a la visión de lo que se


considera un mundo ideal para el individuo
 La salud mental en este período es especialmente sensible. Si la persona no posee los
recursos psicológicos para hacer frente a las adversidades como:
o Conflictos relacionales
o Tensiones emocionales o problemas laborales y académicos
o Se pueden desarrollar problemáticas psicológicas e, incluso, trastornos mentales

ADULTEZ MEDIA

 Se desarrolla la inteligencia cristalizada, la capacidad que tiene que ver con la


adquisición de conocimientos a lo largo de la vida y el grado de maestría a la hora de
aplicarlos.
 La mayoría de las habilidades mentales básicas alcanzan su cima, la experiencia y las
habilidades prácticas de resolución de problemas son altas.
 La producción creativa puede declinar, pero mejorar en calidad.
 Se puede presentar la crisis de la edad media caracterizada por un fuerte estrés
producido por el hecho de que la persona se da cuenta de que no ha conseguido cumplir
algunos de sus objetivos vitales y ya está a mitad de su vida.

ADULTEZ TARDÍA

 Pérdida de memoria, atención, concentración y fluidez en la resolución de problemas


nuevos, pero también, siempre y cuando no haya una demencia, la cantidad de
conocimientos va aumentando y también la experiencia sobre la vida.
 La inteligencia fluida: capacidad para resolver nuevos problemas, declina en la tercera
edad.
 La inteligencia cristalizada: basada en la experiencia y el aprendizaje, tiende a
mantenerse o incluso aumenta, aunque de forma moderada. Si bien es más difícil
aprender nuevas cosas, nunca se deja de hacerlo.
 Los trastornos psicológicos y mentales más comunes son la depresión y demencia
(Demencia de Alzheimer).
BIBLIOGRAFÍA

Zúñiga, H., Balmaña, N. & Salgado, M. (2017). Los trastornos del espectro autista (TEA).
Pediatría Integral; XXI (2): 92-108. Recuperado de:
https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2017-03/los-trastornos-del-espectro-
autista-tea/

Fontiverosa, M., Martínez, M., González, A., González, V., García, O. & Grupo de Estudio del
Adolescente (greAdol) de la SAMFYC. (2015). Actualización en el tratamiento del
trastorno del déficit de atención con/sin hiperactividad (TDAH) en Atención Primaria.
Revista Clínica de Medicina de Familia; 8(3): 231-239. Recuperado de:
https://scielo.isciii.es/pdf/albacete/v8n3/especial2.pdf

Vallejo Ruiloba, J. (2011). Introducción a la Psicopatología y la Psiquiatría Barcelona, España


7ª ed. Elseiver Masson

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