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Lo ideal 

para obtener el resultado esperado es que cada uno de los


miembros del equipo, además de aportar ideas, tenga interés por las de
sus compañeros para así coordinar actividades en conjunto y evaluar los
resultados.

Sé que se dice fácil, pero no lo es tanto, por eso aquí algunas claves para
lograrlo.

1. No hay metas claras
Cuando éstas no son específicas y no se transmiten de una manera
correcta a cada uno los miembros del equipo, no existirá la cohesión
necesaria que buscamos para lograr el objetivo.

2. Falta de interés por parte de la dirección


Cuando las cabezas de la organización no están convencidas y
capacitadas para transmitir a través del ejemplo lo que la empresa
persigue, nos puede llevar al fracaso desde la conformación del equipo
de trabajo.

3. Liderazgo no efectivo 
Este es uno de los puntos más relevantes, ya que si no existe un líder,
difícilmente el equipo podrá tener éxito.

En este punto quisiera hacer una analogía con una orquesta: sin director
no habría quien dirigiera y cada uno entraría a destiempo, se escucharía
encimado un instrumento de otro, no habría definición, nitidez
ni claridad.

El resultado sería un rotundo fracaso. En los equipos pasa lo mismo y


esto es piramidal; viene desde el director de la empresa y si este no es
capaz de desarrollar esta competencia, difícilmente tendrá la capacidad
de generar líderes que hagan este trabajo.

En este sentido, los miembros del equipo se van a sentir incómodos ya


que  de alguna manera están acostumbrados a trabajar de manera
individual tal y como lo hace su director.

¿Qué debemos hacer? Como director, entender que debe existir la figura


del líder y que ésta no amenaza su autoridad sino todo lo
contrario, ayudará a sumar y a obtener resultados que se esperan para el
bien de la empresa.

Una vez que designamos a nuestro líder, se debe preparar al equipo


para integrarse con él. Éste debe demostrar fuerza para resolver
conflictos, claridad para el establecimiento de las metas, visión para
desarrollar las competencias de manera individual, autogestión,
pensamiento estratégico, etc.

Una vez que esto suceda, cada uno de los miembros del equipo va a
adquirir confianza en ellos mismos y van a demostrar más
cooperación; también es muy importante que se capaciten en lo colectivo
y para esto existe en el mercado diversos talleres de integración de
equipos en el cual aprenderán a cohesionar sus talentos individuales
hacia el bien común que es el equipo.

4. Reuniones no productivas
¿Cómo podemos lograr que esas reuniones de trabajo sean eficaces?
Estableciendo un contrato psicológico, en otras palabras, las normas de
convivencia que cada uno de los miembros del equipo tiene en conjunto
con su líder, para el sano fluir. 

Estas pueden ser el uso del celular, el respeto por la palabra, el no


levantarse cuando alguien esté hablando, uso de la computadora, alzar la
voz, decir groserías, en fin, pueden ser tantas como se necesite para
poder llevar a buen término nuestras reuniones de trabajo.

5. Conflictos personales
Cuando la relación no es sana y hay conflictos, se deberá de encontrar la
manera oportuna para aislar  a estos miembros para resolver esas
diferencias y después volverlos a integrar al equipo. Si no hacemos lo
anterior definitivamente nos va hacer ruido al interior del equipo ya que
esto puede causar que se divida en bandos y eso no le conviene al
equipo, el equipo debe de trabajar bajo un ambiente de sana convivencia.
6. Mala comunicación
En este punto es importante que entendamos que no es lo mismo
hablar que comunicar, y regularmente los líderes hablan, pero no
trasmiten con claridad sus ideas, metas, estrategias, etc. y no sólo eso,
además, dan por hecho que el equipo lo entendió y que lo debe llevar a
cabo.

El líder deber cerciorarse que su equipo está entendiendo de manera


correcta lo que se le está diciendo y que no sólo está oyendo, sino que
está en un estado de escucha activa, pues cuando esa comunicación
falla, el equipo tiende a realizar acciones que no tenía previstas y no
porque esté mal, sino porque simplemente no entendió lo que tenía que
hacer para lograr el objetivo.

7. Individualismo
No es lo mismo competencia que cooperación. Cuando uno de los
miembros del equipo quiere sobresalir por encima de sus compañeros se
tiene que tener cuidado ya que estos elementos están acostumbrados a
trabajar solos y no han entendido que existe un equipo y un líder. El
director debe ser muy franco para orientarlo y que pueda trabajar en pro
del equipo.

Es nuestra responsabilidad como líderes hacer que la maquinaria de ese


equipo funcione. Yo los invito a que se acerquen a las empresas que dan
orientación y capacitación desde la conformación, integración y
desarrollo de los equipos de alto rendimiento.

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