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CAP 7: PROCESOS DE APRENDIZAJE DEL LENGUAJE DE LOS NINOS.

Cognición y lenguaje
Las capacidades cognitivas permiten a los niños actuar de una manera diferente, si bien no
provocan directamente cambios lingüísticos. La cognición y el lenguaje están fuertemente
relacionados en virtud de factores subyacentes que regulan el desarrollo de cada uno ellos. Esto
quiere decir que no existen relaciones globales, sino de carácter más específico.
Comprensión y producción
La relación entre producción y comprensión cambia en virtud de los diferentes ritmos de
desarrollo, y de los diversos requerimientos que tareas lingüísticas determinadas exigen de los
niños.
Principios universales de aprendizaje del lenguaje.
1. Prestar atención al final de las palabras.
2. Las estructuras fonológicas de las palabras pueden modificarse de manera sistemática.
3. Prestar atención al orden de las palabras y de los morfemas.
4. Evitar las interrupciones y la reorganización de las unidades lingüísticas.
5. Las relaciones semánticas subyacentes deben señalarse de forma clara y explícita.
6. Evitar las excepciones.
7. Los marcadores gramaticales deben tener sentido desde el punto de vista semántico.
Diferencias individuales
Los niños no sólo se diferencian en cuanto al ritmo que sigue su desarrollo lingüístico, sino
también respecto a la ruta que éste adopta. Los niños de 42 meses con un desarrollo normal
pueden mostrar una variación superior a los 30 meses. Estas diferencias individuales de carácter
evolutivo están relacionadas con diferencias intelectuales, de personalidad y en el estilo de
aprendizaje; con diferencias étnicas y con el tipo de lenguaje que se habla en casa; con el estatus
socioeconómico, la estructura familiar y el orden de nacimiento.
El habla de los adultos a los niños
Durante los primeros dos años de vida, los padres hablan con sus hijos, nombran objetos y
sucesos, y responden a sus intentos comunicativos. Sin embargo, es una simplificación suponer
que los niños se limitan a aplicar las etiquetas que escuchan de sus padres a los conceptos que
han construido. El significado también procede de los propios procesos comunicativos. Aunque
las palabras aparecen inicialmente restringidas por el contexto conversacional, se van haciendo
cada vez más flexibles a medida que los niños utilizan y encuentran esas palabras en contextos
diferentes y modifican gradualmente su significado. Cada vez que conversan con sus hijos los
padres contribuyen a que éstos adquieran el lenguaje mediante técnicas como el modelado, las
señales, la instigación y las conductas consecuentes que afectan a la conducta lingüística de sus
hijos.
Características del mamaés en comparación con el habla entre adultos.
Paralingüísticas

• Habla más lenta, con pausas largas entre emisiones y tras las palabras más importantes
• Tono más alto y más amplio
• Entonación exagerada
• Intensidad sonora muy variada
• Escasas ruptuas del discurso (1 por cada 1.000 palabras frente a 4,5 por 1.000 entre
adultos)
• Pocas palabras por minuto
Léxicas

• Vocabulario más restringido


• El triple de parafraseo
• Referencias más concretas al aquí y ahora
Semánticas

• Rango de funciones semánticas más limitado


• Más apoyo contextual
Sintácticas

• Menos frases interrumpidas


• Frases más cortas y menos complicadas (aproximadamente el 50% son palabras aisladas
o afirmaciones
• breves)
• Frases bien construidas e inteligibles
• Escasas emisiones complicadas
• Más imperativos y preguntas (aproximadamente el 60% de las emisiones)
Conversacionales

• Pocas emisiones por conversación


• Más repeticiones (aproximadamente el 16% de las emisiones están repetidas en tres
turnos)
La incitación
La incitación incluye cualquier conducta de los adultos que exige o provoca una respuesta por
parte de los niños. Los tres tipos de incitación más comunes son el rellenado de huecos, las
imitaciones provocadas y las preguntas. En el rellenado de huecos, el padre dice algo como
«Esto es un...». Si el niño no responde u ofrece una respuesta incorrecta, el padre volverá a
intentar incitarle nuevamente. En cuanto a las imitaciones provocadas, el adulto dice
directamente: «Di X».
Los niños tienden a responder a algo más de la mitad de estas indicaciones. Las preguntas, por
su parte, pueden ser del tipo si/no, como por ejemplo «¿Esto es una pelota?» o de la variedad
Qu-, por ejemplo «¿Qué es eso?». Cuando los niños no contestan o lo hacen de manera
incorrecta, los adultos formulan de nuevo la pregunta. Aproximadamente, entre el 20 y el 50%
de las emisiones que las madres dirigen a los niños son preguntas de este tipo, aunque existen
amplias variaciones individuales.
Las respuestas no verbales que los niños ofrecen a las preguntas de sus madres parecen estar
muy influidas por los gestos que acompañan a la pregunta. De hecho, parece existir un fuerte
vínculo entre los gestos de la madre y las respuestas de los niños. Los gestos de la madre actúan
como captores de la atención o inductores de la acción. Progresivamente, a lo largo del primer
año de vida, se va incrementando el vínculo entre los gestos de la madre y las respuestas
verbales de los niños.
LA IMPORTANCIA DEL JUEGO
Resulta fácil olvidar que la mayor parte del lenguaje infantil se desarrolla en el contexto del
juego, tanto con los adultos como con otros niños. El juego resulta un vehículo idóneo para la
adquisición del lenguaje por un gran número de razones:
• El juego no tiene ningún objetivo básico, por lo que elimina la presión y la frustración del
proceso de interacción. Es divertido.
• Dado que los interlocutores comparten la atención y el dominio semántico, también comparten
los temas de los que hablan.
• Los juegos tienen una estructura recíproca de papeles, así como variaciones en el orden de los
elementos, tal y como le ocurre a la gramática.
• Los juegos, igual que las conversaciones, contienen adopción de turnos.
Los niveles de juego y de desarrollo del lenguaje parecen ser similares en la mayoría de las
lenguas. Si bien el juego y lenguaje pertenecen a ámbitos diferentes, se desarrollan de manera
interdependiente y se basan en un desarrollo cognitivo subyacente.
Inicialmente, tanto el juego como lenguaje son muy concretos y dependen del aquí y ahora. Sin
embargo, a medida que se desarrolla la cognición ambos se van haciendo menos concretos. Una
vez que los niños empiezan a combinar símbolos, también empiezan a jugar de manera
simbólica: cuando un objeto representa a otro diferente (por ejemplo, un zapato se usa como si
fuera un teléfono). De una manera similar, también los símbolos empiezan a representar
conceptos.
Obs: El aprendizaje del lenguaje es un proceso muy complejo que implica no sólo el
procesamiento lingüístico, sino también estrategias de aprendizaje y enseñanza por parte de los
niños y los adultos. Estas estrategias pueden variar en culturas distintas.
Algo especialmente importante es la comprensión y la imitación por parte de los niños. Ambos
aspectos tienen un papel central en el desarrollo del lenguaje, aunque sus relaciones exactas
permanecen sin explicar y parecen cambiar según el nivel de funcionamiento de los niños.

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