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Curso: Homilética 1
Alumnos:
Otoniel Bixcul Mogollón.
Vivian Karina Canú Sipac.
(Bosquejo Textual)
Dos Instrucciones Una Promesa.
Texto:
1 Corintios 15:58 “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre,
sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.
Introducción
A menudo consideramos que trabajamos arduamente en la obra, sin embargo en varias ocasiones creemos que no
recibimos la retribución merecida por nuestro esfuerzo. Como resultado renegamos de la iglesia y su apoyo hacia
nosotros, y terminamos poniendo en tela de duda la justicia de Dios.
Esto lo hacemos sin tomar en cuenta que El Señor nos da las instrucciones precisas, para que nuestro trabajo siempre de
fruto.
Cuerpo:
I. Siempre firmes: (estad firmes y constantes).
a. En tiempo de aflicción:
Como cristianos pasamos por momentos de lucha de tristeza, a veces pensamos que este momento será eterno quizá por la
desesperación de la misma, nos desilusionamos, disminuye nuestra fe o la perdemos.
Pero nos olvidamos de que ese tiempo de aflicción tiene un propósito y en la cual debemos recordar las instrucciones de
estar firmes y constantes etas instrucciones nos permitirá ver las cosas con más claridad y entenderemos que la aflicción
no es un problema es una oportunidad para no fortalecer nuestra fe.
b. Poniendo la mirada en Cristo.
Debemos estar firmes en Cristo y aquellas cosas que nos llevan a él.
Fijemos nuestra mirada en las verdades del cielo lo cual significa poner en práctica las prioridades celestiales.
El poner la mirada en Cristo no solo cuando me conviene o cuando me ven, poner la mirada en él es un estilo de vida que
elegimos y que es constante para agradar a nuestro Padre.
c. Perseverando hasta el fin.
Perseverar significa constancia, perseguir algo sin importar nada.
Perseverar con paciencia sin movernos de quien hemos creído, los tiempos cada vez se ponen más difíciles y sabemos que
es algo que debe pasar, el evangelio está siendo perseguido y cada vez esto será más difícil, peros solo los cristianos
verdaderos llegarán hasta el fin sin cansarse de hacer bien.
Si su meta es perseverar hasta el fin su testimonio será de evidencia que usted esta comprometido a seguir a Jesús.
a. Bendiciones Personales:
Para recibir esas bendiciones que Dios ofrece debemos hacerlo todo para él de buena gana y considerarlo como un acto de
adoración.
El que sirve al Señor con alegría sin esperar nada a cambio se le dará más de lo que tiene en esta tierra como lo vemos en
la parábola de los talentos que se le siguió dando más al que aprovechó e hizo algo con lo que ya tenía.
Pero lo más precioso es que todo aquel que trabaje para el Señor tendrá su galardón en el más allá porque Dios no es
injusto y paga conforme lo que hayamos hecho.
b. Bendiciones para la obra:
Respaldo divino del trabajo realizado: Ejemplos bíblicos sobran de como el señor usó la fe y la integridad de
un solo hombre en constante crecimiento para bendecir a su pueblo entero. Promesas como “no te dejaré ni te
desampararé” más que tener connotación personal, se refieren a que el señor usará nuestro trabajo, para edificar a
la iglesia completa.
Impacto en la vida de otros creyentes: “recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del
Espíritu Santo, de tal manera que habéis sido ejemplo a todos”. El Señor se vale de nuestro esfuerzo, y los frutos
que este da para motivar la vida de nuestros hermanos en Cristo a hacer lo mismo.
Crecimiento de la obra: ejemplo de ello son los apóstoles, Pedro y sus discursos, Pablo y sus viajes. Hombres
que manteniéndose firmes y creciendo, impactaron al mundo de manera humanamente imposible, diseminando el
evangelio de forma que aún su trabajo perdura hasta hoy.
Conclusión:
Si deseamos que nuestro trabajo en la obra sea fructífero, es indispensable que nuestra vida se mantenga firme y creciente
espiritualmente. También es importante recalcar, que si nuestro trabajo no es fructífero, esto puede deberse a deficiencias
en nuestro proceder.