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VICERECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CATEDRA: PASANTIA SOCIAL
Informe
Afrontando el Pánico
Alumna:
María Fernanda Montiel Gavidia
C.I: V-26.591.136
1. Conceptualización
2. Síntomas
3. Importancia.
4. Recomendaciones
Desarrollo
1. Conceptualización:
Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso
que alcanza su máxima expresión en minutos, son repentinos y frecuentes. Estos ataques se
caracterizan por una ola repentina de temor o incomodidad, o bien, una sensación de perder el
control, incluso cuando no hay un peligro real o un factor desencadenante claro. No todas las
personas que tienen un ataque de pánico llegan a tener trastorno de pánico. Los ataques de pánico
pueden ocurrir en cualquier momento. Muchas personas con este trastorno se preocupan por la
posibilidad de tener otro ataque y podrían hacer cambios considerables en sus vidas para evitarlo.
La frecuencia de los ataques de pánico es variable, desde uno por semana hasta varios episodios en
un corto espacio de tiempo seguido de grandes periodos sin ningún tipo de síntoma.
No existe una razón aparente que por sí sola justifique el desencadenamiento de ese intenso
malestar. Lo que sí puede ocurrir es que se haya estado sufriendo el efecto acumulativo de varias
preocupaciones que nos mantienen ansiosos durante un periodo, y que determinado evento
inofensivo o poco problemático facilite la expresión del ataque de pánico con todos sus síntomas
típicos.
2. Síntomas
Los ataques de pánico tienen muchas variantes, pero los síntomas suelen alcanzar su punto
máximo en cuestión de minutos. Después de que el ataque de pánico desaparece, puedes sentirte
fatigado y exhausto. Los ataques de pánico suelen comprender alguno de estos signos o síntomas:
Sensación de peligro o fatalidad inminente
Miedo a perder el control o a la muerte
Taquicardia y palpitaciones
Sudor
Temblores o sacudidas
Falta de aliento u opresión en la garganta
Escalofríos
Sofocos
Náuseas
Calambres abdominales
Dolor en el pecho
Dolor de cabeza
Mareos, sensación de desvanecimiento o desmayos
Sensación de entumecimiento u hormigueo
Sentimientos de irrealidad o desconexión.
3. Importancia
Si no se tratan, los ataques y el trastorno de pánico pueden afectar casi todas las áreas de tu
vida. El temor a que vuelva a aparecer una crisis y todos los elementos que se relacionan con los
ataques de pánico ya vividos (el lugar donde ocurrió, lo que llevaba puesto ese día, con quién había
hablado, etc.) son susceptibles de generar ansiedad. Se desarrollan incontables conductas evitativas
de todos estos elementos y la persona se va aislando. El constante estado de alerta tiene
consecuencias en la capacidad de concentración, en la memoria, en el sentimiento de autovalía y en
el estado de ánimo, disminuyendo así el bienestar personal y la calidad de vida.
4. Recomendaciones
Acude al psicólogo: El primer consejo tiene que ver con la prevención y con la realización
de una intervención psicológica, en la consulta podrás solucionar tus dudas sobre lo que te está
pasando y recibirás un entrenamiento para saber qué hacer exactamente en cada caso. Los consejos
para gestionar un ataque de pánico que verás a continuación deben ser vistos como una ayuda
paralela a esta intervención psicológica.
Busca un lugar relativamente calmado: cuando notes que empiezan a producirse un
ataque, busca un lugar relativamente calmado en el que puedas estar. Es importante
remarcar el “relativamente”: no hay que obsesionarse con encontrar la zona más silenciosa
y solitaria, porque el sentimiento de urgencia alimentaría aún más el trastorno de ansiedad.
Céntrate en la respiración: Cuando te da un ataque de pánico se producen cambios en la
respiración ya que en general tendemos a respirar de forma más rápida y poco profunda. Se
acelera tu ritmo cardíaco y parece imposible calmarte y relajarte. Es exactamente el
momento de concientizar tu respiración, calmarla y mantenerla bajo tu dominio.
Reconoce las señales: Conocer las sensaciones anteriores a un ataque de pánico hará que te
sientas más preparado para lidiar con la ansiedad y lo hagas de una forma rápida y eficaz.
Repite frases que te calmen: Es importante frenar el pensamiento negativo pero también
cambiarlo por otro adaptativo. Haz una lista de pensamientos que te calmen y déjala en un
lugar accesible por si el ataque se repitiera. Alguno de esos pensamientos podría ser: “Sé
cuáles son los síntomas del ataque de pánico, sé que no me voy a morir porque la
sensación de ahogo termina pasando si respiro bien”. “Este dolor va a pasar, ya he
superado un ataque de pánico antes.” “Sé que va a llegar un momento en el que los
síntomas empiecen a disminuir y desaparezca el malestar.”
Cuando una persona está teniendo un ataque de pánico, es útil decirle cosas como las siguientes:
"Puedes superarlo".