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¿QUÉ ES UN ATAQUE DE PÁNICO?

Un ataque de pánico es una gran cantidad de ansiedad que llega de forma súbita, las
personas que lo han sufrido lo describen como una sensación muy desagradable en la que
sienten que van a morir, sufrir un ataque al corazón, perder el control, ahogarse o
desmayarse.

Un ataque de pánico empieza de repente y suele durar entre 5 y 20 minutos pero podría
durar más tiempo. Durante un ataque de pánico se puede experimentar una sensación de
miedo o terror intenso, dificultad para respirar o respiración agitada, tensión o dolor de pecho,
cambios en los latidos del corazón, mareos, sudoración y temblor. Podría desencadenarse
con un evento estresante o sin motivo.

CÓMO AYUDAR A ALGUIEN DURANTE UN ATAQUE DE PÁNICO

1. Mantén la calma. Para las personas que sufren un ataque de ansiedad, estar
acompañados de alguien que se muestra tranquilo normalmente les resulta reconfortante y
ayuda a su relajación. Se recomienda intentar tranquilizar a la persona recordándole de forma
calmada que el ataque pasará.

2. Intenta tranquilizar a la persona. Es importante recordarle a la persona que lo sufre que


no está en peligro: normalmente dura unos 10 minutos y una vez que ha llegado a su máxima
intensidad, lo siguiente que pasa es que se reduce la sensación de malestar hasta llegar a
desaparecer.

3. Anímalo/a a respirar profundo. Las respiraciones lentas y profundas favorecen que la


persona se tranquilice más rápidamente. Es una buena idea realizar esas respiraciones con
él/ella.

4. Evita comentarios como “no entres en pánico” o “no te pongas nervioso/a”. Aunque
se digan con buena intención, frases de este tipo hacen que la persona no se sienta
comprendida y esa sensación es la que queremos evitar durante el ataque de pánico.

5. Utiliza técnicas para centrarse en algo del presente. Uno de los síntomas de los ataques
de pánico es la sensación de que por unos momentos nuestro cuerpo no nos obedece ni nos
pertenece. Por eso es buena idea utilizar algunas técnicas para enfocarse en algo concreto
del presente. Por ejemplo, si le damos algún objeto podemos decirle que se centre en su
forma o textura, o le podemos pedir que cuente cuantas cosas de un determinado color hay
en la habitación o preguntas similares.

6. Pregúntale qué necesita. Normalmente después de sufrir un ataque de pánico la persona


está muy cansada. También puede que siga teniendo algún temblor o que tenga calor.
Ofrécete a traerle un vaso de agua o algo para comer.

7. Traslada a la persona a un lugar tranquilo.

8. No hagas suposiciones respecto de lo que la persona necesita. Pregúntale.

9. Háblale a la persona con frases cortas y simples.

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