0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
4 vistas8 páginas
Una crisis de ansiedad se caracteriza por la aparición súbita de intensos síntomas físicos de ansiedad como dolor de pecho, sudoración, palpitaciones y dificultad para respirar, acompañados de miedo intenso. Estos síntomas se deben a la activación del sistema nervioso simpático. Algunas formas de ayudar a alguien que sufre una crisis incluyen animarles a respirar con calma, mantener contacto visual, sacarles a caminar a un entorno más tranquilo y ofrecerles una escucha
Una crisis de ansiedad se caracteriza por la aparición súbita de intensos síntomas físicos de ansiedad como dolor de pecho, sudoración, palpitaciones y dificultad para respirar, acompañados de miedo intenso. Estos síntomas se deben a la activación del sistema nervioso simpático. Algunas formas de ayudar a alguien que sufre una crisis incluyen animarles a respirar con calma, mantener contacto visual, sacarles a caminar a un entorno más tranquilo y ofrecerles una escucha
Una crisis de ansiedad se caracteriza por la aparición súbita de intensos síntomas físicos de ansiedad como dolor de pecho, sudoración, palpitaciones y dificultad para respirar, acompañados de miedo intenso. Estos síntomas se deben a la activación del sistema nervioso simpático. Algunas formas de ayudar a alguien que sufre una crisis incluyen animarles a respirar con calma, mantener contacto visual, sacarles a caminar a un entorno más tranquilo y ofrecerles una escucha
también conocida como ataque de pánico o ataque de pánico, una crisis de
ansiedad se caracteriza por un momento en el que los síntomas de ansiedad se manifiestan de forma brusca y repentina, con síntomas físicos importantes acompañados de miedo y preocupación intensos.
Estos síntomas están relacionados con la activación de nuestro sistema
nervioso simpático, también conocido como sistema de respuesta de lucha o huida. Algunos síntomas de un ataque de ansiedad pueden variar de un individuo a otro, pero en general incluyen: Dolor de pecho;
Sudor intenso;
Palpitación;
Temblores;
Náuseas y/o vómitos;
Dificultad para respirar y/o sensación de asfixia;
Miedo a perder el control;
Miedo a morir;
Sensación de desmayo;
Sensación de estar fuera de sí.
Ayuda con la respiración
Animar a la persona a respirar con calma es importante para romper
el ciclo del jadeo, favorecer la relajación muscular y ralentizar el pensamiento. Muestre presencia y anime a la persona en crisis a realizar un ejercicio de respiración con usted. Hacer contacto visual
El contacto visual es otra demostración de presencia. Durante una
crisis, es importante que el individuo sienta que no está solo y, más que eso, el intercambio de miradas será un punto de referencia para centrarse, haciéndole centrarse en otras cosas y olvidarse de sus pensamientos malo. Salir a caminar
El entorno en el que comenzó la crisis puede provocar malestar.
Invita a la persona a salir a caminar y llévala a otro lugar tranquilo. priorizar la escucha activa
Cada persona afronta una crisis de ansiedad a su manera. Algunas
personas prefieren desahogarse, otras sienten vergüenza. Así que pregúntale siempre si tiene algo que decir. Ofrecerle una escucha activa y empática, que no minimice su sufrimiento, sin frases que demuestren incomprensión o que digan cómo debe sentirse. Busque ayuda profesional Si estás pasando por un momento difícil o conoces a alguien en esta situación, debes saber que la ayuda profesional es fundamental para superar este obstáculo. Los ataques de ansiedad se pueden curar y no deberías sufrirlos para siempre.
Busque ayuda psiquiátrica antes de que la afección progrese, lo que