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MAR

DERECHO COMERCIAL I
C-I - p r i m e r c u at r i m e s t r e
Estimado Alumno:
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Aumentada contenidos audiovisuales que el docente ha desarrollado especialmente para Usted.
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Índice
Presentación 4

Programa 5

Mapa Conceptual 6

Macrobjetivos 7

Agenda 8

Material 8

Glosario 9

Módulos *
Módulo 1 11
Módulo 2 17
Módulo 3 19
Módulo 4 24
Módulo 5 26
Módulo 6 29
Módulo 7 34
Módulo 8 38
Módulo 9 41
Módulo 10 47
Módulo 11 53
Módulo 12 55

* Cada módulo contiene:


microobjetivos
contenidos
actividades

Impresión
Impresióntotal
totaldel
deldocumento
documento259
56 páginas
páginas

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 3


Presentación

Bienvenido a DERECHO COMERCIAL I

¡Bienvenido a la asignatura!
En esta materia comenzaremos con el estudio del derecho comercial como
disciplina autónoma que regula las actividades mercantiles.
La asignatura encuentra su funda-
mento e importancia en el desarrollo
de las actividades comerciales en la
actualidad y su injerencia en el deve-
nir económico de un país. Asimismo,
el crecimiento de la empresa como un
ente en franco desarrollo en las econo-
mías globalizadas, obligan al estudio
de los distintos institutos mercantiles,
debiendo diferenciarlos de las institu-
ciones del derecho civil, tanto por su
origen y finalidad, pero no ya en gene-
ral en su distinción legislativa por la reciente unificación normativa del derecho
privado y la sanción del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. Ello nos
obliga a recordar que a partir de agosto de 2015 son derogados el Código Civil
y el Código de Comercio, ambos elaborados por el Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield,
creándose un nuevo código que contiene ambas ramas del derecho privado,
esto es el derecho civil y el derecho comercial.
¿Qué contenidos vamos a desarrollar?
Son diversos los temas que trabajaremos y todos ellos resultan de vital importancia
para su futura actividad como profesionales, comerciantes e intermediarios entre
partes, ya sea en la labor del corretaje como en la venta por subasta extrajudicial.
Le proponemos abordar, entre otros, los siguientes temas: el origen del comercio
como actividad natural del hombre, el nacimiento del Derecho Comercial como
marco regulador de dicha actividad, el conocimiento del acto de comercio eco-
nómico como tal, la intermediación como una de sus características distintivas, al
ánimo de lucro, el accionar de la empresa, el reconocimiento de los sujetos de
las relaciones comerciales y la actividad económica, las sociedades y las figuras
asociativas, los títulos de crédito que permiten entre otras cosas agilizar la circu-
lación de la riqueza, la noción de obligaciones y contratos de derecho privado
que luego devengarán en típicamente comerciales, las distintas operaciones y
contratos bancarios y el contrato de compraventa mercantil.
Todo ello, en este ajustado resumen, teniendo en cuenta al cambio legislativo
operado en nuestro país, por lo que el nuevo código civil y comercial será la
herramienta fundamental para el aprendizaje de la asignatura.
¿Está preparado para comenzar? Lo invitamos a leer el contenido de cada uno de
los módulos y realizar las actividades que allí proponemos; a modo de hoja de
ruta le proponemos que consulte el mapa conceptual de la materia.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 4


Programa

Módulo 1: El comercio
Antecedentes históricos. Sistemas contemporáneos. Concepto económico y
concepto jurídico de comercio. Derecho comercial: Definiciones. Caracteres.

Módulo 2: Fuentes del derecho comercial


Concepto de fuente. Fuentes formales y materiales. La ley comercial. La ley civil.
La costumbre y los usos del comercio.

Módulo 3: Acto de comercio


Distintas concepciones del derecho comercial (Subjetiva, Objetiva y Neosub-
jetiva). Derecho comercial como derecho de la empresa. Teorías del acto de
comercio. Clasificaciones (Siburu, Vivante, Azzariti, Rocco). Sistema legal nacio-
nal en el sistema anterior. Actos intrínsecamente mercantiles. Actos por conexión
o anexión. Arts.- 8, 5, 6 y 7 del Código de Comercio. De 1859. Su derogación
como norma positiva vigente. Su existencia en la realidad. Sistema actual: La
unificación legislativa.

Módulo 4: Sujetos de las relaciones mercantiles


El comerciante: Concepto. Sistemas legislativos. La matrícula. Clasificación. Capa-
cidad.- Adquisición y pérdida de la calidad. Prueba. Derogación del estatuto perso-
nal del comerciante. Su reemplazo por sujetos que lleven adelante una actividad
económica organizada. Análisis del art 320 del nuevo Código Civil y Comercial.

Módulo 5: Obligaciones de los comerciantes


Obligaciones comunes: Registro Público de Comercio. Sistemas legislativos.
Otros Registros. Libros de Comercio. Clases. Sistemas legislativos. Exhibición
total y parcial. Análisis del llevado de libros contables en el nuevo Código Civil y
Comercial Argentino.

Módulo 6: Sociedades
Concepto. Legislación aplicable. Tipos societarios. Efectos de la inscripción en
el Registro público de Comercio. La llamada Sociedad de hecho. Sociedad de
Responsabilidad Limitada. Sociedad Anónima. La sociedad anónima uniperso-
nal. Principales modificaciones en la ley de sociedades.

Módulo 7: Títulos de crédito


Títulos de crédito: Concepto, caracteres, requisitos, legislación aplicable. Su
inserción legislativa en el nuevo código. El cheque: Concepto, requisitos for-
males, clases, modalidades de emisión. Legislación aplicable. Ley de cheques.

Módulo 8: Operaciones Bancarias


La actividad bancaria. Clases de operaciones: Activas, pasivas y neutras. Dere-
cho Bancario: Origen y evolución. Marco legal.

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Módulo 9: Contratos bancarios
Cuenta corriente bancaria. Descuento. Leasing. Su incorporación legislativa en
el nuevo Código Civil y Comercial Argentino.

Módulo 10: La Teoría general de la Contratación


Obligaciones y contratos: Noción. Generalidades. Clasificación, Formación y
perfeccionamiento de los contratos. Interpretación. Prueba de los contratos.
Formas legales de los contratos.

Módulo 11: La compraventa


Concepto. Comercialidad. Caracteres. Diferencia con otras figuras. Elementos:
La cosa y el precio. Tradición. Señal o arras. Efectos.

Módulo 12: Garantías por vicios aparentes y vicios ocultos


Similitudes y diferencias. Acciones emergentes. Plazo de ejercicio.

Mapa conceptual

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Macroobjetivos

• Iniciar el estudio del Derecho Comercial como rama autónoma del Derecho
y del comercio, en sus aspectos jurídicos y económicos, para abordar con
éxito las situaciones especiales y particulares que regula.
• Desarrollar habilidades que le permitan llevar a cabo con éxito su labor en el
marco de las actividades comerciales típicas y afrontar el desafío de encon-
trar nuevas formas de comerciar.
• Reconocer las fuentes del derecho en general y del derecho comercial en
particular, para aplicarlo en supuestos concretos en el futuro ejercicio pro-
fesional.
• Distinguir la actividad económica organizada para reconocer a los sujetos
actores de la misma y conocer así las obligaciones que la ley les impone, ya
sea que la actividad sea llevada a cabo por una persona humana o por una
sociedad.
• Aprender los principales contenidos de la teoría de los títulos de crédito
en general, para luego aplicarla en particular a algunos de ellos, como el
cheque y el pagaré.
• Conocer los derechos y obligaciones que la ley le impone a los comercian-
tes para poder cumplir cabalmente con los preceptos legales atinentes en
la especie.
• Aprender los principales contenidos de la teoría general de la contratación
para aplicarlos en la formación e intervención de contratos en particular que
serán realizados, gracias a su intermediación, por quienes requieran vues-
tros servicios.
• Conocer los principales contratos bancarios y el contrato de compraventa,
como fuente de financiamiento y crédito los primeros, y como madre de la
actividad mercantil el segundo.

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Agenda

Porcentaje estimativo por módulo, según la cantidad y complejidad de con-


tenidos y actividades.

7% 7% 7% 11% 7% 7% 7% 7% 7% 7% 13% 13%


Módulos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12

Representación de porcentajes en semanas:

Semanas
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
M1 M2 M3 M4 M4 -M5 M6 M7 M8 M9 M10 M11 M11 - M12 M12

Actividad 1 de Actividad 2 de Actividad 3 de Actividad 4 de


la evaluación la evaluación la evaluación la evaluación

Material
Material básico:
Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación IC 1

Material complementario:

• Contenidos desarrollados en la materia.


• Escuti, Ignacio. Títulos de Crédito. Bs. As., Astrea, 1985.
• Muiño, Orlando. Comentarios de Derecho Comercial y Bancario. Cór-
doba, Advocatus, 2005.
• Richard Efraín, Hugo y Muiño, Orlando. Derecho Societario. Bs. As.,
Astrea, 1998.
• Ley 19.550. Ley de Sociedades Comerciales.
• Decreto Ley 5965/63.
• Ley 24.452. Ley de Cheque.

IC Material
información complementaria 1

Podrá acceder a esta información complementaria desde la Plataforma

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Glosario
Abstracción cartular: Es la independencia del derecho cartular de la causa que
le dio origen.
Acción: Titulo valor representativo de la participación societaria del socio en una
sociedad anónima.
Álea: En el derecho contractual argentino, el álea es cualquier circunstancia a la
cual se sujeta el resultado de un contrato oneroso. Es decir, no son las obligacio-
nes (efecto del contrato) las que nacerán o se extinguirán en forma definitiva por la
producción de esa circunstancia, ya que en este caso nos encontraríamos con un
contrato condicional (y de ahí la posibilidad de que produzca o no efectos) o con uno
de plazo incierto. Lo que determina el hecho aleatorio en el contrato, es el resultado
del mismo, ya que su inclinación hacia uno u otro lado o inclusive su producción o
no, colocará en situación ventajosa a una de las partes intervinientes en tal operación
económica en detrimento del (o de los) otro (s) celebrantes del Contrato.
Arras: Es la suma de dinero que se entrega para confirmar el contrato o para
arrepentirse con pérdida de la misma suma, doblada. En materia comercial, la
seña o arras es siempre confirmatoria y no permite el arrepentimiento.
Autonomía cartular: Adquisición originaria por cada uno de los que participen
en la circulación de un título valor, que los hace adquirir un derecho nuevo.
Banco: Entidad autorizada por la ley para actuar como agente de intermediación
entre la oferta y la demanda de dinero.
Capital Social: Conjunto de bienes de una sociedad comercial formado por el
aporte de los socios.
Causa del contrato: Es la finalidad económico-jurídica, que es propia de cada
tipo de contrato, y tenida en cuenta al momento de la contratación.
Cheque: Es una orden de pago pura y simple librada contra un banco donde
el girado tiene fondos depositados en cuenta corriente bancaria o autorización
para girar en descubierto, si fuera un cheque común, o deberá tener fondos a
cierta fecha futura si fuera un cheque de pago diferido.
Comerciante: Toda persona humana que realiza o lleva adelante una actividad
económica organizada.
Comercio económico: Actividad continua de intermediación entre productores
y consumidores para hacer llegar a éstos los productos de aquellos, sin alterar-
los, y obtener una utilidad en dinero.
Comercio jurídico: Es el conjunto de relaciones de derecho, engendradas por
diversas actividades a las que nuestra legislación vigente reconoce como mer-
cantiles.
Contrato: Hay contrato cuando dos o más personas se ponen de acuerdo sobre
una declaración de voluntad común destinada a reglar sus derechos (art 1137
Viejo Código). Acto jurídico por el cual dos o más partes manifiestan su consen-
timiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas
patrimoniales (art. 957 Código Civil y Comercial).
Costumbre: Observación constante de una regla de conducta por los miembros
de una comunidad, con la convicción de que responde a una necesidad jurídica.
Cuenta Corriente Bancaria: Contrato celebrado entre un banco y un cliente, por
el cual el banco se obliga a tener a disposición de la contraparte la suma acredi-

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tada o depositada para atender órdenes del cliente, conforme las modalidades
acordadas en el contrato.
Contrato por el cual el banco se obliga a inscribir diariamente, y por su orden,
los créditos y débitos, de modo de mantener un saldo actualizado y en dispo-
nibilidad del cuentacorrentista, y en su caso, a prestar un servicio de caja. (Art.
1393 Código Civil y Comercial).
Cuota Social: Parte alícuota del capital social en una sociedad de responsabili-
dad limitada.
Depósito Bancario: Es la operación por la cual el banco recibe fondos de sus
clientes y tiene la obligación de devolverlos cuando el cliente depositante lo exija
(a la vista), o al vencer el plazo por el cual se depositó.
Derecho comercial: Conjunto de normas jurídicas reguladoras de las relaciones
entre los particulares que derivan de la industria comercial o que son asimiladas
a ésta, en la disciplina jurídica y en su realización judicial.
Descuento Bancario: Contrato por el cual el banco, llamado descontante se
obliga con otra parte, llamado cliente o descontado a pagarle el importe de un
crédito pecuniario que esta parte posee contra un tercero y antes de su venci-
miento, descontándole los intereses hasta dicho momento, contra la cesión de
ese crédito a favor del banco.
Directorio: Órgano de administración necesario de una sociedad anónima.
Gerencia: Órgano de administración y representación necesario de una socie-
dad de responsabilidad limitada.
La ley: Es el pronunciamiento solemne del derecho, expresado por los órganos
adecuados que representan la voluntad preponderante de una multitud asociada.
Leasing: Contrato por el cual una persona llamada dador conviene en transferir
a otra persona llamada tomador, la tenencia de un bien cierto y determinado
para su uso y goce, contra el pago de un canon o suma de dinero periódica, y le
confiera una opción de compra respecto del bien.
Letra de cambio: Es el título formal y completo que contiene una promesa incon-
dicionada y abstracta de hacer pagar una suma de dinero a su vencimiento, y
que vincula solidariamente a todos los que intervienen en su circulación.
Pagaré: Es el titulo formal y completo que contiene una promesa de pagar una
suma determinada de dinero a su vencimiento y que vincula solidariamente a
todos los firmantes.
Sociedad: Cuando una o varias personas en forma organizada, conforme uno
de los tipos previstos en la ley 19550, se obliguen a realizar aportes para la
producción o intercambio de bienes o servicios participando de los beneficios y
soportando las pérdidas.
Teoría de la Autonomía de Voluntad: Lo acordado por las partes en un contrato
forma para ellos una regla obligatoria a la que deben someterse como si fuera
la ley misma.
Título de crédito: Es el documento necesario para ejercer el derecho literal y
autónomo en el contenido.

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Módulos MÓDULO 1

M1 Contenidos

El comercio
El comercio es una de las actividades que el hombre realiza desde la antigüe-
dad y comenzó cuando no pudo satisfacer por sí solo, en su tribu o pueblo, sus
propias necesidades y se vio obligado a intercambiar bienes con otros, siendo el
trueque la primera forma de comerciar.
La primera vía elegida para ello fue la navegación, ya que tanto los ríos como el
mar, ante la inexistencia de caminos seguros, fue el medio para el traslado de las
mercancías, especies o riquezas. Con el devenir histórico, esa forma primitiva de
comerciar fue mutando y evolucionando, apareciendo el intercambio, la riqueza
metálica, el papel moneda, la empresa de fábrica, la empresa de servicios y muchas
otras formas ya mucho más modernas de comerciar. Todo ello como un hecho de la
realidad que el derecho ha reconocido como actos de comercio en general.
Antecedentes históricos del derecho comercial
El derecho comercial con sus características y disposiciones tales como las que
conocemos hoy, comenzó a desarrollarse en el Medioevo; con anterioridad, sólo
existían normas aisladas, confundidas con un sentimiento religioso y general-
mente referidas a la actividad marítima.
El Derecho Comercial nació como una rama del derecho privado, por exigencias
del momento histórico. Existe una íntima correlación entre el momento histórico
y el derecho mercantil, lo que explica su evolución de acuerdo al signo de los
tiempos que se viven.
Primero apareció el trueque, que era sostenido, en un principio, con la única finalidad
de satisfacer necesidades vitales y que luego se realizó con ánimo especulativo.
Después, con las primeras codificaciones, ya aparece la noción orgánica de
derecho comercial; así, en el código de Hamurabi (1700 A.C.) ya existían normas
sobre agrupamientos societarios y depósito.
También en Grecia existieron regulaciones respecto de cuestiones comerciales
atinentes a la navegación.
En Roma, y ello resuelta importante por su penetración legislativa posterior en
gran parte de la Europa continental y luego en nuestras tierras por imperio de la
colonización, no se conocieron normas orgánicas de derecho comercial.
Esto es así, ya que el derecho romano era un derecho para el ciudadano romano
y este no comerciaba. La actividad comercial era considerada una actividad
menor y un tanto despreciable. Sin embargo, el comercio existía, pero era regu-
lado por otro derecho, consuetudinario, no oficial ni escrito, que se denominaba
Derecho de Gentes, siendo estas, las gentes, los habitantes del imperio que no
gozaban del estatus de ciudadano romano.
Recién a partir de la caída del Imperio Romano y fundamentalmente a partir de
los siglos XIV y XV, se comienza a dar un perfil subjetivo al derecho comercial y a
concebirse este como la rama que regula la actividad de un determinado sector:
los comerciantes.
El uso de los comerciantes, en su tráfico comercial cotidiano, da origen a un
nuevo derecho que se diferencia del civil. Éste, a su vez, se nacionaliza y en con-

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secuencia nace un derecho francés, diferenciado del alemán, del italiano, etc. En
cambio, el derecho comercial permanece internacional, como lo era el derecho
de gentes anteriormente.
El derecho estatutario que nace en las distintas ciudades italianas tiene singu-
lar relevancia en la aparición del derecho comercial. Incluso, en aquellas se
comienzan a resolver las cuestiones entre los comerciantes mediante una juris-
dicción comercial que actúa ex bono et aquo, o sea, de acuerdo al leal saber
y entender. Los procesos eran sumarísimos, sin formalidades, y los jueces
resolvían de acuerdo a los principios de la equidad.
El gran problema existente entonces, era la ausencia de un derecho orgánico y
leyes y tribunales que en forma uniforme pudieran aplicarse.
Para solucionar la falta de este es que en Europa, principalmente en Italia y Fran-
cia, y dado el florecimiento creciente de la actividad comercial y la existencia de
conflictos a resolverse, es que se crean en Europa, las llamadas asociaciones
o corporaciones de comerciantes de la edad media. Estos organismos, no ofi-
ciales, estaban formados por comerciantes (generalmente de una ciudad) y el
requisito para formar parte de la misma era la mera inscripción en dicho organ-
ismo. Eran presididas por un Cónsul y cogobernadas por un Consejo. Si hoy
pretendiéramos, aunque los límites no son tal claros, el cónsul haría las veces
de juez y el consejo de poder legislativo. Esto es que el primero resolvía los
conflictos que se suscitaban entre comerciantes y eran sometidos a su juicio, y
el comenzaba a sistematizar el derecho comercial en primigenias normas. Nace
entonces un derecho comercial subjetivado, esto es basado en el o los sujetos
que realizan una actividad, los comerciantes, sin importar el acto realizado. Uno
de los problemas que se presentaron luego, dada al prolífica actividad comercial
fue la participación de no comerciantes (no inscriptos en la corporación), cuando
contrataban con un comerciante y estallaba un diferendo. El derecho común
(normas del derecho civil romano subsistente) era ineficaz en su utilización, y la
corporación no podía intervenir en el juzgamiento ya que una de las partes no era
comerciante. ¿Cuál fue la solución que se encontró a dicho problema? Recurrir a
una ficción; ingeniosa, pero ficción al fin. Esto fue considerar al no comerciante
que contrataba con un comerciante, por ese sólo hecho, ficticiamente inscripto
en la corporación y entonces, siendo consideradas ambas personas comer-
ciantes, la competencia de la asociación era aplicable. De este modo, nace un
derecho comercial que se aplica no sólo a los comerciantes, sino que tiende a
regular conflictos que nacen como consecuencia del tráfico comercial, ya sea
que involucren o no a comerciantes individuales o a miembros de corporaciones.
Así es que las instituciones comerciales que surgen en el Medioevo, como lógica
consecuencia de las costumbres comerciales –tales como el seguro, la letra de
cambio, los documentos a la orden se perfeccionan o reglamentan a través de
normas específicas contenidas en la legislación comercial que se dicta.
Esta tendencia se acentúa aún más en la Edad Moderna, donde la progresiva gen-
eralización del derecho mercantil lo expande hacia los no comerciantes, regulando
aspectos generales de la vida comercial, como por ejemplo la letra de cambio.
Pero ese derecho comercial de base corporativa y subjetiva, basado en la cali-
dad comercial del sujeto, se ve destruido en forma posterior, fundamentalmente
por la célebre Ley de Chepalier de 1791 y los Edictos de Turgot que prohibían
y abolían toda forma de agrupación en base a corporaciones, permitiendo el
acceso al comercio a toda persona, independientemente de su calidad de com-
erciante. Se trata del espíritu de la Revolución Francesa.
Asimismo en Francia y antes de la sanción de un código comercial, se dictan
unas leyes, conocidas como las Ordenanzas de Colbert (por el apellido de su
autor) que cambian la mirada sobre la comercialidad, dejando de mirar al sujeto

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 12


que realiza el acto, para por el contrario, comenzar a mirar el acto realizado,
independientemente si quien lo realiza fuera comerciante o no. De esta forma se
muta de un derecho de una clase de personas (subjetivo) a un derecho de una
clase de actos (objetivo).
Dichas ordenanzas fueron el antecedente legislativo inmediato del código francés
de 1807 nace bajo la influencia de Napoleón, como una forma de frenar las bancar-
rotas, y consta de cuatro libros principales. El libro I se refiere a los comerciantes
en general, incluyendo a las bolsas, sociedades, agentes de bolsas, etc.; el libro II
se refiere al comercio marítimo; el III a la bancarrota, y el IV a la jurisdicción com-
ercial. Los arts. 631 y 632 de dicho cuerpo normativo dan inicio a la objetivación
del derecho comercial, consagrando legislativamente una serie de actos que por
una u otra cuestión, el legislador reconoce como comerciales. Dicha enumeración,
simplemente enunciativa, La principal crítica que se le realiza proviene de su falta
de definición categórica en cuanto a la subjetivización del derecho comercial, dado
que pretende objetivizarlo. Esto impone el surgimiento de un marco a qué clase de
actos pueden considerarse comerciales y por tanto aplicarles la ley comercial y en
caso de conflicto, ser juzgados por el juez del comercio.
Por otro lado, los códigos italiano de 1865 y español de 1829 ya se inclinan
directamente por el sistema objetivo, regulando la actividad cumplida por los
comerciantes y por los particulares, y generalizando de esta manera el derecho
comercial. Triunfa en definitiva la teoría objetiva del derecho comercial, que es
luego recogida por nuestro código de comercio.

Codificación y sus antecedentes


Como antecedentes directos de las codificaciones nacionales encontramos las
reglamentaciones de ciudades españolas, tales como la Ordenanza de Bilbao
que se comienza a aplicar en el Virreinato del Río de la Plata, conjuntamente
con las Leyes de Indias y la Ordenanza de Castilla. Se crea el Consulado de
Comercio de Buenos Aires y se le otorga jurisdicción comercial en la solución
de los conflictos mercantiles. Sus decisiones podían apelarse ante la Audiencia
designada por el Alcalde e integrada por comerciantes reconocidos.
Con posterioridad a 1810 se conocen pocos antecedentes del Código de Com-
ercio de 1859. La Asamblea de 1813 crea la matrícula de comerciante; Rivadavia
regula los actos de comercio y la jurisdicción comercial y Rosas suprime las
moratorias comerciales por los abusos cometidos.
Vencido éste por Urquiza en Caseros, y habiendo regresado del exilio chileno al país,
Sarmiento, este le propone a Vélez Sársfield la elaboración de un código civil, en lo
que el país trasandino ya había avanzado. Esto además porque legislativamente la
sanción de la Constitución Nacional de 1853 delegaba en el poder legislativo el dictado
de los códigos civil, comercial, penal y de minería. Vélez Sársfield rechaza dicha pro-
puesta y por el contrario propone la elaboración de un código de comercio, teniendo
en cuenta la creciente actividad comercial y la importancia del puerto de Buenos Aires
como centro de la actividad comercial. Se avoca a dicha tarea conjuntamente con el
Dr. Eduardo Acevedo y en 1859 se sanciona el Código de Comercio, que fue aprobado
para la Provincia de Buenos Aires, gobernada por Valentín Alsina, por encontrarse la
misma separada de la Confederación. Cuando se unifica la Nación luego de la der-
rota de Urquiza a manos de Bartolomé Mitre, dicho código se nacionaliza y pasa a
ser el Código de Comercio Argentino en 1862. Fue un código innovador, inspirado
en el derecho francés, español, portugués y el proyecto de Wattemberg. En un prin-
cipio constaba de cuatro libros: 1) personas de comercio, 2) actos de comercio, 3)
derecho de navegación y 4) insolvencia de comerciantes. Fue reformado en 1890 por
el proyecto –vanguardista– de Segovia, que le introdujo numerosos cambios.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 13


Posteriormente, distintas leyes comienzan a regular aspectos comerciales. Si
bien algunas se incorporan al Código de Comercio, desnaturalizan a éste como
un cuerpo orgánico de normas, como por ejemplo la ley de cheque, de quiebras,
de sociedades, de letra de cambio, pagarés, etc.

El Régimen Actual: La ley 26.944. Unificación Legislativa


Con la sanción de la ley 26.944, la que comienza a regir a partir del primero de
agosto del año 2015 se produce en nuestro derecho privado la llamada unificación
legislativa, derogándose el Código Civil y el Código de Comercio, redactados por
Vélez Sarsfield, y se sanciona el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.
De este modo se funde en un solo cuerpo normativo las relaciones de derecho
privado en general, dejando de lado el tratamiento legislativo en forma separada
que regía hasta ese momento; esto es, las cuestiones civiles, reguladas por el
código civil y las cuestiones comerciales, reguladas por el código de comercio.
Conforme los directores del proyecto de unificación se tuvieron en cuenta distin-
tos anteproyectos y proyectos anteriores, como el de Bibiloni (1926), Llambías
(1954), y los proyectos de 1987, 1993 y 1998. Es necesario decir entonces que la
unificación legislativa de estas dos ramas del derecho privado no fue una nove-
dad, ya que como se desprende de lo antedicho, existieron distintos proyectos
que no se cristalizaron en definitiva, pero por los que se intentó la unificación
legislativa hoy lograda.
Pero vale una pequeña aclaración. No dejan de existir las cuestiones civiles y las
cuestiones comerciales, sino que en lugar de haber dos cuerpos normativos que
la regulen, hoy existe, el nuevo código, un solo cuerpo legal.

Sistemas contemporáneos
Sistema objetivo: El que rige en su mayoría en la Europa continental, y en Latino-
américa, basado en una serie de actos que el legislador considera comerciales.
Sistema Subjetivo: Principalmente como referente al derecho alemán que con-
sidera, aunque no tan tajantemente al derecho comercial como el derecho de los
comerciantes, siendo entonces de base predominantemente subjetiva.
Sistema Anglosajón: Históricamente enemigo de la codificación general, y basa-
dos en la jurisprudencia de casos pilotos –leading case- como obligatorios y
sentando precedentes, propio en la actualidad del derecho inglés y el derecho
norteamericano, que carecen de ordenamientos generales y que son suplidas
por leyes estaduales y no nacionales.

El comercio - Concepto económico


Constituye la materia prima que ha de moldear el derecho comercial; es la reali-
dad y el objeto a regular por las normas mercantiles. Por ello, tener un concepto
preciso del comercio constituye el punto de partida indispensable para el cono-
cimiento y la enseñanza del derecho comercial.
En primer lugar, analizaremos el concepto económico del término, y luego nos
adentraremos en el jurídico. Esto se debe a que el primer aspecto es restringido
en relación al segundo, el cual abarca situaciones que la ley declara mercantiles.
Se ha dicho que el comercio contiene cuatro aspectos que lo caracterizan, a
saber: 1) actividad de intermediación; 2) deja inalteradas las cosas; 3) habituali-
dad; 4) ánimo de lucro.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 14


En consecuencia, podemos definirlo diciendo que: El comercio, económica-
mente, es la actividad continuada de intermediación entre productores y con-
sumidores para hacer llegar a éstos los productos de aquéllos, sin alterarlos y
para obtener ganancias.
Analizando estos requisitos surge evidente que la realidad económica del com-
ercial es justamente la intermediación. Alguien que se interpone en el intercam-
bio de bienes y servicios, o para decirlo más claro, alguien que se pone al medio
entre quien tiene un bien y quiere desprenderse del mismo, y quien quiere adquirir
dicho bien. Será entonces mercantil la actividad, en su aspecto económico,
cuando se limita al intercambio, sin el agregado de manufacturación de las mer-
caderías y con la finalidad de lucrar. Este último aspecto no se presenta sólo
cuando se logra una diferencia económica, sino también cuando se especula
en hacerlo, aunque en una primera etapa no exista beneficio económico directo.
Es así que se sostiene, a nuestro juicio acertadamente, que existirá comercio
cuando mediante una actividad de intermediación, se especula en la obtención
de un beneficio económico futuro, motivo por el cual el ánimo de especular es lo
caracterizador, más allá del real beneficio obtenido en la transacción.
En suma, el comercio, visto desde el punto de vista económico, tiene como
características primordiales la intermediación de los productos, realizada con el
espíritu de obtener una ventaja patrimonial, real, actual o futura.
Ahora bien, al comenzar con el análisis de la problemática mercantil, hemos de
advertir que no siempre la noción económica del comercio engarza en el con-
cepto jurídico, por cuanto el legislador ha incorporado, en el ámbito mercantil,
situaciones que económicamente pueden no ser consideradas comerciales.
Es por esto que podemos decir que: El comercio, jurídicamente, es el conjunto
de relaciones de derecho engendradas por las diversas actividades que nuestra
legislación vigente reconoce como mercantiles, siendo más amplio que el ante-
rior este concepto. Aquí no tiene mayor relevancia la intermediación, ni el ánimo
de lucrar, ya que veremos luego que el legislador ha considerado comerciales
actos en donde estos dos elementos ni siquiera existen. Ejemplo de ello son los
actos de navegación, los títulos de crédito y los llamados actos conexos a la
actividad comercial. En consecuencia, lo que es considerado comercio en sen-
tido económico, siempre lo es en lo jurídico, pero jurídicamente existen actos de
comercio que no lo son económicamente, siendo en consecuencia más amplio
el concepto jurídico de comercio.

Derecho Comercial
Nos adentramos en el estudio del derecho comercial, rama del derecho privado,
que presenta particularidades que le son propias y que en este mundo global-
izado se agudizan. Consideraremos en este curso al derecho comercial, como
rama absolutamente evolutiva del derecho con continuos cambios que, paradóji-
camente, demuestran la evolución creciente de la sociedad a la que rigen.
Cuando en un Estado, el derecho comercial no presenta severas mutaciones,
es que la economía no evoluciona, que no existe superación y por ende que se
ha ingresado en una etapa de estancamiento. Las grandes potencias mundiales
descubren cada día nuevas formas de vincularse comercialmente, nuevas mane-
ras de estrechar relaciones mercantiles que implican cambios, en una primera
etapa, en las convenciones particulares y luego en las legislaciones que recogen
la nueva realidad social que se les presenta.
En cuanto al concepto de derecho comercial, este puede variar conforme el
sistema de que se trate. Para un sistema subjetivo como el alemán, será el

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derecho de los comerciantes. Resumiendo y en un sistema predominantemente
objetivo como el nuestro, proponemos la definición de un autor italiano, Alfredo
Rocco que define al derecho comercial como “El conjunto de normas regulado-
ras de relaciones entre particulares que derivan de la industria comercial o que
son asimiladas a esta, en la disciplina jurídica y en su realización judicial”.
Entendemos que éste es un concepto abarcativo de la gran variedad de aspec-
tos que componen el derecho comercial. Este conjunto orgánico de normas
jurídicas cada día se expande más, cubriendo nuevas situaciones que el tráfico
comercial incorpora como nuevas formas de comerciar.
También debe resaltarse la significativa importancia que presentan los cambios
tecnológicos, sobre todo en el área de comunicaciones que acerca a las perso-
nas y permite un mayor fluido de transacciones.
Las normas jurídicas que regulan el derecho comercial no sólo se refieren a la
tarea comercial en sí misma, sino también al cumplimiento de los usos y costum-
bres mercantiles, e incluso contiene normas de carácter procesal, fundamental-
mente en materia concursal.
Por todo ello, entendemos que el concepto dado por Rocco engloba la mayor
parte de los contenidos del derecho comercial y significa una acertada caracter-
ización de esta rama del derecho.
Caracteres del derecho comercial: utilitario - consuetudinario - progresivo - uni-
versal - fragmentario - sustantivo – equitativo
Utilitario
Por cuanto se dice que las normas mercantiles tienden a regular aspectos dinámi-
cos de la vida comercial, siendo una herramienta indispensable para el ejercicio
del comercio. No es dable pensar en la existencia de una comunidad social
ajena al comercio, lo que sólo es concebido en la antigüedad cuando el hombre,
por sí solo y aislado de la realidad social, satisfacía sus propias necesidades.
Consuetudinario
Las normas mercantiles reflejan usos y costumbres arraigados en la vida com-
ercial y tienen, como carácter fundamental, regular los modos comerciales
adoptados por la gente. Ya nos hemos de explayar sobre ellos, al momento de
considerar las costumbres como una de las fuentes del derecho.
Progresivo
Este mismo concepto lo torna un derecho que se adecua al ritmo de los tiempos,
influenciado no sólo por las formas del comerciar, sino también por los cambios
que se experimentan en los otros campos de la ciencia con vinculación a la tarea
mercantil. Una sociedad debe ponerse sobre alerta cuando las normas mercan-
tiles se mantienen inalterables, puesto que ello constituye un signo inequívoco
de una quietud en la actividad económica que siempre es perjudicial.
Universal
Por cuanto los principios fundamentales que regulan el derecho comercial son
comunes a todas las legislaciones, las que sólo le agregan aspectos operativos
que son fruto de la actividad regional. Piénsese por ejemplo en la Unión Europeo
y el MERCOSUR.

Actividad 1: El Derecho Comercial


1. Explique detalladamente las diferencias existentes entre la concepción obje-
tiva y la concepción subjetiva del Derecho Comercial.
2. Enumere al menos tres caracteres del Derecho Comercial.

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M2 Contenidos

Fuentes del derecho comercial


Si partimos de la base ya aceptada de que el derecho es una actividad regula-
dora del orden social, hemos de considerar a continuación de qué se nutre el
legislador para crear la norma jurídica mercantil, o sea, cuál es la causa eficiente
de donde nace la norma jurídica comercial.
Existen dos clases de fuentes: las materiales y las formales.
Para clarificar diremos que fuente es de donde nace, brota o surge algo. En este
caso, de dónde nace, brota o surge el derecho comercial.
Fuente material es la realidad, la actividad comercial y el modo de comporta-
miento de una sociedad determinada. Esta fuente material de vital importancia
no es objeto de estudio aquí, sino que es analizada por la sociología, la psi-
cología, la antropología y la filosofía en su caso.
Por el contrario, las llamadas fuentes formales del derecho, revelan como dicha
realidad (fuente material) se exterioriza jurídicamente.
El derecho comercial se alimenta de dos fuentes formales principalmente: la ley
y la costumbre comercial.

La ley - Concepto
Se ha enunciado que la ley es el pronunciamiento solemne del derecho, expre-
sado por los órganos adecuados y que representan la voluntad preponderante
de una multitud asociada (Del Vecchio).
En consecuencia, la ley mercantil es la norma jurídica emanada de los órganos
competentes del Estado y destinada a regular la materia comercial.
Existe no una sola ley, sino una pirámide kelseniana que nos permite sistematizar
las leyes en cuatro: a) la Constitución Nacional y las provinciales; 2) las leyes de
comercio, especiales y generales; 3) los reglamentos que se dicten en su conse-
cuencia y 4) las ordenanzas comunales.
La Constitución Nacional reservó como facultad delegada al Congreso Nacional
la de dictar los códigos de fondo, y así se llevó a cabo con el dictado del código
de comercio. Hoy el mismo Congreso Nacional aprueba una ley que deroga el
Código Civil y el Código de Comercio, sancionándose el nuevo Código Civil
y Comercial de la Nación, que obviamente pasa a ser fuente en este caso de
derecho comercial en lo que tenga que ver con la materia y, por la primacía de
las normas, todas las leyes que se sancionen para regular la materia comercial
deberán ser concordantes con lo dispuesto por la C.N. En este sentido, esta es
fuente del derecho comercial.
Son fuente del derecho comercial las leyes que regulan distintos institutos com-
erciales, tales como la ley de letra de cambio, de cheque, de quiebras, etc.

Usos y costumbres
Ambos son modos de conducta cumplidos con determinada regularidad, que
imponen una manera de actuar en materia comercial. La diferencia que existe
entre ambos es que mientras las costumbres son formas de conducta aceptadas

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por la gente, con una fuerza interna propia que le da carácter obligatorio, en los
usos tal característica no existe. No obstante ello, los códigos en general men-
cionan a los usos y costumbres como términos.
En consecuencia, el uso conocido por el juez debe ser aplicado independiente-
mente de que las partes lo hayan probado, como si se tratara de la ley misma.
Sin embargo, si la existencia de la costumbre es alegada por las partes, y negada
por la otra, surge como un imperativo el deber de probarla. La costumbre es jus-
tamente un hecho y no un derecho, y como tal debe ser probado.
En materia comercial, y siendo un derecho en constante evolución y cambio, y
en ausencia muchas veces de una legislación específica, la costumbre adquiere,
de existir, un valor preponderante. Muchos de los artículos del Código remiten a
la costumbre ante la inexistencia de una solución legal expresa.

Otras fuentes del derecho comercial


Algunos autores consideran que la jurisprudencia, la doctrina de los autores, los
principios generales del derecho, la equidad, la analogía, también constituyen
fuentes emergentes del derecho comercial. Desde ya adelantamos que dicho
criterio no es compartido, dando razones.

La jurisprudencia es el pronunciamiento general y constante de una misma


manera de resolver por parte de las autoridades judiciales, en cuanto hace a la
aplicación del derecho. Las decisiones de los tribunales no constituyen fuente
de derecho, ya que en nuestro sistema de control de constitucionalidad, las sen-
tencias de los tribunales, aún superiores, no obligan al inferior, no crean derecho
obligatorio, sin perjuicio de que el conocimiento de dichos precedentes tienen
en el ejercicio de la profesión, un importante valor. El juez no crea el derecho,
sino que lo aplica.

Actividad 1: Ley y la costumbre


Identifique las principales diferencias entre la ley y la costumbre como fuentes
formales del derecho comercial.

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M3 Contenidos

Acto de comercio
Concepto del acto de comercio: evolución
En este módulo le proponemos estudiar los principios de la teoría general de
los actos de comercio, para su correcta distinción de otro tipo de actos jurídicos
y proceder a su reconocimiento y correcta aplicación de la legislación vigente.
Para comenzar, es importante comprender que el comercio es una de las activi-
dades que le hombre viene realizado desde la antigüedad. Podríamos decir que
el comercio comienza a tener lugar cuando el hombre vio que no podía satisfacer
por sí solo sus propias necesidades y tuvo que intercambiar bienes con otros,
siendo el trueque forma más primitiva de comerciar.
La primera vía elegida para ello fue la navegación, ya que tanto los ríos como el mar,
ante la inexistencia de caminos seguros, fue el medio para el traslado de las mer-
cancías, especies o riquezas. Con el devenir histórico, esa forma primitiva de comer-
ciar fue mutando y evolucionando, apareciendo el intercambio, la riqueza metálica,
el papel moneda, la empresa de fábrica, la empresa de servicios, y muchas otras
formas ya mucho más modernas de comerciar. Todo ello como un hecho de la reali-
dad que el derecho ha reconocido como actos de comercio en general.
En base a ello, y a lo largo del tiempo se fueron ensayando distintas teorías acerca
del acto de comercio y del derecho comercial, vistas las principales a continuación.
Teoría subjetiva: Las diversas concepciones que ha tenido a lo largo de la his-
toria el acto de comercio han suscitado las distintas teorías que lo califican de
acuerdo al elemento que resulte predominante para su caracterización. La caída
del Imperio Romano y la ausencia de un derecho comercial oficial o escrito, dio
lugar que las personas que se dedicaban a la actividad comercial se asociaran
o agruparan gremialmente, lo que dio cabida al nacimiento de las llamadas aso-
ciaciones o corporaciones de comerciantes de la Edad Media. Estas tenían una
doble función; la primera resolver las controversias o entredichos que se susci-
taban entre los comerciantes, y la segunda comenzar a legislar en forma escrita
distintas instituciones del comercio. Pero sólo esto era aplicable a las personas
que como comerciantes se encontraban inscriptos a dicha corporación o aso-
ciación. Nace entonces el derecho comercial como un derecho de una clase de
personas, y no como una clase de actos, poniendo el acento en el sujeto. Por
ello, la llamada teoría subjetiva entiende que el acto de comercio es el realizado
por el comerciante dentro de las corporaciones. Como tal, queda sujeto a las
regulaciones jurídicas específicas, con normas propias, fundadas generalmente
en los usos y costumbres comerciales de la época y en la equidad. Tal era la
importancia de los tribunales consulares comerciales, en los que las personas
no comerciantes que realizaban un acto de comercio aislado caían bajo su juris-
dicción, puesto que eran considerados comerciantes accidentales. En definitiva,
la calidad comercial del acto provenía del carácter de comerciante de la persona
que lo realizaba y no de la propia naturaleza del acto en sí mismo. Se miraba a
la persona que realizaba el acto y no al acto mismo como tal.
Teoría objetiva: La abolición de las corporaciones de comerciantes en Europa, los ide-
ales de la revolución francesa que pregonaban la igualdad de todos los ciudadanos,
y el dictado de ciertas normas relativas a ciertos actos que se consideraban comer-
ciales, independientemente de quien los realizara, hace que apareciera otra visión, u
otra teoría, llamada en esta caso Objetiva, ya que en lugar de poner la mirada sobre

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el sujeto que realiza el acto, dicha mirada se posa sobre el acto realizado, indepen-
dientemente de quien lo realice. Y entonces el acto será comercial por tener ciertas
particularidades propias, no dependiendo si fue realizado por un comerciante o no.
Esta teoría se plasma legislativamente con la sanción del el código francés de 1806,
que determina que los actos son comerciales per se, o sea, con independencia de
quien los realiza. Dicha visión empapa legislativamente a toda la Europa continental
y por consecuencia de la colonización es la que llega luego a nuestras tierras. Vélez
Sársfield, autor del Código de Comercio Argentino, tomó como fuente para su elabo-
ración justamente al código francés. Es por ello que es la concepción adoptada por
nuestra legislación, con algunas excepciones. En suma, la comercialidad del acto
depende del acto en sí, con independencia de la persona que lo realiza.
Teoría neosubjetivista: También conocida como el llamado derecho de la
Empresa, surge a partir de la nueva industrialización y considera que el acto de
comercio no es realizado por el sujeto especifico ni es comercial per se, sino que
únicamente es el cumplido por una nueva estructura creada por el hombre con
la finalidad de coordinar la producción de bienes y servicios llamada empresa.
Sólo los actos de empresa pueden y deben ser considerados comerciales.

Concepto de actos de comercio


Se han dado diversas definiciones sobre el mismo; cada una de ellas se emparen-
tada con la concepción que sostiene el autor que la realiza. Así, los subjetivistas
dicen que acto de comercio es el que realizan los comerciantes, puesto que
ellos entienden que los no comerciantes, cuando efectúan un acto de comercio,
adquieren la calidad de comerciante accidental.
Segovia y Siburu dicen que acto de comercio es todo acto de mediación entre la
oferta y la demanda, para promover y facilitar los cambios y obtener una ganan-
cia calculada sobre la diferencia de valores de cambio. Se ha criticado esta
definición, pues no todo acto de comercio significa una actividad de intercambio,
pero en general llega a abarcar la mayor parte de los caracteres del acto.
Por otra parte, un ilustre autor italiano, Alfredo Rocco sostiene que acto de com-
ercio es todo aquel que permite o facilita el intercambio. Esta postura también ha
sido criticada por los mismos motivos que la definición anterior, pues existen activ-
idades comerciales que no constituyen intercambio (libramiento de un cheque),
mientras que por otro lado hay actividades civiles que sí pueden realizarlo.
En síntesis, se ha entendido como imposible conceptualizar el acto de comer-
cio. La doctrina en general procura su enumeración legal y, en base a la misma,
determina luego la competencia comercial para su juzgamiento.

Clasificación de los actos de comercio


Siburu los clasifica en naturales y legales. En los primeros considera a los
económicamente comerciales y, en los segundos, a los que la ley otorga tal
carácter con independencia de su carácter económico.
Vivante distingue entre objetivos y subjetivos, vinculados con la persona que los
realiza o con su carácter comercial per se.

Rocco los clasifica de la siguiente manera:


1. Actos intrínsecamente comerciales: Se advierte en ellos como rasgo carac-
terístico la intermediación en el cambio, que puede ser sobre cosas (la com-

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 20


praventa comercial) dinero (operaciones de banco) trabajo (la actividad de la
empresa) o riesgos (el seguro).
2. Comerciales por anexión: Actos en donde no existe la intermediación, pero
que han sido reconocidos por la ley como comerciales por su normal conexión
con la actividad principal, ya que sirven para facilitar, promover, realizar o garan-
tizar un acto de comercio principal.

Actos de comercio - sistema nacional


El ya derogado código de comercio, enumera en el art. 8 del Código de Comer-
cio una serie o catálogo de actos que el legislador ha reconocido como comer-
ciales, ya sean naturales o por conexión, haciéndolo en forma enunciativa, y no
taxativamente, puesto que al comienzo de dicho artículo se dice que se declara
“en general”, admitiéndose otras formas de comerciar por similitud o analogía
puedan incorporarse en el futuro.
La determinación del carácter de comercial de un acto tenía importancia por
cuanto el mismo determinaba 1) la ley aplicable; 2) la jurisdicción comercial; 3) si
quien los realiza ha adquirido la calidad de comerciante; 4) en el caso de ser un
ente colectivo, si es una sociedad civil o comercial. Todo esto último ha quedado
sin efecto ya que existe hoy una sola ley aplicable por la unificación legislativa
existente, ya no hay una jurisdicción comercial única y se ha derogado el esta-
tuto personal del comerciante y las llamadas sociedades civiles.
Sin embargo, el análisis de lo que establecía este derogado art. 8 es de utili-
dad para comprender algunas formas de actos económicamente y naturalmente
comerciales, aunque hoy no sean ley vigente ni podamos hablar de un sistema
legislativo de actos de comercio.

Análisis del derogado art. 8


1. “Toda adquisición de una cosa mueble o de un derecho sobre ella, para lucrar
con su enajenación, bien sea en el estado en que la recibió o después de darle
una forma de mayor o menor valor”.
Adquisición es un término que significa incorporación patrimonial. Esto excluye todo
acto de adquisición originaria, como es el caso de bienes recibidos por herencia o
donación. Debe ser onerosa para contraponerla con la gratuita, que nunca es comer-
cial. Cosa mueble –comprende también la energía y las fuerzas naturales capaces de
ser apropiadas. Cuando se refiere a cosas muebles, la ley lo hace en el sentido amplio
del término, comprendiendo las cosas, corporales o incorporales, y los derechos sobre
las mismas, y excluyendo únicamente a los inmuebles por una cuestión histórica, ya
que el comercio no se desarrolló a través del intercambio o venta de inmuebles.
La ley expresa “para lucrar con su enajenación”, aunque debió decir “para espe-
cular”, atento a que una operación comercial puede resultar ruinosa y no pro-
ducir lucro. El lucro debe ser contemporáneo al acto, causa determinante del
mismo, conocido y específico. Por último, se puede alterar o cambiar la cosa, y
aún así sigue siendo un acto comercial. Surge de este análisis que la intermedi-
ación es el dato distintivo de este acto económicamente comercial. Se adquiere
para transmitir (comprar para vender, pretendiendo obtener ganancia).

2. La transmisión a que se refiere el inciso anterior, o sea la transferencia de los


derechos sobre las cosas muebles antes adquiridas. Quiere decir que tanto la
compra o adquisición como la venta deben efectuarse con dicha intermediación
y ánimo de obtener ganancias.

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3. Toda Operación de cambio, banco, corretaje o remate: Aquí en una misma
fórmula se han incorporado cuatro formas de comercialidad distintas.
Operaciones de Cambio: Existen dos tipos de operaciones de cambio: el manual,
que es el que realizan las casas de cambio con las divisas, y el trayecticio, que es
el que dio origen a la letra de cambio como modo de circulación de riqueza. En
la operación de cambio manual (cambio de una moneda por otra) el cambista se
interpone o intermedia entre quien quiere vender dicha moneda, y otro que quiere
adquirirla, percibiendo por ello una ganancia calculada entre los precios compra-
dor y vendedor. Estamos entonces frente a un típico acto de intermediación.
Operaciones de Banco: El banco o mejor dicho, las entidades financieras, son
el agente intermediador entre la oferta y demanda de dinero por excelencia. El
banco se interpone entre quien presta dinero al banco (operaciones de depósito)
y quien toma dinero prestado al banco (operaciones de préstamo. Esto es que
el banco presta el mismo dinero que ha tomado precedentemente prestado,
no pagando nada por ello o pagando un interés a un porcentaje determinado
y prestando ese mismo dinero, cobrando siempre por ello un interés a un por-
centaje mayor. La diferencia entre el interés que paga cuando toma dinero, y
lo que cobra cuando presta (spread) es en definitiva la ganancia del banco.
Dichas operaciones pueden clasificarse en activas (toda operación por la cual el
banco preste dinero) pasivas (toda operación en donde el banco reciba dinero
en concepto de depósitos) y neutras (operaciones de servicios como cobro de
impuestos, cajas de seguridad) son comerciales, y por ende se la aplicarán las
disposiciones comerciales pertinentes.
Operaciones de Corretaje: Las operaciones de corretaje son aquellas mediante
las cuales una persona se interpone entre la oferta y la demanda para facilitar
la contratación. Corredor es el que acerca la oferta y la demanda, procurando
la contratación y además asesorando a las partes en la realización del negocio,
por lo que se exige hoy para esta profesión el contar con título universitario y
posterior matriculación.
Operaciones de Remate: Por último, el inciso se refiere a las operaciones de
remate, o sea, la venta de bienes por intermedio de ofertas públicas realizadas en
el ámbito de la subasta, teniendo presente que el acto de remate, y por ende la
actuación del rematador o martillero, van a ser considerados actos de comercio
siempre que estemos frente a remates particulares y extrajudiciales, ya que si
estos remates se producen por orden de un juez, no se le aplican las leyes comer-
ciales, sino las leyes procesales que regulan el desarrollo de un proceso judicial.

4. Toda negociación sobre letras de cambio o de plaza, cheques y cualquier


otro género de documentos endosables o al portador.
Hoy podría subsumirse esta fórmula de comercialidad diciendo toda negociación
sobre títulos de crédito. Se acepta mayoritariamente la definición de estos títulos
como “El documento necesario para hacer valer el derecho crediticio en ellos
contenidos” Son documentos que nacieron al amparo de la actividad comer-
cial para instrumentar, garantizar y fomentar el otorgamiento y la circulación del
crédito. Existe una incorporación legislativa en el nuevo código de estos títulos
que son tratados allí en forma general. Algunos de estos de estos títulos son:
Cheque es una orden de pago pura y simple, librada en contra de un banco
donde el librador tiene fondos depositados en cuenta corriente o autorización
para girar en descubierto.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 22


Pagaré es un título de crédito formal y completo que contiene una promesa
incondicionada y abstracta de pagar una suma determinada de dinero y que
vincula solidariamente a todos los que intervienen en su circulación.
Warrant es un título de crédito que acredita la existencia de un depósito de
mercaderías y que permite al titular de las mismas la obtención de fondos,
entregando este título en garantía.
Debentures es un documento que acredita la realización de un préstamo a una SA.

5. Las empresas de fábrica, comisiones, mandatos comerciales, depósitos,


transporte de mercaderías o personas, por agua o por tierra.
Lo que se declara como comercial es la actividad que realiza la empresa, sea
de fábrica, de comisión, de mandato, de transporte, etc. La empresa entonces
es actividad organizada, pero careciendo de personalidad, la que siempre está
en cabeza de un empresario, que sí puede ser una persona física o una persona
jurídica. La empresa implica coordinación de factores de producción y conduc-
ción unificada, existiendo entonces intermediación en el trabajo (actividad) que
por volumen es considerado un acto comercial.

6. Los seguros y las sociedades anónimas, cualquiera sea su objeto


Hay seguro cuando el asegurador, mediante el pago de una prima o cotización,
se obliga a resarcir un daño o cumplir con la prestación convenida si ocurre el
evento previsto. El seguro es un contrato sumamente utilizado ya que gracias a
la existencia del mismo se posibilitan otro tipo de contratos. El asegurador se
interpone entre quien puede sufrir o causar un daño, en su persona o bienes, o
a otras personas o bienes ajenos, y el daño sufrido, obligándose a resarcirlo, a
cambio de una suma de dinero. Acaecido el daño, surge la obligación del ase-
gurador de pagarlo. Para que exista contrato de seguros deben existir lo que se
llama un interés asegurable (el bien jurídico que se pretenda proteger), el riesgo
(aquello que puede causar un daño que puede o no ocurrir) y la prima (el precio
del contrato de seguros que cobra el asegurador).
En cuanto a la segunda parte del inciso, hoy debería interpretarse como las
sociedades en general y no sólo las anónimas, ya que la ley de sociedades
19.550 comprende distintos tipos societarios (colectiva, en comandita, srl.)
además de la anónima. El acto de constituir una sociedad es considerado un
acto de comercio, aunque con una gran particularidad ya que además de cómo
acto, la sociedad debe verse también como una persona jurídica, sujeto comer-
ciante por excelencia.

7. La compraventa de buques, aparejos, fletamentos y todo lo que tuviere


que ver con la navegación marítima
Por una cuestión de desarrollo histórico, lo que hoy podríamos llamar todo acto
de navegación, sea por agua, tierra o aire es también un acto de comercio. Dicho
comercio comenzó a través del mar ya en la edad antigua (Asirios, Caldeos, y
Fenicios, fueron grandes navegantes), realizándose dicha actividad por agua
ante la imposibilidad de hacer en forma segura por tierra. También Grecia, Egipto
y Roma surcaron los mares en busca de nuevos mercados y así realizar el inter-
cambio de riquezas. Entonces por esa cuestión de desarrollo histórico es que
se considera a estos actos comerciales, existiendo leyes especiales que hoy
regulan especialmente la actividad (Código aeronáutico, ley de navegación, ley
de ferrocarriles, ley de transporte, etc.).

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 23


Todos estos supuestos que se mencionaran precedentemente han dejado de ser
ley vigente y objetiva, pero sin dudas a título de ejemplo constituyen un sustento
importante para comprender la comercialidad de un acto. Como vemos en la
realidad, la intermediación, el ánimo de lucro, las negociaciones en masa, el
intercambio y la producción y comercialización de bienes y servicios son los que
hacen que un acto pueda ser considerado comercial, aunque vuelvo a reiterar,
hoy la ley no haga ese distingo específico.
El desarrollo y el estudio de estos actos económica y naturalmente comerciales,
aunque no exista ya hoy el distingo legislativo entre actos civiles y comerciales,
tiene su importancia y reflejo, no sólo desde el punto de vista de lo jurídico, sino
a través de su registración o asientos contables, lo que dará lugar al estudio del
llevado de la contabilidad y los libros de comercio, lo que será motivo de estudio
en la unidad venidera.

Actividad 1: Actos de comercio


1 Explique cuáles son los requisitos para que se pueda considerar a un acto,
económica o naturalmente comercial.
2 Brinde una explicación de las llamadas operaciones de banco y exprese por
qué las mismas son consideradas comerciales.
3.Exprese cuáles son los elementos para que exista el contrato de seguros,
desarrollando una breve explicación de cada uno de ellos.

Llegado a este punto, usted está en condiciones de realizar la primera


actividad de la evaluación.

M4 Contenidos

Sujetos de las relaciones mercantiles


En el transcurso de este módulo esperamos que usted logre reconocer al comer-
ciante como el principal sujeto de las relaciones mercantiles, ya sea como per-
sona física o jurídica, identificando sus principales derechos y obligaciones y
teniendo en cuenta que usted podría llegar a ser considerado un comerciante,
en su futura actividad profesional.
A lo largo de este módulo hemos de analizar cuáles son las condiciones que
deben reunir estas personas, a los fines de poder ser parte de relaciones jurídi-
cas mercantiles.
El nuevo Código Civil y Comercial no define a la hoy llamada persona humana,
la que se denominaba en el ordenamiento anterior, persona física. Sí se hace el
distingo con la persona jurídica, importándonos fundamentalmente dentro de
ellas, a las llamadas hoy sociedades en general.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 24


El nuevo código no contempla el llamado estatuto personal del comerciante,
habiendo sido reemplazada esta fórmula por quien lleve una actividad económica
organizada, quien sea titular de un fondo de comercio o una actividad empresaria.
Se critica por parte de la doctrina y con razón, la eliminación de ese estatuto del
comerciante, que se encontraba definido en el art. 1 del código de comercio ya
derogado, por esta fórmula un tanto vaga e imprecisa. De todos modos, aunque
el nuevo ordenamiento no hable de “comerciante”, sin dudas sería la palabra
para definir a quien lleva adelante esa actividad económica.
La importancia de ello reitero es que siendo considerado dentro de esta “categoría”
surgirá la obligación de un sistema de contabilidad ordenado y la obligación de
conservación de esas constancias por un plazo establecido en la misma ley.

Sistemas legislativos en el derecho comparado


Existen fundamentalmente dos sistemas para la adquisición de la calidad de
comerciante en el derecho comparado, el sistema formalista y el sistema realista,
aunque algunos autores hablen también de un sistema mixto.
Sistema Formalista: Propio del derecho alemán, en donde la inscripción en un reg-
istro convierte a la persona en comerciante, sin importar que actos realice. Dicha
inscripción es constitutiva entonces de un derecho y una calidad determinada, ya
que mientras la persona no se encuentre inscripta, no podrá serle atribuida dicha
calidad. En buen romance: Se inscribió, es comerciante; no se inscribió, no lo es.
Sistema Realista: De raigambre francesa, en donde lo que hace comerciante
a la persona no es la inscripción (requisito formal), sino la actividad que lleva a
cabo o desarrolla (basada en la realidad), que es en definitiva realizar actos de
comercio en forma habitual y profesional.- Quiere decir que la persona no se
convierte en comerciante por la inscripción.
Ahora bien, vale aclarar que el derecho francés, como lo hacía nuestro derecho
hasta la vigencia de la ley actual, establecen la obligación de inscribirse en un
registro.- Dicha inscripción no es constitutiva, sino meramente declarativa y pub-
licitaria, siendo la consecuencia de la no inscripción en Francia del pago de una
multa, esto es, una sanción dineraria.

Actividad 1: Sujetos de las relaciones mercantiles


1. Detalle conforme el art. 320 del Código Civil y Comercial, quiénes son los
sujetos que podrían ser denominados genéricamente como comerciantes
2. Describa cuáles son los sistemas legislativos existentes en el derecho com-
parado respecto de la adquisición de la calidad de comerciante, analizando
someramente cada uno de ellos en sus similitudes y diferencias.
3. Explique genéricamente cuál es la obligación que surge para los sujetos
nombrados por el art. 320 c civil y comercial.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 25


M5 Contenidos

Obligaciones de los comerciantes


El Código de Comercio ya derogado, en su art. 33, determina las obligaciones
genéricas de los comerciantes, a saber:
1. Inscripción en el Reg. Púb. de Com., de la matrícula y documentos que la
ley ordena.
2. Seguir un orden uniforme de la contabilidad y de los libros de comercio.
3. Conservación de la correspondencia y papeles de comercio.
4. Rendir cuentas en tiempo y forma, cuando se encuentren obligados.
De todas estas obligaciones, conforme nuestro nuevo ordenamiento legal, sub-
siste la obligación del llevar un sistema uniforme de contabilidad y la obligación
de conservar estos libros de comercio por un plazo determinado por la ley.

Publicidad mercantil. El Registro Público de Comercio


Si bien mantener la reserva de los actos de comercio cumplidos por los comerciantes
es una característica propia del comercio y, a la vez, un derecho de los mismos,
debemos sin embargo considerar que existe una facultad de los que contratan con
los comerciantes de conocer el estado de su actividad. El equilibrio entre la preser-
vación del secreto comercial –como una estrategia de venta– y el derecho de los
terceros en conocer el estado del comercio es lo que debe guiar la política de pub-
licidad que se cumple por intermedio del Registro Público de Comercio. Éste puede
definirse como el organismo del Estado encargado de llevar la matrícula de los com-
erciantes e inscribir los documentos cuya publicidad es exigida por la ley mercantil.
Se afirma entonces que el Registro Público de Comercio es una oficina con sede
administrativa, pero dependencia judicial. Esto debe entenderse claramente en
el hecho de que todas las inscripciones, modificaciones y/o cancelaciones de
documentos ya inscriptos deben ser ordenados por el Juez del Comercio del
domicilio del que se trate.
Existen dentro del Registro Público de Comercio dos secciones perfectamente
diferenciadas: la de la inscripción de los demás documentos, cuya registración
es obligatoria por ley, y la de la matrícula.
Documentos cuya inscripción es necesaria: Subsiste la obligación de inscribir
los contratos constitutivos de una sociedad, con el efecto de la regularización de
la misma, y la posibilidad que tienen los terceros además, de poder consultar los
datos de esa sociedad.
No existe ya la obligación del comerciante de inscribirse, ni tampoco de inscribir
ciertos documentos que el viejo código establecía.
Libros de comercio:
La necesidad de que el comerciante mantenga una contabilidad organizada tiene
implícita la de llevar adelante libros de comercio en orden. Esto tiene una triple
incidencia: 1) por el interés del comerciante que le permite conocer su estado finan-
ciero en todo momento, 2) por el interés de quien contrata con el mismo, pues le
permite conocer el estado económico y financiero del comerciante y 3) por interés
de la sociedad en su conjunto, dado que en caso de procesos falenciales se puede
desentrañar las causas de la falencias y la evolución comercial del comerciante.

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No obstante ello, en la actualidad y con el desarrollo de la informática, el acceso
que se tiene a la contabilidad de los comerciantes permite conocer en instantes
el estado de sus negocios, la evolución, el índice de endeudamiento, etc.
El art. 320 y siguientes del Código Civil y Comercial determina la necesidad de
que los comerciantes lleven libros de comercio de manera tal que den cuenta y
razón de sus operaciones y que tengan una contabilidad organizada.
Dicha norma establece que toda persona jurídica, y la persona humana que lleve
adelante una actividad económica organizada, o sea titular de una empresa o esta-
blecimiento comercial, deben cumplir con esta obligación impuesta legalmente.
Excluye esta norma a quienes ejerzan profesiones liberales o realicen activi-
dades agrícolas ganaderas que no sean realizadas en forma empresaria.
Sistemas legales
Existen dos sistemas en materia de libros de comercio:
1. Sistema inglés: no determina qué libros son obligatorios y, por ende, tam-
poco especifica sanciones para los comerciantes remisos a llevar libros de
comercio. En definitiva el comerciante llevará los libros contables que quiera
y en la forma que quiera.
2. Sistema francés: es el seguido por nuestro código. Si bien determina los
libros obligatorios para los comerciantes, no plantea sanciones para los
remisos. Nuestro sistema entonces consagra el llevado de libros obligatorios
y facultativos en forma obligatoria, pero además establece la forma en que
dichos libros deben ser llevados.
Para nuestro derecho, existen los libros obligatorios como el libro diario, el inven-
tario y el balance, y otros facultativos que, elegidos por el comerciante, deberá
llevar dado el volumen de sus negocios y la correcta contabilidad de los mismos
(ej. Libro de bancos, de proveedores, etc.), conforme lo establecido por el art.
322 c civil y comercial.
LIBRO DIARIO: Allí, el comerciante debe asentar correlativamente día por día los
ingresos y egresos que se producen en el desarrollo de su actividad. Si lleva un
libro de caja, éste forma parte del libro diario.
INVENTARIO: Es un libro fundacional donde el comerciante tiene la obligación de
asentar la totalidad de bienes con los que cuenta al momento del inicio de la actividad.
EL BALANCE: A diferencia del anterior, no sólo consta el activo del comerciante,
sino también el pasivo del mismo, reflejando en un momento determinado la
composición patrimonial del comerciante.
Nuestra legislación exige que por lo menos una vez por año el comerciante con-
fecciones el inventario y el balance.
También existen libros especiales, obligatorios por leyes especiales, que depen-
den de la actividad de ese comerciante en particular (libros de actas de una
sociedad, libro de registro de los corredores, etc.).
La ley de sociedades comerciales permite que el comerciante solicite a la auto-
ridad de contralor la sustitución de los libros de comercio (excepto el de inven-
tario) por otro tipo de sistemas contables computarizados.
El cese de la actividad comercial no implica la suspensión automática de la
obligación de llevar los libros de comercio; esto se efectúa recién cuando se
haya producido el cese total de la actividad comercial y de sus efectos. Por ello
la ley obliga a conservar los libros de comercio por el término de diez años, a
partir de la cesación del giro comercial.

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Formalidades:
Los arts. 321, 323, 324 y 325 del Código Civil y Comercial disponen las siguien-
tes formalidades para los libros:
- Formalidades extrínsecas:
a. Foliados y encuadernados.
b. Deben encontrarse individualizados, con fechas de inicio, con el nombre
del comerciante, el domicilio y número de hojas que contenga.
Todo ello se constata mediante la rubricación de los libros que se realiza ante el
Poder Judicial.
- Formalidades intrínsecas:
1. Llevados en idioma español. Si el comerciante posee otra lengua, puede uti-
lizarla en los libros, pero al ser presentados deben acompañarse de traducción.
2. Los asientos deben ser llevados en el mismo orden en que se realizan las
operaciones. No puede dejarse espacios en blanco.
3. Se prohíbe tachar, sacar hojas, mutilar de cualquier manera el libro.
En lo que hace al libro de balance, el mismo debe ser claro para que permita con-
ocer el verdadero estado económico del comerciante; debe ser veraz y exacto en
los datos que contiene y debe tener criterios uniformes de valoración.
Eficacia probatoria de los libros:
Conforme el art. 330 del nuevo código, los libros, llevados en forma, pueden ser admiti-
dos como un medio de prueba en juicio, estableciendo dicha norma el valor probatorio
de los mismos, y por cuál de las partes en su caso pueden ser aprovechados.
Exhibición de los libros:
Judicialmente y sólo judicialmente, el obligado puede ser compelido a la presen-
tación o exhibición de los libros de comercio, ya sea esta en forma general, sólo
procedente en un juicio universal (sucesión, quiebra) en donde se encuentra
comprometido todo el patrimonio de la persona, por lo que se exhibirán todos
los libros y todo el contenido de los mismos, y la exhibición parcial, que solo pro-
cede en un juicio singular, a pedido de parte, y solo comprenderá la exhibición
del asiento contable que tenga relación con lo que se discute en ese juicio. Todo
ello se encuentra establecido por el art. 331 del nuevo código.
Conservación de los libros de comercio
El comerciante, durante el ejercicio de la actividad o habiendo ya finalizada la
misma, debe conservar los libros de comercio por el plazo de diez años, con-
forme lo establecido por el art. 328 del Código Civil y Comercial.

Actividad 1: Obligaciones legales


1. Detalle cuáles son los libros de comercio que los sujetos obligados
deben llevar en forma obligatoria conforme nuestro sistema legal, explicando
las formalidades exigidas por la ley para ser llevados en forma.
2. En un juicio por cobro de pesos iniciado por un comerciante a otro, el
primero solicita al juez la prueba de exhibición de libros, solicitando que su
contraria exhiba la totalidad de sus libros y todos los asientos de los mismos.
La otra parte rechaza esta petición por considerarla improcedente legalmente.
¿Qué resolución debería dictar el Juez, y cuál es el fundamento legal?

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M6 Contenidos

Las Sociedades
Una de las principales modificaciones en esta materia, con la sanción del nuevo
código, fue la derogación de las llamadas sociedades civiles, que tenían su regu-
lación legislativa en el derogado código civil, a partir del art. 1648 del mismo. Por
ello, en el sistema anterior, convivían, aunque un tanto anacrónicamente, estas
sociedades civiles, con las sociedades comerciales, contempladas en la llamada
ley de sociedades comerciales. Hoy dicha ley, que lleva el número 19550 ha sido
modificada en parte, ya que no existen más las llamadas sociedades comercia-
les, por lo que la ley se denomina ahora, “Ley General de Sociedades. Otra de
las modificaciones de importancia es la creación de la llamada sociedad anón-
ima unipersonal, que permite la existencia de una sociedad de un solo socio.
Por ello la actual ley ha modificado la definición de las sociedades en su art. 1,
cuando dice:
“Habrá sociedad comercial cuando una o varias personas en forma organizada
y conforme uno de los tipos previstos en la ley se obliguen a la realización de
aportes para afectarlos a la producción de bienes o servicios, participando de las
ganancias y soportando las pérdidas”.
Se advierte de la definición que ya no es necesario que toda sociedad tenga por
lo menos dos socios como mínimo.
Esa sociedad reviste para nuestro derecho el carácter de persona jurídica, tan persona
para el derecho como cualquier persona humana, y mirando a la sociedad como per-
sona y como acto, el sólo hecho de su constitución implica un acto de comercio.
El art. 11 de la ley 19550, enumera los llamados requisitos esenciales o tipifican-
tes, lo que implica que son comunes a toda sociedad, independientemente del
tipo societaria o clase de sociedad de que se trate.
Lo mismos pueden resumirse en la existencia de un solo socio (sociedad anón-
ima unipersonal) o dos o más socios en el resto, también debe tener toda socie-
dad un capital, que se forma por el aporte de los socios; un objeto social, que
debe ser lícito y posible; un domicilio, que es atributivo de la jurisdicción; un
nombre, al que se le agrega el tipo social o abreviatura conforme la sociedad de
que se trate; un plazo por la cual se constituye la misma, y órganos de represen-
tación internos para su actuación en el mundo económico y jurídico.
A su vez se establecen requisitos formales o instrumentales respecto de su con-
stitución, los que pueden resumirse en que las mismas deben constituirse por
escrito (contrato social o estatuto) debiendo ser inscripto el mismo en una oficina
que se llama Registro Público de Comercio. La falta de cumplimiento de estos
requisitos (inscripción) no invalida la existencia de la sociedad, sino que la con-
vierte en una llamada sociedad residual, conforme la nueva designación (antes
sociedades de hecho e irregulares), no perdiendo por ello su personalidad, pero
haciendo responsables a sus socios frente a terceros por las deudas de la socie-
dad, aunque ahora respondiendo en forma mancomunada y no solidaria, por no
haber justamente cumplido con la obligación de la inscripción.
Para que una sociedad pueda ser considerada regular debe ser típica. Esa lla-
mada tipicidad societaria es algo que surge de la ley, como clase de sociedades
distintas, reguladas en forma taxativa por la ley de sociedades. Esto quiere decir
que no existen sociedades que no sean de algunos de esos tipos (clases) soci-
etarios. Los socios, al decidir constituir la sociedad deben necesariamente elegir

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alguno de esos tipos societarios, quedando dicha elección a su entera conve-
niencia. Dentro de esos tipos societarios podemos distinguir las llamadas socie-
dades colectivas, de capital e industria, en comandita simple, en comandita por
acciones, sociedades de responsabilidad limitada y sociedad anónima, por citar
los más importantes, siendo estas dos últimas (SRL y S.A.) las mas elegidas
porque permiten limitar la responsabilidad de los socios por las deudas de la
sociedad, sólo hasta el valor de su aporte. Dentro de esta última, podemos dis-
tinguir la sociedad anónima cerrada, que no hacer oferta pública de sus accio-
nes, y la anónima abierta, cuyas acciones cotizan en la bolsa.

La inscripción de la sociedad
Las sociedades comerciales para ser regulares y que el tipo social elegido al
momento de su constitución tenga plenos efectos, debe inscribirse en el Regis-
tro Público de Comercio. Este trámite se inicia por ante el Juez del comercio del
domicilio de la sociedad, acompañando por escrito el contrato social, que con-
tiene los requisitos descriptos anteriormente establecidos en el art. 11 de la ley.
El Juez realiza entonces un control de legalidad y si se verifican los requisi-
tos esenciales en forma correcta, dicta una resolución ordenando al Registro
Público de Comercio, la toma de razón e inscripción de la sociedad.
A partir de allí la sociedad se encuentra regularmente constituida, siendo los
efectos de la inscripción meramente regularizatorios y publicitarios, y no consti-
tutivos. Esto quiere decir que la sociedad no nace por la inscripción, sino por la
voluntad de los socios.

La sociedad residual
La ley reconoce la existencia de estas sociedades, las que se convierten en tales
por no haberse cumplido con los requisitos formales establecidos en la misma.
Esta sociedad, que antes se denominaba sociedad de hecho o irregular, hace
que, como consecuencia de la no inscripción, los socios respondan ahora en
forma mancomunada ( en proporción al número de socios y por una porción
viril) por las deudas de la sociedad respecto de terceros, sin gozar de los ben-
eficios de excusión y división, lo que se traduce que un eventual acreedor de
esta sociedad puede atacar tanto el patrimonio de la sociedad, tanto y al mismo
tiempo el patrimonio de cada uno de los socios, pero reitero ahora, solo en
la parte proporcional al número de socios existente. Asimismo, cualquiera de
los socios que la conforman, invocando la existencia de la sociedad, la obligan
respecto de terceros, sin necesidad del consentimiento de los otros socios. Por
último, cualquier medio de prueba de los admitidos en derecho puede ser uti-
lizado para probar la existencia de una sociedad de estas características.

SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA


Tipo societario que nace fundamentalmente para la pequeña y mediana empresa,
tutelada por la ley de sociedades comerciales a partir del art. 148 en adelante. Como
rasgos característicos de la misma puede enumerarse la limitación en el número de
socios que no puede superar los cincuenta; la limitación de responsabilidad de los
socios hasta el límite del aporte efectuado, la división del capital en cuotas sociales,
incorporales que deben tener un valor de diez pesos o sus múltiplos, un órgano de
administración y representación denominado gerencia, y la responsabilidad ilim-
itada y solidaria de los socios por la efectiva integración del aporte.

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Requisitos formales: La sociedad de responsabilidad limitada, para que tenga
efectos el tipo social adoptado, debe constituirse por escrito, bastando el instru-
mento privado con firma certificada de sus socios, e inscribirse en el Registro
Público de Comercio.

Denominación: No es necesario incluir en la denominación el nombre de los


socios, admitiendo un nombre de fantasía, pero siempre seguido del tipo societario
elegido, esto es, sociedad de responsabilidad limitada o su abreviatura, S.R.L.

Límite del número de socios: Habiendo sido pensada esta sociedad para la pequeña
y mediana empresa, es lógica la limitación al número de sus integrantes, siendo una
sociedad que si se pretendiera clasificar, podría tildarse de mixta, a mitad de camino
entre una sociedad personalista y una sociedad netamente de capital.

Limitación de responsabilidad de los socios: Cabe aclarar que quienes limitan


su responsabilidad por las deudas de la sociedad son los socios y no la sociedad,
la que, como cualquier persona, tiene plena responsabilidad por las obligaciones
contraídas. Lo que implica que los socios no responden por las deudas de la socie-
dad respecto de terceros. Por ello no debe confundirse a la persona sociedad con
los socios, ya que son sujetos distintas y con distinto patrimonio y responsabilidad.

Aportes: En este tipo societario la ley establece que el aporte de los socios
debe consistir en dinero o en bienes de ejecución forzada, no permitiéndose
como aporte obligaciones de hacer. Dichos bienes dejan de pertenecer a los
socios para formar parte del capital de la sociedad. En el caso de que el aporte
consistiera en dinero, la ley permite una integración parcial de por lo menos un
veinticinco por ciento del monto total y su integración posterior en un plazo no
mayor a los dos años. Es por eso que los socios, conforme el art. 150 de la ley,
garantizan a terceros la verdadera y efectiva integración de los aportes.

Cuotas sociales: El aporte de cada uno de los socios se representa en esta


sociedad en cuotas sociales. Es la parte que cada socio tiene en la sociedad
en la medida de su aporte. Dichas cuotas sociales son incorporales (no están
representadas en un título), surgiendo del contrato social, siendo transferibles
por cesión. Pueden ser embargadas y ejecutadas. El valor de cada cuota se
fija en diez pesos o sus múltiplos. La cuota social le otorga al socio dos tipos
de derechos según la proporción del aporte. Derechos de gobierno (dirigir la
sociedad) a través del voto y derechos patrimoniales al cobro de ganancias o
dividendos si los hubiera.

Administración y Representación: La ley unifica en un solo órgano estas dos


funciones. Siendo una persona jurídica necesita de personas físicas que la
administren (lleven adelante la marcha de la sociedad) y la representen (la obl-
iguen respecto de terceros). En este tipo societario el órgano establecida lleva
el nombre de Gerencia, esto es que la sociedad deberá estar administrada y
representada por gerentes. Estos pueden ser socios de la misma sociedad o
no, pudiendo nombrarse a terceros no socios para esta función. Esta gerencia
puede ser unipersonal (un gerente) o pluripersonal (varios gerentes) y siendo
de esta última forma, con actuación indistinta o conjunta. Los miembros de este

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órgano-gerencia- son elegidos por los socios y se encuentran facultados para
celebrar todos los actos que no sean notoriamente extraños al objeto social,
obligando en consecuencia a la sociedad por los mismos.

SOCIEDAD ANONIMA
Sociedad netamente capitalista, pensada para la gran empresa y aglutinante en
general de grandes masas de capital para destinarlos a la producción de bienes
y servicios. Una organización societaria más compleja que la SRL, distinguién-
dose los siguientes rasgos característicos.

Requisitos formales: Debe constituirse por escritura pública e inscribirse al


igual que el resto de las sociedades comerciales.

Denominación: Admite un nombre de fantasía como designación, con el adita-


mento sociedad anónima o su abreviatura.

Limitación del número de socios: Este tipo societario no tiene limitación


respecto al número o cantidad de sus socios.

Aportes: Al igual que en la SRL el aporte debe consistir en dinero o bienes de


ejecución forzada. Encontrándose permitida la integración parcial del aporte en
dinero en un veinticinco por ciento como mínimo, al momento de la constitución,
y su posterior integración dentro del plazo de dos años, no rigiendo la garantía
de los socios por la efectiva integración del aporte.

Acciones: El capital de una S.A. se representa en acciones, que deben tener un


valor nominal de diez pesos o sus múltiplos.- Dichas acciones son títulos valores
que tienen corporalidad, esto es, están materializadas en un documento. Dan
derecho al accionista al voto, al gobierno de la sociedad y al dividendo.

Administración, Representación y Fiscalización


Al ser sociedades más complejas y sin limitación del número de socios, la ley ha
diferenciado tres órganos distintos para el funcionamiento de la sociedad.

Administración: El órgano de administración de una sociedad anónima se llama


Directorio, compuesto por directores, socios o no, elegidos en asamblea por los
socios. Ese directorio puede ser unipersonal o pluripersonal, y este último con
actuación indistinta o conjunta.

Representación: El presidente del directorio de una sociedad anónima es quien


tiene la facultad de representarla, esto es, vincularla con terceros.

Fiscalización: Se reitera que al ser sociedades más complejas y además sin


límite de socios o accionistas, estos no podrían, como en una pequeña socie-
dad, controlar los actos del directorio. Para ello la ley establece un órgano de

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fiscalización obligatorio, llamado Sindicatura, que es el encargado de velar por
los intereses de los socios, controlar los actos del directorio, concurrir a las
asambleas con voz pero sin voto y en definitiva proteger los intereses de los
accionistas. Para ser miembro de la sindicatura, hay que ser elegido por los
socios, y tener título habilitante de Contador Público Nacional o Abogado.
En una sociedad anónima los socios toman decisiones a través de un órgano de
gobierno, no permanente que se llama Asamblea. Estas pueden ser ordinarias
o extraordinarias, dependiendo ello de la importancia de los temas a tratarse en
el orden del día. Las decisiones se aprueban por el juego de las mayorías de
capital en general.
Las sociedades anónimas pueden clasificarse en sociedades anónimas cerradas
(no realizan oferta pública de sus acciones) o abiertas, siendo estas las autor-
izadas para el ofrecimiento público de sus acciones en el mercado de valores.

SOCIEDAD ANONIMA UNIPERSONAL:


Se crea este nuevo tipo societario, que permite que una sola persona pueda
crear una sociedad, que tendrá entonces un solo socio, debiendo dicha socie-
dad estar administrada por un directorio de tres miembros y una sindicatura
también formada por tres integrantes.

Actividad 1: Sociedades comerciales


1. Elabore un concepto de sociedad, teniendo en cuenta lo establecido por el
art. 1 de la ley 19.550.
2. En base a lo estudiado en este módulo y el material bibliográfico aconsejado,
describa cuáles son las consecuencias de la no inscripción de una sociedad
comercial en el Registro Público de Comercio.
3. Detalle cuáles son los requisitos esenciales no tipificantes en materia de
sociedades, teniendo en cuenta lo establecido por el art. 11 de la ley 19.550.
4. Explique las principales características de una sociedad de responsabilidad
limitada, especialmente en cuanto a los órganos de administración y repre-
sentación, representación del capital social y responsabilidad de los socios
que la integran.
5. Explique detalladamente las características distintivas de una sociedad anó-
nima, en cuanto a su capital social, la representación del mismo, la respon-
sabilidad de los socios y los órganos de administración, representación y
fiscalización de dicha sociedad.

Usted está en condiciones de resolver la segunda actividad de la evaluación.

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M7 Contenidos

Títulos de crédito
En este módulo lo invitamos a identificar los documentos existentes que permi-
ten la circulación de la riqueza y el otorgamiento del crédito a los fines de poder
utilizarlos luego en el momento indicado y de manera pertinente.
César Vivante, ilustre autor italiano, ha dado un concepto sobre los títulos de
crédito, que es aceptado de manera prácticamente unánime en la doctrina. El
tratadista citado ha dicho que los títulos de crédito son el documento necesario
para ejercer el derecho literal y autónomo en el contenido. Esta conceptualiza-
ción del título de crédito o título valor o circulatorio, como lo nomina la doctrina
en general, tiene la virtud de resaltar los caracteres fundamentales del instituto y
que hacen a la utilidad del mismo.
Los títulos de crédito tienen la finalidad de permitir –en forma rápida, expeditiva,
sin mayores formalidades y atendiendo a las necesidades del tráfico comercial–
que los títulos circulen de mano en mano en el mercado y, por ende, que la
riqueza tenga un rápido desplazamiento. Estos títulos han nacido para permitir
un proceso ágil de circulación de riqueza, instrumentada a través de los propios
títulos, lo que da fundamento a sus caracteres, que hemos de analizar.

Caracteres
Literalidad: Pasiva y activa - Concepto, naturaleza, cantidad y calidad del dere-
cho. La literalidad de los títulos circulatorios implica que el texto escrito del
documento expresa, delimita y contiene el derecho que dimana de él. En otras
palabras, el alcance y la magnitud del derecho cambiario se encuentran expre-
sados en el texto literal del documento.
Si este carácter no se encontrara presente en los títulos de crédito y, para poder
evaluar y determinar el alcance del derecho cambiario, se debiera efectuar otro
análisis más allá del contenido escrito del documento, la utilidad de los docu-
mentos sería prácticamente nula.
Dice Ignacio Escuti en su obra “Títulos de Crédito” que la literalidad permite la
incorporación del derecho al texto escrito del documento, de manera tal que
se produce una identidad entre texto escrito y alcance del derecho. Además,
la literalidad determina la necesidad de la posesión del título para obtener la
legitimación del derecho cartular en la persona que pretenda el ejercicio de los
derechos cambiarios.

Completividad: De lo anterior se desprende que estos títulos deben ser com-


pletos, esto es, tener todos los requisitos formales para valer como tales, los
que variarán según ya en forma particular del título de que se trate (ej. Firma del
librador, fecha de creación, etc.).
Autonomía: El derecho cartular es un derecho originario que nace al momento
de la recepción del título, con independencia del derecho que detentaba quien
antes era titular del documento. La autonomía implica adquisición originaria,
independientemente de las relaciones personales entre el deudor y los posee-
dores anteriores. En materia civil rige el principio consagrado por el art. 3270 del
C. Civil, mediante el cual nadie puede transmitir un derecho mejor y más extenso
que el que tenía de quien lo recibió; en cambio, en materia cambiaria el derecho
cartular nace en cada uno de los titulares cambiarios, con independencia de las
relaciones personales de los anteriores titulares.

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Abstracción: Implica la independencia del derecho cartular de la causa de la
obligación que le dio origen. En estos documentos no se encuentra expresada
la causa de la obligación dineraria, por lo que han sido llamados títulos sin expre-
sión de causa, lo que veda discusiones causales posteriores.
Circulación: Estos documentos nacieron no sólo para la instrumentación del
crédito, sino también para favorecer su circulación de mano en mano, estable-
ciéndose una manera sencilla consistente en la simple entrega del documento
y el endoso del mismo. Dicho endoso, es un acto cambiario que legitima al
nuevo tenedor respecto de todos los intervinientes anteriores (librador original y
endosantes) que quedan solidariamente obligados al pago de la suma de dinero
contenida en el documento.
CLASIFICACIÓN DE LOS TÍTULOS: De acuerdo a distintos parámetros se han
realizado numerosas clasificaciones de los títulos valor. Así, por la ley de circula-
ción, los títulos pueden ser:
Al portador: Circulación sólo mediante la entrega del documento; el ejercicio
de los derechos cartulares está habilitado a favor de quien detente la posesión
del documento habilitado por una cadena regular de endosos, aunque el último
fuere en blanco. Se transfieren por mera entrega del documento.
A la orden: No sólo se requiere la entrega del documento para su transferencia
sino también el endoso, sea éste completo o en blanco.
Nominativos: Son los que se transmiten por la entrega del documento, el endoso
y su anotación en registros especiales.
Otra clasificación intentada por la doctrina es la referida a la vinculación con la
causa de títulos, con lo que resulta lo siguiente:
Abstractos: Conforme lo tenemos dicho, son aquellos títulos que se desvinculan
de la causa que les ha dado origen al momento de su circulación. Ello impide
que al portador del título le puedan ser opuestas las defensas que tienen su
origen en la causa eficiente de la emisión del documento.
Causales: Son aquellos títulos en los que la causa tiene relevancia jurídica y, por
ende, la relación causal es oponible a los portadores del mismo.
Por otra parte, de acuerdo a los requisitos que deben ser tenidos en cuenta al
momento de su emisión, los títulos pueden clasificarse en:
Formales: Son aquellos cuya existencia depende del cumplimiento de deter-
minadas formalidades al momento de su creación. Ejemplo: la letra de cambio,
que deja de ser tal si le falta alguno de los requisitos determinados por el art. 1
del dec. 5965/63.
No formales: Por contraposición, son aquellos que no tienen fijada en la ley una
forma expresa de su constitución.
Títulos abstractos: letra de cambio, pagaré y cheque
LETRA DE CAMBIO: Es el título formal y completo que contiene una promesa
incondicionada y abstracta de hacer pagar una suma de dinero a su vencimiento
y que vincula solidariamente a todos los que en ella intervienen.
De su concepto se desprende que se trata de un título formal, o sea que su exis-
tencia depende del cumplimiento de formalidades expresamente consagradas
en la ley. Es, además, un título completo, lo que implica que debe bastarse a sí
mismo, contener en el propio título la totalidad de las relaciones cambiarias que
emergen del mismo.
La promesa que contiene la letra de cambio debe ser pura y simple, o sea, no
sujeta a condición alguna, y determina que quien libra la letra promete el hecho

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de un tercero. Se entabla una relación tripartita entre el librador del documento,
el girado que es el principal obligado al pago luego de que la acepte y el porta-
dor o tenedor del título, quien ejercerá los derechos cartulares.
Las partes que intervienen en la letra de cambio son las siguientes: a. Librador:
Quien emite el título y asume una obligación solidaria al pago de la misma a su
vencimiento, en forma conjunta con el girado y los posibles endosantes que
hubieran participado de su circulación. b. Girado: Es la persona a cargo de la
que se emite el título y que se convertirá en el principal obligado al pago, en el
supuesto de que acepte la letra y se integre efectivamente a la relación cambia-
ria. c. Tomador: Es la persona a favor de la cual se emite la letra y el titular de
los derechos cartulares.
Elementos formales de la letra de cambio - Art. 1, dec. 5965/63:
Denominación
Promesa de pago
Nombre del tomador
Nombre del girado
Plazo de pago - A la vista, a tiempo vista, a fecha, a tiempo fecha
Lugar de pago - Competencia judicial
Lugar de creación
Fecha de emisión
Denominación: Es requisito indispensable para la validez del título que con-
tenga en su texto la expresión “letra de cambio” o la cláusula “a la orden”.
Promesa de pago: En el escrito del documento debe contener la promesa incon-
dicionada de hacer pagar una suma de dinero.
Nombre del tomador: Debe consignarse en el texto escrito del título el nombre
del beneficiario, dado que la letra de cambio no es un documento concebido
como título al portador.
Nombre del girado: El escrito del documento debe contener el nombre del
girado, o sea, de la persona que una vez que lo acepte, se obliga directamente
al pago del título a su vencimiento.
Plazo de vencimiento: La letra de cambio puede emitirse de acuerdo a los
siguientes vencimientos:
A la vista: vence en el momento mismo de la presentación al pago.
A cierto tiempo vista: vence a un determinado plazo, contenido en la
propia letra, que comienza a computarse desde el momento en que ésta
se presenta para su aceptación (ejemplo: a 30 días vista).
A día fijo: se indica en la letra el día del vencimiento del título.
PAGARE: Es un título valor formal y completo que contiene una promesa de
pagar una suma determinada de dinero a su vencimiento y que vincula solida-
riamente a los firmantes. En este título sólo existe una relación bipartita entre el
librador del documento y el portador o beneficiario del mismo, que es el titular
de los derechos cartulares.
Requisitos formales del pagaré - Art. 101
Pagaré o cláusula a la orden: Debe contener en su texto la denominación
escrita de la palabra “pagaré” o tener inserta la cláusula “a la orden”.

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Promesa de pago pura y simple: Debe contener una promesa incondicionada
de pagar una suma de dinero a su vencimiento.
Plazo de pago: Son los mismos plazos que los enunciados para la letra de cambio.
Lugar de pago: Domicilio en donde debe hacerse el pago.-
Nombre del tomador: Debe consignarse el nombre del beneficiario, o sea, de
aquél a quien debe hacerse el pago. El pagaré no es un documento que pueda
ser emitido como título al portador, dado que la ley lo ha concebido con un docu-
mento a la orden.
Lugar y fecha de libramiento: Lugar y fecha de creación de título.
Firma del librador: Es un requisito obvio, puesto que si no se encuentra la firma del
librador no existe posibilidad alguna de atribuir al mismo responsabilidad patrimonial.

CHEQUE: Es una orden de pago pura y simple librada contra un banco, en la


que el librador tiene fondos suficientes acreditados en cuenta corriente o autori-
zación para girar en descubierto. La existencia del cheque presupone la existen-
cia de un contrato bancario previo que es la llamada cuenta corriente bancaria
que funciona a través de cheques, siendo este el documento necesario de la
misma. La ley 24452 (ley de cheques) regula las dos clases de cheques existen-
tes; el llamado cheque común, y el llamado cheque de pago diferido. El primero
de ellos puede ser conceptualizado con la definición dada al comienzo de este
tema, y el segundo también es una orden de pago librada a cierto tiempo vista en
donde el librador deberá tener fondos suficientes. El cheque común es siempre
pagadero a la vista o su presentación, y el de pago diferido, recién a partir de la
fecha de su vencimiento. El cheque deja de ser una promesa, puesto que tiene
la características de ser una orden que emite una persona en contra de un banco
donde tiene contratada una cuenta corriente bancaria, con fondos suficientes.
Ello implica que la entidad bancaria no puede rehusar el pago, siempre que el
título reúna los requisitos formales y que el librador del cheque tenga fondos
suficientes o autorización para girar.
Clases de cheques: Común y de Pago diferido, cuyos conceptos hemos dado
en el párrafo anterior. Estas llamadas clases de cheques no deben ser confundidas
con distintas formas de emisión, creación o libramiento que pueden realizarse.
Formas de emisión: cruzado - certificado- al portador- a la orden- no a la orden
Cruzado: La inserción de dos barras paralelas en el ángulo superior izquierdo
del cheque impide que el mismo pueda ser cobrado por ventanilla, obligando a
su tenedor a depositarlo en una cuenta bancaria.
Certificado: A pedido del librador del cheque, el banco certifica por el plazo de cinco
días, que los fondos por los que el cheque fuera librado, efectivamente se encuentran
depositados, y que sólo el beneficiario podrá retirar ese dinero por el plazo estable-
cido. Esto asegura al tenedor la efectiva existencia de los fondos en la cuenta.
Al portador: Se libra el cheque sin la indicación del beneficiario. El tenedor origi-
nal o el último tenedor, tendrá que insertar su nombre y apellido en el cheque y
así proceder luego a su cobro.
Si el cheque fuera librado con la indicación del beneficiario, puede librarse con la cláu-
sula “a la orden” o “no a la orden”. Esto impide en su caso la circulación por endoso.
PLAZOS DE PRESENTACION Y PRESCRIPCION: El plazo de presentación de
un cheque a su cobro es de treinta días (corridos) contados desde la fecha de
emisión en el llamado cheque común y desde la fecha de pago en el llamado
cheque de pago diferido.

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En cuanto a la prescripción para la acción ejecutiva prevista por la ley para el
cobro del cheque que fuera rechazado es de un año, por lo que superándose
dicho plazo, se pierde dicha acción.
Endoso – Concepto: Hemos dicho precedentemente, que los títulos de crédito
son documentos destinados a permitir la circulación de la riqueza, o sea, a ser
transferidos mano a mano. Escuti ha definido el endoso como “el acto escrito,
unilateral e incondicional, formalmente accesorio, que tiene por objeto la trans-
misión del título de crédito y la legitimación de su poseedor para el ejercicio de
los derechos cartulares”. Participan en él el endosante, o sea quien entrega el
título, y el endosatario, es decir la persona que recibe el título y los documentos
que de él se desprenden. El endoso entonces legitima al último tenedor respecto
de los derechos crediticios incorporados en el documento, pudiendo perseguir
el pago del librador original y de todos los sujetos que hubieran participado en
esa cadena regular de endosos. En la actualidad y en materia de cheques, existe
una limitación el número de endosos, pero sólo por una cuestión fiscal.

Actividad 1: Títulos de crédito


1. Enumere los principales caracteres que reúnen los títulos de crédito para ser
considerados tales.
2. En virtud de lo expuesto anteriormente, explique cuál es la diferencia entre
la autonomía de los títulos de crédito y la abstracción en los mismos.
3. Explique detalladamente la totalidad de los requisitos formales del pagaré,
de acuerdo a lo establecido por el art. 101 del decreto ley 5965/63 y por la
misma bibliografía citada precedentemente.
4. A partir del material bibliográfico citado, explique detalladamente la totalidad
de los requisitos formales del cheque, teniendo en cuenta lo establecido por
la ley 24.452 vigente en la materia.
5. Brinde una explicación, conforme el material bibliográfico citado y la ley
24.452, enumerando cuáles son los tipos de cheques que nuestro ordena-
miento legal permite.
6. Detalle cómo puede ser librado un cheque, teniendo en cuenta las distintas
modalidades para su libramiento.
7. Explique cuál es la forma en que los títulos de crédito pueden circular de
mano en mano.

M8 Contenidos

Operaciones y contratos bancarios


En este módulo lo invitamos a comenzar el estudio de la actividad y la contrata-
ción bancaria, teniendo presente que en la actualidad resulta muy poco posible
no tener una relación contractual con un banco o entidad financiera
Así también, esperamos brindarle herramientas para conocer las distintas ope-
raciones bancarias, su régimen legal y los contratos más comunes, como un
supuesto necesario para el futuro desarrollo profesional.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 38


Entidades financieras
Como vimos anteriormente, toda operación de banco es considerada una activi-
dad comercial, destacando de dicha actividad la intermediación entre la oferta y
la demanda de recursos financieros.- Conforme nuestro régimen legal, la activi-
dad bancaria financiera, no es una actividad libre en nuestro país, sino que por
el contrario es una actividad regulada y controlada por el estado nacional, a
través de un ente de control, que es el Banco Central de la República Argentina.
La ley 24.144 (Carta orgánica del BCRA) establece cuáles son las funciones
de esta entidad autárquica del estado nacional, sobresaliendo entre ellas la de
preservar el valor de la moneda; ser agente financiero de estado nacional; cus-
todio de las reservas monetarias; emitir moneda; regular el mercado financiero;
regular el mercado de divisas y ser agente financiero y representante del estado
ante los organismos internacionales multilaterales de crédito. Dentro de estas
funciones se destaca asimismo la de autorizar el funcionamiento de una entidad
financiera, su posterior control y regulación y en su caso disponer el cese de la
actividad de las entidades financieras.
La ley 21.526, Ley de Entidades Financieras, es la que establece justamente el
funcionamiento de las entidades financieras autorizadas para funcionar en el
país.- Estas entidades financieras pueden clasificarse en bancos ( comerciales,
de inversión, hipotecarios), compañías financieras, sociedades de ahorro previo
y cajas de crédito. Cada una de ellas, con sus funciones bien delimitadas inter-
median entre la oferta y la demanda del dinero, dentro del llamado mercado
financiero. Se aclara que todo banco entonces es una entidad financiera, pero
no toda entidad financiera debe ser un banco.
Estas dos normas se ocupan en forma general de la regulación del mercado
financiero en nuestro país. Establecen la necesidad de la autorización para fun-
cionar de una entidad financiera, los requisitos que deben ser tenidos en cuenta
para expedir dicha autorización, las operaciones permitidas y prohibidas que
pueden realizar las entidades financieras, las condiciones de solvencia y liquidez
para continuar con su funcionamiento, las eventuales causales de revocación
de la autorización para funcionar, el secreto financiero, la clasificación de las
entidades, el control, poder de policía y sancionatorio que por ley la autoridad
monetaria puede ejercer, la regulación del volumen de los depósitos, la regu-
lación del mercado de cambios, para citar algunos temas de importancia que se
encuentran regulados por estas leyes.

OPERACIONES BANCARIAS
Se ha dicho precedentemente que la actividad bancaria constituye una actividad
de intermediación, en este caso entre la oferta y la demanda de recursos finan-
cieros. La entidad financiera se interpone e intermedia entonces entre quienes
deciden prestar su dinero, y quienes quieren recibir dinero prestado. Esto da
lugar, conforme la doctrina a que puedan ser clasificadas en general las distintas
clases de operaciones que puede realizar una entidad.

Operaciones Pasivas: Nos encontramos frente a esta clase de operaciones


cuando los bancos reciben depósitos de sus clientes en cualquiera de sus formas.
Esos depósitos recibidos pueden ser de dos maneras: A la vista, o a plazo fijo.
Nos encontramos frente a un depósito a la vista, cuando el depositante o cliente,
puede retirar el dinero depositado en cualquier momento. Esta modalidad del
depósito se manifiesta en contratos como la cuenta corriente bancaria y la caja
de ahorros. Por el contrario, en el llamado depósito a plazo fijo, el depositante

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no podrá retirar el dinero hasta que venza el plazo por el cual el depósito fue
realizado (30, 60 o 90 días).
Esta es la operación pasiva por excelencia, y sin la cual el sistema financiero
moderno no podría existir, ya que los bancos no funcionan con dinero propio,
sino que utilizan el dinero recibido en concepto de depósitos, para prestarlo y
traducirlo en crédito.

Operaciones Activas: Es la contracara de las anteriores. Aquí la entidad finan-


ciera, respetando límites impuestos por el banco central respecto de la liquidez
y expansión del crédito, presta el dinero que recibió en concepto de depósitos.
Aquí es donde se manifiesta el llamado efecto multiplicador de la actividad ban-
caria, y permite en consecuencia la aparición del crédito, lo que es vital en cual-
quier sistema económico.
En cuanto a los préstamos, estos pueden ser los comunes o clásicos, esto es
cuando la entidad financiera entrega dinero a un cliente, quedando este obligado
a su restitución en una fecha determinada con mas el pago de intereses, u otras
formas de prestar dinero como la autorización para girar en descubierto (uti-
lizar la cuenta corriente bancaria sin fondos propios, sino fondos del banco),
financiación de las compras y/ o servicios en una tarjeta de crédito y otras un
tanto más complejas. A su vez los préstamos pueden clasificarse conforme las
garantías solicitadas, en personales, prendario e hipotecarios.
Habiendo descripto en general estas principales clases de operaciones, ¿cuál es
el negocio bancario? Cuando el banco recibe dinero en concepto de depósitos, o
no paga nada por ello o paga un interés al depositante. Por el contrario, cuando el
banco presta dinero, siempre cobra un interés por el dinero prestado. La cuantía
del interés cuando toma dinero, esto es la tasa que paga es menor que la que
cobra cuando presta ese mismo dinero. Ej.: Toma dinero al cinco por ciento anual
y lo presta cobrando un quince por ciento anual. A la tasa de interés que paga en
concepto de depósitos se la llama tasa de interés pasiva, mientras que a la que
cobra cuando presta o concede créditos, se la llama tasa de interés activa.- La
diferencia, conocida con el nombre de “spread” es la ganancia del banco.

Operaciones Neutras: También llamadas operaciones accesorias, son las


cuales en las que el banco ni toma dinero prestado en concepto de depósitos,
ni presta dinero otorgando créditos. Estamos frente a las llamadas operaciones
de servicios, en donde el banco cobrará una comisión por el servicio prestado.
Ejemplos de estas operaciones son el cobro de impuestos, las cajas de seguri-
dad, la intermediación para la contratación de un seguro, etc.
Resulta importantísimo el buen funcionamiento de un sistema financiero, ya que
captando los ahorros de la población, los mismos vuelven en forma de créditos,
ya sea para el consumo, ya sea para la inversión industrial, agropecuaria, comer-
cial o de servicios. A mayor porcentaje y facilidad en el otorgamiento de crédito,
mayor actividad económica existirá, lo que redunda en un mayor consumo, mayor
actividad, mayor empleo y en definitiva mayor y mejor calidad de vida. Todo ello
siempre y cuando existe una natural equivalencia en el costo del crédito, y el
adecuado control de la autoridad monetaria, en defensa del ahorrista y el crédito.

Derecho bancario
Podría definirse a esta rama del derecho comercial como el conjunto de normas
que regulan la actividad financiera en nuestro país. La particularidad del mismo,

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 40


para diferenciarlo del derecho comercial en general es que necesariamente uno
de los sujetos contratantes debe ser una entidad financiera, y el objeto del con-
trato es recurso financiero, especialmente dinero.
Es una subespecie del derecho comercial, por lo que puede ser clasificado como
derecho privado, aunque aquí especialmente nos encontramos muchas veces
con el llamado intervencionismo estatal regulando la actividad (leyes de emer-
gencia económica, ley de defensa del consumidor, etc.). Es también un derecho
consuetudinario, ya que muchos de los llamados contratos bancarios no tienen
una regulación legal específica, dando cabida entonces a los llamados contratos
atípicos, innominados o no regulados por ley, y entonces será la costumbre y
los usos bancarios una fuente principalísima. Es también un derecho dúctil, ya
que debe adaptarse rápidamente a los cambios existentes y a las necesidades
de la sociedad.- Comprende legislativamente a todas las normas existentes en
la materia como la ley 21.526-ley de entidades financieras en general y luego a
distintas leyes que regulan distintos contratos como por ejemplo la ley de tarjeta
de crédito, la ley de cheques, etc. El nuevo Código Civil y Comercial introduce
legislativamente cambios normativos en la cuenta corriente bancaria, en el con-
trato de depósito y regula por primera vez el contrato de descuento y las cajas
de seguridad entre otros. Se reitera la comercialidad de todas estas normas y
la aplicación de los usos y costumbres comerciales y bancarias en lo que no
estuviera expresamente regulado por ley. También tienen plena vigencia, aunque
no son leyes, las llamadas circulares dictadas por el B.C.R.A. que reglamentan
operaciones reguladas o no reguladas por ley.

Actividad 1: Contratos de comercio


1. Dentro de las operaciones que puede realizar un banco, distinga las llama-
das operaciones activas, pasivas y neutras.
2. Explique cuáles son las diferencias entre un depósito a la vista y un depósito
a plazo fijo.

M9 Contenidos

Contratos bancarios
El Código Civil y Comercial define al contrato en el art. 957 estableciendo que es un
acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para
crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.
Aquí la particularidad está dada en que una de las partes contratantes necesari-
amente debe ser un banco o entidad financiera. El contrato como eje de las rela-
ciones entre particulares es lo que va a vincular a los contratantes, es decir que
los vinculará con el banco, dando lugar de ese modo al nacimiento de derechos
y obligaciones entre las partes. Sin pretender agotar el tema, desarrollamos a
continuación algunos de los contratos bancarios existentes.
También merece tenerse en cuenta que el nuevo código incorpora una parte gen-
eral, aunque muy breve, referida a la contratación bancaria, estableciendo la apli-
cación de la ley de defensa del consumidor en forma supletoria, y estableciendo
expresamente que los contratos bancarios deben ser hechos por escrito, y que el

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 41


banco debe brindar una información adecuada, veraz y completa al momento de
contratar, relativa a costos, comisiones, tasas de interés, etc., todo ello con el objeto
de proteger a la parte más débil de la relación, esto es el cliente o consumidor.

Cuenta Corriente Bancaria


El Código de Comercio no definía este contrato, sino que comenzaba a tratarlo
a partir del art. 791, que establecía que la cuenta corriente puede ser de dos
maneras: con provisión de fondos o con autorización para girar en descubierto.
El nuevo Código Civil y Comercial, por el contrario, la define en el art. 1393, que
dice: “La cuenta corriente bancaria es el contrato por el cual el banco se com-
promete a inscribir diariamente, y por su orden, los créditos y débitos, de modo
de mantener un saldo actualizado y en disponibilidad del cuentacorrentista y, en
su caso, a prestar un servicio de caja.”
Podría conceptualizarse también como “El Contrato nominativo consensual
celebrado entre el Banco y el cliente, por el que el Banco se obliga a tener
a disposición de la contraparte la suma acreditada o depositada para atender
órdenes de éste, conforme las modalidades acordadas para el funcionamiento
de este contrato”.
Es un contrato regulador de operaciones múltiples, en donde fundamentalmente
el banco se obliga a prestar al cliente un servicio de caja, obligándose a pagar
a terceros, con fondos suficientes depositados previamente por el cliente, o con
fondos acreditados por el banco según el caso, cuando estos terceros presenten al
banco los cheques que el cliente haya girado contra el banco. De esto surge que la
cuenta corriente funciona a través del cheque, siendo este el instrumento necesario
de la misma. Cabe aclarar aquí que lo estudiado precedentemente en materia de
cheques es de aplicación en este capítulo, en cuanto a las clases de cheques, sus
requisitos formales y las formas de emisión o libramiento de los mismos.
Pero la nueva legislación establece, conforme lo visto en la última parte del art.
1393 detallado precedentemente, que ese servicio de caja puede existir (pago
de cheques) como no existir. Ello implica una modificación sustancial, ya que si
no existe en la cuenta corriente ese servicio de caja, se asemeja en mucho a un
contrato de caja de ahorro.
Pero también hemos dicho que es un contrato regulador de operaciones múlti-
ples, ya que con el consentimiento del cliente pueden incluirse otras operacio-
nes en la cuente corriente, como por ejemplo el débito automático de la cuota de
un préstamo, el pago de un servicio, etc. Ello surge hoy del art 1394 del Código
Civil y Comercial, que justamente establece que si se ha convenido, otras opera-
ciones o negocios pueden ser incluidos en la cuenta corriente.
Es de destacar también lo establecido en los arts. 1399 y 1400 Código Civil y
Comercial respecto de la solidaridad de los titulares de la cuenta corriente, si
fueran más de una persona, por las deudas que se generaran a favor del banco,
y como contrapartida, que los fondos eventualmente existentes y depositados en
la cuenta le pertenecen a los titulares en partes iguales.
En cuanto al envío de los resúmenes de la cuenta corriente (detalle de movimien-
tos) el banco debe enviarlo una vez por mes, y el cliente tiene un plazo de diez
días de recibido dicho resumen para impugnar el contenido del mismo (art. 1403
Código Civil y Comercial).
En ausencia de una regulación legal específica, se aplican las circulares dicta-
das por el B.C.R.A. que reglamentan el régimen general de los depósitos, funda-
mentalmente las circulares OPASI I y OPASI II (operaciones pasivas I y II). De allí
surgen derechos y obligaciones para las partes, que detallamos a continuación.

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Principales obligaciones de las partes
a. Obligaciones del cuentacorrentista:
Mantener suficiente provisión de fondos y no librar cheques en descubierto sin
autorización.
Actualizar la firma cuando el banco lo requiera y, en caso de operar con créditos,
actualizar la declaración jurada de bienes.
Notificar al banco el cambio de domicilio.
Notificar al banco en caso de pérdida o sustracción de cheques o documentos.
Librar cheques sólo en la libreta extendida por el banco.

b. Obligaciones del Banco:


El servicio de caja es la obligación principal del banco, éste tiene disponible a
favor de su cliente el dinero depositado.
Tener las cuentas al día e informar al cliente sobre el saldo registrado en cuenta.
Acreditar en el día los importes que se entregan para el crédito de la cuenta corriente.
Pagar los cheques si existieran fondos suficientes o autorización para el giro en
descubierto.
Enviar al cuentacorrentista, mensualmente, el resumen de la cuenta corriente,
con el detalle de todas las operaciones realizadas en la misma dentro de ese
período de tiempo.
El contrato puede resolverse, y la cuenta cerrarse conforme lo establecido en
el art 1404 del Código Civil y Comercial, siendo las siguientes, las principales
causales de cierre de la cuenta corriente bancaria:
a. Por decisión de cualquiera de las partes, preavisando ello con por lo menos
diez días de anticipación.
b. Por quiebra, muerte o incapacidad del cuentacorrentista.
c. Por revocación de la autorización para funcionar, quiebra o liquidación del banco.
d. Por las demás causales que surjan de la reglamentación. Estas conforme
las circulares reglamentarias antes citadas pueden ser:
1. Por falta de movimiento de la cuenta por el plazo de un año, no siendo obliga-
torio para el banco el cierre de la cuenta.
2. Por rechazo de cheques sin provisión de fondos o sin contar con la corres-
pondiente autorización para girar en descubierto, u ocho rechazos por defectos
formales. Aquí el cierre de la cuenta corriente es facultativo por parte del banco,
pero de ocurrir, implica la notificación de ello al BCRA quedando el cliente inha-
bilitado para poder abrir otra cuenta corriente en otro banco.
3. Por haber sido incluido alguno de los integrantes de la cuenta corriente en la
base de datos de cuentacorrentistas inhabilitados.
Una vez cerrada la cuenta el cuentacorrentista deberá acompañar la nómina de
los cheques librados en los últimos sesenta días aún no presentados al cobro
indicando sus importes. También, deberá devolver los talonarios de cheques no
utilizados. De no cumplir con estas obligaciones dentro de los cinco días hábiles
bancarios contados desde la fecha de la notificación. De no cumplimentarse
estas obligaciones, el banco notificará al BCRA para que se incluya en la base
de datos de cuentacorrentistas INHABILITADOS.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 43


Otra modificación importante en el nuevo Código Civil y Comercial es establecer
que el llamado certificado de saldo deudor en cuenta corriente bancaria, puede
ser firmado ahora por dos personas apoderadas del banco por escritura pública,
cuando antes tenían que firmar dicho certificado el gerente y el contador del
banco. Art. 1406 Código Civil y Comercial.

Contrato de descuento
Una de las cuestiones vitales en el desarrollo de cualquier actividad comercial,
industrial, empresarial o de servicios es que se cuente con liquidez para hacer
frente a las obligaciones contraídas. A veces dicha liquidez es difícil de obtener,
y en su caso puede accederse a este contrato como una forma de obtenerla.
Este contrato presupone la existencia de una persona que necesitando liquidez
(efectivo) y careciera de ella, tuviera un su poder un título o documento crediticio
no vencido, librado a su favor por un tercero.
En lugar de esperar el vencimiento del documento, el tenedor, ante la necesidad
de hacerse de fondos, puede descontar dicho documento en un banco.
Podría definirse entonces el contrato en aquél por el cual una persona entrega al
banco un documento crediticio librado por un tercero y aún no vencido, obligán-
dose el banco contra la entrega del documento, a pagarle una suma de dinero,
descontándole los intereses compensatorios hasta la fecha de vencimiento,
garantizándole el cliente el buen fin del crédito cedido.
Hoy el Código Civil y Comercial regula legislativamente este contrato en el art.
1409 que dice:” El contrato de descuento bancario obliga al titular de un crédito
contra terceros a cederlo a un banco, y a éste anticiparle el importe del crédito,
en la moneda de la misma especie conforme lo pactado…”
Si se pretende encontrar la naturaleza jurídica de este contrato en una figura aná-
loga, es el contrato de cesión el que se adapta a ello. El cliente sería el cedente,
el banco el cesionario, y el librador del documento el llamado deudor cedido.
Es un contrato nominado, bilateral y oneroso por citar sus principales caracteres.
Celebrado el contrato, el cliente tiene como principal obligación la entrega del
título al banco.- Este calculará los intereses hasta la fecha de vencimiento, y se
los descontará del monto nominal del documento, entregando entonces el dinero
correspondiente, previa dicha deducción. La ventaja para el cliente entonces es
hacerse de fondos y liquidez. La ventaja para el banco son los intereses com-
pensatorios que cobra por pagar anticipadamente el documento. Al vencimiento
de dicho documento, el banco se encuentra legitimado, previo haber notificado
al deudor cedido y librador del título, del contrato celebrado y la cesión efec-
tuada, a cobrarle al mismo el valor del título. Entonces al vencimiento, el librador
se encuentra obligado a pagarle al banco, habiendo entonces para el librador,
cambiado su acreedor. Pero una de las diferencias existentes con el contrato de
cesión, es que aquí el cliente del banco garantiza no sólo la existencia y legitimi-
dad del crédito cedido, sino también la solvencia del deudor. Y, ¿cómo lo hace?
Quedando obligado frente al banco a pagar el monto nominal del documento, en
caso de que el librador no lo hiciere a su vencimiento.
Pueden ser objeto del contrato de descuento cualquier documento crediticio,
siendo en su mayoría los documentos descontados, los llamados títulos de crédito.
Es un contrato sumamente utilizado en la realidad, cuando fundamentalmente
la empresa pequeña o mediana necesita liquidez y no tiene otra forma de finan-
ciarse. La inconveniencia del contrato para la empresa es la alta cuantía de los
intereses que los bancos aplican en esta operatoria.

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Contrato de leasing
El origen de este contrato tuvo que ver con la necesidad de una empresa o comer-
ciante de contar con bienes muebles en su momento de última tecnología o gene-
ración, sin que fuera para dicha empresa o comerciante conveniente adquirirlo
en propiedad al inicio. Comenzó siendo un contrato innominado y atípico, hasta
la sanción de la ley 24.441 que incluyó legislativamente un capítulo dedicado
a este contrato, hasta que se sancionó la ley 25.248, la que comenzó a regular
exclusivamente este contrato hasta que dicha ley fue derogada y el contrato fue
incorporado en el ordenamiento y articulado general del Código Civil y Comercial.
El art. 1227 del código conceptualiza al leasing como el contrato por el cual una
persona llamada dador se obliga en entregar la tenencia de un bien determinado
para su uso y goce a otra persona llamada tomador, obligándose este a pagar
un precio en dinero por ese uso y goce, concediéndole una opción de compra
del bien por un precio.
El leasing es un contrato eminentemente financiero, que permite a una persona
acceder a modernos equipamientos por un costo similar al de un alquiler, y obtener
la titularidad dominial del bien mediante el pago de un valor residual convenido
ab initio. Es un contrato mediante el cual una persona que requiere de un bien
-equipamiento o maquinarias- recurre a un intermedio financiero que lo adquiera al
fabricante con el fin de cederle su uso durante un tiempo determinado, por el pago
de un canon, y estableciendo un valor residual que permita su adquisición. La natu-
raleza del contrato entonces es de un alquiler con opción de compra.
Dentro de sus principales caracteres puede afirmarse que es un contrato bilate-
ral, oneroso, consensual, típico y formal.
El art. 1228 nos dice que el contrato de leasing puede tener como objeto a cosas
muebles e inmuebles, marcas, patentes o modelos industriales y software, de
propiedad del dador o sobre lo que el dador tenga la facultad de dar en leasing.
Respecto del canon locativo o precio del contrato, el art. 1229 Código Civil y
Comercial establece que el monto del mismo y la periodicidad de su pago se
determina convencionalmente, esto es que queda sujeto a lo que las partes con-
vengan, y el art. 1230 del mismo cuerpo legal establece que el precio de la
opción de compra o valor residual deberá estar fijado en el contrato o poder ser
determinado por pautas expresamente pactadas.
Conforme el art. 1234, el contrato debe instrumentarse en escritura pública si
tiene como objeto: inmuebles, buques o aeronaves. En los demás casos podrá
celebrarse por instrumento público o privado.
A los efectos de su oponibilidad frente a terceros, el contrato debe inscribirse en el
registro que corresponda según la naturaleza de la cosa que constituye su objeto. La
inscripción en el registro podrá efectuarse a partir de la fecha de celebración del con-
trato de leasing, la inscripción debe solicitarse dentro de los cinco días hábiles pos-
teriores. Pasado ese término, producirá ese efecto desde que el contrato se presente
para su registración. Si se trata de cosas muebles no registrables o software, deben
inscribirse en el Registro de Créditos Prendarios del lugar donde se encuentren las
cosas o en su caso, donde las cosa o software se deba poner a disposición del toma-
dor. En el caso de inmuebles la inscripción se mantiene por el plazo de veinte años;
en los demás bienes e mantiene por diez años. En ambos casos puede renovarse
antes de su vencimiento, por rogatoria del dador u orden judicial.
La inscripción de un contrato de leasing lo hace oponible a terceros, y en cuanto a
la oponibilidad, en el art. 1237 tenemos que son oponibles a los acreedores de las
partes los efectos del contrato debidamente inscripto. Los acreedores del tomador
pueden subrogarse en los derechos de éste para ejercer la opción de compra.

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 45


Clases
Leasing operativo: Es aquél mediante el cual se produce, como elemento pre-
ponderante del contrato, una locación de cosa con opción de compra mediante
el pago de un valor residual.
Leasing financiero: Es la intermediación que realiza una empresa financiera, cediendo
el uso y goce de una cosa a un comerciante por el pago de un canon determinado.
Lease back: Mediante esta modalidad contractual una parte transfiere la totali-
dad de su hacienda comercial a una entidad financiera, la que a su vez se la
retransmite por un pago de alquiler mensual y un pago final para recuperar los
bienes transferidos.
Partes: Todo contrato de leasing se realiza entre dos partes: un dador y un
tomador, variando la figura del dador, ya que hablemos de un leasing operativo
(será el mismo fabricante del bien) o un leasing financiero (será la entidad finan-
ciera que adquirió el bien del fabricante para darlo en leasing), y un tomador.
El art. 1239 limita las facultades del tomador del bien, el que lo podrá usar y gozar de
acuerdo a su destino, pero se encuentra imposibilitado de afectarlo con gravámenes
de ninguna naturaleza y menos aún venderlo. Pesan asimismo otras obligaciones
sobre el tomador que se traducen principalmente en el pago del canon convenido
(su cuantía y periodicidad lo establecen las partes), el pago del seguro del bien,
el pago de impuestos que graven al mismo, como también las multas que por la
utilización del bien pudieran aplicarse. Con respecto al canon locativo, el mismo es
establecido por las partes en una suma de dinero, sin especificarse en el contrato
qué es lo que comprende dicha suma. Si se desmenuzara dicho canon, parte del
monto sería el alquiler propiamente dicho, otra parte la amortización del bien, ya
que se va pagando parte del precio, y como ello se hace en forma financiada, tam-
bién conlleva el cálculo de intereses por dicha financiación.
Una cuestión crucial queda resuelta por el artículo 1240 del código, que esta-
blece que la opción de compra puede ser ejercida una vez abonado el 75% del
canon o precio fijado, pero dicho porcentaje puede ser modificado por las partes
en el propio contrato.
A partir de dicho momento conforme la ley o antes si se hubiera convenido, el
tomador puede hacer uso del derecho de ejercer la opción de compra, y de ese
modo hacerse dueño del bien. Se aclara que la opción de compra es un derecho
que tiene el tomador y sólo el mismo puede decidir sobre ello. Si hace uso de la
opción de compra, deberá abonar el dador el llamado valor residual, que se fijó
inicialmente al momento de la celebración del contrato.- Si por el contrario no
hace uso de la opción de compra, deberá restituir el bien al dador, ya que dicho
bien continúa siendo de su propiedad.
En cuanto a ello y la responsabilidad por los daños que podrían causarse a ter-
ceros por el uso de la cosa, el art. 1243 del código, modifica expresamente el
principio general en materia de responsabilidad objetiva contenido en el art. 1757
del Código Civil y Comercial, haciendo responsable por dichos daños exclusi-
vamente al tomador, liberando de responsabilidad al dador, aclarando que ello
siempre y cuando el contrato estuviera inscripto y pueda ser oponible a terceros.
Por último, los arts.1248 y 1249, establecen las facultades resolutorias por
incumplimiento, las que la ley concede al dador, dependiendo si el objeto del
contrato, ya sea un bien inmueble (desalojo) o un bien mueble (perseguir el
pago y obtener el secuestro de los bienes objeto del contrato).

EDUBP | MARTILLERO | Derecho Comercial I - pág. 46


Actividad 1: Contratos bancarios
1. En el contrato de cuenta corriente bancaria, describa cuáles son las princi-
pales obligaciones del banco y cuáles las principales obligaciones del cuen-
tacorrentista.
2. Explique cuáles son las principales ventajas que trae aparejada para las
partes la realización de un contrato de descuento y qué es lo que garantiza
el cliente del banco respecto del documento que fuera cedido.
3. Tomando en cuenta lo establecido por el art.1227 del Código Civil y Comer-
cial, brinde un concepto del contrato de leasing; enumere sus principales
caracteres y los bienes sobre los que puede recaer este contrato.
4. En el contrato de leasing, explique cómo debe instrumentarse este contrato,
dónde debe inscribirse y cuál es el término máximo de dicha inscripción,
dependiendo de su objeto.

En este punto del desarrollo de la asignatura, usted está en condiciones


de realizar la tercera consigna de la evaluación.

M10 Contenidos

La contratación comercial
Obligaciones y Contratos
El término obligación proviene del latín ob - ligare, o sea, ligarse alrededor de
algo. En la vida jurídica, tiene tres significaciones distintas:
1. Obligación como derecho de alguien: soy titular de tal obligación. El término
está concebido como una facultad.
2. Obligación como deber: por ejemplo, cuando hablamos de las obligaciones
comunes de los comerciantes.
3. Finalmente, se encuentra la acepción que nos interesa y que se refiere al
vínculo jurídico existente entre dos personas, mediante el cual una está
obligada a cumplir una prestación y la otra a prestarla.
En cuanto a la clasificación de las obligaciones, las mismas pueden ser de dar,
de hacer y de no hacer. Dentro de las llamadas obligaciones de dar, podemos
encontrar las de dar cosas ciertas, las obligaciones de dar cantidades de cosas
y las obligaciones de dar una suma de dinero.

Obligaciones comerciales: Diferencia con las civiles. Unificación legislativa


Los autores se han preocupado, cuando existía en nuestro ordenamiento jurídico,
un régimen dual de legislación en materia de derecho privado; el ordenamiento
civil por un lado y el comercial por el otro, de encontrar diferencias en las obliga-
ciones, para así distinguir una obligación civil de una.- Aclaramos desde ya que
dichos esfuerzos han sido estériles, ya que estos llamados caracteres legales

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de las obligaciones comerciales, no han podido distinguir claramente una oblig-
ación civil de una comercial. Sin embargo, se citan a continuación ya que en
algunos casos las diferencias han servido para la distinción, aunque en forma
parcial, como la prescripción, la mora automática, el pacto comisorio, la solidari-
dad, la presunción de onerosidad, etc.
Todo ello hoy resulta letra muerta porque al derogarse los dos códigos anteriores
y sancionarse el nuevo Código Civil y Comercial, se ha producido la unificación
legislativa, no existiendo entonces en la ley, las diferencias que se pretendían
encontrar. Hoy entonces no tiene ningún sentido hablar de obligaciones y con-
tratos comerciales, ya que todas las obligaciones y todos los contratos, legisla-
tivamente ya no tienen distinción.

CONTRATOS:
A los fines de definir un concepto debemos partir del art.957 del Código Civil y
Comercial, que define al contrato cuando dice que “Contrato es el acto jurídico
mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear,
regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales.”
Este precepto establece la bilateralidad del contrato como acto jurídico, ya que
necesariamente se necesitan dos partes, siendo imposible contratar con uno
mismo. A su vez se habla de la manifestación del consentimiento y una declara-
ción común de voluntad a los fines de perfeccionar o anudar el contrato.
Otro de los elementos que caracterizan al contrato, además de la pluralidad de
partes, es que el acuerdo arribado tiene que estar atrapado por el mundo del
derecho y tener un contenido patrimonial.
La autonomía de la voluntad: Tiene su sustento legal en el art. 958 del Código
Civil y Comercial, cuando establece que las partes son libres para celebrar un
contrato y determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la ley,
el orden público, la moral y las buenas costumbres. Esto implica que el artículo
citado le otorga validez y fuerza obligatoria de ley a la convención o acuerdo de vol-
untades entre dos personas. Ello tiene las siguientes consecuencias prácticas en:
1) La libertad de las partes de contratar o no.
2) La potestad del individuo de discutir en un pie de igualdad las cláusulas
contractuales (y la importancia que tal principio asume en un mundo comer-
cial de contratos de adhesión).
3) La facultad de elegir entre las legislaciones de los Estados la que sea más
conveniente a los intereses de los comerciantes, mientras no se viole la ley
ni el orden público. Esto tiene significativa importancia en un mundo global-
izado, donde se pueden realizar acuerdos entre sociedades.
4) La facultad de incluir en los contratos las cláusulas que se estimen convenientes.
En definitiva, por medio de la autonomía de la voluntad las partes son libres para
arribar a acuerdos, convenio o contratos, sin tener que sujetarse a moldes rígi-
dos que condicionen los mismos.
Como en todos los demás aspectos, en este también el derecho comercial se
encuentra indisolublemente unido a las contingencias políticas del lugar. Si nos hal-
lamos en un Estado de economía dirigida, seguramente las restricciones contractu-
ales serán mayores y la autonomía de la voluntad estará sumamente condicionada.
En Estados como el nuestro, con una economía prácticamente libre, las únicas
restricciones se encuentran en regulaciones estatales de determinadas activi-
dades o formas de realizarlas (ejemplo: las bancarias, bolsas y mercados).

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La autonomía de la voluntad tiene su aplicación práctica en el hecho de que
las partes pueden arribar a cualquier tipo de convención o acuerdo, aunque el
mismo no se encuentre nominado en la ley. En definitiva los límites principales
a la autonomía de la voluntad son el orden público, ya que el convenio de partes
no puede contrariar normas de tipo imperativo, la posibilidad y la licitud.

Clasificación de los contratos


1. Bilaterales y unilaterales: Art. 966. De acuerdo a si las obligaciones emergentes
de los mismos quedan a cargo de una o de las dos partes. En los contratos bilatera-
les surgen obligaciones recíprocas para cada una de las partes contratantes, mien-
tras que en los unilaterales, una sola de las partes queda obligada hacia la otra.
Serán ejemplos de contratos bilaterales la compraventa, el mandato, el depósito,
- Serán ejemplos de contrato unilateral, la donación y la fianza.
2. Gratuitos u onerosos: Art. 967. Serán considerados onerosos, si la ventaja que
una parte obtiene al contratar, no le es concedida a cambio de una ventaja que debe
procurarle a la otra parte. Serán por el contrario gratuitos, si la ventaja obtenida lo
es independientemente de una ventaja que haya que procurarle a la otra parte.
3. Nominados o innominados: El art.970 del Código Civil y Comercial distingue
los contratos en nominados e innominados, de acuerdo a si los mismos se
encuentran específicamente regulados en la ley o no. Serán nominados los que
tengan una regulación legal específica, y serán innominados aquellos que existan
solo por la autonomía de la voluntad, sin que la ley los haya regulado todavía.
4. Conmutativos o aleatorios: Art. 968 Se consideran aleatorios cuando las
consecuencias del contrato para ambas partes, o para una de ellas, dependen
de un acontecimiento incierto, esto es un alea, un riesgo, en donde las partes o
una de ellas no conozcan de antemano las ventajas que el contrato puede procu-
rarle (contrato de seguro, contratos de juego, apuesta o suerte). Por el contrario,
serán conmutativos, cuando las partes al momento de contratar conozcan lo que
el contrato puede depararle.
5. Formales y no formales: Art 969 Se puede entender por forma, al el con-
junto de solemnidades que deben observarse al tiempo de la formación de los
contratos. Tanto en materia civil como en materia comercial rige el principio de
la libertad de las partes en la elección de la forma de celebración del contrato,
salvo que la ley le haya exigido una propia.
Aquí la distinción no está dada respecto de si el contrato tuviera una forma o no,
ya que todo contrato la tiene. La oralidad o verbalidad es una forma de contratar. El
contrato será formal si en forma expresa la ley dispone el cumplimiento de alguna
formalidad al momento de la celebración del contrato. El requisito formal que ha
pasado a nuestros días es la escritura del acto, esto es que el contrato se celebre
por escrito. Dentro de estos llamados contratos formales, podemos distinguir los
formales solemnes, en donde el incumplimiento de lo ordenado por la ley, trae apa-
rejada la nulidad o inexistencia del contrato (donación de bienes inmuebles, consti-
tución de renta vitalicia y cesión de derechos litigiosos) y formales meramente ad
probationem, en donde el incumplimiento del requisito formal establecido por la ley,
no trae aparejada la nulidad del acto, sino generalmente la inoponibilidad respecto
de terceros, o que el contrato no cumpla sus efectos propios.
El contrato será no formal, cuando la ley deja librado a la voluntad de las partes
la instrumentación escrita del contrato o no. El principio general que rige en
materia contractual, reitero, es la llamada libertad en la elección de las formas,
pudiendo adoptar las partes la que estimen más conveniente a sus derechos,
salvo cuando el contrato sea formal.

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Elementos del contrato
Pueden distinguirse tres clases de elementos en los contratos, detallados a con-
tinuación:
Elementos Esenciales: Son los que hacen a la vida, a la esencia del contrato;
aquellos que no pueden faltar para que existe ese contrato. En la compraventa,
la cosa y el precio; en el mandato, los actos de comercio encomendados; en la
prenda, la cosa mueble sobre la que se constituye el derecho real de garantía;
en el mutuo, la entrega de cosas fungibles y consumibles.
Elementos naturales: Son aquellos que no se encuentran especialmente pacta-
dos o convenidos expresamente por las partes, pero que juegan en el contrato
por una disposición legal. Ej: garantía de evicción, garantía por vicios redhibito-
rios, pacto comisorio tácito.
Elementos accidentales: Son aquellos que sí y solo sí son obligatorios para las
partes, si expresamente las mismas los hubieran establecido en el contrato. Ej:
cargos, modos, condiciones, plazos, intereses punitorios, etc.

Formación de los contratos


La formación de los contratos implica el proceso que se lleva a cabo para que el
contrato exista, esto es para que coincidan las declaraciones de voluntad de los
contratantes. El primer paso para que comience este proceso es la llamada oferta.
La oferta: Es la invitación que una parte realiza a la otra para celebrar un contrato.
La doctrina ha considerado que la misma debe reunir los siguientes requisitos:
1. Debe ser completa, o sea, ser realizada conjuntamente con todos los ele-
mentos necesarios que le permitan al ofertado celebrar el contrato.
2. Debe ser vinculante, o sea, ser realizada con la intención de contratar y no
con un espíritu jocoso, sin ánimo de compromiso.
3. Debe ser dirigida a persona determinada.- Las propuestas que carezcan
de este último requisito no son consideradas ofertas, sino meras invitación a
ofrecer y no obligan a quien las ha realizado. Todo lo explicado precedente-
mente se encuentra establecido en el art. 972 del Código Civil y Comercial.

Emitida la oferta pueden darse las siguientes hipótesis:


La aceptación, esto es que la parte a la cual fue dirigida la oferta la acepte lisa y
llanamente y en ese mismo momento. Si coinciden oferta y aceptación, estamos
frente al nacimiento del contrato y por ende al nacimiento de las obligaciones
que surgen del mismo.
La contraoferta, implica que la persona a la cual fue dirigida la oferta ni la acepte
ni la rechace, sino que emita una contraoferta. La persona del potencial acep-
tante, se convierte en oferente, y así sucesivamente hasta que se llegue a la
aceptación final por una de las partes y exista contrato, o por el contrario no se
llegue a un acuerdo y el contrato no se perfeccione.
El silencio, del aceptante al recibir la oferta no implica en modo alguno acep-
tación, ya que el principio general en derecho es el de que el que calla nada dice
y no puede inferirse de su silencio una declaración de voluntad, salvo que la ley
en forma especial establezca lo contrario.
Todo ello en materia de contratos entre presentes, pero pudiendo los contratos cel-
ebrarse entre ausentes, especialmente por correspondencia epistolar, existen diver-
sas teorías para explicar cuando y en qué momento el contrato queda perfeccionado.

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Teoría del conocimiento: Sostiene que la oferta es válida sólo cuando la acep-
tación llega al conocimiento del oferente.
Teoría de la declaración: Entiende que la oferta es válida cuando existe volun-
tad de aceptación por parte del aceptante, aunque no emita declaración, pero
siempre que la exteriorice de algún modo.
Teoría de la expedición: Plantea que la oferta es válida cuando la aceptación ha
sido remitida al oferente, aunque la misma no haya arribado a destino.
Teoría de la recepción: Sólo la oferta se considera válida y se ha perfeccionado
el contrato cuando la aceptación ha sido receptada, esto es recibida por el ofer-
ente, aunque no la hubiera efectivamente conocido.
De acuerdo a lo establecido por el art. 980 del Código Civil y Comercial, nuestro
código se ha inclinado por aceptar la teoría de la recepción, modificando el régi-
men anterior que se inclinaba por la teoría de la expedición.

Prueba de los contratos:


En cuanto a la prueba de los contratos, al derogarse el código de comercio, no
se indican específicamente los medios probatorios, sino que se remite a los que
se encuentren permitidos por los ordenamientos procesales de cada jurisdic-
ción. Sin perjuicio de ello y de tener que recurrir a los códigos de procedimien-
tos, pueden citarse como medios de prueba:
1. Por instrumentos públicos: Aquellos celebrados por escritura pública, en
general forma poco frecuente de celebración de contratos comerciales, atento a
la poca celeridad que los mismos tienen y la costo de esta forma de instrumen-
tación. Existen negocios jurídicos comerciales que deben celebrarse mediante
instrumento público, como es el caso de las sociedades anónimas y, por ende,
su forma de prueba estará conformada por el instrumento constitutivo.
2. Por las notas de los corredores: Asientos que los corredores deben
insertar en el llamado libro de registro, en donde deben incorporar una por
una, cada una de las operaciones que gracias a su intermedio las partes
contratantes hubieran realizado. Se trata de un instrumento privado y, por lo
tanto, puede ser argüido de falso.
3. Por documentos firmados por las partes: El llamado instrumento privado,
cuyo principal requisito es la firma de las partes. Se trata de la forma más fre-
cuente para la prueba de un contrato, pues es la que presenta mayor celeri-
dad. No deben existir raspaduras, ni enmiendas, ni lugares en blanco en los
contratos firmados.
4. Por la correspondencia epistolar: Su valoración quedará reservada al Tribunal.
5. Por los libros de comercio: Éstos deberán haber sido llevados de acuerdo
a lo que dispone la ley, a partir del art. 320 del Código Civil y Comercial y com-
ercial en adelante, quedando a cargo del tribunal la valoración de estos libros. .
6. Por confesión o por juramento: Pruebas reguladas por las normas procesales.
7. Por testigos: Cuya merituación realizará el juez, respecto de manifestacio-
nes que el testigo realizara de hechos percibidos por sus sentidos.
8. Por presunciones.

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Terminación anticipada de un contrato: Rescisión, resolución
Los contratos se realizan para cumplirse, pero puede suceder que dentro de las
llamadas vicisitudes del contrato, el mismo no fuera cumplido. Aquí hay que distin-
guir dos figuras, que suelen confundirse, la rescisión y la resolución del contrato.
Rescindir implica un nuevo acuerdo de voluntades, en donde ambas partes, así
como al principio se pusieron de acuerdo en celebrar el contrato, se ponen de
acuerdo en dejarlo sin efecto. Entonces la rescisión implica un nuevo acuerdo de
voluntades de ambas partes, para dejar sin efecto el contrato.
La resolución por el contrario, implica actividad de una sola de las partes
respecto de la otra. Por ello se dice que la resolución es una facultad unilateral
(de una parte hacia la otra) y que el origen de dicha facultad resolutoria puede
ser tanto causada como incausada. Será incausada, cuando una parte decida
resolver el contrato sin que exista una causa para ello (el despido sin causa en
materia laboral) o causada, cuando dicha circunstancia se encuentre prevista
legal o contractualmente.
Esta figura resolutoria se llama hoy una cláusula resolutoria implícita o expresa,
lo que era conocido en el ordenamiento anterior como pacto comisorio expreso
o tácito, el que se encontraba regulado en el art. 1204 del Código Civil y en el art.
216 del Código de de comercio.
El nuevo ordenamiento civil y comercial trata esto en varios artículos, en lugar de
en uno solo como el código anterior.
Resulta una la facultad resolutoria, concedida al contratante que ha cumplido
con la obligación a su cargo, de exigir el cumplimiento o la resolución del con-
trato en su caso, a la parte incumplidora. Tiene como condición indispensable
que el contratante acredite:
1. Un contrato con prestaciones recíprocas.
2. Haber cumplido con las prestaciones a su cargo.
3. Actividad de la parte cumplidora.

Cláusula resolutoria implícita: Conforme los artículos 1087, 1988 y 1089 del
nuevo Código Civil y Comercial, se entiende implícito en todos los contratos con
prestaciones recíprocas, otorgando la facultad al contratante que hubiera cump-
lido con su obligación, de exigir e intimar en forma fehaciente el cumplimiento
del contrato a la parte incumplidora, otorgándole para ello un plazo no inferior
a los quince días, bajo apercibimiento de que el contrato se resuelva en caso
de no cumplir en dicho plazo, todo ello con mas los daños y perjuicios deriva-
dos de la demora. En consecuencia, los requisitos para que proceda son el
incumplimiento de una de las partes, la intimación fehaciente bajo apercibimiento
y el plazo. Intimada la incumplidora puede suceder que la misma cumpla con su
obligación, por lo que el contrato continúa, o que por el contrario no cumpla, con
lo que el contrato quedará, vencido el plazo otorgado, resuelto.
Cláusula resolutoria expresa: A diferencia del anterior, las partes han estab-
lecido esta facultad en una cláusula del contrato. Es entonces la convención
expresa previendo que una de las partes no cumpliera con las obligaciones que
nacen del contrato. En este supuesto, existiendo el incumplimiento de una de
las partes, la otra podrá resolver el contrato notificando en forma fehaciente su
voluntad de resolver, sin necesidad de la intimación previa al cumplimiento y
otorgamiento del plazo.

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Actividad 1: Contratos
1. Elabore un concepto de contrato conforme nuestra legislación y expli-
que brevemente el concepto de autonomía de la voluntad.
2. Determine y explique las cuatro teorías que explican el perfecciona-
miento del contrato entre ausentes, determinando cuál es la que se aplica en
nuestra legislación.
3. Enumere y explique cuáles son los medios de prueba que pueden ser
utilizados para acreditar la existencia de un contrato.
4. Identifique y cite un contrato unilateral.
5. Brinde un concepto de cláusula de resolución implícita y expresa, expli-
cando cuál es la finalidad de esta facultad y los efectos que produce.

M11 Contenidos

A partir del estudio de este módulo, es importante que logremos reconocer al


contrato de compraventa como el contrato madre de la actividad mercantil, iden-
tificando los derechos y obligaciones que de él emergen y la tarea de interme-
diación que usted podrá llevar a cabo en su futuro profesional.
Cuando pensamos en una actividad comercial, enseguida se nos aparece la
compraventa, dado que se trata de la actividad típica de la vida mercantil y el
principal acto de intermediación que existe.
Con la ocurrida unificación legislativa y no podemos distinguir entre la com-
praventa civil y la compraventa comercial en sus aspectos legales, lo que no
quiere decir que en la práctica y la realidad, no sea el contrato madre de la
actividad comercial.
Ya no existirán las diferencias legislativas que establecía en art. 1323 del
derogado código civil y el derogado art. 450 del código de comercio, debiendo
entones encontrar su definición en el actual art. 1123 del nuevo Código Civil y
Comercial que dice: “Hay compraventa si una de las partes se obliga a transferir
la propiedad de una cosa y la otra a pagar un precio en dinero”.
Ya no existen diferencias generales entonces si la cosa es mueble o inmueble,
o si la comercialidad del acto consistía en comprar para revender, pretendiendo
ganar dinero.

Caracteres
1. Consensual: Queda perfeccionado por el mero acuerdo de las partes, y no
por la entrega de la cosa vendida, la que es la principal obligación del vendedor.
2. Bilateral: Desde que nacen obligaciones recíprocas para las partes contratantes.
3. Oneroso: por cambiarse u otorgarse ventajas las partes recíprocamente.
4. No formal: En general, salvo que por la naturaleza de la cosa o por impe-
rio de alguna ley especial (ej. Ley de defensa del consumidor) se exija el
cumplimiento de alguna formalidad.

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Requisitos
Existen elementos que hacen a todo contrato, como el consentimiento, motivo
por el cual la doctrina ha dicho que los elementos esenciales del contrato de
compraventa son y la cosa y el precio.
En cuanto a la cosa, debe ser susceptible de valor, determinada o determinable,
cierta y existente, o con la posibilidad cierta de existir, tanto real como jurídi-
camente. También ser permite la venta de la cosa ajena, total o parcialmente,
solución que el viejo código de comercio contenía en su art. 453. Todas estas
cuestiones se encuentran reguladas en los arts. 1130, 1131 y 1132 del Código
Civil y Comercial.
Venta de cosa a prueba: El art. 1160 del Código Civil y Comercial establece
que si el comprador se reserva la facultad de probar la cosa, estamos frente a
una compraventa sujeta a una condición suspensiva, quedando perfeccionado
el contrato, pasados los diez días sin que el comprador haya aceptado, o haya
pagado el precio de la cosa.
Venta sobre muestras o de cosas de calidad conocida: Regulada en el art.
1154 c civil y comercial, es la que se realiza identificando el objeto del contrato
en base a muestras conocidas y aprobadas por las partes con anterioridad. Por
supuesto, la venta quedará sujeta, en cuanto hace a su validez, a que el objeto
que se entrega sea igual al de la muestra, so pena de resolverse el contrato.
Venta de cosas en fardos o bajo cubierta: Estableciendo el art. 1155 que si la
cosa mueble se entrega envuelta o bajo cubierta, impidiendo su examen en este
momento, el comprador gozará de diez días para reclamar en caso de que exista
algún vicio o defecto aparente en la cosa.
Precio: El pago del precio debe ser realizado en dinero, para que podamos
hablar de precio cierto. El supuesto más común de precio cierto es cuando ha
sido convenido por las partes en el contrato, o menos usualmente, cuando debe
ser fijado en relación a otra cosa cierta o cuando ha sido dejado al arbitrio de un
tercero. Son los nuevos arts 1133 y 1134 del Código.
Civil y Comercial los que regulan estos supuestos.
Precio dejado al arbitrio de un tercero: Según el art. 1134 es cuando las partes
hayan designado a un tercero para que fije el precio del contrato. Las consecuen-
cias de esto son que si el tercero no fija el precio, el mismo podrá ser fijado por
el juez, y que habiéndolo fijado el tercero, el mismo es irrecurrible por las partes.
Hay que distinguir el llamado precio cierto, del precio irrisorio y del precio vil.
Precio irrisorio: Como la palabra lo indica es un precio tan desproporcionado con
el valor de la cosa objeto del contrato, que el mismo mueve a risa. Dicha despropor-
ción hace que no exista precio, y por ende no exista contrato por faltar uno de los
elementos esenciales al mismo (ej. Vender un automóvil 0 km a un peso).
Precio vil: Es aquel que tampoco guarda ninguna relación con la cosa objeto de
la venta, pero no tanto como el precio irrisorio. Aquí la diferencia es que existe
precio y por ende existe contrato, pudiendo recurrir la parte perjudicada por
ejemplo al instituto de la lesión.
Obligaciones del vendedor:
Conservar la cosa: El vendedor es depositario de la cosa que ha sido aceptada
por el comprador, asumiendo las obligaciones de depositario hasta el momento
de su entrega, salvo que el comprador haya sido constituido en mora para recibir
la cosa. 2. Entrega de la cosa: La que debe materializar en tiempo útil de acuerdo
a lo pactado. La entrega se realiza mediante la tradición.

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La tradición: La tradición real es la entrega efectiva de la cosa vendida, en el
lugar y plazo convenido, mientras que la simbólica es la entrega que se presume
por una serie de signos exteriores que si bien no se entrega la cosa, se concede
al posibilidad de hacerse de la misma por parte del comprador.
Lo importante de la tradición o entrega es que mientras la misma no se pro-
duzca, el comprador todavía no adquiere el derecho real de dominio de la cosa,
esto es, no se hace todavía dueño de la misma.
Plazo de entrega: La entrega del objeto del contrato debe verificarse en la fecha
prevista en el instrumento; pero si la misma no se ha fijado el vendedor estará
obligado a ponerla a su disposición en el término de 24 horas.
Si el comprador abonó el precio convenido, pero las cosas quedaron en poder
del vendedor, éste asume el carácter de depositario.
Obligación del comprador:
1. Pagar el precio en tiempo y forma.
2. Recibir la cosa.

Actividad 1: Compraventa
1. Enumere y explique detalladamente, los caracteres jurídicos del contrato
de compraventa; explicando cada uno de ellos.
2. Describa cuáles son los elementos esenciales de este contrato, explicando
brevemente en qué consiste cada uno de ellos.
3. Explique la diferencia entre la llamada venta sobre muestras y la venta a
prueba o a satisfacción del comprador.

M12 Contenidos

Garantías por vicios aparentes y vicios ocultos


Vicios aparentes
Si la cosa vendida lo fuera envuelta o bajo cubierta, el comprador tiene diez
días de producida la entrega, para reclamar cualquier faltante en la cantidad o
vicio en la calidad.- Dicha responsabilidad del vendedor cede si en el acto de la
entrega hiciera revisar la cosa por el comprador y este la recibiera de conformi-
dad (art. 1155 Código Civil y Comercial). Aquí se advierte un cambio respecto del
ordenamiento anterior que solo contemplaba un plazo de tres días para realizar
el reclamo (art. 472 Código de Comercio).

Vicios ocultos
También llamados vicios redhibitorios, son aquellos que no pueden ser perci-
bidos por los sentidos al momento de la entrega. Son deficiencias internas y
ocultas de una cuantía o entidad importante que hacen impropia la cosa para su
destino, y que de haber sido conocidos por el comprador no hubiera comprado
la cosa o hubiera ofrecido para un precio menor por la misma (art 1051 Código
Civil y Comercial). Son requisitos de los mismos:

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1. Que sea un defecto oculto.
2. Que exista al momento de la tradición de la cosa.
3. Que la torne inepta para su destino.
4. Que en caso de haberse conocido hubiere anulado la operación o la
hubiere modificado substancialmente.
Constatada la existencia de vicios ocultos, surgen dos acciones para el com-
prador: 1. Redhibitoria: O resolutoria propiamente dicha, que produce la resolu-
ción del contrato, debiendo el comprador devolver la cosa y el vendedor restituir
el precio, aunque el vendedor desconociera la existencia de estos vicios, con
derecho al resarcimiento por daños y perjuicios si el vendedor hubiera sido de
mala fe, esto es que conociera la existencia de los mismos. 2. Quanti minoris: Del
latín, cantidad menor, que deja subsistente el negocio, pero permite la reducción
del precio. Los arts. 1054, 1055 y 1056 del Código Civil y Comercial establecen
un plazo de ejercicio de estas acciones en seis meses contados a partir de la
entrega, coincidiendo con la ley de defensa del consumidor, si la cosa objeto del
contrato hubiera sido una cosa mueble, y de tres años si el objeto del contrato
hubiera sido un bien inmueble.
SEÑAL O ARRAS: En general, puede conceptualizarse como la suma de dinero
que una parte entrega a la otra para asegurar el cumplimiento del contrato de
compraventa. Es una práctica muy aceptada en el tráfico, donde en numerosas
oportunidades se requiere que una persona entregue una suma de dinero para
asegurar la operación.
Legalmente, la seña podía obrar como principio de ejecución del contrato (con-
firmatoria) la que tiene validez y produce efectos jurídicos a partir de la entrega
de la suma de dinero, o podía permitir el arrepentimiento de quien la recibió o
entregó, y que se encuentra facultado a resolver la obligación restituyendo la
suma recibida con otra igual.
En materia comercial, según el art. 475, Código de Comercio ya derogado, la
seña siempre era confirmatoria, y se considera a cuenta de precio y como prin-
cipio de ejecución del contrato no pudiendo las partes arrepentirse y encontrán-
dose obligadas al cumplimiento de las obligaciones del contrato.
En materia civil, y conforme el art. 1202 del Código Civil ya derogado, la seña
es penitencial, pudiendo las partes arrepentirse del negocio con una penalidad;
perdiendo la cantidad entregada, si lo hiciera el comprador, y debiendo restituir lo
recibido con una cantidad equivalente, si el que se arrepintiera fuera el vendedor.
El art. 1059 del nuevo Código Civil establece que la seña es siempre confirmatoria
y a cuenta de precio, no pudiendo las partes arrepentirse, salvo que así lo hubieran
pactado expresamente en el contrato, perdiendo la seña en su caso o devolvién-
dola con más una cantidad equivalente. Pero reitero, esta posibilidad de arrepen-
timiento juega sí y solo sí las partes lo hubieran expresamente establecido.

Actividad 1: Garantías por vicios aparentes y vicios ocultos


2 Analizando lo dispuesto por el art. 1059 del Código Civil y Comercial,
desarrolle el concepto de señal o arras, indicando cuáles son sus efectos
respecto del acto realizado.
3 Explique las diferencias entre la garantía por vicios aparentes y por vicios
ocultos en el ordenamiento legal vigente.

Ahora, usted está en condiciones de realizar la cuarta consigna de la eva-


luación parcial.

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